Wednesday, July 30, 2014

Sabotage



Síntomas: Un equipo de rudos agentes de la DEA conspira para robar dinero de un peligroso cartel mexicano, pero el plan no sale como esperaban. Y, para empeorar las cosas, alguien empieza a eliminarlos, uno por uno. ¿Será venganza de los narcotraficantes, o de alguien más cercano?

Diagnóstico: En pocas palabras, Sabotage es como una exagerada parodia del cine de acción ochentero, excepto que el director y los actores la toman absolutamente en serio; y no estoy seguro si eso la hace más entretenida, o más ridícula. Los personajes son tan rudos que alcanzan niveles de caricatura... literalmente. Sus risibles actitudes y desorbitados diálogos parecen salir de sátiras animadas como Archer o Venture Bros. Ninguno tiene profundidad o identidad más allá de su apariencia física... el barbón, la mujer "marimacho", el "cornrows", etc. La violencia es brutal y gratuita, regodeándose en múltiples balaceras, peleas sangrientas y "headshots" suficientemente jugosos para satisfacer a los fans del gore. Y, desde luego, todos los agentes son rebeldes que operan bajo sus propias reglas (desafortunadamente no aparece la clásica escena donde el Sargento les pide la placa y la pistola, pero sí hay una escena donde se las devuelve). A pesar de todo, debo respetar la inflexible seriedad y convicción de Sabotage, incluso cuando provoca risas involuntarias (lo cual es frecuente). Y también merece crédito por contarnos una historia bastante interesante y bien estructurada (aunque llena de agujeros), con giros inesperados y ágiles dinámicas que nos permiten atisbos a la torcida psicología de los personajes. Arnold Schwarzenegger hace lo suyo, y me dio gusto encontrarlo menos acartonado que en The Last Stand; quizás todavía hay esperanza de recuperar su antiguo carisma (aunque, a decir verdad, se ve bastante avejentado... debería pedirle consejo a Stallone, o al hechicero Tom Cruise). Sam Worthington tiene un papel secundario y muy pasivo (al menos para los estándares de rudeza de la película); me pregunto si ya perdió credibilidad en Hollywood como "estrella de cine". El único ser humano remotamente normal es Harold Perrineau como uno de los agentes del FBI que investiga los asesinatos... y, por lo tanto, lleva el papel de "comic relief". También aparece en la cinta Josh "Sawyer" Holloway, aunque no comparte escenas con Perrineau, de modo que no se logró la mini-reunión de Lost que estaba esperando. Pero mi personaje favorito fue la ruda (desde luego) agente Brentwood, interpretada por Olivia Williams. Su áspera actitud oculta el alma de la película, y además tiene excelente química con Perrineau y con Schwarzenegger mismo. El director David Ayer (cuya brillante End of Watch fue una de mis películas favoritas del 2012) tuvo la acertada idea de ceder a Williams el control de las escenas que comparte con Schwarzenegger, y como resultado casi lo hace parecer buen actor. Entonces, Sabotage no es muy original ni memorable, pero me pareció un sólido thriller policíaco cuya desmesurada violencia y caricaturesco tono lo convierten en una experiencia muy entretenida y curiosamente satisfactoria, siempre y cuando el espectador disculpe los excesos e incongruencias que plagan el libreto... por no mencionar el ajado rostro de Schwarzenegger, quien hoy cumple 67 años (¡feliz cumpleaños!). Películas como ésta y la próxima The Expendables 3 están forjando el sub-género de "acción geriátrica", lo cual me da mucho gusto, pues ya no me identifico con las jóvenes estrellas actuales, como Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren. Esos chicos deberían aprender de sus mayores.
Calificación: 8

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Tuesday, July 29, 2014

All Cheerleaders Die



Síntomas: La astuta adolescente Maddy Killian (Caitlin Stasey) se infiltra en el escuadrón de porristas de su escuela preparatoria como parte de un plan para arruinar la vida de Terry (Tom Williamson), el cruel y agresivo capitán del equipo de football. Pero el plan se complica cuando un inesperado accidente le da un giro sobrenatural, gracias a la intervención de Leena (Sianoa Smit-McPhee), la incomprendida "wicca-goth" que tiene sus propios planes secretos.

Diagnóstico: Hace doce años el director Lucky McKee mostró gran talento y potencial con May, su memorable primera película. Y aunque sus posteriores obras siempre han logrado entretener, creo que nunca alcanzaron el mismo nivel de calidad narrativa e intensidad dramática. Para bien o para mal, All Cheerleaders Die (co-dirigida con Chris Sivertson, y basada en un cortometraje estudiantil que realizaron a principios de siglo) está en el mismo caso... sus detallados personajes y complicadas relaciones revelan una ambiciosa visión creativa (y psicológica) que rara vez encontramos en el cine de terror; pero al mismo tiempo hay demasiados elementos absurdos e incongruentes que diluyen el impacto del melodrama. Y es una pena, pues creo que sin sus elementos sobrenaturales All Cheerleaders Die hubiera sido un fuerte drama estudiantil que explora y denuncia las torcidas políticas sexuales fomentadas por la inmadurez e intolerancia del moderno sistema escolar. Pero obviamente ese no es el estilo de McKee, y la adición de magia, sangre y humor negro hacen la película mucho más divertida y asimilable, aunque corren el riesgo de opacar el sobrio mensaje social. Algo así como lo que ocurrió con The Woman, su previa película, donde el contundente discurso feminista se perdió entre las violentas peripecias del cine de tortura. Pero, bueno... dejando a un lado su noble intención y bizarras metáforas, All Cheerleaders Die se puede recomendar en el más básico nivel de película de terror gracias a su impredecible libreto, simpática mitología (algunos la llamaran "ridícula"), y sólidas actuaciones de un elenco prácticamente desconocido, quizás un poco incierto en su técnica, pero con desbordante entusiasmo en su desempeño. Ah, y espero que no sea "spoiler" revelar que All Cheerleaders Die se queda en continuación (al estilo de Return to Nuke 'Em High), así que el futuro nos depara más aventuras de estas porristas sobrenaturales, cuyas malas decisiones e improvisados rituales ocultos aportan suficiente sub-texto psico-sexual para darle sustancia al terror. Por mi parte esperaré la secuela con gran anticipación, aunque admito que el denso/extravagante estilo de estos directores no será para todos los gustos. De cualquier modo la cinta ofrece una experiencia única, y con eso basta para distinguirla entre el estéril paisaje del terror contemporáneo. Y, bueno, para quienes prefieran ignorar el contenido feminista, siempre queda la simple opción de admirar a las porristas y sus faldas cortas. Paradójico, pero válido.
Calificación: 8.5

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Monday, July 28, 2014

Snowpiercer



Síntomas: En el año 2014 se llevó a cabo un experimento para detener el calentamiento global, pero terminó en catástrofe y congeló la superficie de la Tierra, extinguiendo casi toda la vida en el planeta. Diecisiete años después, los escasos sobrevivientes viajan a bordo de un enorme tren con destino desconocido. Y, como puede esperarse en cualquier agrupación humana, los pasajeros han formado una sociedad jerárquica altamente represiva, donde unos pocos privilegiados ocupan el frente del tren, mientras las masas indigentes se aglomeran en los vagones traseros. Pero las cosas están a punto de cambiar gracias a Curtis (Chris Evans), quien planea una audaz rebelión con ayuda del sabio anciano Gilliam (John Hurt), uno de los originales diseñadores del tren.

Diagnóstico: Para su primera película en inglés, el director sud-coreano Joon-ho Bong (cuya cinta The Host disfruté mucho en el 2006) decidió adaptar la novela gráfica francesa "Le Transperceneige", empleando un reparto multi-cultural y repartiendo los efectos especiales entre estudios digitales de todo el mundo, haciendo de Snowpiercer un proyecto realmente internacional que no está sujeto a las leyes narrativas de una región específica; en otras palabras, no se siente como una película de acción de Hollywood, ni como una cinta de arte europea, ni como un pastiche multi-género asiático. Cada espectador deberá decidir si esta confusión temática es buena o mala. Yo me inclino por "buena", ya que Snowpiercer cumple su misión en todos esos géneros... hay abundante (y brutal) acción durante la literal lucha de clases a bordo del tren; los momentos dramáticos están muy bien ejecutados como parte integral de la trama, infundiendo contradictorias emociones que nublan las líneas del clásico conflicto entre el bien y el mal; y también se añade un excéntrico sentido del humor que provee alivio cómico en los más tensos momentos de la historia. Por todo esto hacía falta un protagonista con un amplio rango de talentos, y me complace decir que Chris Evans llena con creces los requerimientos de este difícil papel. Para empezar, su apariencia sufrió un cambio radical, y resulta casi imposible reconocerlo como el intachable y heroico Capitán América que interpretó en The Avengers y otras cintas de Marvel Studios. Ya sabía que era un buen actor, pero creo que nadie le había exigido tanto como Joon-ho Bong. El otro personaje notable es Nam (interpretado por Kang-ho Song), un ácido y lacónico experto en seguridad que renuentemente acepta ayudar a los revolucionarios a cambio de una constante provisión de drogas. Su cinismo e irreverencia contrastan y al mismo tiempo complementan la integridad de Curtis, evitando que los mensajes de libertad y determinismo social se vuelvan demasiado pesados o fastidiosos. Lo cual nos lleva a la dudosa premisa principal de Snowpiercer: la idea de poner a los pocos humanos sobrevivientes a bordo de un veloz tren sin destino es absurdamente impráctica e inverosímil, y me costó trabajo tomarla en serio al principio de la película. Sin embargo, conforme se desarrolla la historia, comprendí que dicha premisa no pretende reflejar una situación "realista", sino que funciona como una aparatosa metáfora sobre el inexorable recorrido hacia la extinción humana, y condensa en una utilitaria locación los obligatorios ingredientes del colapso de una civilización (por no mencionar la obvia analogía con la "revolución del proletariado" que impulsa la trama). Pero, como dije, el denso simbolismo no obstruye la acción ni el intenso melodrama, de modo que Snowpiercer funciona en tantos niveles como quiera encontrar el espectador; y esa flexibilidad y ambición artística justifica una sólida recomendación para esta película difícil de clasificar, pero fácil de disfrutar gracias a su energética dirección e interesantes ideas. Finalmente, merece sonoro aplauso la enorme disciplina mostrada por el director Joon-ho Bong, quien realizó una película a bordo de un tren y aún así se abstuvo de ubicar la "pelea final" en el techo de los vagones. ¿Cuantos directores norteamericanos hubieran resistido esa tentación?
Calificación: 8.5

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Saturday, July 26, 2014

El Planeta de los Simios: Confrontación (Dawn of the Planet of the Apes)



Síntomas: Diez años después del experimento que le dio inteligencia a los simios, y al mismo tiempo desató una plaga mortal sobre la humanidad (como vimos en la película Rise of the Planet of the Apes), la población humana está casi extinta, mientras que los simios progresan cada vez más, y empiezan a formar su propia sociedad. El chimpancé César (Andy Serkis) dirige una pacífica comunidad en los bosques de California, pero cuando un accidente los pone en conflicto con un grupo de sobrevivientes humanos guiados por Dreyfus (Gary Oldman), ambos bandos tendrán que decidir si es posible la coexistencia pacífica... o si será inevitable una guerra por el control del planeta.

Diagnóstico: Contra toda expectativa (bueno, al menos la mía), la película del 2011 Rise of the Planet of the Apes resultó ser una competente precuela/reboot de aquella venerable saga que hizo época en la ciencia ficción del siglo veinte. Y ahora, increíblemente, Dawn of the Planet of the Apes supera a su predecesora gracias a su inteligente (aunque previsible) libreto, brillante reparto, y fantásticos efectos especiales desarrollados por el estudio Weta Digital, cuya amplia experiencia en crear personajes con "alma" (o como quieran llamarle) rinde amplios frutos en esta espectacular cinta. Pero, como debe ser, las imágenes no son tan importantes como la historia. La clásica fórmula de conflicto territorial oculta inesperada profundidad temática y emocional, gracias a que el director Matt Reeves (protegido de J.J. Abrams previamente aclamado por Cloverfield) borra la línea entre "buenos" y "malos" para crear una película con ambiguo balance moral. Tanto simios como humanos muestran rasgos positivos y negativos; y aún así es difícil encontrar auténtica malicia cuando consideramos las experiencias previas de los personajes. Imagino que cada espectador tendrá su propia interpretación sobre este balance; y, a fin de cuentas, la respuesta no es tan importante como las lecciones que nos deja. Claro, no son lecciones muy nuevas ni particularmente complicadas; sin embargo bastan para validar la sencilla historia y darle sustancia a los bien dibujados personajes. Y así llegamos al punto clave de Dawn of the Planet of the Apes... personajes que derrochan humanidad en cada escena (sí, incluso los simios), no solo por sus creíbles actuaciones (sean orgánicas o digitales), sino por los roles que simbolizan en el contexto de la sociedad contemporánea. En otras palabras, la interacción entre simios y humanos trasciende la mera premisa de ciencia ficción (¡los simios aprendieron a hablar!) para ilustrarnos sobre el origen de aquellos conflictos en el mundo real que parecen absurdos cuando los vemos de lejos, e inevitables cuando analizamos las dinámica interna del miedo y la intolerancia. Como dije: predecible, pero no por ello menos interesante. En los papeles simiescos destaca obviamente Andy Serkis como César, entregando otra notable actuación en "motion capture" que seguramente será ignorada a la hora de repartir premios. Sin embargo mi actuación favorita fue la de Toby Kebbell en el papel de Koba, amigo y asesor de César con menor afecto por la raza humana (por buenas razones). Del lado de los humanos tenemos a Gary Oldman, Jason Clarke y Keri Russell, igualmente competentes en roles estereotípicos pero funcionales. Entre mis escasas quejas señalaría que sentí la película un poco larga y plagada de agujeros lógicos cuya presencia comprendo, aunque no pude ignorar (tampoco hubiera deseado que se alargara aún más explicando cada pequeño detalle de la cultura simiesca, o las circunstancias que llevaron a los humanos a establecerse en un lugar estratégicamente cuestionable). Aún así encontré la experiencia muy entretenida, emocionante y absolutamente satisfactoria, de modo que puedo recomendar Dawn of the Planet of the Apes como sólida secuela y prometedor cimiento de una franquicia con gran potencial para superar la saga setentera que tanto impacto tuvo en el siglo pasado. Solo desearía que dejaran atrás la clasificación PG-13... siento que la historia hubiera sido mucho más impactante y memorable con violencia más explícita para reforzar y complementar su vehemente mensaje. Además, los magos de Weta nos prometieron hace años una cinta "gore" digital que nunca llegó, y los fans seguimos esperándola.
Calificación: 9

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Friday, July 25, 2014

Se Levanta el Viento (The Wind Rises - Kaze Tachinu)



Síntomas: Durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial, el joven diseñador Jiro Horikoshi (voz de Hideaki Anno) se esfuerza por desarrollar un avión caza perfecto; y al mismo tiempo trata de forjar su futuro y encontrar romance en la cambiante sociedad japonesa, atrapada entre sus tradiciones milenarias y el incierto futuro tecnológico.

Diagnóstico: Para su última película como director (esperemos que se retracte otra vez), el aclamado cineasta japonés Hayao Miyazaki decidió realizar una biografía semi-ficticia de Jiro Horikoshi, diseñador del famoso avión de combate Zero, cuya velocidad y maniobrabilidad lo convirtió en un adversario casi imposible para los aliados en el frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Es un tema complicado y peligroso que corre el riesgo de incursionar en posturas políticas, pero Miyazaki sabiamente minimiza los aspectos bélicos para centrarse en la obsesión que ha manifestado en muchas de sus películas: el simple placer de volar; la libertad que representa desafiar la gravedad y deslizarse entre las nubes, ya sea montado en una escoba (como la bruja de Kiki's Delivery Service) o con distintos aviones experimentales, como ocurre en Se Levanta el Viento. Inspirado desde niño por las hazañas del famoso aviador italiano Giovanni Caproni (voz de Mansai Nomura), Jiro Horikoshi soñaba con volar aviones, pero su marcada miopía le impidió hacerlo en la vida real. Entonces decidió aprender a diseñarlos, y durante sus estudios universitarios mostró tanto talento que fue rápidamente reclutado por la armadora Mitsubishi, donde Jiro encontró algunos grandes triunfos y sonados fracasos, pero siempre con la meta del vuelo puro... aunque sus creaciones fueran usadas en circunstancias menos humanitarias. Se Levanta el Viento tiene algunas secuencias de fantasía, principalmente enfocadas en los sueños y "visiones" de Jiro, donde imagina conversaciones con Caproni; aparte de eso, creo que esta es la película más sobria y realista de Miyazaki. Sin embargo eso no le impide deleitarnos con su habitual riqueza visual, con la fluida animación realizada a mano (bueno, con una que otra incursión digital cuando las circunstancias lo ameritan), y con un increíble diseño de producción donde los más triviales detalles de la vida diaria adquieren inesperada belleza gracias a los geniales artistas del Estudio Ghibli. También merece mención el delicado manejo de las tensiones políticas durante la Segunda Guerra Mundial; la alianza entre Japón y Alemania se presenta como un mal necesario, implementado más por razones prácticas que ideológicas. Las escenas donde Jiro visita Alemania para compartir secretos tecnológicos con sus colegas europeos reflejan una melancolía que podríamos interpretar como arrepentimiento por los errores del pasado. No sé si alguna vez se había expresado esa disyuntiva moral en las miles de películas realizadas sobre la Segunda Guerra Mundial. Pero bueno, como dije antes, Se Levanta el Viento no es una película de guerra, sino una pseudo-biografía que no se ciñe a los hechos, sino a los sueños; al ideal de volar, de construir sistemas aerodinámicos eficientes que nos acerquen un poco a la casual e instintiva habilidad de las aves; y todo esto mientras presenciamos los vaivenes culturales de Japón durante uno de sus más difíciles períodos históricos. Entonces, quizás Se Levanta el Viento no sea mi película favorita de Miyazaki (creo que sigue siendo Princess Mononoke), pero sin duda es su obra más madura y personal. Si resulta ser la última (como viene prometiendo desde hace casi una década), será un perfecto cierre de su filmografía, y un claro testimonio de que la animación tradicional sigue tan vital y expresiva como siempre. Pero, más allá de la técnica, Miyazaki nos recuerda la importancia de aspirar a un ideal; y creo que su carrera fue prueba definitiva de ello.
Calificación: 10

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Tuesday, July 22, 2014

Joy Ride 3



Síntomas: En camino a Canadá para participar en una carrera automovilística, un grupo de jóvenes decide tomar un tramo de carretera conocido como "el matadero", donde muchos conductores han desaparecido en circunstancias misteriosas. Y, desde luego, se encuentran con el camionero Rusty Nail (Ken Kirzinger), siempre en busca de nuevas víctimas para satisfacer su instinto asesino.

Diagnóstico: La original Joy Ride (del 2001) me pareció bastante mediocre, pero tuvo suficiente éxito para garantizar una tardía secuela directa a video (Joy Ride 2: Dead Ahead, del 2008), donde se abandonó la premisa de road movie/thriller para acogerse en el entonces popular cine de tortura. Y ahora, con Joy Ride 3, el director Declan O'Brian (especialista en secuelas directas a video) busca resucitar la franquicia poniendo el énfasis en el villano y regresando a la fórmula slasher, aderezándola con grotescas muertes y abundante derramamiento de sangre. Los personajes son ligeramente más inteligentes y menos irritantes que antes, lo cual ayuda a mantener razonables niveles de suspenso; pero el libreto se apoya demasiado en inverosímiles coincidencias y en la casi sobrenatural capacidad de Rusty para estar siempre un paso adelante de sus víctimas. Por ejemplo, los jóvenes tienen constantes dificultades para comunicarse con sus teléfonos móviles y radios de banda civil. Mientras tanto Rusty Nail puede mantener sin problema alguno una conexión inalámbrica al Internet mientras maneja su camión a cien kilómetros por hora sobre una carretera abandonada en mitad del desierto. Y así, saltando agujeros lógicos y cayendo en trilladas situaciones (incluyendo los obligatorios conflictos personales y tensión romántica), la película avanza a empujones con ocasionales adornos estilísticos, despliegues de violencia, y stunts automovilísticos que hacen tolerable la experiencia. Lo mejor que puedo decir es que O'Brian tuvo éxito en su más importante misión: darle suficiente personalidad a Rusty Nail (con ayuda del actor Ken Kirzinger, quien alguna vez interpretó a Jason Voorhees) para convertirlo en un villano memorable, digno de su propia franquicia. Desde luego Rusty jamás alcanzará el estrellato que gozan Jason o Freddy Krueger; cuando mucho llegará al nicho de culto compartido por Chrome Skull (de la saga Laid to Rest), Victor Crowley (de Hatchet) o Mick Taylor (de la similar Wolf Creek); pero eso basta para continuar indefinidamente la saga, siempre y cuando ofrezca suficientes choques, persecuciones y gore para satisfacer las modestas expectativas del público aficionado a este tipo de cine (como yo). Entonces, Joy Ride 3 representa una mejoría marginal sobre la previa secuela, y Declan O'Brian se redime un poco después de la desastrosa Wrong Turn 5: Bloodlines; cada quien decida si estos modestos triunfos ameritan una recomendación. Y para fans de J.J. Abrams, no pierdan la oportunidad de ver el nombre de este célebre director en los créditos de una mediocre secuela directa a video (fue co-escritor de la original Joy Ride, y sigue recibiendo el crédito: "Inspirada en personajes creados por"; seguramente su publicista tiene pesadillas al respecto).
Calificación: 6.5

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Monday, July 21, 2014

Rewind This!



Síntomas: Rewind This! es un nostálgico documental sobre la era del video en VHS, su importancia cultural y económica, y su eventual desaparición tras el advenimiento de los nuevos formatos digitales. Pero, ¡un momento! Aún en nuestros días, el formato VHS sigue vigente en exclusivos círculos de coleccionistas y aficionados que recuerdan con afecto su iniciación en el "video casero".

Diagnóstico: Aunque no soy coleccionista, ni guardo particular afecto por el formato VHS, ciertamente pertenezco a la generación que presenció el surgimiento del videocassette, los "video clubes" y, sobre todo, la increíble novedad de ver películas recientes en nuestras casas, lo cual parecía imposible en la época antediluviana de cámaras Super8. Por su parte, los protagonistas del documental Rewind This! son auténticos conocedores, coleccionistas, y muchas veces figuras clave en esta revolución tecnológica, y podemos disfrutar sus anécdotas desbordantes de entusiasmo gracias al director Josh Johnson, quien recorrió el mundo (bueno, Estados Unidos, Canadá y Japón) recolectando testimonios de gente famosa "normal", como Atom Egoyan, Cassandra Peterson y Mamoru Oshii, así como de auténticas celebridades psicotrónicas, como Frank Henenlotter, Roy Frumkes y el recientemente fallecido Mike Vraney, cuyos esfuerzos por preservar el "mejor peor" cine del mundo (por medio de su distribuidora Something Weird Video) he admirado desde hace dos décadas. También contribuyen con simpáticas entrevistas otras luminarias como Lloyd Kaufman, Charles Band, y David Schmoeller. Pero las más sinceras y emotivas palabras vienen de los fans que no solo comparten sus recuerdos, sino que ilustran la genuina importancia del formato VHS como archivo cultural en peligro de extinción debido al natural deterioro de la cinta magnética. Para bien o para mal, durante el "boom" del video casero se editaron miles de películas exclusivamente en VHS, y no todas gozaron de suficiente popularidad para resucitar en DVD años más tarde. Esto significa que una significativa parte del "cine B" se perderá para siempre en unos años, pues hasta el momento no hay un Martin Scorsese o Francis Ford Coppola a cargo de organizar su preservación, como están haciendo actualmente con las viejas películas filmadas en celuloide. Por otro lado, habrá quien diga que obras como Ninja the Protector, Windows 95 Video Guide with Jennifer Aniston and Matthew Perry o el catálogo de David "The Rock" Nelson no merecen preservarse, y que de hecho sería mejor para la humanidad verlas convertidas en jalea semi-magnética... pero obviamente esas no son las personas a quienes está dirigido este documental. Por eso recomiendo efusivamente Rewind This!, no solo para quienes comparten los recuerdos de aquella era, sino para los modernos aficionados al cine convencidos de que el "arte cinematográfico" posee suficientes categorías para admitir aquellas modestas obras que definieron una época, aunque su popularidad se haya disipado con los años. No quiero pensar en un futuro donde el cine "clásico" solo incluya las películas de Adam Sandler y Michael Bay...
Calificación: 9

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Saturday, July 19, 2014

Under the Skin



Síntomas: Una atractiva mujer conduce por las calles y caminos de Escocia, engañando hombres para que la acompañen a un cuarto grande y oscuro, cuyo piso es bastante traicionero.

Diagnóstico: Under the Skin es apenas su tercera película, pero el director Jonathan Glazer ya está siendo comparado con Stanley Kubrick y David Lynch, lo cual parece al mismo tiempo apropiado y un poco condescendiente. Sí, sus películas poseen una cierta frialdad y una calculadora cadencia similar a Kubrick (sobre todo Birth), mientras que los personajes experimentan lo opuesto: explosivas emociones que no siempre pueden expresar (bueno, Ben Kingsley en Sexy Beast era lo único que podía expresar). Y ahora, con Under the Skin, Glazer incursiona en el cine oblicuo y experimental de David Lynch. Sin embargo, creo que la cinta es suficientemente buena para trascender comparaciones; y la visión del director se siente tan profunda y personal que merece evaluarse por méritos propios, y no por su (hipotético) parecido con la obra de algún otro cineasta. En esos términos, Under the Skin es una de mis películas favoritas en lo que va del año, y estoy seguro de que seguiré descubriendo nuevos detalles y nuevas interpretaciones cada vez que la vea, lo cual es bastante notable si tomamos en cuenta su lánguido ritmo y sencilla estructura. La cinta tiene muy pocos diálogos, y gran parte de las escenas parecen extenderse sin mucho sentido. Pero en vez de volverse aburrida, nos captura con su hipnótica intensidad y perfectas actuaciones. O quizás debería decir "perfecta", en singular, debido a que la película entera gira en torno al desempeño de Scarlett Johansson, quien nos ofrece uno de los más impresionantes papeles de su carrera, engañosamente simple a primera vista, pero increíblemente elocuente y detallado cuando apreciamos el tremendo rango emocional que transmiten sus más sutiles variaciones de expresión y lenguaje corporal. Y es esa combinación de actuación y subtexto lo que distingue a Under the Skin, transformándola en una memorable muestra de ciencia ficción minimalista en su forma, pero con muchos niveles de significado e interpretación, lo cual da como resultado una experiencia tan rica o austera como el espectador decida. No revelaré ciertos detalles de la trama que es más divertido deducir gradualmente (aunque creo que Glazer establece la premisa con bastante certeza desde el principio) y solo diré que el argumento tiene varios agujeros lógicos que me hicieron recordar algunas "B-Movies" de los años cincuentas (de hecho creo que Roger Corman hizo algo similar). Pero el concepto está manejado con tal estilo y celo artístico que se transforma en una obra única y difícil de olvidar. Habiendo dicho eso, conviene advertir que Under the Skin pertenece a la clasificación de "películas raras" que no son para todos los gustos. Habrá quien la encuentre aburrida y pretenciosa (como a mi me ocurre con las cintas reciente de Lars Von Trier, por ejemplo), lo cual es perfectamente válido. Pero quien acepte el reto de explorar difusos temas de identidad, humanidad y género, probablemente disfrutará esta interesante variación de un cliché de ciencia ficción filtrado a través de una sensibilidad reflexiva y filosófica. No es lo que Roger Corman hubiera hecho, pero aun así la recomiendo con absoluto entusiasmo.
Calificación: 9.5

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Friday, July 18, 2014

Wish I Was Here



Síntomas: Aidan Bloom (Zach Braff) lleva años tratando de encontrar éxito como actor, mientras su esposa Sara (Kate Hudson) mantiene a sus hijos Grace (Joey King) y Tucker (Pierce Gagnon) con un trabajo que odia. Esta difícil situación económica se ha convertido en fuente de tensión familiar; y para empeorar las cosas, Aidan descubre que su padre Gabe (Mandy Patinkin) está muy enfermo. Entonces reconoce que llegó el momento de evaluar si debe seguir persiguiendo sus sueños, o si llegó el momento de afrontar sus responsabilidades como padre de familia.

Diagnóstico: Con su segunda película como director (la primera fue la aclamada Garden State), Zach Braff confirma su talento visual y su capacidad para crear escenas muy emotivas, sustentadas por cálidas actuaciones y situaciones realistas. Sin embargo, como productor/guionista creo que le faltó un poco de disciplina y auto-critica, pues aunque Wish I Was Here me pareció generalmente buena, el argumento da muchas vueltas y tiende a perder el rumbo cuando trata de manejar demasiadas sub-tramas, personajes irrelevantes, y ocasionales desplantes creativos, incluyendo una visita a ComiCon, y hasta secuencias imaginarias con sabor a ciencia ficción. Y todo parecía tan simple al principio... un padre de familia indeciso entre sus sueños y su realidad. Por otro lado, conviene entender que Wish I Was Here cubre material auto-biográfico (al igual que Garden State), y por lo tanto es fácil suponer que cada personaje y tangente narrativa guardan particular significado para el director (y para su hermano co-guionista). Sin embargo, como humilde espectador (y participante en la campaña de Kickstarter que financió el proyecto), me parece que estos elementos distraen de la interesante historia principal, y ocupan tiempo que debió dedicarse a las vicisitudes de Aidan y su familia inmediata. En ese aspecto, Braff merece aplauso por armar un perfecto ensamble de actores, empezando por Kate Hudson en una rara interpretación seria que nos recuerda el gran talento que casi nunca vemos en sus comedias románticas. Los niños Joey King y Pierce Gagnon (como hija e hijo de Aidan, respectivamente) muestran también considerable madurez sin perder espontaneidad infantil. Y, desde luego, Mandy Patinkin impresiona como el adusto padre judío, cuya enfermedad desata intensas emociones que no puede, o no quiere expresar. Esos son todos los personajes que necesitaba Wish I Was Here para ser un perfecto drama familiar. Pero cuando añadimos al hermano "loser", a su vecina, al antipático compañero de trabajo, al rabino amistoso, al rabino enojón, al amigo desempleado, etc., la historia se diluye y pierde el foco emocional. De cualquier modo, como dije al principio, la cinta me gustó a pesar de sus desvaríos, y podría recomendarla para seguidores del movimiento "indie" con cierta tolerancia a los inevitables vicios del cine de autor. Y, para fans de la serie Scrubs, advierto que Wish I Was Here no es propiamente una comedia, aunque incluye sólidos momentos humorísticos y un par de cameos muy reconocibles. Pero, por mucho que busqué, no encontré a Rowdy... por favor avísenme si lo descubren entre el decorado de alguna escena.
Calificación: 8

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Wednesday, July 16, 2014

They Came Together



Síntomas: Molly (Amy Poehler) es la dueña de una pequeña tienda de dulces en Nueva York; Joel (Paul Rudd) trabaja como ejecutivo en una poderosa corporación dulcera que quiere eliminar a la competencia. Por eso, cuando Molly y Joel se conocen en una fiesta, se odian instantáneamente; pero con el paso del tiempo descubren que tienen muchas cosas en común, y empieza a florecer el romance. Sin embargo las cosas se complican cuando Tiffany (Cobie Smulders), la ex-novia de Joel, decide reiniciar su relación.

Diagnóstico: They Came Together cuenta con todos los ingredientes de una trillada comedia romántica... pero en esta ocasión los clichés son intencionales, ya que se trata de una sátira dedicada a burlarse del género, explotando sus bien conocidas fórmulas y estereotipos para hacernos reír y denunciar sus ridículas rutinas. Los actores son perfectos para esta labor; no solo tienen experiencia en el cine romántico, sino que su fino instinto humorístico les permite adoptar el tono exacto de seriedad y sarcasmo para sacar el máximo provecho del material y hacernos partícipes de la broma. Además, como es obligatorio en este tipo de cine, hay un interminable desfile de hábiles comediantes (Bill Hader, Ellie Kemper, Ed Helms, Michael Ian Black, Kenan Thompson, Jack McBrayer, Ken Marino, etc.) que añaden "chispa" a los roles secundarios, a veces arrancando un par de sonrisas con su mera presencia (pero, ¿cómo demonios no invitaron a Judy Greer, la eterna "mejor amiga"?) Por el lado negativo, el libreto co-escrito por el director David Wain es muy obvio e irregular. Demasiados chistes fracasan por ser inocuos o predecibles, mientras que los esporádicos momentos realmente graciosos se sienten ajenos a la trama principal (probablemente fueron improvisaciones de los actores o espontáneas digresiones del director). El resultado es que la mayor parte del tiempo estamos viendo una mala comedia romántica, y el hecho de que su mediocridad sea intencional no alivia el tedio resultante. El director David Wain tiene talento para la parodia, como ha demostrado en las series televisivas Childrens Hospital y Newsreaders, cuyos episodios apenas duran quince minutos (o menos). Si They Came Together fuera un cortometraje, sería hilarante de principio a fin; pero cuando distribuimos todos sus aciertos a lo largo de una hora y cuarenta minutos, la tasa de "risa vs. relleno" disminuye notablemente, y aunque se redime parcialmente por la simpatía de sus personajes, no basta para cumplir el potencial humorístico de la premisa. Aún así admiro la firme convicción de Amy Poheler y Paul Rudd para abordar con vigor cualquier escena, sin importar lo absurda que sea; el entusiasmo de los actores secundarios, que logra transmitirnos un poco de la diversión que sin duda experimentaron filmando la película; y desde luego la honesta intención de David Wain por burlarse de un género cinematográfico que ciertamente lo merece. Ojalá Wain y su colaborador Michael Showalter hubieran invertido más tiempo en el libreto para encontrar vertientes de humor más variadas e innovadoras; todos sabemos que las comedias románticas son absurdas, repetitivas e irreales; pero no basta con señalarlo para hacernos reír.
Calificación: 6.5

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Monday, July 14, 2014

Chef a Domicilio (Chef)



Síntomas: Después de un berrinche público que se convierte en "video viral", el experto chef Carl Casper (Jon Favreau) pierde su trabajo en un exclusivo restaurante de Los Ángeles, lo cual inicia una crisis existencial que solo se resolverá re-descubriendo su pasión por la cocina.

Diagnóstico: Así como Adam Sandler usa sus películas para tomar vacaciones pagadas en exóticas locaciones turísticas, ahora Jon Favreau aprovecha su posición como director para realizar una película donde viaja por los Estados Unidos satisfaciendo su obvia afición gastronómica. Afortunadamente Favreau tiene talento real, y el resultado de este capricho personal es una película razonablemente entretenida, a pesar del generoso aderezo de clichés que acompaña su indigesto libreto (uf... prometo no usar más referencias culinarias en este escrito). El tema de "crisis de la edad madura" no es muy novedoso, y creo que se  ha manejado mejor en otras películas, tanto dramas (The Big Chill) como comedias (The Hammer). En Chef a Domicilio funciona para lubricar los engranes de la historia, pero no se siente particularmente creíble. Y, bueno, eso aplica a todos los elementos de la cinta, desde la presencia de Scarlett Johansson como "amiga con beneficios" del chef, hasta las forzadas homilías de sitcom que resuelven todo al final. Hay una persistente artificialidad que contamina la película entera, y aunque no es suficiente para arruinar la experiencia, me "sacó" muchas veces de la trama, invalidando varios momentos dramáticos que perdieron impacto y credibilidad. Sin embargo la ágil dirección y perfecta química del elenco rescatan con creces la situación. Favreau usó hábilmente su lista de contactos para llenar los roles secundarios con excelentes actores que enriquecen la película a pesar de sus breves participaciones. Además de la mencionada Scarlett Johansson tenemos intérpretes tan variados como Dustin Hoffman (el testarudo dueño del restaurante), Sofía Vergara (ex-esposa), Robert Downey Jr. (ex-esposo de la ex-esposa - o algo así), John Leguizamo ("sous chef" y fiel amigo), y Oliver Platt (snob crítico gastronómico). También merece mención el niño Emjay Anthony, a quien ya me estaba preparando para odiar desde su primera escena. Sin embargo resultó ser un notable actor infantil con la mezcla justa de madurez e inocencia, y sus escenas con Favreau están entre las mejores de la película. Entonces, a pesar de sus rancios ingredientes narrativos... (no; perdón, no puedo decir eso). A pesar de su gastada fórmula y situaciones pre-fabricadas, Chef a Domicilio ofrece suficientes momentos de competente comedia y deleite gastronómico para ganar una recomendación que naturalmente se multiplicará para espectadores con similar afición por las artes culinarias. Yo no me cuento entre ellos, y aún así aprecié las detalladas escenas de preparación de platillos, donde se transmite el genuino entusiasmo del director, así como su inesperado talento con sartenes y cuchillos. Creo que nadie podría discutir la honestidad de esas escenas. Si tan solo el melodrama fuera tan realista...
Calificación: 7.5

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Saturday, July 12, 2014

El Rey del Erotismo (The Look of Love)



Síntomas: El empresario británico Paul Raymond (Steve Coogan) inició su exitosa carrera a fines de los años cincuenta, cuando estableció el primer club de "baile exótico" en Inglaterra; y a partir de entonces su imperio pornográfico creció hasta convertirlo en el hombre más rico del Reino Unido. Pero, desde luego, su fama y fortuna no podrían durar para siempre debido a un disipado estilo de vida que se deleitó con todos los vicios posibles, por no mencionar sus constantes conflictos con los guardianes de la decencia pública, y los efectos que su oficio tendría en su vida familiar.

Diagnóstico: El director Michael Winterbottom y el actor Steve Coogan han colaborado en varias películas (mi favorita sigue siendo 24 Hours Party People), y aunque parecerían la pareja perfecta para llevar a la pantalla la fascinante/patética biografía de Paul Raymond, el resultado se siente extrañamente blando y anémico. Quizás Winterbottom quiso desafiar las expectativas creadas por su explícita y audaz filmografía, y en vez de crear una cinta cruda y sórdida, produjo una elegante fábula de incierta moraleja e inesperada calidez. Sí, Raymond aparece como un mujeriego incorregible que abandonó a su familia; y la película no teme mostrarnos de cerca (y con increíble estilo visual) los detalles de la industria pornográfica, desde sesiones fotográficas cada vez más atrevidas, hasta ridículos ensayos de rutinas de burlesque (me permito usar la palabra "pornografía" por conveniencia, aunque el protagonista la rechaza constantemente, calificando sus productos como "entretenimiento sofisticado para caballeros"). Sin embargo, Winterbottom no busca imponer juicios morales ni condenar a Raymond (para ser justos, tampoco lo defiende); y quizás esa imparcialidad le resta impacto a la película, haciéndola tan neutral que termina aburriendo de vez en cuando. Las cosas mejoran un poco durante la segunda mitad, cuando la hija de Raymond (interpretada por Imogen Poots) se incorpora a la trama... y al negocio de su padre, creando una interesante dinámica familiar, tremendamente disfuncional, y al mismo tiempo protectora y cordial (solo un padre cariñoso y comprensivo podría recomendarle a su hija dónde comprar las mejores drogas, ¿cierto?). Otro acierto, desde luego, es la presencia de Steve Coogan en el papel protagónico. Su habitual talento para interpretar sinvergüenzas con corazón de oro lo hace ideal para dar vida al contradictorio Raymond, añadiendo un sardónico sentido del humor que ayuda a balancear el mezquino negocio que le dio su fortuna. Y, desde luego, El Rey del Erotismo (¡qué título!) luce algunas magníficas recreaciones de la moda y cultura londinense del siglo pasado, evitando la caricaturesca exageración de Austin Powers para centrarse en el refinado estilo asociado con aquellas décadas; no me extrañaría verla nominada al Oscar por Diseño de Producción. Pero, a fin de cuentas, las excelentes actuaciones del reparto y las lámparas diseñadas por Ringo Starr no resuelven los problemas de la cinta; a pesar de ello puedo recomendarla como una curiosidad cultural, más interesante por la manera como cuenta la historia que por la historia misma. Por cierto, como advertencia para quienes solo quieran verla por los abundantes desnudos, diré que se sienten más utilitarios que sensuales; meras herramientas de un oficio que pierde glamour entre más se empeña en simularlo.
Calificación: 7.5

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Friday, July 11, 2014

Transformers 4 (Transformers: Age of Extinction)



Síntomas: Tres años después de la destrucción de Chicago, el gobierno de los Estados Unidos decretó la captura y eliminación de todos los Transformers, tanto Autobots como Decepticons. Pero cuando un inventor fracasado llamado Cade Yeager (Mark Wahlberg) descubre casualmente a Optimus Prime (voz de Peter Cullen), se desata una cadena de eventos que pondrá nuevamente en peligro a la humanidad, no solo por las acciones de los Transformers, sino de un misterioso enemigo que los persigue desde hace mucho tiempo.

Diagnóstico: A estas alturas todos sabemos qué esperar en una película de la saga Transformers: personajes irrelevantes, un argumento superficial, y descomunales efectos especiales que embotan los sentidos y nos distraen de la incapacidad del director Michael Bay para contar una historia interesante, o al menos coherente. Con esas bajas expectativas Transformers 4 me pareció marginalmente superior a sus predecesoras, pues aunque la devastación y explosiones se redujeron un poco (al menos en comparación con la mega-épica Dark of the Moon), la trama resultó inesperadamente clara y fácil de seguir. Claro, la duración de casi tres horas significa que hay excesivo relleno y secuencias de acción tan infladas que terminan aburriendo, pero aún así se nota un esfuerzo consciente por afinar la narrativa, y acompañarla con personajes ligeramente sustanciosos cuya motivación a veces logramos discernir (es un halago tan frugal que parece insulto, pero lo digo con buena intención). Esto no significa que Transformers 4 sea particularmente buena; de hecho, en sus peores momentos repite todos los errores de las cintas pasadas (tediosa acción, melodrama forzado, humor irritante, etc.); y aunque la trama sea más congruente, tampoco es creíble. En el pasado habíamos visto la colaboración de personas normales con el ejército norteamericano, cuyos ilimitados recursos apenas bastaban para combatir a los Decepticons. Pero esta vez todo depende de tres o cuatro individuos incompetentes que de algún modo se las arreglan para estar siempre en el lugar apropiado, sobreviviendo milagrosamente los ataques de poderosísimas criaturas robóticas, y mágicamente sabiendo que hacer en circunstancias que abrumarían a cualquier otro ser humano (por ejemplo, manejando exóticas armas alienígenas, subiendo y bajando de naves extraterrestres como si fuera el autobús local, e infiltrándose casualmente en laboratorios de alta seguridad). El aspecto romántico de la cinta es aún peor que antes; la "megan fox" en turno es peor actriz que todas las anteriores combinadas, y su "galán" es un cero a la izquierda, absolutamente inútil y exento de personalidad. Por el lado amable, Mark Wahlberg es un protagonista más adecuado que Shia LaBeouf, gracias a su básica capacidad para modular emociones y fingir sinceridad en sus vacuos diálogos. Y el obligatorio genio loco, interpretado por Stanley Tucci, resulta funcional y hasta tolerable cuando deja de imitar a Steve Jobs para evaluar las consecuencias de sus acciones. Entonces, para hacer una crítica corta de una película demasiado larga, terminaré diciendo que Transformers 4 no es la cinta más espectacular de la saga, pero quizás sea la menos caótica desde el punto de vista narrativo. Sigue usando las mismas muletillas (efectos especiales en lugar de drama, música rimbombante en vez de emociones), y nunca sabe cuándo deberían terminar las escenas; sin embargo, su balance entre historia y espectáculo visual parece más sensato, y hasta la dirección se siente más madura y mesurada... aunque eso no impide a Bay hacer abundantes encuadres del trasero de la actriz Nicola Peltz (cuyo personaje es una chica de diecisiete años, haciendo estos momentos levemente incómodos; pero no importa, porque al parecer está permitido por la ley de Texas). Entonces Transformers 4 no es una película muy recomendable, pero merece verse en el cine como alucinógeno audiovisual, en una pantalla grande con sonido envolvente (hablando de lo cual, vi la versión 2D). Y lo mejor que puedo decir es que con esta cuarta película por fin sentí, durante un breve instante, la magia de la niñez recuperada, gracias a una escena que no revelaré, pero que será evidente cuando la vean. No sé si esos dos segundos justifican la película entera... pero fue un buen augurio para la siguiente secuela. En resumen: más Dinobots por favor, y menos trasero ilegal.
Calificación: 7

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Wednesday, July 9, 2014

I'll Follow You Down



Síntomas: A fines de los noventas, el profesor de Física Gabe Whyte (Rufus Sewell) desaparece misteriosamente durante una conferencia científica, devastando la vida de su esposa Marika (Gillian Anderson) y su pequeño hijo Erol (John Paul Ruttan). Doce años después el adulto Erol (Haley Joel Osment) y su abuelo Sal (Victor Garber), tratan de recrear el experimento que Gabe realizaba en aquel entonces, pues creen haber descubierto una pista sobre su desaparición... y su posible ubicación.

Diagnóstico: No se ven con mucha frecuencia, pero me gustan las películas independientes de ciencia ficción porque tienden a enfocarse más en las ideas que en los efectos especiales. Cintas como Primer, The Man From Earth y Safety Not Guaranteed manejan conceptos innovadores y fascinantes, pero siempre como catalizadores del drama humano. En otras palabras, la ciencia ficción funciona como el fondo lógico sobre el que se dibujan las experiencias de los personajes. I'll Follow You Down pertenece a esa clasificación de películas, y aunque lamentablemente no sea tan buena, merece aplauso por su sobrio examen de una familia destrozada por la tragedia, y de las ventajas potenciales (así como peligros) de alterar el curso de la historia para beneficio personal. Por eso conviene aclarar que la mayor parte de I'll Follow You Down consiste en densas conversaciones sobre física, responsabilidad, causas y consecuencias. No hay efectos especiales (con excepción de un foco amarillo) ni escenas de acción... simplemente diálogos y buenas actuaciones que nos ponen a pensar al mismo tiempo que nos entretienen. Hablando de actores, el primer impacto de la película es encontrar la versión madura de Haley Joel Osment, aquel famoso niño de The Sixth Sense. Afortunadamente sigue siendo buen actor y no cuesta trabajo aceptarlo como un desaliñado estudiante de física que sigue los pasos de su padre, al mismo tiempo que trata de evitar sus errores. Gillian Anderson (más conocida como la Agente Scully) tiene una participación relativamente corta pero sustanciosa como la viuda del científico desaparecido. Al principio su papel me pareció un poco gratuito, pero eventualmente se justifica como motivadora principal de los eventos en la segunda mitad de la historia. Y cerrando el eficiente reparto tenemos a Victor Garber en el reflexivo papel del abuelo con ideas contradictorias sobre el futuro (y pasado) de su familia. Por su parte, el director y guionista Richie Mehta conduce la cinta con metódico ritmo, aunque en un par de ocasiones tiende a caer en cierta redundancia narrativa que frena la película y hace que se sienta más larga de lo necesario. A pesar de eso, I'll Follow You Down sostuvo mi atención con sus sólidas disertaciones pseudo-científicas y cuestionamientos filosóficos (aunque la "ciencia" real que maneja no rebasa el nivel de un episodio promedio de Star Trek: The Next Generation). La producción (canadiense, por cierto) es modesta, pero funcional; y aunque no haya sido tan buena como los ejemplos antes mencionados, se gana un lugar en el exclusivo nicho de "ciencia ficción seria" que no necesita seducirnos con trucos visuales para cautivarnos con su contenido. Claro, eso significa que nunca será tan popular como Looper o Back to the Future, pero sospecho que nunca fue su intención. Además, nadie quiere ver al niño de The Sixth Sense con barba y volando en una patineta flotante.
Calificación: 8

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Tuesday, July 8, 2014

Happy Christmas



Síntomas: Tras separarse de su novio, la joven e impulsiva Jenny (Anna Kendrick) se muda a la casa de su hermano Jeff (Joe Swanberg) y su esposa Kelly (Melanie Lynskey), con la intención de reconstruir su vida y encontrar un oficio productivo. Pero su inestable presencia e irresponsables aventuras empiezan a tener una impredecible influencia sobre su nuevo hogar.

Diagnóstico: Una de mis películas favoritas del año pasado fue Drinking Buddies, la cual confirmó el talento del escritor y guionista Joe Swanberg para trascender el menospreciado género "mumblecore" por medio de historias realistas y universales que alcanzan niveles de honestidad emocional rara vez encontrados en dramas de más elevado perfil. Su nueva película, Happy Christmas, es otra "rebanada de vida" simple en su forma pero compleja en su contenido, gracias a las mutables dinámicas de sus protagonistas, y a un brillante reparto cuyas actuaciones alcanzan ese mágico balance entre improvisación y estructura que nos captura de inmediato en sus vivencias, y nos invita a descubrir gradualmente la profundidad que ocultan sus frívolas experiencias. Creo que el truco de Swanberg no reside en lo que nos muestra, sino en todo lo que omite. Una y otra vez establece situaciones tensas, cargadas de emoción, y las abandona antes de llegar al "clímax dramático" que parecía inevitable. El resultado es sorprendentemente potente y cautivador. La escena provoca el impacto deseado, y al mismo tiempo conserva una sutileza y espontaneidad que quizás se hubieran sacrificado en una cinta más convencional, donde el clímax de la escena se considera un fin por sí mismo, en vez de servir como un paso más en la evolución de los personajes. Es una estrategia arriesgada que no cualquier actor podría afrontar, pero afortunadamente Anna Kendrick, Melanie Lynsky y Lena Dunham (por no mencionar al bebé Jude Swanberg) están a la altura del material, reservando su considerable talento para darle peso a esos momentos prosaicos que deberían ser irrelevantes, pero que terminan revelándose como clave de su humanidad. Por el lado negativo diré que Happy Christmas me gustó menos que Drinking Buddies. Como dije, la estrategia de Swanberg es omitir cosas, pero a veces omite demasiado, incluyendo un final concreto y catártico que valide los previos ochenta minutos de tensión familiar. La ambigüedad de un final repentino puede funcionar cuando llega en el momento apropiado; pero en el caso de Happy Christmas se siente como una arbitraria interrupción; un escape, en vez de una resolución planeada. Entiendo el estilo del director, y no estoy pidiendo un "gran gesto" o un forzado final feliz para cerrar la película; pero definitivamente siento que pudo encontrar un mejor momento para abandonar a los personajes, sin dar la impresión de que se llenó la tarjeta de memoria de la cámara digital, y el director dijo: "Eh, vamos a dejarlo ahí. ¡Buen trabajo, equipo!" Pero bueno... ese chasco final no basta para arruinar la película ni suprime sus demás aciertos, así que Happy Christmas amerita una recomendación por su sobria narrativa, sólidas actuaciones, y sobre todo por lograr mucho con muy poco (y no solo me refiero al dinero, sino al austero libreto). Los fans del "mumblecore" sabrán qué esperar; y el público acostumbrado al drama estilo "Meryl Streep" podría disfrutar esta interesante alternativa que pone la naturalidad por encima de la técnica. Pero, para ser honestos, creo que Drinking Buddies sigue siendo una selección más afortunada para incursionar en las virtudes (y ocasionales frustraciones) del moderno cine de autor. También termina abruptamente, pero sabemos hacia dónde se dirigen los personajes, y esa simple información basta para atar cabos sueltos y dejar satisfecho al espectador. Y un poco ebrio de drama "indie".
Calificación: 8

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Monday, July 7, 2014

Ghost of Goodnight Lane



Síntomas: Durante la filmación de una película independiente de terror algunos técnicos y actores mueren de manera misteriosa, y los sobrevivientes tendrán que descubrir el secreto del fantasma asesino que aparentemente esta cobrando venganza por una tragedia pasada.

Diagnóstico: La presencia de algunos buenos actores y el argumento "meta" (¡es una película dentro de la película!) me inspiró la ligera esperanza de que Ghost of Goodnight Lane lograría trascender su modesta manufactura para convertirse en una inesperada joya de terror. Mala suerte; a pesar de algunos elementos favorables la cinta fracasa por culpa de su tedioso argumento y pobres actuaciones, convirtiéndose en una frustrante pérdida de tiempo que costaría trabajo recomendar. No me gusta hablar mal de películas como ésta pues, independientemente de sus deficiencias, se nota el genuino esfuerzo del personal técnico, empezando por el director/productor/guionista/editor/veterinario Alin Bijan, cuya ambición y talento le permitieron alcanzar un nivel de calidad bastante decente en algunas de esas tareas; pero la trama es un desastre sin pies ni cabeza, donde los eventos sobrenaturales y los asesinatos ocurren sin método ni razón, como improvisadas interrupciones cuando los "diálogos" y "actuaciones" se vuelven tan aburridos que solo una dosis de sangre o una chica en bikini podría recuperar la atención del somnoliento espectador. En cuanto a los mencionados buenos actores ("buenos" en el contexto del cine B), su presencia sirve más para vender la película que para crear personajes creíbles o interesantes. La famosa "scream queen" Danielle Harris tiene un papel corto y por debajo de su talento (en mi humilde opinión); Billy Zane tomó la cuestionable decisión de susurrar todos sus parlamentos, haciendo su actuación monótona y a veces incomprensible; sin embargo aprecio sus intentos por introducir un poco de humor al solemne libreto ("¡Acabamos de pintar las paredes!"). El único punto de luz en el reparto es Lacey Chabert (más conocida por Mean Girls y Party of Five), cuya naturalidad y creíbles reacciones rescatan casi todas sus escenas... aunque sus poderes redentores no se extienden al resto de la película. Y para fans del gore (como yo), hay algunas muertes sangrientas y bien coreografiadas, ocasionalmente auxiliadas por efectos digitales de razonable calidad. Ah, y para variar, la cinta está basada en "hechos reales", y se grabó en un estudio embrujado en la ciudad de Los Ángeles; ¡es prácticamente un documental! Finalmente, un obligatorio SPOILER para amantes de los animales: el perrito sobrevive. Entonces, cometí el error de ver Ghost of Goodnight Lane con expectativas demasiado elevadas que terminaron acentuando sus problemas narrativos; afortunadamente su producción resultó bastante competente (comparándola con otras cintas de horror casero), y los últimos veinte minutos son suficientemente chiflados para (casi) olvidar el aburrimiento de la primera mitad. Además, es asombroso que el director haya levantado con tan pocos recursos una producción independiente con suficiente calidad para venderse a las distribuidoras de Video On Demand (lo cual tampoco es decir mucho). Por todo eso amerita una recomendación dirigida exclusivamente a estudiosos del horror "indie", y para completistas que no quieran perderse una sola cinta de "fantasma femenino con arbitrarios poderes sobrenaturales". O de "chica en bikini que aparece cuando la necesitamos".
Calificación: 6

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Saturday, July 5, 2014

Ninfomanía, 2da Parte (Nymphomaniac, Vol II)



Síntomas: Joe (Charlotte Gainsbourg) sigue recuperándose de sus heridas (físicas y emocionales) en casa del comprensivo Seligman (Stellan Skarsgård), y continúa el relato de las desventuras que ha sufrido por causa de su ninfomanía. Al mismo tiempo, Seligman confiesa algunas cosas que podrían transformar la conversación en un juicio.

Diagnóstico: Apenas ha pasado un mes y medio desde que vi la primera parte de Ninfomanía, y francamente no recuerdo muchos detalles, lo cual considero afortunado, pues así logré interesarme nuevamente en las hipnóticas conversaciones de Joe y Seligman, olvidando la repetitiva naturaleza de la previa película. Y, quizás por eso terminé apreciando más esta segunda entrega, por las mismas razones que encontré tolerable la primera. El trabajo de los actores es muy bueno (sí, incluyendo a Shia LaBeouf), la dirección de Lars Von Trier sigue sorprendiendo con su seguridad y casual virtuosismo, y los temas que cubren los protagonistas en sus trémulas conversaciones son profundos y fascinantes. No siempre estoy de acuerdo con lo que expresan, pero aun así vale la pena explorar sus dispares puntos de vista. Por el lado negativo sigo pensando que la historia de Joe no es particularmente interesante, y se extiende demasiado por medio de largos y monótonos "flashbacks"... pero si se omitieran, también se perderían las gráficas escenas sexuales que resultaron tan útiles para darle publicidad gratuita a la película desde muchos meses antes de su estreno. En ese sentido mercadológico entiendo su función; pero como parte de la narrativa siguen pareciéndome arbitrarios caprichos de un director ansioso por parecer audaz y "transgresor". Y, hablando de "gratuito", el final de Ninfomanía, 2da Parte, está entre los más obtusos y frustrantes que he visto. O, mejor dicho, que no he visto (cuando la vean entenderán). Entonces, para no dar demasiados rodeos, creo que Ninfomanía hubiera sido una extraordinaria película si su extenso contenido se hubiera destilado en dos horas de intensos diálogos con el mínimo de "flashbacks" necesarios para ilustrar el punto de los personajes. Pero con su monolítica duración actual de cuatro horas, perece una oportunidad desperdiciada por un excelente director que perdió el sentido de la auto-crítica y la moderación. Como dije antes, sigo admirando el talento de Von Trier, pero no su indulgente ego. Aún así, seguiré viendo sus películas con la esperanza de que regrese a sus cabales, o que encuentre un productor con mano firme que sepa domar este genio fuera de control. Después de todo, se requiere considerable talento para hacer el sexo tan aburrido.
Calificación: 7

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Friday, July 4, 2014

Buenos Vecinos (Neighbors)



Síntomas: Tras el nacimiento de su pequeña hija, los esposos Mac (Seth Rogen) y Kelly Radner (Rose Byrne) están encontrando difícil la transición a la vida de adultos responsables. Y las cosas empeoran cuando la casa vecina es ocupada por una disipada fraternidad universitaria dirigida por Teddy Sanders (Zac Efron), cuyas constantes fiestas y "bromas" les hacen la vida imposible... y al mismo tiempo representan una tentación para regresar a la diversión que sacrificaron cuando se convirtieron en padres.

Diagnóstico: Parece mentira que haya pasado una década desde que el productor Judd Apatow revolucionó el cine moderno con su estilo de comedia vulgar y desvergonzada, pero sustentada por personajes cálidos y realistas cuyas emociones tenían igual importancia que los chistes escatológicos y el casual uso de drogas. Esta corriente pareció fresca e innovadora durante un tiempo, pero fue copiada y repetida tantas veces que terminó diluyéndose, sobre todo cuando los directores y guionistas dejaron de preocuparse por el genuino humor, y se enfocaron en la simple tarea de crear una colección de escenas tan vulgares como fuera posible, esperando que la simpatía natural de los actores se encargaría del resto. A veces funcionó esa perezosa estrategia (Step Brothers) y a veces no (Drillbit Taylor); pero de un modo u otro el hechizo se había roto, y ya no era tan fácil reír ante estos simulacros de humor... lo cual es exactamente lo que intenta hacer Buenos Vecinos. Judd Apatow no tuvo nada que ver con esta película, pero su influencia sigue vigente. La clásica premisa de "vecinos en conflicto" crea apropiado melodrama, la "juventud" de los estudiantes universitarios (interpretados por actores de casi treinta años, naturalmente) justifica la inmadurez de sus hazañas; y las clásicas rutinas de los actores (la bonachona estupidez de Seth Rogen, la fallida dignidad de Rose Byrne, la inocente incorrección política de Ike Barinholtz) nos distraen de un flojísimo libreto sin estructura concreta durante gran parte de la película, excepto al principio, cuando parecía prometedor, y al final, cuando trata de resolver todo de la manera más forzada posible. Me abstendré de comentar sobre la "actuación" de Zac Efron para no contrariar a sus fans. Ya tendrán bastantes dificultades viendo a su ídolo en otro vano intento por abandonar su imagen Disney con ayuda de groserías y penes de hule (esto último se está convirtiendo en un tema recurrente de sus películas... me pregunto si tendrá algún significado). Por el lado positivo diré que la cinta es bastante breve, y cuenta con obligatorios cameos que de vez en cuando arrancan una o dos sonrisas. Y también me gustó la selección de canciones, sobre todo cuando se emplean como señuelo para distraer a los dinosaurios amargados como yo (por ejemplo Crazy Train, de Ozzy Osbourne). Sin embargo, no niego que todos estos engañosos elementos cumplen su función de crear una experiencia ruidosa y abigarrada que podría disfrutarse por sus excesos y candor. No me cuento entre ese público, pero es un enfoque perfectamente válido y no pretendo juzgarlos. Entonces, no podría recomendar Buenos Vecinos, pero comprendo su atractivo (confirmado por su mediano éxito en taquilla). En vez de eso, podría recomendar algunas cintas de Apatow que hacían reír por su humor, como Get Him to the Greek o Superbad. O, en su defecto, podría sugerir Animal House, aquella clásica obra de humor universitario que parecía escandalosamente vulgar para su época, aunque hoy casi podríamos verla en el horario infantil de televisión. Y sin un solo pene de hule. Quizás ese no sea el secreto del humor, después de todo.
Calificación: 5

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Wednesday, July 2, 2014

Tim's Vermeer



Síntomas: Documental acerca del inventor Tim Jenison y su teoría sobre las herramientas empleadas por el célebre pintor holandés del siglo diecisiete Johannes Vermeer, cuyos cuadros de asombroso realismo y ricas tonalidades le han valido el calificativo de "el mejor pintor de la historia". Para confirmar su teoría, Jenison se da a la tarea de recrear "La Lección de Música", una de las más famosas obras de Vermeer. Y, para filmar el proceso, ¿quiénes más aptos que los magos Penn & Teller?

Diagnóstico: Parte de mi trabajo "real" consiste en producir imágenes digitales realistas, valiéndome de toda clase de trucos tecnológicos y software especializado (y, aceptémoslo, una penosa cantidad de prueba y error). Por eso me asombra la capacidad de pintores como Johannes Vermeer para obtener resultados prácticamente foto-realistas hace cuatro siglos, usando las arcaicas herramientas de su oficio: pigmentos, aceites, pinceles y lienzo. No sé mucho sobre arte, pero no hace falta ser un conocedor para admirar el genio detrás de obras como "El Arte de Pintar", "La Pequeña Calle" y "Mujer con Balanza" (por no mencionar "La Muchacha con el Arete de Perla", la cual inspiró una excelente película que extendió considerablemente la fama de Vermeer). Y ahora, en el siglo veintiuno, el inventor Tim Jenison (fundador de la empresa NewTech, cuyas más famosas creaciones son el software de animación Ligthwave, y el switcher de video Tricaster) es un auténtico conocedor, y su curiosidad sobre las técnicas de Vermeer lo llevó a concebir una posible solución para el misterio de su realismo. Se sabe que muchos artistas de aquel período usaban la "cámara oscura" (un cuarto oscuro con un pequeño orificio a través del cual se proyecta una imagen invertida del exterior) como guía para realizar el boceto inicial del sujeto o paisaje a pintar; pero nada de eso explica el manejo de iluminación, atmósfera e increíble detalle logrado por Vermeer. Más aún, no existen documentos que describan sus técnicas, y ni siquiera hay registros de sus estudios, ya fueran formales o como aprendiz de algún otro maestro pintor. En resumen: un auténtico misterio histórico acentuado por el valor y belleza de su legado artístico... hasta que Tim Jenison, un "geek" en el más excelso sentido de la palabra, concibió un ingenioso sistema de lentes y espejos que, en sus propias palabras, "convierte al artista en una máquina", y le permite recrear la realidad sin necesidad de poseer particular talento... con excepción de inflexible disciplina y dedicación. Pero todo esto será solamente una interesante teoría, hasta que Jenison logre recrear el cuadro "La Lección de Música". El famoso e irreverente dueto de magos Penn (Jillette) y Teller son amigos de Jenison, y cuando se enteraron del inusual proyecto decidieron hacer un documental al respecto, alternando entrevistas con expertos (del calibre de David Hockney y Philip Steadman), testimonios de pintores aficionados (como el actor Martin Mull) y "cabezas parlantes" como el mismo Penn Jillette, cuya larga relación con Tim Jenison humaniza el documental, aportando anécdotas personales y videos que nos ilustran sobre la tenacidad y simpatía del inventor. Me abstendré de revelar la técnica de Jenison, pues merece ser vista para apreciar su elegante simplicidad, y al mismo tiempo el tremendo ingenio necesario para diseñarla. Además, como buen truco de magia, es mejor no saber todo desde el principio, para disfrutar la sorpresa y suspenso del proyecto. ¿Logrará Jenison recrear la obra maestra? ¿O será un simple ejercicio de obsesión compulsiva? El resultado no importa tanto como el placer de ver a un genio tratando de emular a otro genio que vivió hace cuatro siglos, y nos dejó un hermoso misterio que no necesita resolverse para apreciar la belleza de sus obras. Entonces Tim's Vermeer no será un documental "importante" o trascendental, pero me gustó mucho y puedo recomendarlo para aficionados al arte, a la tecnología, y al simple placer de perseguir una obsesión hasta sus últimas consecuencias, lo cual es la auténtica marca del genuino "geek".
Calificación: 9

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Tuesday, July 1, 2014

The Raid 2: Berandal



Síntomas: El joven policía Rama (Iko Uwais) apenas sobrevivió la brutal redada sobre el cuartel de la mafia (como vimos en The Raid: Redemption); pero su extraordinario desempeño llamó la atención del Inspector Bunawar (Cok Simbara), quien le ofrece un puesto en su escuadrón secreto, donde podrá contribuir a limpiar la corrupción en las altas esferas de la Policía. Rama acepta, y su primera misión consiste en infiltrarse en la pandilla del veterano jefe criminal Bangun (Tio Pakusodewo). ¿Lograra Rama mantener en secreto su identidad? ¿O será descubierto por su nueva y peligrosa "familia"?

Diagnóstico: The Raid: Redemption fue una de las mejores sorpresas del año 2011, gracias a sus increíbles secuencias de acción, eficiente libreto, y virtuosa dirección del galés Gareth Evans, quien prácticamente reinventó el cine de artes marciales con esta inesperada joya proveniente de Indonesia. Para la secuela, The Raid 2: Berandal, todos esperábamos otra dosis de implacable acción de principio a fin. Sin embargo el director decidió alejarse de aquella simple fórmula para presentarnos una historia más densa y complicada, que me hizo recordar el cine "yakuza" de los noventas, donde la diplomacia criminal, negociaciones y traiciones resultaban casi tan emocionantes como las peleas y persecuciones. Casi. Sin duda admiro la evolución de Evans como cineasta, y su ambición por desarrollar esta incipiente franquicia; sin embargo la premisa de "policía infiltrado en la mafia" se siente un poco trillada, y si bien cumple su función de ampliar la escala (y duración) de la película, termina empleando los mismos clichés que hemos visto una y otra vez, no solo en el cine asiático, sino en el género policíaco global: el policía rebelde que no obedece las reglas; el inesperado honor entre mafiosos; la sub-trama de venganza personal... en otras palabras, todos los ingredientes de un buen drama criminal, no muy fresco, pero confiable y satisfactorio. Tal vez algunos espectadores sentirán impaciencia por la cantidad de escenas pasivas donde los personajes discuten y conspiran tanto que a veces cuesta trabajo seguir el hilo de la historia, así como el inescrutable laberinto de alianzas, secretos y traiciones. Todo esto contribuye a inflar la duración de The Raid 2: Berandal a casi dos horas y media, dejando las escenas de acción como esporádicos acentos del melodrama. Por otro lado, ese intrincado argumento hace las peleas más significativas, pues no solo son desesperadas luchas por la supervivencia, sino estrategias finamente planeadas para reclutar aliados, eliminar enemigos, o manipular el balance de poder en el crimen organizado de Jakarta. Afortunadamente el ritmo se acelera hacia el final, y los últimos cuarenta y cinco minutos se transforman en una larga y delirante secuencia de acción que nos lleva desde el interior de un automóvil durante una frenética persecución, hasta los más elegantes bares de la ciudad. De hecho, creo que este asombroso desenlace supera todo lo realizado en The Raid: Redemption, no solo en lo que respecta a las artes marciales, sino al estilo visual, creatividad coreográfica, y desde luego a la violencia. Entonces, The Raid 2: Berandal es al mismo tiempo muy distinta y muy similar a su predecesora; la trama es más complicada, las emociones más profundas y la acción más contundente. Admito que al principio me costó trabajo asimilar este nuevo enfoque del director, pero eventualmente quedé convencido de que el incremento en drama e intriga hace más satisfactoria la experiencia... aunque me haya hecho bostezar en un par de ocasiones. El único problema es que después de ver The Raid 2: Berandal será difícil tomar en serio las cintas de acción hollywoodeses que veremos en esta temporada; por muchos superhéroes, cataclismos y robots gigantes que nos ofrezcan, dudo que alcancen la emoción e impacto visceral de una simple pelea con martillos en el tren subterráneo.
Calificación: 9.5

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