Friday, April 30, 2021

The Courier



Síntomas: En 1960, el vendedor de equipo industrial Greville Wynne (Benedict Cumberbatch) es reclutado por la CIA y MI6 para servir como mensajero secreto de Oleg Penkovsky (Merab Ninidze), un importante funcionario ruso que quiere evitar una guerra nuclear entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.

Diagnóstico: Desde luego me gustan las películas de espías al estilo de Hollywood (como Atomic Blonde, algunas de James Bond, y la saga de Mission: Impossible), pero en muchos aspectos prefiero las películas "serias" que muestran la deprimente realidad del espionaje profesional, donde no hay persecuciones con helicópteros ni partidas de baccarat en Monte Carlo, sino únicamente paranoia, engaños y traición. Quizás no sean cintas tan comerciales ni divertidas, pero tienen mayor potencial para hacernos pensar, revelando oscuros momentos de la historia que ganaron importancia con el paso de las décadas. Algunos ejemplos recientes: Bridge of Spies, Official Secrets, y Wasp Network, todas ellas dedicadas a explorar el complejo marco político del espionaje en diferentes épocas y regiones del mundo, las austeras técnicas de los espías y la motivación que los inspira a arriesgarlo todo por una causa importante, ya sea rescatar a un solo hombre... o evitar una guerra nuclear, como es el caso de The Courier.
Basada en hechos reales, The Courier no se enfoca en un espía "profesional", sino en un empresario británico llamado Greville Wynne (Benedict Cumberbatch), cuyas actividades comerciales en Europa Oriental lo hacen perfecto candidato para infiltrarse en Moscú y entablar una relación con Oleg Penkovsky (Merab Ninidze), un alto funcionario del Partido Comunista que ve con creciente desconfianza la imprudencia del Premier Nikita Khrushchev (Vladimir Chuprikov) durante la Guerra Fría, y el escalamiento de armas nucleares que solo podía terminar en catástrofe. Penkovsky expresa secretamente el deseo de cooperar con la CIA y con el Servicio de Inteligencia Británico para evitar una guerra nuclear, y los agentes Franks (Angus Wright) y Donovan (Rachel Brosnahan) le piden a Wynne que viaje a Moscú para vender sus productos... y para recolectar la información que ofrece Pankovsky.
The Courier es tan realista que relega el espionaje a segundo plano, y pone más atención en la relación que se forja entre Wynne y Pankovsky a lo largo del tiempo; primero como socios de negocios y luego como amigos... pero siempre como cómplices de un crimen que podría costarles la vida. Benedict Cumberbatch y Merab Ninidze desarrollan una dinámica rica y detallada a pesar de que sus personajes rara vez dicen lo que piensan. Es como una actuación dentro de la actuación: Cumberbatch y Ninidze interpretan individuos que están actuando para sobrevivir, adoptando roles que cambian en cada escena, pero sin perder su carácter individual, y sin descuidar el objetivo de la misión.
El trabajo de Cumberbatch y Ninidze bastaría para recomendar The Courier (no confundir con la cinta de acción The Courier, del 2019); sin embargo el director Dominic Cooke cargó el reparto secundario con excelentes actores, incluyendo a Angus Wright (The Witches) como el pragmático agente de MI6 Dickie Franks; Rachel Brosnahan (de la aclamada serie The Marvelous Mrs. Maisel) como la agente de la CIA Emily Donovan, un poco menos cínica que Franks, pero igualmente implacable en sus métodos; y la camaleónica Jessie Buckley (Misbehaviour) como Sheila, la sufrida esposa de Greville que sospecha algo por el errático comportamiento de su esposo. Creo que desperdiciaron a esta actriz en un papel tan pequeño; pero sus escenas son excelentes, así que no puedo quejarme demasiado.
Y lo mismo podría decir de The Courier. Yo quería "espías reales", y el director cumplió mi deseo con una historia tensa y absorbente, pero en cierto modo tan prosaica que no quedé totalmente satisfecho. Sin embargo, así es el espionaje real... acciones simples de individuos normales, cuya pequeña escala esconde enormes consecuencias para la política global. No es su culpa si todo ocurre en restaurantes y estaciones del metro, en vez de bases secretas en un volcán.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, April 28, 2021

Stowaway



Síntomas: El descubrimiento de un polizonte a bordo de la nave Hyperion pone en peligro la primera misión tripulada a Marte.

Diagnóstico: El director Joe Penna establece desde el principio que Stowaway será una película sobre personas, y no sobre tecnología ni viajes espaciales. El despegue de la nave Hyperion está filmado desde el interior de la cabina... no hay tomas épicas del cohete elevándose sobre una columna de fuego, ni dramáticos zooms del ascenso a la estratósfera. En vez de eso vemos los rostros de los tripulantes, a veces preocupados, a veces jubilosos... y a veces vomitando. Pero el punto es que Penna prefiere explorar la experiencia humana en vez del cosmos.
Es una decisión totalmente válida, y hasta necesaria para balancear el fetiche tecnológico de la ciencia ficción cinematográfica... sin embargo, no puedo negar una cierta decepción por la sencillez estilísitca de Stowaway y su austera presentación visual.
Claro, en la segunda mitad de la cinta por fin vemos un poco del espacio, durante una expedición extra-vehicular con altos niveles de tensión... pero no bastó para satisfacer mi "geek" interno (idéntico al externo) que esperaba más ciencia y menos manipulación sentimental.
O quizás el problema fue que el drama humano nunca es tan interesante como supone el director. El "polizón a bordo" es una premisa clásica del género, y naturalmente implica intensas emociones, debates éticos, y mucho ingenio para solucionar una crisis sin empeorarla, y sin poner en peligro a los demás. Desafortunadamente el libreto de Ryan Morrison nos presenta la situación bajo un estrecho marco moral que requiere conductas irracionales y obstáculos inventados para justificar las decisiones de los personajes... exactamente lo opuesto de lo que esperaríamos en una tripulación científica bien entrenada y capaz de evaluar las cosas como son, y no como quisiéramos que fueran.
Pero, bueno... cualquier película que nos obligue a cuestionar nuestros valores morales provocará distintas reacciones entre el público; y en ese caso Stowaway cumplió plenamente su misión... incluso si el resultado no fue muy satisfactorio.
Por el lado más objetivo, Stowaway es una cinta modesta, pero competentemente producida (disponible en Netflix), con excelentes efectos especiales, buenos actores, y audaces propuestas sobre el viaje espacial que no había visto en otras películas de ciencia ficción "seria". El concepto de la nave Hyperion (combinada con el cohete Kingfisher) me pareció fascinante, resolviendo de manera eficiente y elegante el eterno problema de la "gravedad centrífuga" en el espacio, sin recurrir a las aparatosas naves con "carruseles" giratorios (como las que vimos en The Martian, Interstellar y Europa Report), cuyo exorbitante costo (hipotético) me parece el aspecto más irreal de estas fantasías futuristas.
Regresando al punto, Stowaway es una película sobre conflictos personales que no me parecieron ni remotamente tan interesantes como los aspectos prácticos del viaje a Marte, el misterio detrás del polizonte (el cual -SPOILER- nunca se analiza), y la dinámica entre los científicos interpretados por Toni Collette, Daniel Dae Kim, y Anna Kendrick. En resumen: excelentes ingredientes desperdiciados en una blanda receta que ya estaba olvidando antes de terminar los créditos. Hablando de lo cual, Netflix, por favor no cortes los créditos sin preguntar.
Calificación: 7

IMDb

Monday, April 26, 2021

Mortal Kombat



Síntomas: El torneo Mortal Kombat decidirá el futuro de la Tierra y otros reinos del Multiverso; pero el hechicero Shang Tsung (Chin Han) no quiere arriesgarse a perder, y ordena la eliminación de los competidores durante su entrenamiento, cuando apenas están aprendiendo a usar sus habilidades especiales.

Diagnóstico: ...lo cual significa que en la película Mortal Kombat no hay torneo Mortal Kombat. Espero que no sea un "spoiler" revelar esa incomprensible decisión del director Simon McQuoid, pero creo que es mejor estar preparados para no decepcionarse con el engaño.
Además, esa "pequeña" omisión no impide mostrar numerosas peleas entre los soldados de Shang Tsung y los guerreros de Lord Raiden (Tadanobu Asano), el protector de la Tierra y entrenador de los humanos que heredaron la Marca del Dragón, la cual les confiere el honor de pelear en el torneo multi-dimensional de Mortal Kombat. ¿Siempre fue así? Yo creía que Mortal Kombat se basaba en una meritocracia, donde solo los mejores peleadores podían competir. Pero ahora resulta que pueden heredar el puesto, sin importar su habilidad individual. Debe ser una cuestión sindical, o algo así.
Conviene aclarar en este punto que nunca fui aficionado a los videojuegos de Mortal Kombat. Sin embargo, disfruté parcialmente las ridículas películas noventeras, y me gustó bastante la reciente versión animada que por fin elevó la violencia al nivel del juego original.
Y, bueno, me complace decir que la nueva película Mortal Kombat tuvo ese mismo acierto, con "fatalities" sangrientas y bastante creativas (mi favorita fue la del sombrero) como remate de peleas brutales que realmente aprovechan los atributos (mágicos y físicos) de los combatientes. En otras palabras: no tengo quejas sobre la acción ni la violencia de Mortal Kombat.
Sin embargo, la historia tiene algunas fallas, aunque tampoco fue el desastre que yo esperaba. El principal problema (en mi humilde opinión) fue elegir un protagonista demasiado débil que parece más apto para "sidekick" que para héroe de la película. Claro, esa debilidad inspira un sustancioso arco dramático, donde Cole Young (Lewis Tan) debe superar su inseguridad, encontrar su talento oculto, y convertirse en el líder que sus compañeros necesitan. Entiendo la utilidad de esa transformación para enganchar emocionalmente al espectador, y para centrar el argumento en algo más profundo que las peleas... pero, por otro lado, nadie ve una película con el título de Mortal Kombat esperando drama shakesperiano. Lo que queremos son peleas, sangre y fantasía. Y, aunque Mortal Kombat tiene todo eso en abundancia, siento que la historia se interpone en el camino del entretenimiento, recurriendo a los más añejos clichés para guiar el viaje de Cole.
Afortunadamente los demás personajes tienen carácter y energía de sobra, incluyendo a Sonya Blade (Jessica McNamee) y su amigo Jax (Mehcad Brooks), ex-militares obsesionados con la leyenda del torneo Mortal Kombat; Kano (Josh Lawson) es un patán australiano con mucha "actitud"; y Liu Kang (Ludi Lin) y Kung Lao (Max Huang) son los mejores estudiantes de Raiden que podrían salvar de la Tierra. Pero antes de terminar su entrenamiento son atacados por los esbirros de Shang Tsung.
Y eso es todo. Nunca llegamos al torneo; pero las peleas, efectos especiales, y ocasionales momentos humorísticos se conjugaron para formar una experiencia bastante entretenida que me recordó (guardando todo respeto, desde luego) las fantasías asiáticas de artes marciales, como Zu Warriors y Tai-Chi Master... aunque esta vez con todos los recursos de Hollywood para derramar sangre digital, y emitir hielo increíblemente realista de los puños de Sub-Zero (Joe Taslim). En resumen: Mortal Kombat cumplió plenamente mis (bajas) expectativas, y me gustaría ver futuras secuelas donde, si no es mucho inconveniente, nos dejen ver por fin el torneo de Mortal Kombat. Si no, no hay problema; para eso tengo mi DVD de D.O.A. Dead or Alive.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, April 25, 2021

WolfWalkers



Síntomas: En el pueblo irlandés de Kilkenny, la niña Robyn Goodfellowe (voz de Honor Kneafsey) descubre que la legendaria tribu de "WolfWalkers" es real, lo cual podría ayudar a resolver la infestación de lobos que amenaza su comunidad.

Diagnóstico: Creo que nunca había visto una cinta de animación como WolfWalkers (disponible en Apple+), no solo por el aspecto visual que evoca el arte celta del siglo diecisiete, sino por un argumento inspirado en tradiciones europeas que se conectan orgánicamente con el mundo actual. En otras palabras, WolfWalkers es un atractivo "cuento de hadas" con ideas modernas y sensibilidad clásica, que ofrece interesantes lecciones de historia y un importante mensaje educativo para las nuevas generaciones... si es que las nuevas generaciones aceptan ver una película tan distinta al estilo Pixar/Disney.
Para empezar, WolfWalkers está realizada en animación tradicional, con personajes dibujados a mano, y escenarios pintados que parecen salir de un fresco religioso europeo. Claro, de vez en cuando aparecen rastros de manipulación digital para facilitar los aspectos técnicos de la película (como movimientos de cámara, simulaciones de partículas y algunos efectos especiales), pero los directores Tomm Moore y Ross Stewart cuidan que la tecnología no interfiera con la textura de la cinta, ni limite la maravillosa expresividad de los personajes. Por el contrario, el diseño de WolfWalkers está orientado a celebrar el talento artesanal que impulsó la animación durante más de un siglo, antes de que las computadoras relegaran esta disciplina artística a una curiosidad cultural. La honrosa excepción, desde luego, es la animación asiática; pero WolfWalkers tampoco sigue la estética del "anime" japonés.
En el aspecto dramático tenemos un argumento inteligente y emotivo, con una vivaz protagonista que enfrenta múltiples obstáculos para cumplir su destino y encontrar su lugar en el mundo. Su padre Bill (voz de Sean Bean, aunque se parece muchísimo a Liam Neeson) piensa que el lugar de Robyn (voz de Honor Kneafsey) es la lavandería del palacio local; pero la niña quiere ser cazadora, y ayudar en el exterminio de los lobos que representan un gran peligro para los habitantes del pueblo... al menos en opinión del Lord Protector (voz de Simon McBurney), quien prometió acabar con los lobos por cualquier medio necesario, incluyendo incendiar el bosque. Entonces Robyn desobedece las órdenes de su padre y escapa del pueblo para cazar lobos por su cuenta... y así conoce a Mebh (voz de Eva Whittaker), quizás la última sobreviviente de la tribu "WolfWalkers", cuya habilidad de comunicarse con los lobos podría salvar al pueblo y al bosque entero. Pero no será fácil convencer a su padre, y mucho menos al Lord Protector, quien prefiere explotar el temor a los lobos para mantener al pueblo bajo control.
Además de la lucha personal de Robyn, WolfWalkers explora aspectos sociopolíticos de aquel período histórico, desde la invención de amenazas ficticias para atemorizar a la gente, hasta la ocupación de Irlanda por las fuerzas de Cromwell, quien (para variar) usaba la excusa de la religión para conquistar pueblos herejes y "salvarlos" de la ruina espiritual... aunque no necesariamente de la ruina económica.
Pero, bueno... eso es tan solo el marco cultural de las aventuras de Robyn y Mebh, las cuales bastan para recomendar WolfWalkers como una excelente obra familiar (no necesariamente "infantil") con gran ambición dramática y un increíble estilo que deleita los sentidos (incluyendo la música de Bruno Coulais), recordándonos la versatilidad de la animación para contar historias genuinamente creativas, sin necesidad de seguir los esquemas de Hollywood ni copiar el estilo de Pixar... lo cual no es intrínsecamente malo, siempre y cuando no olvidemos que existen otras alternativas dignas de nuestra atención.
Calificación: 9

IMDb

Friday, April 23, 2021

Nomadland



Síntomas: El cierre de una mina en el año 2011 destruye la economía de un pequeño pueblo; entonces la viuda Fern (Frances McDormand) se sube a su camioneta e inicia una vida como nómada por el oeste de los Estados Unidos, descubriendo que mucha gente ha adoptado ese inusual estilo de vida.

Diagnóstico: No sé si fue el propósito específico de la directora Chloé Zhao, pero Nomadland me pareció un perfecto "docu-drama" que utiliza una historia ficticia para ilustrar una situación real. En el papel principal hay una famosa actriz; pero casi todos los personajes que encuentra en su peregrinación por el Oeste de los Estados Unidos son nómadas reales que decidieron abandonar la sociedad "normal" para buscar una alternativa más simple y sustentable, que al mismo tiempo fortalece su conexión con la Tierra, con sus semejantes, y hasta consigo mismos. Ahora que lo pienso, creo que ESE es el propósito de Nomadland: explorar un estilo de vida que empezó por economía, y se transformó en una filosofía dedicada a la expansión espiritual.
Nuestra "embajadora" en este nuevo mundo es Fern (Frances McDormand), quien perdió su casa, su esposo y sus posesiones cuando cerró la mina que mantenía vivo al pueblo de Empire, Nevada. Entonces Fern modificó su vieja camioneta como vivienda improvisada, y comenzó un viaje que cambiaría su vida.
Fern no es exactamente indigente, pues de vez en cuando consigue trabajos temporales (por ejemplo, en un centro de distribución de Amazon), y visita campamentos donde otros nómadas conviven socialmente y comparten recursos e información para facilitar su precaria existencia. Y así, por medio de reuniones alrededor de la fogata, conversaciones íntimas con amigos espontáneos, y viñetas sobre las dificultades de vivir "off the grid", Zhao revela una cultura rica en folclor y tradición, pero abierta al cambio constante para adaptarse a las impredecibles circunstancias del camino abierto, donde todo puede suceder.
Sin embargo, la directora no quiso hacer un drama desgarrador sobre las víctimas olvidadas por la sociedad, sino una crónica inspiradora sobre el ingenio humano y la fortaleza para enfrentar la adversidad, todo lo cual captura Frances McDormand en sus elocuentes expresiones y minimalistas diálogos. No sé cuántas actrices podrían encontrar esa mezcla de pasión y serenidad en situaciones desesperadas, y ese balance de emociones contradictorias que impulsan a Fern en direcciones a veces opuestas, pero siempre consistentes con su carácter (como cuando visita a su hermana, quien no tiene paciencia para los caprichos existenciales de Fern). El otro actor "real" de la película es David Strathairn en el papel de Joe, un nómada con sus propias razones para evitar la civilización. Pero todos los demás personajes son individuos reales con historias que manifiestan las causas individuales que pueden llevar a la vida nómada, y los valores colectivos que forman lazos tan fuertes como cualquier familia.
Tal vez Zhao glamoriza la vida nómada al ignorar casi por completo los problemas inherentes de estas comunidades itinerantes (incluyendo adicciones, abusos de todo tipo, e ideas extremistas). Por otro lado, Nomadland es una obra de arte que celebra las virtudes de una vida más simple y honesta, sin la urgencia del trajín urbano ni la opresión del consumismo; supongo que todo depende del precio que estemos dispuestos a pagar por ese nivel de libertad. En lo personal, tal vez podría acostumbrarme a usar cubetas como retretes (de 7 galones, porque tengo malas rodillas)... pero dudo que pudiera abandonar un perro sólo porque no cabe en mi camioneta.
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, April 21, 2021

Nobody



Síntomas: Después de un robo en su casa, Hutch Mansell (Bob Odenkirk) empieza a reflexionar sobre su vida... y se mete en problemas con la mafia rusa.

Diagnóstico: Primero ocurrió con Die Hard (1988); luego con Taken (2008); y hasta cierto punto con The Raid (2011): una exitosa película de acción genera una avalancha de copias baratas que introducen variantes "creativas", pero a fin de cuentas siguiendo un esquema común. Y ahora, para sorpresa de nadie, le tocó el turno a John Wick, una virtuosa franquicia que destiló los ingredientes básicos de la acción, eliminó todo el relleno (también conocido como "historia"), y los ejecutó con impecable precisión técnica y un carismático protagonista (Keanu Reeves) que no necesitaba "actuar", sino únicamente añadir intensidad y aptitud física a las peleas.
Por eso voy a declarar Nobody como la primera buena imitación de John Wick, con el beneficio adicional de un sólido actor principal que nunca habíamos visto en el cine de acción, lo cual aporta un poco de prestigio a esta "B-Movie" realizada con genuino afecto por el género.
En su nivel más elemental, Nobody es otra violenta fantasía contemporánea sobre un implacable anti-héroe que enfrenta un interminable desfile de esbirros desechables, hasta llegar al "Final Boss". Y, dentro de esa modesta ambición, Nobody hace un excelente trabajo, gracias al desempeño de Bob Odenkirk en el papel principal, y a la estilizada dirección de Ilya Naishuller (Hardcore Henry), quien reconoció la necesidad de asentar firmes bases humanas para construir sobre ellas las contundentes secuencias de acción.
Me gustó cómo Naishuller y el escritor Derek Kolstad (también guionista de la trilogía de John Wick... ¿coincidencia?) usaron las escenas iniciales para establecer el carácter de Hutch, y al mismo tiempo plantar las semillas emocionales de la historia. El robo nocturno en el hogar de la familia Mansell no es particularmente grave (nadie muere ni es secuestrado), pero tiene profundos efectos psicológicos en Hutch, pues titubeó en un momento crítico, y ahora todos piensan que es un cobarde. Por eso una noche decide intervenir en un conflicto callejero para salvar a una persona inocente... y ahí es donde realmente comienza la película.
Nunca fui devoto de Breaking Bad ni de su "spin-off" Better Call Saul, así que solo conocía a Bob Odenkirk por su faceta de comediante en programas como Mr. Show y The Larry Sanders Show. Por eso fue una sorpresa encontrarlo tan convincente como "hombre de acción" con notable aptitud para los aspectos físicos del papel, y al mismo tiempo como un padre de familia devoto y comprensivo que, sin embargo, necesita recuperar la confianza y resolver su conflicto interno... aunque, desde luego, hay factores ocultos que hacen esta "crisis de edad madura" mucho más peligrosa de lo que parece.
Desafortunadamente el formato "John Wick" no permite mucha profundidad para el resto de los personajes, y solo dejan su marca Christopher Lloyd como el sardónico padre de Hutch; y la voz de RZA como el amigo retirado que se comunica a través de un radio de onda corta. Mención especial para el veterano Michael Ironside, quien no tiene mucho que hacer, pero aún así disfruté sus diez segundos en pantalla.
A pesar de sus similitudes con John Wick, Nobody adopta un tono más realista en las peleas y en la conducta general del protagonista, lo cual podría ser bueno o malo, dependiendo de los gustos de cada espectador. En lo personal me gustó el balance de drama familiar y violencia impactante, pero vagamente sujeta a las leyes de física y a las consecuencias prácticas de tanto golpes, balazos, y explosiones. En otras palabras: suficiente exageración para dejarme satisfecho, pero sin abandonar los confines del mundo real. Quizás sea demasiado temprano para afirmarlo, pero creo que voy a disfrutar más las imitadoras de John Wick que las copias de Taken. Al menos mientras no se metan con los perros de los protagonistas (en Nobody hay un gato, pero no le pasa nada).
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, April 19, 2021

Jakob's Wife



Síntomas: El Pastor Jakob Fedder (Larry Fessenden) empieza a notar extraños cambios en su esposa Anne (Barbara Crampton) después de un incidente en un edificio abandonado.

Diagnóstico: El vampirismo se ha utilizado como metáfora de la adicción (Near Dark), de la soledad (Only Lovers Left Alive), y hasta de la diferencia de clases (The Transfiguration). Y ahora el director Travis Stevens encontró un nuevo e inesperado simbolismo en Jakob's Wife, donde la infección vampírica de una mujer la inspira a rebelarse contra la opresión del matrimonio, a encontrar su propia identidad, y a vivir la vida que siempre quiso... aunque con más asesinatos de los que había imaginado.
Esto podría interpretarse como un clásico mensaje feminista, pero creo que Stevens y los guionistas Kathy Charles y Mark Stensland tenían un objetivo más ambicioso que no está definido por el sexo de la protagonista, sino por la situación tan común de un "matrimonio marchito", donde el romance se extinguió con el paso del tiempo, y solo quedó la sofocante rutina que invariablemente altera la dinámica de la pareja y destruye sus aspiraciones. Y, bueno, en la mayoría de los casos la mujer es la que termina perdiendo su individualidad, porque los hombres tienen la alternativa del trabajo para darle sentido a la vida (aunque obviamente habrá instancias donde los papeles se invierten). Entonces, Jakob's Wife no pretende instigar la guerra de "hombres vs. mujeres", sino señalar el desequilibrio en los roles sociales propagados por la peligrosa falacia de "se casaron y vivieron felices para siempre"... porque generalmente esa felicidad, aunque sea imperfecta, solo está reservada para una mitad de la pareja.
Una clara manifestación de ese mensaje es que el Pastor Jakob Fedder (Larry Fessenden) no es un monstruo abusador, sino simplemente un esposo negligente que no presta suficiente atención a su esposa Anne (Barbara Crampton), quien se siente obligada a sufrir en silencio porque, después de todo, llevan una buena vida, y Jakob es un valioso miembro de la comunidad que realmente ayuda a los feligreses de su iglesia. Entonces, durante una visita a un molino abandonado, Anne encuentra una extraña presencia... y su actitud empieza a cambiar.
La metáfora no es exactamente sutil, y además implica abruptos cambios de tono entre drama familiar y farsa "Gran Guiñol" que me sacaron de la película en más de una ocasión. Pero todos esos altibajos se compensan con la excelente química entre Barbara Crampton (Dead Night) y Larry Fessenden (The Dead Don’t Die), dos leyendas del horror cinematográfico que encontraron en Jakob's Wife los mejores papeles que han tenido en muchos años... o quizás en su carrera completa.
Además de su riqueza temática y profundidad emocional, los roles de Anne y Jakob reflejan hasta cierto punto las experiencias de Crampton y Fessenden en la vida real, como actores de edad madura dedicados a encontrar nuevas formas de expresión en una industria obsesionada con la juventud. Y, en esta ocasión, lo lograron aceptando papeles muy distintos a sus rutinas habituales: Crampton normalmente es la villana o "mujer fatal" que controla la situación; pero Anne muestra una conmovedora vulnerabilidad que persiste a lo largo de la película a pesar de sus cambios de conducta; y Fessenden casi siempre interpreta maniáticos diametralmente opuestos al afable Pastor Jakob, quien está descubriendo el auténtico significado de "hasta que la muerte nos separe".
No diré más para conservar las sorpresas de Jakob's Wife, pero esas actuaciones bastan para darle una recomendación a pesar de las irregularidades del libreto. Y, como beneficio adicional, tenemos algunas excelentes escenas "gore", un monstruo de apariencia clásica con sensibilidad moderna, y una memorable banda sonora de Tara Busch que complementa la transformación física y mental de los personajes. El director Travis Stevens hizo un buen trabajo con una historia de terror donde los vampiros no quieren dominar a sus víctimas, sino regresarles el control de sus vidas. Casi parece aceptable el sangriento costo de esa nueva libertad.
Calificación: 8.5

IMDb

Sunday, April 18, 2021

Russian Raid (Russkiy Reyd)



Síntomas: Nikita (Ivan Kotik) y su equipo de mercenarios son contratados para infiltrarse en una fábrica de vodka y neutralizar al personal de seguridad; pero la situación es más complicada de lo que parece.

Diagnóstico: Bueno, al menos lo admiten desde el título mismo: Russian Raid es una imitación rusa de la legendaria cinta indonesia The Raid... pero no es una simple copia.
Esto significa que, en efecto, Russian Raid utiliza una premisa similar a The Raid: el ataque organizado de un edificio lleno de enemigos, donde uno de los combatientes tiene un propósito secreto que podría descarrilar la misión. Sin embargo, el "sabor" cultural de Russian Raid, el flujo de la historia, y hasta la ejecución de la violencia son muy distintos gracias a la sensibilidad eminentemente rusa del director Denis Kryuchkov, quien no se conformó con reciclar los ingredientes de The Raid, sino que los adaptó al contexto sociopolítico de su país. Y aunque el resultado fue inferior a la virtuosa cinta original, Russian Raid me pareció recomendable por todas esas diferencias que le dan una identidad propia, y que además capturan la evolución de una nación atrapada entre su ideología moderna y los vestigios de la era soviética.
Varios personajes de Russian Raid dicen cosas como "Ya no estamos en los noventas", o "Ya no se hacen las cosas como en los noventas", aludiendo al período de transición entre el comunismo y el incipiente capitalismo que dio origen a un sistema oligárquico infestado de crimen y corrupción. Russian Raid desde luego se enfoca en la acción de principio a fin; pero esos pequeños detalles generan el drama necesario para atraparnos en la cruzada personal de Nikita, al mismo tiempo que nos explican el conflicto entre el director de la fábrica (Igor Staroseltsev), y su rival comercial (Ilia Antonenko), quien no es un desalmado líder criminal, sino un inofensivo administrador de empresas (baste decir que el equipo de mercenarios incluye una notaria pública y una secretaria).
Los personajes mismos también reflejan los cambios en la sociedad rusa. El protagonista de Russian Raid es Nikita (Ivan Kotik), un ex-militar serio y disciplinado que quiere cumplir su misión con mínima violencia y sin lastimar a sus oponentes. Por el contrario, su equipo de mercenarios (que Nikita no eligió) son "hooligans" arrogantes e impulsivos que solo quieren divertirse y desahogar su resentimiento contra cualquier figura de autoridad... incluyendo a Nikita.
Sin embargo, todos estos pormenores narrativos pueden ignorarse para disfrutar las fantásticas peleas de Russian Raid, filmadas en un estilo claro y contundente que nos permite apreciar el uso del "systema", la disciplina marcial rusa creada para agentes del Spetsnaz y la KGB. El director de fotografía Alexey Sedov aprovecha las escuálidas locaciones industriales para incrementar el realismo de la cinta; y la música de Igor Gotsmanov nos mantiene en constante tensión, con ocasionales interludios de rap como "comic relief".
Conviene reiterar que Russian Raid no es tan buena como The Raid; pero puede disfrutarse en sus propios términos como un sólido thriller con excelente acción, adecuadas actuaciones, y un subtexto político sutil, pero valioso para definir la personalidad de la película. Y, por cierto... Russian Raid también tiene toques de Die Hard, lo cual podría aprovecharse en una secuela, y continuar las imitaciones rusas que casi se sienten nuevas por su entusiasmo y convicción. Ya no estamos en los noventas... pero la década sigue viva como inspiración del cine moderno.
Calificación: 8

IMDb

Friday, April 16, 2021

Random Acts of Violence



Síntomas: Todd Walkley (Jesse Williams) es el creador del popular comic "Slasherman", basado en los crímenes reales de un asesino serial que usaba los cadáveres de sus víctimas para crear grotescas "obras de arte". Entonces alguien empieza a cometer asesinatos muy similares a los del comic. ¿Será el original Slasherman, o un fan obsesionado, o algo más siniestro?

Diagnóstico: Nunca hubiera imaginado que el actor Jay Baruchel (conocido por comedias como Fanboys, She's Out of My League y This Is the End) pudiera dirigir una película tan brutal, sangrienta y ambiciosa como Random Acts of Violence. Hubiera sido fácil continuar su carrera en insulsas comedias románticas o melodramas "indie", pero Baruchel decidió brincar sin salvavidas al extremo profundo de la piscina... y casi se ahoga. Sin embargo, tan solo por el valor de intentarlo merece respeto.
Mi principal problema con Random Acts of Violence fue el odioso personaje principal: un artista arrogante y caprichoso que se siente superior a las masas ignorantes que no saben apreciar su genialidad. Por eso Todd (Jesse Williams) no ha logrado encontrar un final apropiado para el comic Slasherman; pero espera encontrarlo durante una gira promocional por el mismo territorio donde el asesino serial cometió sus crímenes. Y, para tener más personas con quienes discutir (constantemente), lo acompañan su novia Kathy (Jordana Brewster), su editor Ezra (Jay Baruchel), y su asistente Aurora (Niamh Wilson). Entonces alguien empieza a matar gente y a dejar sus cuerpos exactamente como aparecen en el comic Slasherman, lo cual despierta las sospechas de la Policía local, y pone muy nervioso a Todd, pues teme que él y sus amigos podrían ser las siguientes víctimas.
Y aquí es donde llega el elemento redentor de Random Acts of Violence. Ese círculo vicioso de crimen-arte-crimen inspira algunas preguntas muy interesantes sobre la explotación de tragedias reales como simple entretenimiento popular; sobre la obligación moral del artista que glamoriza la violencia; y sobre los motivos del público para consumir historias de sufrimiento humano. Como fanático del horror desde la infancia, me he hecho esas mismas preguntas en muchas ocasiones, pues reconozco la incongruencia de disfrutar un género diseñado para repeler, asustar y transgredir. Y aunque Random Acts of Violence no ofrece respuestas claras a estas preguntas, al menos se atreve a plantearlas para obligarnos a pensar un poco, al mismo tiempo que satisface nuestro morbo con escenas de sangre, horror y violencia.
Buena parte del crédito corresponde a Jimmy Palmiotti, Justin Gray, y Giancarlo Caracuzzo, creadores de la epónima novela gráfica en la que se basa esta película. Pero Baruchel, como director, no temió llevar la historia hasta extremos que pocos cineastas se atreverían a alcanzar; y solo por eso Random Acts of Violence merece una recomendación.
Además de Jesse Williams (The Cabin in the Woods), el elenco incluye a Jordana Brewster (Furious 7), Jay Baruchel (divirtiéndose también enfrente de las cámaras), y Niamh Wilson (Maps to the Stars), ocupando papeles que representan diversos aspectos del problema (o "fenómeno", o como quieran llamarlo) del arte que no se responsabiliza por sus consecuencias.
Por el lado del horror, Random Acts of Violence tiene bastante "gore"; pero la colorida cinematografía de Karim Hussain y la surrealista dirección de Baruchel añaden una atmósfera de comic viviente que reduce el impacto de la violencia sin diluir su mensaje, al mismo tiempo que evita caer en el monótono estilo visual y hueco sadismo de, por ejemplo, Rob Zombie.
No sé si Jay Baruchel continuará su carrera como director; pero Random Acts of Violence cuenta con más conciencia social y profundidad temática que otros "amos del horror" con talento para crear pesadillas, pero sin la visión (o el valor) para analizar sus motivos... o los de sus fans. Desde luego no pienso abandonar mi género favorito, pero es saludable cuestionar de vez en cuando por qué me gusta tanto.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, April 14, 2021

The Vault



Síntomas: El explorador Walter Moreland (Liam Cunningham) recluta al estudiante de ingeniería Thom Johnson (Freddie Hightmore) para recuperar algo muy valioso que está guardado en la bóveda más segura del mundo... en el sótano del Banco de España.

Diagnóstico: El director Jaume Balagueró ganó fama en el cine de terror con cintas como Darkness, Muse y la saga de REC; pero su nueva película, The Vault (también conocida como Way Down), resultó ser una sólida "heist movie" que no tiene nada que ver con el género fantástico, aunque igualmente aprovecha la imaginación de este cineasta catalán y su afinidad por las historias con un sano desdén por la realidad objetiva.
Traducción: The Vault se enfoca en un "gran golpe" bastante inverosímil, pero ciertamente entretenido e ingenioso en sus métodos y ejecución. Y Balagueró logró todo eso sin recurrir a grandes estrellas de cine ni forzadas visitas a Las Vegas, a diferencia de otras "heist movies" que no voy a mencionar.
Otra notable innovación en The Vault (no confundir con The Vault, del 2017, la cual sí es de terror) es que los ladrones no buscan dinero como un fin por sí mismo. Claro, si logran su cometido serán inmensamente ricos... pero solo como efecto secundario de una meta más pura y personal.
El explorador Walter Moreland (Liam Cunningham) pasó más de treinta años buscando el tesoro del legendario Capitán Drake, y eventualmente encontró una reliquia que podría indicar su ubicación... pero fue confiscada por el gobierno español, y ahora se encuentra en la bóveda del Banco de España, el edificio más seguro del mundo. Sin embargo Walter no está listo para abandonar su obsesión, y organiza un equipo que incluye a James (Sam Riley), experto en infiltraciones; Lorraine (Àstrid Bergès-Frisbey), estafadora profesional; Simón (Luis Tosar), proveedor de equipo y materiales; Gustavo (José Coronado), el hacker/comic relief; y Thom (Freddie Highmore), un joven estudiante cuyo talento para la ingeniería podría ayudarlos a lograr lo imposible.
The Vault no se desvía mucho de la fórmula tradicional, pero Balagueró introduce suficientes retos y digresiones para complicar orgánicamente la narrativa, y darle al "gran golpe" su propia identidad. Además, el director rinde tributo a su país natal con impresionantes tomas de Madrid, y con un fascinante recorrido por el Banco de España, cuya historia rica en misterio y tradición me pareció más interesante que las cansadas patrañas de Dan Brown (por cierto, no he visto la serie La Casa de Papel, que también involucra al Banco de España, así que no podría comparar ambos proyectos).
En el aspecto humano, Balagueró confirma su talento para el "casting" con un reparto bien balanceado que nos permite apreciar a los personajes por su carácter, y no solo por su función en el Plan Maestro de Walter. O, mejor dicho, en el plan de Thom, pues nadie conoce el mecanismo de la bóveda, de modo que el joven no solo tiene que idear cómo abrirla, sino primero averiguar qué es exactamente lo que van a abrir.
Naturalmente ese proceso implica infiltraciones en sitios de alta seguridad, un poco de hackeo e "ingeniería social", y las obligatorias tensiones dentro del grupo. Ah, y también hay bastante fútbol porque, bueno, están en España después de todo.
Por el lado negativo, The Vault comete los errores más comunes de las "heist movies", incluyendo coincidencias demasiado convenientes, expertos que se vuelven temporalmente incompetentes para facilitar el trabajo de los guionistas, y un barniz general de irrealidad que hace inútil (y hasta absurdo) cualquier análisis racional de la película. Sin embargo, el cómplice más importante en cualquier robo cinematográfico es el público; si no estamos dispuestos a cooperar con un poco de indulgencia, ¿para qué aceptamos participar en la misión?
Calificación: 7

IMDb

Monday, April 12, 2021

The Power



Síntomas: En 1974, la ciudad de Londres sufre apagones nocturnos para economizar energía. Y, durante esos "turnos oscuros", la enfermera Valerie (Rose Williams) empieza a notar extraños fenómenos en el hospital donde trabaja.

Diagnóstico: Con esa premisa yo esperaba otra típica cinta de horror inglés, con mucha atmósfera, discretos sustos, y un ambiguo final más melancólico que terrorífico. Y, en efecto, todos esos elementos están presentes en The Power... pero solo como contexto de una exploración más profunda y subversiva de temas incómodos que siguen vigentes en la cultura contemporánea. Sí, para bien o para mal, The Power es "cine con mensaje" cuya vigorosa retórica desafía el tradicional estoicismo británico, al mismo tiempo que complementa sus elementos de terror.
Todo empieza con la llegada de Valerie (Rose Williams) a la Enfermería Real, un viejo hospital londinense ocupado por pacientes de bajos recursos. La Matrona de enfermeras (Diveen Henry) no está convencida con la aptitud de Valerie, pero necesita toda la ayuda posible durante los apagones para atender a los enfermos que permanecen en las áreas del hospital equipadas con generadores eléctricos. Entonces, por ser la "chica nueva", Valerie recibe la ingrata misión de vigilar el pabellón geriátrico; y así comienza la noche, aparentemente tranquila, pero con ocasionales intrusiones de algo o alguien que persigue a Valerie con siniestros propósitos. ¿Será un paciente extraviado? ¿El viejo intendente lujurioso? ¿O simplemente los efectos del trauma psicológico que sufrió Valerie en su infancia?
La directora y guionista Corinna Faith disemina pistas a lo largo de la película que podrían conducir a cualquiera de esas explicaciones, o incluso otras más "científicas". Al mismo tiempo se revela el doloroso pasado de Valerie por medio de sus conversaciones con la Matrona, con otras enfermeras, y con el amable Dr. Franklyn (Charlie Carrick), el único empleado del hospital que la trata como un ser humano, y hasta muestra interés en sus teorías médicas. Pero la Matrona confunde la iniciativa de Valerie con indisciplina, y por eso termina atrapada a oscuras en el pabellón más lúgubre del hospital, asediada por algo que no comprende.
Por cierto, mención especial para la directora de fotografía Laura Bellingham por mantener la claridad del argumento en condiciones tan adversas. Evidentemente Bellingham hizo pequeñas trampas para "iluminar" la oscuridad, pero logró mantener la riqueza de las sombras sin obstruir la narrativa. Esa es una de mis irritaciones principales en el cine de terror: escenas mal iluminadas que intentan asustar, pero solo confunden. Afortunadamente The Power evitó ese error tan común del cine independiente.
Solo resta señalar la sobresaliente actuación de Rose Williams en el papel principal, mucho más complicado de lo que parecía inicialmente por la variedad de situaciones que enfrenta Valerie en su fatídica velada. Sin profundizar demasiado, solo diré que el "poder" del título alude a los distintos niveles que maneja el libreto: la falta de poder eléctrico refleja la crisis económica de Londres en los años setentas; las jerarquías de poder en el hospital determinan la valía de sus empleados; y desde luego el poder que tiene el pasado para afectar el presente, ya sea en forma directa, o por rutas más oblicuas... pero igualmente efectivas. El punto es que todo tiene consecuencias, aunque a veces se quedan en las sombras.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, April 11, 2021

The Rescue (Jin Ji Jiu Yan)



Síntomas: La Unidad China de Rescate y Salvamento enfrenta todo tipo de emergencias, desde una plataforma petrolera en llamas hasta accidentes aéreos, pero siempre manteniendo un alto nivel de preparación y disciplina. Sin embargo, la nueva piloto Fang Yuling (Zhilei Xin) no está de acuerdo con las arriesgadas tácticas del Capitán Gao (Eddie Peng).

Diagnóstico: En la cinta Operation Red Sea, el director Dante Lam utilizó un complicado argumento político como marco de una emocionante aventura militar. Pero en su nueva película, The Rescue, Lam prescinde de una trama lineal para adoptar un formato modular cuyas viñetas exhiben el valor y entrenamiento de la Unidad de Rescate china en múltiples situaciones de alto riesgo. La ventaja de esta estructura es la libertad para crear secuencias de acción que no necesitan seguir una historia concreta; la desventaja es que The Rescue carece de flujo narrativo para unificar la experiencia desde el principio hasta el final.
Reconociendo el problema, Lam se enfoca en las vidas privadas de los rescatistas para ligar emocionalmente los "capítulos" de la película; pero se apoya en demasiados clichés (un niño enfermo, un cadete planeando su boda, un poco de romance, etc.) que hacen más difícil el trabajo de los actores para desarrollar a sus personajes durante la cinta.
Con esa queja fuera del camino, podemos pasar a las fantásticas virtudes de The Rescue. Para empezar, Dante Lam luce su talento para imaginar una variedad de catástrofes que se resuelven (no siempre felizmente) gracias a la coordinación de los rescatistas como unidad, y a su pericia como individuos. La fuente principal de drama consiste en la fricción entre la piloto Fang Yuling (Zhilei Xin) y el Capitán Gao Qian (Eddie Peng). Fang sigue estrictamente las reglas porque sabe que fueron diseñadas para maximizar la seguridad de los rescatistas, para ayudar a las víctimas de desastres, y para optimizar los recursos del escuadrón... en ese orden específico. Sin embargo Gao prefiere seguir su intuición, y no teme romper las reglas cuando interfieren en el cumplimiento de su deber. En otras palabras: una clásica confrontación entre instinto y razón. Fang siente que Gao se arriesga demasiado; Gao cree que Fang es insensible al sufrimiento ajeno. ¿Cuál es la actitud correcta? Las misiones de rescate que nos muestra la película ofrecen evidencia para ambos lados de la discusión. A veces las reglas salvan vidas; a veces el instinto termina en tragedia. Pero, más allá del conflicto personal, The Rescue se dedica a retratar el heroísmo de individuos comunes en circunstancias extraordinarias.
Habiendo dicho eso, conviene recordar que The Rescue es una película de acción cuyo fin es complacer al público con exageraciones absurdas y secuencias inverosímiles, pero muy entretenidas. Para ser justos, el incendio en la plataforma petrolera al principio de la película establece el grado máximo de irrealidad que veremos en The Rescue. De ahí en adelante el director modera su entusiasmo hasta obtener niveles aceptables de "realismo" que, sin embargo, no disminuyen el suspenso de los rescates ni reducen la creatividad de los "stunts" y efectos especiales que esfuman la línea entre ilusión y realidad. Tenía la esperanza de ver "outtakes" durante los créditos finales de The Rescue (como hizo la reciente Skyfire), para descubrir dónde terminan los escenarios reales y comienza la magia digital... pero no se cumplió mi deseo (Nota adicional: YouTube al rescate) (Ja, ja... "rescate").
Entonces, The Rescue me pareció una película recomendable que combina buenas actuaciones y estremecedoras imágenes con el típico melodrama prefabricado del cine de desastre. Y aunque sus viñetas incluyen ocasionales toques de propaganda gubernamental (igual que otros recientes "blockbusters" chinos, como The Climbers y The Bravest), de ninguna manera disminuyó mi aprecio por la dirección de Lam y su sincero mensaje: The Rescue exagera la acción para divertir al público; pero también celebra el valor real de los rescatistas alrededor del mundo. Lo tendré en cuenta la próxima vez que me encuentre en una plataforma petrolera a punto de explotar.
Calificación: 8.5

IMDb

Friday, April 9, 2021

The Stylist



Síntomas: Claire (Najarra Townsend) es una mujer solitaria y retraída que aprovecha su trabajo como estilista para escuchar los secretos de sus clientes, y así sentir que forma parte de sus vidas. Entonces Claire acepta trabajar como peinadora en la boda de Olive (Brea Grant), y empieza a obsesionarse con ella.

Diagnóstico: Supongo que hay suficiente sangre y muerte en The Stylist para clasificarla como película de terror; sin embargo la premisa podría describirse como un thriller psicológico sobre una mujer cuyos crímenes no son maliciosos, sino consecuencias de una disfunción mental que le impide crear lazos afectivos normales; por eso Claire (Najarra Townsend) necesita invadir vidas ajenas para aliviar su soledad... pero solo termina alimentando su neurosis. En otras palabras, The Stylist no es una cinta "slasher", sino un melancólico estudio de carácter sobre una trágica villana que no inspira temor, sino compasión. Aunque definitivamente no me gustaría que me cortara el pelo.
Al parecer la directora y guionista Jill Gevargizian trabajó como estilista durante muchos años, lo cual añade un travieso nivel catártico al horror de The Stylist (¿cuántos clientes habrá querido asesinar en la vida real?); pero la lección más importante que Gevargizian aprendió en ese oficio fue reconocer la "intimidad instantánea" que nos inspira a compartir nuestros secretos con gente extraña. Es como terapia de bajo costo; los clientes se desahogan de sus problemas, y las estilistas simplemente escuchan.
Sin embargo, en el caso de Claire, esos efímeros momentos de falsa intimidad intentan llenar los huecos en su vida personal; pero es un reemplazo imperfecto que no soluciona el aislamiento de la joven mujer, quien añora sentir ese drama, esa felicidad, y esos romances que nunca se atrevería a iniciar por cuenta propia.
En el papel principal, Najarra Townsend hace un extraordinario trabajo expresando la fragilidad emocional de Claire, su inesperado talento para la violencia, y el remordimiento que siente por sus crímenes... a veces todo en una misma escena. Cada detalle de su actuación nos dicen algo importante sobre Claire, desde su patética rutina doméstica (spoiler: no le pasa nada a su perrita Pepper), hasta la destreza con la que arregla el cabello de sus clientes, creando un significativo contraste con la ineptitud de sus interacciones personales. Claire sabe hacer muy bien su trabajo, y se enorgullece de ello; el problema viene cuando abandona el entorno seguro del salón de belleza y enfrenta su terrible ansiedad social... con sangrientos resultados.
Al igual que Claire, la directora Jill Gevargizian se esmera en encontrar belleza a pesar de sus modestas circunstancias (The Stylist fue parcialmente financiada con una campaña de Kickstarter). La cinematografía de Robert Patrick Stern crea una atmósfera setentera, con ocasionales trucos de "split screen" estilo Brian de Palma, y una paleta saturada que evoca la obra de Dario Argento y la estética del "giallo" italiano. Y lo mismo podemos decir de la música compuesta por Nicholas Elert, y el diseño de producción de Sarah Sharp. Es un placer encontrar una película "indie" que pone igual atención a la historia y a su presentación visual.
Los efectos especiales son pocos, pero impactantes. El punto de la película no es la sangre, sino la conmovedora espiral destructiva que culmina en un final tenso y memorable. Es como un "anti-twist"... ya sabemos que viene, y aún así es devastador.
Mi única queja es el segundo acto demasiado largo y repetitivo, con escenas confusas que ciertamente ilustran el colapso mental de Claire, aunque no parecen relevantes para la estructura de la película. Pero, fuera de eso, The Stylist me gustó mucho, y podría recomendarla para aficionados al horror psicológico y los thrillers "a fuego lento" que incrementan gradualmente la tensión hasta que nos envuelven en la paranoia de los personajes. Y también me dio otra buena razón para cortar mi propio cabello.
Calificación: 8.5

IMDb

Wednesday, April 7, 2021

Run



Síntomas: Chloe Sherman (Kiera Allen) nació con múltiples problemas de salud que la obligan a usar una silla de ruedas y a estudiar en casa. Pero su confinamiento podría terminar en unos meses, cuando Chloe entre a la universidad... siempre y cuando su madre Diane (Sarah Paulson) acepte la inminente independencia de su hija.

Diagnóstico: Hace un par de años el escritor y guionista Aneesh Chaganty me impresionó con la película Searching..., uno de los "desktop thrillers" más ingeniosos en este incipiente género. Y ahora Chaganty regresa con Run, otro notable thriller realizado en un formato más tradicional... y quizás menos satisfactorio por una cierta timidez que le impide aprovechar al máximo su premisa. A pesar de eso, Run me pareció recomendable tan solo por las actuaciones de las actrices principales, y por el eficiente argumento que toma prestado de muchas fuentes, pero a fin de cuentas encuentra su propia voz.
Run se inspira parcialmente en las novelas "Misery" y "Dolores Claiborne", lo cual explica una traviesa referencia a Stephen King durante una llamada telefónica (al menos así lo interpreté yo). Pero la gran diferencia radica en la emotiva dinámica que comparte Chloe (Kiera Allen) con su madre Diane (Sarah Paulson), una mujer estricta pero muy devota al cuidado de su hija, organizando meticulosamente sus tratamientos, su alimentación, y hasta su educación casera. Sin embargo, esa devoción tiene un lado oscuro que se manifiesta cuando Diane siente que está perdiendo el control de Chloe. Y así comienza una batalla que se libra por igual en el hogar de la familia Sherman, y en la mente de las protagonistas.
El director Aneesh Chaganty y el co-guionista Sev Ohanian mantienen un ritmo ágil con oportunas pausas para definir la motivación de los personajes y mostrar las grietas que se forman en la relación de Chloe y Diane conforme se incrementa la obsesión de la madre, y la determinación de la hija. Esta "lucha de voluntades" es generalmente lógica, aunque de vez en cuando recurre a pequeñas trampas para incrementar el suspenso y demostrar la inteligencia de Chloe, quien no se deja intimidar a pesar de los obstáculos que encuentra en su camino (un ejemplo de esas trampas: el asunto de la ventana... ¿realmente hacía falta tanta complicación para romper un vidrio?).
El desempeño de la joven Kiera Allen (haciendo su debut en cine) es doblemente admirable considerando su discapacidad en la vida real. Fue una excelente decisión de Chaganty elegir una actriz que comparte y comprende los retos de Chloe, y afronta con igual convicción algunas escenas difíciles para cualquier actor... ya no digamos uno con limitaciones físicas. En cuando a Sarah Paulson, su actuación es tan buena como siempre, pero creo que redujo intencionalmente la intensidad de Diane para conservar la simpatía del espectador (hasta cierto punto). Paulson no interpreta a Diane como una villana irracional, sino como una madre sobreprotectora que educó muy bien a su hija, dándole todas las herramientas necesarias para enfrentar la vida en sociedad; pero cuando llega el momento de iniciar esa vida, el temor a perderla provoca malas decisiones que contradicen su rol materno.
A fin de cuentas Run (disponible en Netflix) me pareció un thriller entretenido, bien realizado, y sin duda recomendable; sin embargo le faltó algo para hacerlo realmente memorable. No sé si debió llevar más lejos la violencia o el conflicto doméstico; o quizás el estilo visual de Chaganty fue demasiado blando para elevar el drama hasta la altura que merecía. Como sea, Run ofrece excelentes actuaciones, abundante tensión, y un mensaje sutil pero importante sobre las diversas e inesperadas formas que puede tomar el abuso familiar. Nunca está de más recordar eso, sobre todo en temporada de pandemia.
Calificación: 8

IMDb

Monday, April 5, 2021

The Block Island Sound



Síntomas: La bióloga marina Audry Lynch (Michaela McManus) regresa a la pequeña isla donde vive su familia para investigar la aparición de muchos peces muertos en la playa. Mientras tanto, su hermano Harry (Chris Sheffield) trata de controlar el errático comportamiento de su padre Tom (Neville Archambault). ¿Será posible que ambos eventos estén conectados?

Diagnóstico: Me gustó The Block Island Sound (disponible en Netflix), pero reconozco que no es para todos los gustos. Su ritmo es extremadamente lento, y el ambiguo final deja muchas preguntas sin respuesta... aunque ofrece abundantes pistas para sacar nuestras propias conclusiones. Además, los aspectos técnicos y artísticos de The Block Island Sound tienen suficiente calidad para justificar una cauta recomendación, advirtiendo que no es una película de horror convencional, sino un thriller "a fuego lento" que se apoya en atmósfera y actuaciones en vez de efectos especiales. De hecho, ni siquiera estoy seguro del género al que pertenece. Pero, bueno, el punto es que me dejó satisfecho con su combinación de drama familiar y misterio acuático.
Dicho drama gira en torno a la familia Lynch. Harry (Chris Sheffield) y su padre Tom (Neville Archambault) se dedican a la pesca en su desvencijado bote, y llevan una relación relativamente cordial, aunque ambos ocultan secretos que podrían afectar su futuro. Tom sufre extrañas "fugas" que no puede explicar; y Harry tiene un carácter explosivo que lo ha enemistado con muchos vecinos de la isla. Entonces miles de peces aparecen muertos en la playa, y Audry (Michaela McManus), hija de Tom y hermana de Harry, llega a la isla para investigar la crisis ecológica. Esta situación revive rencores del pasado, y acelera la condición de Tom hasta poner en peligro a su familia entera... incluyendo a Emily (Matilda Lawler), la pequeña hija de Audry.
Por el lado del misterio tenemos los peces muertos, las excursiones marítimas que Tom no recuerda, y los perturbadores sonidos que se escuchan en el radio del bote. Al principio todo indica el colapso mental de un anciano, y la negligencia de un hijo sin dirección en la vida. Y, todo eso es verdad, hasta cierto punto... pero también existe algo más siniestro en el mar, aunque Audry podría ser demasiado "científica" para aceptar explicaciones que desafían la lógica convencional.
No sé si podríamos ubicar The Block Island Sound (el título emplea un ingenioso juego de palabras, pues "sound" significa "sonido", y también "estrecho de mar") en la categoría del "horror metafórico", donde los elementos sobrenaturales simbolizan los problemas de la familia Lynch; pero incluso si ignoramos el subtexto sobre aislamiento y perturbaciones mentales, podemos disfrutar el parsimonioso desarrollo de un misterio que contradice nuestras expectativas (al menos las mías), y toma súbitas desviaciones por caminos que nunca imaginé. Estaba listo para describir The Block Island Sound como un relato "lovecraftiano", pero su manejo del "horror acuático" fue un ingenioso señuelo para disfrazar sus auténticas intenciones... y al mismo tiempo es el escenario ideal para comentar sobre la irresponsabilidad de la humanidad hacia los ecosistemas marítimos.
Cualquiera que sea nuestra interpretación, The Block Island Sound me pareció un sólido thriller con personajes interesantes y un par de sorpresas que alteran el concepto de la película, sin sacrificar la integridad del drama humano. Como dije al principio, su ritmo pausado y simplicidad visual podrían ahuyentar al público en busca de "sustos" fáciles y espectáculo visual; pero en este caso no hacen falta adornos para atraparnos en un misterio escalofriante que intenta decirnos algo sobre nuestro lugar en el mundo. Y todo eso sin caer en clichés lovecraftianos. Primera vez que me alegró encontrar algo distinto.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, April 4, 2021

Fukushima 50



Síntomas: En Marzo del 2011, un fuerte terremoto y tsunami en la costa de Japón causan graves daños a la planta nuclear en Fukushima Daiichi, y los empleados deben hacer tremendos sacrificios para evitar una tragedia más grande... aunque no hay garantía de éxito, y mucho menos de supervivencia.

Diagnóstico: Ya pasaron diez años desde el terrible accidente en la planta nuclear de Fukushima, pero sus consecuencias persisten (según expertos, el trabajo de limpieza y cierre de la planta podría durar entre 30 y 40 años). Sin embargo, es buen momento para celebrar el valor de los individuos que enfrentaron peligros mortales para evitar una catástrofe aun mayor
Sí, desde luego Fukushima 50 es solo una película (el título alude a los 50 empleados que permanecieron en la planta durante la crisis), y seguramente omite muchas cosas y altera otras, no solo para facilitar la narrativa, sino para atenuar las malas decisiones del gobierno japonés (supongo que podrían existir rastros de propaganda en su argumento); sin embargo el director Setsurô Wakamatsu no teme señalar graves errores cometidos por motivos políticos, como la visita del Primer Ministro al sitio del desastre en un momento crítico, lo cual desvió recursos y retrasó procedimientos urgentes que tal vez hubieran aminorado la tragedia.
O tal vez no. Una cosa que Fukushima 50 deja clara es que, a pesar de los detallados planes de contingencia implementados por la industria nuclear japonesa, el accidente de Fukushima fue tan grave que rebasó los parámetros teóricos e invalidó las medidas de seguridad establecidas. Entonces, aunque los trabajadores se esforzaron por seguir los procedimientos apropiados, una y otra vez encontraron situaciones totalmente nuevas que los obligaron a improvisar y tomar decisiones desesperadas cuyos efectos era imposible predecir.
Los principales protagonistas de Fukushima 50 son Toshio Izaki (Kôichi Satô), el supervisor encargado del centro de control en el día del terremoto; y Masao Yoshida (Ken Watanabe), el coordinador de emergencias que también funciona como intermediario entre la planta y el gobierno japonés, lo cual significa que recibe órdenes conflictivas y a veces irracionales, mientras intenta explicar conceptos tecnológicos a los políticos que solo quieren verse bien y mostrar al público que están tomando acciones decisivas.
Mientras tanto, el Sr. Izaki y su equipo técnico tienen que aceptar catástrofes menores para evitar problemas mayores. Por ejemplo, al ventilar un reactor dañado para reducir la presión interna, saben que van a contaminar las áreas cercanas a la planta nuclear; pero si no lo hacen, podría ocurrir una gran explosión que extendería la radiación a una zona más amplia.
Es una historia trágica pero inspiradora, con abundantes ejemplos del indomable espíritu humano, desde los trabajadores que aceptan participar en misiones suicidas al corazón mismo del reactor, hasta los voluntarios que organizan la evacuación de los pueblos vecinos. El director maneja con claridad y soltura todas estas sub-tramas, impecablemente editadas para asimilar el esfuerzo de tanta gente, en tantos niveles sociales, luchando por una causa común.
Conviene aclarar que Fukushima 50 no es una "película de desastre" al estilo de Hollywood, sino un sincero tributo que conmemora a las víctimas de un terrible accidente que pudo ser mucho peor si no hubiera sido por el valor de esos cincuenta héroes. Y, de paso, Fukushima 50 también nos invita a reflexionar si los beneficios de la energía nuclear compensan el riesgo potencial. Claro, a todo el mundo le gustan las luces de Tokio... pero, ¿cuál será el costo futuro de esos excesos?
Calificación: 9

IMDb

Friday, April 2, 2021

Godzilla vs. Kong



Síntomas: Después de un ataque de Godzilla en la costa de Florida, el director de la Corporación Apex decide buscar una fuente de poder suficientemente poderosa para combatir las incursiones de los "titanes" en áreas pobladas. Mientras tanto, la Fundación Monarch encontró la manera de controlar a Kong... pero la situación podría cambiar en cualquier momento.

Diagnóstico: En mi humilde opinión, Godzilla vs. Kong es la mejor película "kaiju" producida en Norteamérica... lo cual, desafortunadamente, se vuelve menos significativo cuando consideramos la mediocridad de las cintas anteriores.
Sin profundizar demasiado, podría decir que todas las películas de Godzilla producidas por Hollywood cometieron el error de enfocarse en los humanos y utilizar a los monstruos como crisis periféricas de melodramas muy insípidos. Solo hasta Kong: Skull Island se empezó a rectificar el problema, encontrando un mejor balance entre humanos y acción "kaiju". Y ahora el director Adam Wingard (The Guest, Blair Witch) por fin reconoce lo que la gente quiere ver, y nos lo da en abundancia. Obviamente hacía falta un auténtico director "geek" para resolver esa simple ecuación.
Habiendo dicho eso, Godzilla vs. Kong sigue desperdiciando tiempo en personajes claramente intrascendentes. Creo que los únicos humanos útiles (aunque eso sería debatible) son Walter Simmons (Demián Bichir), el director de Apex con grandes planes para combatir a los titanes; la Dra. Ilene Andrews (Rebecca Hall) y su hija adoptiva Jia (Kaylee Hottle), quienes lograron establecer una conexión personal con Kong; y Bernie Hayes (Brian Tyree Henry), un "podcaster" que investiga el auténtico motivo del ataque inicial en Florida. Todos los demás personajes interpretados por Kyle Chandler, Millie Bobby Brown (ambos repitiendo sus papeles de Godzilla: King of the Monsters), Julian Dennison, Alexander Skarsgård y Eiza González son un cero a la izquierda, llenando espacio y tratando de simular relevancia en escenas inconsecuentes que únicamente funcionan como pausas entre las peleas de los monstruos gigantes. Sin embargo, para crédito de Wingard, las sub-tramas que desarrollan estos personajes se sienten más ligeras y a veces hasta simpáticas, lo cual fue una considerable mejoría respecto a las monótonas rutinas de "daddy issues" y tragedias familiares que infestaron las previas cintas americanas de Godzilla.
Perdón; estoy haciendo lo mismo que hicieron esas películas: dedicando demasiado tiempo a los actores humanos, cuando podría estar hablando de las épicas batallas, sorpresivas apariciones de monstruos clásicos, y las distintivas personalidades de Godzilla y Kong.
Aunque, por otro lado, tampoco puedo revelar demasiado, así que solo diré que Godzilla vs. Kong cumple lo que promete, apoyándose en vagas leyendas nativas para justificar la rivalidad entre Kong y Godzilla, al mismo tiempo que introduce suficientes retos y condiciones para elevar la escala de la acción, incrementar el peligro para la humanidad, y crear adecuado suspenso sobre la magna confrontación. Wingard logró duplicar el tono y dinámica del clásico cine "kaiju" del siglo pasado, pero con espectacular tecnología contemporánea para conjurar imágenes de abrumadora belleza y apoteótica intensidad. Nunca en mis sueños infantiles hubiera imaginado este descomunal relato con la energía y creatividad que derrama Godzilla vs. Kong.
Obviamente mi película "kaiju" favorita sigue siendo Shin Gojira (y probablemente lo seguirá siendo durante mucho tiempo); pero en el contexto del "kaiju americano", Godzilla vs. Kong marca un nuevo estándar que, con suerte, seguirá elevándose en futuras secuelas del "Monstruoverso" (así lo llaman los productores) (Mi sugerencia para la siguiente película: Kong debe reclutar un "escuadrón suicida" de titanes para combatir una amenaza extraterrestre). Me hubiera gustado ver Godzilla vs. Kong en un cine de verdad; pero la mejor prueba de su calidad es que logró atraparme en la pantalla casera. Después de todo, el tamaño de las imágenes no es tan importante cuando los monstruos capturan nuestra imaginación.
Calificación: 9

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