Tuesday, April 25, 2023

Enys Men


Síntomas: En 1973, una mujer trabaja como investigadora voluntaria en la remota isla de Enys Men, midiendo las condiciones del suelo y vigilando en nivel de los mantos acuíferos. Entonces empieza a escuchar un sonido rítmico en el subsuelo que despierta recuerdos de un pasado doloroso.

Diagnóstico: ¿O serán fantasmas de las víctimas de un accidente marítimo? No estoy seguro, y ese es exactamente el punto.
En el año 2023 el tema de moda ya no es "horror elevado", sino "horror liminal", un término indudablemente pretencioso, pero útil para describir las historias ubicadas en el umbral de la percepción... entre la imaginación y la realidad... entre las inescrutables pesadillas de los personajes y sus prosaicas vidas cotidianas.
Suena como la introducción de The Twilight Zone; la cual, por cierto, podríamos señalar como pionera del horror liminal (aunque los académicos probablemente señalarán la literatura de Arthur Machen, Algernon Blackwood, y otros precursores de Lovecraft).
Pero me estoy desviando del punto. Enys Men es una sólida muestra de esta nueva (vieja) tendencia, con una fracturada narrativa que a veces indica una cosa (la mujer sufrió una tragedia en su juventud que la aisló de la civilización, figurada y literalmente), a veces otra (¿todos son fantasmas, o algo así?), y con frecuencia se contradice para dejarnos en constante duda sobre los eventos que nos muestra el director Mark Jenkin.
Todo empieza con la rutina de una investigadora voluntaria (Mary Woodvine) encargada de medir las condiciones del suelo en una pequeña isla en la costa de Cornwall, al sur de Inglaterra (cuna de la cultura celta, lo cual sugiere tradiciones paganas que podrían explicar otros aspectos de la película). El aislamiento y la monotonía están afectando el frágil estado psicológico de la mujer, quien ve y escucha cosas que no son reales. Y cuando llegamos al final solo encontramos más preguntas en vez de respuestas.
Sin embargo no puedo negar que encontré Enys Men fascinante y perturbadora, a pesar de algunos pasajes un poco aburridos y la inevitable exasperación de una historia tan confusa.
En el papel principal Mary Woodvine expresa mucho sin palabras, y sin el apoyo de un arco dramático convencional. Sin embargo sus necesidades físicas (comida, higiene, la obligatoria taza de té vespertina) nos mantienen conectados a la realidad, pues a fin de cuentas se trata de una mujer sola en un entorno más peligroso que cualquier fenómeno paranormal. Y además los serenos paisajes de la isla (filmados en genuina película Kodak de 16mm.) me invitaron a reflexionar sobre los procesos naturales que ocurren en ausencia de la humanidad, siguiendo estrictas reglas que nos afectan todos los días, aunque las olvidamos en el ajetreo de la sociedad moderna.
En resumen: como cualquier obra de arte que merezca esa descripción, Enys Men transmite su propio mensaje (no me pregunten cual fue), al mismo tiempo que refleja la ideología del espectador y nos enseña algo nuevo sobre nosotros mismos. O algo así. No sé. Estoy tratando de encontrar razones para recomendar una película densa y frustrante, que desde luego no será para todos los gustos. Sin embargo, para el público interesado en el "horror liminal", Enys Men ofrece una generosa dosis para medir nuestra tolerancia a la más reciente moda del horror contemporáneo. Por mi parte seguiré usando la confortable frase de "cine raro" para describir el cine sin sentido, pero con clara resonancia emocional. Lo repito de nuevo: entre más cambian las cosas, más se quedan igual.
Calificación: 7.5

IMDb

No comments:

Post a Comment