Sunday, December 31, 2017

El Gran Showman (The Greatest Showman)



Síntomas: Cuando es despedido de su empleo como oficinista, Phineas Taylor Barnum (Hugh Jackman) decide seguir sus sueños, y funda un museo de "curiosidades" en Nueva York... el cual es un fracaso. Pero de ese tropiezo recibe la chispa de inspiración para crear uno de los circos más famosos del mundo.

Diagnóstico: Este es el problema que tengo con los musicales: siempre que la historia empieza a ponerse interesante, la interrumpen con una canción que me "saca" de la película porque se siente como una desviación forzada, en vez de integrarse orgánicamente a la narrativa.
Desde luego hay excepciones. The Last 5 Years es un buen ejemplo de una historia contada por medio de canciones. También tenemos el sub-género de "ópera rock", donde la música reemplaza a los diálogos (como en Jesus Christ Superstar, Tommy, etc.) Y, finalmente, mis favoritas son las cintas musicales ubicadas en un entorno teatral (o relativo al espectáculo), donde la inclusión de canciones es lógica y realista; por ejemplo: Phantom of the Paradise, The Commitments, y School of Rock.
Para bien o para mal, El Gran Showman es uno de esos musicales donde las canciones interrumpen la historia justo cuando se pone interesante. Y otro problema fue que tampoco me pareció particularmente interesante. Pero trataré de mantener una mente abierta, considerando que una cinta musical no debería juzgarse por su argumento, sino por la música.
En ese aspecto, El Gran Showman cumple parcialmente lo que promete. Las canciones (compuestas por Benj Passek y Justin Paul) son un poco genéricas, pero la vivaz dirección de Michael Gracey y el contagioso entusiasmo del elenco cubren las debilidades de la partitura y nos ofrecen un espectáculo vistoso con buenas voces y dinámica coreografía para disimular los clichés, así como el casi escandaloso "ret-con" que transforma a P.T. Barnum en un afable filántropo, en vez de un monstruo que explotaba a sus "freaks" y maltrataba animales para diversión del público.
Pero, bueno... supongo que una "bio-pic" realista de P.T. Barnum hubiera sido deprimente, y nadie quiere pensar en eso (el auténtico circo Barnum & Bailey cerró a principios del 2017, después de años de boicots y demandas).
Afortunadamente es muy fácil tragar las fantasías de El Gran Showman gracias al genial Hugh Jackman, quien regresa a sus raíces musicales para demostrar su talento como genuino "showman", capaz de hipnotizarnos con su carisma de estrella de cine, ya sea que esté actuando, cantando, bailando, o todo al mismo tiempo.
En el elenco secundario destacan Michelle Williams como la sufrida esposa de Barnum; Keala Settle como la "Mujer Barbuda"; Zendaya como la trapecista que desafía la intolerancia de la sociedad; y Zac Efron como un reconocido dramaturgo que podría añadir clase al circo de Barnum, para atraer un público más exclusivo. Con frecuencia me quejo de las actuaciones de Zac Efron, pero debo reconocer que me gustó su trabajo en un entorno musical. No sé por qué no lo había hecho antes (es broma... por favor no me envíen enlaces a los números de High School Musical).
Los tres números musicales que más me gustaron fueron: el dueto romántico aéreo (lo reconocerán cuando lo vean); el manifiesto "freak" con el que El Gran Showman intenta ganar conciencia social para que el resto del "show" no se sienta tan frívolo; y la primera canción interpretada por Rebecca Ferguson... con la voz de una cantante semi-desconocida llamada Loren Allred, lo cual parece un engaño digno de P.T. Barnum mismo... o quizás sea un recordatorio de que no importa el método, siempre y cuando el público se divierta. Como sea, la escena funciona.
En el balance final, El Gran Showman me pareció un musical mediano, tan solo redimido por el excepcional desempeño de su elenco. Pero desde luego los aficionados al cine musical podrían tener una opinión distinta (y los que pensaron que La La Land fue demasiado blanda, no han visto nada). En lo personal, vi cantar a Wolverine, y eso bastó para salir satisfecho del cine. La nueva sensación de respeto por Zac Efron fue un beneficio adicional, que probablemente habré olvidado cuando llegue su siguiente comedia vulgar.
Calificación: 8

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Saturday, December 30, 2017

Soy Héroe (I Am a Hero)



Síntomas: El dibujante de manga Hideo Suzuki (Yô Ôizumi) tiene muchos problemas en su vida, pero nada se compara con lo que enfrentará cuando una epidemia de zombies se declara en la ciudad de Tokio.

Diagnóstico: A lo largo de los años Japón ha producido algunas bizarras y extremas películas de zombies (entre mis favoritas: Versus, Wild Zero y The Happiness of the Katakuris), pero me atrevería a decir que ninguna había sido tan ambiciosa en el plano visual y narrativo como Soy Héroe, la cual conjuga efectos prácticos y digitales para mostrar épicas escenas de devastación urbana y algunas de las más sangrientas muertes que he visto en este género; pero al mismo tiempo tiene cuidado de mantener el arco dramático del protagonista en primer plano, siguiendo su evolución de un "otaku" inmaduro al supuesto héroe que proclama el título de la película.
El director Shinsuke Sato sabe que los zombies ya están muy vistos, y será difícil que asusten al público con los mismos trucos de siempre. Entonces, tomando la pauta de algunas de las mejores cintas del género (como Day of the Dead y Shaun of the Dead), Sato restaura algo que normalmente se pierde en la transformación a muerto viviente: la humanidad de las víctimas. Los zombies de Soy Héroe pueden hablar, y mantienen cierta conciencia que los hace repetir sus rutinas cotidianas de manera obsesiva e irracional. Eso crea momentos de humor y surrealismo, pero también añade una terrible melancolía a los zombies, pues podemos reconocerlos como los humanos que fueron, en vez de convertirse en simples monstruos anónimos listos para recibir su "headshot".
Y vaya que veremos "headshots". Como dije, los efectos de Soy Héroe son un placer para los sentidos (o una tortura para la gente que no tolere las películas de terror... pero en ese caso, ¿por qué entraron a ver una cinta de zombies?) La cinta derrama abundante sangre, se regodea en grotescas muertes, y diseña un "look" muy creativo para las víctimas, cuyos síntomas progresan hasta deformarlos de exóticas maneras, logrando un efecto perturbador y repulsivo... pero no exento de cierta inhumana belleza.
Y, como respiro entre ataques y escapes, presenciamos el desarrollo de Hideo Suzuki (Yô Ôizumi), dócil asistente en una editorial de manga que nunca cumplió sus sueños de convertirse en estrella del medio. Su vida personal es patética, y hasta sus mejores (únicos) amigos se burlan de su apocada actitud. Entonces se desata la epidemia zombie y, más por accidente que por auténtico heroísmo, Hideo salva a una niña llamada Hiromi (Kasumi Arimura), lo cual inicia una cadena de eventos que los llevan a un centro comercial donde un grupo de sobrevivientes encontró refugio (exactamente igual que en Dawn of the Dead, pero totalmente distinto). Y aquí es donde Soy Héroe retoma otro concepto clásico del horror: ¿quiénes son los monstruos reales... los zombies o los humanos que abusan de los demás para garantizar su propia supervivencia?
Mi única queja con Soy Héroe es que, con dos horas de duración, se siente excesivamente larga, tomando múltiples pausas que reiteran, una y otra vez, las inseguridades de Hideo y su temor a "crecer" en todos los sentidos... como persona, como artista, y como el incipiente "héroe" que idealiza en todos sus comics. Desde luego estoy a favor de un personaje multidimensional y bien definido... pero me llegaron a cansar las monótonas introspecciones de Hideo y sus pusilánimes expresiones de auto-compasión.
Afortunadamente el tercer acto de Soy Héroe salva la situación con una larga secuencia de acción que no se detiene hasta el satisfactorio final (un poco agridulce), el cual me dejó con una sonrisa, y con la seguridad de que acababa de presenciar una de las más ingeniosas cintas de zombies en mucho tiempo. Bueno, al menos en algunos meses... después de todo, este año también nos trajo It Stains the Sands Red, The Girl With All the Gifts, y Seoul Station. En resumen, Soy Héroe fue el excelente cierre de un año muy favorable para los zombies, demostrando que la saturación puede tomarse como reto creativo para inyectar nueva vida (ja, ja) en estas trágicas criaturas. Y para separarlos de sus cabezas por todos los métodos posibles.
Calificación: 9

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Friday, December 29, 2017

El Implacable (The Foreigner)



Síntomas: Después de perder a su hija en un ataque terrorista en Londres, Quan Minh (Jackie Chan) busca desesperadamente a los culpables, al mismo tiempo que presiona al Sub-Ministro irlandés Liam Hennessy (Pierce Brosnan) para que investigue entre sus antiguos contactos en el IRA.

Diagnóstico: Antes que nada, una advertencia muy importante: El Implacable no es una película DE Jackie Chan, sino una película CON Jackie Chan. Esto significa que El Implacable no es la típica cinta de aventuras donde Chan hace chistes y nos deleita con sus exageradas acrobacias, "stunts" y coreografías de artes marciales. En vez de eso, El Implacable es un tenso thriller político enfocado en las turbulentas relaciones entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña, donde el frágil proceso diplomático que ha mantenido la paz está en peligro de colapsar, regresando a la horrible violencia y asesinatos que atormentaron esa región durante el siglo veinte. Y, bueno, la cinta ciertamente incluye algunas peleas donde Chan luce su habilidad (aún impresionante a los 63 años de edad), pero nunca son el punto central de la película, sino una consecuencia de los trágicos eventos que comienzan con una bomba en las calles de Londres.
Quizás me equivoco, pero creo que El Implacable también ofrece la primera actuación "seria" de Jackie Chan en una película rodada en inglés (aunque está co-producida por varios estudios chinos)... y debo decir que su desempeño me pareció excelente. Probablemente no ganará premios (sobre todo con ese acento que dificulta entender sus parlamentos), pero su interpretación de un hombre devastado por la pérdida de su hija y empeñado en castigar personalmente a los culpables, trasciende el popular cliché de "padre en busca de venganza" que hemos visto en tantos thrillers genéricos de bajo presupuesto. Su actuación es honesta y conmovedora, incluso cuando sus métodos se vuelven tan extremos que se acercan peligrosamente a la brutalidad de los actos terroristas que cometen "los malos". Pero, como dije, El Implacable no es una cinta con la violencia prefabricada de algún clon de Taken, sino un relato con raíces complicadas, donde la ideología es más peligrosa que las explosiones (al menos metafóricamente).
En el papel del ex-terrorista convertido en burócrata, Pierce Brosnan aprovecha su edad y herencia irlandesa (incluyendo el acento real que muy rara vez lo dejan usar en sus películas) para crear un personaje interesante y realista, dividido entre la lealtad a su pueblo y las duras realidades de la política moderna. Todos quieren la paz, pero nadie está de acuerdo sobre el método adecuado para conseguirla. Unos se inclinan por represión... otros por bombas.
Imagino que esa provocativa ambigüedad moral proviene del libro The Chinaman (escrito por Stephen Leather) en el que se basa El Implacable. Y, como ha ocurrido en otras adaptaciones literarias, el libreto de esta película sufre de personajes excesivos, sub-tramas intrascendentes, y eventos confusos que debieron explicarse mejor (en todo caso sugiero una visita a Wikipedia antes de ver El Implacable, para llenar los huecos en la escabrosa historia del IRA).
Sin embargo, por imperfecto que sea el resultado final, El Implacable me pareció una experiencia fascinante, bien balanceada, y con el adorno adicional de Jackie Chan luciendo su talento dramático a la par de su legendaria habilidad como artista marcial. Pierce Brosnan merece igual aplauso por una valerosa interpretación que simultáneamente honra y critica a su natal Irlanda. Y, finalmente, también merece mención el veterano director Martin Campbell, redimiéndose por Green Lantern y recordándonos que su fuerte son las historias con carácter, y no los efectos especiales. Ojalá tenga más oportunidades de seguir su vocación.
Calificación: 8.5

IMDb

Thursday, December 28, 2017

Blade of the Immortal (Mugen no Jûnin)



Síntomas: El samurái renegado Manji (Takuya Kimura) cometió atroces crímenes para vengar la muerte de su hermana, y fue castigado con una maldición que lo hizo inmortal. Y ahora, muchos años después, Manji es contratado como guardaespaldas de Rin Asano (Hana Sugisaki), una niña en busca de venganza por la muerte de sus padres.

Diagnóstico: Para su centésima película (la primera fue en 1991... ¡lo cual da un promedio de 3.8 películas por año!), el aclamado director japonés Takashi Miike regresa al cine "chambara" (de samuráis), adaptando un inmensamente popular manga cuya longevidad rivaliza la trayectoria del director. Y no sé si habrá sido una feliz coincidencia o una decisión intencional, pero en muchos aspectos Blade of the Immortal podría verse como una metáfora de la carrera de Miike, llena de altibajos, y con una promesa de vida eterna que parece apropiada para este prolífico e incansable cineasta. No por nada el samurái Manji tiene el apodo de "el asesino de 100". Pero, bueno... de las cien películas de Miike, cuando mucho habré visto un diez por ciento (mis favoritas son Ichi the Killer, Visitor Q, y Audition), así que será mejor dejar el análisis simbólico en manos de expertos especializados en la filmografía del director.
Pasando al tema relevante, Blade of the Immortal tal vez sea auto-indulgente y demasiado larga (dos horas y veinte minutos), pero me pareció una estrategia apropiada para enfatizar el cansancio del protagonista, cuya inmortalidad no fue una recompensa, sino una dura lección moral acarreada por su ciega obsesión con la venganza. Y ahora, su nueva misión como protector de una niña con similar obstinación despierta recuerdos que lo obligan a reflexionar sobre su pasado, presente e incierto futuro, pues finalmente encontró al oponente que podría matarlo y terminar su tortura.
Al mismo tiempo, Blade of the Immortal presenta una interesante lección histórica sobre la disciplina samurái, que estaba dividida en "escuelas" rivales con distintos estilos, hasta que se volvió obsoleta por la insistencia del "shogunato" en desarrollar métodos más contundentes para imponer la ley y controlar a la población (incluyendo el uso de armas de fuego).
Pero, en su aspecto más simple (y divertido), Blade of the Immortal es una serie de brutales combates donde se derrama tanta sangre que llega a crear ríos literales del líquido. ¿Mencioné que Manji es "el asesino de los 100"? Debería añadir que a veces esos cien oponentes atacan al mismo tiempo.
Lo cual nos lleva al único aspecto negativo de Blade of the Immortal: la coreografía de combate. Desde luego, tratándose de Miike, podemos asumir que las peleas serán vibrantes y dinámicas, con chorros de sangre, miembros cercenados, y dolorosas decisiones de ambigua moralidad. Sin embargo, para disimular la incongruencia de un hombre luchando contra múltiples enemigos (a veces decenas), Miike recurre al "shaky cam" y ángulos demasiado cerrados, lo cual hace confusas las peleas y reduce la intensidad de la violencia. Y tampoco hay tanta sangre como uno esperaría con tantas heridas de espada y armas blancas que Manji utiliza con feroz precisión. Sí, a pesar del mencionado "río de sangre", me pareció que no hay suficiente "gore". Pero, bueno, esa fue simplemente mi percepción personal... después de todo, el punto de la película no es la violencia, sino la evolución psicológica del protagonista y su relación con su protegida Rin (Hana Sugisaki), así como la rivalidad con Anotsu Kagehisa (Sôta Fukushi), un joven guerrero con prodigiosa habilidad que decidió unificar las Escuelas de artes marciales bajo un inflexible criterio que rompe las tradiciones milenarias.
Sin embargo, incluso con esas molestas tomas cerradas y erráticos movimientos de cámara, Blade of the Immortal me pareció una película muy recomendable gracias a su enorme belleza visual, sólido impacto visceral y adecuado flujo narrativo, respaldando su filosofía con delirantes secuencias de acción de principio a fin que no opacan los detalles de las actuaciones ni las meditaciones sobre los beneficios y desventajas de la vida eterna... sobre todo cuando está dedicada a la venganza. Siempre conviene mantener un sano balance, como bien sabe Takashi Miike. Veremos cuántos años tarda en completar sus siguientes cien películas.
Calificación: 8.5

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Wednesday, December 27, 2017

Crooked House



Síntomas: El detective privado Charles Hayward (Max Irons) es contratado para investigar la muerte del magnate hotelero Aristide Leonidas. Pero su misión se verá complicada por la influencia de la poderosa familia del millonario.

Diagnóstico: Dos películas en el mismo año basadas en libros de Agatha Christie. No sé si habrá sido coincidencia o señal del redescubrimiento de esta venerable autora, pero como sea me dio gusto confirmar que su prosa sigue vigente tantas décadas después de su creación. Aunque hagan falta algunos cambios, como podemos ver en Crooked House.
A diferencia de la reciente Murder on the Orient Express, esta versión cinematográfica de Crooked House introduce algunas diferencias sobre el libro, pero solo en aspectos superficiales que refuerzan la sensación de misterio y paranoia, sin alterar la trama principal. Lo cual podría ser una falla o un acierto, según criterio de cada espectador.
El director Gilles Paquet-Brenner (Walled In) armó un interesante elenco que se divierte dando vida a los excéntricos habitantes de la "casa torcida", todos ellos posibles sospechosos en el asesinato del patriarca cuya vida personal ocultaba algunos graves secretos.
Así tenemos a la joven viuda Brenda (Christina Hendricks), ex-bailarina de Las Vegas que nunca encajó en la sociedad de Londres; el hijo mayor Philip (Julian Sands), enojado porque su padre cedió control de sus negocios al hijo menor Roger (Christian McKay); Magda (Gillian Anderson) es la esposa de Roger, una actriz mediocre que quiere el dinero de la familia para convertirse en estrella de cine; Sophia (Stefanie Martini), la nieta de Aristide, decidió contratar a su antiguo novio Charles (Max Irons) para investigar el asesinato antes de que el Inspector Taverner (Terence Stamp) de Scotland Yard y la prensa se vean involucrados en el sensible asunto familiar. Y la llegada de Charles despierta la imaginación de la niña Josephine (Honor Kneafsey), fanática de las novelas de detectives cuyo pasatiempo es espiar a los miembros de su familia. Finalmente Lady Edith (Glenn Close), la hermana del difunto, dice exactamente lo que piensa y se convierte en posible aliada de Charles... siempre y cuando el detective no interfiera con sus intereses particulares.
Y así transcurre la trama de Crooked House, entre sombras, intrigas, y tensos interrogatorios con los esquivos miembros de la familia (y algunos sirvientes), todos con motivos válidos para matar a Aristide, y con sus propias teorías sobre el auténtico culpable. El consenso señala a Brenda, la segunda esposa del magnate, quien podría estar en una relación secreta con otro habitante de la mansión... ¿o habrá sido Roger, el hijo menor, para ocultar el desastroso manejo de los negocios que le encomendó su padre?
El libreto, co-escrito por Julian Fellowes, retoma algunos temas de su popular serie Downton Abbey. Crooked House se desarrolla a fines de los años cincuentas (diez años después de la novela original), lo cual permite explorar emergentes corrientes culturales (como el cine y el rock and roll), y reflexionar sobre la decadencia del Imperio Británico y el ascenso de los Estados Unidos como nueva potencia mundial. No son temas particularmente novedosos ni profundos, pero sirven para darle un contexto histórico al melodrama de Crooked House, y para esbozar las circunstancias socioeconómicas que terminarían por destruir las Casas (con mayúscula) más adineradas del viejo continente.
En cuanto al valor de Crooked House como thriller... no fue tan alto como yo esperaba. Le faltó energía, intensidad y un mejor manejo del suspenso. Por otro lado, el director merece respeto por conservar el espíritu de la novela (un clásico "misterio de cámara"), a pesar de la atmósfera afectada y teatral que ello implica. En otras palabras, para disfrutar Crooked House es necesario verla como una moderna "reliquia cultural"... un homenaje a un estilo narrativo que hoy parece obvio y elemental. Sin embargo, en esos términos, Crooked House me gustó, y podría recomendarla para fans de Agatha Christie, de Masterpiece Theater (en el cual incluiría la mencionada Downton Abbey), y de las cintas "de época" cuyo valor no reside necesariamente en su argumento, sino en el retrato de usos y costumbres que dieron forma al siglo veinte... y tal vez al veintiuno, para bien o para mal (ah, y también la recomiendo para fetichistas de los automóviles británicos... el Bristol 405 que maneja Charles es simplemente espectacular). Y ahora, solo queda esperar que alguien se anime a adaptar "Ten Little Indians", haciendo los cambios necesarios para hacerla políticamente correcta. Aún así me gustaría verla.
Calificación: 8

IMDb

Monday, December 25, 2017

Beyond Skyline



Síntomas: Durante una invasión extraterrestre, el oficial de policía Mark Corley (Frank Grillo) dirige a un pequeño grupo de sobrevivientes a los muelles de Los Ángeles, donde esperan encontrar ayuda del ejército. Sin embargo, el futuro les depara algo muy distinto.

Diagnóstico: En el 2010, la película Skyline nos ofreció una versión de la fórmula "invasión extraterrestre" repleta de clichés y antipáticos personajes que disminuyeron sus aspectos positivos (principalmente los efectos especiales).
Y ahora, siete años después, por fin llega la secuela que prometió el final de aquella cinta... pero esta vez viene repleta de delirantes ideas y situaciones que, como promete el título, nos llevan más allá de la historia original.
Cierto, no todas las ideas pegan bien; no todas las situaciones son congruentes; y, para variar, la supervivencia de los héroes depende de la ineptitud de aliens cuya avanzada tecnología es capaz de conquistar un planeta en pocos días, pero no pueden poner cerraduras en sus puertas. O siquiera poner puertas.
Pero, bueno; aún con múltiples lapsos lógicos y absurdas tangentes, tengo que reconocer la creatividad del director/guionista Liam O'Donnell (supervisor de efectos y productor de la original Skyline), quien se propuso hacer una película de invasión extraterrestre distinta a todas las demás, y cumplió su promesa.
Al principio de Beyond Skyline, el policía Mark Corley y su hijo Trent (Jonny Weston) se encuentran en el tren subterráneo, lo cual les permite sobrevivir el ataque inicial de los aliens. Entonces, con ayuda de la conductora Audrey (Bojana Novakovic), deciden navegar los túneles para llegar a los muelles, donde esperan encontrar ayuda. En ese momento pensé: "Perfecto; otra secuela de bajo presupuesto con noventa minutos de individuos caminando por corredores abandonados y peleando ocasionalmente contra algún efecto especial". Bueno, pues me alegra decir que estaba totalmente equivocado.
Más o menos cada media hora el director introduce "twists" que alteran la perspectiva de la película, confundiendo nuestras expectativas y cambiando su entorno (y casi cambiando de género cinematográfico) para darnos una experiencia entretenida, increíblemente ágil e impredecible.
Y todo esto adornado con fantásticos efectos especiales dignos de cualquier gran estudio hollywoodense, cortesía de los hermanos Colin y Greg Strause, cuyo estudio digital hy*drau"lx co-produjo la película (ellos dirigieron la original Skyline... qué bueno que esta vez delegaron el puesto a alguien que sabe lo que hace).
El elenco me pareció razonablemente eficiente, dando vida a personajes poco originales pero con buena química. Frank Grillo ya merecía su propio papel estelar (aunque algunos pensarán que ser héroe en Beyond Skyline es un paso atrás de ser villano secundario en Captain America: The Winter Soldier), y conduce la película con enorme convicción, lo cual es indispensable para ayudarnos a asimilar las piruetas narrativas orquestadas por el director. En el papel de su hijo rebelde, Jonny Weston es bastante anónimo, pero sirve como motivación para las hazañas de Mark; y Bojana Novakovic es el obligatorio rostro bonito para balancear la testosterona de los héroes luchando contra aliens insectoides. Ah, y también aparece el dúo dinámico de Iko Uwais y Yayan Ruhian (de The Raid: Redemption), pero no diré más para no arruinar las descabelladas sorpresas de Beyond Skyline.
Sería posible argumentar que Beyond Skyline da muchas vueltas e intenta hacer demasiadas cosas, sin comprometerse con ninguna; sin embargo, esta actitud de "arrojar la casa por la ventana" para entretener al espectador me pareció refrescante y mucho más admirable que ceñirse a rancias fórmulas que conocemos de memoria, y que difícilmente capturan nuestra imaginación con la misma energía de Beyond Skyline. Entonces, solo queda recomendarla como una secuela superior a la original, y como una lección en "filmmaking" que demuestra el alcance de una moderna B-Movie. Ah, y desde luego Beyond Skyline concluye con un provocativo cliffhanger que promete otra secuela, lo cual me parece una excelente idea, siempre y cuando mantengan el mismo estándar de calidad visual y alucinante imaginación. Mi sugerencia de título: Skyline: Beyond Independence Day.
Calificación: 8.5

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Saturday, December 23, 2017

Bright



Síntomas: En una realidad alterna donde las criaturas mágicas existen, el oficial humano Ward (Will Smith) y su compañero orco Jakoby (Joel Edgerton) patrullan las calles de Los Ángeles, tratando de mantener el orden entre humanos, orcos y elfos. Y un día, respondiendo una llamada rutinaria, se involucran accidentalmente en algo que podría cambiar al mundo.

Diagnóstico: Bright es una película temáticamente ambiciosa, que intenta ser demasiadas cosas al mismo tiempo, y no todas funcionan bien.
En su nivel más básico, Bright es un thriller policíaco de "pareja dispareja", con dos policías muy diferentes que necesitan superar sus prejuicios para cumplir su misión de proteger a los ciudadanos. Will Smith y Joel Edgerton hacen un buen esfuerzo por conciliar la inherente ridiculez de la premisa con el realismo del trabajo policíaco, complicado por los exóticos crímenes que son posibles en un mundo donde existe la magia.
El segundo nivel de Bright es una ocasionalmente ingeniosa deconstrucción post-modernista de la fantasía heroica, trasladando las mágicas criaturas de Tolkien, Pratchett y Jordan a un entorno urbano donde se explora su colisión con problemas sociales comunes: adicción, avaricia, racismo, etc.
Lo cual nos lleva al tercer nivel de Bright: una inestable metáfora de los conflictos raciales en cualquier urbe norteamericana, excepto que ahora las diferencias que dividen a la población van más allá del simple color de la piel. Los orcos son fuertes y lentos, usualmente relegados a labores de limpieza. Los humanos son... humanos, como los conocemos. Y los elfos representan las clases altas, económicamente dominantes y despectivas de las razas "inferiores", lo cual genera resentimientos y corrupción.
Cómo dije: muchas cosas a la vez.
Aunque, pensándolo bien, todas las facetas de la cinta funcionan, pero solo parte del tiempo. Como thriller policíaco, Bright empieza bastante bien, con las clásicas tensiones entre dos policías que trabajan juntos a pesar de su mutua desconfianza. El director David Ayer tiene experiencia en estos asunto, habiendo escrito Training Day y End of Watch.
Entonces entramos a la parte media del relato, enfocada en los conflictos entre orcos, elfos y humanos. Creo que Ayer nos invita a asignarles las etiquetas étnicas que mejor encajen en nuestra visión personal. ¿Son los orcos una analogía de los mexicanos, trabajando como obreros de limpieza? No estoy seguro, pues también intervienen en la historia las pandillas de narcotraficantes latinos. ¿Son los elfos una parodia de los "blancos protestantes"? Sí, de eso estoy bastante seguro (aunque tienen la habilidad acrobática de Legolas). Sin embargo, Ayer se detiene antes de que la historia se vuelva demasiado política; el mensaje está presente, pero podemos ignorarlo para enfocarnos en la acción y la "magia".
Y es ahí donde Bright empieza a perder el control de la narrativa, mezclando a la fuerza todo lo anterior con una confusa mitología que incluye profecías milenarias, órdenes secretas y, por supuesto, el "mcguffin" mágico que todas las razas pelean por encontrar primero, pues les dará enorme poder sobre los demás.
Ese caótico tercer acto descarrila la historia de Bright, reduciéndola a una colección de incongruentes escenas de acción, efectos especiales y palabrería "mágica" que sigue reglas arbitrarias sin mucho sentido, destruyendo el escaso suspenso creado por la trama policíaca... la cual tampoco era perfecta por sí misma.
Pero, bueno... aunque no me dejó muy satisfecho, sin duda admiré la audacia del director David Ayer y el guionista Max Landis, quienes se atrevieron a combinar géneros aparentemente incompatibles, con mejores resultados de lo que yo hubiera creído posible... aunque no tan buenos como para ignorar los burdos clichés que utilizaron para unir las costuras de su abigarrado tapiz narrativo. Y, como primer "blockbuster" producido por Netflix, Bright también es una decepción... aunque, en el fondo, revela el potencial del medio digital para crear historias tan costosas y elaboradas como las de los grandes estudios de Hollywood. Ahora solo falta purgar los vicios comunes de la industria, y tendremos una nueva era de calidad cinematográfica. Ahí tiene el argumento para su próxima fantasía, Sr. Ayer.
Calificación: 6.5

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Friday, December 22, 2017

Jumanji: En la Selva (Jumanji: Welcome to the Jungle)



Síntomas: Cuatro estudiantes encuentran un anticuado videojuego llamado "Jumanji", y al intentar jugarlo son transportados a una jungla salvaje, donde deberán cumplir una peligrosa misión para regresar a la realidad.

Diagnóstico: Aunque en su momento me impresionó con sus efectos especiales, la verdad es que no siento gran nostalgia por la original Jumanji, debido al flojo humor y blando tono familiar que apenas exploró el potencial de su premisa: un juego de mesa mágico donde los peligros y obstáculos cobran vida en el mundo real.
Pero eso fue hace más de veinte años; ahora están de moda los videojuegos, y por lo tanto Jumanji: En la Selva evoluciona la mecánica de la aventura para ajustarse a los gustos del público contemporáneo... y de paso gana una buena excusa para contratar estrellas de cine como protagonistas.
Creo que fue una buena decisión, pues solo con el carisma y talento de Dwayne Johnson, Jack Black, Karen Gillan y Kevin Hart se logra inyectar un poco de vida en el anémico libreto de Jumanji: En la Selva, una supuesta "aventura" libre de suspenso, con el peor villano que he visto en un "blockbuster" moderno (incluyendo las cintas de Marvel, lo cual ya es decir bastante), y con un argumento construido a base de clichés filmados sin estilo ni emoción.
Aunque supongo que la estructura modular de la trama es apropiada en este caso, pues los protagonistas están atrapados en un videojuego, con todo lo que ello implica (de hecho, el principio de la película es más similar a Tron que a la original Jumanji), incluyendo "NPCs" (non-player characters), niveles ascendentes de dificultad, y un número limitado de "vidas" antes de llegar al fatal "Game Over" que significará su muerte. Desafortunadamente Jumanji: En la Selva rara vez inspira una sensación de peligro que nos haga temer por la supervivencia de los héroes.
¿Y los efectos especiales? Competentes pero poco memorables; nada se quedará en nuestra mente como aquella imagen impresionante (para 1995) del elefante aplastando un coche. Curiosamente, Jumanji: En la Selva reduce la importancia de los animales y elimina por completo la interacción de la selva con el mundo real, lo cual fue parte esencial de la magia de la primera película. En vez de eso tenemos la omnipresente jungla donde se oculta el mencionado villano (Bobby Cannavale, un buen actor atrapado en un rol atroz) en busca del "mcguffin" que todos tratan de encontrar. Y, como corresponde a todo videojuego, hay una infinita provisión de esbirros desechables para perseguir a los héroes, dispararles con armas automáticas (sin consecuencias, para no perder la clasificación PG-13), e iniciar peleas donde pueden lucirse Dwayne Johnson y Karen Gillan, los miembros más atléticos del "squad". Por su parte, Kevin Hart y Jack Black aprovechan las habilidades intelectuales de sus personajes (junto con un poco de confusión sexual) para obtener sólidas risas con rutinas a veces ingeniosas, y a veces irritantes. En resumen: los actores rescatan la película de su pereza creativa.
Los momentos humorísticos están bien distribuidos para mantener la energía entre las monótonas secuencias de acción; y también aprecié el estilo noventero de la película, evocado por la dirección y la banda sonora (no solo las canciones pop, sino también la música incidental compuesta por Henry Jackman). Claro que el aspecto "retro" también tiene su lado negativo, incluyendo el manejo sexista de los personajes femeninos. En algún momento Karen Gillan pregunta: "¿Por qué estoy vestida así para andar en la jungla?", pero nadie ofrece una respuesta adecuada. Y cuando pide prestado un saco... se lo amarra a la cintura, para no ocultar sus esbeltos brazos y perfecto abdomen. Al menos las fans de Dwayne Johnson también disfrutarán un poco de "eye candy"; y, como siempre, Johnson se burla con gran entusiasmo de su exagerada imagen heroica. El director Jake Kasdan (Orange County) sin duda eligió bien al reparto, aunque no logró darles una historia más interesante.
No sé cómo será recibida Jumanji: En la Selva por los devotos de la cinta original. Hay un par de referencias que ubican la historia en el mismo universo; pero todo lo demás es tan distinto que hubiera sido más fácil asignarle un nuevo título y pagar la licencia de algún videojuego real (Uncharted sería buen candidato... incluso colgaron un póster en la habitación de un estudiante, como sutil insinuación de que los cineastas pensaron algo similar). De cualquier modo imagino que Jumanji: En la Selva gozará considerable éxito por estrenarse en la temporada navideña, y porque genera suficientes risas para disimular sus deficiencias narrativas... y eso es lo que la gente recordará al salir del cine. No el sexismo, ni la artificialidad de la acción, ni la incongruencia del argumento. Sólo que Dwayne Johnson y Jack Black nos hicieron reír muchas veces. Eh... yo también me conformo con eso.
Calificación: 7

IMDb

Thursday, December 21, 2017

Blame!



Síntomas: Después de una misteriosa epidemia que casi extinguió a la humanidad, un ejército de enormes máquinas constructoras cambiaron la faz del planeta. Los escasos sobrevivientes viven ahora en comunidades subterráneas, ocultándose de mortales guardianes mecánicos. Entonces un grupo de adolescentes descubre algo que podría restaurar la esperanza de la raza humana.

Diagnóstico: El cine de ciencia ficción generalmente sigue fórmulas sencillas y accesibles; por ejemplo, eventos extraordinarios que interrumpen nuestra realidad cotidiana; o las hipotéticas transformaciones tecnológicas y/o sociales que cambiarán el futuro cercano. En ambos casos es posible reconocer nuestro mundo contemporáneo, aunque haya experimentado cambios significativos (de hecho, ese es uno de los puntos esenciales de la ciencia ficción).
Sin embargo, cuando llega una película como Blame!, cuya desbordante imaginación nos transporta miles de años después de la era actual, es natural sentir cierta desorientación, pues no hay muchos puntos de referencia entre nuestra realidad y el alucinante futuro que nos ofrecen los cineastas.
Sirva esto como advertencia de que Blame! tiene un comienzo bastante confuso. Sin explicación alguna nos encontramos en un entorno extraño, donde los personajes utilizan términos ambiguos y aluden eventos que desconocemos. Pero, claro, el "gancho" para atrapar al espectador es la acción y el drama humano, que persiste en este distópico futuro ("catastrófico" sería un adjetivo más apropiado).
Afortunadamente el director Hiroyuki Seshita y el guionista Sadayuki Murai (adaptando un popular "manga" de Tsutomu Nihei, que desde luego no he leído) aprovechan esa confusión para despertar nuestra curiosidad, y proceden a sumergirnos en el visionario futuro de Blame!, ofreciendo gradualmente las pistas necesarias para comprender la crisis que sufrió la humanidad, sus posibles causas y consecuencias, y la importancia que tienen las acciones de los jóvenes "electro-pescadores" que se infiltran en las áreas más peligrosas de la "Megaestructura" en busca de alimento y provisiones para su menesterosa comunidad. Además, para fans del "anime", también tenemos los clásicos estándares del género, incluyendo un héroe sombrío y estoico, atractivas mujeres con grandes ojos y nariz de botón, y una interesante variación del cliché "hombre contra máquina" cuya exuberante creatividad la separa de casi todo lo que hemos visto en la ciencia ficción contemporánea (bueno, al menos lo que yo he visto).
Me gustó mucho ese ímpetu dramático y visual que nos obliga a pensar y poner atención para asociar los elementos de Blame! con estructuras narrativas más convencionales. Y, claro, las imágenes creadas por el estudio Polygon (que no le pide nada a I.G.) conjugan la oxidada belleza del apocalipsis tecnológico con electrizante animación fluida y detallada, realizada con una combinación de dibujos tradicionales y técnicas digitales. En resumen: incluso si nos rehusamos a reflexionar sobre los exóticos temas de Blame!, podremos disfrutar su impresionante despliegue visual, así como las dinámicas secuencias de acción que, a fin de cuentas, reflejan una lucha por la supervivencia que será perfectamente clara para cualquier espectador.
Habiendo dicho eso, el argumento de Blame! podrá parecer fresco y original, pero definitivamente toma prestadas ideas de obras de ciencia ficción bien conocidas. Por ejemplo: la exploración de identidad en personajes cibernéticos (Ghost in the Shell); los restos de la humanidad viviendo en niveles subterráneos con sus propias culturas (Cleopatra 2525), y la obsolescencia del humano por culpa de sus creaciones tecnológicas (The Terminator... y cientos de historias similares).
Como he mencionado en el pasado, no soy seguidor asiduo del anime; pero me complace descubrir de vez en cuando (esta vez en Netflix) películas cuya calidad trasciende la técnica empleada en su creación, y creo que Blame! encaja en esa categoría. Después de todo, un buen relato de ciencia ficción es difícil de encontrar, no importa si es animado, de acción viva, o escrito (o dibujado) en arcaico papel. Simplemente hay que apreciarlo y agradecer que aún sea posible su existencia, antes de que las máquinas nos reemplacen por algo mejor.
Calificación: 8.5

IMDb

Tuesday, December 19, 2017

Brigsby Bear



Síntomas: James (Kyle Mooney) está obsesionado con el programa de televisión "Brigsby Bear", acerca de un oso antropomórfico cuyas aventuras cósmicas imparten valiosas lecciones sobre moral, higiene y matemáticas. Entonces James descubre algo que cambia por completo su concepto del mundo, y solo las lecciones del oso Brigsby le ayudarán a asimilar su nueva realidad.

Diagnóstico: Cualquiera hubiera pensado que una película producida por The Lonely Island ("Lonely Island Classics") estaría llena del humor vulgar e ideas surrealistas que identifican a este trío de comediantes (Jorma Taccone, Andy Samberg y Akiva Schaffer). Sin embargo, para mi sorpresa, Brigsby Bear resultó ser una entrañable relato "coming of age", al mismo tiempo sincero y satírico, que incluye fascinantes cuestionamientos sobre las rígidas estructuras de la sociedad y el auténtico significado de la felicidad. Y la naturaleza del "fandom".
El director Dave McCary y el guionista/actor Kyle Mooney (jamás hubiera creído este nivel de talento viéndolo en Saturday Night Live) crearon un mágico universo donde la imaginación del protagonista choca constantemente con las normas del mundo real, pero el tono de la película es conciliador en vez de antagónico. En otras palabras, James podrá recibir algunas duras lecciones debido a su ineptitud social, pero el mensaje de la película no es "madurar a la fuerza", sino comprender que la fantasía no es lo opuesto de la realidad, sino un componente indispensable para balancear al ser humano, y darle un escape (aunque sea temporal) de los límites requeridos en la convivencia social.
O quizás esa fue tan solo mi optimista interpretación de esta historia sobre un "geek" obsesionado con ciertos elementos de la cultura popular, porque me sentí fuertemente identificado con James... al menos en los aspectos metafóricos.
Kyle Mooney no solo escribió un brillante libreto, sino que da vida al personaje de James con la exacta combinación de inocencia y sensatez que lo convierten en un simpático "outsider" listo para aprender, en vez de un inadaptado capaz de convertirse en un peligro para él y para los demás. Su inusual infancia no lo preparó para, por ejemplo, platicar con una muchacha en una fiesta; pero eso no significa que sea estúpido o inflexible. Y esa amena adaptación a su nueva vida es lo que forma el eje emocional de Brigsby Bear, así como su fuente orgánica de humor, drama y lecciones de vida.
Para evitar "spoilers" no mencionaré papeles específicos, sino los actores que rodean a Mooney: Mark Hamill y Jane Adams tienen roles breves pero inmensamente importantes para el desarrollo del protagonista; me hubiera gustado verlos más tiempo y comprender su motivación, pero hasta cierto punto el misterio funciona a favor de la película. Michaela Watkins, Matt Walsh y Ryan Simpkins se convierten en el apoyo de James, y deben expresar en igual proporción tolerancia y exasperación ante las ideas del joven. Jorge Lendeborg Jr. es el inesperado amigo con afinidad por las obsesiones de James. Y, finalmente, Greg Kinnear y Claire Danes representan figuras de autoridad con muy distintas actitudes frente al acertijo del adulto/niño obsesionado con un oso que vio en televisión.
El estilo visual de Brigsby Bear también es un placer, retratando con igual afecto los paisajes del estado de Utah donde se ubica la historia, y los fragmentos "retro" de la serie "Brigsby Bear", realizada con escasos recursos en algún humilde estudio de televisión. Y, bueno, sobra decir que entre peores son los efectos, más adorables son las imágenes de Brigsby Bear (me refiero por igual a la película y al programa).
Mis disculpas si esta "crítica" es demasiado ambigua, pero no quiero arruinar las maravillosas sorpresas del libreto ni las inesperadas conexiones que surgen a lo largo de la historia. Por eso prefiero únicamente recomendarla con entusiasmo, y esperar que encuentre a su público. Aunque, para ser honestos, no sé si Brigsby Bear será apreciada por los fans de The Lonely Island (para eso ya tienen Popstar: Never Stop Never Stopping); sin embargo la universalidad de su mensaje y la honestidad de sus emociones logran que Brigsby Bear sea apta para cualquier cinéfilo... especialmente "geeks" en busca de validación existencial. Aunque sea ficticia, y patrocinada por Laser Cats.
Calificación: 9

IMDb

Monday, December 18, 2017

¡No Vayas a Colgar! (Don't Hang Up)



Síntomas: Tres amigos se divierten haciendo bromas pesadas por teléfono, las cuales graban y publican en Internet para obtener "likes". Pero un día un tal "Mr. Lee" (voz de Philip Desmeules) decide invertir los papeles acosando a los jóvenes... primero telefónicamente y luego en persona.

Diagnóstico: Supongo que ¡No Vayas a Colgar! pertenece al sub-género de "ciber-terror", ya que su misterioso villano es uno de esos brujos digitales que puede penetrar cualquier red informática, controlar cualquier tecnología, y espiar remotamente a sus víctimas con absoluta impunidad. Aunque tampoco estoy seguro de quiénes son las víctimas y quiénes los villanos, ya que los jóvenes bromistas son absolutamente odiosos, y tal vez el punto de la película fue disfrutar las torturas (sobre todo psicológicas) organizadas por el enigmático "Mr. Lee" como venganza por los "pranks" telefónicos. O quizás los directores Damien Macé y Alexis Wajsbrot pensaron que el público "milenio" se identificaría con el trío de repulsivos "bros", creando gran suspenso mientras luchan por sobrevivir y escapar de su atacante.
Desafortunadamente ninguna de estas perspectivas mejora la experiencia de ¡No Vayas a Colgar!, la cual llega justo a tiempo para incluirse entre las "peores películas" del 2017 gracias a la ausencia de personajes naturales, de una narrativa interesante, o al menos de suficiente sangre y violencia para llenar los huecos del flojo libreto y darnos algo visualmente atractivo (o grotesco) para pasar el tiempo mientras llega el final de este engendro cinematográfico.
Pero no todo es malo. El director de fotografía Nat Hill incluyó algunas elaboradas tomas y encuadres que le dan cierto estilo a ¡No Vayas a Colgar!, revelando talento detrás de las cámaras. Sin embargo cualquier esfuerzo por parte de los cineastas se transforma en un desperdicio de recursos cuando descubrimos que no hay nada en la película capaz de mantener nuestra atención... excepto el deseo de que termine lo más pronto posible para olvidarla de inmediato.
Para ser justos, el tormento es bastante corto. ¡No Vayas a Colgar! apenas alcanza la hora y cuarto de duración (sin contar siete minutos de créditos finales risiblemente lentos); pero parece eterna mientras acompañamos al trío de amigos durante la trágica noche cuando descubren que sus irresponsables bromas tienen graves consecuencias en el mundo real (vale mencionar que las "bromas" son ridículas e insulsas, y solo funcionarían en víctimas sin el menor rastro de inteligencia o sentido común). Los actores son mediocres e intercambiables, y me costó trabajo distinguirlos cuando surgen las obligatorias traiciones que intentan pasar como "drama". Además, como dije, tampoco hay "gore" ni "kills" significativos para distraernos del tedio que provoca la cinta.
Sobra decir, entonces, que conviene evitar a toda costa ¡No Vayas a Colgar!, tanto en el cine como en televisión, ya que existen mejores obras de "ciber-terror" (como GirlHouse, The Den, y Unfriended), y mejores maneras de perder nuestro tiempo. Por ejemplo, ver las nubes, o examinar las líneas de la mano, lo cual será más divertido que las bromas de ¡No Vayas a Colgar!
Calificación: 3

IMDb

Sunday, December 17, 2017

Extraordinario (Wonder)



Síntomas: Debido a ciertos problemas congénitos y múltiples cirugías, el rostro del niño Auggie Pullman (Jacob Tremblay) no es como los demás, y por eso sus padres lo han mantenido aislado del mundo. Pero su madre Isabel (Julia Roberts) decide que llegó el momento de inscribir a Auggie en una escuela normal, para que empiece a convivir con niños de su edad, lo cual naturalmente presentará retos para todos los involucrados.

Diagnóstico: Cinco años después del notable drama juvenil The Perks of Being a Wallflower, el director/escritor Stephen Chbosky regresa con Extraordinario, una película igualmente cálida y emotiva, pero esta vez enfocada en las tribulaciones de la infancia. Y, por si no fuera suficiente, también aborda complejos temas de tolerancia e identidad que trascienden la atmósfera "feel good". En otras palabras: lo que comienza como un simple "drama de la semana" se convierte en una ambiciosa exploración filosófica del extraño que habita en el interior de todas las personas, y no solo en un valiente niño con un rostro distinto a los demás.
Habiendo dicho eso, advierto que mi aversión a todo tipo de sentimentalismo y manipulación emocional quizás empañaron un poco mi percepción de Extraordinario. Por otro lado, soy víctima fácil de referencias a la ciencia ficción... las cuales Extraordinario utiliza con frecuencia, y con buenos resultados. Eh, una cosa por otra.
Regresando al punto: Extraordinario (basada en una popular novela de R.J. Palacio) cuenta una historia interesante y bien balanceada. Su propósito no es hacernos llorar, sino ofrecer un honesto mensaje que incluye múltiples puntos de vista para que sea más fácil comprender el efecto que tiene Auggie en las personas que lo rodean.
En particular me gustaron las escenas desde la perspectiva de Olivia (Izabela Vidovic), la hermana de Auggie, quien desde luego quiere mucho a su hermano, pero también resiente la atención que sus padres le dedican. Después de todo, como típica adolescente que apenas incursiona en el difícil entorno de la "high school", Olivia tiene sus particulares dudas y problemas.
Los Pullman, interpretados por Julia Roberts y Owen Wilson, tienen las mejores intenciones, pero su perspectiva adulta les ha hecho olvidar algunas duras realidades de la infancia que ahora Auggie debe resolver por cuenta propia, después de vivir tantos años en la seguridad de su hogar. No soy fan de Julia Roberts, y no esperaba mucho de su actuación, pero me complació encontrarla más sutil y controlada en su edad madura (suena como insulto, pero es un halago), con genuina empatía que nunca noté en sus roles "románticos" de los noventas (otro género incompatible con mis gustos). Por su parte, Owen Wilson es el típico papá "cool" y comprensivo, que oculta sus inseguridades para no contagiarlas a sus hijos. Tal vez sea un papel menos lucidor, pero Wilson lo hace sincero y entrañable.
Y, desde luego, Jacob Tremblay es tan convincente bajo el maquillaje de Auggie (diseñado por el estudio R-E-N) como lo fue en las cintas Room y Before I Wake. Tremblay probablemente es el mejor actor infantil de la actualidad... al menos durante los siguientes quince minutos, en lo que llega a la pubertad. Ojalá no termine siendo un "culkin" cualquiera.
En cuanto al director Stephen Chbosky, su estilo visual es más simple en esta ocasión (comparándolo con The Perks of Being a Wallflower), lo cual es bueno y malo. Extraordinario no requiere afectaciones artísticas que obstruyan su diáfana narrativa; sin embargo, el resultado es tan blando e impersonal que cuesta trabajo distinguir la cinta de cualquier drama familiar exhibido en Hallmark o Lifetime (perdón por siempre recurrir a esa comparación, pero por algo se han convertido en el nuevo estándar de "genérica producción televisiva").
Entonces, Extraordinario consigue enseñarnos valiosas lecciones sin parecer un pesado discurso anti-bullying. También evoca poderosas emociones sin caer en la cursilería; y, al mostrar igual interés en todos los personajes, se transforma en un sólido melodrama sobre valores familiares, en vez de una monótona tragedia sobre un "outsider". En resumen: recomendable por su calidad y convicción, aunque sus virtudes sean bastante predecibles. Aún así siguen siendo virtudes.
Calificación: 8

IMDb

Saturday, December 16, 2017

Detroit: Zona de Conflicto (Detroit)



Síntomas: En Julio de 1967, la creciente desigualdad económica y las tensiones raciales en la ciudad de Detroit explotaron en violentos disturbios y saqueos que solo empeoraron la relación entre blancos y negros.

Diagnóstico: Tengo una teoría sobre Kathryn Bigelow, y espero que no suene como insulto, porque sinceramente me parece una excelente directora cuyo trabajo he admirado desde hace décadas. Sin embargo, desde que ganó el Oscar por The Hurt Locker parece que solo quiere hacer cine "importante", lo cual está alejándola de su auténtica especialidad: B-Movies y thrillers realizados con excepcional precisión y perfecto manejo del suspenso, dando como resultado obras superiores a la suma de sus partes. Algunos ejemplos: Near Dark, una de mis películas de vampiros favorita, donde jamás se menciona la palabra "vampiro"; Point Break, legendaria cinta de acción fundamentada en el "yin y yang" de dos hombres en lados opuestos de la ley; y la futurista Strange Days, donde la tecnología nunca limita la capacidad de Bigelow para crear drama de alta intensidad enfocado en la psicología humana. Vamos, hasta la mediana K-19: The Widowmaker lució el característico control de Bigelow y su diestra mano para balancear carácter y melodrama.
Por eso siento que sus más recientes películas, Zero Dark Thirty y ahora Detroit: Zona de Conflicto han desaprovechado el potencial de esta directora, aunque nos ofrezcan fascinantes exploraciones de eventos con gran relevancia cultural.
En otras palabras: aplaudo la conciencia social de Kathryn Bigelow, pero sus películas "importantes" no me parecen tan disfrutables como sus cintas "populares".
Detroit: Zona de Conflicto es un claro ejemplo de esta teoría. Por un lado, es una desgarradora crónica de injusticia social, retratada con tal crudeza que nos obliga a ponernos en el lugar de los personajes, compartiendo el horror y humillación que muchos ciudadanos inocentes sufrieron a manos de la policía de Detroit, repleta de individuos racistas con obvios conflictos entre su deber como servidores públicos y su odio contra las minorías consideradas "inferiores".
Por otro lado, Detroit: Zona de Conflicto es una película difusa y excesivamente larga, que pierde con frecuencia el foco narrativo y nunca consigue definir su propósito.
No obstante, aún con esos problemas, el mencionado talento de Bigelow está presente en muchas escenas de increíble impacto emocional, con todo el suspenso e intensidad de sus cintas antiguas... aunque sin el respaldo de un libreto conciso, ni personajes dimensionales para darle "alma" a la película.
Esto no impide que los actores sean excelentes en todos los niveles, mostrando múltiples facetas de la población urbana en Detroit con todos sus vicios y virtudes. Bigelow no intenta santificar a las víctimas, ni condenar automáticamente a los agresores. Simplemente se apoya en sus actores para dejar que las acciones hablen por sí mismas. En un reparto con docenas de roles, solo encontraremos unos cuantos rostros famosos (John Boyega, Anthony Mackie y John Krasinski), lo cual incrementa el realismo de las actuaciones y evita prejuicios en la percepción del espectador.
La principal falla de Detroit: Zona de Conflicto (en mi humilde opinión) es que durante gran parte de la película Bigelow salta de aquí para allá, siguiendo múltiples sub-tramas que nunca logran fusionarse en una narrativa congruente. Entonces llega el perturbador segundo acto, que consiste básicamente en una larga y tortuosa secuencia que se vuelve casi repulsiva por la brutalidad de los hechos que nos muestra... y luego el tercer acto retoma la pasividad del principio, en vez de aprovechar las emociones que inspiró para llevarnos a una catarsis satisfactoria, o al menos profundizar en las causas y consecuencias de los eventos mostrados.
Pero, bueno... sobra decir que, incluso con su irregular tonalidad y amorfa estructura, Detroit: Zona de Conflicto es una cinta importante (sin comillas irónicas), y una valiosa lección de historia que, lamentablemente, es más relevante que nunca. Y también conviene advertir que no es una película para entretener, sino para sufrir y reflexionar, con la esperanza de evitar los errores del pasado. O al menos no repetirlos tantas veces como ocurre actualmente.
Calificación: 8

IMDb

Friday, December 15, 2017

Star Wars: Los Últimos Jedi (Star Wars: The Last Jedi)



Síntomas: Sin el apoyo de la extinta República, la Resistencia organizada por Leia Organa (Carrie Fisher) está en peligro de desaparecer bajo los ataques de la Primera Orden. Su única esperanza es que la joven Rey (Daisy Ridley) logre convencer a Luke Skywalker (Mark Hamill) de abandonar el exilio para ayudar a sus amigos.

Diagnóstico: Solo tengo una pregunta: ¿por qué aparece en los créditos de Star Wars: Los Últimos Jedi la clásica frase "Ningún animal fue lastimado durante la filmación de esta película"? Todos los "animales" que aparecen en la cinta fueron creados digitalmente (como los zorros salados), o son "props" de plástico (como el pez). Incluso los personajes humanos más desaliñados difícilmente calificarían como "animales" (ahem... Benicio del Toro).
Pero, bueno... es uno de los pequeños misterios de Star Wars: Los Últimos Jedi que debemos aceptar para disfrutar esta fantástica entrada en la mitología que cambió al mundo. O al menos mi mundo, el cual se transformó cuando vi Star Wars: A New Hope en mi cumpleaños hace casi cuarenta años.
No se preocupen; no voy a empezar mi típica letanía nostálgica. ¡No hay tiempo! Tantas cosas ocurren en Star Wars: Los Últimos Jedi, que prácticamente me dejó sin aliento, así que solo mencionaré algunos aspectos que me gustaron (casi todo), y ciertos detalles negativos que ya hemos visto en las segundas partes de otras distinguidas trilogías.
Será difícil hablar de lo bueno sin revelar más de la cuenta. Baste decir que la transición del "viejo" Star Wars al "nuevo" Star Wars es casi perfecta. Los personajes clásicos tienen momentos de inmensa fuerza (ja, ja), y no sé cuántas veces se me humedecieron los ojos al contemplar escenas no solo cruciales para esta octava parte, sino para la totalidad de la mitología (y hasta para la carrera de los actores). El libreto escrito por el director Rian Johnson es un ejemplo de estructura e integridad narrativa. Claro, se apoya demasiado en coincidencias, obstáculos artificiales, y malas decisiones de ciertos personajes para evitar que la película termine prematuramente... pero son artimañas aceptables cuando se maneja un argumento saturado de acción y drama, hasta el punto en que las dos horas y media casi se me hicieron cortas.
Al mismo tiempo, los personajes "nuevos" (Rey, Finn, Kylo Ren, y otros más que se introducen en esta cinta) tienen notables arcos dramáticos, los cuales no solo enriquecen su desarrollo como héroes o villanos, sino que los dejan cambiados para siempre... para bien o para mal. De hecho, hay tanto drama que en ocasiones se aproxima al exceso cómico; ¿cuántas crisis puede soportar la Resistencia antes de rendirse? ¿Cuánta destrucción puede causar la Primera Orden para cumplir el capricho de unos cuantos individuos?
Perdí la cuenta de los "cliffhangers" que nos receta el director Rian Johnson, pero todos contribuyen a la creciente sensación de suspenso que comienza desde la primera escena y no se detiene hasta los créditos finales (buen momento para mencionar que no hay escena post-créditos); aunque, claro, con oportunas pausas para acomodar diálogos emocionales, pasajes melancólicos, y hasta esbozos humorísticos genuinamente graciosos y bien implementados que no diluyen el drama. En resumen: una experiencia memorable e increíblemente satisfactoria.
Por el lado negativo, como dije, tantas casualidades e inconsistencias revelan una historia construida con un destino fijo al que debe llegarse por cualquier camino posible. Esto provoca numerosos "atajos" que se sienten forzados y menos naturales que el resto de la historia (ejemplo: el asunto del "cracker"). Afortunadamente las irregularidades se olvidan de inmediato gracias al trabajo de los actores, del director (¿quién hubiera pensado que el realizador de Brick terminaría participando en la franquicia más exitosa de la historia)(Nota: Esta hipérbole podría ser falsa), y de los artistas que crearon una de las películas más vistosas del año.
Las nuevas locaciones, vehículos, y épicos combates están entre los más creativos de la saga... pero no todo es digital. Al igual que J.J. Abrams, Rian Johson muestra gran respeto por los métodos tradicionales, y los utiliza con excepcional astucia... sobre todo en una escena que casi me hizo llorar. La reconocerán cuando la vean.
Finalmente: los "porgs" son irrelevantes para la trama, pero invaluables para el "merchandising". Después de todo, hace falta vender juguetes para financiar las próximas películas.
Hablando de lo cual, no puedo imaginar la forma que tomará la novena parte. Ese es el mejor regalo para los fans... el regreso de la magia cinematográfica que nos muestra lo que jamás imaginamos. Tal como me ocurrió en aquel cumpleaños que cambió mi vida.
Calificación: 10 (ni remotamente objetiva)

IMDb

Wednesday, December 13, 2017

Creep 2



Síntomas: Como sus videos “virales” no han tenido mucha demanda, Sara (Desiree Akhavan) decide aceptar una curiosa oferta de trabajo que encontró en los anuncios clasificados: 1,000 dólares por un día de filmación en una remota casa de campo. Y el cliente resulta ser Aaron (Mark Duplass), un hombre cansado de su trabajo y temeroso de la edad madura, que desea recuperar el entusiasmo de la juventud.

Diagnóstico: En el 2015 la película Creep me pareció un interesante experimento que fusionó la ubicua técnica del "found footage" con la sensibilidad semi-improvisada del cine "mumblecore". El resultado fue bastante entretenido pero, francamente, no había necesidad de una secuela. No obstante, el estudio Blumhouse nunca deja pasar la oportunidad de crear una franquicia, y por eso ahora nos ofrece Creep 2 con una nueva propuesta que recicla algunos conceptos de la original, e introduce ciertas variantes para evitar que parezca una copia al carbón de su predecesora (¿sigue funcionando la analogía de la "copia al carbón"? ¿Hay alguien que aún entienda esa referencia?)
Los cambios implementados por el director Patrick Brice y su co-guionista/actor Mark Duplass alteran fundamentalmente la perspectiva de Creep 2, lo cual me pareció un gran acierto que tiene dos funciones principales: nublar parcialmente el carácter de los personajes, y desafiar las expectativas de quienes vimos la primera película. De este modo se forja una nueva variedad de suspenso, no tanto basado en ¿qué va a pasar?, sino en ¿quién engaña a quién? Quizás no sea un cambio monumental, pero los realizadores merecen crédito por comprender los obstáculos inherentes de una secuela, y por no intentar engañarnos con un rutinario refrito.
Habiendo dicho eso... el truco solo sirve durante la primera mitad de la película. Debido a su minimalista ejecución, Creep 2 tiende a estancarse durante el segundo acto, cuando Aaron y Sara intentan definir sus mutuas intenciones, dando muchas vueltas y siguiendo tangentes narrativas de incierto valor dramático. Sabemos que llegará una inevitable confrontación (que podría ser física o psicológica), pero sentí que tardó demasiado, y para colmo remata con un "twist" que no sorprende lo suficiente para rescatar la confusa conclusión.
Sin embargo, no puedo negar que la convicción de las actuaciones y las crudas emociones mantienen nuestra atención, apoyados por una tensa atmósfera de aislamiento generada por la intencionalmente blanda cinematografía. A diferencia de otras obras de "found footage", Creep 2 (al igual que su predecesora), explota al máximo las limitaciones del video casero para inspirar una sensación de cercanía y realismo que no se fundamenta en gritos y sobre-actuación, sino en un misterio expresado en prosaicas escenas de engañosa simplicidad y oculto significado. En otras palabras, Price y Duplass esconden la complejidad de la trama detrás de insípidos diálogos que debemos decodificar al mismo tiempo que los personajes... al menos hasta que se terminan las ideas, y Creep 2 se desinfla cuando debería alcanzar su máximo punto de terror. Hablando de lo cual: Creep 2 casi no tiene sangre ni sobresaltos; como dije, es una experiencia más psicológica que visceral, muy distinta de las cintas "slasher" que obviamente inspiraron su creación.
A pesar de todo eso, creo que Creep 2 merece una recomendación como una de esas raras segundas partes que buscan innovación en vez de repetición; sin embargo sigue pareciéndome una secuela innecesaria, carente de fuerza para validar su existencia o complementar la cinta original. Aunque, desde luego, seguirá interesándome la bizarra conjunción de horror y "mumblecore", siempre y cuando ofrezca ideas frescas en vez de franquicias forzadas.
Calificación: 7

IMDb

Monday, December 11, 2017

Mythica: The Dragon Slayer



Síntomas: Con la Espora Oscura finalmente en su poder, el malévolo Szorlok (Matthew Mercer) desata caos y destrucción sobre el mundo. El guerrero Thane (Adam Johnson) y la sacerdotisa Teela (Nicola Posener) tratan de ayudar en las comunidades más afectadas, mientras la hechicera Marek (Melanie Stone) y el ladrón Dagen (Jake Stormoen) buscan el legendario Martillo de Tek, el único instrumento capaz de destruir la Espora.

Diagnóstico: Por fin llegó la conclusión de la saga Mythica, la cual comenzó en el 2015 como trilogía y evolucionó hasta abarcar cinco películas sobre las aventuras de los "Redthorns", cuatro individuos basados en los arquetipos heroicos de los juegos de rol (hechicera, guerrero, "rogue" y "healer"). La serie tuvo bastantes altibajos, pero en general he quedado razonablemente satisfecho con el producto final, financiado por los fans (via Kickstarter) y producido de manera semi-amateur con más entusiasmo que talento. Sin embargo, más allá de su calidad intrínseca, Mythica representa un hito en el cine genuinamente independiente, así como en la capacidad del "crowdfunding" para patrocinar productos dirigidos a nichos culturales muy estrechos, que no resultarían costeables para los grandes estudios. Tan solo por eso, Mythica merece respeto y admiración... al menos por parte de "geeks" como yo, que queríamos ver Neverwinter Nights en acción viva. ¿Mencioné que es un nicho pequeño?
Pero, bueno... pasando al tema relevante, ¿cómo funciona Mythica: The Dragon Slayer como cierre de la pentalogía? Mucho mejor de lo que yo esperaba. La previa cinta, Mythica: The Iron Crown me pareció un paso atrás después de la notable Mythica: The Necromancer. Pero me complace decir que los guionistas Jason Faller y Kynan Griffin dejaron lo mejor para el final, poniendo mayor énfasis en los puntos fuertes de la saga: la amistad entre los personajes principales y sus particulares arcos dramáticos, que ahora vemos culminar de manera agridulce y muy satisfactoria.
Aún así persisten algunos problemas con la narrativa, las actuaciones, y desde luego los efectos especiales; sin embargo los fans (como yo) estarán acostumbrados y será fácil disculpar las fallas en vista de todo lo demás que salió bien.
El argumento incluye grandes dosis de mitología y "sidequests"... pero esa es exactamente la esencia de los juegos de rol. Además, algunas de estas misiones secundarias me parecieron amenas, ya fueran lecturas de leyendas antiguas, o la búsqueda de "loot" para elevar las habilidades de los personajes. El lado negativo, desde luego, es que la estructura modular de la película obstruye el flujo narrativo y lo extiende más de la cuenta; la película dura casi dos horas, de las cuales podría recortarse un veinte por ciento sin perder los mejores momentos ni sacrificar coherencia dramática.
Y, en lo personal, me decepcionó un poco que el director John Lyde recurriera al fácil cliché de los zombies como antagonistas en la entrega final de la serie. Después de enfrentar dragones, dioses y piratas "steampunk", creo que Marek y sus aliados necesitaban oponentes más coloridos e impactantes. Aunque, desde un punto de vista práctico, los zombies son más económicos para mostrar en la pantalla, y su gran número funciona para complicar la acción y poner a los héroes en situaciones de gran peligro y tensión. Además, como villano final tenemos al largamente prometido "Lich King", confirmando el poder de la Espora Oscura, aquel "mcguffin" cuya búsqueda impulsó las cuatro previas películas.
Entonces, Mythica: The Dragon Slayer no solo fue un sólido final de la saga, sino una experiencia interesante por derecho propio... aunque solo la recomendaría para seguidores de la serie con el conocimiento necesario para entender lo que está pasando. Y sobre la saga completa: fue un camino largo, no exento de tropiezos, pero estimulante y muy entretenido. Me da gusto que puedan existir proyectos como Mythica, y con suerte inspirará nuevos cineastas a cumplir sus sueños sin esperar el dinero ni la aprobación de Hollywood. Por lo pronto, me gustaría ver Bastion en acción viva, por favor.
Calificación: 8.5

IMDb

Sunday, December 10, 2017

Actos de Venganza (Acts of Vengeance)



Síntomas: Tras el brutal asesinato de su esposa e hija, Frank Valera (Antonio Banderas) cae en una espiral de alcoholismo y depresión. Pero luego, inspirado por las "Meditaciones" de Marco Aurelio, decide continuar la investigación por su cuenta y tomar la justicia en sus manos.

Diagnóstico: Para bien o para mal, Antonio Banderas ya pertenece al grupo de famosos actores que terminaron haciendo baratos thrillers directos a video, muy lejanos en presupuesto y calidad al trabajo que los hizo famosos originalmente. No es una situación ideal, pero tampoco significa que debamos descartar automáticamente sus nuevos proyectos. Después de todo, otros actores "venidos a menos" han participado en sólidas obras de modesta manufactura, como Val Kilmer (5 Days of War), Mel Gibson (Blood Father) y Pierce Brosnan (The November Man).
Y si bien Actos de Venganza nunca será recordada entre las mejores obras de Antonio Banderas, tampoco fue tan mala como para avergonzar al actor. O quizás solo pensé eso porque me pareció ligeramente mejor que la reciente Security, la cual sin duda inspiró pena ajena.
Como sea, Actos de Venganza tiene un argumento tan genérico y predecible como su título: un poderoso abogado pierde a su esposa e hija y decide vengarse por cuenta propia cuando la policía no encuentra a los culpables. De hecho, Actos de Venganza es prácticamente idéntica a todas aquellas B-Movies que utilizan la epónima "venganza" como premisa central de sus argumentos, desde la seminal Death Wish, hasta cualquier variación de The Punisher.
Al menos el director Isaac Florentine (responsable por la sobresaliente Ninja: Shadow of a Tear) trata de introducir un par de elementos ligeramente innovadores, así como una dedicación personal durante los créditos finales que me pareció más emocional que la película entera. Entre dichos elementos: un "sidekick" canino, un "twist" de ambigua moralidad, y un libro filosófico ("Meditaciones", del emperador romano Marco Aurelio) como modelo de la investigación que conduce Frank Valera. Por lo demás, Actos de Venganza transcurre exactamente como esperamos: policías comprensivos pero ineptos (Karl Urban interpreta al detective principal), incursiones en el bajo mundo criminal, y las consiguientes peleas en las que nuestro héroe debe luchar no solo para sobrevivir, sino para obtener la siguiente pieza del rompecabezas que lo llevará al "final boss" de la película.
Es un proceso vagamente entretenido, pero libre de creatividad. La tesis de "Economía de Personajes" establecida por el gran Roger Ebert nos permite adivinar de inmediato la dirección que tomará Actos de Venganza, restando emoción y diluyendo el suspenso de la experiencia general.
A pesar de su descenso en la jerarquía de Hollywood, Antonio Banderas sigue siendo un competente actor, de modo que logra convencernos del dolor y remordimiento que impulsan su cruzada vengativa. Y también se ha mantenido en buena forma, logrando que las peleas alcancen el mínimo nivel de realismo, sobre todo cuando Valera lucha al mismo tiempo contra cinco criminales y un perro (que luego termina adoptando)(me refiero al perro, no a los criminales). Y, como clásico héroe estoico (literalmente), Valera atrae la atención de una atractiva enfermera interpretada por Paz Vega, cuya compasión y tolerancia la incitan a curar a Frank cuando lo encuentra en la calle con una herida de bala en el abdomen. ¿Surgirá un casto romance entre ambos? No lo negaré ni confirmaré para preservar el misterio.
Todo esto significa que no vale la pena ver Actos de Venganza en el cine. Sin embargo, podría ofrecer noventa minutos de frívolo entretenimiento cuando llegue a video casero, para pasar una inocua tarde de domingo o una noche de insomnio que requiere mínima atención para obtener una mínima recompensa dramática. En cuanto a Antonio Banderas... necesita un mejor agente, o el valor de arriesgarse a aceptar proyectos "indie" más descabellados, ya sea para recuperar su credibilidad como actor serio, o para pasar por completo al "lado oscuro" y convertirse en figura de culto indiferente a las críticas, dedicado tan solo a cobrar todos los cheques posibles (también conocido como "el Método Cage"). De otra manera, terminará en el olvido, junto con películas como Actos de Venganza.
Calificación: 6.5

IMDb

Friday, December 8, 2017

La Navidad de las Madres Rebeldes (A Bad Moms Christmas)



Síntomas: Después de su rebelión colectiva, Amy Mitchell (Mila Kunis) y sus amigas Kiki (Kristen Bell) y Carla (Kathryn Hahn) encontraron mayor estabilidad en sus vidas. Sin embargo, la llegada de la Navidad incrementa la presión de comprar regalos, cocinar, y cumplir con las tradiciones de la temporada. Entonces, para empeorar las cosas, sus madres llegan de visita, con estándares de conducta que nadie puede igualar.

Diagnóstico: En el 2016, la original Bad Moms me pareció una mediana comedia adulta, más simpática por el trabajo de las actrices principales que por las virtudes de un libreto temeroso de llevar su premisa demasiado lejos. En resumen: me hizo reír, pero sentí que desperdiciaron muchas oportunidades de hacer algo audaz y creativo.
Y ahora la secuela La Navidad de las Madres Rebeldes repite la fórmula añadiendo un barniz festivo para ofrecernos otro desfile de blandas vulgaridades y clichés de sitcom televisivo que de nuevo se quedan cortos en el nivel cómico y narrativo.
En la primera película, la rebelión de las madres se enfocó en las excesivas demandas de la Asociación de Padres de Familia, encontrando así un "villano" concreto para motivar el melodrama que balanceaba el humor. En La Navidad de las Madres Rebeldes, el trío se fragmenta para lidiar con sus respectivas madres, todas con distinto carácter, pero empeñadas en modificar las vidas de sus hijas. Lamentablemente el humor se siente forzado; muy pocas rutinas funcionan como los directores esperaban (Jon Lucas y Scott Moore regresan detrás de las cámaras); y tampoco hay suficientes oportunidades para explotar el talento del elenco, aunque de vez en cuando se filtra algún detalle que logra inspirar una o dos sonrisas ("Every kiss begins with Kay").
Por lo menos la trillada receta de "madres vs. hijas" invita la participación de otras tres buenas actrices que igualmente tratan de rescatar los débiles chistes del libreto.
Christine Baranski interpreta a Ruth, la madre de Amy, quien nunca pierde oportunidad de humillar a su hija con velados comentarios sobre su ineptitud como ama de casa. Su actuación es básicamente igual al personaje que interpreta en The Good Fight (y antes en The Good Wife), pero exagerando la arrogancia de "clase alta indiferente a los problemas de la clase media". De cualquier modo divierte, aunque esté lejos de ser su mejor trabajo.
Cheryl Hines es Sandy, la madre de Kiki, siempre positiva e interesada en cada detalle de la vida de su hija... incluyendo los "momentos íntimos" con su esposo. Su naturalidad y calidez resaltan en algunas escenas (sobre todo cuando llegan las obligatorias "lecciones de vida" que los directores añadieron para incluir un mensaje positivo), y tiene buena química con Kristen Bell. Sin embargo, tampoco le dan material apropiado para lucir su instinto humorístico y su capacidad para combinar emoción y comedia.
Susan Sarandon interpreta a Isis ("como el grupo terrorista"), la madre de Carla, cuya vida es aún más caótica y disipada que la de su hija. Como "roadie" desde su juventud, no tiene raíces, y solo visita a Carla cuando necesita dinero. Y ahora que su hija necesita apoyo por ciertas situaciones domésticas, Isis solo se preocupa por divertirse y fumar marihuana.
En cuanto a Mila Kunis, Kristen Bell y Kathryn Hahn, se limitan a reciclar los chistes de la primera película, muy diluidos y menos graciosos que antes. Todas tienen uno o dos momentos rescatables... pero no justifican los cien minutos invertidos en el cine, especialmente cuando podríamos re-visitar la original en Netflix o, mejor aún, ver alguna película navideña con mejor sentido del humor y genuina emoción. Como... no sé... Die Hard. Al menos en esa cinta las groserías estaban justificadas.
Calificación: 6

IMDb

Thursday, December 7, 2017

Radius



Síntomas: Después de sufrir un accidente automovilístico, Liam Hartwell (Diego Klattenhoff) descubre que cualquier ser vivo que se le acerca muere instantáneamente. Lo cual podría ser un problema para él y para el resto de la humanidad.

Diagnóstico: El concepto central de Radius es simplemente fantástico, y refleja los mejores elementos del cine independiente de ciencia ficción, donde lo importante no son los efectos especiales (de los cuales hay pocos pero bien hechos en esta cinta), sino las ideas que expresa a lo largo de su desarrollo. En este caso, Radius parte de una idea simple con enormes ramificaciones, las cuales nos atrapan en un sólido misterio que nos mantiene especulando sobre su naturaleza durante la película entera.
Desafortunadamente los directores/guionistas Caroline Labrèche y Steeve Léonard tropiezan de vez en cuando y dan más vueltas de las necesarias; pero aún así Radius cuenta con suficientes atributos para recomendarla como una experiencia tensa y perturbadora, con excelentes actuaciones y un estilo visual muy canadiense... gris y frío para contrastar las fuertes emociones que maneja el argumento. Ah, y con un tremendo "twist" final que tal vez fue innecesario... aunque ofrece un cierre lógico al arco dramático de los protagonistas.
Para variar, ya dije mucho sin decir nada. Pero así es mejor. Conviene ver Radius sin prejuicios ni expectativas sobre el rumbo que tomará la historia, para disfrutar las continuas sorpresas y revelaciones que van dando sentido a la terrorífica realidad de Liam, un hombre normal que despierta con amnesia y con la terrible propiedad de matar a cualquier ser vivo en un radio de aproximadamente quince metros. La gradual revelación de esta condición está muy bien implementada visual y narrativamente; Liam intenta aislarse del mundo cuando confirma que las muertes a su alrededor no fueron causadas por un ataque terrorista o epidemia mortal. Y los fugaces recuerdos que tiene de los días pasados le ayudan a armar el rompecabezas del misterio... aunque debo advertir que siempre faltarán piezas, lo cual genera una deliciosa ambigüedad que complementa muy bien la inquietante atmósfera de la cinta.
En el papel principal, Diego Klattenhoff es un creíble "hombre ordinario en circunstancias extraordinarias". Por un lado, quiere evitar a toda costa más muertes innecesarias; pero al mismo tiempo necesita averiguar lo que está ocurriendo, y será extremadamente difícil que alguien le crea sin provocar más tragedias involuntarias. Charlotte Sullivan interpreta a Rose, una enigmática mujer que podría tener información sobre la condición de Liam... si es que sobrevive lo suficiente para compartirla. En cierto modo Sullivan tiene el papel más difícil por los altibajos que atraviesa su personaje, y por el impacto que los mencionados "twists" tienen en su vida.
El problema viene cuando los personajes empiezan a tomar decisiones irracionales, creando situaciones peligrosas para incrementar el drama a costa del realismo que había mantenido el libreto. Radius es una de esas películas que terminaría en media hora si los personajes reflexionaran un momento sobre las consecuencias de sus actos. Pero, claro, hay que llenar noventa minutos con suspenso y persecuciones, lo cual requiere el sacrificio de la inteligencia y el comportamiento congruente.
Entonces, aunque haya encontrado exasperantes algunas acciones de los personajes, a fin de cuentas Radius me dejó satisfecho como un eficiente drama de ciencia ficción con grandes ideas y un creativo misterio que no requiere resolverse por completo para apreciar su originalidad e ingenio. Con un poco más de esmero en el guión, Radius ganaría el calificativo de "clásico moderno"; pero aún con sus esporádicos problemas me pareció una obra entretenida y recomendable, demostrando una vez más que el mejor cine fantástico está en manos de cineastas independientes, y no en los monolitos comerciales de Hollywood. Lección aprendida hace mucho tiempo que de vez en cuando conviene recordar.
Calificación: 8

IMDb