Friday, September 30, 2016

La Bruja de Blair (Blair Witch)



Síntomas: Alentado por un misterioso video que alguien publicó en YouTube, el joven James Donahue (James Allen McCune) organiza una nueva búsqueda de su hermana Heather en los bosques de Maryland, donde ella y sus amigos desaparecieron hace casi veinte años mientras investigaban el mito de la Bruja de Blair.

Diagnóstico: Es bien sabido, pero tengo que repetirlo: en 1999, la película The Blair Witch Project causó sensación gracias al estilo documental que capturó la imaginación del público y borró la línea entre realidad y ficción, logrando que mucha gente aceptara la "veracidad" del pietaje recuperado que supuestamente se mostraba en aquella cinta (incidentalmente, fue una de las primeras críticas que escribí; recomiendo no leerla).
Pero desde entonces la fórmula pseudo-documental ha sido copiada y re-planteada tantas veces que dejó de ser novedosa. Peor aún, la ínfima calidad de las imitaciones terminó cansando al público, de modo que cualquier nuevo proyecto de "found footage" enfrentará inevitable desconfianza y escepticismo. Y cuando uno de esos proyectos pretende continuar la historia iniciada por The Blair Witch Project... ¿qué puedo decir? Las expectativas serán increíblemente elevadas (solo una cinta excepcional podría satisfacer a los fans) o ridículamente bajas (ya pasó mucho tiempo, a nadie le importa, y además las secuelas nunca son buenas). Para no andar con rodeos, la mera existencia de la nueva cinta La Bruja de Blair invita la pregunta: ¿quien pensó que era buena idea?
La respuesta es: Adam Wingard (director) y Simon Barrett (escritor). ¡Lo cual no está mal! ¿Habrá un rayo de esperanza? ¿Será posible que esta película resulte buena menos mala de lo que esperábamos?
Sin ser genios infalibles, Wingard y Barrett nos han sorprendido con varias obras de bastante calidad, desde la franquicia V/H/S (también elaborada con "pietaje real"), hasta el intenso thriller The Guest. Entonces, sabemos de antemano que La Bruja de Blair está respaldada por sólida experiencia detrás de las cámaras... y se trata de experiencia en el género correcto.
Creo que esa experiencia y sensibilidad "geek" de Wingard y Barrett fue lo único que rescató parcialmente a La Bruja de Blair de ser una de aquellas imitaciones baratas que inspiró su ilustre predecesora.
Que quede claro... La Bruja de Blair definitivamente es un refrito de The Blair Witch Project: un grupo de jóvenes caminando por el bosque y enfrentando extraños fenómenos que podrían tener explicación lógica o sobrenatural, según sus contradictorias opiniones. Y eso es básicamente todo. Sin embargo La Bruja de Blair añade un par de elementos "originales" (que ya se habían usado en otras películas), y algunas buenas ideas que la separan del montón, aunque no bastaron para convencerme de que estaba viendo una evolución de la historia... simplemente otra dosis de lo mismo.
Los actores (supongo que esta vez nadie dudará que son actores) carecen de personalidad, pero al menos evitan la antipatía tan común en este sub-género. Lo que no pueden evitar es el gastadísimo truco de simular drama por medio de discusiones y griterías donde se acusan mutuamente por diversas transgresiones. Y si bien la tecnología que emplean para "documentar" su aventura es más avanzada (cámaras con GPS, "drones" de control remoto), tampoco ayuda sustancialmente a diferenciar la historia de todo lo que ya se hizo en este estilo. Finalmente, los eventos sobrenaturales me parecieron repetitivos y poco impactantes, aunque las cosas mejoran durante los últimos veinte minutos... no tanto porque ocurra algo interesante, sino porque la trama por fin se enfoca en un propósito concreto; en otras palabras, en vez de vagar arbitrariamente por el bosque gritando los nombres de los personajes hasta crisparnos los nervios (no lo digo como halago), se esboza una meta... algo que despabila la narrativa que se había dormido desde la mitad de la película.
Y, bueno, no quiero revelar spoilers, pero sí diré que la vez pasada no vimos nada; y esta vez por fin vemos algo, aunque no estoy seguro si eso mejora o empeora la experiencia. Supongo que añade una vaga sensación de conclusión satisfactoria, en vez de la frustrante ambigüedad de una pared como recompensa final. Bueno, sí vemos la pared, pero... ah, mejor me detengo aquí.
A fin de cuentas no encontré razones contundentes para justificar la existencia de La Bruja de Blair; pero tampoco me pareció una pérdida de tiempo. La dirección es precisa y eficiente, permitiendo uno o dos "sustos" bien ganados, que no son meros sobresaltos por la aparición sorpresiva de algún irritante personaje. Habiendo dicho eso, creo que me gustó más la "meta-secuela" Book of Shadows: Blair Witch 2; buena o mala, al menos intentó algo diferente.
Calificación: 6.5

IMDb

Wednesday, September 28, 2016

ARQ



Síntomas: En el futuro no muy lejano, la Tierra se ha vuelto casi inhabitable debido a guerras y catástrofes ecológicas; y además la población sufre una crisis energética y un conflicto armado entre dos facciones políticas. En ese volátil entorno el ingeniero Renton (Robbie Amell) diseñó una máquina llamada ARQ, la cual podría generar energía barata e inagotable... aunque su efecto inmediato fue crear un ciclo de repetición temporal en el que Renton enfrenta una y otra vez a los ladrones que se infiltraron a su casa para robar el mágico invento.

Diagnóstico: En otras palabras: Groundhog Day post-apocalíptico (o el episodio "Cause and Effect" de Star Trek: The Next Generation). Aunque quizás sería más exacto comparar ARQ con videojuegos como Hotline Miami y Superhot, donde el héroe intenta completar un nivel, y al morir regresa al principio para intentarlo nuevamente de distinta manera.
La premisa es excelente en su simplicidad; no muy original, pero eficientemente implementada en el reducido espacio de la casa de Renton. Esto significa que el tema post-apocalíptico se expresa por medio de conversaciones y referencias oblicuas; rara vez salimos de la casa, lo cual hace que ARQ se vuelva un poco monótona, sobre todo porque el diseño de producción no es exactamente imaginativo. Incluso la misteriosa máquina/mcguffin es un simple cilindro metálico girando a gran velocidad.
Pero, bueno, lo que importa es la historia, y en ese aspecto ARQ me pareció entretenida y satisfactoria, con ocasionales destellos de genialidad que añaden variedad e interesantes dilemas que Renton debe resolver, a veces con inteligencia, y a veces con los puños (o con gas venenoso). Su novia Hannah (Rachael Taylor) se ve envuelta en la experiencia para añadir un componente emocional que hace más personales las agresiones de los ladrones... aunque Hannah no es tan indefensa como parece. Y si bien estos villanos resultan bastante genéricos, eventualmente muestran inesperados niveles de complejidad porque, como en cualquier película sobre invasión doméstica (ya no digamos sobre paradojas temporales), las cosas no son lo que aparentan.
Lo que es fácilmente aparente son las competentes actuaciones de Robbie Amell (a quien recientemente vimos como el Agente Miller en The X-Files) y Rachael Taylor (más conocida como Trish Walker en Jessica Jones), igualmente aptos en los momentos de acción y en las escenas dramáticas donde deben tomar difíciles decisiones sobre su futuro... ¿o será su pasado?
El director Tony Elliot (haciendo su debut en largometrajes después de trabajar como guionista en Orphan Black, The Pinkertons y otras series canadienses) muestra buen ojo para coordinar escenas claras y dinámicas; las peleas son cortas pero están bien filmadas; y nunca perdemos la perspectiva de lugar y tiempo a pesar de los saltos que la trama requiere. En serio, después de ver tantas confusas y torpes B-Movies, me he dado cuenta de que pocos cineastas poseen la disciplina necesaria para evitar que la historia se les vaya de las manos. Parecería el primer requisito para cualquier aspirante a director, pero desafortunadamente no es así; por eso encuentro refrescante encontrar alguien que sabe a dónde apuntar la cámara, y dónde iniciar y terminar las escenas (claro que también ayuda mucho el editor).
Como siempre, estos halagos deben tomarse en el contexto correcto: ARQ es una modesta película independiente realizada con buenas ideas pero muy poco dinero, que tuvo la suerte de ser adquirida por Netflix para distribución digital global; de otro modo probablemente hubiera quedado relegada al canal SyFy (donde sería una agradable sorpresa, muy superior a las bazofias que habitualmente producen), o a los más humildes canales de VoD, donde sería también recomendable, aunque lejana de convertirse en una "joya oculta". Puedo recomendarla para fans de las historias sobre viaje en el tiempo, y para quienes aprecien más las ideas que las imágenes de una película. Y para aficionados a Hotline Miami (como yo) que se hicieron adictos al proceso de "prueba y error"... pero esta vez con menos sangre y más Trish Walker.
Calificación: 8

IMDb

Monday, September 26, 2016

La Luz Entre los Océanos (The Light Between Oceans)



Síntomas: En 1918, Thomas Sherbourne (Michael Fassbender) solicita empleo como guardafaro en la remota isla australiana de Janus, esperando que la soledad le ayude a olvidar los horrores que presenció durante la Primera Guerra Mundial. Pero, durante sus ocasionales visitas al continente, Thomas se enamora de Isabel Graysmark (Alicia Vikander) y se casa con ella. Entonces se mudan a Janus y viven felices en aislamiento casi total, hasta que una tragedia transforma sus vidas para siempre.

Diagnóstico: La primera película que vi del director Derek Cianfrance fue Blue Valentine (2010), y me impresionó mucho la transformación que logró de un trillado drama doméstico en una devastadora exploración de los factores que contribuyen a la ruptura del amor en una pareja muy humana y realista. Su siguiente película, The Place Beyond the Pines (2012), tuvo algunos problemas con su libreto, pero fue igualmente intensa en el manejo de sus personajes. Y ahora, en su más reciente obra, La Luz Entre los Océanos, Cianfrance nuevamente desafía expectativas al tomar una típica "película de prestigio" para añadirle una formidable profundidad emocional que rara vez había encontrado en similares cintas dedicadas a atraer nominaciones y aclamación crítica; ya saben... el tipo de películas "de época" (al estilo de The English Patient o Atonement) cuyos elegantes vestuarios y acentos británicos las hacen parecer mejores de lo que realmente son.
La Luz Entre los Océanos también muestra algunas grietas en su bien estructurado argumento, pero la experiencia total fue muy satisfactoria gracias a esa inefable magia narrativa de Cianfrance, quien añade honestidad y relevancia hasta a las más manipuladoras escenas. Supongo que todo es cuestión de convicción, y de ayudar al elenco a encontrar las actuaciones que conectan emocionalmente al espectador, en vez de quedar confinadas a la pantalla como lejanas exhibiciones de museo que no debemos tocar ni "sentir".
Cualquiera que sea su fórmula, funcionó muy bien en esta película. Al menos conmigo.
El argumento de La Luz Entre los Océanos es superficialmente simple y poco original; sin embargo la gradual acumulación de complicaciones y dilemas morales añade un aspecto intelectual, casi filosófico, que complementa el atormentado romance del hombre solitario que encontró tarde el amor, solo para verlo en peligro cuando ciertas inesperadas circunstancias interfieren en su felicidad. O le ayudan a conseguirla; cada quien deberá sacar sus propias decisiones. Es como Nicholas Sparks con cerebro; como Sophie Kinsella con cuestionamientos ontológicos. Y si no bastan estas exageradas analogías literarias, puedo señalar la extraordinaria calidad de las actuaciones y de la producción general que dio como resultado esta impecable obra cinematográfica.
Michael Fassbender ofrece otra interpretación repleta de sutiles detalles que casi eliminan la necesidad de diálogos. Su lacónico personaje expresa con la mirada los traumas que sufrió durante la Primera Guerra Mundial, y comprendemos tácitamente su necesidad de aislarse del mundo para procesar esa turbulencia interna. Al mismo tiempo, la soledad auto-impuesta explica su tímida pero inevitable atracción por Isabel Graysmark, llena de vida y curiosidad por este callado ex-militar que llegó a su casa en busca de un trabajo que poca gente podría enfrentar. Su relación es creíble y sincera, así como los eventos que posteriormente ocurren en la isla. Me dio mucho gusto encontrar a Alicia Vikander en un papel digno de su talento; casi compensó su penoso desperdicio en la reciente Jason Bourne. Y lo mismo podría decir de Rachel Weisz, quien interpreta a la hija del hombre más rico del pueblo. Su actuación quizás sea más complicada que la de Vikander, pero nunca flaquea a pesar de algunas dudosas decisiones que le impone el libreto (también adaptado por Cianfrance a partir de una novela de M.L. Stedman). Ahora que lo pienso, Weisz tampoco tuvo mucho que hacer en The Bourne Legacy... y ahora florece en una actuación mucho más sustanciosa. ¿Coincidencia? Además Sherbourne = Bourne + Sher... ¡¿hasta dónde llega la conspiración?! Quizás el auténtico propósito del Proyecto Bourne es "entrenar" actrices en las fruslerías del cine de acción, para que luego puedan lucirse en dramas de alto perfil.
Perdón... ya tomé mi medicina. Regresando a La Luz Entre los Océanos, me pareció un excelente drama romántico que, sin estar libre de defectos, superó ampliamente mis expectativas y me gustó más que cualquier película concebida como "señuelo de Óscares". Y ni siquiera he mencionado la música de Alexandre Desplat, la pasmosa cinematografía de Adam Arkapaw, ni los espectaculares escenarios australianos que rematan la fantasía romántica de esta película... sin opacar los devastadores eventos que nos arrastran a la realidad. Mezcla justa de belleza y sentimiento, sin perder (demasiada) lógica.
Calificación: 9

IMDb (Sugiero no ver el trailer, pues revela demasiado)

Sunday, September 25, 2016

Rescate Suicida (Extraction)



Síntomas: Harry Turner (Kellan Lutz) ha hecho todo lo posible para destacar como agente de la CIA, aunque sabe que nunca igualará a su legendario padre, Leonard Turner (Bruce Willis). Entonces Leonard desaparece durante su última misión, y Harry deberá enfrentar sus inseguridades (por no mencionar incontables villanos y la oposición de sus superiores) para salvar la vida de su padre, y recuperar un peligroso dispositivo llamado CONDOR.

Diagnóstico: Mi mayor decepción en Rescate Suicida fue que nunca nos dijeron qué significa el acrónimo CONDOR, así que voy a inventar uno por mi cuenta. Se trata de una típica herramienta de hackeo universal que permite al usuario tomar control de cualquier sistema informático, desde redes celulares hasta proyectiles nucleares. Entonces, voy a especular que CONDOR significa... Computer Override of Networks, Domains and Operational Resources. Sí, eso suena bastante ambiguo y genérico... igual que la película Rescate Suicida.
Básicamente se trata de Taken, pero con el padre secuestrado, en vez de la hija. Y, al igual que Taken, el héroe (esta vez el hijo) debe recorrer múltiples locaciones (en el estado de Nueva Jersey) para pelear con los desechables esbirros del villano, hasta llegar a la confrontación final, donde un penosamente previsible "twist" nos revela que las cosas no son lo que aparentan. Entonces hay más peleas y listo... perdimos noventa minutos de nuestra vida.
Por si no quedó claro, Bruce Willis es un personaje secundario en Rescate Suicida. A pesar de su prominente presencia en la publicidad de la película, tiene muy poco tiempo en pantalla, lo cual será engañoso para los fans que esperaban otra de sus confiables actuaciones como rudo anti-héroe con corazón de oro. No tengo objeción alguna con su descenso de "Lista A" a co-estrella en cintas directas a video; es un nicho respetable, y recordemos que Die Hard fue hace casi tres décadas... Willis se ve bastante bien para sus 61 años, pero tal vez ya se cansó de filmar escenas de acción, y prefiere papeles más reposados, que aprovechan su estatura como estrella de cine sin obligarlo a ejercitarse demasiado.
Para eso están los actores jóvenes... en este caso Kellan Lutz, quien resultó bastante bueno para las peleas, aunque carece del carisma y talento de su "padre" fílmico. Habiendo dicho eso, debo reconocer que Lutz ha mejorado un poco desde aquellas risibles participaciones en Twilight y The Legend of Hercules; en términos de habilidad histriónica lo ubicaría por arriba de Zac Efron, y debajo de Shia LaBeouf. No es decir mucho, pero el flojísimo libreto de Rescate Suicida no necesita más. Y no olvidemos la participación de Gina Carano, otra incipiente estrella de acción que, desafortunadamente, no tiene mucha oportunidad de lucirse en este bodrio, aunque logra hacer el ridículo con diálogos que definitivamente no encajan en su estilo ("Don't be jelly", "You're so male right now", "This totes reminds me of..."). Ugh. Parece que escribieron su papel para Paris Hilton, o alguna Kardashian. Carano merece algo mejor.
En cuanto a la acción misma, tenemos múltiples peleas coreografiadas con variados niveles de complejidad, y un par de mediocres persecuciones automovilísticas. Una de ellas me hizo reír, pues se supone que el héroe va siguiendo "sigilosamente" al vehículo de los malos... manteniendo una distancia de diez metros o menos. Si los villanos no se dieron cuenta del Mustang rojo que tienen detrás durante tanto tiempo, se merecen la golpiza que eventualmente reciben. Por el lado positivo, esa lerda “persecución” me dio tiempo de checar mi correo electrónico en el cine (por favor no prendan sus teléfonos en el cine; molestan a la gente que está sentada atrás; por eso siempre me siento en la última fila).
Y con ese mensaje cívico terminaré esta pseudo-crítica de una pseudo-película aburrida e insustancial, que no podría recomendar excepto para fans incondicionales de Kellan Lutz, y para aquellas personas que necesitaban una versión simplificada de Taken porque la original los confundió. En una palabra, Rescate Suicida es CONDOR: Cine Ordinario Narrativamente Deficiente, Obsoleto y Ridículo.
Calificación: 4

IMDb

Saturday, September 24, 2016

Los Siete Magníficos (The Magnificent Seven)



Síntomas: Cuando un desalmado empresario llamado Bart Bogue (Peter Sarsgaard) amenaza la seguridad del humilde pueblo Rose Creek, la viuda Emma Cullen (Haley Bennett) contrata al alguacil Sam Chisolm (Denzel Washington) para proteger los intereses de sus habitantes. Entonces Chisolm recluta seis pintorescos pistoleros con muy diversas motivaciones para participar en lo que podría ser una misión suicida.

Diagnóstico: En años recientes hemos visto westerns modernos que aprovechan los arquetipos del género para explorar tangentes narrativas profundas o inesperadas, desde la melancolía filosófica de The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford, hasta el horror primigenio de Bone Tomahawk. Sin embargo, es muy agradable encontrar de vez en cuando un western que no pretende re-inventar la rueda, y simplemente nos recuerda la ruda nobleza de los anti-héroes vaqueros, la emoción visceral de una buena balacera, y las exaltadas pasiones de "la nueva frontera" en el viejo oeste. Y no importa si está inspirada en una leyenda japonesa.
Bueno, para ser exactos, Los Siete Magníficos es un re-make de la clásica cinta The Magnificent Seven que dirigió el legendario John Sturges en 1960, la cual a su vez se inspiró en The Seven Samurai (1954), del igualmente legendario Akira Kurosawa. Pero no importa el año ni la ubicación geográfica: los temas de honor, lealtad y justicia siguen vigentes, ya sea que se apoyen con pistolas o katanas.
Incluso me atrevería a decir que la fusión de sensibilidad moderna y tradicional logró que esta nueva versión de Los Siete Magníficos sea más entretenida y satisfactoria, con cambios que se sienten como auténticas mejorías, y no como caprichos del "chico nuevo" que quiso demostrar su superioridad sobre la vieja escuela. Claro, en este caso el chico no es tan nuevo, pues el director Antoine Fuqua tiene una ilustre carrera de thrillers muy bien realizados; y Los Siete Magníficos no fue la excepción.
La visión del viejo oeste que Fuqua nos presenta es creíble, pero no necesariamente histórica, ya que tampoco quiere deprimirnos; por el contrario, sus ocasionales anacronismos hacen la película más accesible y divertida... así que no busquen el realismo de Deadwood o Revenant.
Por el lado humano, la diversidad cultural de los "magníficos" brinda elocuencia y relevancia cultural a sus particulares melodramas personales. Denzel Washington ocupa sin dificultad la posición de líder y eje moral de los pistoleros. Utilizando su habitual combinación de gravedad y sencillez, Washington no necesita palabras para convencer a sus aliados (y al público) de que sus ideales son suficientemente importantes para arriesgar la vida. Ethan Hawke se encarga de cuestionar la violencia con su personaje de "Goodnight" Robicheaux, quien sufre estrés post-traumático después de sus vivencias en la Guerra Civil Norteamericana. Byung-hun Lee, Manuel García-Rulfo y Martin Sensmeier aportan variedad racial y puntos de vista muy distintos al "hombre blanco"; Vincent D'Onofrio añade un poco de "comic relief" sin perder dignidad en el papel de Jack Horne, un auténtico hombre de montaña cuya sencilla filosofía no le impide ser un temible adversario. Y, bueno, Chris Pratt es básicamente Starlord a caballo: un poco bueno, un poco malo, y siempre con el chistorete apropiado para aligerar una tensa situación, o provocar la ira del villano. No es una interpretación muy novedosa, pero se ajusta perfectamente a sus habilidades, y eso es lo que requiere la película. Finalmente, Haley Bennett se encarga de la perspectiva femenina, que afortunadamente no cae en la indulgencia patriarcal del western clásico (otro cambio-mejoría en esta versión), al mismo tiempo que integra el componente emocional que no siempre encontramos en el "bromance" de los siete pistoleros.
También merece mención la música de James Horner, desafortunadamente su último trabajo antes de abandonarnos el año pasado. Sus composiciones no son tan memorables como aquel icónico tema de Elmer Bernstein (el cual escuchamos durante los créditos finales), pero aún así complementan perfectamente la acción.
Y esa acción... me pareció tremenda. Como dije antes, no es muy realista (PG-13), pero su intensidad compensa algunas fallas lógicas durante una épica batalla cuya escala abruma los sentidos, sin perder el impacto del heroísmo y sufrimiento individual. Hablando de lo cual, me dejaron mal sabor algunas escenas violentas donde participan caballos, pero confío en que fueron efectos especiales. De nuevo me quedé hasta el final para confirmar el sello de la Sociedad Humanitaria y su garantía de que "No se lastimaron animales en la filmación de esta película". Definitivamente una GRAN mejoría sobre los westerns antiguos.
Entonces, Los Siete Magníficos no intenta ser una obra post-modernista que deconstruye los paradigmas del género western, ni cosa parecida, sino una sólida película de vaqueros donde los malos son muy malos, y los buenos son buenos a pesar de sus imperfecciones e inseguridades. En resumen, una experiencia recomendable con abundante suspenso para capturar nuestra atención, y muchos balazos para sentir la catarsis de la justicia. Prueba definitiva de que la frase "ya no las hacen como antes" no siempre indica algo malo.
Calificación: 9

IMDb

Friday, September 23, 2016

Atentado en París (Bastille Day)



Síntomas: El agente de la CIA Sean Briar (Idris Elba) es un rebelde que no obedece las reglas, ¡pero obtiene resultados, demonios! Por eso colabora ilegalmente con un carterista llamado Michael (Richard Madden), quien podría ayudarlo a encontrar al grupo terrorista que detonó una bomba en París, y que amenaza con provocar más explosiones durante el desfile del Día de la Bastilla.

Diagnóstico: En años recientes Idris Elba se ha mencionado como posible candidato para interpretar a James Bond, pero después de Atentado en París me parece obvio que le queda mejor el papel de Jack Bauer. Lo cual, desafortunadamente, significa que Atentado en París no pasa de ser un mediano episodio de 24, con ecos de Die Hard y un débil mensaje político para simular relevancia.
A pesar de eso me pareció una película entretenida y bien realizada (para su modesto presupuesto), con un sólido libreto lleno de complicaciones que se suman al conflicto entre Briar y sus superiores, quienes preferirían suspenderlo y deportarlo a los Estados Unidos, en vez de permitir que ande libre por las calles de París robando coches, golpeando policías y amenazando inocentes (¿mencioné que es un rebelde?) para obtener información que lo llevará al grupo terrorista que plantó la bomba. Pero, ¿fue realmente un grupo terrorista? Como dije, la respuesta es complicada, y eso es lo único que Atentado en París tiene a su favor para diferenciarse de incontables thrillers de similar estilo y manufactura.
Y, claro, tenemos a Idris Elba en el papel principal, lo cual casi salva la película por derecho propio. No hay nada en esta cinta que requiera gran talento ni brillantes actuaciones, pero la convicción e imponente presencia física de Elba nos ayudan a sobrellevar las inverosímiles situaciones en las que se mete constantemente, así como las increíbles coincidencias que el libreto (co-escrito por el director James Watkins) implementa para facilitar u obstruir la misión del protagonista.
En el papel del ladrón, Richard Madden no es malo, pero tampoco resulta muy memorable, lo cual también describe a los villanos, tan genéricos que me costó trabajo reconocerlos a lo largo de la película. Afortunadamente su plan tiene cierto ingenio, e incluye el mencionado mensaje político, más vigente que nunca en vista de las próximas elecciones norteamericanas.
Hablando de catástrofes internacionales, Atentado en París hace buen uso de las locaciones parisinas, añadiendo un sabor europeo para sazonar las fórmulas hollywoodenses que explota desvergonzadamente. Por otro lado, no vi mucho sentido en contratar un inglés (Elba) y un escocés (Madden) para interpretar personajes norteamericanos. Creo que hubiera sido mejor el uso de agencias europeas, en vez de recaer en la gastada presencia de la CIA, y sus bien conocidas intromisiones en territorio extranjero. Pero, bueno... Atentado en París está co-producida por Amazon, así que comprendo la necesidad de reforzar la idea de los Estados Unidos como policía mundial que no obedece las reglas, ¡pero obtiene resultados, demonios!
En cuanto a la acción, me pareció bien filmada, aunque no sea muy espectacular (repito, más o menos al nivel de 24... o quizás Homeland, pero con menor impacto emocional). Mis secuencias favoritas fueron la pelea dentro de una camioneta, y la persecución por las azoteas (¡qué original!), la cual se siente muy real, con un mínimo de manipulación digital.
Tal vez el desenlace de Atentado en París no está al nivel de su interesante comienzo, pero aún así la recomendaría como vacuo entretenimiento con las dosis adecuadas de acción, suspenso y violencia para justificar la inversión de nuestro tiempo (aunque también señalaría que no hace falta verla en el cine; probablemente funcionará mejor en la pantalla chica). Y para los fans de Idris Elba que quieren verlo como James Bond: no hay muchos argumentos a su favor en esta película, pero tampoco razones para descartarlo. Ah, y es demasiado tarde para 24, pues ya contrataron a un "Black" Bauer.
Calificación: 7.5

IMDb

Wednesday, September 21, 2016

Knucklebones



Síntomas: Después de un intento de suicidio, la joven Neesa (Jennifer Jean Guhlin) trata de recuperarse emocionalmente haciendo algo divertido con sus amigos. Por ejemplo: explorar una fábrica abandonada donde ocurrió una masacre hace cuarenta años. Ahí encuentran unos extraños dados hechos con huesos humanos... y liberan un violento demonio que no descansará hasta matarlos a todos.

Diagnóstico: Knucklebones comienza con un prólogo que promete mucho, y al mismo tiempo revela prematuramente los grandes problemas que aquejan a esta modesta cinta de terror independiente. Dicho prólogo retrata un ritual satánico celebrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, que desde luego termina en tragedia.
Como concepto, me encanta. Pero el prólogo está horriblemente filmado (grabado), pésimamente dirigido, y se ve tan, pero tan barato, que es imposible "suspender la incredulidad" y tomar en serio el resto de la película.
Luego viene OTRO prólogo (esta vez ubicado en 1976) que, a pesar de ofrecer un poco de sangre y violencia, hace sonar más alarmas... ¿en serio será Knucklebones una película tan compleja que requiere tantos preámbulos, abarcando siete décadas de historia? ¿O simplemente son delirios de grandeza en una cinta que intenta ocultar la simplicidad del género slasher?
La respuesta, lamentablemente es: delirios de grandeza. Pero cuando por fin empiezan las muertes, también afloran las modestas virtudes que rescatan a Knucklebones: su sentido del humor y la creatividad de los asesinatos, realizados con pobres efectos especiales, pero con buena energía y obvio afecto por el clásico cine slasher del siglo veinte.
Sin ser una cinta estrictamente "retro", Knucklebones evoca ese espíritu travieso y ligeramente ridículo del horror ochentero, donde las cruentas muertes de los personajes eran un fin por sí mismas. La historia es lo de menos; lo importante es encontrar el sitio y circunstancias apropiadas para dejar que la fórmula siga su predecible desarrollo. Y ni hablemos de credibilidad... los personajes pueden comportarse tan estúpidamente como sea necesario para facilitar la labor del asesino enmascarado.
Knucklebones añade la "novedad" de un asesino sobrenatural, lo cual no altera fundamentalmente la "historia"; pero al menos intenta justificar tantos rodeos antes de llegar a la acción. Quizás hubiera sido mejor explicar cómo llegó un demonio nazi a un pequeño pueblo de Texas, pero no quiero imaginar cuántos nuevos prólogos hubiera requerido ese viaje. Mejor me quedo con la duda.
En lo que respecta a los actores, lo único que hace falta es una adecuada "chica final", y suficientes víctimas para tener un asesinato cada cinco o diez minutos. Quizás por eso el director Mitch Wilson (haciendo un prometedor debut) no se preocupó por averiguar si sus actores sabían actuar; las mujeres parecen egresadas de la Academia Pornográfica de San Fernando (no solo por su talento, sino por sus voluptuosas figuras), mientras que los hombres sorprenden cuando logran terminar una frase sin equivocarse. En el papel principal, Jennifer Jean Guhlin apenas logra expresar la inseguridad emocional de su personaje, y los motivos que tuvo para intentar suicidarse (la dejó su novio, quien desde luego es un patán intolerable), pero todo conduce a un "twist" final bastante inesperado, aunque irrelevante.
Como dije: lo importante es el "gore", y en ese aspecto Knucklebones cumple su misión con decoro y suficiente entusiasmo para disculpar sus limitaciones técnicas.
Francamente no hay más que decir; dentro del moderno cine slasher, Knucklebones me pareció muy inferior a The Town That Dreaded Sundown, GirlHouse o Some Kind of Hate, y ligeramente superior a Most Likely to Die, The Girl in the Photographs y Leprechaun: Origins. Los fans de este tipo de cine sabrán si esa comparación equivale a una recomendación o a una advertencia. Yo soy uno de esos fans y, aunque me decepcionó la baja calidad de Knucklebones, sin duda me mantuvo entretenido; además, su breve duración mantiene un veloz ritmo que impide el aburrimiento. Nada peor que un asesino lento que no respeta el tiempo del público.
Calificación: 6

IMDb

Tuesday, September 20, 2016

31



Síntomas: En el año 1976, los artistas de un triste carnaval itinerante son secuestrados por un trío de bizarros maestros de ceremonias, quienes los obligan a participar en un juego de "31", donde deberán sobrevivir los ataques de varios coloridos asesinos durante doce horas.

Diagnóstico: Con cinco películas en su haber (seis, si contamos el bizarro capricho animado The Haunted World of El Superbeasto), Rob Zombie ha demostrado notable talento visual y una fuerte afinidad por relatos repletos de violencia y brutalidad... pero aún no logra desentrañar los misterios de una historia bien estructurada, que no esté basada exclusivamente en momentos "cool" y escenas "gore" para mantener la atención del espectador.
No me malinterpreten... soy fan de Rob Zombie desde la época de White Zombie; me gusta su música, su estética general, y sobre todo sus memorables videos musicales, donde no hacía falta una historia formal, sino cualquier excusa para dar rienda suelta a la visión artística de este músico/cineasta, y su obsesión con los íconos del horror clásico, desde el cine de Val Lewton, hasta los asesinos rurales de los setentas.
Por eso creo que sus mejores películas han sido las que ponen estilo sobre sustancia, como House of 1000 Corpses y The Devil's Rejects. Y por "mejores" quiero decir "menos malas".
Para bien o para mal, 31 sigue esa misma fórmula. A falta de historia, tenemos una simple premisa: varios vagabundos y timadores luchan desesperadamente contra asesinos con "temas" pintorescos (un enano nazi-mexicano, un par de payasos caníbales, etc.) como parte de un demencial juego cuyos arrogantes espectadores apuestan por sus muertes... o su improbable supervivencia. Los ganadores y perdedores resultan irrelevantes; lo único que importa es lucir abundantes muertes violentas donde se derraman grandes cantidades de sangre, y todo adornado por esa atmósfera de gran guiñol/circo diabólico/"white trash" que tanto le gusta a Rob Zombie. Pero después de un rato de lo mismo, sentí la necesidad urgente de mayor integridad narrativa, de una conexión emocional con los personajes desechables... en resumen, de cualquier cosa que pudiera darle sentido a la experiencia, en vez de ser una vacua pesadilla sin pies ni cabeza.
Por lo menos sigue presente el mencionado estilo de Zombie. 31 me pareció visualmente similar a House of 1000 Corpses, iluminada con vibrantes colores primarios que contrastan con las sombrías atrocidades sufridas (y cometidas) por los personajes. Los escenarios ofrecen la obligatoria combinación de teatro derruido y espacio industrial, llenos de sombras para ocultar a los asesinos, y objetos metálicos para clavar en las víctimas.
Los efectos "gore" me parecieron algo burdos, pero encajan en la estética de la película; después de todo, nadie espera "realismo" cuando un payaso cae sobre su propia sierra mecánica; basta con grandes cantidades de sangre y actores con buenos pulmones para gritar vulgaridades al máximo volumen posible.
Hablando de lo cual, Zombie armó su reparto con viejos amigos y algunos nombres clásicos. Entre ellos: Jeff Daniel Phillips (The Lords of Salem), Meg Foster (They Live), Malcolm McDowell (A Clockwork Orange), Judy Geeson (Inseminoid), Richard Brake (Death Machine) Ginger Lynn (The Devil's Rejects) y, claro, Sheri Moon Zombie, quien sigue siendo el eslabón más débil en la “troupe” de su esposo. Desde luego es atractiva, pero no es buena actriz; y aunque ha mejorado un poco desde House of 1000 Corpses, no basta para cargar con el peso de una película entera... ni siquiera una tan simple y superficial como 31.
Habiendo aceptado que nunca veremos una película "normal" de Rob Zombie, creo que 31 es uno de sus mejores (menos malos) proyectos, pues aprovecha sus puntos fuertes (estilo visual, violencia, "gore"), al mismo tiempo que ignora sus numerosas limitaciones (malas actuaciones, personajes huecos, incoherencia general). En otras palabras, es como un video musical sin música; como un "performance" sin mensaje. Solo muerte, sangre y degradación. Eh, puedo vivir con eso.
Calificación: 7

IMDb

Monday, September 19, 2016

El Bebé de Bridget Jones (Bridget Jones's Baby)



Síntomas: A los 43 años de edad, Bridget Jones (Renée Zellweger) ya no es la mujer deprimida e insegura de su juventud, sino una exitosa productora de televisión con buenos amigos y un prometedor futuro... pero sigue sola. Su relación con Mark Darcy (Colin Firth) terminó hace muchos años, y no ha encontrado un reemplazo adecuado. Entonces, por sugerencia de su amiga Miranda (Sarah Solemani), Bridget asiste a un festival musical, donde tiene una fugaz aventura con un extraño llamado Jack (Patrick Dempsey). Pero cuando Bridget descubre que está embarazada, no sabe quién es el padre... pues también tuvo otra reciente "aventura" con un hombre de su pasado.

Diagnóstico: No soy fan de las comedias románticas, y aún así Bridget Jones's Diary es una de mis películas favoritas de este siglo, gracias a la brillante actuación de Renée Zellweger y al incisivo libreto basado en la novela de Helen Fielding. La segunda parte, Bridget Jones: The Edge of Reason fue una gran decepción obviamente motivada por la ambición monetaria. Y ahora, El Bebé de Bridget Jones completa la trilogía con similares resultados; una cinta medianamente entretenida pero muy distante del humor, agudas observaciones y romance (sí, lo dije) de la cinta original. En resumen: otra secuela mercantilista que al menos no pisoteó el legado de este entrañable personaje.
La primera mitad de El Bebé de Bridget Jones transcurre con buen ritmo, conciliando exitosamente la nueva situación de la protagonista con el inesperado doble romance que lleva a su gran disyuntiva biológica. Las piezas del rompecabezas narrativo se acomodan como pueden y no encajan del todo; pero eventualmente llegamos al confiable melodrama personal y laboral de Bridget; además de dilucidar el misterio de la paternidad de su bebé, Jones debe enfrentar a la consultora hipster que quiere renovar el formato de su programa noticioso. La única función de esta sub-trama es llevarnos a la obligatoria humillación pública de Bridget, que genera algunas risas a pesar de no ser muy creíble.
Francamente, el asunto del bebé me pareció innecesario. Casi al principio de la película hay una escena donde Bridget recuenta las razones por las que fracasó su relación con Darcy... y creo que ahí estaba la auténtica historia de la tercera parte: una comedia anti-romántica adulta sobre las realidades de la edad madura (para los fans de Bridget que también envejecieron quince años desde la primera película), y con las mismas agudas observaciones sobre una etapa de la vida pocas veces explorada en el cine moderno... al menos con cierta inteligencia (no me mencionen Old Dogs ni Grown Ups, por favor). En las previas películas de Bridget Jones ya vimos (dos veces) los clichés del romance joven (no juvenil), el descubrimiento del "gran amor de su vida", bla, bla, bla... ¿por qué no culminar la trilogía con algo más sincero y relevante, en vez de reciclar chistes televisivos y rancias fórmulas que la cinta original se esforzó por subvertir?
Ah, si... dinero. Casi lo olvidaba.
Afortunadamente El Bebé de Bridget Jones se apoya en un sobresaliente elenco que nos ayuda a olvidar (no por completo) la mediocridad del argumento. Reneé Zellweger aborda el papel que la hizo famosa con la mezcla justa de madurez y ligereza; a pesar de los cambios en la vida del personaje, sigue siendo reconocible como Bridget. Colin Firth combina el adusto exterior de Mr. Darcy con la calidez disfrazada que descubrimos en las cintas anteriores (su versión de Gangnam Style me hizo reír mucho... y no es lo que se imaginan). Gemma Jones y Jim Broadbent tienen buenas escenas como los comprensivos padres de Bridget; y también me gustaron las participaciones de Sarah Solemani como su mejor amiga; y Emma Thompson (co-escritora del libreto) como la doctora que supervisa el embarazo.
Por el lado negativo... Patrick Dempsey. No diré más. O quizás sí; supongo que tiene muchas fanáticas, pero no soporto su forzada actitud de galán casual y accesible. Si trataron de reemplazar a Hugh Grant con otro "adorable sinvergüenza", fallaron miserablemente. En mi humilde opinión.
A fin de cuentas hay sólidos chispazos de humor en El Bebé de Bridget Jones, y buenos momentos para casi todos los actores. Quizás como cinta aislada me hubiera parecido más entretenida; pero como probable conclusión de una saga iniciada por una de las mejores comedias románticas modernas, se quedó corta. Solo la recomendaría para los más fieles seguidores de Helen Fielding, y para los que no se cansan de escuchar a Reneé Zellweger decir "Mr. Daaahcy". Fuera de eso, sugiero ver de nuevo la original. O alguna comedia británica con mejor argumento, como About Time. O, si todo falla, un par de episodios de Crazy Ex-Girlfriend.
Calificación: 6.5 

IMDb

Sunday, September 18, 2016

Mi Amigo el Dragón (Pete's Dragon)



Síntomas: Después de un accidente automovilístico donde perdió a sus padres, el niño Pete (Oakes Fegley) se crió en el bosque con ayuda de un amistoso dragón llamado Elliot. Seis años después Pete es descubierto por Grace (Bryce Dallas Howard), una amable guardabosques que lo lleva a su casa mientras el alguacil local busca información sobre la procedencia del niño. Entonces Elliot decide "rescatar" a Pete... pero, ¿qué pasará si Pete ya no necesita al dragón?

Diagnóstico: La original Pete's Dragon (1977) me pareció una película demasiado simplona e infantil... incluso a los ocho o nueve años, cuando la vi por primera vez (en el Cine Continental, "La Casa de Disney", para aquellos que conserven memorias de ese viejo edificio, que ahora es un Superama, creo). Sin embargo en aquel entonces me impresionó mucho la combinación de dibujos animados con personas reales, lo cual nunca había visto con ese nivel de sofisticación. Esto no era Carmen Molina bailando con el Pato Donald en The Three Caballeros, ni el Pájaro Loco conversando con Walter Lantz... esto era genuina magia cinematográfica.
Pero ahora, varias décadas después, la combinación de animación digital con acción viva es algo cotidiano en el cine, sobre todo en su variedad familiar. ¿Qué otra cosa, entonces, podría ofrecer una nueva versión de Pete's Dragon?
La respuesta es: no estoy seguro.
Mi Amigo el Dragón es una competente película infantil; la historia es amena y fluye sin grandes complicaciones, ofreciendo algunos momentos graciosos, otros conmovedores, y la cantidad justa de drama para sentir que hubo algún tipo de progreso narrativo... obstáculos reales o imaginarios que los personajes deben superar para crecer y mejorar. Pero, al mismo tiempo, es un relato tan simple (quizás aún más que la cinta de 1977) que tiende a olvidarse en cuanto salimos del cine; no hay grandes mensajes, ni sensación de épica aventura, y mucho menos la impresión de que vimos algo único o especial. En resumen: útil para distraer a los niños pequeños durante noventa minutos, y nada más.
Esto no significa que Mi Amigo el Dragón esté exenta de elementos positivos. El elenco me pareció bueno; Oakes Fegley es un típico "protagonista Disney" simpático y accesible (y blanco, desde luego), aunque no muy creíble como "niño feral" que vivió en el bosque durante seis años. Pero, bueno... no estamos viendo Nell, sino una cálida fábula familiar sobre un dragón peludo que puede volverse invisible. Bryce Dallas Howard, como la guardabosques Grace, logra lo opuesto de lo que hizo en Jurassic World, mostrando su lado maternal sin caer en la cursilería o falso sentimentalismo. Y lo mismo aplica al gran Robert Redford, quien indudablemente hubiera mejorado la película si tuviera más escenas. Pero al menos ayuda al principio y al final como el padre de Grace, y el único que cree en la existencia de un misterioso monstruo en los bosques cercanos. Por cierto, también me gustó la idea de convertir a Elliot en un "críptido"... una mítica criatura cuya presencia se rumora desde hace años, aunque nadie haya encontrado evidencia concreta de su existencia.
Y, ya que estamos hablando de cambios, diré para los fans de la cinta original que la historia se modificó por completo. Para empezar, Pete ya no es un huérfano esclavo de su cruel familia adoptiva (¡ni en sueños podría Disney realizar una película así en el entorno políticamente correcto del cine contemporáneo!) El abuelo no es un borrachín (hace cuarenta años era Mickey Rooney); y el nuevo director David Lowery (¡editor de Upstream Color!) introduce un inevitable componente ecológico en la forma del villano, interpretado por Karl Urban como un leñador dedicado a talar árboles en los bosques donde vive el dragón. Pero no se preocupen... es un “villano Disney”, así que eventualmente encuentra la oportunidad de redimirse... aunque, para mantener el misterio, no revelaré si aprovecha la oportunidad o la rechaza (¿qué pasará? ¡No puedo resistir el suspenso!)
Creo que todos los cambios implementados en esta nueva versión de Mi Amigo el Dragón fueron positivos (incluyendo la eliminación de los números musicales); y, a fin de cuentas, me pareció una experiencia recomendable para un fin de semana aburrido, aunque sin gran trascendencia a largo plazo. Y debo agradecer a Cinemex por animarse a traer la versión en inglés; tuve que atravesar la ciudad para verla sub-titulada, pero fue un buen detalle para los viejos que "disfrutamos" la cinta original y queríamos ver qué hicieron con el re-make. No hubiera resistido al dragón con la voz de alguna alburera estrella mexicana. Es broma... el dragón no habla. Otra cosa que hicieron bien en una larga lista de cosas que pudieron salir muy, muy mal. Tuvo suerte el dragón... y también el público.
Calificación: 7.5

IMDb

Friday, September 16, 2016

No Respires (Don't Breathe)



Síntomas: Un trío de ladrones se introduce a la casa de un ex-militar ciego para robar el dinero que supuestamente recibió como compensación por la muerte accidental de su hija. Parece un trabajo fácil, pero desde luego las cosas se complican cuando los ladrones descubren que el hombre no es tan indefenso como pensaban.

Diagnóstico: A pesar de la aclamación unánime que ha recibido No Respires en todos los sitios especializados en horror, preferí mantener mis expectativas bajas, pues sabía de antemano que la película pertenece al sub-género de "invasión doméstica", el cual nunca me ha gustado por su repetitiva estructura y frecuente uso de forzados "twists" para demostrar que "las cosas no son lo que aparentan".
No Respires encaja en esa descripción... pero la virtuosa dirección de Fede Álvarez (más conocido por el re-make de Evil Dead y, antes de eso, por su celebrado cortometraje Ataque de Pánico!) y el brillante libreto co-escrito con Rodo Sayagues producen un resultado muy superior a todas las cintas de este estilo que había visto anteriormente.
El primer acto de No Respires es un poco lento, pero nunca aburrido, tomándose el tiempo necesario para introducir a los personajes y establecer su carácter y relaciones. A diferencia de otras "invasiones domésticas", Álvarez no asigna roles fáciles de héroes ni villanos; por el contrario, deja que el metódico desarrollo de la historia cambie nuestra opinión según se van revelando nuevos detalles, hasta llegar a un final muy lejos de ser feliz, pero que se siente lógico y satisfactorio... con un pequeño toque de amargura para recordarnos que la vida rara vez tiene buenos y malos absolutos.
El minimalista elenco incluye a Stephen Lang como el ex-militar invidente con un grave secreto oculto en su casa; Daniel Zovatto es "Money", el líder de los ladrones que no planea subestimar a la víctima tan solo por su limitación física; Dylan Minnette es Alex, la consciencia del grupo, y el que más tiene que perder si son capturados por la policía; y, finalmente, Jane Levy (también protagonista de Evil Dead) en el papel de Rocky representa el punto medio entre la ambición de Money y la compasión de Alex. Rocky necesita el dinero del robo por una buena razón, pero hay límites para lo que está dispuesta a hacer.
Y así presenciamos la evolución de estos personajes, a veces brusca y a veces gradual, según se complica su riesgosa situación, generando abundante suspenso y explotando a la perfección los estereotipos de la premisa hasta alcanzar algo novedoso, perturbador, e inmensamente entretenido. Álvarez no permite el menor rastro de relleno melodramático; cada escena nos dice algo, y cada movimiento está cuidadosamente planeado para no perder el sentido de tiempo y espacio en el claustrofóbico hogar del militar. También merece aplauso el cinematógrafo Pedro Luque (otro veterano de Ataque de Pánico!) por mantener las cosas nítidas y visibles incluso en escenas sumidas en oscuridad casi total; en particular me impresionó la secuencia donde no deberíamos ver nada, y aún así podemos comprender lo que está pasando.
Tampoco puede faltar una mención a la eficiente partitura de Roque Baños, donde es tan importante la música como aquellos silencios que se extienden hasta crispar los nervios mejor que cualquier acento estridente, como los que escucharíamos en inferiores thrillers contemporáneos.
A pesar de mi antipatía por este sub-género, No Respires justificó las alabanzas que ha recibido, y consagra formalmente a Fede Álvarez como un visionario del horror/suspenso que sin duda convendrá seguir en el futuro. Por fin los productores Sam Raimi y Rob Tapert encontraron un talento singular como parte de su micro-estudio Ghost House... ojalá sepan aprovecharlo, antes de que se los robe Hollywood. Y de paso su labor subraya el "secreto a gritos" de que siempre será mejor una obra original que un remake o secuela. Más como estas, por favor.
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, September 14, 2016

Zoom



Síntomas: Emma (Alison Pill) trabaja en una fábrica de muñecas sexuales, pero su auténtica pasión es el comic que está dibujando acerca de Eddie (Gael García Bernal), un director de películas de acción que está intentando algo más artístico en su nueva cinta sobre una ex-modelo llamada Michelle (Mariana Ximenes), quien abandonó su glamorosa profesión para escribir una novela centrada en el personaje de Emma (Alison Pill), una joven trabajadora en una fábrica de muñecas sexuales que está dibujando un cómic sobre un director, etc.

Diagnóstico: Lo más interesante de Zoom es su estructura circular, integrada por un comic dentro de una novela, dentro de una película. Es un concepto original y con enorme potencial, digno de Charlie Kaufman o Michel Gondry. Desafortunadamente las sub-historias individuales que la forman me parecieron insulsas y aburridas, con demasiadas tangentes inútiles y una marcada ausencia del tema unificador que hubiera dado sentido a tantos malabares narrativos.
Sí, quizás hay un tema de auto-rechazo y aceptación en Zoom, pero no es muy sustancioso. Emma quiere senos más grandes; Eduardo está asustado por la súbita reducción de su pene; y Michelle está insatisfecha con su carrera basada en apariencias. Pero la resolución de estos pseudo-conflictos es arbitraria e inconsistente, arruinando cualquier tipo de mensaje que el director haya aspirado a transmitir.
Por el lado bueno, las actuaciones son graciosas y muy adecuadas para el travieso tono de la película (me refiero a la totalidad de Zoom, no a la película dentro del comic dentro de... ah, olvídenlo). Los protagonistas de las viñetas (Alison Pill, Gael García Bernal, y Mariana Ximenes) toman en serio sus papeles, pero al mismo tiempo añaden un sutil humor que los hace cómplices del gran chiste. Sólo faltó que dicho chiste fuera más gracioso o inteligente.
Mi segmento favorito fue el del director atrapado entre el comercialismo de Hollywood y su renovada visión personal. Estas escenas están realizadas con animación dibujada a mano (apoyada ocasionalmente con manipulación digital) y con un estilo ágil y atractivo que, lamentablemente, no se refleja en los demás segmentos. Las historias de Emma (la dibujante) y Michelle (la modelo), se ven apagadas en comparación con la vívida animación que emplea una paleta de color limitada, y aún así mucho más expresiva que el pardo desaturado de la acción viva. Y tampoco ayuda la banda sonora que se empeña demasiado en añadir humor y atmósfera al lerdo melodrama (por alguna razón el diseño de audio incluye breves comentarios que enfatizan momentos clave de la película, como "¡Mira eso!" o "¡Bien hecho Emma!" (estoy parafraseando; no recuerdo las frases específicas, pero sí recuerdo que se sienten fuera de lugar).
Aún así encontré admirable la ambición del director Pedro Morelli y la calidad de esta modesta co-producción brasileña-canadiense, co-patrocinada por Danone y Nextel (para ser justos, lograron mantener al mínimo el "product placement"). Con un origen tan raro, parece lógico que la trama de Zoom sea tan rebuscada. Y aunque se quedó corta en el departamento de las ideas, la puedo recomendar como un curioso experimento en el que vale la pena participar, incluso si el resultado es más frustrante que satisfactorio. Pero al menos intentaron algo nuevo que desafía las convenciones narrativas del cine fantástico. Brindo por ellos con un Dan-Up de mango (hay que complacer a esos patrocinadores).
Calificación: 6.5

IMDb

Tuesday, September 13, 2016

Morgan



Síntomas: Varios brillantes científicos trabajan en un laboratorio secreto donde se gestó una persona artificial llamada Morgan (Anya Taylor-Joy). Pero después de un violento incidente, la empresa patrocinadora envía a Lee Weathers (Kate Mara), experta en evaluación de riesgos, para determinar si el proyecto puede continuar o si debe ser "retirado".

Diagnóstico: Es imposible evitar comparaciones entre Morgan y la inmensamente superior cinta Ex Machina. Para empezar, ambas inteligencias artificiales toman la forma de mujeres jóvenes con muchas preguntas sobre la condición humana que sus creadores humanos no siempre pueden responder. El entorno boscoso invita un agradable contraste entre la agreste belleza natural y la avanzada tecnología que se maneja en sus respectivos laboratorios secretos; y los protagonistas de ambas cintas deben analizar objetivamente situaciones complejas, aunque existen factores ocultos que alteran el balance de los hechos.
No es un insulto decir que Morgan resultó ser la menos ambiciosa de estas cintas, tanto en fondo como en forma. Su intención fue simplemente distinta, y creo que puedo recomendarla como un tecno-thriller eficiente y muy entretenido, que nos mantiene en suspenso durante largo rato antes de que se vuelva evidente hacia dónde se dirige la trama. Pero incluso si adivinamos prematuramente los secretos de Morgan, no perjudica demasiado la experiencia gracias a la precisa dirección de Luke Scott (hijo de Ridley Scott, también co-productor), quien no teme saltar de género en género para preservar el impulso de la historia y confundir nuestras expectativas.
Esto significa que los aspectos de ciencia ficción pasan a segundo plano cuando comienza la acción. En particular me decepcionó la superficialidad con la que se presenta la creación de un humano artificial; no esperaba una disertación científica para explicar cada pequeño detalle de este experimento imposible, pero un poco de tecno-babble quizás hubiera bastado para no sentir que estaban evitando el tema. Pero entiendo que quieran evitarlo, ya que la pseudo-ciencia de la película es demasiado inverosímil.
Por suerte no es un problema significativo. Una vez que aceptamos la existencia de Morgan, las cosas progresan con metódico ritmo, creando una fascinante colisión entre la fría evaluación de la experta en riesgos, y las turbulentas emociones de los científicos, que no solo se preocupan por rescatar sus años de incansable labor, sino porque no consideran a Morgan como una cosa, sino como un estimado miembro del equipo. Y, desde luego, esa tensión entre lógica y emoción forma el nudo narrativo de la película... como ha ocurrido en tantos otros relatos sobre "pinochos" tecnológicos que exploran su lado humano.
Hablando de humanos, Kate Mara realiza un excelente trabajo como analista que debe mantener la ecuanimidad en una situación muy volátil... y más peligrosa de lo que parecía al principio. Me gustan las incursiones de esta actriz en la ciencia ficción, incluso cuando cae en algún chasco (como Fantastic Four y Transcendence). Afortunadamente Mara encontró en Morgan un proyecto que aprovecha al máximo su talento y compacta presencia física (bueno, también la vimos en The Martian, pero en un rol demasiado breve). El equipo científico está interpretado por notables actores de carácter que desafían la superficialidad de sus personajes; entre ellos, Toby Jones, Rose Leslie, Vinette Robinson y Michelle Yeoh en el ambiguo papel de "madre postiza" de Morgan. Pero la que más destaca es Anya Taylor-Joy (quien tanto me impresionó en The Witch), enfrentando con absoluto aplomo la exótica combinación de inocencia/amenaza que define a Morgan, una forma de vida altamente inteligente, pero sin la experiencia necesaria para manejar sus incipientes emociones (¿o acaso estará manipulando a sus captores?) Finalmente, mención especial para el gran Paul Giamatti, quien solo tiene una escena, pero fue mi favorita... aunque sea una copia de aquel memorable examen psicológico en Blade Runner (otra de las cintas que Morgan tiende a emular, además de la mencionada Ex Machina, 2001: A Space Oddyssey, y desde luego el seminal episodio "The Measure of a Man", de Star Trek: The Next Generation).
Como dije antes, Morgan es un recomendable thriller con toques de ciencia ficción que no profundizan demasiado en la filosofía del humano sintético, ni en el origen de la consciencia artificial, y mucho menos en los aspectos éticos del "machine learning" que está de moda; simplemente quiere entretenernos y ponernos a pensar un poco antes de empezar con los golpes y la acción... lo cual me pareció una decisión válida y con un buen resultado, siempre y cuando el espectador altere un poco su perspectiva y no espere algo nuevo o trascendental. Sería una pena ignorar los logros de Morgan por no igualar los de una obra similar, pero con distintos propósitos. Me refiero a Short Circuit, obviamente.
Calificación: 8

IMDb

Monday, September 12, 2016

Antibirth



Síntomas: Después de una terrible noche de juerga, Lou (Natasha Lyonne) descubre que está embarazada, aunque eso no detiene su continuo uso de drogas y alcohol. Sadie (Chloë Sevigny), su mejor amiga, trata de convencerla de ver a un doctor, pero entonces llega una extraña mujer llamada Lorna (Meg Tilly), con algunas teorías absolutamente descabelladas sobre la condición de Lou.

Diagnóstico: Para dar idea de lo que puede esperarse en esta bizarra y perturbadora película, diré que Antibirth es como si Gummo hubiera sido escrita por David Cronenberg y dirigida por John Waters: una obra al mismo tiempo fascinante y repelente que combina humor negro, comentario social, y grotesquerías orgánicas deliciosamente gráficas y ambiguas, que podrían ser metáforas de algo más complejo, o simplemente desplantes de mal gusto diseñados para desafiar la sensibilidad del espectador. O quizás sea una terrible película que por azar da la impresión de inteligencia y feroz propósito detrás de su caótica realización. "El burro que tocó la flauta", como decía mi abuelo.
Honestamente me inclino por la primera descripción; Antibirth me gustó mucho, y me mantuvo hipnotizado con su retrato de una sub-cultura generalmente ignorada por el cine comercial, donde las drogas y alcohol no son "vicios" que deben combatirse, sino parte natural de la vida cotidiana para olvidar la cruda realidad de una mala economía, malas decisiones personales, y simple mala suerte para encontrar un lugar digno en la sociedad moderna. Desde luego Antibirth es el tipo de película que divide violentamente a su público (como podemos confirmar por sus calificaciones en IMDb y MetaCritic); unos la consideran genial, mientras que otros la denuncian como irredenta basura fílmica. ¿Excelso cine de autor, o fallido horror independiente?
Quizás la respuesta sea "Todo lo anterior". En ningún momento podemos tomar en serio el argumento de Antibirth; todo comienza con Lou, una mujer con nocivos hábitos personales que se encuentra súbitamente embarazada, a pesar de que no recuerda las circunstancias que la llevaron a esa condición. Sadie, su mejor amiga, se preocupa por Lou, pero al mismo tiempo colabora en su mutua auto-destrucción, acompañándola en largas sesiones de "bong" y bebida, e incluso interviniendo a su favor con el "dealer" local, quien está buscando un nuevo químico para vender a sus clientes. Las drogas "normales" han subido de precio, y los humildes habitantes del inmundo pueblo canadiense donde se desarrolla la película (ah, sí... olvidé mencionar que Antibirth es otra jugosa rebanada de agitación canadiense) ya no pueden pagar por el "high" convencional; entonces, como buen empresario, el "dealer" debe expandir su catálogo con nuevas sustancias de dudosa procedencia e impredecible efecto... pero bajo costo.
Hasta aquí parece una deprimente historia sobre una víctima de abuso ignorada por la sociedad y explotada por criminales de poca monta. Pero el director Danny Perez no busca la compasión del espectador, sino la expansión de nuestras mentes con pesadillas surrealistas, conspiraciones gubernamentales, y un claro mensaje de desconfianza por las instituciones públicas que intentan limitar las libertades del individuo... incluso si esas libertades conducen a su destrucción. O quizás sea una metáfora sobre el derecho al aborto, o algo así. Como toda obra de arte, cada quien sacará algo distinto de Antibirth; y, sea bueno o malo el mensaje, es imposible ignorar el talento de Perez y su audaz elenco para crear una obra tan burda en su forma y tan profunda en sus connotaciones políticas, culturales y... ¿me atrevería a decir "científicas"? Al menos pseudo-científicas.
Entonces, si les parece atractiva la idea de ver personajes patéticos (pero muy graciosos) enfrentando situaciones demenciales (pero con una torcida lógica onírica) en un decrépito entorno rural (pero muy colorido), puedo recomendar Antibirth como doble antídoto que ataca simultáneamente el estancamiento del horror "indie" y la pretensión del "cine de arte" deshonesto y artificial. Quizás los eventos que retrata Antibirth no sean "realistas" (¡afortunadamente!), pero su cínica visión del mundo es más creíble que nunca. Si no podemos reírnos de nuestras tragedias, terminaremos volviéndonos locos. O viceversa.
Calificación: 9 (demasiado subjetiva, para variar)

IMDb

Saturday, September 10, 2016

El Especialista: La Resurrección (Mechanic: Resurrection)



Síntomas: Después de fingir su muerte, el experto asesino Arthur Bishop (Jason Statham) intenta llevar una vida apacible en Brasil. Pero cuando ayuda a una mujer en apuros, Bishop se da cuenta de que fue un truco para obligarlo a realizar un último "trabajo": asesinar a tres peligrosos individuos en distintas partes del mundo, y hacer que parezcan accidentes.

Diagnóstico: Ni siquiera habían terminado los créditos de El Especialista: La Resurrección, cuando Arthur Bishop ya estaba golpeando matones en un elegante "brunch". Jason Statham regresó a su entorno natural.
Desafortunadamente este retorno deja mucho que desear, no por culpa del actor, sino del pobre libreto que le endilgaron, y la mediocre dirección de Dennis Gansel, quien conduce la película con aceptable pericia técnica, pero sin la energía y humor de la original The Mechanic. Bueno, aquella cinta nunca fue exactamente "original", pues era el re-make de una obra poco conocida de Charles Bronson; pero aún así nos ofreció una historia más interesante, y excelente química entre Statham y Ben Foster, quien no aparece (y ni siquiera es mencionado) en esta débil secuela.
Por el lado positivo, Jason Statham exhibe su habitual carisma y habilidad física, luciéndose en brutales peleas, emocionantes escapes y, sobre todo, en la ejecución de los tres asesinatos que le asigna el villano. No son escenas muy creíbles ni lógicas, pero se nota cierto esfuerzo creativo por plantear situaciones imposibles que Bishop debe resolver con imaginación y estrategia, en vez de golpes y patadas.
En el papel del villano, Sam Hazeldine no deja impresión alguna en el espectador. Es otro de tantos criminales europeos intercambiables que comete el error de antagonizar a otro genérico anti-héroe interpretado por Statham.
Jessica Alba deja una mejor impresión (por distintas razones) en el papel de Gina Thorne, una típica damisela en peligro que además rescata víctimas de tráfico sexual, así que básicamente es una santa que merece sobrevivir por sus buenas acciones. Y aunque sus escenas en bikini y vestidos escotados no parecen esenciales para la trama, supongo que tampoco la contrataron por su habilidad histriónica (es una lástima, pues puedo decir sin ironía que las actuaciones de Alba han mejorado en algunos de sus recientes proyectos, como Barely Lethal y The Veil).
Michelle Yeoh aparece unos segundos en un papel inútil (ni siquiera pelea), y lo mismo podríamos decir de Tommy Lee Jones como una de las víctimas de Bishop. Quiero imaginar que Jones filmó sus escenas durante una escala del vuelo que lo llevó al rodaje de Jason Bourne. Tenía unas horas libres antes de su conexión, y su infalible olfato lo llevó a una locación donde había cámaras de cine. "Star power" instantáneo.
Pero, bueno... siendo una película de Jason Statham, lo único que importa es la acción. En ese aspecto El Especialista: La Resurrección cumple su cometido... apenas. A pesar de contar con un par de momentos memorables (disparos a la garganta; la granada en el jacuzzi), las numerosas peleas, balaceras y stunts apenas superan el nivel de B-Movie directa a vídeo. Como dije, la presencia de Statham ayuda mucho, pero no lo suficiente para hacer indispensable está desangelada secuela.
Aún así el género "Jason Statham" persevera, y mientras quede vivo un arrogante mafioso ruso, gángster inglés, o terrorista balcánico, ahí estará nuestro lacónico héroe para impartir justicia con los puños, con pistolas, o con implementos de cocina. ¿Mencioné la pelea durante el "brunch"? Lástima... se veía delicioso.
Calificación: 6.5

IMDb

Friday, September 9, 2016

Star Trek: Sin Límites (Star Trek Beyond)



Síntomas: A la mitad de su misión de cinco años explorando el universo, el Capitán James T. Kirk (Chris Pine) se encuentra cansado de la monotonía y la falta de dirección en su vida. Entonces, durante un rescate aparentemente rutinario, Kirk y su tripulación encuentran un enemigo inmensamente poderoso que podría significar el fin del Capitán y su nave.

Diagnóstico: Los primeros minutos de Star Trek: Sin Límites me alarmaron mucho: una estúpida introducción "chistosa" que resta aún más seriedad a esta franquicia, ya de por sí orientada al bajo estándar de la "ópera espacial", en vez de preservar la ciencia ficción seria y meditativa que tanto éxito le dio a la serie televisiva (y hasta cierto punto a las películas originales) en el siglo pasado.
Quizás esa es la frase clave: "el siglo pasado". Era obvio que la nueva encarnación de Star Trek modernizaría muchos aspectos de la saga, no solo visualmente (nuevos actores, nueva nave, e incluso nueva continuidad separada del canon clásico por medio de un artera paradoja temporal), sino temáticamente, alterando el espíritu mismo de las historias... lo cual no me pareció intrínsecamente malo. Comprendo la necesidad económica de esta evolución, y hasta me gustaron las dos previas películas, Star Trek y Star Trek Into Darkness, como simples relatos de fantasía espacial con buena dirección y ocasionales rasgos de ingenio para demostrar que, sí, a pesar de tantas alteraciones, los ideales de Gene Roddenberry seguían vivos.
Pero ahora, con Star Trek: Sin Límites, siento lo mismo que el Capitán Kirk... frustración y ansiedad por el futuro de un fenómeno que cambió mi vida.
Perdón... demasiado melodramático. Regresando al punto, ese comienzo “chistoso” de Star Trek: Sin Límites viene seguido por algunas de las mejores escenas que he visto en el nuevo Star Trek. El director Justin Lin (con ayuda de los escritores Simon Pegg y Doug Jung) nos re-introduce a los personajes con sincero afecto, recordándonos en rasgos breves y económicos sus distintivas personalidades, su simpática interacción, y todo lo que aportan a estas historias. El universo de Star Trek: Sin Límites tiene algunas inconsistencias (siento que la tecnología necesaria para construir la base espacial Yorktown supera por mucho el nivel "realista" de la Federación Planetaria), pero por lo demás es una de las mejores representaciones del futuro optimista y progresivo que soñó el mencionado "Gran Pájaro de la Galaxia" (Gene Roddenberry, para los menos geeks). Y cuando se revela la amenaza que enfrentará el Enterprise, Lin nos receta virtuosas secuencias de acción espacial como nunca habíamos visto (al menos en Star Trek), con catastróficas consecuencias y sacrificios que definitivamente "lo cambiarán todo".
Desafortunadamente ahí termina la innovación y comienza una genérica aventura de "búsqueda y rescate" plagada de clichés, situaciones inverosímiles (odié con pasión la escena de la moto... y mejor no hablemos de Beastie Boys), y techno-babble tan extremo que parece parodia, como algo sacado de Galaxy Quest. Pero lo peor de todo fue encontrar otro villano insípido enfrascado en una ambigua misión maligna que rara vez inspira suspenso o sensación de peligro. Siento que Lin nos quiso impresionar con un brillante inicio, y descuidó la importante parte media, donde debería forjarse el drama, acentuar los conflictos y dar oportunidad para que cada personaje creciera a su propia manera. Todo esto ocurre, hasta cierto punto... pero sin la energía o convicción necesarias para rematar satisfactoriamente esa excelente primera mitad.
Probablemente debemos agradecer al co-guionista Simon Pegg (geek confirmado desde el sitcom Spaced) que finalmente tengamos una película de Star Trek que se siente como un bien balanceado ensamble de personajes únicos. Ya no es "Las Aventuras de Kirk y Spock, y sus amigos", sino la tripulación del Enterprise enfrentando extraordinarias circunstancias que los obligan a pensar, actuar y apoyar sus mutuos talentos. Chris Pine se siente más centrado y maduro, dejando atrás la odiosa arrogancia del joven Kirk; Zachary Quinto sigue siendo perfecto como Spock; lo que más recordaré de Star Trek: Sin Límites no serán los complejos efectos especiales ni el escheriano final, sino los breves momentos emocionales de Spock, bien ganados y magníficamente interpretados por este actor; Karl Urban, como el Dr. McCoy, es la voz de la razón y la perspectiva auténticamente humana del grupo; Zoe Saldaña tiene buenas escenas como Nyota Uhura, y lo mismo aplica a Simon Pegg como Montgomery Scott, John Cho como Hikaru Sulu, y Anton Yelchin como Pavel Chekov... aunque sospecho que el lamentable fallecimiento de este actor limitó su intervención en esta cinta, no necesariamente porque quedaran escenas sin filmar, sino porque los productores deben prepararse para su ausencia en futuras secuelas.
Pero... ¿habrá futuras secuelas? Star Trek: Sin Límites no fue exactamente un fracaso en taquilla; sin embargo los enormes costos de producción de estas películas requieren considerables ganancias para mantener viabilidad económica. Además, ya viene una nueva serie televisiva (Star Trek: Discovery), con un "showrunner" que sabe lo que está haciendo (espero), y distribución global por medio de Netflix. Francamente siempre he preferido Star Trek en formato episódico, donde hay más tiempo y oportunidad para desarrollar múltiples personajes, explorar mayor variedad de conceptos y, sobre todo, crear esa sensación de "familia" que estas nuevas películas apenas están logrando después de siete años... y muchísimos millones de dólares invertidos.
Mis disculpas si esta "crítica" no es muy informativa sobre la película misma... pero esa fue mi reacción honesta ante Star Trek: Sin Límites. Como continuación de Star Trek Into Darkness me pareció una mejoría en muchos aspectos, aunque flaqueó en las partes que más necesitaba para convertirse en una gran película. Al igual que sus predecesoras, es una entretenida aventura espacial con vistosos efectos y buenos personajes que ocasionalmente compensan la mediocridad del argumento. Pero si fuera el final de la saga cinematográfica (al menos por un tiempo), no me preocuparía demasiado, pues cumplió la auténtica misión del Enterprise: mantener viva la franquicia y llegar a los cincuenta años con emocionantes perspectivas para el futuro. Y no me refiero al "futuro" del siglo veintitrés, sino al 2017, cuando llegue Star Trek: Discovery. Donde nadie ha ido jamás, muchas otras veces.
Calificación: 7.5 (quizás suba a 8 cuando la vea por segunda vez... porque ciertamente planeo verla de nuevo)

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Wednesday, September 7, 2016

Viral



Síntomas: Las hermanas Emma (Sofia Black-D'Elia) y Stacey Drakeford (Analeigh Tipton) a veces no se soportan, pero en el fondo se quieren y siempre tratan de ayudarse. Entonces se desata una epidemia que convierte a la población en violentos asesinos, y el gobierno declara ley marcial, dejando a las hermanas aisladas en su hogar, sin posibilidad de escape y con enormes retos para sobrevivir.

Diagnóstico: Antes que nada, me dio gusto ver el logotipo de Dimension Films al principio de Viral. No sabía que aún existía este estudio, que en los noventas era como el Blumhouse de hoy. Un momento... ¡¿Viral también es de Blumhouse?! ¿Quien habrá comprado a quien?
No importa. El punto es que Viral me pareció un entretenido thriller con elementos de melodrama juvenil, relato "coming of age", y desde luego una perturbadora visión del mundo post-apocalíptico donde la civilización se derrumba gradualmente, primero por los efectos de una misteriosa enfermedad, y luego por la violencia y paranoia que cunde entre los escasos sobrevivientes. Pero todo condensado en la minúscula escala de un típico suburbio norteamericano, y desde el punto de vista de dos adolescentes súbitamente separadas de todo aquello que consideraban "normal".
Supongo que podría añadir "cine de zombies" a esa lista de ingredientes, incluso si los infectados en Viral no son realmente "muertos vivientes"; pero sería injusto encasillar esta interesante cinta en un género tan simple. En otras palabras, Viral me pareció más similar a Right at Your Door que a cualquier cinta que use variaciones del sufijo "of the Dead".
Para empezar, el rasgo que define a Viral no son los "zombies", ni la típica cacería/persecución de criaturas por la ciudad abandonada, como ocurre en tantas otras obras. Por el contrario, Viral se queda en casa para examinar la relación de Emma y Stacey, mostrándonos el caos de su micro-universo social, su adaptación al aislamiento, y el fortalecimiento de los lazos fraternales cuando el deterioro de las condiciones físicas y sociales las obliga a madurar.
Curiosamente, hace un par de semanas vi la película Into the Forest, también dedicada a dos hermanas enfrentando un distinto fin del mundo; sin embargo esa cinta era más... "artística", con metáforas y discusiones filosóficas sobre el colapso de la civilización. Viral es mucho más práctica y directa, pero con similar atención a la crisis interna de los personajes. Y, claro, con una creativa y grotesca causa del "apocalipsis".
Me gustó bastante la naturaleza de la epidemia en Viral, así como sus síntomas y eventual transformación de los infectados. No es un concepto totalmente original (no mencionaré otras cintas que lo han usado porque sería spoiler por inferencia), pero los directores Henry Joost y Ariel Schulman (con apoyo de sus guionistas Christopher Landon y Barbara Marshall) crearon un fascinante ciclo biológico que me gustaría explorar en futuras secuelas.
Otra coincidencia: hace una semana vi la cinta Nerve, de estos mismos directores, y definitivamente prefiero Viral por su superior argumento, consistencia narrativa y excelentes actuaciones de Sofia Black-D'Elia y Analeigh Tipton. Su química es al mismo tiempo casual y profunda; cálida y hostil (ese chiste en el baño me hizo reír mucho, y al mismo tiempo se siente increíblemente auténtico como algo que ocurre entre hermanas). Mención especial a "Machine Gun Kelly" (nombre real: Colson Baker) como el novio de Stacey, aprovechando su combinación de punk, rapper y bufón que tan bien ha usado en la serie televisiva Roadies (también salió en Nerve; supongo que es amigo de los directores, o algo así).
Por el lado negativo, Viral decae un poco durante el tercer acto, cuando la relación entre las hermanas se estanca en vez de evolucionar; y tampoco me gustó la adición de un galán insípido que resta fuerza al arco dramático de las hermanas; después de mostrar increíble fuerza interna, ¿resulta que necesitaban ayuda de un hombre, después de todo? No lo trago. Pero, bueno... el tenso desenlace rescata parcialmente la situación, y nos deja con un mensaje agridulce que no traiciona el espíritu de la película.
En resumen, Viral no es una épica apocalíptica, sino una historia íntima con repercusiones globales (o viceversa). No es una cinta de zombies, sino un sincero melodrama juvenil, con sangre y violencia en lugar de "makeovers" y montajes musicales. Pero tampoco esperen horror "hardcore"; simplemente la honesta interacción de dos adolescentes que se aman en el fondo, y se odian en la superficie. Sería una "chick flick" si no fuera por el vómito sanguinoliento.
Calificación: 8

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Monday, September 5, 2016

Mike y Dave: Los Busca Novias (Mike and Dave Need Wedding Dates)



Síntomas: Mike y Dave Stangle (Adam Devine y Zac Efron) tienen fama de arruinar todas las fiestas familiares con sus irresponsables travesuras de solteros. Entonces su hermana les pone un ultimátum: o buscan novias respetables para llevar a su próxima boda en Hawaii, o no serán invitados. Y así es como Mike y Dave conocen a Tatiana y Alice (Aubrey Plaza y Anna Kendrick), quienes parecen perfectas para impresionar a la familia... aunque en realidad son más alocadas que los hermanos.

Diagnóstico: Me está gustando el reciente auge de comedias adultas con personajes femeninos (Bridesmaids, Sisters, Bad Moms) que se han "atrevido" a usurpar el humor escatológico casi siempre reservado para comedias masculinas. Sin embargo esa subversión de roles sexuales no es garantía automática de calidad, como lamentablemente nos demuestra Mike y Dave: Los Busca Novias a lo largo de 100 tediosos minutos.
Es una lástima, pues soy admirador de casi todos los actores de esta cinta, y generalmente disfruto sus interpretaciones en toda clase de proyectos (me abstendré de mencionar la excepción, porque ya lo critiqué demasiado en meses recientes). Además, todos han trabajado juntos en distintas ocasiones, así que deben conocerse y compartir cierta amistad en la vida real. Desafortunadamente esa química personal no ayudó a mejorar el atroz libreto; lo único que logró fue mostrarnos en los "outtakes" que la filmación fue más divertida que el producto final. Ni hablar; al menos alguien la pasó bien.
La premisa de Mike y Dave: Los Busca Novias ("basada" en hechos reales, nada menos) tenía gran potencial, no solo para regodearse en groserías y obscenidades, sino para señalar los dobles estándares de Hollywood y sus estereotipos: pero el director Jake Szymanski (en su debut cinematográfico después de hacer cortos para Funny or Die y SNL) prefirió tomar el camino seguro de la vulgaridad como fin por sí misma, y olvidó añadir genuino humor al argumento. Lo que no olvidó fue hacer Mike y Dave: Los Busca Novias tan estridente como fuera posible, en la errónea creencia de que los diálogos a gritos y la exageración en las actuaciones se transformarían mágicamente en risas.
En mi opinión, esa técnica nunca funciona; pero al mismo tiempo es una práctica muy popular en las comedias masculinas, así que podríamos decir que Mike y Dave: Los Busca Novias rompió barreras culturales al fallar exactamente igual desde la perspectiva femenina.
Y mejor ni hablar de los momentos "dramáticos", donde los personajes deben aprender algo, o madurar, o tomar responsabilidad por sus acciones. Aprecio que intentaran añadir un poco de sustancia para separar las borracheras y equivocaciones sexuales de la trama, pero las resoluciones de tales conflictos fueron tan arbitrarias que no ayudan a la credibilidad de los personajes, y solo extendieron más la duración de una película que ya se siente larga por su desgano narrativo.
También conviene señalar que el humor es demasiado subjetivo para describirlo en absolutos, así que tampoco puedo negar la capacidad de Mike y Dave: Los Busca Novias para provocar risas con sus exageraciones y vulgaridad. Lo importante es reír; lo de menos es la estrategia del humorista.
Entonces, en mi caso particular, recomendaría cualquiera de las "comedias femeninas" mencionadas al principio de este escrito. Y para fans de Anna Kendrick y Aubrey Plaza, existen mejores películas para disfrutar su talento cómico (Pitch Perfect y Life After Beth, respectivamente). Sin embargo Mike y Dave: Los Busca Novias lo intenta todo, y algo podría funcionar. Cada quien conocerá su afinidad o tolerancia por este tipo de películas. Imaginen una mezcla de The Wedding Crashers y Bad Moms, pero más ruidosa e irritante. ¿Perfecta tarde de cine, o pesadilla sin escape? Esa es una situación de la vida real que merece adaptarse a cine. Pero sin Zac Efron, por favor (¡No! ¡Ya casi lograba no insultarlo!)
Calificación: 5

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