Sunday, December 1, 2019
Wild Rose: Sigue Tu Propia Canción (Wild Rose)
Síntomas: Cuando sale de la cárcel, Rose-Lynn Harlan (Jessie Buckley) decide hacer realidad su sueño de convertirse en cantante de música "country". Pero no será fácil para una madre soltera en la ciudad de Glasgow, Escocia.
Diagnóstico: A primera vista, Wild Rose: Sigue Tu Propia Canción (de aquí en adelante identificada únicamente como Wild Rose) parece una de tantas películas sobre "ascenso a la fama" que nos muestran la tenaz lucha de un individuo por destacar en alguna disciplina artística, enfrentando enormes retos y ocasionales decepciones que no logran doblegar su espíritu. Afortunadamente Wild Rose no es como las demás obras de este género... aunque tiene suficientes similitudes para caer en los mismos clichés que restan impacto a sus virtudes. En resumen, Wild Rose me pareció recomendable gracias a su fantástica protagonista e inesperado mensaje; pero no bastaron para disimular que, en el fondo, está construida con las mismas piezas que ya perdieron el filo después de tanto uso.
Por eso será mejor enfocarme en los puntos positivos de Wild Rose. Para empezar, Jessie Buckley es un auténtico descubrimiento, con una gran voz y carisma para atraparnos en su descabellada misión, incluso cuando el personaje se vuelve irracional o antipático. Estrictamente hablando, Buckley no es un "descubrimiento", pues está trabajando en televisión desde hace años (incluyendo la popular serie Chernobyl), después de ganar un concurso musical en el 2008. Pero personalmente nunca la había visto, y su desempeño en Wild Rose califica como genuina revelación (en mi humilde opinión).
En papeles secundarios la apoyan Julie Walter como su madre Marion; Sophie Okonedo como Susannah, su mejor amiga y promotora; y Daisy Littlefield y Adam Mitchell como los hijos que se sienten desplazados por la obsesión musical de Rose-Lynn. Todos hacen un buen trabajo personificando de un modo u otro las realidades de la vida en un barrio pobre, con pocas posibilidades de escape.
En cuanto a la música, no soy fan del "country", pero Wild Rose emplea canciones accesibles y pegajosas que ilustran la honestidad emocional del género y su afinidad con las clases trabajadoras. A pesar de la distancia geográfica y cultural, Rose-Lynn se identifica con las canciones que hablan sobre corazones rotos y drama rural, pero con ritmos alegres que inspiran optimismo por un mejor porvenir. No importa si sus ídolos cantan sobre ranchos en Arizona y el desierto de Nuevo México; los temas resuenan en la vida diaria de Rose-Lynn en Glasgow, Escocia.
Todo esto nos lleva al inevitable momento crítico que decidirá el futuro de Rose-Lynn y su familia. Cierto, para llegar a ese punto la trama sufre varios tropiezos, y la dirección de Tom Harper nunca acopia suficiente energía; pero el resultado final me dejó satisfecho en muchos niveles. Es fácil hablar del éxito; pero es difícil evaluar los sacrificios necesarios para alcanzarlo. Gracias a eso Wild Rose trasciende sus fallas para impartir lecciones de vida endulzadas por agradables números musicales. Tal vez Wild Rose me hubiera gustado más si Rose-Lynn estuviera obsesionada con el metal noruego... pero entonces perderíamos el encanto "kitsch" de la vaquera escocesa.
Calificación: 7
IMDb
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