Síntomas: La joven Valeria Hernández (Natalia Solián) está esperando un hijo con su esposo Raúl (Alfonso Dosal), pero su felicidad se interrumpe por las siniestras visiones que la persiguen. O tal vez son síntomas normales de un embarazo difícil.
Diagnóstico: Huesera sigue la fórmula de incontables películas de terror sobre demonios o espíritus malignos que amenazan a sus víctimas con una variedad de tormentos físicos y psicológicos (algunos ejemplos que también involucraron embarazos o bebés en peligro: The Lullaby, Still/Born y Shelley). Sin embargo, los mejores atributos de Huesera no provienen de la actividad paranormal, sino de las consecuencias del embarazo en una joven mujer que quizás no está lista para tener hijos, a pesar de lo que todos piensan... incluyendo ella misma.
Todo lo cual significa que Huesera podría ser la primera película mexicana de "horror elevado", un término indudablemente controversial, pero útil para describir las obras que replantean los estereotipos del género para expresar ideas que van más allá de los sobresaltos y los efectos especiales.
Fue una buena decisión de la directora y co-escritora Michelle Garza Cervera, ya que la transformación interna de Valeria Hernández (Natalia Solián) es mucho más interesante que los fenómenos externos que la amenazan. En ese aspecto visceral, Huesera incluye buen manejo del suspenso y esporádicas muestras de "body horror" inspiradas por leyendas folclóricas mexicanas (las cuales no conocía hasta que vi esta película); pero en general me pareció una experiencia "ligera" como cine de terror. Afortunadamente Huesera no necesita un desfile de "sustos" fáciles para capturar nuestra atención; en vez de eso cultiva una crispante atmósfera de ansiedad y paranoia exacerbada por los cambios que acarrea la maternidad, y por el amargo recuerdo de los ideales juveniles que Valeria sacrificó para cumplir las expectativas de la sociedad... una historia lamentablemente común en la vida real, pero rara vez capturada en el cine con la elocuencia y honestidad de Huesera.
Por el lado negativo, la presentación de la película es un poco irregular, con cinematografía de variable calidad, edición ocasionalmente confusa (aunque podría ser una decisión artística para reflejar la confusión de Valeria); y otra desagradable instancia de "el perro es la primera víctima para demostrar que las cosas van en serio"... un cliché que nunca abandonará el horror, por mucho que intente "elevarse".
Por lo demás, Huesera pertenece a la corta pero distinguida lista de películas mexicanas de terror dignas de recomendarse y de representar a nuestro país en el mercado internacional (otras entradas en esa lista: El Habitante, Ahí Va el Diablo, y El Incidente, en mi humilde opinión). Las imágenes que ofrece Huesera no son particularmente terroríficas; pero las emociones que inspira cumplen plenamente su misión de perturbar nuestra conciencia y ofrecer una nueva perspectiva de la reproducción como instrumento de opresión. El lado oscuro del "milagro de la vida", supongo.
Calificación: 8