Saturday, June 30, 2018

Sicario: Día del Soldado (Sicario: Day of the Soldado)



Síntomas: El Secretario de Defensa norteamericano James Riley (Matthew Modine) ya no está tan preocupado por la entrada de drogas a su país, sino por el nuevo negocio de los narcotraficantes mexicanos: transportar inmigrantes a través de la frontera, lo cual están aprovechando algunos grupos terroristas para infiltrarse en los Estados Unidos sin despertar sospechas... hasta que es demasiado tarde.

Diagnóstico: No estoy seguro si Sicario: Día del Soldado es una película increíblemente relevante para el clima político actual, o una trivialización de tragedias reales que nos deja un mal sabor a pesar de sus considerables aciertos técnicos y artísticos. Pero, bueno... lo que parece relevante hoy quizás sea obsoleto mañana, así que será mejor examinar la película por sus valores intrínsecos, y no por su conexión con las noticias que nos deprimen todos los días.
Para empezar, creo que Sicario: Día del Soldado es en muchos aspectos superior a la original Sicario. Claro, la dirección de Denis Villeneuve elevó aquella cinta por encima de su tergiversado libreto y sus abruptos cambios de perspectiva. Pero la secuela, dirigida por el italiano Stefano Sollima, enfoca mejor la narrativa y crea un tapiz dramático de inexorable tensión que nos atrapa desde el principio y no cede hasta el final... cuando Sollima y el guionista Taylor Sheridan (Hell or High Water) toman algunas cuestionables decisiones que casi arruinan la película.
Pero no nos adelantemos. El asunto del tráfico humano como reemplazo de las drogas hace Sicario: Día del Soldado automáticamente más profunda e interesante, explicando la compleja cadena de eventos involucrados en el transporte ilegal de inmigrantes a través de la frontera entre México y los Estados Unidos. Así, Sollima nos lleva a Texas, México, Colombia, y Somalia, señalando los agujeros que abre la corrupción para permitir la infiltración de grupos terroristas que no planean "robar trabajos" en los Estados Unidos, sino hacer cosas mucho peores. Y, como el gobierno no puede actuar oficialmente con la misma libertad que los criminales, el Secretario de Defensa decide contratar los servicios del amoral mercenario Matt Graver (Josh Brolin) para iniciar una guerra entre carteles, para lo cual Graver sub-contrata al misterioso Alejandro (Benicio del Toro), quien tiene una fuerte motivación para desmantelar las organizaciones criminales que asesinaron a su familia.
Y así se complica la trama cada vez más, pero siempre manteniendo una clara visión de causas y efectos para ilustrarnos sobre factores que la alarmista retórica de los medios de comunicación (y de cierto bufón naranja) tienden a ignorar para tomar el camino fácil del miedo y la inseguridad. El libreto de Taylor Sheridan es un ejemplo de estructura y flujo dramático, siguiendo múltiples sub-tramas que inevitablemente se unificarán de manera trágica y violenta.
Y ahí es donde empiezan los problemas de Sicario: Día del Soldado. Para consolidar las historias de varios personajes, Sheridan requiere coincidencias difíciles de aceptar que se sienten particularmente torpes cuando las comparamos con la impecable mecánica de su libreto. Y casi al final los cineastas recurren a un "twist" absolutamente ridículo para plantar la semilla de otra secuela... la cual definitivamente quiero ver, aunque estará un poco empañada por las trampas de su predecesora.
De cualquier modo una mala decisión no altera la calidad global de Sicario: Día del Soldado, ni reduce el valor de sus lecciones sobre los riesgos ocultos de la inmigración ilegal (totalmente ajenos a lo que proclama el actual gobierno de los Estados Unidos). Incluso sin el director original Sicario: Día del Soldado es una notable secuela por mérito propio, y una recomendable experiencia que fusiona acción, suspenso e intriga política con suficiente ingenio para trascender sus ocasionales tropiezos. Ojalá para la tercera parte Sollima re-ajuste su filtro mágico, y nos ofrezca una conclusión lógica y realista, libre de exageraciones que, francamente, esta terrible situación fronteriza no necesita para capturar nuestra atención.
Calificación: 9

IMDb

Friday, June 29, 2018

El Alma de la Fiesta (Life of the Party)



Síntomas: Hace veinte años Deanna Miles (Melissa McCarthy) se vio obligada a abandonar sus estudios universitarios cuando quedó embarazada. Pero ahora, después de una crisis familiar, decide completar la carrera de Arqueología en el mismo colegio donde estudia su hija Maddie (Molly Gordon). Y, desde luego, Deanna descubre que el ambiente universitario es muy distinto al que ella recordaba.

Síntomas: Las comedias sobre "adultos de regreso en la escuela" (supongo que Back to School es la más famosa) por lo general incluyen tres pasos: primero se manifiesta el choque generacional entre viejos y jóvenes; después el adulto adopta incongruentemente las conductas de sus compañeros; y, al final, todos aprenden mutuas lecciones que les ayudarán en su vida futura. No es una fórmula complicada, ni pretende serlo, pero aún así sentí en cada escena de El Alma de la Fiesta una marcada falta de imaginación por parte del director Ben Falcone y su co-guionista (y actriz principal) Melissa McCarthy, confiando en que la personalidad de la estrella rescataría la película de su frustrante mediocridad.
Sin embargo debo reconocer que el truco funciona de vez en cuando gracias a la simpatía natural de McCarthy y su inquebrantable compromiso con el personaje de Deanna (alias "Dee-Rock"), un poco ingenua, pero siempre positiva y tolerante hacia las excéntricas estudiantes que conoce en la universidad. Por malos y predecibles que sean los "chistes" del libreto (por ejemplo: sudor excesivo durante un examen oral), Melissa McCarthy generalmente inspira una o dos sonrisas con esa intangible "chispa" que añade a cualquier situación. Y, como la cinta es PG-13, no necesita recurrir al humor escatológico y vulgar de tantas otras comedias juveniles, de modo que El Alma de la Fiesta podría servir como amable experiencia (ligeramente pícara) para compartir con la familia. Excepto aquellas familias que no aprecien el humor de una intoxicación involuntaria con "comestibles", y el supuesto romance entre Deanna y un muchacho mucho más joven que ella.
Hablando de lo cual, debo mencionar al elenco secundario que también aporta ocasionales destellos cómicos al insípido material. Entre mis favoritos: Heidi Gardner como la extraña compañera de cuarto de Deanna; su papel es muy breve, pero me identifiqué con la introversión que la aleja de situaciones sociales. Maya Rudolph tiene algunos buenos momentos como la mejor amiga de Deanna, apoyándola en su cruzada estudiantil y disfrutando en piel ajena los placeres de la vida en el "campus". Y, finalmente, la auténtica razón por la que me interesaba ver El Alma de la Fiesta: Gillian Jacobs, cuyo trabajo sigo desde la venerada serie Community (bueno, de hecho fue desde Choke, pero no necesitamos hablar de eso). Y aunque El Alma de la Fiesta no tiene un ápice de la exuberancia y creatividad de Community, me gustó ver a Jacobs haciendo nuevas ridiculeces en un entorno académico.
Mientras tanto, la trama deambula sin rumbo fijo durante la mayor parte de la película... Deanna enfrenta variados retos por su edad y anticuada actitud (incluyendo insultos de las "bullies" que se burlan de su ropa); aprovecha su experiencia para impresionar a sus compañeras (en la inevitable fiesta con tema de los Ochentas); y al final, cuando el director siente que se le acaba el tiempo, introduce un poco de conflicto para simular que la cinta se dirige a algún lado. Ah, y por si hacían falta más situaciones inverosímiles: un número musical y el gratuito cameo de una celebridad para los "tweeners" (o más bien adultos, a estas alturas).
Entonces, El Alma de la Fiesta no es exactamente mala, pero tampoco muy buena; tan solo cien minutos de entretenimiento desechable que olvidaremos antes de digerir las palomitas (o nachos, en mi caso). Algunas risas, una protagonista agradable, y Gillian Jacobs. Eh... no estuvo tan mal, pero pudo ser mucho mejor.
Calificación: 7

IMDb

Wednesday, June 27, 2018

It Came From the Desert



Síntomas: Mientras participan en un evento deportivo en el desierto, varios jóvenes descubren una misteriosa instalación abandonada, y deciden investigar... pero lo que encuentran son criaturas mortales en busca de alimento.

Diagnóstico: Debido a la inmoderada dieta de viejas "B-Movies" y "creature-features" que consumí durante mi niñez, ahora soy particularmente susceptible a cualquier película que rinde tributo al espíritu de aquella era, ya sea en fondo o forma. It Came From the Desert (una co-producción Canadiense-Británica-Finlandesa) es una de esas películas, y aunque la objetividad indica que no es particularmente buena, terminé disfrutándola más de lo que esperaba gracias a su sentido del humor y sincero afecto por los arcaicos arquetipos rescatados de obras semi-clásicas como Them!, It Came From Outer Space, y Tarantula.
It Came From the Desert no intenta emular el estilo visual de los años cincuentas (ni setentas ni ochentas, afortunadamente). Su estética es moderna y, para bien o para mal, también lo son sus personajes: un grupo de jóvenes fiesteros que solo se preocupan por alcohol y sexo, aunque deberán encontrar valor e ingenio para sobrevivir la invasión de insectos gigantes que liberaron accidentalmente de un laboratorio abandonado en mitad del desierto.
Para ser justos, dichos personajes me parecieron un 10% menos antipáticos de lo normal. Lukas (Alex Mills) es el arrogante campeón de moto-cross, pero también se preocupa por lograr que su mejor amigo, el nerd Brian (Harry Lister Smith), se anime a hablarle a Lisa (Vanessa Grasse), la atractiva chica geek con quien comparte la afición por el cine ochentero. Encontré bastante tolerable la interacción de los tres amigos, a pesar de sus exageradas actuaciones y ocasionales momentos "cómicos" que producen quejidos en vez de risas.
Fuera de eso, It Came From the Desert cuenta con buena dirección, creativo diseño de producción, y espectacular cinematografía para lucir las locaciones desérticas (filmadas en España y Finlandia), además de excelentes efectos especiales de los estudios Barbatos FX (España), y ROGER! Pictures Oy (Finlandia). Quizás no están al nivel de Hollywood, pero superan con creces el mediocre "look" casero de similares producciones directas a video, incluyendo las del canal SyFy. En general compararía la calidad de It Came From the Desert con otras "buenas malas películas", como Infestation y Lavalantula.
El humor también pertenece a la categoría de sátira/homenaje, con arteras referencias combinadas con plagios/tributos de escenas pertenecientes a otras icónicas "creature features", desde Starship Troopers y Eight Legged Freaks hasta la original Jurassic Park. De hecho, una de mis escenas favoritas en It Came From the Desert fue cuando Lukas y Brian descubren la primera hormiga gigante, y proceden a esconderse en una cocina, emulando aquella memorable escena con los velociraptors. La diferencia es que los niños de Jurassic Park no abrieron una cerveza en el momento más inoportuno.
Al parecer It Came From the Desert está basada en un popular videojuego "indie" del estudio Cinemaware (durante los créditos finales podemos vemos un rápido "playthrough"), pero su auténtico origen yace en los horrores atómicos de los años cincuentas y sesentas. Y, como tal, cumple su función de divertirnos sin obligarnos a pensar demasiado, al mismo tiempo que nos advierte sobre el peligro de la ciencia fuera de control... y la obsesión con la cerveza. Nadie sabe cuándo encontrará una hormiga/araña gigante con una adicción secreta.
Calificación: 7.5

IMDb

Monday, June 25, 2018

Beirut



Síntomas: En 1972, Mason Skiles (Jon Hamm) dirigía la embajada norteamericana en Líbano, hasta que una tragedia terminó su carrera diplomática. Diez años después, de regreso en los Estados Unidos, Mason combina su alcoholismo con un ingrato trabajo como mediador de disputas laborales. Entonces la CIA le pide regresar a Beirut para atender un asunto urgente y, con la ayuda de la Agente Sandy Crowder (Rosamund Pike), Mason tratará de rectificar algunos errores del pasado.

Diagnóstico: ¿El director de The Machinist y el escritor de Michael Clayton hicieron un thriller sobre espionaje en los ochentas? ¡Perfecto! ¿Dónde puedo verlo? Ah... Netflix...
No se preocupen; Beirut resultó ser una de las mejores "Películas Originales" producidas por ese servicio, gracias precisamente al excepcional trabajo del director Brad Anderson (Session 9) y el guionista Tony Gilroy (Nightcrawler), quienes tomaron en serio los temas y entorno político de Beirut, pero sin sacrificar el suspenso y emoción de una tradicional aventura de espionaje estilo Hitchcock, con un hombre común atrapado en peligrosas circunstancias que lo obligan a encontrar valor y astucia que no creía poseer. No es una fórmula particularmente novedosa, pero sigue funcionando cuando se realiza con talento y convicción en ambos lados de la cámara.
Conviene aclarar que Beirut no es una película de acción. El enfoque de Anderson y Gilroy permanecen siempre en la intriga política, las traiciones de agentes con ambigua motivación, y el astuto análisis de una situación imposible de resolver (Líbano a principios de los ochentas se encontraba ocupado por israelitas, palestinos, musulmanes, cristianos, y otras facciones que complicaban una zona geográfica ya de por sí volátil e impredecible).
Para crédito de los cineastas, Beirut mantiene una cierta neutralidad ideológica sobre los eventos que retrata... no hay malos ni buenos; cada quien vela por sus propios intereses, sin preocuparse mucho por las consecuencias que afectan a sus rivales. Y nadie tiene las respuestas a la precaria situación de Líbano; lo único que todos buscan es terminar el día vivos, y evitar la violencia contra su propia gente. Excepto cuando el fin justifica los medios.
Jon Hamm transmite el abatimiento de un político que perdió la fe en la diplomacia y se entregó al vicio para olvidar su pasado. En ciertos momentos me recordó a Al Pacino, lo cual suena como un enorme halago; pero solo me refiero a su capacidad para interpretar "losers" derrotados por la vida, hasta que descubren la posibilidad de redención que ni siquiera estaban buscando. Rosamund Pike interpreta a Sandy Crowder, la agente encargada de cuidar a Skiles y mantenerlo suficientemente sobrio para cumplir su misión. Sandy reconoce que la eligieron como señuelo atractivo (recordemos que la cinta se ubica en los sexistas ochentas), pero gradualmente revela su integridad e inteligencia... así como razones secretas para rebelarse contra las órdenes oficiales. Hamm y Pike hacen buena pareja, y afortunadamente no hay señales de romance artificial para contaminar la tensión.
La dirección de Brad Anderson es segura y eficiente, retratando la devastación urbana de la ciudad de Beirut (en realidad filmada en Marruecos) con un atractivo estilo visual que no interfiere en la narrativa. Y el libreto de Tony Gilroy sigue el ejemplo de thrillers modernos como Munich y Tinker, Tailor, Soldier, Spy, aunque acumula demasiados clichés para pertenecer al mismo estrato "artístico". De cualquier modo Beirut me pareció entretenida y accesible, con suficiente profundidad para satisfacer a espectadores en busca de algo más sustancioso que los stunts y explosiones de Mission: Impossible. Habiendo dicho eso... una precuela de Mission: Impossible ubicada en Beirut de los ochentas suena como la mezcla perfecta de acción y espionaje. Y Hamm sería un buen reemplazo de Tom Cruise, más cínico pero confiable. En fin... otra fantasía que nunca se cumplirá.
Calificación: 8.5

IMDb

Sunday, June 24, 2018

Cómo Enamorar a Una Chica Punk (How to Talk to Girls at Parties)



Síntomas: Enn (Alex Sharp) y sus amigos planean ir a una fiesta punk en Londres, pero terminan en una extraña celebración avant garde... o quizás es una comunidad secreta de aliens visitando la Tierra. Como sea, Enn se enamora de una joven llamada Zan (Elle Fanning), y decide enseñarle las virtudes de la cultura punk.

Diagnóstico: Basada en un cuento corto de Neil Gaiman, Cómo Enamorar a Una Chica Punk incluye elementos autobiográficos del autor, quien creció en un barrio londinense relativamente pobre, y siguió en su adolescencia el movimiento punk con obsesiva devoción. Sin embargo el director John Cameron Mitchell (Shortbus) tomó esa breve historia tan solo como punto de partida, añadiendo excéntricos elementos de fantasía (no podría llamarle realmente "ciencia ficción") como metáfora de los retos que presenta la transición a la vida adulta, los cuales son iguales en cualquier cultura, ya sean los jóvenes punk de Londres, o aliens dadaístas preparándose para devorar a sus crías... o algo así.
Estos contrastantes aspectos ciertamente hacen la película energética y divertida, pero al mismo tiempo se sienten como incongruentes afectaciones que distraen del tema principal (¿el romance entre Enn y Zan, supongo?) y nunca justifican por completo su presencia en esta disparatada historia "coming of age".
Para empeorar la situación, Mitchell tampoco logra conciliar los dispares universos de la película. Su tratamiento del sub-mundo punk en los años setentas se siente falso y superficial (probablemente Enn lo llamaría "poser"), como un ardid estético que no afecta el carácter de los personajes. Claro, usan la ropa apropiada, y hay suficientes referencias para satisfacer a los fans del género, pero todo lo demás es simple decorado para darle un "sabor" cultural a la rebeldía adolescente. Y por otro lado, el asunto de la "colonia" extraterrestre visitando la Tierra para aprender sobre los vicios y virtudes de la humanidad parece un chiste a costillas de la ciencia ficción seria, con "aliens" ridículamente estúpidos que no encajan en la supuesta sabiduría universal de su especie. ¿O tal vez son humanos participando en un culto religioso que planea sacrificar a los discípulos jóvenes como Zan? Cada quien sacará sus propias conclusiones... al menos durante los primeros minutos, antes de que Mitchell disipe el misterio cuando aún parecía interesante.
De hecho, lo que más me gustó de Cómo Enamorar una Chica Punk fueron sus elementos más "terrenales". Por ejemplo, la vida doméstica de Enn, siempre en conflicto con su tolerante madre Marion (Joanna Scanlan); y la amistad entre Enn y sus amigos Vic (A.J. Lewis) y John (Ethan Lawrence), cuyo entusiasmo por la música punk y sus torpes intentos por infiltrarse en fiestas y "tocadas" secretas evoca perfectamente la necesidad de pertenecer a una comunidad que acepta y comprende sus frustraciones e inseguridades (temas recurrentes en la filmografía de Mitchell). Tanto Vic como John tienen pequeñas sub-tramas que no resultan particularmente profundas, pero ayudan a convertirlos en personas reales, en vez de simple "comic relief". Elle Fanning como la inocente/sabia Zan tiene algunas buenas escenas cuando usa sus experiencias "espaciales" para asimilar la ideología de Enn; pero no funciona tan bien cuando adopta el estereotipo cómico de "pez fuera del agua" que desconoce conceptos básicos de la vida en la Tierra, como comer o ir al baño. Finalmente, Nicole Kidman tiene una breve participación en el papel de Bodicea, amargada matriarca de los punks que quiere convertir a Zan en estrella musical. Su personaje no aporta mucho al drama, pero imagino que el nombre de Kidman en los créditos representa valioso "star power" para las ventas internacionales de una modesta cinta "indie" (no me extrañaría que por eso se haya estrenado en cines de México).
Generalmente admiro la sensibilidad experimental de John Cameron Mitchell, pero puedo reconocer cuando el experimento falló. Sin embargo no fue un fracaso total, ya que el humor y los simpáticos personajes (humanos) cumplen la promesa de la historia de Neil Gaiman: el punk y el romance no son incompatibles; solo hay que esforzarse un poco más.
Calificación: 6.5

IMDb

Saturday, June 23, 2018

Lucky



Síntomas: El anciano Lucky (Harry Dean Stanton) vive en un pequeño pueblo fronterizo, pasando sus días viendo televisión, resolviendo crucigramas y visitando el bar local para discutir sobre nada con los mismos amigos de siempre.

Diagnóstico: Lucky es un cálido y sincero homenaje a Harry Dean Stanton, legendario actor de carácter que, a lo largo de seis décadas, participó en cientos de películas y series de televisión donde siempre dejó su marca, ya fuera en una sola escena (como en The Avengers) o en un papel co-estelar (Repo Man), con ese rostro melancólico que se reconocía con afecto, incluso si no se recordaba su nombre.
Desafortunadamente Harry Dean Stanton falleció en Septiembre del 2017, pero en Lucky tenemos suerte (ja, ja) de encontrar una de sus mejores interpretaciones, no solo por su calidad intrínseca, sino porque también sirve para apreciar al individuo detrás de la actuación.
Habiendo dicho eso, Lucky (al igual que su protagonista) es un relato reposado y un poco difuso... casi podríamos decir "bucólico". En vez de contar una historia formal, seguimos a Lucky a lo largo de varios días, observando su rutina y las interacciones que tiene con los habitantes del pueblo. Y entonces ocurre algo inusual que rompe la monotonía, obligándolo a reflexionar sobre cosas que quizás nunca había contemplado en sus noventa años de vida. Pero aún con ese tenue hilo dramático, el director primerizo John Carroll Lynch (otro actor de carácter con una larga y distinguida carrera) prefiere mantener la narrativa abierta y casual, dejando que las cosas transcurran a su propio ritmo, mientras descubrimos un cambio gradual en la actitud de Lucky y las consecuencias que podrían tener en su carácter.
Desde luego la película entera gira alrededor de Lucky, pero Harry Dean Stanton recibe el sólido apoyo de un notable reparto que incluye a Ron Livingston, Ed Begley Jr., Tom Skerrit y James Darren (¿alguien recuerda The Time Tunnel?). Y como Lucky es un proyecto tan pequeño y personal, se antoja posible que estos actores aceptaron participar tan solo por compartir una o dos escenas con Stanton, reconociendo el honor que ello implica. Ah, y desde luego no puede faltar una visita de David Lynch en el papel de Howard, un amigo de Lucky que está desconsolado por haber perdido a su tortuga (llamada "Presidente Roosevelt"). Sus escenas tienen un tono humorístico, pero inspiran genuina emoción con su descripción de lo que representa la tortuga... no solo como mascota, sino en un contexto filosófico más profundo y relevante para la situación de Lucky. Como siempre, David Lynch añade un toque surrealista que enriquece la historia y casi la ubica en el bizarro universo de sus previas colaboraciones con Stanton (como Inland Empire y The Straight Story). Lo cual me recuerda: si disfrutaron el número musical de Harry Dean Stanton en el episodio 10 de Twin Peaks: The Return, esperen escucharlo acompañado por mariachis.
Hablando de música, la ecléctica banda sonora de Lucky va desde Pedro Infante hasta Liberace, y complementa maravillosamente la atmósfera rural "tex-mex" y la plácida actitud de los amigos y conocidos de Lucky, enfrascados en sus propios dramas personales (como la tortuga extraviada), pero siempre atentos y preocupados por el irascible anciano.
Independientemente de sus aciertos o fallas como película, Lucky es un perfecto muestrario del talento de Harry Dean Stanton, resumiendo eficientemente la fuerza de su carácter, el rango de sus emociones y la indescriptible cualidad que lo hizo tan exitoso en su oficio, sin necesidad de alcanzar la engañosa categoría de "estrella de cine". Simplemente un hombre trabajador, haciendo muy bien su trabajo. Ojalá siga haciéndolo en donde quiera que esté.
Calificación: 8.5

IMDb

Friday, June 22, 2018

Jurassic World: El Reino Caído (Jurassic World: Fallen Kingdom)



Síntomas: El Mundo Jurásico cerró definitivamente tras el ataque del Indominus Rex; y ahora, tres años después, la Isla Nublar aún conserva algunos dinosaurios en su ambiente natural. Pero cuando la inesperada erupción de un volcán amenaza con destruir la isla, algunas personas proponen el rescate de los dinosaurios... mientras que otros sugieren abandonarlos para que regresen a la extinción.

Diagnóstico: Recuerdo mi entusiasmo allá por el año 1997, cuando esperaba ansiosamente la secuela de Jurassic Park... y la decepción que sentí con The Lost World y su argumento confuso y pobremente planteado, que se preocupó más por el drama de los insulsos personajes humanos, en vez de continuar la exploración de los maravillosos dinosaurios que capturaron nuestra imaginación en la película anterior.
Y ahora, lamentablemente, Jurassic World: El Reino Caído repite exactamente los mismos errores, pero con mejores efectos especiales y un director bastante creativo, lo cual produce algunos buenos momentos y amplias dosis de ret-con para revivir la mitología de la franquicia. Sin embargo algunos buenos momentos no hacen una buena película, y Jurassic World: El Reino Caído fracasa por una curiosa combinación de ambición y mediocridad, intentando tantas cosas distintas que terminan nublando su propósito y fracturando la narrativa.
Como siempre, no puedo describir específicamente mis quejas sobre Jurassic World: El Reino Caído porque quiero conservar sus sorpresas (buenas y malas). Baste decir que el principio me pareció muy acertado, prometiéndonos una misión concreta (salvar a los dinosaurios), y creando excusas razonables para traer de regreso a Owen Grady (Chris Pratt) y Claire Dearing (Bryce Dallas Howard). Sin embargo los eventos en la Isla Nublar concluyen demasiado rápido, y la película empieza a decaer conforme se sumerge más y más en ridículas complicaciones que incluyen intrigas corporativas, secretos familiares, y un gran plan de los villano que no tiene el menor sentido. En serio, si "los malos" le hubieran seguido la corriente a "los buenos", todos hubieran salido beneficiados, sin darle tantas vueltas al asunto, y sin arruinar (por segunda vez) una lucrativa saga que necesitaba una inyección de ideas frescas, en vez de reciclar los mismos conceptos de siempre (por alguna razón siguen insistiendo en la sub-trama de "dinosaurios como armas bélicas", que ya parecía inverosímil hace veinte años).
Por el lado positivo: los dinosaurios, naturalmente. El estudio Industrial Light & Magic sigue incrementando el realismo de las criaturas, y me alegra decir que el director Juan Antonio Bayona no sufre "obsesión digital", pues igualmente aprovecha los avances en efectos prácticos y "animatronics" para lograr maravillosas interacciones entre los actores y los animales, en un nivel que no habíamos visto hasta el momento. Y, como dije antes, Bayona tiene una desbordante imaginación (con clara afinidad por el cine de terror) para crear imágenes impactantes y surrealistas que se quedarán en mi mente durante mucho tiempo... incluso si no recuerdo cómo llegaron ahí, o cual fue su función dentro de la película. Solo mencionaré un ejemplo: la silueta de un velociraptor contra la luna llena, como si fuera un hombre lobo en las películas de Hammer Films. Ese es tan solo uno de los incongruentes giros que toma el libreto de Jurassic World: El Reino Caído (no me refiero a hombres lobo, sino al estilo "gótico" del tercer acto); y aunque admiré la audacia de los guionistas para crear situaciones únicas, creo que su estrategia fue simplemente imaginar escenas que querían ver, y luego forzar la trama para implementarlas sin mucha lógica ni sentido común.
Tal vez algunas personas dirán: "¿Quién necesita sentido común en una historia sobre dinosaurios devorando mercenarios?" Hasta cierto punto tienen razón. Si lo que quieren son efectos especiales y violencia a nivel PG-13, probablemente Jurassic World: El Reino Caído los dejará satisfechos (¿cómo resistirse a la fusión de "Alien en una Mansión Embrujada"?)(Bueno, estoy exagerando, pero no mucho).
Sin embargo, por mi parte, sentí que Jurassic World: El Reino Caído no supo aprovechar el universo realista y consistente establecido por el novelista Michael Crichton, cuyos fundamentos científicos, económicos y hasta políticos formaron un entorno compatible con la fantasía de "dinosaurios fuera de control". En vez de eso, Jurassic World: El Reino Caído prefiere romper las reglas hasta destruir toda lógica y credibilidad. No niego que fue divertido; pero se siente más como "fan-fiction" que como válida continuación de una historia que requería un manejo más inteligente. En fin... al menos Ian Malcolm (Jeff Goldblum) sigue tan carismático como siempre.
Calificación: 7

IMDb

Thursday, June 21, 2018

Mary Shelley



Síntomas: A principios del siglo diecinueve, la adolescente Mary Godwin (Elle Fanning) tiene muchos desacuerdos con su madrastra, y por eso su padre la envía a Escocia por un tiempo. Ahí Mary conoce al poeta revolucionario Percy Bysshe Shelley (Douglas Booth), y comienza un turbulento romance que eventualmente la inspirará a escribir una de las más importantes novelas de la Literatura Universal.

Diagnóstico: Uno de los primeros libros "adultos" que leí en mi niñez fue Frankenstein, de Mary Shelley... y francamente no me impresionó mucho porque yo esperaba algo más cercano a la película Frankenstein (1931) con Boris Karloff. Fue hasta mi adolescencia cuando por fin reconocí la importancia del libro y los ambiciosos temas que Mary Shelley se atrevió a abordar en una época cuando la literatura de horror (o "novelas góticas", como se les llamaba en aquel entonces) se consideraba inferior y vulgar (lo cual no ha cambiado mucho hasta nuestros días, ahora que lo pienso). Posteriormente vi la película Gothic, de Ken Russell (un delirante y fantasioso recuento de la tormentosa noche en la que Shelley escribió Frankenstein), y bueno... eso selló mi admiración por Mary Shelley como madre de la ciencia ficción, pionera de la libertad sexual y proto-feminista adelantada a su tiempo.
Sirva este indulgente pasaje nostálgico para explicar por qué me gustó tanto la nueva película Mary Shelley a pesar de su lento ritmo, excesiva duración, y cuestionable fidelidad histórica. Nada de eso diluyó mi apreciación por el extraordinario libreto co-escrito por Emma Jensen y la directora Haifaa Al-Mansour, repleto de frases memorables y profundamente elocuentes que cobran vida en las voces de un excepcional elenco bien balanceado para trascender la simple biografía y darnos algo especial... casi podríamos decir "gótico", para adornar la tortuosa creación del Moderno Prometeo.
Elle Fanning se ha convertido en una de las mejores actrices contemporáneas, y su interpretación de Mary Shelley es en igual medida recatada, fogosa y melancólica, para expresar las múltiples facetas de su carácter: una joven intelectual que no encaja en la frívola sociedad londinense; una incipiente escritora con audaces ideas que contradicen el puritanismo de la época; y una niña que siempre extrañará a su madre fallecida, lo cual influirá en sus futuras decisiones románticas y en su lealtad hacia sus seres queridos. Habiendo dicho eso, Mary Shelley incluye otras dos excelentes actrices que me hubieran parecido más apropiadas para el papel de Mary: Bel Powley (Wildling), quien aparece como Claire, la entusiasta hermana de Mary; y Maisie Williams (The Falling), en una corta intervención como prima de Mary que le ayuda a adaptarse al aislamiento del campo cuando la mandan a Escocia. Powley y Williams tienen mayor similitud física con la auténtica Mary Shelley, y no necesitarían fingir el acento británico para darle más realismo al personaje principal. Como dije, Elle Fanning hizo un impecable trabajo, pero no pude evitar sentir que le dieron el papel como estrategia comercial (sobre todo para beneficio del mercado norteamericano), cuando había mejores candidatas disponibles. En mi humilde opinión.
Por el lado masculino tenemos a los tres individuos que ejercieron mayor influencia en el desarrollo de Shelley como escritora: su padre William (Stephen Dillane), quien fomentó su curiosidad científica y literaria en vez de intentar casarla con un pretendiente rico; el poeta Percy Bysshe Shelley (Douglas Booth), quien le ofreció un escape de la rutina para liberar su creatividad; y Lord Byron (Tom Sturridge), el ególatra libertino cuya arrogancia y talento le enseñaron a Mary algunas duras verdades sobre el oficio literario... y sobre la crueldad humana.
Entonces, Mary Shelley no es una película de terror, aunque su atmósfera gótica la hace más expresiva que muchas insípidas "bio-pics" sobre genios incomprendidos; tampoco es un romance histórico, a pesar de que sigue la evolución de una relación con múltiples retos y altibajos sentimentales; y definitivamente no es la exagerada versión de la concepción de Frankenstein que la cultura popular ha cultivado a lo largo de los años, enfocada en una febril velada de horror e inspiración casi sobrenatural (como imaginó la mencionada Gothic). En vez de eso, Mary Shelley explora con gran detalle y pasión las contradictorias caras de una mujer que cambió el mundo sin saberlo, y sufrió mucho durante el proceso. La fantástica dirección de Haifaa Al-Mansour, las actuaciones del reparto entero, y la rica cinematografía de David Ungaro se encargan de que la cinta sea todo lo anterior y mucho más... aunque requiere un poco de paciencia durante sus más lentos pasajes. Sin embargo todo habrá valido la pena si Mary Shelley conduce al redescubrimiento de la seminal novela Frankenstein o el Moderno Prometeo. Créanme... es mejor que cualquiera de las películas que inspiró.
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, June 20, 2018

Delirium



Síntomas: Después de cumplir una larga condena en una institución psiquiátrica, Thomas Walker (Topher Grace) es liberado con la condición de permanecer bajo arresto domiciliario durante un mes, supervisado por la estricta Oficial Brody (Patricia Clarkson). Entonces, encerrado y totalmente solo en la enorme mansión de sus finados padres, Thomas empieza a percibir extraños sonidos y apariciones que podrían ser de origen sobrenatural, o simples residuos del trauma que lo mandó al hospital años atrás.

Diagnóstico: No voy a contarlas, pero siento que en meses recientes ya vi muchas películas con la premisa de: "¿Serán fantasmas o solo su imaginación?". Supongo que el "zeitgeist" actual está fomentando la producción de historias donde los protagonistas no pueden confiar en el testimonio sus sentidos. Quizás nuestra realidad se está volviendo demasiado extraña para el pensamiento racional; o tal vez existe un temor latente a perder el (ilusorio) control sobre nuestras vidas, cuando los factores externos se vuelven angustiosamente impredecibles.
En fin... cualquiera que sea su origen, Delirium no me pareció ni la mejor ni la peor película donde el terror se basa en cuestionar las experiencias de un protagonista que no sabe si está imaginando cosas, o si realmente hay fantasmas a su alrededor. Lo que Delirium consigue con cierto éxito es encontrar un camino alternativo para resolver el misterio, sin disipar por completo nuestras dudas hasta el absurdo/satisfactorio final.
Y no sé si fue una decisión intencional, pero las prosaicas locaciones y la estéril dirección de Dennis Iliadis (The Last House on the Left) rompen los esquemas del horror gótico que casi siempre asociamos a este tipo de historias, dándole a la película un tono más clínico y cotidiano... como si estuviéramos realmente espiando la dolorosa rehabilitación de un paciente mental atrapado entre sus demonios personales (quizás literales) y su deseo de olvidar el pasado y construir una nueva vida. Y así, en una atmósfera libre de afectaciones estilísticas, las alucinaciones de Thomas se sienten aun más perturbadoras, hasta que el espectador simplemente no sabe dónde termina la realidad y comienza la fantasía.
Topher Grace realiza un sólido trabajo en el papel de Thomas, un individuo arrepentido por los errores de su juventud, que trata de asimilar las fluctuaciones de su percepción utilizando lógica (y fuertes medicamentos) para mantener su psicosis bajo control. Generalmente me gusta este actor por la combinación de sinceridad y cinismo que lo convierte en un interesante "hombre normal en circunstancias extraordinarias". Es una especie de Jason Bateman "lite", apto para interpretar roles moralmente ambiguos que no cualquier actor sería capaz de mantener sin perder la simpatía del espectador.
Por su parte, la gran Patricia Clarkson no tiene mucho que hacer, excepto regurgitar clichés de "policía ruda con corazón de oro"... y a veces sufrir cambios de conducta absolutamente incongruentes que rompen por completo la integridad del personaje. Finalmente, Genesis Rodriguez es la repartidora del mercado local que empieza a desarrollar una tímida amistad con Thomas... hasta que descubre en Wikipedia la razón de su estancia en el hospital psiquiátrico. Su personaje está diseñado como víctima potencial, pero Rodriguez añade un poco de humor y emoción para balancear el sórdido psicodrama de Thomas y sus "daddy issues".
Delirium no es una película muy buena, pero me pareció suficientemente entretenida para darle al director el beneficio de la duda, y asumir que los "errores" fueron audaces estrategias para distinguirla de otros thrillers psicológicos disfrazados de terror (o viceversa, no estoy seguro). Habiendo dicho eso, conviene recordar que Delirium pasó un par de años "enlatada", retrasando varias veces su estreno en cines hasta terminar como un genérico lanzamiento en DVD y VoD, lo cual no refleja gran confianza por parte del estudio Blumhouse (lo cual ya es decir bastante). De todos modos Delirium merece una cauta recomendación por su ingeniosa manipulación de conceptos y situaciones que nos mantienen especulando hasta el final. En una narración tan torcida, el "twist" es menos importante que la intensidad del recorrido.
Calificación: 7.5

IMDb

Monday, June 18, 2018

The Last Scout



Síntomas: La guerra nuclear del año 2065 dejó la Tierra inhabitable, y los escasos sobrevivientes escaparon al espacio en naves de todo tipo para buscar un nuevo planeta apto para la vida humana. Siete años después, la tripulación de la nave Pegasus sigue buscando, pero les queda poco combustible, y aún menos esperanza de encontrar una nueva Tierra.

Diagnóstico: The Last Scout no fue lo que esperaba, lo cual es al mismo tiempo bueno y malo.
Por el lado positivo, las actuaciones y los temas del libreto intentan elevar The Last Scout a la categoría de "ciencia ficción seria"... y hasta cierto punto lo consiguen, ofreciendo una experiencia madura y (casi) inteligente que desafía las expectativas de una simple B-Movie de humilde manufactura y limitada distribución. Por el lado negativo, esa loable ambición de vez en cuando excede la capacidad del director Simon Phillips y del escritor Paul Tanter, tan preocupados por explorar los traumas psicológicos de los personajes que olvidan divertirse un poco con la emoción del viaje espacial y el misterio de lo desconocido, todo lo cual podría existir sin arruinar los aspectos más profundos de la película.
Pero, bueno... como siempre he dicho, prefiero una película (especialmente de ciencia ficción) que tropieza un poco en su esfuerzo por trascender sus límites, en vez de todas aquellas que se conforman con la mediocridad del menor esfuerzo (un ejemplo reciente: Teleios).
Creo que el mayor acierto de The Last Scout fue establecer una interesante dinámica entre la ecléctica tripulación del Pegasus, atrapada en una situación desoladora que exacerba el choque de personalidades mientras enfrentan los impredecibles problemas del viaje espacial, sobre todo porque no fue una expedición bien planeada, sino un esfuerzo desesperado por sobrevivir... no solo individualmente, sino como parte de la especie humana. Sospecho que el origen británico de la película contribuyó al énfasis en el carácter de los personajes, en vez de refugiarse en los vacuos conflictos que tal vez encontraríamos en una obra norteamericana. O quizás ya estoy desarrollando prejuicios (justificados, en mi humilde opinión) contra la técnica de "gritos como sustituto de drama".
Como sea, me gustaron las actuaciones de Simon Phillips (también actuando, además de dirigir) como el afable mecánico que ayuda a mantener la armonía entre tantas voces contradictorias; la de Rebecca Ferdinando, enfermera que no solo funciona como doctor de la nave, sino como "madre postiza" de la pequeña Lila (Mercedes Synodis), una niña que rescataron cuando era bebé, y ha crecido en los confines de la nave; y Blaine Gray en el ingrato papel del capitán Jon, tratando de tomar decisiones racionales que casi siempre terminan en desastre. Su personaje es al mismo tiempo heroico y patético (intencionalmente), lo cual hace el desempeño de Gray más complicado que el de Peter Woodward en el papel de Edward, el villano por default cuyas constantes quejas y recriminaciones hacen más difícil la convivencia a bordo de la nave. Y, aunque es un personaje "invisible", Amanda Lewandowski hace un excelente trabajo como la voz de Pegasus, la inteligencia artificial que controla los sistemas automatizados de la nave. Es como una mezcla de HAL 9000 y Alexa, pero más dócil y realmente útil.
Los efectos especiales no son muy realistas, pero sirven para representar la belleza y soledad del viaje interestelar, así como la precaria situación de la nave Pegasus, a punto de desarmarse por tantos años de uso sin mantenimiento adecuado. Y ciertamente hay algunas escenas al final que pierden fuerza por su apariencia tan artificial, pero bueno... lo importante son las ideas planteadas y el efecto emocional del agridulce desenlace.
Lo cual resume eficientemente The Last Scout: a pesar de sus limitaciones y excesiva ambición, tiene algo que decir, y lo dice bastante bien, al mismo tiempo que nos atrapa en el drama humano de individuos tratando de superar sus diferencias para el bien común. Quizás me hubiera gustado una sensibilidad más "pulp"... pero no puedo culpar al director por tomar la historia en serio. Solo me faltó un poco de "pew, pew" para aligerar la situación.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, June 17, 2018

Los Increíbles 2 (Incredibles 2)



Síntomas: El millonario Winston Deavor (voz de Bob Odenkirk) quiere legalizar las actividades de los "súpers", y organiza una campaña de relaciones públicas enfocada en Elastigirl (voz de Holly Hunter). Esto obliga a Mr. Increíble (voz de Craig T. Nelson) a quedarse en casa cuidando a sus hijos Violet (voz de Sarah Vowell), Dash (voz de Huck Milner) y el bebé Jack-Jack (voz de Eli Fucile), lo cual realmente pondrá a prueba sus poderes paternales.

Diagnóstico: Me resigné a ver la versión doblada al español de Los Increíbles 2 porque la original The Incredibles (2004) es mi película favorita de Pixar, y una de las escasas muestras de cine familiar que está ligeramente más orientado al público adulto... particularmente a "geeks" (como yo) que conocen y disfrutan el mundo de los superhéroes, con todos los clichés y estereotipos que el director Brad Bird supo aprovechar para encontrar el humor y humanidad de una familia extraordinaria en circunstancias ordinarias.
Afortunadamente Bird regresó para crear una secuela al mismo tiempo más madura y más exuberante, enriqueciendo la mitología detrás de los “súpers” que apenas se insinuó en la primera película, e introduciendo un misterioso villano cuyo plan (un poco incongruente, a decir verdad) no solo presentará enormes retos para los héroes, sino para la unión y estabilidad de la familia Parr.
Esto significa que el libreto se siente mejor balanceado entre sus aspectos domésticos y heroicos. La premisa es similar a su predecesora: un miembro de la familia está en apuros, y los demás colaboran para rescatarlo. Sin embargo Los Increíbles 2 añade múltiples niveles temáticos que se sienten más relevantes que nunca, y hacen la cinta más satisfactoria para sensibilidades contemporáneas (en otras palabras: los niños que ya crecieron desde el estreno de la original). Sin embargo Bird no se limita a repetir los éxitos del pasado, ni se sumerge en excesiva nostalgia; en vez de eso nos muestra la evolución natural de una familia muy unida, pero con tensiones internas que no están relacionadas con sus poderes, sino con las dificultades de la convivencia cotidiana que el público podrá asimilar de inmediato.
Y, por el lado heroico, Bird sigue aprovechando sus conocimientos de la cultura “geek” para complicar el argumento (tal vez un poco predecible) con amplias dosis de misterio, tremendas secuencias de acción, y un final lleno de posibilidades para el futuro. Solo espero que ese futuro no tarde otros catorce años en llegar.
Hablando de lo cual, tomé la precaución de ver nuevamente The Incredibles antes del estreno de Los Increíbles 2, y es impresionante el avance tecnológico que Pixar alcanzó en esos catorce años. Confieso que en algunas ocasiones dejé de prestar atención al argumento de la secuela por quedar embelesado con algún "shader" o textura particularmente detallada, y sentí continuos piquetes de "envidia digital" al ver la elegante complejidad de la animación, iluminación, y demás factores que contribuyen al realismo de las imágenes, sin sacrificar la traviesa apariencia de los personajes. Y, bueno, el diseño de producción "retro-futuro" ofrece una refrescante desviación de los fríos hologramas y nano-partículas que ya me hartaron en las películas "normales" de superhéroes.
Hay mucho más que decir, pero es mejor descubrirlo viendo la película. Creo que en cierto nivel disfruté más la original The Incredibles; sin embargo Los Increíbles 2 es una secuela casi perfecta, cuya ambición no le impide recordar lo que hizo memorable a la original. Y estoy seguro de que me gustará más cuando logre escuchar las voces de Holly Hunter, Samuel L. Jackson y Catherine Keener, en vez de sus talentosos (pero inevitablemente apócrifos) reemplazos hispanohablantes.
Calificación: 9

IMDb

Saturday, June 16, 2018

El Habitante



Síntomas: Tres mujeres se infiltran en una mansión para robar, pero encuentran algo más peligroso e inexplicable.

Diagnóstico: Lo que más miedo me dio de El Habitante fue el logotipo de Televisa que aparece al principio; pero afortunadamente no fue el presagio de desastre que yo suponía. Por el contrario, El Habitante resultó ser la mejor película mexicana de terror que he visto en años recientes; y si bien no es difícil ser "la mejor" cuando la competencia incluye chascos como Morgana y La Niña de la Mina, tampoco debemos menospreciar la calidad de la producción, libreto y actuaciones de El Habitante.
Obviamente el director/escritor Guilliermo Amoedo no contó con grandes recursos para filmar esta película; sin embargo supo aprovechar al máximo las locaciones, la sombría cinematografía de Erwin Jaquez, y un excepcional reparto para crear una delirante historia llena de tensión, donde el impacto emocional y visceral se conjuga en una torcida experiencia de terror.
Habiendo dicho eso, conviene advertir que El Habitante no tiene mucha sangre ni efectos especiales. Amoedo sabe que el origen del horror está en nuestras mentes, y por eso se enfoca en el suspenso y el miedo a lo desconocido, utilizando arteramente muchos clichés del género para desafiar nuestras expectativas y llevar la historia por caminos que parecen conocidos, pero se vuelven impredecibles y angustiantes.
En cuanto al libreto, Amoedo tomó prestados elementos de varias películas, lo cual resta un poco de originalidad a la premisa (un ejemplo que no es spoiler: el sonido gutural que produce el niño en la clásica Ju-On). Pero a fin de cuentas estos "préstamos" son piezas fundamentales de un sub-género bien establecido, y están utilizados con suficiente ingenio para validar las decisiones del director y hacer la cinta más accesible y comercial... lo cual no digo como insulto. Y desde luego no revelaré cuál es ese sub-género, pues forma parte de las sorpresas que nos depara El Habitante.
Hablando de sorpresas, las actuaciones suelen ser la falla más común en el cine mexicano de terror, pero en este caso me complace decir que el reparto completo se encuentra a la altura del material, destacando María Evoli y Vanesa Restrepo como dos de las ladronas que se introducen a la misteriosa mansión; y Natasha Cubria en el papel de Tamara, la hija de un senador que se involucra accidentalmente en el robo. En resumen: no hay eslabones débiles ni rastro alguno del "efecto telenovela" que ha arruinado tantas cintas de este estilo (ese era mi temor principal cuando vi el nombre de Televisa).
Por el lado negativo (no podía faltar), la historia se complica más de la cuenta durante el tenso desenlace, hasta el punto de confundir un poco el enfoque de la narrativa. Desde luego es una estrategia intencional para reflejar el trauma psicológico de los personajes (al menos los que siguen vivos), y para contagiarnos la angustia que experimentan cuando la razón y los sentidos pueden traicionarlos en cualquier momento; el problema es que cuando se repite muchas veces el mismo truco tiende a perder efectividad. Pero nada de eso opaca la noble labor de Guillermo Amoedo, su hábil equipo de producción y el comprometido reparto que enfrenta escenas crueles y perturbadoras con absoluta confianza en la integridad artística del relato.
En otras circunstancias diría que El Habitante es una recomendable "B-Movie" para fans del horror que sepan apreciar una producción realizada con más creatividad que dinero. Pero en el contexto del horror mexicano siento que El Habitante es una película de "Lista A" que cualquiera puede disfrutar, lo cual me da mucho gusto y me inspira entusiasmo por el futuro del género. Sé que no durarán mucho esas esperanzas, pero puedo soñar por un momento que el horror mexicano por fin alcanzó la madurez.
Calificación: 9

IMDb

Friday, June 15, 2018

Las Estrellas de Cine Nunca Mueren (Film Stars Don't Die in Liverpool)



Síntomas: Agobiada por una crisis personal, la famosa actriz norteamericana Gloria Grahame (Annette Bening) regresa a la ciudad de Liverpool, donde hace tiempo tuvo un romance con Peter Turner (Jamie Bell), un actor mucho más joven que ella.

Diagnóstico: Desde luego reconozco todas las virtudes que ofrece la película Las Estrellas de Cine Nunca Mueren, desde la devastadora actuación de Annette Bening como una mujer simultáneamente fuerte y vulnerable, hasta el maravilloso diseño de producción que da vida al periodo histórico donde se ubica el relato (fines de los setentas, principios de los ochentas)(Incluyendo una visita al cine para ver Alien). Sin embargo, no puedo negar que el trágico romance entre Gloria Grahame y Peter Turner me pareció un poco aburrido, e insuficiente para sostener mi atención durante casi dos horas de monótonos conflictos provocados por los caprichos de la actriz, la diferencia de edad entre la pareja, y las opiniones de parientes que no aprueban esta inusual relación.
Creo que el problema no radica en la historia misma, sino en la adaptación realizada por Matt Greenhalgh de la autobiografía “Film Stars Don't Die in Liverpool”, escrita por el auténtico Peter Turner. Como ocurre en muchas conversiones de libro a cine, el guionista intentó mantener un balance entre los fundamentos dramáticos y los adornos que los fans del libro probablemente esperaban encontrar en la película. El resultado es una serie de personajes y situaciones redundantes que repiten los mismos puntos y alargan la película sin aportar interés adicional. De hecho, creo que esta historia funcionaría mejor en una forma condensada y por lo tanto más intensa, enfocándose exclusivamente en las contrastantes ideologías de Gloria y Peter (no solo separados por la edad, sino por las culturas donde crecieron), así como sus opuestas posiciones en el mundo de la actuación, con Peter al inicio de una carrera teatral llena de posibilidades, y Gloria al final de la suya, con grandes triunfos en su pasado que no compensan sus decepciones personales.
Todo eso está presente en Las Estrellas de Cine Nunca Mueren; pero se ve interrumpido por sub-tramas de cuestionable relevancia (por ejemplo, el viaje de los padres de Peter), rompiendo el flujo de una historia que ya de por sí tiene dificultades para conservar su enfoque sin diluir el golpe emocional que obviamente nos espera al final del camino.
Annette Bening es la atracción principal, desde luego... una actriz consistentemente excelente, que sin embargo nunca ha alcanzado suficiente reconocimiento por parte de la crítica o del público. Su labor en Las Estrellas de Cine Nunca Mueren confirma su talento (por si hiciera falta), pero no parece ser un proyecto que atraiga la atención de los grandes premios.
En el papel de Peter, Jamie Bell carga sus escenas con adecuado realismo y compasión, obteniendo un arco dramático bastante convincente a pesar de su relativa simplicidad. Finalmente, el director Paul McGuigan (Push, Victor Frankenstein) hace su mejor esfuerzo por mantener la cohesión temática y visual a través de tantos altibajos, y aunque no siempre lo consigue, creo que a fin de cuentas su película sirve como un tributo inesperadamente honesto de Gloria Grahame, humanizándola en los últimos años de su vida, en vez de glamorizar la traicionera gloria de la época dorada de Hollywood. Por eso podría recomendar Las Estrellas de Cine Nunca Mueren, más como lección de historia que como romance. Aunque ya sabemos que las lecciones pueden ser un poco tediosas cuando el maestro no sabe hacerlas ágiles y entretenidas.
Calificación: 7

IMDb

Wednesday, June 13, 2018

The Nanny



Síntomas: Anna Montaner (Schuyler Fisk) necesita trabajar dobles turnos como enfermera para mantener a su hijos. Entonces contrata una niñera llamada Leonor (Jaime Murray), pero los niños sospechan de inmediato que hay algo siniestro en su nueva cuidadora.

Diagnóstico: Supongo que las referencias visuales a Mary Poppins son totalmente intencionales en The Nanny, añadiendo un poco de humor a un desangelado relato de terror que, a pesar de todo, incluye algunas buenas ideas y una deliciosamente perversa actuación de Jaime Murray, cuya amplia experiencia como villana casi rescata la película de su inerte narrativa.
Por su parte, Schuyler Fisk (la hija de Sissy Spacek) incorpora su habitual calidez al papel de Anna, la agobiada madre soltera que siente remordimiento por dejar a sus hijos solos... aunque eso no le impide visitar los bares después de su trabajo como enfermera nocturna. Pero la auténtica protagonista es Jadin Harris, tan eficiente como los adultos en el papel de Noa, la astuta niña cuyas sospechas sobre la niñera podrían ser reales, o tan solo una manifestación de rebeldía pre-adolescente y resentimiento contra una madre que no dedica tiempo suficiente a sus hijos por estar flirteando con el policía Frank (Nick Gomez), tan afable y servicial que solo le falta tener la palabra "víctima" tatuada en la frente.
Por el lado negativo, el horror de The Nanny me pareció bastante anémico; no hay sangre ni grandes niveles de suspenso; los efectos digitales fallan en diseño y ejecución; y la dirección del venezolano Joel Novoa se siente desinteresada, desperdiciando algunos buenos conceptos y un sorpresivo "twist" que hace más complicado el misterio de la "perfecta" niñera, cuya motivación podría ser aún más bizarra de lo que Noa imagina.
La breve duración de The Nanny evita el relleno y mantiene un ritmo ágil que aleja el aburrimiento. Las sinceras actuaciones capturan la atención del espectador, incluso durante los pasajes más inverosímiles de la película... y no solo me refiero al cada vez más descabellado tercer acto, sino a situaciones más mundanas, como una taverna que permite la entrada de niños sin objeción alguna, o la coincidencia de encontrar a la única persona (Nicholas Brendon, más conocido como Xander en Buffy The Vampire Slayer) capaz de entender lo que está pasando en la casa de la familia Montaner.
Con frecuencia me quejo de aquellas películas filmadas en Europa que simulan locaciones americanas, pero en este caso ocurrió lo contrario: debido a la naturaleza del relato, The Nanny hubiera funcionado mejor ubicando su historia en algún país europeo, donde el folclor local justificaría algunos elementos incongruentes de la trama. Eso no resolvería todos sus problemas, pero ayudaría a tragar eventos que se sienten fuera de lugar en el marco cultural de The Nanny.
Generalmente disfruto el uso de leyendas antiguas para inspirar horrores modernos, como hemos visto en recientes obras de “horror folclórico”  (por ejemplo The Ritual, Wildling y Pyewacket). Quienes compartan esa fascinación tal vez lograrán apreciar las modestas virtudes de The Nanny, pero no puedo realmente defenderla como buena película, incluso en el modesto contexto de de las “B-Movies” que tanto me gustan. Habiendo dicho eso... Jaime Murray como “Maligna Mary Poppins” bastó para justificar los ochenta minutos que invertí en esta película.
Calificación: 6

IMDb

Tuesday, June 12, 2018

Unsane



Síntomas: Sawyer Valentini (Claire Foy) sufre ocasionales ataques de pánico debido a una mala experiencia con un "stalker" que la acosó en el pasado. Entonces, después de hablar con una psicóloga, Sawyer es recluida en un hospital psiquiátrico en contra de su voluntad. Y sus problemas apenas empiezan.

Diagnóstico: No quiero psicoanalizar al director Steven Soderbergh, pero una mirada a su filmografía revela que tiene un particular interés (¿obsesión?) con la industria médica, el cual ha expresado en cintas tan variadas como Grey's Anatomy (nada que ver con la popular serie televisiva), Contagion, Side Effects, y ahora Unsane.
De hecho, Unsane podría ser la secuela espiritual de Side Effects; las dos son thrillers de impecable manufactura, pero al mismo tiempo ofrecen mordaces comentarios sobre los riesgos de la medicina motivada por ambición económica, y los conflictos éticos que esto provoca en instituciones antes dedicadas al bienestar de sus clientes, pero que ahora se han transformado en crueles mecanismos para hacer dinero.
Desde luego este mensaje se transmite en el subtexto de Unsane, mientras que la narrativa principal permanece en las horribles experiencias de Sawyer Valentini, involuntariamente recluida en un hospital psiquiátrico para observación durante veinticuatro horas, ya que los expertos creen que podría suicidarse. Sawyer, desde luego, se rehúsa a cooperar y les asegura a doctores y enfermeras que todo es un error, y que fue incorrectamente diagnosticada; pero los empleados del hospital están acostumbrados a ignorar las súplicas de los pacientes... y además, las protestas cada vez más violentas de Sawyer parecen sugerir que, en efecto, necesita ayuda psiquiátrica. ¿Quién tiene la razón? La respuesta es mucho más complicada de lo que suponemos.
Fue un placer descubrir que Unsane representa un regreso al cine independiente y experimental en el que Steven Soderbergh ganó fama al principio de su carrera. Con un presupuesto apenas superior a un millón de dólares, y grabada en iPhones (con monturas para lentes especiales), Unsane aprovecha su cinematografía cruda e improvisada para complementar el trauma mental de Sawyer, enfatizando su confusión y la claustrofobia de los cuartos antisépticos e impersonales que comparte con otros pacientes, algunos afables como Nate (Jay Pharaoh) y otros realmente peligrosos, como Violet (Juno Temple). Sin ser exactamente terror, Unsane nos contagia la paranoia de la protagonista y la enajenación del aislamiento... por no mencionar la creciente incertidumbre sobre la sanidad de la mujer, sobre todo cuando ve cosas que no pueden ser ciertas... ¿o sí? Me encantó la frase con la que Sawyer trata de racionalizar sus ataques de pánico: "Es mi neurosis conspirando con mi imaginación para manifestar mis peores temores". Suena tan racional, y al mismo tiempo como un estridente grito de ayuda.
No conocía bien el trabajo de Claire Foy (no, no he visto The Crown), pero su desempeño en Unsane me pareció simplemente espectacular, balanceándose en la línea invisible entre manía y desesperación, sin traicionar los grandes secretos que nos esperan en el tercer acto de la película. Tal vez en algunos momentos su actuación se acerca a la exageración, pero creo que las circunstancias lo justifican, y hacen más satisfactorio el psicodrama (ja, ja) al centro de la premisa. También merecen mención Amy Irving como la madre de Sawyer, haciendo lo posible por liberar a su hija por la vía legal; y Jay Pharaoh y Juno Temple como pacientes con muy distintas disfunciones y estrategias para soportar su estancia en el hospital.
En resumen, Unsane me pareció un excepcional thriller con valiosas ideas flotando por debajo de su turbulenta superficie, así como un estimulante ejercicio de "cine guerrillero" realizado lejos de la influencia de Hollywood para demostrar una vez más que no hace falta la aprobación ni el dinero de los grandes estudios para crear obras apasionantes (y apasionadas) que merecen nuestra atención, siempre y cuando aceptemos el reto de ver más allá de los "blockbusters" y las estrellas de taquilla. Ya no me voy a burlar del "retiro" de Steven Soderbergh pues, aunque no siempre me gustan sus películas, respeto enormemente su integridad artística y su ambición por extender los límites de mi hobby favorito. No, no los nachos, sino el cine mismo.
Calificación: 9.5

IMDb

Monday, June 11, 2018

No Soy Una Bruja (I Am Not a Witch)



Síntomas: En un pequeño pueblo de Zambia, la niña Shula (Maggie Mulubwa) es acusada de brujería. Y como no puede (o no quiere) demostrar lo contrario, es recluida en un campamento especial donde las brujas permanecen atadas con listones blancos para que no puedan escapar volando.

Diagnóstico: Aunque no es una película de terror, ni contiene elementos sobrenaturales, No Soy Una Bruja podría interesar a algunos fans del género por su fascinante retrato de una cultura donde la brujería es un asunto serio... pero no tan serio como para no poder explotarlo económicamente.
Como ha ocurrido en el pasado y en muchas otras culturas, parecería que las acusaciones de "brujería" sirven en Zambia para quitar del camino a mujeres que interfieren con los planes de algún hombre, o para satisfacer venganzas personales. Quizás reconociendo esta desagradable verdad, las brujas no son torturadas, sino enviadas a campos de detención donde pueden trabajar para beneficio de la comunidad, lo cual puede implicar labores físicas, servir como atracciones turísticas... o utilizar sus "poderes" para ayudar a los políticos de la región. Así, la niña Shula es contratada para señalar al auténtico ladrón en un juicio improvisado; para atraer lluvia y terminar la sequía; e incluso como amuleto humano para aumentar la fama y credibilidad de funcionarios públicos que quieran impresionar a sus colegas.
La directora Rungano Nyoni examina las contradicciones de esta situación con un cierto sentido del humor, pero sin olvidar las atroces injusticias cometidas en regiones donde la tradición toma precedencia sobre la razón y los derechos humanos. Y todo eso bajo los auspicios del gobierno mismo.
Bueno, para ser justos, parece que el gobierno central está en contra del encarcelamiento de brujas; sin embargo el poder mayor reside en los gobiernos locales, donde aún existen líderes tribales con control absoluto sobre los habitantes; y como tampoco hay recursos ni personal para hacer que se cumplan las leyes federales, es más fácil dejar que cada pueblo se auto-gobierne como mejor pueda, creando las descabelladas leyes que, sin mucha averiguación, llevan a la niña Shula (Maggie Mulubwa) al campamento de brujas, donde su corta edad la hace al mismo tiempo más vulnerable, y más valiosa como evidencia de que las brujas están en todos lados, y pueden ser hasta la persona que menos imaginamos. O al menos eso es lo que el Sr. Banda (Henry B.J. Phiri), Ministro de Turismo y Costumbres, quiere que todos sigan creyendo.
Sin embargo, estas complejas dinámicas de poder se manifiestan en la periferia de la historia. La directora se enfoca simplemente en las vivencias diarias de Shula, y deja que el público emita sus propios juicios sobre este abusivo sistema de opresión patriarcal y superstición fuera de control. Para eso, la dirección de Nyoni es simple en su forma, pero rica en significado, capturando momentos casuales que revelan todo lo que necesitamos saber sobre el tratamiento de las brujas, la impotencia del gobierno central, y la influencia de burócratas que manipulan las tradiciones y costumbres para conservar su poder.
Quizás por eso el argumento formal de No Soy Una Bruja resulta un poco difuso y repetitivo... pero a fin de cuentas cumple su misión de integrar la historia de una "bruja" individual al más amplio contexto social, político y cultural que permite este tipo de injusticias en pleno siglo veintiuno. Así, Nyoni imparte una dura lección antropológica disfrazada de sátira que es al mismo tiempo sutil y contundente. Debe ser una bruja. O tan solo una audaz cineasta con una mente independiente y mucho que decir. Desafortunadamente ambas cosas son sinónimos en algunas culturas.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, June 10, 2018

Cada Día (Every Day)



Síntomas: La joven Rhiannon (Angourie Rice) se enamora de alguien (o algo) que cambia de cuerpo todos los días, lo cual complica bastante su vida; pero al mismo tiempo le enseña el potencial de una relación romántica sincera y balanceada.

Diagnóstico: Mi aversión al cine romántico generalmente me aleja de películas como Cada Día, pero en esta ocasión me dio curiosidad su inusual premisa, salpicada con leves toques de ciencia ficción que, si bien nunca se exploran satisfactoriamente, al menos añaden un poco de misterio y profundidad emocional a lo que de otro modo sería un rutinario y tedioso romance adolescente.
Rhiannon es una joven normal y razonablemente feliz, con un novio funcional pero a veces indiferente. Entonces, en circunstancias demasiado complicadas para explicar, Rhiannon conoce a una extraña entidad llamada "A" (interpretada por múltiples actores) que despierta cada día ocupando el cuerpo de una persona distinta, geográficamente cercana al cuerpo del día anterior. Entonces Rhiannon y A desarrollan un insólito romance que no solo les ayuda a madurar, sino que explora la fluidez de la sexualidad (dentro de los límites de la clasificación PG-13, desde luego) y la universalidad del amor, no como la abstracción cursi y unidimensional del cine romántico, sino como parte esencial e impredecible de la experiencia humana.
La joven actriz Angourie Rice (quien se robó la película The Nice Guys bajo las narices mismas de Russell Crowe y Ryan Gosling) se revela como una talentosa protagonista, natural y sincera, cuya expresividad trasciende las inevitables limitaciones dramáticas de Cada Día (basada en la novela Every Day de David Levithan). Ojalá Rice encuentre proyectos futuros en géneros más ambiciosos, donde pueda explotar ese talento, en vez de refugiarse en el ingrato mundo de las "chick flicks" (no lo digo como insulto)(bueno, tal vez un poco).
Con tantas encarnaciones de A, no queda mucho tiempo para dedicar a los personajes secundarios, aunque Maria Bello y Debbie Ryan tienen algunas escenas simpáticas como la madre y hermana (respectivamente) de Rhiannon, cuya extraña aventura empieza a causar preocupación en el hogar, ya de por sí tenso por una Tragedia del Pasado© (la cual, por cierto, parece que conducirá a una revelación sorpresiva sobre la naturaleza de A, pero resulta ser una falsa alarma, y solo sirve para darle un poco de textura a la insípida vida doméstica de Rhiannon).
Por el lado "serio", Cada Día incluye provocativas discusiones sobre la ética de "tomar prestados" cuerpos ajenos para mejorar sus vidas... ¿tiene A el derecho a proporcionar ayuda que nadie le pidió? ¿O es mejor respetar las decisiones de los demás, incluso si terminarán en tragedia? Desafortunadamente no hay tiempo para reflexionar sobre tales cuestiones, ya que el romance tiene prioridad y el director Michael Sucsy necesita encontrar un final que resuelva los imposibles retos que enfrenta la pareja, y al mismo tiempo imparta las lecciones necesarias para respaldar su mensaje de respeto y tolerancia. A fin de cuentas creo que lo consigue, pero me hubiera gustado encontrar más respuestas a las grandes preguntas que plantea Cada Día, en vez de reducir todo ese potencial filosófico a una amable pero superficial telenovela adolescente.
De cualquier modo Cada Día merece una recomendación por su ambición ideológica, su importante mensaje, y porque el romance funciona por sí mismo... aunque confieso que no soy la persona ideal para evaluar este aspecto de la cinta. Pero el simple hecho de que me haya mantenido despierto hasta el final (cuando otros romances me duermen casi de inmediato) me hizo admirar lo que lograron Michael Sucsy y su capaz elenco. O tal vez ya estoy viejo y mi corazón se está reblandeciendo un poco. Debe ser por toda la comida chatarra que consumo.
Calificación: 8

IMDb

Saturday, June 9, 2018

Ocean's 8: Las Estafadoras (Ocean's Eight)



Síntomas: Debbie Ocean (Sandra Bullock) sale de presidio con un detallado plan para robar un collar de diamantes que resolverá sus problemas económicos para siempre. Pero antes deberá formar un equipo confiable y talentoso, lo cual no es tan fácil como parece.

Diagnóstico: Ocean's 8: Las Estafadoras es la encarnación viviente de la palabra "meh"... un rutinario argumento filmado sin convicción ni energía, con el mínimo humor para provocar un par de sonrisas y convencernos de que no perdimos nuestro tiempo. El impresionante reparto hace lo que puede para salvar el material, pero solo les dieron clichés copiados de mejores "heist movies"... como la original Ocean's Eleven (bueno, no es tan original porque me refiero al remake del 2001), la cual sirvió como inspiración y preludio de Ocean's 8: Las Estafadoras.
Voy a echarle la culpa de este fiasco al director/co-guionista Gary Ross, quien ha mostrado su blanda visión en cintas como Pleasantville y The Hunger Games, ambas igualmente libres de personalidad, pero con suficientes valores narrativos para atrapar la atención del espectador. En Ocean's 8: Las Estafadoras, el único recurso de Ross es la presencia de Sandra Bullock, Cate Blanchett, Sarah Paulson, Anne Hathaway, Rhianna, Awkwafina, Helena Bonham Carter, y Mindy Kaling para distraernos durante el desganado desarrollo de un "gran golpe" que debería inspirar asombro, en vez de bostezos.
Y ni siquiera es un "golpe" particularmente ingenioso, ya que requiere enormes coincidencias y forzadas manipulaciones de eventos absolutamente inverosímiles. Claro, se supone que Debbie Ocean tuvo cinco años para diseñar el plan mientras estaba en presidio, pero eso no explica cómo puede ajustar la realidad para su beneficio personal. Tal vez pasó esos cinco años estudiando magia, o algo así.
Algunos ejemplos: el plan de Debbie requiere que una de sus secuaces consiga empleo en la revista Vogue, lo cual aparentemente es tan fácil como presentarse y decir "Necesitan una nueva empleada, y soy yo". Perfecto. Y también hace falta que una de las actrices más famosas del mundo acepte ir acompañada a la fiesta más glamorosa del mundo con un fulano que acaba de conocer hace dos días. Y, bueno... así procede la película, con obstáculos artificiales que se resuelven instantáneamente por capricho del libreto, y no porque los personajes muestren excepcional aptitud para llevar a cabo el robo.
Por el lado positivo tenemos al mencionado elenco, aunque tampoco comparten mucha química ni chispeante interacción. Las únicas que exhiben una relación convincente son Sandra Bullock y Cate Blanchett, pues se supone que son grandes amigas, aunque sus actuaciones no siempre lo reflejan. Mindy Kaling tiene un par de momentos simpáticos como la experta en joyas; se me ocurre que si le hubieran permitido re-escribir el libreto, tal vez Ocean's 8: Las Estafadoras funcionaría mejor como comedia. Helena Bonham Carter es la diseñadora de modas que acepta participar en el robo porque está en bancarrota; su actuación "cómica" es atroz, pero no perjudica la película porque no hay nada realmente bueno que pudiera arruinarse. Rihanna es la hacker que resuelve los requerimientos técnicos del plan (también con magia, para ahorrar tiempo). Awkwafina es la irreverente ladrona "cool" que roba relojes sin que la gente se de cuenta; y Sarah Paulson es la perfecta madre de familia suburbana con múltiples contactos criminales para vender el botín... si es que tienen éxito en su plan (estoy tratando de mantener el suspenso, aunque sabemos de antemano que habrá traiciones, sorpresas y "twists" para demostrar que Debbie no siempre tiene las cosas bajo control). Curiosamente, quien mejor impresión deja (en mi humilide opinión) es Anne Hathaway en el papel de Daphne Kluger, la neurótica e insegura actriz que ni siquiera forma parte del equipo, aunque es indispensable para ganar acceso al sitio donde estarán las joyas que Debbie quiere robar.
Lo cual nos lleva a la "Gala del Met" (el Museo Metropolitano de Nueva York), un fastuoso evento que atrae un gran número de celebridades en breves cameos que, como todo lo demás en esta película, tampoco resultan relevantes ni creativos. Desde Anna Wintour hasta Heidi Klum, muchos rostros famosos desfilan sin gran chiste ni utilidad. Y, como muchos proceden del mundo de la moda, estoy seguro de que no reconocí a la mayoría (pero eso es mi culpa, desde luego).
Por mucho euro-jazz que Gary Ross incorpore a la banda sonora, su estilo de dirección jamás alcanza el estilo "cool" de Steven Soderbergh, que fue básicamente lo que elevó Ocean's Eleven por encima de su mediano material. Y sin esa inefable cualidad, Ocean's 8: Las Estafadoras termina como empezó: con buenas intenciones y un entusiasta reparto, pero sin crear una experiencia memorable para el espectador. Es una lástima, ya que tenían todos los ingredientes necesarios; sin embargo le faltó inspiración a la receta. El plato no es malo; solo insípido.
Calificación: 6.5

IMDb

Friday, June 8, 2018

El Legado del Diablo (Hereditary)



Síntomas: Después del fallecimiento de su anciana madre, se revelan secretos familiares que afectan gravemente a Annie Graham (Toni Collette) y sus hijos adolescentes Peter (Alex Wolff) y Charlie (Milly Shapiro).

Diagnóstico: Desafiando los estereotipos del horror comercial y estableciendo sus propias reglas, El Legado del Diablo (uf... otro triunfo del Maestro Traductor) se siente al mismo tiempo clásica y contemporánea, con una atmósfera "retro" que evoca el cine de los años setentas, y una potente temática enfocada en la fragmentación familiar del nuevo siglo. En resumen: una impresionante experiencia cinematográfica con algunos leves tropiezos, pero llena de suspenso y momentos de genuino terror que permanecerán largo tiempo en mi memoria.
Sin embargo, al igual que ocurrió con algunas célebres obras setenteras, El Legado del Diablo se extiende más de la cuenta, y su argumento da muchas vueltas antes de llegar a un final melodramático que explica demasiado, a pesar de que ya nos había proporcionado todas las pistas necesarias para sacar nuestras propias conclusiones. No sé... tal vez alguien se quejó en los "test screenings", y el director Ari Aster decidió añadir un breve monólogo al final que desinfla un poco el misterio y reduce el impacto de las revelaciones que venían gestándose desde el principio de la película. Como sea, El Legado del Diablo sería mejor si hubiera terminado un minuto antes.
Afortunadamente es un problema menor que no reduce las virtudes de este devastador drama doméstico, el cual toma emociones "normales" (como dolor y culpa) y las exprime hasta convertirlas en locura y paranoia de angustiosa intensidad. Así, con excelentes actuaciones y una dirección metódica y segura, el realizador Ari Aster nos atrapa en el colapso psicológico de los Graham, el cual resulta interesante incluso antes de las sutiles manifestaciones sobrenaturales... que también podrían ser consecuencias del trauma emocional de Annie, pues su familia materna tiene una complicada historia de problemas mentales que siembran graves dudas sobre su estabilidad y su conexión con la realidad.
Toni Collette tiene experiencia en papeles de este tipo (recuerdo en particular la menospreciada serie The United States of Tara), y construye un personaje excéntrico pero racional que conserva la integridad hasta en sus más extremas escenas. Milly Shapiro inspira simultáneamente compasión e inquietud por el extraño comportamiento de Charlie, la hija menor que tenía una fuerte conexión con la abuela fallecida. Alex Wolff es Peter, el hijo mayor, preocupado por sus propios asuntos hasta que la tragedia cambió su vida; y el gran Gabriel Byrne se une al tradicional gremio de padres de familia escépticos que se niegan a reconocer el peligro hasta que es demasiado tarde. Quizás ese sea el único estereotipo que se permite El Legado del Diablo, pero está bien justificado por sus consecuencias finales. Bueno... también está el inevitable "perro víctima", que en este caso me pareció absolutamente innecesario, tanto para el drama como para el horror.
Entonces, con geniales actuaciones, impresionante cinematografía y crispante diseño de sonido, El Legado del Diablo podría ser una de las mejores películas de terror del año, y un auspicioso debut del director Ari Aster, quien tomó inspiración del pasado (concretamente de obras como Rosemary's Baby, The Wicker Man, y Don's Look Now) para forjar un estilo moderno y cerebral, muy distinto de los éxitos populares que ya se convirtieron en clichés (como The Conjuring y sus imitadoras). Y todo esto respaldado por una sólida base psicológica para añadir contexto "real" a los fenómenos de incierto origen. Después de tantos mediocres estrenos de terror, ya hacía falta descubrir una "joya oculta" que, con suerte, no permanecerá oculta durante mucho tiempo.
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, June 6, 2018

Cargo



Síntomas: Después de una epidemia zombie en Australia, los escasos sobrevivientes abandonaron las ciudades para buscar refugio en el árido "outback". Andy (Martin Freeman), su esposa Kay (Susie Porter) y su bebé encontraron un bote y se han mantenido en la relativa seguridad de un río, pero las esperanzas de encontrar alimento o refugio disminuyen cada día...

Diagnóstico: Después de tantos años de reciclar los mismos clichés, el cine de zombies está experimentando un renacimiento en este nuevo siglo... o, mejor dicho, una "resurrección" (ja, ja) que nos invita a reflexionar sobre los nuevos retos sociales y políticos del mundo real, cada vez más cercano a las imaginarias distopias donde tradicionalmente se ubicaban estas historias.
Este nuevo "ciclo zombie" ha generado obras como The Girl With All the Gifts, Train to Busan y I Am a Hero, las cuales trascienden el simple "gore" para explorar situaciones más profundas y relevantes, incluyendo las crisis de refugiados, el fascismo gubernamental, y el racismo (cierto, George A. Romero ya había cubierto algunos de estos temas hace cincuenta años, pero se han agudizado tanto que merecen una segunda mirada a través del filtro del cine fantástico). Y ahora, la película Cargo (otra "Original de Netflix") nos lleva al desierto australiano para encontrar una interesante perspectiva dramática y cultural que, sin embargo, conduce a la moraleja que ya conocemos de memoria: no importa la ubicación geográfica, el peor monstruo siempre será el hombre.
Los directores Ben Howling y Yolanda Ramke utilizan una variedad de elementos prestados de cintas como The Road y Viral, pero añadiendo suficiente carácter y referencias históricas para establecer una identidad muy particular. Para empezar, la presencia de un bebé introduce un cambio fundamental en la actitud de los protagonistas, dispuestos a todo para garantizar la supervivencia de su hija, incluso si deben arriesgar sus vidas individuales. Y este factor también altera el tono y consecuencias de ciertas amenazas que los acechan durante su desoladora cruzada, con algunas devastadoras metáforas (bastante directas, ahora que lo pienso) sobre los abusos cometidos en el pasado contra las tribus nativas de Australia.
Esta variedad de conflictos y situaciones logran que Cargo parezca innovadora en su particular subgénero; y además, está apoyada por excelentes actuaciones que hacen más impactante el horror de este agonizante mundo, acentuando nuestra angustia con cada decisión (mala o buena) que toma Andy para mantener segura a su hija.
Por su parte, los directores Howling y Ramke se alejan de los arquetipos del horror para adoptar la sobriedad de un auténtico drama familiar, donde los obstáculos son por igual externos e internos, reflejando la inseguridad de los padres que inevitablemente cometerán errores a pesar de sus nobles intenciones. Y, desde luego, esos obstáculos también representan los múltiples vicios de una humanidad doblemente cruel e intolerante durante una crisis mundial.
Por el lado negativo, la gran misión de Andy (encontrar refugio seguro para el bebé) se desarrolla con cierta arbitrariedad que impide examinar con mayor detalle algunos fascinantes eventos e individuos que encuentran en su desesperada peregrinación. A veces parece que todo está conectándose de manera lógica y satisfactoria, pero una y otra vez los directores cambian de opinión y divagan sin rumbo, hasta que por fin encuentran un desenlace adecuado, pero un poco artificial que pudo ser más consistente con los valiosos mensajes de la cinta.
De cualquier modo Cargo me pareció una recomendable fusión de drama y horror con excepcional ambición artística y narrativa. En el contexto del cine "neo-zombie", la ubicaría más o menos al nivel de Seoul Station, y por arriba de Here Alone. Y lo mejor es que logra todo eso sin recurrir a sobresaltos, manipulación sentimental, y sin utilizar una sola vez la palabra "zombie".
Calificación: 8

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