Síntomas: En 1960, el vendedor de equipo industrial Greville Wynne (Benedict Cumberbatch) es reclutado por la CIA y MI6 para servir como mensajero secreto de Oleg Penkovsky (Merab Ninidze), un importante funcionario ruso que quiere evitar una guerra nuclear entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.
Diagnóstico: Desde luego me gustan las películas de espías al estilo de Hollywood (como Atomic Blonde, algunas de James Bond, y la saga de Mission: Impossible), pero en muchos aspectos prefiero las películas "serias" que muestran la deprimente realidad del espionaje profesional, donde no hay persecuciones con helicópteros ni partidas de baccarat en Monte Carlo, sino únicamente paranoia, engaños y traición. Quizás no sean cintas tan comerciales ni divertidas, pero tienen mayor potencial para hacernos pensar, revelando oscuros momentos de la historia que ganaron importancia con el paso de las décadas. Algunos ejemplos recientes: Bridge of Spies, Official Secrets, y Wasp Network, todas ellas dedicadas a explorar el complejo marco político del espionaje en diferentes épocas y regiones del mundo, las austeras técnicas de los espías y la motivación que los inspira a arriesgarlo todo por una causa importante, ya sea rescatar a un solo hombre... o evitar una guerra nuclear, como es el caso de The Courier.
Basada en hechos reales, The Courier no se enfoca en un espía "profesional", sino en un empresario británico llamado Greville Wynne (Benedict Cumberbatch), cuyas actividades comerciales en Europa Oriental lo hacen perfecto candidato para infiltrarse en Moscú y entablar una relación con Oleg Penkovsky (Merab Ninidze), un alto funcionario del Partido Comunista que ve con creciente desconfianza la imprudencia del Premier Nikita Khrushchev (Vladimir Chuprikov) durante la Guerra Fría, y el escalamiento de armas nucleares que solo podía terminar en catástrofe. Penkovsky expresa secretamente el deseo de cooperar con la CIA y con el Servicio de Inteligencia Británico para evitar una guerra nuclear, y los agentes Franks (Angus Wright) y Donovan (Rachel Brosnahan) le piden a Wynne que viaje a Moscú para vender sus productos... y para recolectar la información que ofrece Pankovsky.
The Courier es tan realista que relega el espionaje a segundo plano, y pone más atención en la relación que se forja entre Wynne y Pankovsky a lo largo del tiempo; primero como socios de negocios y luego como amigos... pero siempre como cómplices de un crimen que podría costarles la vida. Benedict Cumberbatch y Merab Ninidze desarrollan una dinámica rica y detallada a pesar de que sus personajes rara vez dicen lo que piensan. Es como una actuación dentro de la actuación: Cumberbatch y Ninidze interpretan individuos que están actuando para sobrevivir, adoptando roles que cambian en cada escena, pero sin perder su carácter individual, y sin descuidar el objetivo de la misión.
El trabajo de Cumberbatch y Ninidze bastaría para recomendar The Courier (no confundir con la cinta de acción The Courier, del 2019); sin embargo el director Dominic Cooke cargó el reparto secundario con excelentes actores, incluyendo a Angus Wright (The Witches) como el pragmático agente de MI6 Dickie Franks; Rachel Brosnahan (de la aclamada serie The Marvelous Mrs. Maisel) como la agente de la CIA Emily Donovan, un poco menos cínica que Franks, pero igualmente implacable en sus métodos; y la camaleónica Jessie Buckley (Misbehaviour) como Sheila, la sufrida esposa de Greville que sospecha algo por el errático comportamiento de su esposo. Creo que desperdiciaron a esta actriz en un papel tan pequeño; pero sus escenas son excelentes, así que no puedo quejarme demasiado.
Y lo mismo podría decir de The Courier. Yo quería "espías reales", y el director cumplió mi deseo con una historia tensa y absorbente, pero en cierto modo tan prosaica que no quedé totalmente satisfecho. Sin embargo, así es el espionaje real... acciones simples de individuos normales, cuya pequeña escala esconde enormes consecuencias para la política global. No es su culpa si todo ocurre en restaurantes y estaciones del metro, en vez de bases secretas en un volcán.
Calificación: 8