Síntomas: En 1918, el Reverendo Smith (Jan Sælid) regresa de una misión evangélica para establecer la nueva parroquia de un pueblo minero al norte de Noruega. Pero Smith decide construir la iglesia en territorio sagrado de la tribu Sámi, y desata una maldición sobre la comunidad.
Diagnóstico: Sería ingenuo pensar que todas las películas noruegas de terror van a ser tan buenas como The Innocents o Troll; y además Possession no obtuvo gran aclamación durante su recorrido por varios festivales europeos. Sin embargo decidí verla porque me interesa conocer diferentes perspectivas de las fórmulas comunes en el cine hollywoodense.
En este caso tenemos otra instancia de "profanación del cementerio sagrado", donde una compañía minera invade la tierra milenaria de los Samis, una tribu lapona que, como muchos pueblos nativos alrededor del mundo, fueron desplazados y segregados por tener distintas costumbres.
El culpable de la profanación es el Reverendo Smith (Jan Sælid), seleccionado por una compañía minera como fundador de una parroquia para los nuevos empleados de la región. La compañía llegó a un acuerdo con la tribu Sami que ocupaba esas tierras, pero el Reverendo Smith ignora los límites de su jurisdicción, y construye la iglesia en territorio sagrado. Entonces empiezan a ocurrir accidentes, tragedias y muertes sospechosas. ¿Será realmente una maldición sobrenatural, o las consecuencias normales de una pandemia (la Gripe Española de 1918), un peligroso entorno laboral, y excesiva ambición corporativa?
¿O por qué no todo lo anterior?
Definitivamente hay fenómenos paranormales en Possession, pero constituyen una mínima parte del horror. Incluso diría que las apariciones y mensajes "del más allá" parecen benevolentes en comparación con la malicia humana manifestada en todas sus formas: el reverendo hipócrita que utiliza la religión para justificar su crueldad; los dueños de la empresa minera que solo quieren la iglesia para controlar a sus empleados; y el racismo de la sociedad que pisotea los derechos de individuos "inferiores" tan solo por seguir una doctrina distinta. Esos son los auténticos villanos de Possession, y el director Henrik Martin Dahlsbakken examina con clínica frialdad los conflictos que causan en un pueblo ya de por sí afectado por la pobreza y la ignorancia.
Las protagonistas de la historia son Agathe (Anna Filippa Hjarne) y My (Eva Nergård), las hijas del reverendo que perdieron recientemente a su madre, y quieren contactarla por medio de rituales ocultos. Pero las entidades que responden tiene otras ideas sobre la invasión de su propiedad.
Las actuaciones de Possession son excelentes (mención especial para la pequeña Eva Nergård, quien muestra excepcional realismo en escenas muy difíciles). La cinematografía de Oskar Dahlsbakken y la música de Nils Martin Larsen crean una atmósfera de amenaza inminente, incluso en escenas engañosamente inocuas; y la visión analítica de Henrik Martin Dahlsbakken presenta los fenómenos sobrenaturales como ocurrencias cotidianas, ciertamente tenebrosas, pero sin las afectaciones del horror tradicional. Por esa razón Possession no es muy satisfactoria como película de terror; pero funciona bien como drama familiar sobre intolerancia, represión, y la corrupción de instituciones que parecen infalibles... hasta que aceptamos su origen humano. En esas condiciones, hasta la ayuda de fantasmas vengativos es mejor que la cruda realidad.
Calificación: 6.5