Síntomas: Después de sufrir los abusos de Drácula (Nicolas Cage) durante un siglo, el "familiar" Robert Montague Renfield (Nicholas Hoult) conoce una mujer que podría darle la motivación necesaria para romper la influencia del vampiro y recuperar su dignidad.
Diagnóstico: El director Chris McKay tiene experiencia en el cine de acción (The Tomorrow War), pero también participó en la subversiva serie para adultos Robot Chicken; y ahora, para bien o para mal, ambas sensibilidades están presentes en Renfield: Asistente de Vampiro, una bizarra fusión de comedia, drama y terror que me dejó satisfecho a pesar de su fragmentada estructura y caótico ritmo. Renfield: Asistente de Vampiro podría haber sido una genérica "comedia de terror", pero McKay tomó en serio el problema de las relaciones codependientes y el daño que pueden causar en ambos extremos de la tóxica ecuación.
En la novela original de Bram Stoker, Renfield era un personaje incidental recluido en una institución psiquiátrica; pero Renfield: Asistente de Vampiro ofrece una versión alternativa, donde Robert Montague Renfield (Nicholas Hoult) ha acompañado al Conde Drácula (Nicolas Cage) durante más de un siglo, protegiéndolo cuando está débil y encontrando nuevas víctimas para alimentarlo. Sin embargo Renfield está cansado de su trabajo, tanto física como espiritualmente. Entonces, mientras busca sangre fresca entre los criminales de Nueva Orleans, Renfield conoce a la oficial de policía Rebecca Quincy (Awkwafina)... y se forma una amistad que podría ser benéfica para ambos individuos... siempre y cuando Drácula no se entere.
Las sub-tramas de Renfield: Asistente de Vampiro se sienten insustanciales por sí mismas; pero la alquimia creativa se forja en la combinación de sus incongruentes elementos, entretejiendo una densa red de causas y consecuencias que envuelve a cada personaje y lo encamina en la dirección correcta para cumplir su destino... ya sea estableciendo su independencia personal, o cobrando venganza por una tragedia del pasado. El conflicto de cada personaje está bien planteado y cuidadosamente conectado con los demás, logrando un armonioso balance que nunca pierde de vista los temas de la cinta ni la historia principal. Excelente trabajo del guionista Ryan Ridley, y del productor Robert Kirkman que concibió el concepto original.
Lo cual nos lleva a la exuberante dirección de Chris McKay y al impecable desempeño del elenco en escenas ostensiblemente ridículas, pero siempre consistentes con la transformación de los personajes. Nicolas Cage encontró en Drácula el papel ideal para justificar sus habituales exabruptos histriónicos (me encantaron las escenas en blanco y negro que rinden tributo al Dracula original de 1931); Awkwafina es una sólida "mujer de acción" con igual talento para el drama y el humor (nada nuevo para quienes admiramos su trabajo en The Farewell y en su irreverente serie televisiva). Y por el lado de los villanos tenemos a Shohreh Aghdashloo como líder criminal decepcionada por la ineptitud de su hijo, hilarantemente interpretado por Ben Schwartz (Sonic the Hedgehog 2). Mi única queja es que Nicholas Hoult (The Menu) se ve opacado por las extravagantes personalidades que lo rodean; sin embargo fue un factor esencial para subrayar la represión de Renfield y hacer más sorprendentes sus escenas de acción.
A pesar de algunos clichés y cuestionables decisiones estilísticas (como la "shaky cam"), Renfield: Asistente de Vampiro me pareció una experiencia divertida y recomendable, mucho más ingeniosa, sangrienta y graciosa de lo que yo esperaba. El tiempo dirá si amerita el calificativo de "joya oculta" o "cinta de culto", pero por lo pronto fue una de las sorpresas más agradables del año, y otro ejemplo de lo que puede lograrse con los Monstruos Clásicos sin recurrir a la mentalidad de los "blockbusters".
Calificación: 8