Síntomas: Después de un roce muy cercano con la Muerte (¿tal vez literalmente?), el Gato Con Botas (voz de Antonio Banderas) decide contemplar el retiro. Pero, desde luego, su pasado lo persigue.
Diagnóstico: En otras circunstancias la premisa de Gato Con Botas: El Último Deseo inspiraría bostezos: un ladrón sale del retiro para participar en un último "gran golpe" que podría cambiar su vida... o terminarla. Sin embargo, trasladado al irreverente universo de Shrek, el cliché del ladrón retirado sirve de base para un emotivo relato sobre un individuo que examina su pasado para encontrar su futuro. Y todo eso sin perder el subversivo humor del Shrekverso, y sin sacrificar el atractivo universal de una buena película familiar.
Después de su más reciente aventura (humillar a un corrupto gobernador) el Gato Con Botas (voz de Antonio Banderas) tiene un duelo con un misterioso mercenario (voz de Wagner Moura) que lo acerca por primera vez a la posibilidad de morir. El Gato logra escapar pero queda emocionalmente devastado, y acepta retirarse bajo la identidad de un gato doméstico. Sin embargo, una familia criminal está buscando al Gato para interrogarlo sobre un objeto mágico que podría restaurar su antiguo estilo de vida. ¿Aceptará el Gato Con Botas una última aventura que podría cambiar su futuro?
Gato Con Botas: El Último Deseo continúa el replanteamiento post-moderno de los cuentos de hadas para crear inesperadas versiones de personajes que representan los arquetipos del cine de aventuras. Entre ellos: Ricitos de Oro (voz de Florence Pugh) y los Tres Osos (voces de Olivia Colman, Ray Winstone y Samson Kayo); Jack Horner (voz de John Mulaney); y cierto grillo con un estricto código moral (y con la voz de Kevin McCann, imitando a Jimmy Stewart). Pero lo mejor de Gato Con Botas: El Último Deseo es la evolución del protagonista, así como la exploración de duras verdades que siempre trató de ocultar bajo su arrogante actitud y casual desdén por el peligro. Suena muy melodramático, pero los directores Joel Crawford (The Croods: A New Age) y Januel Mercado lograron un óptimo balance entre acción, comedia e introspección, de modo que Gato Con Botas: El Último Deseo pertenece al selecto grupo de películas animadas con igual atracción para los niños y para los papás de los niños (o para viejos como yo).
Hablando de viejos, Antonio Banderas mantiene impecable consistencia en el carácter del Gato Con Botas a pesar de los cambios que sufre a lo largo de la historia. Su interacción con los personajes secundarios es muy divertida, destacando su relación con Kitty Softpaws (voz de Salma Hayek), y con un perro chihuahueño (voz de Harvey Guillén) que termina convirtiéndose en el corazón de la película.
Lo que no me gustó tanto fueron las sub-tramas pre-fabricadas que acompañan la historia principal. Tampoco son terribles, pero demeritan el ingenio del libreto y enfatizan sus tropiezos (como el "deus ex machina" que resuelve una crisis con absurda facilidad). Sin embargo la abundancia de aciertos (desde la partitura multi-cultural de Heitor Pereira hasta la espectacular animación con toques de "anime") compensa cualquier queja, y garantiza una recomendación para Gato Con Botas: El Último Deseo, una de esas raras secuelas que superan a la original (me refiero a Puss in Boots, del 2011), sirviendo como final satisfactorio de una modesta saga, y también como nuevo comienzo en caso de que su éxito "inspire" más películas con estos personajes (como parece sugerir la escena durante los créditos finales). De hecho, propongo desde ahora una visita al Lejano Oriente, para continuar ese estilo "anime" que le sentó tan bien a este gato hispano.
Calificación: 9