Tuesday, December 31, 2019

¡Feliz Año 2020!



Iniciando mi tercera década de escribir sobre cine, descubro que la consecuencia más positiva de estas supuestas "críticas" es la interacción con los lectores, siempre enriqueciendo mi hobby favorito (discutir)(es broma, me refiero al cine) con valiosas observaciones y una diversidad de opiniones que nunca encontraría encerrado en mi caverna cinéfila. Reciban, entonces, un gran abrazo, y mis mejores deseos para un año 2020 tan próspero y perfecto como lo imaginaban en la ciencia ficción de los años cincuentas. ¿Quién necesita automóviles voladores cuando tenemos el Internet? ¡Feliz Año Nuevo!

Pablo del Moral, 31 de Diciembre del 2019

Monday, December 30, 2019

In Fabric



Síntomas: Un vestido rojo resulta mortal para las personas que lo usan.

Diagnóstico: Al igual que el vestido maldito, In Fabric es más estilo que sustancia... pero no es un estilo hueco. Creo que existe auténtico suspenso en los bizarros ángulos de cámara utilizados por la cinematógrafa Ari Wegener; hay angustia existencial en la crispante música electrónica de "Cavern of Anti-Matter"; y definitivamente hay horror en la dirección de Peter Strickland, insinuando maldad en minúsculos detalles que normalmente ignoraríamos. Pero cuando se trata de un vestido asesino, sabemos que cada movimiento o susurro puede ser presagio de una muerte horripilante.
En su previa cinta, Berberian Sound Studio, Peter Strickland demostró notable talento para capturar la atmósfera y textura del cine "giallo"; pero, honestamente, el libreto me decepcionó un poco. Fue otro caso de forma sobre fondo, donde la forma era un fin por sí misma. Por el contrario, In Fabric aprovecha los valores estéticos del horror setentero para esconder los secretos del vestido rojo. No son secretos indispensables para apreciar la película, pero incrementan el placer del espectador cuando reconocemos "homenajes" de algunas icónicas películas de aquel período. No diré más, excepto que In Fabric es como Suspiria en una tienda departamental. Las vendedoras usan extraños uniformes negros; sus diálogos son poéticos y rebuscados; y un misterioso hombre acecha en la periferia de la acción. Lo que no puedo explicar son los perversos rituales con maniquíes anatómicamente correctos, o los enigmáticos anuncios televisivos de la Gran Barata en la tienda Dentley & Soper, y mucho menos el propósito del pequeño elevador que desciende cuando hay problemas en la tienda. Bueno, eso sí podría explicarlo, pero sería un spoiler.
Por el lado negativo In Fabric se siente un poco cansada, inflando sus dos horas de duración con tangentes que no conducen a nada. Por ejemplo, las monótonas descripciones técnicas del mecánico de lavadoras que dejan a sus clientes en estado de trance ¿o quizás los excita sexualmente? Y mejor ni hablar de la sub-trama con el artista y su cruel novia.
Con tantos componentes arbitrarios, la estructura de In Fabric es tan caprichosa como su argumento, pero creo que puede separarse en dos secciones principales: primero conocemos a Sheila (Marianne Jean-Baptiste), empleada bancaria recién divorciada en busca de nueva pareja. Y, para presentar su mejor imagen, Sheila compra un atractivo vestido rojo... con funestas consecuencias. Eventualmente el vestido llega a una tienda de segunda mano, donde es adquirido por alguien más... y el ciclo se repite.
A pesar de su obtusa narrativa, In Fabric se adhiere firmemente a sus reglas internas, revelando una visión concreta y bien definida que nos invita a utilizar "lógica de pesadilla" para intuir las respuestas a las preguntas planteadas por la trama... incluso si no podemos expresarlas racionalmente. Por eso recomendaría In Fabric para fans del horror "retro", aunque no sigue las fórmulas tradicionales del género; y también para aficionados al "cine raro" que nos pone a pensar... sin garantizar explicaciones satisfactorias. Lo importante es estimular la mente con un misterio provocativo, y disfrutar el nostálgico estilo visual de In Fabric. Podemos dejar la historia para otro día.
Calificación: 8.5

IMDb

Saturday, December 28, 2019

Parásitos (Parasite - Gisaengchung)



Síntomas: La familia Kim vive al borde de la pobreza, sin empleo fijo y estirando cada centavo para sobrevivir. Las cosas mejoran un poco cuando el hijo mayor Ki-woo (Choi Woo-shik) consigue trabajo enseñando inglés a la hija de la adinerada familia Park. Y entonces Ki-woo diseña un plan para ayudar a su propia familia.

Diagnóstico: El tema que ha ganado más relevancia en el cine del siglo veintiuno es la lucha de clases. A veces se manifiesta de manera literal, como en Hustlers, The Laundromat y Knives Out; y en otras ocasiones se presenta en forma de alegoría, como en Us, Mad Max: Fury Road, y Snowpiercer. Sin embargo, creo que nunca lo habíamos visto expresado en una historia tan ingeniosa e impactante como Parásitos, del director coreano Bong Joon-ho (Snowpiercer, Ojka), cuyo enfoque satírico/realista no necesita ocultarse detrás de distopias futuristas; por el contrario, todo ocurre en el presente, y con personajes generalmente normales cuyo único pecado es mentir un poco para sobrevivir en una economía deprimida. Pero, desde luego, las mentiras pequeñas pueden acumularse hasta causar grandes consecuencias.
El mensaje social de Parásitos se mantiene bajo la superficie del drama, y no hace falta "entender" la intención del director para apreciar el increíble libreto co-escrito por Bong y Han Jin-won, repleto de giros y revelaciones sorpresivas, pero con perfecta lógica y consistencia con las emociones y carácter de los personajes. Es al mismo tiempo satisfactorio y aterrador descubrir las complicaciones acarreadas por del plan de Ki-woo, así como la transformación de una familia que no esperó encontrarse en la misma posición de sus involuntarios benefactores.
El estilo visual de Parásitos parece simple, pero las composiciones del cinematógrafo Hong Kyung-pyo y el diseño de Lee Ha-jun aportan nuevos niveles de significado a cada escena. Por ejemplo, el contraste entre el atestado departamento semi-subterráneo de la familia Kim y la amplia casa de los Park no solo refleja su posición económica, sino las dinámicas entre los miembros de la familia... la falta de privacidad mantiene a los Kim inevitablemente involucrados en sus respectivas vidas; mientras que los espacios vacíos en la casa de los Park emulan la distancia emocional entre el esposo y su esposa, y entre los hijos que habitan sus propias fantasías.
Otra cosa que distingue a Parásitos de otros relatos sobre lucha de clases es que no hay héroes ni villanos. La familia pobre miente y engaña porque no le queda otro recurso; y la familia rica no es cruel ni miserable (solo un poco arrogante, como podemos esperar en individuos excesivamente privilegiados). En otras palabras, la premisa de la película no es "ricos contra pobres", ni "malos contra buenos"; en vez de eso Parásitos explora los extremos que ambos grupos pueden alcanzar, y los problemas que comparten a pesar de sus diferencias externas.
O algo así. Como dije, no es necesario analizar Parásitos para apreciar el ingenio de su argumento, las excelentes actuaciones del reparto entero, y la dirección de Bong, elegante y fluida para transmitir sus contradictorias ideas sin destruir el balance entre drama y sátira social. Creo que me gustó más Snowpiercer (porque siempre preferiré el género fantástico), pero Parásitos es una obra madura e inteligente que entiende las complejidades del desequilibrio económico, y no pretende tener las respuestas. Solo nos sugiere ponernos en el lugar del otro. Así no será tan inesperada la sangre y la violencia.
Calificación: 9

IMDb

Thursday, December 26, 2019

Cats



Síntomas: La tribu felina de "Gatos Jellicle" se prepara para seleccionar al gato que reencarnará en una nueva vida.

Diagnóstico: A principios del siglo veinte, el aclamado escritor norteamericano T.S. Eliot escribió para sus ahijados una serie de poemas inspirados en los gatos que Eliot y su familia habían tenido como mascotas a lo largo de los años. Los poemas, posteriormente coleccionados en el libro "Old Possum's Book of Practical Cats", proponían la existencia de una sociedad secreta, exclusiva para gatos, con jerarquías, rituales, y conflictos similares a los humanos... pero adaptados a la idiosincrasia felina. Al mismo tiempo, estos poemas capturaban las distintas personalidades que puede tener un gato; algunos son caprichosos e impredecibles ("The Rum Tum Tugger"), otros son traviesos ("Mungojerrie and Rumpletezer") y otros parecen adustos líderes de imperturbable dignidad ("Old Deutoronomy").
Cincuenta años después (casi veinte después de la muerte de Eliot), el célebre compositor y productor teatral Andrew Lloyd Webber añadió música a esos poemas, y los utilizó como base de "Cats", una obra musical que fusionó la mitología de Eliot con alegres melodías y rutinas de baile estructuradas alrededor de un tenue argumento (la búsqueda del gato que pasará al siguiente nivel de existencia). Sin embargo, la ausencia de historia no le importó al público, y "Cats" se convirtió en el mayor éxito en la historia de Broadway, y probablemente del teatro universal (perdón, Sr. Shakespeare).
Muchos años después, en un lamentable incidente estimulado por el alcohol y las drogas, Andrew Lloyd Webber exhumó el cadáver de la madre del director cinematográfico Tom Hooper, y lo utilizó como macabra marioneta sexual en una puesta en escena callejera de Glen or Glenda. Como venganza, Hooper decidió dirigir la película basada en "Cats", para destruir el legado de Webber y pisotear su más famosa obra.
O al menos esa es la única explicación que se me ocurre para justificar la existencia de la película Cats.
Los cuestionables efectos digitales utilizados para crear a los "gatos" de Cats son el menor de sus problemas. Antes de renderear un solo pixel, el director Tom Hooper tomó una larga serie de incomprensibles decisiones que robaron toda la magia, simpatía, e ingenio del musical "Cats". ¿Esta fue la auténtica visión de Hooper? ¿O fue otra víctima de los "yes man" de Hollywood que no se atreven a contradecir al jefe? Francamente, no me interesa la respuesta. El resultado habla por sí solo. O, mejor dicho, maúlla.
En general no soy fan del teatro musical, pero me gusta la música de "Cats" (y de casi todas las obras de Andrew Lloyd Webber). Sin embargo, los arreglos que hizo Hooper a la partitura original me parecieron terribles, libres de emoción y peso dramático. Por más que los actores sobre-actúen (¿sobre-canten?), es imposible sentir algo por estos gatos. Ni siquiera Jennifer Hudson, con su tremenda voz, logra rescatar "Memories", la canción más famosa de la obra. Bueno, hasta una adaptación rapera hubiera sido preferible a esta estéril abominación cinematográfica.
Por el lado positivo, las coreografías son bastante impresionantes, aunque el caótico movimiento de cámara y pobre edición impiden apreciar el talento de los bailarines.
Y entonces llegamos a los pesadillescos efectos digitales. Meh. He visto peores.
Calificación: 5 (solo porque le dio trabajo a muchas personas)

IMDb

Wednesday, December 25, 2019

Klaus



Síntomas: El joven Jesper Johansson (voz de Jason Schwartzman) creció con todos los privilegios de una familia inmensamente rica, y se volvió una persona inútil y caprichosa. Entonces, para enseñarle un poco de responsabilidad, su padre le ordena trabajar como cartero durante un año en la remota isla de Smeerensburg, donde una guerra entre familias hace imposible realizar ese trabajo. O cualquier otro.

Diagnóstico: ¿Cómo se relaciona el castigo de Jesper con el origen de Santa Claus? De manera bastante ingeniosa, aunque no siempre congruente. Pero, bueno, estamos hablando de una divertida fantasía navideña para toda la familia, así que no seré el "Grinch" que señale los agujeros del libreto (¿nadie trabaja por dinero en este universo?), ni las inconsistencias culturales de la cinta (¿ya existía "How You Like Me Now?" en la era victoriana?), y mucho menos la conveniencia de la crisis artificial que pone en peligro el futuro del protagonista. No voy a señalar nada de eso, porque el humor y perfecto balance emocional de Klaus entibió mi corazón robótico y me hizo disfrutar esta cinta original de Netflix más que cualquier pastiche navideño producido por los grandes estudios de Hollywood.
Klaus es una co-producción anglo-española "filmada" en inglés para incrementar su potencial económico; y creo que dio resultado gracias a la combinación del astuto libreto co-escrito por el director Sergio Pablos (ex-animador de Disney y creador de Despicable Me), y a la excelente selección de voces que respetan el carácter individual de los personajes a pesar de los cambios de actitud requeridos por las descabelladas situaciones de la trama.
Al principio de Klaus, Jason Schwartzman se siente un poco irritante en el papel de Jesper, el "junior" malcriado que no toma nada en serio porque sabe que el dinero de su familia lo sacará de cualquier problema; pero eso es exactamente lo que necesita la historia... un protagonista imperfecto con amplio potencial para evolucionar y rectificar su conducta. Su motivación no es necesariamente buena; sus acciones casi siempre son egoístas; y sin embargo podemos notar escena por escena la transformación positiva que ni siquiera él reconoce. Lo mismo aplica a los demás personajes, incluyendo Alva, la vendedora local de pescado, interpretada por Rashida Jones como una mujer práctica e impaciente que no tiene tiempo para explicarle todo al nuevo cartero del pueblo. Will Sasso y Joan Cusack prestan sus voces a los líderes de las familias locales, atrapados desde hace incontables generaciones en un violento conflicto que no solo divide a la población de Smeerensburg, sino que ha impedido el crecimiento económico, tecnológico y social de la isla. Y el gran J.K. Simmons intepreta a Klaus, el lacónico ermitaño con una tragedia en su pasado. Sus gruñidos y respuestas monosilábicas tienen más elocuencia que cualquier discurso de Jesper. Por cierto, Rashida Jones, Jason Schwartzman y J.K. Simmons son veteranos de Parks and Recreation. Y el personaje de Klaus, un leñador experto en todo, es bastante similar a Ron Swanson. Probablemente sea coincidencia, pero solo quería mencionarlo. Por cierto, Parte II: la voz de J.K. Simmons se parece de vez en cuando a la de John Goodman, lo cual me recordó al Robot Santa de Futurama. Eso sí fue coincidencia, pero me gustó el paralelismo.
Regresando al punto, Klaus me pareció una sólida cinta familiar con maravilloso diseño de arte que combina efectos digitales con la apariencia de la animación tradicional. Y, en el plano narrativo, Klaus ofrece múltiples niveles de significado abiertos a la interpretación de cada espectador. Podríamos tomarla como una denuncia de las divisiones ideológicas que arruinan la convivencia humana; o como una metáfora del conflicto entre tradiciones y progreso que frena el avance de la sociedad. O incluso podría ser una fábula post-moderna sobre la moralidad como condición intrínseca del ser humano, que no requiere un marco religioso para guiar nuestro comportamiento (admito que estoy rascando mucho con esta interpretación). Pero si no estamos de humor para entender "mensajes", podemos simplemente disfrutar el humor e ingenio de Klaus, así como los inesperados eventos detrás de un entrañable ícono navideño; y todo ello retratado con una visión artística que podría consagrar a Klaus como clásico familiar para la temporada navideña. No podría asegurar que la veré de nuevo en la siguiente Navidad, pero sin duda añadiría un poco de variedad a mi sesión anual de Die Hard y Santa Claus Conquers the Martians.
Calificación: 9

IMDb

Monday, December 23, 2019

The Two Popes



Síntomas: En el año 2012, el Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio (Jonathan Pryce) quiere renunciar a su puesto, pero el Papa Benedicto XVI (Anthony Hopkins) intenta disuadirlo porque tiene grandes planes para él.

Diagnóstico: No sabía qué esperar de The Two Popes, pero después de verla creo que puede satisfacer todas las expectativas posibles. ¿Celebración de una religión con millones de devotos? Definitivamente. ¿Biografía del Papa Francisco? También, empezando por su juventud en Buenos Aires y el "llamado" inicial para servir a Dios ¿Crítica contra la Iglesia Católica por ignorar sus múltiples escándalos sexuales? Sí, e incluso los integra al arco dramático de los protagonistas. ¿Semi-documental sobre el proceso de elección papal? Desde luego, y eso fue lo que encontré más interesante en la película. ¿Denuncia del controversial comportamiento del Cardenal Bergoglio durante la dictadura militar de Argentina? Por supuesto, aunque no sé qué tan imparcial fue el veredicto del director. Y, finalmente, un elocuente contraste entre el temperamento de los Papas Benedicto XVI (conservador) y el actual Papa Francisco (progresivo).
Esa variedad temática significa que The Two Popes no es muy profunda; y además, el director Fernando Meirelles (Blindness, The Constant Gardener) nunca "ataca" con genuino vigor los aspectos más censurables de la Iglesia en general, ni de los Papas en particular. Pero el simple hecho de aceptar sus errores y falibilidad ayuda a hacer la cinta más honesta e imparcial de lo que yo hubiera imaginado.
Por extraño que parezca, The Two Popes comparte su asombroso dinamismo visual con Cidade de Deus, la película de Meirelles que le dio fama internacional. Sin ser un documental, The Two Popes posee una atmósfera que sugiere caos e improvisación, aunque en realidad captura con gran precisión los momentos que cuentan la historia sin necesidad de explicaciones ni exposición excesiva. Como ejemplo puedo señalar el maravilloso montaje inicial de la votación papal, construido con tomas breves y concisas que no solo describen la mecánica del voto, sino la tensión del Cónclave en la Capilla Sixtina, y el suspenso de los creyentes que atestan la Plaza de San Pedro en espera de una decisión. Y no puede faltar la famosa chimenea con los cartuchos que producen el humo del color apropiado.
Pero eso es solo el principio. La auténtica trama consiste en las conversaciones entre Joseph Ratzinger (el Papa Benedicto XVI, interpretado por Anthony Hopkins), y el Cardenal Jorge Bergoglio (el actual Papa Francisco, interpretado por Jonathan Pryce), donde ambos exponen sus respectivas creencias, filosofías y aspiraciones para resolver las crisis de la Iglesia Católica, desde la mancha en su reputación por los crímenes sexuales de incontables sacerdotes, hasta la modernización de principios para adaptarse a un mundo que cambió demasiado rápido y los dejó atrás. Gracias a la fantástica dirección de Meirelles, estas simples conversaciones generan intenso drama, emoción y hasta un poco de humor (un Papa es fan del fútbol, y el otro de Kommisar Rex), apoyadas por "flashbacks" que nos muestran el ascenso de Bergoglio en la Iglesia argentina, así como las dificultades que enfrentó en un entorno político volátil y hostil.
Jonathan Pryce y Juan Minujín interpretan a Bergoglio en distintos momentos de su vida, y hacen un excelente trabajo... aunque desde luego Pryce será el más recordado por la fuerza de las escenas que comparte con Anthony Hopkins, otro titán de la actuación que logra redimirse por las desinteresadas participaciones en cintas mediocres que le dieron el apodo de "Sir Anthony Paycheck". Al igual que ocurrió con Robert De Niro en The Irishman, fue reconfortante encontrar a Hopkins en pleno dominio de su oficio, entregando una de las mejores actuaciones del año.
Sin importar la religión o ideología personal (a fin de cuentas la pizza nos une a todos), creo que The Two Popes ofrece suficiente entretenimiento y valor cultural para recomendarla con confianza. Y también conviene mencionar que The Two Popes es otra excepcional "exclusiva de Netflix" que confirma el compromiso de la empresa con cineastas audaces y ambiciosos cuya visión no necesariamente encaja en los parámetros del cine comercial. Claro, por cada The Two Popes Netflix produce una docena de películas navideñas con princesas, pero bueno... mejor ésto que otra de Michael Bay. Dios nos libre.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, December 22, 2019

El Buen Mentiroso (The Good Liar)



Síntomas: Después de conocerse en un servicio de citas para adultos mayores, Roy Courtnay (Ian McKellen) y Betty McLeish (Helen Mirren) inician una relación romántica. Pero uno de ellos no es lo que parece.

Diagnóstico: El director Bill Condon ha colaborado con el actor Ian McKellen en películas buenas (Gods and Monsters)... y no tan buenas (Mr. Holmes). Creo que El Buen Mentiroso se acerca más a la segunda categoría; su historia es interesante y las actuaciones son excelentes (obviamente), pero el libreto da muchas vueltas para llenar el tiempo mientras llega a un final inverosímil, y no tan inesperado como el director supone. Basado en la novela "The Good Liar" (de Nicholas Searle), el libreto de Jeffrey Hatcher tiene dificultades para mantener el realismo la cinta como thriller y como "romance otoñal", con un resultado menor a la suma de sus partes.
Sin embargo, nada de eso me impidió disfrutar las actuaciones del reparto entero. Sir Ian McKellen y Dame Helen Mirren siempre añaden clase y credibilidad a los proyectos donde participan; pero generalmente les asignan roles secundarios o cameos con cierto valor humorístico (algunos ejemplos recientes: Mirren en Hobbs & Shaw, y McKellen en Beauty and the Beast). Por eso fue un placer encontrarlos juntos (¡por primera vez!) como protagonistas, lo cual les permite no solo desarrollar sus respectivos personajes con el talento que ya conocemos, sino forjar una enigmática relación que sirve como eje dramático y emocional de la película.
Cuando se conocen en línea, Roy y Betty usan nombres falsos y ofuscan la verdad para tener mejor suerte encontrando pareja; por ejemplo, Roy indica que no fuma (mientras está fumando), y Betty dice que no toma alcohol (mientras bebe una copa de vino). Esas pequeñas mentiras parecen inofensivas, y hasta aceptables cuando se busca pareja por Internet... pero también podrían ocultar sus genuinas intenciones. Y así, a lo largo de El Buen Mentiroso vemos cómo los inevitables secretos alteran la relación y conducen a algo más solemne y hasta peligroso.
El elenco secundario también hace un buen trabajo, incluyendo a Russell Rovey en el papel de Stephen, el nieto de Betty que no confía en el nuevo "novio" de la abuela, y empieza a investigar en su pasado... con resultados sorpresivos (no muy sorpresivos, francamente). Jim Carter (más conocido como Mr. Carson en Downton Abbey) es el mejor amigo de Roy; y Mark Lewis Jones tiene un breve pero importante papel como un socio nuevo que casi arruina un importante negocio de Roy.
Detalle curioso (al menos para mi): Durante El Buen Mentiroso hay un "flashback" a la juventud de Roy, y casi instintivamente estaba esperando ver a McKellen digitalmente rejuvenecido, como vimos en X-Men: The Last Stand. Pero no fue así; Roy joven está interpretado por Phil Dunster, imitando parcialmente las inflexiones vocales y lenguaje corporal de McKellan. Sin embargo, lo que me puso a pensar fue esa expectativa automática de rejuvenecimiento digital, que aparentemente mi cerebro ya aceptó como parte natural del cine moderno. ¿Tomó tan poco tiempo para convertirse en el nuevo estándar de Hollywood?
En fin, regresando al punto, El Buen Mentiroso me pareció un thriller razonablemente entretenido, aunque demasiado largo y con aspectos muy predecibles (no es difícil adivinar quién es el "buen mentiroso" del título). Tan solo por las actuaciones podría recomendarla... pero parece un error de cálculo contratar a estos excepcionales actores, y no darles un mejor libreto. Lamentablemente ese es un estándar de Hollywood mucho más antiguo y casi siempre inevitable.
Calificación: 7

IMDb

Saturday, December 21, 2019

Negra Navidad (Black Christmas)



Síntomas: En la víspera de las vacaciones navideñas alguien empieza a matar estudiantes en la Universidad Hawthorne, y la joven Riley (Imogen Poots) sospecha que los crímenes podrían estar relacionados con un ataque que sufrió en el pasado.

Diagnóstico: La original Black Christmas, de 1974, fue un interesante relato "proto-slasher" con la ironía del entorno navideño. El remake del 2006 me pareció un desperdicio de talento que literalmente me hizo dormir. Y ahora, el nuevo remake Negra Navidad introduce algunas buenas ideas, desecha otras, y prácticamente cambia el género de la película, lo cual podría contrariar a los fans que esperaban una cinta slasher más tradicional. Pero, por el lado positivo (estoy tratando de ser optimista), esta nueva perspectiva refleja la noble intención de la directora Sophia Takal para utilizar el horror como plataforma de conciencia social.
Habiendo dicho eso... Negra Navidad no funciona muy bien como película de terror.
Los ingredientes están presentes, y son de adecuada calidad. Imogen Poots es una sólida protagonista, vulnerable pero con grandes reservas de fuerza interna. Su inseguridad no solo proviene del ataque sexual que sufrió tres años atrás, sino de la indolencia de las autoridades que ignoraron su testimonio. Sin embargo esa horrible experiencia también fortaleció su convicción para enfrentar la nueva amenaza del asesino que ronda por el campus. Por su parte, el entorno universitario ofrece abundantes relaciones fraternales, románticas y académicas para definir el carácter y función narrativa de los personajes secundarios; y, desde luego, la temporada navideña subraya el contraste entre la alegría de las fiestas y la melancolía que sufren algunos estudiantes por el aislamiento físico y espiritual.
Como dije: buenos ingredientes para una cinta slasher. Lamentablemente la directora no logró generar terror durante la mayor parte de la película. Negra Navidad carece de atmósfera y suspenso; y la clasificación PG-13 censura la violencia y elimina el "gore", lo cual nos deja con el cansado recurso de sobresaltos forzados que nunca asustan.
Afortunadamente el tercer acto inyecta un poco de energía con una catártica batalla final que sintetiza los temas de la película de manera bastante ridícula, pero indudablemente satisfactoria.
No me malinterpreten: me encanta la idea de re-contextualuzar la fórmula "slasher" (tradicionalmente misógina) como herramienta para denunciar y combatir la "cultura de abuso" que exonera a los culpables y trivializa el sufrimiento de las víctimas (ya era hora de que el sadismo cinematográfico tuviera un propósito más constructivo). Sin embargo Takal se preocupó tanto por el mensaje que terminó descuidando el horror. Y cuando empieza a improvisar con elementos sobrenaturales, la película se derrumba bajo el peso de su incongruencia.
De cualquier modo el final añade un poco de emoción, aprovechando las acciones del asesino enmascarado como alegoría de la "masculinidad tóxica" que infesta muchas esferas sociales. E incluso se me ocurre que las generaciones jóvenes podrían apreciar Negra Navidad más por su contenido social que por los aspectos de terror, lo cual es perfectamente válido. Yo hubiera preferido un balance más armonioso de fondo y forma (como, por ejemplo, en Ginger Snaps, A Girl Walks Home Alone at Night, o The Descent); pero quizás esa sea la perspectiva masculina que está arruinando todo. En resumen: buen mensaje; mediocre película. Veremos cómo le va al re-re-re-make dentro de veinte años.
Calificación: 6.5

IMDb

Friday, December 20, 2019

Star Wars: El Ascenso de Skywalker (Star Wars: The Rise of Skywalker)



Síntomas: Kylo Ren (Adam Driver) continúa persiguiendo a la Resistencia, y en particular a la joven Rey (Daisy Ridley), pues quiere convertirla al Lado Oscuro de la Fuerza. Sin embargo, una misteriosa figura del pasado podría arrebatar la autoridad de Ren sobre la Primera Orden.

Diagnóstico: Palpatine. La figura misteriosa es el Emperador Palpatine. Lo anuncian desde el texto inicial, así que no voy a ocultarlo. Ya hay bastantes secretos y revelaciones para sorprendernos, deleitarnos, o exasperarnos a lo largo de El Ascenso de Skywalker. Sí, exasperarnos. Después de mis extasiadas reacciones ante las dos previas películas (pueden burlarse de mi "fanboyismo" en esos enlaces), por fin logré ver el noveno (¿y último?) capítulo de la saga con un poco más de objetividad.
Pero no mucha.
Por cada horrible decisión del libreto co-escrito por Chris Terrio; y por cada capricho del director J.J. Abrams, encontré algún detalle que estimuló mi nostalgia, desafió mis expectativas, o cautivó mi insaciable "geek" interior (creo que no hay mucha diferencia entre mi interior y exterior, ahora que lo pienso). Entonces, mi opinión fue igualmente positiva, pero aceptando los múltiples problemas que tuve con El Ascenso de Skywalker. Empezando por ese título.
El argumento tiene demasiados "mcguffins", personajes y situaciones irrelevantes que se introducen a la fuerza (ja, ja) solo para hacer más larga la película, o para vender más juguetes, o para justificar constantes crisis que los personajes deben resolver por medio de ingenio (pocas veces), sub-misiones arbitrarias (muy frecuente), o sacrificios que lograron conmoverme (nunca creí que C-3PO me sacaría lágrimas).
Sin embargo, terminé aceptando las torpes mecánicas del guión porque, a fin de cuentas, me siguen gustando los personajes. Y aquí es donde entramos a la parte más subjetiva de la película. Sé que mucha gente odia a Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega), Kylo Ren (Adam Driver) y Poe Dameron (Oscar Isaac), o cualquier combinación de los mismos. Cierto, Rey no fue lo que los fans esperaban; Finn sobre-actúa en casi todas sus escenas; el humor de Dameron puede ser irritante; y Ren es un "emo" con "daddy issues" (por no mencionar "grandaddy issues"). Pero los personajes "clásicos" (Luke, Leia y Han Solo) tampoco eran perfectos, y hasta diría que nunca se desarrollaron con tanta profundidad y textura como esta nueva generación... la generación que posiblemente conducirá la franquicia en los años venideros (dudo mucho que El Ascenso de Skywalker realmente sea el final de las películas; hay demasiado dinero en juego para que Disney las deje envejecer con dignidad). Con eso en mente, estoy perfectamente conforme con la dinámica establecida por los actores y el director. Cada personaje tiene su función específica en el ensamble, sin perder el potencial de evolución individual.
En lo que respecta a la trama, me pareció al mismo tiempo más lógica y más absurda que The Last Jedi. Abrams sigue revisitando los "grandes éxitos" de la saga: otra infiltración en territorio enemigo; otro robot con la pieza clave del rompecabezas; otra desviación a un nuevo planeta para perder tiem... perdón, para obtener información indispensable en la lucha contra los villanos, etc. A estas alturas sería ingenuo esperar auténtica innovación o una subversión absoluta de las fórmulas y valores de Star Wars (¿mencioné que hay demasiado dinero en juego?) Sin embargo, como fan desde mi infancia, ya aprendí a aceptar la repetición porque es parte integral de la narrativa... los hijos siguen los pasos de sus padres, pero tienen que encontrar su propio camino; algunos villanos son redimibles, mientras que otros se convierten en pueril "comic relief"; y Chewbacca solo puede rugir para confirmar que entre más cambian las cosas, más se quedan igual.
En resumen: quedé satisfecho con este gran final. Pudo ser mejor, pero también pudo ser mucho peor. Todo radica en esos pequeños detalles que capturaron mi imaginación de niño, y que ahora, en mi vejez, sigo encontrando en estas películas. El cameo de Nagini; el diseño de Lady Rocketeer; el "droid" con estrés post-traumático (con la voz de J.J. Abrams, nada menos), y no sé cuántos más. El valor acumulado de esas mini-joyas disculpan (en mi opinión) los vicios más grandes de la franquicia. Por cierto, pasaron cuatro décadas para darme cuenta de una cosa: "droid" debe ser aféresis de "android", lo cual implica forma humanoide. Pero R2-D2 y BB-8 no tienen forma humana ¿Entonces, no deberían ser simplemente "robots"? En fin... tema para otro día.
Calificación: 9

IMDb

Thursday, December 19, 2019

Rabid



Síntomas: Rose (Laura Vandervoort) trabaja como diseñadora de modas, pero se siente fuera de lugar entre tantas modelos perfectas. Entonces, después de un accidente, Rose se somete a un tratamiento experimental de reconstrucción facial que la hace más atractiva, lo cual ayuda su carrera y llama la atención de varios admiradores. Sin embargo la cirugía tiene efectos secundarios que transforman a Rose en un peligro para la humanidad...

Diagnóstico: En las últimas décadas del siglo veinte, el director canadiense David Cronenberg ganó considerable fama entre los aficionados al horror (como yo) por su astuta fusión de anomalías físicas y traumas psicológicos en películas como Videodrome (1983), The Fly (1986), y Rabid (1977). Aunque, para ser honestos, la pobre manufactura de Rabid y el primitivo "gore" la hicieron envejecer prematuramente… y también la convirtieron en buena candidata para remake. Y eso fue exactamente lo que hicieron las Hermanas Soska, con resultados generalmente positivos, aunque bastante irregulares. Como sea, pudo ser peor.
Primero, lo bueno: la nueva versión de Rabid ubica la trama en el mundo de la moda, lo cual inspira comentarios sobre desigualdad laboral, acoso sexual, y el excesivo valor de la apariencia en la jerarquía social. Nada nuevo, pero al menos las directoras y guionistas Jen y Sylvia Soska añadieron su habitual sentido del humor para aligerar el mensaje sin sacrificar su relevancia. Otro acierto fue que, en esta ocasión, Rose no es víctima pasiva de un experimento, sino una protagonista fuerte y decidida que intenta mantener el control de su vida en paradójicas circunstancias. La cirugía que reparó su rostro tiene efectos secundarios fatales para la gente que la rodea; pero también incrementó su confianza, eliminando los temores e inseguridades que frenaban su carrera. La actriz Laura Vandervoort nos permite compartir la liberación interna de Rose, y al mismo tiempo el horror de su transformación externa. No diré que su actuación sea extraordinaria, pero se adapta muy bien la sensibilidad de las Hermanas Soska, y sirve como base emocional para mantener nuestra atención durante los pasajes más genéricos de la cinta.
Otra inmensa mejoría fueron los efectos especiales, diseñados por Steve Kostanski (director de memorables películas como Manborg, Father's Day y The Void) y del estudio MastersFX. La sangre de catsup de la cinta original fue reemplazada por "gore" realista, grotescas manifestaciones de la "rabia" que vive dentro de Rose, y un delirante final que altera el tono de la historia, ampliando la mitología y abriendo la puerta para una secuela (o quizás franquicia) que me gustaría ver. Como siempre, estos elogios deben tomarse en el contexto del horror "indie", y no del cine hollywoodense.
Por el lado negativo podría mencionar el interminable desfile de clichés que las directoras utilizan para mantener la historia en movimiento; los insípidos intentos de romance con Brad (Benjamin Hollingsworth), un fotógrafo que despreciaba a Rose hasta que la cirugía mejoró su apariencia; y la ridícula exageración de Gunter (Mackenzie Gray), el arrogante jefe de Rose que no pierde oportunidad de humillarla, hasta que descubre su talento para diseñar vestidos... que desde luego quiere plagiar.
Sin embargo, terminé apreciando la energía de Rabid y su rico estilo visual, así como el sincero homenaje que rinden las Soskas a David Cronenberg a lo largo de la película, incluyendo múltiples referencias a sus obras más famosas (The Naked Lunch y Dead Ringers son las más obvias). Creo que Rabid nunca tuvo la intención de reemplazar a su predecesora; simplemente tomó la premisa como punto de partida para crear una historia más compatible con la cultura actual, y aprovechó las exóticas ideas de Cronenberg para crear nuevos horrores biológicos que simbolizan problemas modernos. Dentro de la filmografía de las Hermanas Soska me sigue gustando más American Mary (mucho más), pero Rabid, al igual que Rose, tiene cierto encanto detrás de las cicatrices... y los tentáculos.
Calificación: 7

IMDb

Wednesday, December 18, 2019

6 Underground



Síntomas: Un excéntrico millonario forma un equipo de mercenarios para eliminar a los peores criminales del mundo, empezando por el dictador de Turgistán.

Diagnóstico: Sabía que Michael Bay terminaría haciendo películas "directas a video". Lo que nunca imaginé fue que el otrora menospreciado nicho de "directo a video" se transformaría en un nuevo modelo de distribución cinematográfica con mayor libertad creativa, fondos casi ilimitados, y ocasionales películas de prestigio que ganan tantos premios como las producciones de los estudios "tradicionales".
Todo lo cual significa que, a pesar de ser un estreno original de Netflix, 6 Underground es otra típica película de Michael Bay: mucho ruido y mucha acción fantásticamente filmada, pero tan confusa y superficial que me puso a dormir. Y aún así la recomendaría tan solo por el kinético virtuosismo de Bay (y su cinematógrafo Bojan Bazelli), así como la ridícula energía de un reparto con suficiente personalidad para mantener (apenas) el interés del espectador durante dos horas de incoherente "historia".
El principio de 6 Underground es bastante prometedor, con una persecución automovilística tan extrema que parece una irreverente auto-sátira de Bay contra su propio estilo; hasta me hizo reír en un par de ocasiones ("Puppies!"). Entonces termina la persecución y comienza el "argumento", repleto de confusos "flashbacks" para explicar el origen del millonario One (Ryan Reynolds) y las habilidades de sus mercenarios: Two (Mélanie Laurent) es una ex-agente de la CIA; Three (Manuel García-Rulfo) es un asesino retirado; Four (Ben Hardy) es experto en "parkour"; Five (Adria Arjona) es la doctora del grupo; y Seven (Corey Hawkins) es el recién llegado que podría añadir una nueva perspectiva al equipo (no revelaré dónde quedó "Six"). Y ahí fue donde empecé a divagar. Por cierto, los personajes no tienen nombres sino números porque One prefiere evitar complicaciones emocionales. No son amigos, sino agentes con una misión... algo así como la versión opuesta de Fast and the Furious, donde todos son "familia". Aunque, desde luego, One podría cambiar de opinión con la motivación adecuada.
Por el lado de los villanos tenemos al tirano Rovach Alimov (Lior Raz), dictador de "Turgistán" (país ficticio, desde luego, aunque Bay usó la impresionante "arcología" de Dubai como escenario de la acción) que acostumbra bombardear a su propio pueblo con armas químicas para demostrar su fuerza como líder (o algo así). One quiere organizar un golpe de estado para reemplazar a Rovach por un líder democrático. Y, desde luego, el plan consiste en disparar miles de balas, infiltrarse en elegantes edificios, y usar vestidos ajustados (en el caso de las mujeres). Y también hay algo con imanes que no tiene el menor sentido, aunque justifica memorables imágenes que nunca había visto en una película.
Lo cual básicamente captura la esencia de 6 Underground: nada tiene sentido, pero ¡qué bien se ve!
Michael Bay es un "director entrópico" (categoría que acabo de inventar). No importa cuál sea la premisa de sus películas, siempre degeneran en caos; lo único importante es que se vean "cool". Y, bajo ese mediocre criterio, 6 Underground es un éxito, supongo. Nunca había visto una toma tan bien filmada de una granada rompiendo la mandíbula de un villano; o trágicos accidentes viales que parecen videos de Muse. Michael Bay es un artista del caos. Algún día debería intentar contar una historia*.
Calificación: 7

IMDb

* Ya lo hizo, y no estuvo tan mal.

Monday, December 16, 2019

Freaks



Síntomas: En una casa con las ventanas cubiertas, un hombre (Emile Hirsch) entrena obsesivamente a su pequeña hija Chloe (Lexy Kolker) para evitar los peligros del mundo exterior. Sin embargo el mundo exterior se ve razonablemente normal... con excepción de algunos pájaros congelados en medio vuelo. ¿Qué pasó en el mundo? ¿Quién es el fantasma que aparece en el armario? ¿Y por qué siempre hay un camión de helados estacionado en la calle?

Diagnóstico: No, afortunadamente Freaks no es el re-make de aquella icónica cinta de terror de Tod Browning. En vez de eso, es un excepcional película de ciencia ficción que toma una fórmula bastante conocida, y la presenta de manera inteligente, visualmente atractiva y hasta emocionalmente satisfactoria.
No diré cuál es esa fórmula, porque el mayor placer de Freaks (en mi humilde opinión) es la revelación gradual de detalles que alteran nuestra percepción de los personajes y de la película misma. Pero sí puedo decir que los primeros minutos establecen un fascinante misterio. El hombre (Emile Hirsch) adora a su hija Chloe (Lexy Kolker), pero es muy brusco cuando le enseña rutinas de seguridad en caso de peligro. Dónde esconderse, qué hacer en caso de que su padre muera, y hasta identidades falsas para confundir a los "hombres malos" que podrían atacarlos en cualquier momento. Pero, a fin de cuentas, Chloe es una niña de siete años, y no alcanza a comprender la gravedad de la situación. Ella solo quiere un helado; y el siniestro anciano que acecha en el camión (Bruce Dern) sabe que la niña eventualmente cederá a la tentación y abandonará la seguridad de su casa.
Y así, lo que parecía un drama familiar post-apocalíptico (o "post-algún evento desconocido") se transforma en una tensa aventura con incontables giros y sorpresas que realmente me tuvieron en suspenso, incluso cuando reconocí el genero al que pertenece la película. El libreto escrito por los directores Zach Lipovsky y Adam B. Stein es un modelo de mesura y organización, confundiendo expectativas mientras dibuja personajes bien definidos, pero con amplias posibilidades de desarrollo para adaptarse a sus nuevas circunstancias.
En el papel de Henry, Emile Hirsch expresa sin palabras la constante preocupación de un padre dedicado al bienestar de su hija... aunque en ocasiones se exaspera por la indisciplina de la niña. Bruce Dern es fantástico, como siempre, en el papel del anciano que sabe más de lo que aparenta. Pero la auténtica revelación es Lexy Kolker como Chloe, capturando la dualidad de una niña curiosa y espontánea, que en ciertos aspectos maduró prematuramente por la hostilidad de su entorno. También aparecen Grace Park (Battlestar Galactica) y Amanda Crew (Silicon Valley) en papeles breves pero importantes, que podrían ser extremos opuestos de una ideología común.
Freaks tiene pocos efectos especiales, pero bastante creativos y bien implementados, aunque nunca sean estrictamente "realistas" (después de todo es una obra de bajo presupuesto). Afortunadamente la cinta no depende de las imágenes, sino del excelente "world building" creado por los directores, donde el drama humano fluye orgánicamente sin necesidad de trucos ni exageraciones.
Estimo que Freaks podría convertirse en genuina película de culto; pero por lo pronto me pareció una joya oculta que brilla con luz propia entre el aglutinado mercado del cine fantástico independiente. Lo único que le faltó a Freaks fue un título que no evoque aquella legendaria cinta de terror. Hay que darle oportunidad de crear su propia leyenda.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, December 15, 2019

Secretos de Estado (Official Secrets)



Síntomas: En el año 2003, Katharine Gun (Keira Knightley) trabaja en el Cuartel de Comunicación Gubernamental, analizando mensajes interceptados para detectar grupos terroristas en el Reino Unido. Entonces su equipo recibe órdenes de extorsionar a varios delegados de las Naciones Unidas para obligarlos a aprobar la guerra en Irak, y Katharine decide revelar a la prensa británica este abuso de poder, lo cual no solo podría destruir su carrera, sino llevarla a presidio por largo tiempo.

Diagnóstico: En realidad la trama de Secretos de Estado es mucho más complicada, pues detalla la complicidad de Tony Blair, George W. Bush, y múltiples instituciones en ambos lados del Atlántico para justificar una guerra posiblemente ilegal, iniciada bajo falsas pretensiones de defender la paz, cuando todo se reducía al control del petróleo en el Medio Oriente. Son temas bastante secos que se expresan por medio de conversaciones en estacionamientos, casas y oficinas... nada de lo cual obedece los clichés de un moderno thriller de espionaje. Y sin embargo el director Gavin Hood (Eye In the Sky, X-Men Origins: Wolverine) encuentra el volumen exacto del melodrama para mantenernos en suspenso durante casi dos horas, apoyado por un excelente libreto (basado en el libro "The Spy Who Tried to Stop a War", de Marcia y Thomas Mitchell) que nos explica las complejidades de la diplomacia internacional con suficiente claridad para seguir la trama, pero sin sacrificar la gravedad de los eventos que estamos presenciando; y con la ayuda de un brillante elenco que destila la intriga política en intensas emociones para engancharnos en las experiencias de Katharine Gun, de los periodistas que revelaron la noticia, y de los abogados que eventualmente intentaron defenderla de los cargos de espionaje levantados por la Corona de Inglaterra (esto último no es "spoiler", ya que la cinta empieza durante el juicio de Katharine). Por lo tanto, Secretos de Estado me pareció una cinta muy recomendable, de impecable manufactura y potente mensaje sobre la manipulación de la verdad para satisfacer los caprichos de las minorías que pisotean los derechos de las mayorías que juraron defender.
Habiendo dicho eso... al principio de Secretos de Estado no pude evitar la sensación de que Gavin Hood llegó tarde a la fiesta. La primera década del siglo veintiuno generó incontables dramas políticos sobre el conflicto en Irak, las malas decisiones del gobierno norteamericano, y las horribles consecuencias del "complejo militar-industrial" fuera de control, tal como advirtió Eisenhower en 1961. Y ahora, en la víspera del año 2020, ¿vale la pena reciclar las crisis del pasado, cuando hay tantos nuevos problemas en el mundo actual?
La respuesta es: ¿creo que sí? A pesar del inevitable anacronismo, los eventos (reales) que retrata Secretos de Estado conservan su relevancia hoy en día; y el uso inapropiado de información sigue siendo una herramienta clave en el panorama sociopolítico contemporáneo. Además, como dije, Secretos de Estado es una película fascinante por derecho propio, con excelentes actuaciones y lecciones que siguen vigentes... desafortunadamente.
En el papel principal, Keira Knightley es simplemente espectacular, manejando el conflicto moral entre la conciencia de Katharine y todo lo que puede perder en su vida personal. La acompañan Ralph Fiennes como el abogado que organiza su defensa; Matt Smith como el reportero con suficiente fe en sus fuentes para escribir la noticia; y Rhys Ifans como un iracundo investigador inglés en Washington, absolutamente cansado de documentar los tratos sucios entre ambas naciones. Es un ensamble idealmente diseñado para amenizar las "bombas de información" que explotan regularmente en el libreto, un poco obtusas, pero indispensables para comprender la escala de las acciones de Katharine y sus consecuencias políticas. En resumen: una cinta de espías "a la antigua", sin balazos, explosiones literales, ni persecuciones. Solo diálogos y actuaciones que, en mi humilde opinión, son más interesantes que cualquier escena de acción. Y con un Doctor Who retirado para mantener el sentido del humor.
Calificación: 9

IMDb

Friday, December 13, 2019

Jumanji: El Siguiente Nivel (Jumanji: The Next Level)



Síntomas: Mientras trata de reparar el videojuego destruido (como vimos al final de Jumanji: Welcome to the Jungle), el joven Spencer (Alex Wolff) es transportado nuevamente al universo de Jumanji, y sus amigos deciden rescatarlo, con la ayuda accidental de dos nuevos jugadores. Sin embargo, descubren que no todo es como recordaban.

Diagnóstico: La cinta Jumanji: Welcome to the Jungle (2017) me pareció un refrito flojo y sin historia; pero el humor del libreto y la simpatía de los actores rescataron la situación y alcanzaron suficiente éxito económico para garantizar la producción de un refrito del refrito. Y, para bien o para mal (estoy indeciso), el resultado es muy similar a la cinta previa, con algunas mejorías en el plano visual, y defectos más notorios en la narrativa. Pero el mayor problema es que no fue tan graciosa... la única condición que necesitaba cumplir para satisfacer a sus fans.
Quizás fue la falta de originalidad, o la repetición de chistes que ya habíamos visto. En Jumanji: Welcome to the Jungle, cuando los jóvenes entraron al mundo virtual de Jumanji adoptaron "avatares" opuestos a sus personalidades, lo cual generó abundantes risas reforzadas por el excelente desempeño de los actores: el inseguro Spencer (Alex Wolff) se vio transformado en un héroe de acción interpretado por Dwayne Johnson; la vanidosa joven Bethany (Madison Iseman) despertó en el avatar de Shelly (Jack Black), un rechoncho experto en cartografía; y así, cada jugador aprovechó la incongruencia de sus respectivos avatares para aprender algo nuevo sobre sí mismos y mejorar su conducta hacia sus semejantes. En Jumanji: El Siguiente Nivel ocurre lo mismo, pero el director Jake Kasdan y los guionistas Jeff Pinker y Scott Rosenberg decidieron cambiar las cosas, asignando distintos avatares a los personajes que ya conocíamos. No fue mala idea para introducir un poco de conflicto y refrescar la fórmula... pero tampoco fue suficiente. El contraste no es tan novedoso, y las lecciones de vida que todos aprenden parecen débiles repeticiones sin gran convicción.
Afortunadamente, no todo está perdido. La adición de dos jugadores geriátricos (Danny DeVito y Danny Glover) altera la dinámica y ofrece nuevas situaciones humorísticas que serán particularmente simpáticas para espectadores de... cierta edad. Y los nuevos avatares que entran en juego prácticamente se roban la película, especialmente Ming, interpretada por Awkwafina. Su introducción es bastante anémica... pero ciertos eventos de la película la transforman en el personaje más gracioso y subversivo. Y, en una película con tantos animales "villanos", me gustó que al menos uno de los héroes adopte un avatar no-humano para balancear las cosas.
Además, como mencioné antes, los efectos especiales son muy superiores, no solo en la recreación de animales increíblemente realistas (las avestruces me impresionaron mucho), sino en espectaculares escenarios que funcionan como "niveles" más creativos y complicados que antes (obviamente me refiero a los puentes colgantes). Por el lado negativo, el villano es aún más olvidable ("Jurgen el Brutal", interpretado por Rory McCann); y todo el juego se basa en la persecución de un "mcguffin" absolutamente genérico y banal. Pero, bueno... supongo que no puedo culpar a la película que imita un videojuego por copiar con tanta precisión la torpe mecánica dramática de un auténtico videojuego.
A fin de cuentas lo importante no es la historia, sino compartir otra aventura con estos divertidos personajes. Tal vez Jumanji: El Siguiente Nivel no fue tan graciosa como su predecesora, pero inspira suficientes risas (o al menos sonrisas) para recomendarla, con la condición de entrar al cine con bajas expectativas para no salir decepcionados. Y, aunque no siento particular necesidad de ver otra secuela, al menos diré que el final de Jumanji: El Siguiente Nivel por fin retoma el mejor elemento de la original Jumanji (1995): la introducción de la jungla en el mundo real. Ese fue el factor clave que faltó en ambas secuelas (en mi humilde opinión), y no debieron esperar tanto para implementarlo. Pero, bueno... mejor tarde que nunca. Supongo que así venden más boletos.
Calificación: 7

IMDb

Thursday, December 12, 2019

Daniel Isn't Real



Síntomas: Cuando era niño, Luke Nightingale (Griffin Robert Faulkner) creó un amigo imaginario llamado "Daniel" (Nathan Chandler Reid) como defensa contra una amarga situación doméstica. Diez años después, Luke (Miles Robbins) se siente abrumado por la presión de los estudios universitarios y la enfermedad de su madre; entonces llama de nuevo a Daniel (Patrick Schwarzenegger)... y descubre que el amigo imaginario también creció, y no es fácil controlarlo.

Diagnóstico: En Some Kind of Hate (2014) el director Adam Egypt Mortimer aderezó la tradicional receta "slasher" con inesperados ingredientes sobrenaturales para crear una cinta de difícil clasificación. Y ahora, Mortimer desafía de nuevo nuestras expectativas con Daniel Isn't Real, un hipnótico misterio que podría encajar en múltiples géneros según la interpretación de cada espectador. Pero, a fin de cuentas, Daniel Isn't Real me pareció un interesante experimento "indie" con algunos problemas menores que no alcanzan a opacar sus audaces ideas.
Entre esos problemas: la superficialidad del personaje central. Luke (Miles Robbins) es un estudiante mediocre sin rumbo en la vida, pero con cierto talento visual y buen corazón, como demuestra al cuidar a su madre Claire (Mary Stuart Masterson). Sin embargo, Luke teme que las perturbaciones mentales de su madre sean hereditarias... lo cual parece confirmarse cuando regresa Daniel (Patrick Schwarzenegger), el amigo imaginario de su infancia. Y, aunque Luke sabe que todo está en su mente, su vida realmente empieza a mejorar con los consejos de Daniel, quien básicamente lo inspira a tener más confianza en sí mismo, y a tomar riesgos que rinden frutos positivos. Entonces Daniel empieza a mostrar tendencias hostiles, y las cosas se complican.
La debilidad de Luke como protagonista podría ser una decisión intencional del director para enfatizar la transformación del joven bajo la influencia de su amigo imaginario. Pero aún así siento que el papel requería un actor más sustancial para transmitir el conflicto interno de Luke y las dudas que despiertan los consejos cada vez más amorales de Daniel. Ese choque de voluntades debería ser el motor principal de la película (en mi humilde opinión), en vez de quedar en segundo plano mientras Luke encuentra novia o tiene largas discusiones con su psiquiatra. Las cuales, por cierto, también parecen oportunidades desperdiciadas para explorar el lado psicológico de los "amigos imaginarios", un tema que siempre he encontrado fascinante (no, nunca tuve "amigo imaginario" de niño; hablar con mis perros era más que suficiente).
Por el lado positivo, me gustó mucho la "historia de origen" de Daniel, así como su evolución conforme gana fuerza para controlar a Luke. Patrick Schwarzenegger (sí, el hijo de Sylvester Stallone)(o algo así) tiene buena presencia, y es capaz de expresar sin palabras la malicia oculta detrás de su interés por su "amigo real". Definitivamente este Schwarzenegger heredó su talento del otro lado de la familia.
Otro gran acierto de Daniel Isn't Real es la cinematografía de Lyle Vincent y la música de "Clark", conjugándose para crear una atmósfera surrealista que complementa el fracturado estado mental de Luke. Los tonos magenta que identifican la presencia de Daniel contrastan con la paleta cálida del "mundo real", y apoyan la narrativa con su eventual fusión. Al igual que Luke, no estamos seguros de dónde termina la realidad y comienza su neurosis.
En cuanto a los aspectos de "horror", Daniel Isn't Real tiene un poco de sangre y algunos competentes efectos (prácticos y digitales), pero solo son herramientas al servicio de la historia. Lo importante es la crisis emocional de Luke, y su lucha contra el "amigo imaginario" que podría ser un síntoma de esquizofrenia, o algo más inusual. Tal vez esto suena como "Fight Club Universitario", pero una comparación más precisa sería con Donnie Darko. O con Drop Dead Fred.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, December 11, 2019

Marriage Story


Síntomas: Tras varios años de matrimonio, Charlie y Nicole Barber (Adam Driver y Scarlett Johansson) inician el proceso de divorcio, y descubren que es más difícil de lo que parece.

Diagnóstico: Como admirador del director Noah Baumbach, me da mucho gusto que la película Marriage Story esté recibiendo tanta atención de la crítica y los premios cinematográficos... pero, francamente, no me parece que sea su mejor trabajo (eso se lo dejaría a The Squid and the Whale o Mistress America). Sin embargo, Marriage Story es indudablemente la obra más impactante de Baumbach, y quizás sea el más perspicaz retrato cinematográfico del divorcio gracias a su admirable balance de análisis y compasión. Su propósito no es señalar culpables, ni explotar el sufrimiento de los personajes, sino acompañarlos en un doloroso proceso que se vuelve antagónico por la intervención de abogados litigiosos y engorrosa legislación que complica todo sin tomar en cuenta las emociones de los involucrados.
Sin embargo, esos abogados y esas leyes tampoco son los villanos, pues tienen una importante función social. Su propósito (aunque no necesariamente su efecto) es proteger a los inocentes y crear una estructura racional para un conflicto pasional. En resumen: Marriage Story sugiere que nadie "gana" un divorcio; cuando mucho puede sobrevivirse sin infligir daño excesivo al resto de la familia.
O al menos esa fue mi interpretación personal. Quizás la auténtica intención de Marriage Story es que cada espectador elija su "contendiente", y siga la historia de Charlie y Nicole con todo el suspenso de una competencia deportiva... o una película de terror (después de todo, Marriage Story incluye un poco de "gore"... pero su función es más humorística que terrorífica)(lo cual, de paso, denota el fino control de Baumbach para modular el tono de la película y mantener el equilibrio dramático sin deprimir al público).
Entonces, la trama podrá depender de nuestra percepción individual, pero las actuaciones son universalmente excelentes gracias al trabajo de un reparto encabezado por Scarlett Johansson y Adam Driver. Después de participar en tantas franquicias de fantasía y ciencia ficción es fácil olvidar que, además de ser "estrellas de cine", también son actores intensos y naturales. Charlie es un director teatral obsesionado con su trabajo, lo cual afectó su matrimonio a lo largo de los años; y Nicole es una actriz que sacrificó su carrera cinematográfica en Los Ángeles para apoyar a su esposo en Nueva York. Driver y Johansson incorporan toda una vida de pequeños gozos y frustraciones en el marco emocional de Nicole y Charlie, y el resultado es absolutamente realista, sin parecer un "duelo de actuación"... tan solo dos personas con un pasado común que buscan futuros separados.
También destacan en papeles secundarios Ray Liotta, Alan Alda, Julie Hagerty, Merrit Wever y, sobre todo, Laura Dern como Nora, la cínica abogada de Nicole. La experiencia que ha tenido con tantos casos de divorcio le permite anticipar la transformación que Charlie y Nicole sufrirán a lo largo del arduo proceso legal... aunque ni ellos ni nosotros podemos creer que llegarán a tales extremos. Pero a fin de cuentas nadie sabe lo que es capar de hacer para defender su posición.
Mi única queja sobre Marriage Story es que se siente un poco larga; pero nunca es aburrida gracias al magnetismo de los protagonistas y al pragmático libreto que desarrolla una situación cruel y deshumanizante sin caer en excesos sentimentales. Habiendo dicho eso, no sé si era necesario escuchar a Kylo Ren cantar una canción completa de Stephen Sondheim. Fuera de eso, Marriage Story me pareció una cinta muy recomendable, no solo como entretenimiento sino como genuina lección de vida. El cine tiende a exagerar para hacer las cosas más dramáticas y memorables... pero por alguna razón siento que Marriage Story apenas exploró la superficie del divorcio moderno.
Calificación: 9

IMDb

Monday, December 9, 2019

I Lost My Body (J'ai Perdu Mon Corps)



Síntomas: Una mano cercenada despierta en el hospital, y empieza a buscar el cuerpo al que perteneció.

Diagnóstico: Suena como una historia de horror, pero en realidad I Lost My Body es un poema visual sobre el eterno conflicto entre destino y voluntad individual, todo ello envuelto en un romance juvenil para hacer más digerible su mensaje y compleja filosofía. En resumen: una de las mejores películas animadas del año, y un deleite para los sentidos (no solo la vista).
Lo primero que me impresionó en I Lost My Body fue su sensibilidad artística. Solo por medio de la animación sería posible crear la etérea atmósfera que transforma cada escena en una visión onírica, sin sacrificar los principios físicos del mundo real. I Lost My Body parece inicialmente confusa y surrealista, hasta que empezamos a dilucidar las conexiones entre sus dispares elementos, y se revela la motivación de la mano para encontrar su cuerpo perdido.
Para bien o para mal, el "misterio" de la mano se resuelve demasiado rápido, gracias a los "flashbacks" que recuentan los eventos previos a su amputación. Y así es como conocemos a Naoufel (voz de Hakim Faris), un joven repartidor de pizzas en París con una infeliz existencia; pero todo cambia cuando lleva un pedido a un edificio de departamentos, y encuentra una razón para cambiar su vida. Entonces, tomando la iniciativa por primera vez, Naoufel reconoce el poder de su voluntad para desafiar el destino que él consideraba inmutable por culpa de una tragedia en su pasado (ni en Francia se escapan de ese venerable cliché).
La evolución de Naoufel es ciertamente inspiradora, y ofrece por igual momentos introspectivos, graciosos y emotivos. El libreto de Guillaume Laurant (frecuente colaborador de Jean-Pierre Jeunet, lo cual explica el tono general de esta película) mantiene la clásica sobriedad del melodrama europeo que no requiere gestos exagerados para expresar los sentimientos de los protagonistas. Por el contrario, las mesuradas actuaciones (me refiero igualmente a las voces y los dibujos) son más elocuentes por su minimalismo y precisión. Sin embargo, creo que la película funciona mejor cuando el director Jérémy Clapin deja que el "lenguaje" de la mano y el maravilloso diseño de producción se encarguen de contar la historia. La trama de Naoufel sirve para capturar la atención del espectador y establecer un rumbo concreto; pero yo hubiera preferido seguir durante más tiempo la macabra "road movie" de la mano viviente, porque ahí es donde brilla con mayor intensidad la visión del cineasta, y el trabajo de los artistas que colaboraron en la creación de esta joya cinematográfica.
I Lost My Body se estrenó sin mucha fanfarria en Netflix, pero merece la atención del público en busca de experiencias nuevas e inusuales. Cada aspecto de la producción está impecablemente realizado, desde las voces de Hakim Faris, Victoire Du Bois y Patrick d'Assumçao, hasta la música de Dan Levy, por no mencionar varias canciones "pop" francesas que nos transportan de inmediato al contexto cultural del joven protagonista. Frozen II y The Lion King podrán ganar millones, pero creo que I Lost My Body es un logro más significativo porque refleja el potencial de la animación y su evolución como herramienta narrativa. Todo los demás son simples caricaturas.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, December 8, 2019

La Cabaña Siniestra (The Lodge)



Síntomas: Unos meses después de perder a su madre en trágicas circunstancias, los niños Mia y Aidan Hall (Lia McHugh y Jaeden Martell) pasan la Navidad en una remota cabaña con su padre Richard (Richard Armitage) y su novia Grace (Riley Keough), a quien culpan indirectamente por la muerte de su madre. Y no será una Navidad feliz.

Diagnóstico: ¡Hammer time! En mi adolescencia veneraba las películas producidas por el estudio británico Hammer Films; y, aunque la versión actual de Hammer no es estrictamente la misma entidad del siglo pasado, aún tiene conexiones con los fundadores originales. Por eso siento sincera emoción cinéfila cuando veo el nombre "Hammer" en los créditos de una película. Sirva esta nostálgica digresión para explicar mi entusiasmo por La Cabaña Siniestra, incluso antes de que empezara.
Ah, y también hay otra razón: en el 2014, los directores Veronika Franz y Severin Fiala ganaron la atención de los fans del horror (como yo) con la excelente cinta Goodnight Mommy; y ahora La Cabaña Siniestra representa su debut en inglés. ¿Lograrán duplicar el éxito previo, o fueron "one hit wonders"?
Me complace decir que La Cabaña Siniestra rebasó mis expectativas (y no solo por el asunto de Hammer Films); aunque también puedo comprender la reacción del público impaciente que probablemente se aburrirá esperando que pase algo en este parsimonioso thriller, ya que no sigue las fórmulas tradicionales del horror ni recurre a "sustos" baratos para crear una atmósfera tenebrosa y angustiante que nos atrapa de principio a fin.
Después de una violenta tragedia en los primeros minutos de la película, Franz y Fiala establecen una situación simple, pero con gran potencial dramático: los niños Mia y Aidan Hall (Lia McHugh y Jaeden Martell) pasarán la Navidad con su padre Richard (Richard Armitage) y su nueva novia Grace (Riley Keough) en su casa de campo (no es realmente una "cabaña" como dice el título, sino una casa de dos pisos con ático, sótano, y abundantes rincones oscuros donde todo puede suceder). Sin embargo los niños odian a Grace porque la consideran parcialmente responsable por la muerte de su madre Laura (Alicia Silverstone). Por su parte, Grace tiene sus propias dificultades personales, tratando de superar una infancia traumática que aún la atormenta de vez en cuando. Y cuando Richard tiene que dejarlos por una urgencia de trabajo, la relación entre Grace y los niños se vuelve cada día más tensa, a pesar de los sinceros esfuerzos de la mujer por congraciarse con ellos. Entonces empiezan a ocurrir cosas extrañas que podrían tener múltiples explicaciones, desde un espíritu vengativo (probablemente la madre fallecida, tratando de proteger a sus hijos), hasta algo más metafísico, que parece descabellado, pero podría explicar los bizarros fenómenos que atraviesa el trío.
Disfruté mucho la deliciosa tensión creada por los directores sin necesidad de efectos especiales ni trampas narrativas. Las actuaciones son expresivas y mesuradas, con escasos diálogos para enfatizar el aislamiento físico y emocional de los personajes. Los niños Lia McHugh y Jaeden Martell manifiestan su desagrado por Grace sin volverse irritantes; incluso podríamos decir que su desconfianza por la nueva madrastra es lógica y justificada. Por su parte, Riley Keough mantiene el precario balance entre la crisis psicológica de Grace y el atrofiado instinto maternal que la inspira a proteger a los niños, a pesar de su continua hostilidad.
El resultado es un brillante ejemplo de "menos es más", que también confirma el talento de Veronika Franz y Severin Fiala para explorar los niveles ocultos del horror que rara vez encontramos en cintas menos ambiciosas de este género. Finalmente, conviene repetir que La Cabaña Siniestra no es una película para todos los gustos, pues requiere paciencia y observación para asimilar todo lo que expresa sin palabras y nos muestra sin imágenes. En resumen: un estimulante ejercicio para la imaginación, más satisfactorio que cualquier espectáculo "gore" o muestrario de efectos digitales. Todo eso también me gusta... pero el horror funciona mejor cuando se conecta directamente con nuestra mente, sin intermediarios que contaminen el proceso.
Calificación: 9 (pierde medio punto por lo que le pasa al perrito Grady)

IMDb

Saturday, December 7, 2019

Entre Navajas y Secretos (Knives Out)



Síntomas: El aparente suicidio del millonario escritor Harlan Thrombey (Christopher Plummer) despierta la codicia de sus hijos... y la curiosidad del excéntrico detective Benoit Blanc (Daniel Craig).

Diagnóstico: En su primera película (Brick), el director Rian Johnson rindió homenaje al cine "noir" de una forma nueva e inesperada. Y ahora repite un truco similar con Entre Navajas y Secretos, un clásico relato de detectives inspirado por los cuentos de Agatha Christie y sus adaptaciones cinematográficas, desde And Then There Were None (1945) hasta la reciente Murder On the Orient Express (2017). El resultado es una cinta muy ingeniosa y divertida, con un excelente reparto que hace memorables hasta las más insignificantes escenas ("¿Regresaste de nuevo?"), y un espectacular diseño de producción que evoca la elegancia del pasado para contar una historia sobre avaricia y división de clases muy apropiada para el presente.
Claro, al igual que ocurrió con Brick, esta abigarrada fusión de formas y estilos se siente un poco artificial, y requiere un ajuste en nuestras expectativas para asimilar lo que Johnson intentó hacer. En otras palabras: es difícil tomar en serio Entre Navajas y Secretos, pero eso no impide apreciar el esmero dedicado al frente y detrás de las cámaras para crear una obra tan entretenida y satisfactoria.
La premisa cuenta con todos los ingredientes de un misterio literario: una muerte inesperada, una familia codiciosa, y un testamento de incierto contenido. No voy a describir a cada miembro de la familia, porque es más interesante conocer sus afectaciones individuales al mismo tiempo que el detective Benoit Blanc (Daniel Craig), así que solo mencionaré los actores cuyo notable desempeño logra dar vida a los bizarros (pero muy humanos) integrantes de la familia Thrombey: Jamie Lee Curtis, Chris Evans, Michael Shannon, Don Johnson, Toni Collette, Katherine Langford, Jaeden Martell, K Callan y Riki Lindhome. La cantidad de personajes y el vertiginoso ritmo de la película impide desarrollarlos con adecuada profundidad, pero los actores se encargan de llenar los huecos a base de talento, de modo que el más tenue esbozo basta para revelar la personalidad de cada sospechoso. Y casi siempre son personalidades repulsivas.
Por eso el detective Blanc elije como ayudante a Marta Cabrera (Ana de Armas), la enfermera del difunto Harlan, quien conoce íntimamente los secretos de la familia. Y así, Benoit y Marta empiezan su improvisada investigación, con el apoyo (e impacientes miradas) del Teniente Elliott (Lakeith Stanfield), y ocasionales visitas del abogado familiar (Frank Oz), y del viejo Sr. Proofroc (M. Emmet Walsh), vigilante de la extensa propiedad donde se ubica la mansión Thrombey.
Hasta ahí todo parece normal... y entonces Rian Johnson empieza a transformar la gentil fórmula del "whodunit" en un acertijo con múltiples respuestas que a veces parecen contradictorias o incompatibles (no, no es como Clue); pero al final todo tiene sentido... con un poco de oportuna manipulación por parte del director. Sin embargo, como dije, me estaba divirtiendo tanto que no me importaron las inverosímiles deducciones del detective, ni la nebulosa motivación del culpable. O culpables. O quizás nadie es culpable. O quizás yo maté a Harlan.
Entre Navajas y Secretos es un creativo thriller donde la identidad del asesino es el menor de los misterios; y al mismo tiempo es una comedia costumbrista que aprovecha la disfuncional dinámica familiar como metáfora de ciertos vicios en la sociedad contemporánea. La artificialidad de la narrativa (particularmente instigada por el personaje de Benoit Blanc, una caricatura basada en detectives ficticios como Hercules Poirot y C. Auguste Dupin) resta un poco de impacto emocional a la experiencia general, pero por lo demás Rian Johnson creó una brillante película que refleja su madurez como cineasta, y su gran afecto por el cine de antaño, listo para ser redescubierto por las nuevas generaciones con la motivación correcta. Y esa motivación podría ser Entre Navajas y Secretos. ¡Ese fue su plan desde el principio! Y hubiera funcionado si no fuera por el detective entrometido.
Calificación: 9

IMDb

Friday, December 6, 2019

Nueva York Sin Salida (21 Bridges)



Síntomas: El Detective Andre Davis (Chadwick Boseman) inicia una frenética persecución por la isla de Manhattan en busca de los asesinos que mataron a media docena de policías durante un robo de narcóticos.

Diagnóstico: Todos los clichés imaginables del cine policíaco están presentes en Nueva York Sin Salida. Desde el héroe con una Tragedia del Pasado, hasta el capitán iracundo que exige resultados (interpretado por el genial J.K. Simmons, probablemente el mejor Capitán Iracundo en la historia del cine), cada personaje y cada escena se han utilizado en incontables obras del género. Sin embargo, el carisma de Chadwick Boseman y la dirección de Brian Kirk ganaron gradualmente mi confianza, y para la mitad de la película me encontré razonablemente interesado en la cruzada justiciera del Detective Andre Davis, no porque la historia se vuelva mágicamente buena (¿existirá una conspiración donde Nada Es Lo Que Aparenta?), sino porque Kirk aprovecha las grietas de la fórmula para filtrar algunos comentarios sobre la contradictoria relación de respeto/odio que mucha gente tiene con las instituciones policíacas, sobre todo en el entorno sociopolítico actual de los Estados Unidos. Lamentablemente Kirk y su escuadrón de guionistas no se atrevieron a llevar el mensaje demasiado lejos, y perdieron la única innovación de Nueva York Sin Salida.
Hablando de decepciones, el título mismo de la película indica otra oportunidad desperdiciada: para evitar que los asesinos escapen de la isla de Manhattan, los superiores del Detective Davis acceden a cortar los accesos al exterior, lo cual significa cerrar 21 puentes (el título original en inglés), detener los trenes, y bloquear los túneles. Es de madrugada, así que el caos vial no será tan grande, pero Davis tiene hasta las 5 de la mañana para cumplir su misión. Entonces abrirán los puentes, y los villanos podrán escapar.
Sin embargo, los asesinos nunca intentan abandonar la isla; el asunto de los puentes se olvida de inmediato, y solo sirve para imponer un arbitrario límite de tiempo... ¡que también se ignora! Aprovechar el aislamiento de la isla para fines dramáticos hubiera requerido talento e imaginación; pero eso excedería la ambición de la película.
Para terminar rápido, señalaré algunos puntos positivos de Nueva York Sin Salida. Chadwick Boseman es un excelente protagonista, igualmente convincente en los momentos dramáticos y en las secuencias de acción. Hay una persecución a pie tan dinámica y compleja que me recordó su trabajo en Black Panther, pero sin tantos adornos digitales (por cierto, Nueva York Sin Salida fue producida por los Hermanos Russo, directores de algunas de las mejores cintas del Universo Cinemático de Marvel... doble decepción). Lo apoya un elenco secundario de competentes actores que hacen más tolerables sus trilladas escenas; además de J.K. Simmons tenemos a Sienna Miller (como la compañera temporal de Davis - al principio se odian, y después se respetan); Alexander Siddig (más conocido para fans de Star Trek como el Dr. Bashir); y Taylor Kitsch y Stephan James como los asesinos, con métodos y personalidades muy distintas para introducir su propio sub-nivel de conflicto.
Nada de lo cual resuelve el problema fundamental de Nueva York Sin Salida: es incapaz de inspirar suspenso (o cualquier otra emoción) porque todo ocurre exactamente como esperamos. Es como escuchar el mismo chiste contado por diferentes personas; tal vez apreciamos las inflexiones individuales, y el "sabor" que cada quien le da a las palabras... pero nadie se ríe al final.
Calificación: 6.5

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Wednesday, December 4, 2019

The Irishman



Síntomas: En una casa de reposo, Frank Sheeran (Robert De Niro) recuenta sus experiencias dentro del crimen organizado, desde que conoció accidentalmente al "capo" Russell Bufalino (Joe Pesci), hasta su ascenso en la política sindical, donde se convirtió en amigo y asesor del legendario Jimmy Hoffa (Al Pacino).

Diagnóstico: En muchos aspectos The Irishman es como "los grandes éxitos" de Martin Scorsese condensados en una sola (larga) película. Pero también representa una notable evolución en su estilo, incorporando herramientas contemporáneas a la clásica visión que ayudó a establecer las bases del cine moderno hace medio siglo.
A primera vista The Irishman es otra historia sobre la mafia... un tema recurrente en la filmografía de Scorsese, cocinado con los mismos ingredientes de Mean Streets (1973), Casino (1995) y Goodfellas (1990), pero con una receta sutilmente alterada para enfocarse en la transformación interna de los personajes, sin descuidar la violencia y humor negro que hicieron tan atractivas aquellas obras.
Y así, durante tres horas y media contemplamos los diversos factores que convirtieron a un humilde camionero en uno de los miembros más poderosos de la mafia americana. El éxito de Frank Sheeran (Robert De Niro) se debe a la obediencia y la lealtad, acompañados por un pragmático sentido común que le ayuda a  racionalizar sus crímenes como consecuencias naturales de su entorno. Es un papel perfecto para Robert De Niro, pues aprovecha su capacidad para expresar sin palabras lo que está pensando... y, sobre todo, lo que está sintiendo. Después de participar en tantas cintas mediocres (por decirlo amablemente), me alegra mucho que De Niro tenga oportunidad de recordarnos por qué es uno de los mejores actores de nuestro tiempo.
En el papel de Russell Bufalino, Joe Pesci sorprende con una actuación sobria y mesurada... pero solo en la superficie. Por debajo de su conciliadora actitud palpita la férrea intensidad que elevó al modesto comerciante a su posición actual ("actual" en los años setentas). Y en el extremo opuesto del espectro emocional, Al Pacino se divierte con el papel de Jimmy Hoffa, carismático, impulsivo, y lleno de pasión; en otras palabras, un líder nato que dice lo que piensa, pero no siempre piensa lo que dice. Frank y Jimmy forman un perfecto dueto de "Kirk y Spock"... o "yin y yang", para espectadores más espirituales.
Sobre el asunto del "rejuvenecimiento digital" solo diré que logró conservar la elocuencia de las actuaciones, aunque no engaña por completo al ojo humano. Tal vez la siguiente versión del software será perfecto; pero por lo pronto es una distracción que ocasionalmente me "sacó" de la película.
Hablando de quejas, también mencionaré que tres horas y media se sienten excesivas. Ya sé que Scorsese se especializa en esos momentos casuales que parecen irrelevantes a primera vista, cuando en realidad están desarrollando el carácter de los personajes; pero cuando gasta varios minutos en una conversación sobre "cuánto tiempo es aceptable llegar tarde a una cita", tal vez es momento de hacerle caso al editor. O, mejor dicho, editora. Thelma Schoonmaker lleva cincuenta años colaborando con Scorsese, y es parte integral de su genialidad, lo cual podemos confirmar una vez más en The Irishman. Tengo entendido que el corte original de la cinta duraba más de cuatro horas, y sospecho que Schoonmaker ayudó a "domar" la película y mantenerla legible a pesar de tantos personajes y períodos históricos. Lo cual me recuerda... más que cualquier otra luminaria en Hollywood, Thelma Schoonmaker necesita escribir un libro; sería fascinante conocer los detalles de su vida y su carrera. O tal vez ya lo escribió, pero con instrucciones de publicación póstuma, para no "quemar puentes" en Hollywood. Al terminar de escribir esta crítica voy a pre-ordenarlo en Amazon, aunque solo exista en mi imaginación. Ya encontraré la manera de hacerlo.
Regresando al punto, creo que The Irishman no es la mejor película de Martin Scorsese, y tampoco fue mi favorita (esa sigue siendo Goodfellas, seguida de cerca por la menospreciada Bring Out Your Dead); sin embargo, definitivamente creo que The Irishman es su obra magna, no solo por sus valores intrínsecos, sino por todo lo que representa en la trayectoria global del director... la culminación de su interés en el crimen organizado; la colaboración con sus más estimados colaboradores; y el testimonio de que su talento sigue vigente cuando el de muchos colegas se extinguió al mismo tiempo que su juventud (no mencionaré nombres)(George Lucas y Francis Ford Coppola). Al igual que Frank Sheeran, Scorsese está examinando su vida, no necesariamente en hechos concretos, sino en las relaciones que forjaron su camino. Espero sinceramente que esté satisfecho con el resultado; y creo que nadie opinaría lo contrario, porque no queremos que "pinten nuestras casas".
Calificación: 9

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