Saturday, February 29, 2020

El Acusado y el Espía (An Officer and a Spy - J'Accuse)



Síntomas: En 1894, el oficial de artillería Alfred Dreyfus (Louis Garrel) es acusado de traición y condenado a cadena perpetua. Pero la situación es más complicada, como descubre el Coronel Georges Picquart (Jean Dujardin), nuevo director del Departamento de Inteligencia de Francia.

Diagnóstico: Los eventos retratados en El Acusado y el Espía se exploraron tangencialmente en la película clásica The Life of Emile Zola (de 1937, con Paul Muni en el papel del célebre escritor francés). Sin embargo, esta nueva versión dirigida por Roman Polanski adopta un punto de vista mucho más cercano a los hechos reales, y por lo tanto mejor ubicado para comprender la importancia del famoso "Caso Dreyfus" que sacudió la política francesa a fines del siglo diecinueve.
Ya sé... suena como una tediosa lección de historia que solo podría interesar a los "geeks" francófilos; pero en realidad El Acusado y el Espía es un interesante relato sobre prejuicio, honor y justicia cuyos principios básicos se mantienen relevantes en nuestros días. En otras palabras, un amargo caso de "entre más cambian las cosas, más se quedan igual".
Y, para quienes estén cansados de sermones políticos en el cine, siempre queda la opción igualmente válida de disfrutar la película por sus valores artísticos, incluyendo las actuaciones de Jean Dujardin (The Artist), Louis Garrel (Little Women) y Emmanuelle Seigner (The Ninth Gate); la asombrosa cinematografía y diseño de producción que evocan los cuadros parisinos de Monet; la música de Alexandre Desplat, expresando las emociones que los personajes deben reprimir; y, sobre todo, la mágica dirección de Polanski, quien maneja la complicada cadena de eventos y multitud de personajes con tanta precisión que no necesitamos explicaciones para asimilar el drama íntimo a nivel personal y el escándalo público de una nación que tropezó muchas veces en el escabroso camino al progreso.
El Acusado y el Espía comienza con la baja deshonrosa del soldado Alfred Dreyfus (Louis Garrel), acusado de compartir secretos militares con agentes enemigos. Alfred niega enfáticamente su culpabilidad, pero termina en una estrecha celda en la Isla del Diablo. Mientras tanto su antiguo maestro, el Coronel Georges Picquart, recibe el cargo de Director del Departamento de Inteligencia, y casualmente examina la evidencia recolectada por el servicio de contra-espionaje que se utilizó para condenar a Dreyfus... y descubre que algo no encaja con la versión oficial.
Entonces se desarrolla una turbulenta investigación que no solo pone en peligro la carrera de Picquart, sino la reputación de Estado Mayor francés y la integridad del Ejército mismo. Pero, como se nos indica al principio de la película, "Todos los eventos son ciertos, y los personajes son reales", lo cual significa que este "thriller político" no sigue las fórmulas ni estructuras de Hollywood. Por el contrario, Polanski y el guionista Robert Harris (quienes previamente colaboraron en la excelente Ghost Writer) no se preocupan por acomodar los hechos para máximo impacto comercial, ni intentan cambiar la historia para que los buenos ganen y los malos pierdan. La realidad rara vez es justa, y los vicios de un país no se resuelven con el elocuente discurso de un abogado durante un juicio. En vez de "You can't handle the truth!", tenemos discusiones ordenadas y racionales que no siempre conducen al resultado que esperábamos. Así es la vida. Y por eso es importante cuidar los principios que la hacen tolerable. En este caso, El Acusado y el Espía nos enseña la fundamental diferencia entre racismo personal y racismo institucional. Picquart tiene prejuicios contra Dreyfus y su grupo étnico; pero eso no le impide cumplir su deber cuando encuentra injusticias cometidas contra ellos. Un mensaje que merece repetirse hoy en día... lamentablemente.
Calificación: 9

IMDb

Friday, February 28, 2020

El Hombre Invisible (The Invisible Man)



Síntomas: Cecilia Kass (Elisabeth Moss) escapó de su esposo abusivo para iniciar una nueva vida; pero siente que de algún modo la está espiando, aunque ella no pueda verlo.

Diagnóstico: Después del chasco de The Mummy, especulé sobre la posible resurrección de los monstruos clásicos de Universal Pictures en forma de "B-Movies" de bajo presupuesto, con más énfasis en suspenso que en aparatosos (y costosos) efectos especiales. Y ahora, El Hombre Invisible refleja exactamente el tipo de película al que me refería: una eficiente y económica modernización del venerable personaje de H.G. Wells (aunque su nombre no aparece en los créditos), con excelentes actuaciones y una intrigante premisa que añade un contexto muy relevante para el clima político actual, sin perder el horror inherente de una amenaza invisible... que podría o no ser real.
La primera mitad de El Hombre Invisible se desarrolla como una película de terror. Cecilia Kass está convencida de que su esposo se volvió invisible, y está persiguiéndola para vengarse por abandonarlo. El director y guionista Leigh Whannell nos contagia la angustia de Cecilia con largas tomas fijas de ambiguo significado. Pero también hay indicios de que Cecilia sufre algún tipo de estrés post-traumático, y sus fantasías de persecución podrían ser consecuencias de la violencia doméstica. La cual nunca vimos. Mmh... ¿será posible que todo esté en su mente? De un modo u otro, ese hipotético "hombre invisible" controla su futuro, así como su esposo controlaba su pasado. Aunque Cecilia escapó el tormento físico, las cicatrices psicológicas pueden durar toda la vida.
Elisabeth Moss es una actriz con excepcional rango de expresión, y su interpretación nos atrapa desde la primera escena. Como dije al principio, El Hombre Invisible no es una historia de efectos especiales (aunque los pocos que tiene son excelentes), sino de drama humano, lo cual requiere una conexión emocional con la protagonista que Moss consigue sin dificultad alguna.
El reparto secundario hace un buen trabajo, incluyendo a Harriet Dyer como la hermana de Cecilia, y Aldis Hodge y Storm Reid como la familia que la acoge en su hogar cuando escapa de Adrian (Oliver Jackson-Cohen). Pero a fin de cuentas la película descansa sobre los hombros de Moss y su co-protagonista: el espacio vacío donde tal vez hay un auténtico "hombre invisible", o solo la terrible neurosis de una mujer atormentada por su propia imaginación.
El nombre de Leigh Whannell será familiar para fans del horror (como yo), gracias a su participación (generalmente como escritor o productor) en algunas populares cintas del género, incluyendo la saga de Saw e Insidious. Su debut como director fue con Insidious: Chapter 3, con resultados... aceptables. Sin embargo fue hasta el 2018 cuando lució su auténtico talento con el fantástico thriller futurista Upgrade. Y ahora, The Invisible Man confirma esa intensa visión que encuentra nuevas piezas de un rompecabezas antiguo, y lo transporta al siglo veintiuno con implacable fuerza y convicción.
Mi única queja incluye algunos agujeros lógicos que no tienen mucho sentido (por ejemplo, el escondite de las cápsulas). Pero quizás se resolverán viéndola de nuevo, así que no me preocuparon mucho.
En resumen: El Hombre Invisible no solo es una brillante re-invención de un clásico, sino un recomendable thriller por derecho propio, que me dejó plenamente satisfecho como aficionado al horror, a la ciencia ficción, y a las historias bien escritas y construidas sobre una firme base dramática. Y también como devoto de los perros; afortunadamente Zeus sobrevive.
Calificación: 9

IMDb

Thursday, February 27, 2020

Color Out of Space



Síntomas: Un meteorito cae en la granja de la familia Gardener, liberando una misteriosa energía que empieza a afectar la flora y fauna de la región... incluyendo a los miembros de la familia.

Diagnóstico: Entre las historias de H.P. Lovecraft que mejor ejemplifican su extraordinaria visión creativa está la inolvidable "The Colour Out of Space". En 1927, Lovecraft decidió escribir su propia versión de una "invasión extraterrestre" (un concepto relativamente nuevo, popularizado en 1897 por la novela "The War of the Worlds", de H.G. Wells); pero, siguiendo su costumbre, Lovecraft no quiso utilizar monstruos genéricos, sino algo realmente ajeno e inexplicable para la ciencia convencional ¿La solución? Un color extraterrestre con etérea conciencia e inescrutable intención que amenaza la existencia de una familia rural, y quizás eventualmente de la humanidad entera.
Y ahora, el legendario director Richard Stanley regresa del retiro (involuntario) para filmar una nueva versión de aquella icónica historia con todos los recursos del siglo veintiuno. El resultado me pareció bueno, aunque con dos grandes problemas que casi arruinan la experiencia.
El primero es que Color Out of Space dura demasiado. El argumento sigue más o menos la historia original, introduciendo variaciones para crear una narrativa tradicional donde un factor externo (el meteorito) acelera los problemas internos de la familia Gardener.  Nathan (Nicolas Cage) quiere mantener el optimismo frente a la incertidumbre económica, pero no puede ocultar su preocupación (al parecer su decisión de criar alpacas, "el animal del futuro", no tuvo tanto éxito como esperaba). Su esposa Theresa (Joely Richardson) se recupera de una grave enfermedad, y trata de continuar su trabajo como asesora de inversiones; pero la tecnología en un área tan remota solo provoca frustraciones. Los hijos adolescentes Lavinia (Madeleine Arthur) y Benny (Brendan Meyer) se preocupan más por sus hobbies (brujería y marihuana, respectivamente), mientras que el pequeño Jack (Julian Hilliard) pasa más tiempo con el perro Sam (Laia) que con sus padres.
Entonces cae el meteorito y todo empeora. Los conflictos domésticos se recrudecen; los productos de la granja se contaminan; y la familia Gardener empieza a cambiar.
Todo esto funciona razonablemente bien, pero hay demasiadas digresiones y relleno que desvían nuestra atención de la trama principal (como el asunto de la Alcaldesa Tooma, interpretada por Q'orianka Kilcher), así como personajes superfluos que nunca encuentran su función en la trama, como Ward (Elliot Knight), el estudiante (de la Universidad Miskatonic, obviamente) que está estudiando los mantos acuíferos de la región; y Ezra (Tommy Chong), un "hippie" ermitaño con extrañas ideas sobre el significado del meteorito.
Creo que Color Out of Space necesitaba una juiciosa edición para recortar unos veinte minutos y "apretar las tuercas" de tantas piezas sueltas que entorpecen la historia.
Y, hablado de "piezas sueltas", llegamos al segundo gran problema de Color Out of Space: Nicolas Cage. Quizás parecía buena idea darle el papel de un hombre desesperado que intenta proteger a su familia mientras la realidad se desmorona a su alrededor; pero siento que los erráticos desplantes de Cage son incompatibles con el onírico estilo de Lovecraft, y el resultado fue una actuación estridente que corrompe el drama de la película. Claro, los aspavientos de Cage hacen más divertido el pesadillesco tercer acto, cuando Stanley olvida toda mesura y nos sumerge hasta el fondo en el horror cósmico lovecraftiano... pero aún así estuve imaginando el balance emocional que hubiera obtenido un actor más disciplinado. Se me ocurren Thomas Jane, John Cho, o William Fitchner, por mencionar unos cuantos.
En fin... para bien o para mal, Color Out of Space eligió a Nicolas Cage, con todo lo bueno y malo que ello implica. Sin duda es una película entretenida, con gran imaginación artística, y grotescas imágenes que se quedarán mucho tiempo en mi cabeza. Al mismo tiempo, me pareció una mediocre adaptación de un relato que siempre funcionará mejor en forma escrita, donde nuestra imaginación se encarga de visualizar las bizarras ideas concebidas por HPL. En cuanto a Richard Stanley, tal vez Color Out of Space no marcará un "triunfal" regreso, pero definitivamente me pareció un buen comienzo del segundo acto de su carrera. Ojalá tenga más suerte en esta ocasión.
Calificación: 7.5

IMDb

Monday, February 24, 2020

The Rest of Us



Síntomas: Cami (Heather Graham) y su hija adolescente Aster (Sophie Nélisse) reciben en su casa a Rachel (Jodi Balfour) y Talulah (Abigail Pniowsky), la viuda e hija del ex-esposo de Cami... lo cual provoca inevitables conflictos, pero también forja nuevos lazos que cambiarán sus vidas.

Diagnóstico: No voy a negarlo: la única razón por la que vi The Rest of Us fue Heather Graham. Sin embargo, terminé disfrutando este competente melodrama "indie" (¡y además canadiense!) gracias a sus actuaciones y al planteamiento realista (aunque ligeramente idealizado) de una complicada situación que nunca había visto en otras películas (o quizás sí, y no lo recuerdo). Pero lo que hizo The Rest of Us realmente recomendable fueron las inesperadas reflexiones alegóricas que trascienden la simple tensión entre la esposa y la "ex". Lo que ocurre en la pantalla es bueno, pero lo que se destila en nuestra mente es mejor.
Creo que la directora Aisling Chin-Yee y la guionista Alanna Francis utilizaron esta inusual dinámica familiar para analizar y cuantificar la transformación de los roles femeninos a lo largo de una vida. Cami tiene toda la experiencia y pragmatismo de la edad madura; su conducta es generalmente racional, sin perder su natural optimismo. Rachel está sufriendo una forzada evolución de esposa a mujer independiente, mientras trata de aprender de los errores del pasado para mejorar su futuro y el de su hija... aunque sus nuevas responsabilidades no le impiden salir a bailar de vez en cuando. Aster representa la adolescencia, inconforme y agresiva, pero sin saber exactamente contra qué se está rebelando. Y la pequeña Talulah es como la hoja en blanco, asimilando nuevas experiencias con la mente abierta y sin prejuicios que nublen su percepción. Por cierto, Talulah también está obsesionada con un "terrarium" donde puede observar insectos, lo cual podría ser una metáfora de la casa de Cami y sus habitantes. En resumen: cuatro mujeres representando cuatro puntos críticos en la vida de una mujer. O quizás fue mi imaginación. No sé. ¿Mencioné a Heather Graham?
Hablando de apariencias, el estilo visual de Chin-Yee es simple y eficiente, observando a las protagonistas en momentos triviales (cocinando, revisando el clóset), donde pueden expresar sus emociones sin temor a las miradas ajenas. Entonces, cuando llegan las escenas más dramáticas en el sentido tradicional (discusiones, confrontaciones), podemos comprender el contexto psicológico de los personajes y lo que realmente quieren decir. Y con actrices tan buenas como Graham, Jodi Balfour (de la excelente serie For All Mankind), Sophie Nélisse (Close) y Abigail Pniowsky (He's Out There), sabemos que cada escena justificará su existencia al mismo tiempo que contribuye al denso tapiz dramático del relato entero.
En cierto modo The Rest of Us se siente como el programa piloto de un sitcom televisivo... pero no de televisión abierta, sino de Netflix o Showtime. El humor no busca grandes risas, sino una mejor comprensión de la naturaleza humana; y el drama nunca es gratuito, pues fluye naturalmente de la interacción entre personajes opuestos, pero complementarios. Creo que vería ese hipotético programa durante varias temporadas... siempre y cuando no maten otro gato como metáfora del fin de la inocencia.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, February 23, 2020

El Llamado Salvaje (The Call of the Wild)



Síntomas: A fines del siglo diecinueve, la "Fiebre del Oro" atrae muchos exploradores a la frontera entre Alaska y Canadá, donde necesitan perros fuertes para jalar trineos. Así es como el perro doméstico Buck termina secuestrado en un barco con rumbo al Río Klondike, donde le espera una vida llena de riesgos y penurias.

Diagnóstico: No tenía intención de ver El Llamado Salvaje porque la novela original The Call of the Wild me traumatizó de niño, y probablemente contribuyó a la excesiva sensibilidad que ahora tengo con escenas de maltrato animal. Entonces me enteré de que los perros (y demás animales) de El Llamado Salvaje serían creaciones cien por ciento digitales, y cambié de opinión. Y además, mi preocupación inicial fue en vano, ya que el director Chris Sanders (How to Train Your Dragon) transformó aquella despiadada historia de supervivencia canina en una inocua fantasía familiar prácticamente libre de violencia... y mucho más entretenida de lo que yo esperaba.
Lo cual significa que los fans del autor Jack London probablemente quedarán decepcionados. El brutal realismo de la vida en Alaska, la ciega ambición de los buscadores de oro, y la crueldad hacia los animales de trabajo se eliminaron casi por completo en el libreto adaptado por Michael Green (Logan). En mi opinión fue algo positivo, pero los devotos de London podrían condenar la disolución de una detallada crónica histórica en una blanda fábula infantil que apenas toma algunos conceptos del libro y los inserta en una estéril narrativa comercial que no pretende ofender a nadie (por ejemplo, no hay villanos nativo-americanos). En el libro prácticamente TODOS mueren; en la película solo muere un conejo, una codorniz, un pez, y una persona. Cada quién sabrá si esto representa la grotesca corrupción de una joya de la literatura universal, o un apropiado ajuste cultural para sensibilidades contemporáneas.
Ya basta de explicaciones. El Llamado Salvaje comienza con la vida doméstica de Buck (basado en el perro actor Buckley), una cruza de San Bernardo y Collie Escocés que pasa su tiempo persiguiendo conejos y haciendo travesuras en la plantación del Juez Miller (Bradley Whitford). Pero su gran tamaño llama la atención de un ladrón que captura a Buck y lo lleva a Alaska, donde es adquirido por un cartero (Omar Sy) y enganchado a un trineo con otros perros que lo ayudarán a adaptarse a su nueva vida. Y así Buck pasa de un dueño a otro, enfrentando nuevos retos e incontables peligros, mientras escucha... el llamado salvaje.
La apariencia y comportamiento de Buck es más o menos realista, pero con expresiones un poco exageradas para darle mayor elocuencia a sus emociones. Muy importante: EL PERRO NO HABLA. Ningún animal habla, pero se dan a entender perfectamente bien gracias al trabajo del estudio MPC. Tal vez El Llamado Salvaje no alcanza el pasmoso realismo visual de The Lion King (también realizada por MPC), pero obtiene mejores "actuaciones" de sus personajes digitales, lo cual ayuda a sumergirnos en la trama después de un breve período de ajuste para que nuestro cerebro acepte la "realidad irreal" de los animales sintéticos.
Por su parte, los personajes humanos se sienten más artificiales debido a su plana caracterización y mínimo desarrollo. Omar Sy y Cara Gee interpretan a los dueños del trineo donde Buck aprende a seguir órdenes. Dan Stevens es un cruel buscador de oro que tortura a sus perros y pone en peligro a todos los miembros de su expedición (incluyendo a Karen Gillan, en un papel tan corto que debe haber sido un favor para algún amigo). Y Harrison Ford interpreta a John Thornton, un veterano explorador que no busca oro, sino algo más personal, y encuentra a Buck en varias etapas de sus aventuras en Alaska. El trabajo de Ford no es particularmente bueno, pero basta y sobra para encariñarnos con el único personaje con profundidad y motivación. Dato curioso: en The Secret Life of Pets 2, Ford prestó su voz a un perro de granja; y en esta ocasión trabaja como "sidekick" de un perro de trineo. Ahora sabe lo que sentía Chewbacca.
Calificación: 8

IMDb

Saturday, February 22, 2020

Buscando Justicia (Just Mercy)



Síntomas: El abogado Bryan Stevenson (Michael B. Jordan) y su asistente Eva Ansley (Brie Larson) establecen una pequeña fundación en Alabama para ofrecer ayuda legal a prisioneros injustamente encarcelados y condenados a muerte, como Walter McMillian (Jamie Foxx).

Diagnóstico: Como dice Bryan Stevenson al final de Buscando Justicia, la historia de Walter McMillian no solo revela el sufrimiento de un hombre injustamente condenado a muerte, sino que denuncia la corrupción de un sistema jurídico peligrosamente influenciado por el racismo institucional, el cual pisotea los ideales de la democracia y ataca a los ciudadanos que debería proteger. Obviamente el director Destin Daniel Cretton (Short Term 12, The Glass Castle) tiene las mejores intenciones del mundo, y un mensaje muy importante dentro del clima político actual; pero tomó la ruta fácil del melodrama para ganar la simpatía del espectador, en vez de explorar la fascinante ambigüedad moral del trabajo realizado por Stevenson en el mundo real, donde nada es tan simple como lo pintan en la película.
El caso de Walter "Johnny D" McMillian ciertamente inspira indignación, y se vuelve aún más increíble conforme seguimos la investigación sobre el juicio y la "evidencia" que presentó el fiscal local para demostrar la culpabilidad del acusado. Sin embargo, encontré más interesante la sub-trama de Herbert Richardson (fantásticamente interpretado por Rob Morgan), un hombre que definitivamente cometió un delito y acepta su responsabilidad... aunque las circunstancias del crimen hacen muy cuestionable su condena a muerte. Creo que un examen detallado de ese caso funcionaría mejor para mostrar las fallas del sistema; pero, obviamente, la película resultante sería demasiado polarizante y anti-comercial. Por eso Cretton y su co-guionista Andrew Lanham (adaptando el libro del mismo Bryan Stevenson) prefirieron seguir una historia más accesible, lo cual no tiene nada de malo. Solo siento que hubieran logrado más si se desviaran de la fórmula convencional.
De cualquier modo Buscando Justicia es un entretenido drama legal con buenas actuaciones, sólida dirección, y el mencionado mensaje que toma precedencia sobre cualquier consideración narrativa. Y, a pesar de su limitada ambición analítica, Buscando Justicia cumple su misión de exponer las retrógradas costumbres del sistema legal en algunos lugares donde el progreso social se detuvo en los años cincuentas.
En el papel del abogado idealista, Michael B. Jordan muestra la misma intensidad que vimos en Creed (y su secuela), aunque en esta ocasión pelea con la mente en vez de los puños. Su actuación se siente intencionalmente fría para enfatizar la auto-censura que Stevenson debía imponerse para sobrevivir en un entorno tan represivo (al menos esa fue mi interpretación). Brie Larson no destaca mucho en el papel secundario de Eva Ansley, pero ofrece apoyo moral como fiel colaboradora que también arriesga mucho para mantener sus principios. Y Jamie Foxx interpreta al acusado Walter McMillian como víctima atormentada que no ha perdido la dignidad porque tiene la conciencia limpia. O al menos así parece.
Buscando Justicia me pareció recomendable, pero no esencial; hay mejores películas sobre racismo (ya sean serias, como 12 Years a Slave; ligeras, como BlaKkKlansman, o "alternativas", como Get Out); sobre el debate de la pena de muerte (My Days of Mercy, The Life of David Gale); y, desde luego, mejores dramas legales (A Few Good Men, Amistad, Michael Clayton, por mencionar algunos de mis favoritos). Sin embargo, ninguna historia ficticia podría igualar el compromiso y compasión del abogado que dedicó su vida a la defensa de los derechos civiles en situaciones que muchas otras personas hubieran rechazado. Es fácil defender al inocente; pero cuesta mucho trabajo proteger al culpable.
Calificación: 8

IMDb

Friday, February 21, 2020

El Aro: Capítulo Final (Sadako)



Síntomas: El joven Kazuma (Hiroya Shimizu) desaparece después de publicar en Internet el video de un fantasma que grabó en el sitio de un incendio. Mientras tanto, la Dra. Mayu Akikawa (Elaiza Ikeda) atiende en el hospital a una niña con extrañas habilidades.

Diagnóstico: Solo vi las dos primeras películas japonesas de Ringu; y ahora la novena parte de la serie, El Aro: Capítulo Final, parece indicar que no me perdí de mucho.
Es una lástima, pues El Aro: Capítulo Final marca el regreso de Hideo Nakata, el director de la cinta original, lo cual merecía una historia memorable y bien construida para aprovechar su legendaria visión. Desafortunadamente El Aro: Capítulo Final no pasa de ser otra genérica secuela de "J-Horror" que repite los habituales errores de este particular sub-género: mitología confusa, frustrante "ret-con", y débiles sobresaltos que solo asustan a los blandos personajes. Ah, y ni siquiera es un auténtico "capítulo final" (como promete el título mexicano), sino una rutinaria "historia de origen" de Sadako (la niña de larga cabellera negra que salía de la televisión), combinada con la introducción de una nueva versión del personaje (la niña que cuida la Dra. Akikawa), lista para explotarse en futuras secuelas, supongo.
A pesar del mediocre argumento y ausencia casi total de terror, El Aro: Capítulo Final tiene elementos rescatables que mantuvieron mi atención durante la mayor parte de la película. Para empezar, Nakata establece una tenebrosa atmósfera de amenaza inminente con ayuda del excelente diseño de producción y cinematografía que logran transformar hasta las más banales locaciones en posibles escenarios de fenómenos paranormales. La primera mitad de la película se desarrolla en el hospital de una moderna ciudad (¿asumo que es Tokio?), y en el edificio donde ocurrió un incendio. Nakata y su director de fotografía (no encuentro su nombre) capturan estas locaciones con astutos emplazamientos de cámara que dejan parte del cuadro vacío... indicando que Sadako podría asomarse en cualquier momento. Es un truco muy simple, pero muy efectivo, y en muchas escenas me encontré espiando los rincones de la pantalla en busca de alguna manifestación paranormal. En otras palabras, un perfecto uso de "menos es más", inspirando paranoia en el espectador, y dejando que nuestra imaginación se encargue del resto.
Lo cual también significa que El Aro: Capítulo Final, es extremadamente ligera en horror literal. Entre la historia de origen y la introducción de la niña con poderes mentales, no hay mucho tiempo para crear escenas genuinamente terroríficas. Y las pocas que existen parecen obedecer la necesidad de "fan service"... como la clásica escena donde Sadako sale de una pantalla. Es absolutamente innecesaria, y no tiene sentido en el contexto de la película... pero los fans la esperan, y Nakata tiene que cumplir.
También me gustó la secuencia donde la Dra. Akikawa ve el video que grabó Kazuma en el departamento devastado por el incendio. La tensión se incrementa; la actuación de Elaiza Ikeda refleja la angustia del personaje; y la música anuncia que algo terrible está por ocurrir. Si El Aro: Capítulo Final tuviera más escenas como esa, no importaría mucho la falta de "horror"... pero las escenas "buenas" son la excepción en este desfile de clichés y melodrama prefabricado, el cual incluye la inevitable "Tragedia del Pasado" para explicar todo sin explicar nada.
No es una comparación equitativa, pero creo que prefiero la saga de Ju-On/The Grudge porque su fórmula es más simple y adaptable. Sin embargo, no puedo negar el ingenio de Ringu (la original), su elevada posición en el altar del horror contemporáneo, y las memorables imágenes que dejó grabadas en nuestro cerebro colectivo. Además, para ser justos, la novena parte de cualquier franquicia debería ser absolutamente terrible... y El Aro: Capítulo Final fue simplemente "meh". Baste eso como recomendación o advertencia. No me aburrió, pero pudo ser peor. Mucho peor.
Calificación: 6.5

IMDb

Thursday, February 20, 2020

After Midnight



Síntomas: Cuando su novia Abby (Brea Grant) toma unas vacaciones para pensar seriamente en su relación, Hank (Jeremy Gardner) enfrenta el inesperado problema de una criatura nocturna que intenta entrar a su casa.

Diagnóstico: En la nueva corriente del "Horror Metafórico" hemos encontrado monstruos (humanos e inhumanos) que simbolizan la depresión (The Babadook), enfermedades venéreas (It Follows), adicciones (The Monster), aislamiento (The Dark), angustia existencial (Possum), y hasta la opresión del patriarcado (Sweetheart). Y ahora, After Midnight ofrece la versión romántica de esta fórmula, utilizando los ataques de una misteriosa criatura para explorar los problemas de una relación que empezó con atracción física, y posteriormente desarrolló incompatibilidades que podrían separar a la pareja para siempre. En más de un sentido.
Al principio me costó trabajo asimilar la dualidad temática de After Midnight (seguramente por mi aversión al romance), pero terminé disfrutando esta exótica combinación de géneros, gracias al ingenioso libreto del co-director Jeremy Gardner (junto con Christian Stella), y a las tremendas actuaciones de Gardner (Bliss) y Brea Grant (Dead Night), quienes expresan complejas emociones con una naturalidad que atrapó mi atención tanto como los ataques del monstruo.
Como ejemplo puedo señalar la asombrosa escena donde Abby y Hank se sientan en la entrada de la casa para esperar la supuesta aparición de la criatura (obviamente nadie le cree a Hank, y todos sugieren explicaciones más mundanas, como un oso o felino hambriento); y durante varios minutos la pareja recuenta los pequeños triunfos y decepciones que han sufrido a lo largo de su relación. La cámara no se mueve; los actores están sentados, simplemente hablando... y el resultado es eléctrico. Increíble trabajo de Brea Grant (en la mejor actuación de su carrera) y del actor/ director/ guionista/ editor Jeremy Gardner.
También cabe mencionar a los productores Justin Benson y Aaron Moorhead, creadores de algunas extraordinarias películas de horror con similar profundidad psicológica, como Spring y The Endless. Estrictamente hablando, After Midnight tiene un estilo muy distinto de aquellas obras, pero se nota que, en su papel de productores, Benson y Moorhead buscaron un proyecto igualmente sustancioso en fondo y forma, donde el horror y el melodrama se enriquecen mutuamente con atributos distintos, pero armónicos. Y cuando añadimos a eso una fenomenal criatura, dos increíbles actores, y una canción de Lisa Loeb, tenemos una memorable película difícil de clasificar, pero muy entretenida en todos sus niveles.
Por el lado negativo, el final se siente apresurado y no responde todas las preguntas que inspira la premisa. Además, After Midnight muestra las típicas "costuras" irregulares que hemos visto en otros pastiches cinematográficos, donde las transiciones de una escena a otra (y de un género a otro) tienden a romper el flujo narrativo. Afortunadamente la dirección reduce estas discrepancias de tono, y nos encamina en la dirección correcta para seguir disfrutando los impredecibles placeres de After Midnight.
Finalmente, conviene aclarar que After Midnight (previamente exhibida en festivales bajo el título de "Something Else" ) no incluye mucha sangre ni violencia. Sin embargo hay buenos momentos de suspenso y la deliciosa paranoia de un misterio con suficientes pistas para sacar nuestras propias conclusiones. En resumen: no había visto una mezcla tan estimulante de horror y romance desde Twilight The Shape of Water.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, February 19, 2020

VFW



Síntomas: Varios militares retirados se reúnen en un bar para celebrar el cumpleaños de Fred Parras (Stephen Lang); pero la fiesta se interrumpe cuando los invade una pandilla de adictos a la nueva droga Hype. Entonces, los veteranos deberán recordar su entrenamiento para salir con vida, y quizás recuperar la dignidad que creían haber perdido con la edad.

Diagnóstico: Me voy a tomar la libertad de proclamar al director Joe Begos como nuevo "Amo del Terror". Sus películas no son perfectas, pero han mostrado una consistente mejoría, reforzada por su inflexible compromiso con la belleza artesanal de los efectos prácticos, y el evidente respeto del cineasta por los aspectos más viscerales de este menospreciado género. Así, Almost Human (2013), The Mind's Eye (2016), y Bliss (2019)(mi favorita), demostraron el talento de Begos para resucitar los brutales arquetipos del horror del siglo veinte, con todo el dinamismo y disciplina del cine independiente contemporáneo.
Lo cual nos lleva a VFW, una excepcional "B-Movie" que rinde homenaje al legado de las B-Movies (en particular las de John Carpenter; Assault on Precinct 13 sería la comparación más obvia, pero hay rastros de muchas de sus obras en VFW), demostrando que siguen vigentes como entretenimiento de alto octanaje con la capacidad de transmitir un mensaje social por debajo de la sangre y la violencia.
Cierto, no es un "mensaje" particularmente nuevo ni complicado, pero siempre se aprecia un poco de subtexto para acompañar las explosiones craneales y empalamientos esofágicos. Y esas son solo dos de las múltiples atrocidades que nos ofrecen Begos y los artistas de Russell FX a lo largo de noventa eficientes minutos, libres de relleno o redundancia.
Los personajes de VFW ("Veterans of Foreign Wars") son un poco superficiales, pero el reparto se encarga de añadir abundante personalidad para hacerlos distintivos e interesantes por derecho propio. En el papel principal, Stephen Lang (Avatar, Don't Breathe) personifica al clásico "rudo sensible" que puede controlar cualquier situación, incluyendo las discusiones entre sus irascibles amigos, todos ellos veteranos de una u otra guerra... pero siempre unidos por los inquebrantables lazos que forjaron en el combate. Lo cual, sospecho, también podría decirse de los actores reales, y no solo de los personajes ficticios que interpretan.
William Sadler, Martin Kove, Fred Williamson, David Patrick Kelly, y George Wendt son veteranos del cine (y televisión) con muchos roles memorables en su filmografía; y aunque no todos reconocerán esos nombres, ciertamente han ganado reconocimiento como actores de carácter que robaron más de una película bajo las narices de sus respectivas "estrellas" (algunos ejemplos: Lang en Manhunter; Sadler en Die Hard 2; Fred Williamson en MASH, Martin Kove en The Karate Kid, y David Patrick Kelly en The Warriors). Su desempeño en VFW funciona en el contexto de la película, y también como celebración de largas carreras que aún tienen mucho que ofrecer.
Los villanos de VFW son menos pintorescos, pues pertenecen a la genérica categoría de "pandilleros narcotraficantes", con un par de líderes y un anónimo ejército de esbirros listos para ser despachados de la manera más sangrienta posible. Aún así tienen algunos buenos momentos, en particular Dora Madison (de la mencionada Bliss) como la asesina principal de Boz (Travis Hammer), el líder de la banda que quiere eliminar a la joven Lizard (Sierra McCormick) por ciertas transgresiones que podrían costarle mucho dinero.
Y esos son los ingredientes básicos de una cruenta batalla entre viejos y jóvenes; entre honor e infamia; entre disciplina y caos. Como dije: nada nuevo, pero muy divertido y ridículamente sangriento, lo cual basta para recomendar VFW para fans del "gore" y para conocedores del cine de explotación. No se preocupen; está en buenas manos.
Finalmente, me alegra decir que Fangoria lleva tres de tres como productora cinematográfica (las dos anteriores fueron Puppet Master: The Littlest Reich y Satanic Panic), lo cual eleva las expectativas por sus producciones futuras (The Seventh Day, Porno y el remake de Castle Freak). A pesar de todo lo que escribí en esta "crítica", el secreto no está en la sangre, sino en la dedicación y visión detrás de las cámaras. Aunque desde luego el "gore" siempre ayuda.
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, February 17, 2020

Horse Girl



Síntomas: Sarah (Alison Brie) trabaja como vendedora en una tienda de manualidades, y pasa su tiempo libre en una escuela de equitación, porque le gustan mucho los caballos. Entonces empieza a sufrir hemorragias nasales y extraños sueños que no sabe cómo interpretar.

Diagnóstico: A estas alturas me puedo considerar fan del director Jeff Baena y el perverso sentido del humor que utiliza para aligerar el drama de sus personajes, sin disminuir sus emociones. Cierto, su estilo es un poco rebuscado y tal vez no "conecta" con todo tipo de audiencias... pero los fans del cine "raro" (como yo), sabrán apreciar sus comedias curiosamente trágicas (Life After Beth), sus dramas irreverentes (The Little Hours), y las arcanas exploraciones de la mente humana en el límite entre realidad y fantasía... como Horse Girl.
Alison Brie interpreta a Sarah, una joven callada e introvertida que prefiere la compañía de los caballos porque no son tan complicados como las personas. Y su obsesión con una serie televisiva de fantasía satisface la necesidad de drama y romance en un formato inofensivo que le permite apagar el televisor (y reprimir sus emociones) cuando lo considera necesario.
Entonces Sarah conoce a Darren (John Reynolds), y empieza a florecer un inocente romance que podría sacar a la joven de su coraza afectiva; o tal vez la sumergirá aún más en su extraño mundo interior.
Brie (también co-escritora del libreto) recurre a su experiencia en drama y comedia para dibujar la turbulenta psicología de un personaje que oculta su profunda melancolía bajo una constante sonrisa. Entonces, conforme exploramos la vida personal de Sarah, descubrimos ciertos traumas del pasado e inseguridades del presente que generan grietas en su conducta, y podrían crecer hasta provocar una crisis con graves consecuencias para ella y sus amigos. Es una actuación al mismo tiempo potente y delicada, con múltiples niveles de significado que cada espectador interpretará según su propio criterio. Y, para complementar el fino trabajo de Brie, Baena incorpora detalles visuales y alusiones temáticas que hacen más ambigua la percepción de Sarah. Como dije, cada quién sacará sus propias conclusiones, lo cual es uno de mis aspectos favoritos del cine "raro": obligarnos a pensar en vez de ofrecer respuestas prefabricadas.
Acompañando a Brie tenemos a un sólido ensamble que aporta sobriedad y pragmatismo para balancear los desplantes de la joven; entre ellos: Molly Shannon, Robin Tunney, Matthew Gray Gubler, Debby Ryan, Dylan Gelula (más conocida como Xanthippe Voorhees), Paul Reiser y Jay Duplass (también productor de la película, junto con su hermano Mark). Finalmente, me dio gusto ver a Angela Trimbur en el papel de Julie, la maestra de la clase de "zumba" a la que asiste Sarah. Ojalá haya superado sus problemas de salud.
Es difícil ubicar Horse Girl en una categoría específica, porque su intención parece cambiar en cada escena; lo que comienza como simple romance "indie" se transforma en algo más intenso y difícil de asimilar. Sin embargo la actuación de Alison Brie y la sinceridad de sus emociones (incluso si no siempre las entendemos) forman una base firme para la oblicua narrativa, y enfocan nuestra atención en las experiencias de Sarah... sin importar si son reales o imaginarias. En cuanto a Jeff Baena, creo que me gustó más The Little Hours, pero Horse Girl es definitivamente su película más ambiciosa, y establece una nueva dirección en su carrera; o quizás fue una escala introspectiva. Como sea, me pareció un interesante experimento psicotrónico que demuestra el amplio espectro creativo de Netflix, y hasta puede servir como "contra-programación" para sus insulsas comedias juveniles. En verdad aprecio que traten de satisfacer todos los gustos posibles.
Calificación: 8

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Saturday, February 15, 2020

La Maldición Renace (The Grudge)



Síntomas: La maldición de la familia Saeki en Japón es accidentalmente trasplantada a los Estados Unidos, donde afecta a varias personas involucradas con una casa en Pennsylvania.

Diagnóstico: Sí, es casi lo mismo que en la original Ju-On (2003); o, para el caso, lo mismo que en The Grudge (2004), el re-make norteamericano de aquella icónica cinta japonesa que contribuyó a la popularidad del "J-Horror" a principios del siglo veintiuno. Y también es el mismo argumento que en todas las secuelas (ya sea de la original asiática o de la versión norteamericana). Después de veinte años de confusos "flashbacks", "retcons", y vagas conexiones entre las víctimas de la maldición, es irrelevante si La Maldición Renace es un remake, reboot o secuela.
Aún así La Maldición Renace me interesaba por la participación del director Nicolas Pesce, cuyas previas películas (The Eyes of My Mother y Piercing) mostraron una visión única en el cine de terror, recreando técnicas del pasado para contar historias modernas que ponían menos importancia en los "sustos", y más en disfunciones psicológicas y neurosis personales tan peligrosas como cualquier fantasma o asesino enmascarado. En otras palabras: lo opuesto de la fórmula de The Grudge. ¿Qué resultado daría esta bizarra fusión de estilos?
La respuesta es lo primero que dije: más de lo mismo... pero quizás mejor filmado, y con un tono más adulto que desafía el superficial "horror juvenil" contemporáneo. Además, Pesce aprovecha la clasificación "R" para introducir abundante sangre y grotesca violencia que redefine hasta cierto punto los parámetros de la franquicia. Sin embargo no fue suficiente para trascender la repetición de ideas y el frustrante desorden cronológico con el que se desarrolla la historia. En serio, hay tantos saltos entre el pasado y el presente que hace falta una libreta para llevar la cuenta de quién está vivo y quién ya murió.
Para no ser totalmente negativo, podría decir que La Maldición Renace tiene buenos valores de producción, una atmósfera sombría y fatalista, y un excelente elenco de actores adultos cuya presencia eleva el perfil de la cinta e imprime emociones creíbles en sus añejas rutinas de terror. Entre ellos: Andrea Riseborough (Mandy); Demián Bichir (The Nun); Lin Shaye (Insidious: The Last Key), John Cho (Searching), Betty Gilpin (Isn't It Romantic) Jackie Weaver (Bird Box) y William Sadler (Ava's Possessions). Los productores Sam Raimi y Robert Tapert siempre han tenido bueno ojo para el "casting", y su selección de actores añadió la madurez que estuvo ausente a lo largo de la saga.
Como fan obsesivo del horror y seguidor de Ju-On y The Grudge desde sus inicios, La Maldición Renace es como el "cover" de una canción que conocemos de memoria: hay cierta curiosidad por escuchar la perspectiva de un nuevo artista, pero el producto final no fue particularmente memorable, lo cual nos deja con la inevitable pregunta de "¿cual fue el punto de todo esto?" Dinero, naturalmente. Sin embargo, como beneficio adicional, La Maldición Renace podría introducir esta popular mitología a las nuevas generaciones que estaban muy chicas (o no habían nacido) cuando se estrenó la original. Lástima que los fans "viejos" tenemos que conformarnos con las sobras de ayer. En fin... al menos tienen el nuevo aderezo de la sangre.
Calificación: 7 (Pesce sigue siendo un buen director incluso cuando el material no se adapta a su estilo)

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Friday, February 14, 2020

Sonic: La Película (Sonic the Hedgehog)



Síntomas: El erizo espacial Sonic (voz de Ben Schwartz) llegó a la Tierra para esconderse de las criaturas que lo perseguían en su planeta. Pero un descuido lo pone en la mira del siniestro Dr. Robotnik (Jim Carrey), quien quiere capturarlo para analizar sus poderes. Entonces Sonic pide ayuda al policía rural Tom Wachowski (James Marsden) para recuperar los anillos de teletransportación que necesita para escapar de la Tierra.

Diagnóstico: Aunque pasé bastantes horas en los noventas jugando Sonic the Hedgehog (versión original en el Sega Genesis), no guardo particular nostalgia por ese icónico videojuego, y solo me interesaba ver Sonic: La Película por la presencia del comediante Jim Carrey. Ya sé que mucha gente lo odia (quizás con razón), pero personalmente encuentro graciosas sus excéntricas rutinas e inagotable energía. Y, bueno, desde esa perspectiva tan específica (fan de Carrey), puedo recomendar Sonic: La Película como un adecuado muestrario de las ridículas gesticulaciones y bizarras inflexiones que integran el repertorio de Carrey. Fuera de eso... Sonic: La Película me pareció una mediocre adaptación de un videojuego que tomó el concepto original (erizo súper-veloz) y lo insertó a la fuerza en una copia de E.T. con chistes de sitcom televisivo (o, para lectores más jóvenes, la comparación sería "Bumblebee con menos explosiones").
Por el lado positivo... no negaré que algunos de esos chistes me hicieron reír ("u...seless"). James Marsden hace buena pareja con el protagonista animado (recordemos que tiene experiencia en estos asuntos), y aporta un poco de emoción a sus aventuras, además de acertados momentos de humor ligeramente más adulto, lo cual es indispensable en las películas infantiles para evitar que los papás se queden dormidos en los primeros veinte minutos.
Los efectos especiales son razonablemente buenos (el diseño de Sonic mejoró bastante desde aquellas primeras imágenes que horrorizaron a los fans), encontrando un estable punto intermedio entre realidad y fantasía que nos permite aceptar la existencia de un erizo extraterrestre capaz de hacer todo lo que quiere cuando le conviene al libreto, pero encuentra arbitrarias limitaciones cuando el director Jeff Fowler (ex-supervisor de efectos especiales) necesita algún obstáculo o crisis para elevar el suspenso.
Hablando de lo cual... los mejores momentos visuales de Sonic: La Película copian desvergonzadamente aquellas memorables escenas en "cámara lenta" de Peter Maximoff en las películas de X-Men. Ni siquiera se preocupan por disimularlo. Pero, bueno... el efecto sigue siendo novedoso y estéticamente atractivo, así que no lo tomaría como "defecto", sino como repetición de un buen truco que ya habíamos visto antes. Como el "bullet time" en la era post-Matrix.
En cuanto a Jim Carrey, su interpretación del Dr. Robotnik regresa a sus raíces de anarquía cómica, exagerando con abandono en las escenas "dramáticas", y siguiendo sus instintos para crear una caricatura humana que rivaliza la elasticidad digital de Sonic (como ejemplo puedo señalar el número musical)(no pregunten). Y también me gustó el diseño de sus máquinas. Con razón las prefiere en vez de las personas.
Entonces, Sonic: La Película es otra pálida adaptación de un videojuego, ligeramente redimida por la presencia de Jim Carrey (o arruinada, según opinión de cada lector), con algunas genéricas escenas de acción para entretener a los niños, y con el obligatorio mensaje de amistad y realización personal para educarlos. El final promete una secuela con Jim Carrey fuera de control, la cual sería mi única razón para verla porque, francamente, las aventuras de Sonic y el policía no garantizaron mi futuro interés. Aún así, Sega puede celebrar porque finalmente le ganaron a Nintendo: Sonic la Película fue mejor que Super Mario Bros. No era un reto muy grande, pero lo lograron.
Calificación: 6.5 (sube medio punto MUY subjetivo por las gracejadas de Carrey)

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Thursday, February 13, 2020

I See You



Síntomas: Dos niños son secuestrados en un pequeño pueblo; y el policía encargado de la investigación empieza a notar extraños fenómenos en su casa. ¿Serán mensajes del más allá?

Diagnóstico: Cada quién tiene sus propios parámetros para determinar en qué consiste una "buena película". Algunas personas se inclinan por el carisma de los actores; otras por las emociones de la historia; y también es válido disfrutar una buena experiencia audiovisual, independientemente de sus atributos narrativos.
En lo personal, lo que más aprecio es un relato genuinamente impredecible. Después de ver tantas películas a lo largo de los años, es inevitable reconocer las fórmulas comunes del cine (en cualquier género) y perder la sensación de sorpresa cuando ocurre algo "inesperado" que ya vimos decenas de veces en cintas similares.
Creo que por eso me gustó tanto I See You, un notable thriller psicológico con un libreto repleto de giros y sorpresas que mantienen una estricta lógica y sólida consistencia dramática de principio a fin. El truco es ocultar lo suficiente para confundir nuestra percepción y presentar pistas "falsas" que eventualmente se vuelven reales cuando las contemplamos desde una nueva perspectiva.
Sobre el argumento no diré más, excepto que el director Adam Randall y el guionista Devon Graye encontraron un maravilloso balance entre misterio y drama familiar, donde ambos estilos se entretejen hasta formar algo nuevo e inusual.
El policía Greg Harper, su esposa Jackie (Helen Hunt) y su hijo Connor (Judah Lewis) comparten una tensa vida doméstica debido a ciertas transgresiones del pasado. Definitivamente no es una familia feliz, y la presión de investigar un doble secuestro solo empeora la dinámica en el hogar de los Harper. Por su parte, el Departamento de Policía local tiene un caso muy difícil en sus manos, pues el secuestro de dos niños es idéntico al que se cometió años atrás, el cual terminó en tragedia. Y, para empeorar las cosas, están ocurriendo eventos inexplicables en la casa del Detective Harper. ¿Habrá conexión entre los dos fenómenos? Definitivamente sí... pero no de la manera que imaginamos. O quizás sí. Como dije: un libreto impredecible, hábilmente ejecutado por un director con buen sentido visual, y un reparto que saca el máximo provecho del conflicto entre los personajes, desarrollando intensas emociones durante la fatídica investigación.
Hablando del aspecto visual, hace tiempo solicité una moratoria sobre el uso de "drones" para filmar tomas aéreas sin propósito específico... excepto indicar que tenían suficiente dinero para rentar un "drone". Sin embargo, I See You hace excelente uso de esta herramienta, no solo para establecer la geografía de la ciudad y la ubicación de las distintas locaciones relevantes para la historia (como el bosque, un río, y la casa de los Harper), sino para establecer una inquietante atmósfera de "pueblo pequeño lleno de secretos" que me recordó las novelas de Stephen King (lo cual es un halago en este contexto).
Si tuviera alguna queja sobre I See You es que algunas escenas se sienten exageradas y ligeramente inverosímiles dentro de la ambiciosa visión del director. Después de todo, en una historia tan redonda y bien planeada, cualquier pequeña aspereza se vuelve más notoria y nos distrae de sus numerosos aciertos.
Fuera de eso, I See You me pareció una obra muy recomendable, en parte thriller, en parte horror, y en parte drama familiar, donde todo se conjuga para formar una experiencia llena de suspenso y muy satisfactoria en todos los niveles imaginables. Además, si la viera de nuevo resultaría una película totalmente distinta, así que hasta nos ahorra dinero. Dos historias por el precio de una.
Calificación: 9

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Monday, February 10, 2020

Uncut Gems



Síntomas: El joyero Howard Ratner (Adam Sandler) enfrenta una serie de crisis que podrían resolverse con la venta del invaluable ópalo negro que adquirió recientemente. Pero el principal problema de Ratner es su pobre criterio para tomar decisiones financieras.

Diagnóstico: Hace un par de años, los directores Benny y Josh Safdie dejaron muy buena impresión con la cinta Good Time, donde dos hermanos enfrentaron una noche alucinante después de un robo bancario. Y ahora, en Uncut Gems, los Hermanos Safdie utilizan un concepto similar, pero enfocado en un neurótico joyero con grandes aspiraciones y vicios que podrían arruinar su vida... o conducirlo al mayor éxito de su carrera.
Lo primero que llamó mi atención en Uncut Gems fue la increíble dirección que evoca el difuso estilo de Robert Altman, pero mucho más dinámico y disciplinado. Las escenas de Uncut Gems desafían el formato tradicional de Hollywood para ponernos en medio de la acción, siguiendo a Howard durante sus desesperadas maniobras financieras, o cuando intenta arreglar su fracturada vida familiar, dividida entre su esposa Dinah (Idina Menzel), y su amante Julia (Julia Fox). Es un caótico ballet de conflictos y discusiones que complican progresivamente la existencia de Howard con impredecibles resultados. Y todo eso acompañado por la fantástica música electrónica de Daniel Lopatin para contagiarnos la angustia y preocupación del protagonista.
Lo cual me lleva al problema más grande de Uncut Gems (en mi humilde opinión): su frenético ritmo termina enredando el drama en una maraña sensorial que me dejó cansado e indiferente. Sospecho que la libertad creativa otorgada por Netflix permitió a los directores extender la película a su gusto, tal vez para conservar la integridad de las actuaciones o añadir detalles de carácter que ciertamente enriquecen la experiencia... pero también la hacen más larga de lo necesario (dos horas y cuarto), sobre todo considerando la ausencia de una estructura narrativa convencional.
Sin embargo todo eso se olvida cuando Uncut Gems nos atrapa en su anárquica energía y nos transporta al corazón del "Distrito de los Diamantes" en Nueva York. El impecable "casting" utiliza actores y personas reales para recrear la sofocante atmósfera de un sub-mundo repleto de contrastes, donde el honor y avaricia coexisten en una frágil tregua. Un apretón de manos tiene tanto valor como el más complejo documento legal... y, aunque todo parece muy casual, las consecuencias pueden ser fatales.
En el papel principal, Adam Sandler confirma su talento para el drama, sin sacrificar el sentido del humor que hace al personaje más humano y accesible. Afortunadamente no es el mismo humor de las "comedias" típicas de Sandler, sino la sincera calidez que expresó en cintas como Funny People y The Meyerowitz Stories. Claro, después de dos horas de gritos e insultos Sandler irrita un poco, pero nunca perdí interés por su aventuras. O desventuras. Y, para apoyar ese excepcional desempeño, lo acompaña un elenco secundario que incluye a LaKeith Sanfield, Eric Bogosian, Judd Hirsch, el basquetbolista Kevin Garnett, y el cantante The Weeknd.
A fin de cuentas creo que Good Time me gustó más como simple thriller criminal. Y, aunque no tratan exactamente de lo mismo, Win It All me pareció un superior estudio de carácter sobre un "loser" que debe madurar para rescatar los fragmentos de su vida. Sin embargo, la intensidad de Uncut Gems y el realismo de sus personajes (buenos y malos) provocan un irresistible impacto visceral que rara vez se encuentra en el cine. O, mejor dicho, en el servicio de "streaming" donde se estrenó esta cinta. Como he dicho antes, el medio de exhibición es irrelevante. Calidad es calidad sin importar el tamaño de la pantalla.
Calificación: 8.5

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Sunday, February 9, 2020

El Ascenso del Diablo (The Assent)



Síntomas: A pesar de sus dificultades económicas y frágil salud mental, Joel Clarke (Robert Kazinsky) se esfuerza por criar a su pequeño hijo Mason (Caden Dragomer) después del fallecimiento de su madre. Entonces el niño empieza a mostrar extraños cambios de conducta, y Joel teme que haya heredado sus problemas psicológicos. Pero el Padre Lambert (Peter Jason) piensa que las causas son más... diabólicas.

Diagnóstico: No soy exactamente fan del director singapurense Pearry Reginald Teo, pero admiro la ambición y estilo de sus películas, cuya visión siempre excede su modesta manufactura. Por ejemplo, The Gene Generation fue un bizarro thriller "cyberpunk" realizado con pocos recursos y mucha imaginación; y The Curse of Sleeping Beauty combinó horror y cuentos de hadas con una onírica sensibilidad que desafía las convenciones de ambos géneros. En resumen: malas películas, pero con una identidad artística muy creativa y personal.
Y ahora, El Ascenso del Diablo (parece que el Maestro Traductor confundió "ascent", que significa "ascenso", con "assent", que significa "asentir") podría considerarse la obra más "comercial" de Teo, quien aprovecha la oportunidad para incorporar la posesión satánica a un relato más humano y reflexivo, pero sin olvidar la pesadillesca atmósfera e intensidad emocional que requiere este sub-género. Sin embargo, estos aciertos temáticos y visuales no alcanzan a redimir un torpe libreto que se contradice constantemente y provoca algunas cuestionables decisiones por parte del elenco.
La sinopsis lo dice todo: Joel Clarke (Robert Kazinsky) es un padre viudo con problemas económicos que trata de mantener una vida normal para su hijo Mason (Caden Dragomer); pero la situación se complica cuando se manifiestan fenómenos sobrenaturales en su casa. Joel asume que son alucinaciones causadas por su esquizofrenia, y su psicóloga (Florence Faivre) está de acuerdo. Pero cuando el niño también empieza a ver cosas, Joel no sabe qué pensar. Paralelamente conocemos al Padre Lambert (Peter Jason), recién salido de presidio por causar la muerte de un niño durante un exorcismo; sin embargo no aprendió su lección, y de inmediato se interesa en el caso de los Clarke, proponiendo un exorcismo supervisado por la Dra. Hawkins (Tatum O'Neal) para garantizar la seguridad física de Mason.
Y ahí es donde el drama familiar de El Ascenso del Diablo pierde la fuerza que mantuvo al principio, y degenera en malas actuaciones e inexplicables diálogos, resultando en una experiencia menor a la suma de sus partes.
No describiré los tropiezos de la narrativa para respetar las "sorpresas" de El Ascenso del Diablo; baste decir que el melodrama empeora progresivamente hasta un ridículo "twist" que no tiene mucho sentido, y un epílogo ambiguo e innecesario que solo confunde más las cosas.
Es una lástima, ya que Teo creó una cinta de bajo presupuesto muy atractiva y con excelentes elementos estilísticos que incrementan por sí mismos el impacto de cada escena. La cinematografía de Jonathan Hall, el diseño de producción de Ryan Kaercher, y los efectos especiales del estudio Autonomous FX (incluyendo algunas tenebrosas criaturas), mantuvieron mi atención cuando ya había perdido interés en la trama, y me hicieron desear que el director hubiera puesto igual esmero en el libreto que en las bellas/grotescas imágenes que captura su cámara.
Como dije al principio: mala película, pero muy bien realizada por un artista visual con talento para crear horrores estéticos con pocos recursos. Casi diría que Pearry Reginald Teo sufre el "síndrome Shyamalan", empeñado en escribir sus propios libretos a pesar de que resultan el peor componente de su películas. Pero cuando encuentre un colaborador con mejor sentido dramático e ideas más frescas, podría sorprendernos con un nuevo nivel de "terror artístico" que inspire pesadillas hermosas para la vista y crispantes para los nervios.
Calificación: 6.5

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Saturday, February 8, 2020

Los Caballeros (The Gentlemen)



Síntomas: El inmigrante norteamericano Mickey Pearson (Matthew McConaughey) trabajó arduamente desde joven para establecer un imperio de narcotráfico en Inglaterra; pero ahora, en su edad madura, quiere venderlo y retirarse, lo cual provoca una frenética competencia entre el mundo criminal para tomar el control de su "empresa".

Diagnóstico: Tengo una teoría: después de someterse al control de Disney en la cinta Aladdin, el director Guy Ritchie decidió celebrar su libertad reviviendo el "neo-noir" británico donde inició su carrera con películas como Snatch y Lock, Stock & Two Smoking Barrels. En aquel entonces (fines del siglo veinte) parecían simples "homenajes" a Pulp Fiction con acentos ingleses (y escoceses, y galeses, e irlandeses), pero el febril estilo de Ritchie y su exuberante energía superaron la simple copia y originaron un nuevo género cinematográfico.
Y ahora, después de re-inventar personajes clásicos (Sherlock Holmes y su secuela), revivir viejos cultos televisivos (The Man From U.N.C.L.E.) y experimentar con bizarras fusiones históricas (King Arthur: Legend of the Sword), Ritchie regresa al cine criminal inglés con una perspectiva más madura y disciplinada, poniendo mayor atención en el carácter y las actuaciones, y reduciendo sus caprichos visuales (aunque tampoco los abandona por completo).
El resultado es Los Caballeros, una complicada fábula moderna de avaricia y traición que está muy bien actuada, meticulosamente escrita, y brillantemente dirigida... nada de lo cual evita el cansancio provocado por otro laberinto criminal tan confuso que no importa quiénes son los buenos y quiénes son los malos.
Todos son malos, desde luego, pero hay niveles de moralidad que nos ponen a favor de Mickey Pearson (Matthew McConaughey y su esposa Rosalind (Michelle Dockery), empeñados en abandonar la vida criminal para vivir dignamente el resto de sus días. Sin embargo, hay mucha gente interesada en comprar, robar, o "heredar" el imperio criminal de Mickey, y ahí es donde empiezan los problemas.
A decir verdad la trama no es TAN complicada, pero así lo parece por el formato que Ritchie utiliza para contarla: el reportero Fletcher (Hugh Grant) fue testigo de todo lo que ocurrió con Pearson, y escribió un libreto cinematográfico, el cual trata de vender a Ray (Charlie Hunnam). Y así, durante esa "junta de negocios", escuchamos a Fletcher como narrador de la historia, a veces diciendo la verdad, a veces exagerando para efecto dramático, pero siempre tratando de convencernos de que sabe más de lo que aparenta.
Es un truco ingenioso para hacer más amena una historia relativamente "seria". Pero también se siente como "fan service" para los devotos de Ritchie que están acostumbrados a sus afectaciones narrativas y desplantes creativos. Y, a decir verdad, algunas de esas afectaciones son bastante graciosas, como el video rapero, o la reunión con un director interesado en comprar el libreto de Fletcher.
Hablando de lo cual, Hugh Grant es la mejor razón para ver Los Caballeros. Su actuación desafía su imagen benevolente, y revela facetas de su talento que no habíamos visto en muchos años (tal vez desde The Lair of the White Worm). Por su parte, Matthew McConaughey es un "pez fuera del agua" que altera la textura del "neo-noir británico" con su sensibilidad americana. No sé si la película hubiera sido mejor con un protagonista europeo, pero al menos McConaughey añade variedad a la fórmula clásica y un sentido del humor muy distinto al sarcasmo inglés. Michelle Dockery no tiene mucho que hacer como su devota esposa, aunque tiene una o dos buenas escenas. Y, desde luego, los rodea un auténtico desfile de excéntricos villanos con diversas neurosis. Entre ellos: Jeremy Strong, Colin Farrell, Henry Golding, Eddie Marsan, Jason Wong y Tom Wu.
Creo que Los Caballeros es una buena película por sí misma, pero en el contexto del cine criminal británico (ya no digamos en la filmografía de Guy Ritchie) se siente como una obra menor e intrascendente, capaz de satisfacer a los fans del género con su irreverente mezcla de humor y violencia, pero destinada al olvido. Lo cual significa que las siguientes películas de Ritchie seguirán siendo "Del Director de Aladdin..."
Calificación: 7

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Friday, February 7, 2020

Aves de Presa (y la Fantabulosa Emancipación de Una Harley Quinn) [Birds of Prey (and the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn)]



Síntomas: Cuando Harley Quinn (Margot Robbie) se separa de Joker pierde la inmunidad que tenía en el bajo mundo de Gotham, y muchos criminales quieren matarla, empezando por Roman Sionis (Ewan McGregor). La única salvación de Harley es encontrar un diamante que oculta un gran secreto, y usarlo para negociar por su vida.

Diagnóstico: Si algo me enseñaron las películas de DC Comics, es dejar los comics en casa. Es decir: olvidar todas aquellas historias que forman parte de la cultura popular desde hace ochenta años, y aceptar las nuevas versiones cinematográficas en sus propios términos, sin esperar fidelidad a la continuidad impresa, o siquiera el mínimo respeto por el carácter básico de los personajes. Algunas personas dirían que es un error echar a la basura casi un siglo de tradición y "world building", pero bueno... ya aprendí que es mejor entrar al cine con la mente en blanco y libre de expectativas, para no salir maldiciendo cuando encontramos un Superman frío y despiadado, o un Batman caprichoso e impulsivo que prefiere matar en vez de investigar (aclaro que ninguno de los dos aparece en esta película).
Con eso en mente, entré a ver Aves de Presa (y la Fantabulosa... uf... odio los subtítulos) tratando de olvidar todos aquellos comics de Birds of Prey escritos por Chuck Dixon y Gail Simone que tanto disfruté en los últimos veinte años. Con eso fuera del camino, pude ver Aves de Presa (Son Innecesarios y Pretenciosos) como una "secuela lateral" de la mediocre Suicide Squad, enfocándose en Harley Quinn como protagonista, y rodeándola de fantásticas aliadas que, lamentablemente, se desperdician la mayor parte del tiempo. De hecho, Aves de Presa (El Único Subtítulo Bueno es el de Frankenstein) es ochenta por ciento Harley Quinn, y el restante veinte por ciento las demás "aves" y el ridículo villano interpretado por Ewan McGregor.
Ese fue otro gran error de Aves de Presa (Me Doy Por Vencido); los productores tuvieron miedo de usurpar a un villano importante del "Bati-Universo", y solo permitieron que la directora Cathy Yan y la guionista Christina Hodsoon utilizaran un villano de tercera, absolutamente irrelevante y prácticamente desconocido, que no representa un reto a la altura del exuberante equipo de Quinn y sus amigas. Es como hacer una película de Superman, y enfrentarlo contra un agente de bienes raíces. Por el lado positivo, es una auténtica BENDICIÓN que no hayan insertado a la fuerza algún estúpido romance en esta película (como ocurrió con Wonder Woman).
En cuanto al argumento formal, es otra Busqueda del McGuffin Perdido©, donde todos los personajes persiguen el mismo objeto, y no se detendrán hasta encontrarlo. Y esa es toda la excusa necesaria para orquestar incontables peleas, dinámicas secuencias de acción, y las inevitables alianzas y traiciones que deben acompañar este tipo de historias para llenar el tiempo hasta la gran batalla final.
La cual, por suerte, me pareció suficientemente buena para olvidar los agujeros lógicos del libreto y el fallido sentido del humor que intenta ser muy "meta", pero termina siendo irritante (¿mencioné el sub-título de la película?). La cinematografía es tan extravagante y colorida como la psicosis de Harley; la acción es brutal y contundente (aunque no siempre bien filmada... debieron ser más estrictos en la sala de edición); y la clásica destrucción urbana se mantiene en un nivel relativamente "realista" (con una excepción) que no requiere excesivos efectos digitales, sino solo audaces "stunts" (me encantó la secuencia de la motocicleta) y buenas coreografías de pelea cuerpo a cuerpo.
Finalmente, al igual que ocurrió con Suicide Squad, Aves de Presa (y la Fantabulosa Emancipación de Una Harley Quinn)(¡Ja, ja, ja! ¡Qué creativo!) sobrevive gracias a la actuación de Margot Robbie, no necesariamente "buena" (al menos no en el mismo rango de, digamos, Bombshell o I, Tonya), pero sin duda apropiada para el tono general de la película. Y lo mismo podemos decir del excelente elenco secundario, incluyendo a Mary Elizabeth Winstead como Huntress, Rosie Perez como Renee Montoya, Jurnee Smollett-Bell como Dinah Lance, y Ella Jay Basco como Cassandra Cain (reitero mi advertencia inicial: olviden TODO lo que saben sobre estos personajes en los comics, y no quedarán decepcionados por los cambios que sufrieron en su adaptación a cine).
En resumen: Aves de Presa mejoró lo iniciado por Suicide Squad, pero su irreverente "actitud" se siente forzada, y le faltó una sólida conexión emocional con el espectador para apreciar el arco dramático de cada personaje. Estoy completamente a favor de la "acción feminista" (mejor expresada en cintas como Atomic Blonde, Furie, y hasta Tank Girl); sin embargo el argumento necesita funcionar por sí mismo antes de transmitir su mensaje. Creo que Aves de Presa se quedó a la mitad... pero al menos la otra mitad me divirtió bastante. Solo espero que para la secuela introduzcan a Oracle (mi recomendación: Ellen Page).
Calificación: 7.5

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Wednesday, February 5, 2020

The Sonata



Síntomas: La aclamada violinista Rose Fisher (Freya Tingley) hereda de su padre una mansión en Francia, y una sonata inconclusa con extraños símbolos que no puede identificar. Entonces, con ayuda de su agente Charles Vernais (Simon Abkarian), Rose investiga el significado de los símbolos y descubre el gran secreto que su padre ocultó durante muchos años.

Diagnóstico: Una misteriosa herencia; una mansión en el campo; un secreto familiar. The Sonata es un relato gótico "old school" que disfruté muchísimo a pesar de sus fallas, porque evoca el estilo sobrio y elegante del horror setentero, manifestado en cintas como Don't Look Now, The Legend of Hell House, y The Asphyx.
Por el lado negativo, esto significa que la estructura y desarrollo de The Sonata es bastante predecible, y no ofrecerá muchas sorpresas para fans del horror que conozcan de memoria los clichés de la "casa embrujada".
Afortunadamente una buena ejecución compensa la falta de originalidad (en mi humilde opinión), y en ese aspecto The Sonata brilla con luz propia gracias a la calidad de las actuaciones, la impresionante cinematografía de Janis Eglitis, y al libreto que introduce algunas fascinantes ideas sobre la capacidad de la música para expresar emociones más complejas que el lenguaje hablado, el cual está confinado a una estricta sintaxis que elimina toda espontaneidad e imaginación.
O al menos así pensaba el excéntrico compositor Richard Marlowe (Rutger Hauer), considerado como el "redentor de la música clásica" en los ochentas, hasta que abandonó su carrera para recluirse en su castillo francés, donde pasó varias décadas en aislamiento total, hasta su horrible muerte.
Entonces su hija Rose Fisher (Freya Tingley), una brillante violinista por derecho propio, decide visitar la vieja casa de su padre para conocer al hombre que la abandonó cuando era niña. Y lo que encuentra es una sonata para violín que podría tener inmenso valor cultural (y económico), como la obra póstuma de un genio incomprendido. Pero... ¿qué son esas extrañas marcas al principio de cada movimiento? Rose le pide ayuda a Charles Vernais, su agente y amigo, para descifrar el significado de esa exótica notación musical; entonces Charles consulta algunos expertos y descubre que la sonata es más peligrosa de lo que ambos suponían.
The Sonata es una de esas películas lentas y metódicas que se disfrutan más por su desarrollo que por su desenlace. El primer acto introduce a los personajes y su frágil relación; Rose es una artista absolutamente dedicada a la música, con un fuerte carácter que a veces la pone en conflicto con Charles, quien también enfrenta algunos problemas personales. Las actuaciones de Freya Tingley y Simon Abkarian hacen muy realista esta interacción, y me engancharon desde el principio en su extraña misión.
El segundo acto divide lógicamente la función de los protagonistas. Rose viaja a Francia para revisar la casa (castillo) que heredó, mientras que Charles inicia su investigación sobre los símbolos de la sonata. Y así seguimos sus respectivos descubrimientos de nuevas piezas que resuelven el rompecabezas del legado de Marlowe.
Y entonces, desafortunadamente, llegamos al tercer acto. Después de algunas siniestras visiones en el castillo y las obligatorias pesadillas donde Rose recibe mensajes de su padre, el director y co-guionista Andrew Desmond decidió terminar la película con mediocres efectos digitales y un súbito incremento en el volumen del drama que resulta incompatible con el mesurado desarrollo de la historia. Es un tropiezo grave, pero no fatal (al menos eso espero), que me dejó un poco decepcionado, pero sin disminuir mi entusiasmo por la maravillosa atmósfera, actuaciones y textura de The Sonata, una película de horror "a la antigua" con sensibilidad contemporánea; y, no lo puedo negar, también con errores modernos. De cualquier modo la recomendaría para aficionados al "horror musical" que comparten la visión de "Richard Marlowe" (interpretado por Rutger Hauer en una de sus últimas actuaciones) sobre la música como lenguaje trascendental que puede llegar al "más allá". O al menos ofrecer una buena excusa para crear un "soundtrack" memorable que nos acompañará durante muchos años después de ver la película.
Calificación: 8

IMDb

Monday, February 3, 2020

La Hora de Tu Muerte (Countdown)



Síntomas: La enfermera Quinn Harris (Elizabeth Lail) instala en su teléfono una "app" que predice el momento de su muerte... y le indica que será en dos días. Entonces Quinn intenta cambiar su destino, pero solo empeora las cosas.

Diagnóstico: El argumento de La Hora de Tu Muerte es mucho más elaborada de lo que indica esa sinopsis, pero no quiero revelar las débiles sorpresas y ridículos secretos detrás del gran misterio, porque fue lo único que me mantuvo vagamente entretenido durante la película entera.
Todo empieza con un sólido prólogo donde vemos los efectos de la "app" en una pareja universitaria que no toma en serio la predicción de su muerte, hasta que es demasiado tarde. Esta eficiente introducción nos explica la mecánica del concepto y establece que La Hora de Tu Muerte será una variación de Final Destination, donde los personajes sufren muertes "accidentales" por violar las reglas de una entidad sobrenatural. Desafortunadamente el director y guionista Justin Dec complica demasiado la mitología y recurre a los cansados trucos del horror PG-13 para generar "sustos" (como pesadillas, sombras amenazadoras y espectros digitales), al mismo tiempo que alarga la película con el drama personal de Quinn, un poco de romance, y un conflicto laboral que parece irrelevante, hasta que comprendemos su importancia para el destino final de la enfermera (ja, ja).
Aunque no sea original, la idea central de La Hora de Tu Muerte me pareció razonablemente interesante, y además incorpora un acertado (aunque ya muy repetido) mensaje sobre la obsesión tecnológica de la sociedad, y el error de no leer cuidadosamente los "Términos y Condiciones". Sin embargo la historia avanza sin método ni ritmo, con personajes superficiales y fenómenos paranormales completamente arbitrarios que no siguen las reglas de la "maldición" (o lo que sea), sino los caprichos del director. Por el lado positivo tenemos algunos toques de humor (cortesía de un arrogante "hacker" y un sacerdote "geek"), fugaces momentos de sangre y violencia (sin rebasar los límites de la clasificación PG-13), y algunas sorpresas al final que revivieron mi interés (por ejemplo, la disyuntiva moral de salvar una vida a cambio de otra).
El reparto es fotogénico y con adecuado talento para cubrir los (modestos) requerimientos del libreto. Elizabeth Lail interpreta a Quinn Harris, enfermera entusiasta y competente que no hay superado una tragedia en su pasado. Jordan Calloway tiene el papel de Matt, un carismático aliado que también sufre las consecuencias de instalar la app. Talitha Eliana Bateman es Jordan, hermana menor de Quinn y generadora del inevitable drama familiar; y Peter Facinelli interpreta al Dr. Sullivan, quien podría ayudar a Quinn o arruinar su carrera.
Por su parte, Justin Dec dirige La Hora de Tu Muerte con adecuada atmósfera y buen ojo para encontrar puntos ciegos y rincones oscuros que despiertan la paranoia del espectador. No hay nada nuevo en la película, pero está realizada con buen estilo visual, locaciones creíbles, y atractivo diseño de producción que oculta su bajo presupuesto ("bajo" para estándares de los estudios hollywoodenses, pero bastante decente para el cine independiente de terror).
A fin de cuentas, La Hora de Tu Muerte funciona como entretenimiento desechable para llenar noventa minutos de genérico horror juvenil sin grandes pretensiones dramáticas. En el estrecho nicho de "tecnología maldita", La Hora de Tu Muerte me pareció superior a i-Lived, Don't Hang Up y Bedeviled, lo cual no es decir mucho... pero pudo ser peor. El tiempo dirá si los teléfonos móviles siguen dando material para atormentar al público, o si ya pasaron de moda como conductos del terror. Mi sugerencia para el siguiente paso: las llamadas de telemercadeo. A estas alturas es la única forma de "horror telefónico" que me parece realista.
Calificación: 6.5

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