Friday, July 3, 2020

Wasp Network



Síntomas: En los años noventas, varios expatriados cubanos viviendo en Miami enfrentan problemas económicos, culturales y políticos mientras tratan de forjar una nueva vida. Sin embargo, esa nueva vida no siempre es lo que parece.

Diagnóstico: Ya he rebuznado este discurso muchas veces, pero vale la pena repetirlo (aunque sea para llenar espacio): me gusta el cine de espías al estilo de Hollywood, con mucha acción, suspenso y explosiones (como las series de Mission: Impossible y James Bond), pero guardo especial afecto por aquellas cintas "serias" que muestran los auténticos métodos y psicología del espionaje en el mundo real, donde no hay persecuciones en motocicleta por los techos de Marruecos, ni infiltraciones en bóvedas secretas protegidas por rayos láser, y mucho menos visitas al casino para beber martinis agitados, no revueltos. Por el contrario, obras como The Tailor of Panama, The Quiet American, y ahora Wasp Network muestran la ingrata labor de los espías que viven en constante temor de ser descubiertos, desafiando por igual leyes internacionales y su instinto de supervivencia para apoyar gobiernos que pueden traicionarlos en cualquier momento, y con el inevitable "daño colateral" de relaciones personales destruidas por poner el deber patriótico por encima de la responsabilidad familiar.
Este último punto parece el más importante para el director francés Olivier Assayas (Personal Shopper), ya que ocupa considerable tiempo de Wasp Network y casi descarrila los elementos más "normales" de la película. Sin embargo, en retrospectiva, creo que fue la decisión correcta para establecer un punto de vista tan distinto del clásico cine de espías que casi merece una nueva clasificación... algo así como "espionaje doméstico" o "romance político".
Todo empieza con la defección del piloto cubano René González (Edgar Ramírez) a los Estados Unidos, donde encuentra trabajo en una organización caritativa que patrulla el Golfo de México en busca de balsas provenientes de Cuba. Sin embargo la paga es muy poca, y René necesita dinero para traer de Cuba a su esposa Olga (Penélope Cruz) y su pequeña hija Irma (Carolina Peraza Matamoros). Más o menos al mismo tiempo, Juan Pablo Roque (Wagner Moura) también pide asilo en los Estados Unidos, y eventualmente conoce a René. Entonces, como ambos son pilotos, deciden buscar una mejor fuente de ingresos.
Esto cubre tan solo un minúsculo fragmento del intrincado argumento de Wasp Network, el cual está repleto de personajes e instituciones relacionados de alguna manera con el espionaje entre Cuba y los Estados Unidos. No importa cuál sea nuestra ideología, Assayas expone causas y consecuencias con desconcertante objetividad, dejando cualquier juicio moral a cargo del espectador. Por ejemplo, en una de las secuencias más elocuentes de Wasp Network, el director muestra entrevistas reales de Fidel Castro y Bill Clinton realizadas en aquella época para explicar la crisis política retratada en la película. Los dos tienen razón, y los dos tienen la culpa. Creo que esa fue la mayor sorpresa de Wasp Network... la ausencia de héroes y villanos, y el enfoque en el sacrificio de las familias que sufren en secreto para que los mártires políticos se exhiban en público, ya sea como patriotas o traidores.
Por si hace falta, lo voy a repetir: Wasp Network NO es una película de acción, ni un thriller convencional (aunque, para ser justos, hay bastante suspenso y varias explosiones); y probablemente decepcionará a los fans de James Bond que buscaban en Netflix un sustituto temporal mientras llega la nueva película. Sin embargo, para aficionados al espionaje histórico (otro buen ejemplo: Bridge of Spies), encontrarán en Wasp Network una interesante amalgama de elementos que tal vez excedió la capacidad del medio cinematográfico para contar historias tan complicadas (siento que hubiera funcionado mejor como mini-serie con capítulos dedicados a cada personaje, al estilo de Mrs. America). Pero, a pesar de sus tropiezos y excesiva ambición, Wasp Network merece una recomendación por intentar algo tan inusual como ceñirse a los hechos, y dejar que el público piense por su cuenta. Si tan solo los políticos siguieran ese ejemplo...
Calificación: 8 (muy subjetiva)

IMDb

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