Sunday, February 25, 2018

Yo, Tonya (I, Tonya)



Síntomas: La patinadora Tonya Harding (Margot Robbie) superó una niñez miserable y una madre abusiva para competir a nivel olímpico. Sin embargo, hoy no la recordamos por sus acrobacias sobre el hielo, sino por un "incidente" que cambió su carrera.

Diagnóstico: Al igual que mucha gente de mi generación, recuerdo vagamente las noticias transmitidas en los noventas sobre el "incidente" entre Tonya Harding y Nancy Kerrigan; pero ahora, después de ver Yo, Tonya, me doy cuenta de que los hechos reales fueron más complicados que aquellas distantes memorias. En ese aspecto, la película fue una revelación y un sólido melodrama pseudo-histórico; sin embargo, no me pareció suficientemente interesante para justificar la aclamación que ha recibido.
No me malinterpreten... Yo, Tonya es una película muy bien realizada, con un brillante elenco que da vida a personajes tan pintorescos que cuesta trabajo creer que alguna vez existieron (de hecho creo que todos siguen vivos). La dirección de Craig Gillespie es muy creativa, introduciendo incontables florituras que amenizan la narrativa y mantienen nuestra atención durante el repetitivo desarrollo de esta semi-biografía, adornada con "entrevistas" simuladas, fantásticas recreaciones de las rutinas de Harding sobre el hielo, e inesperado humor para ser un relato tan sórdido y vulgar. Los actores frecuentemente rompen la "cuarta pared" para aclarar puntos importantes de la trama, mientras que Gillespie juega con el tiempo y el espacio para describir un contexto familiar que explica muchas cosas sobre Harding, su madre LaVona, y su esposo Jeff. En resumen: una producción de primer nivel que ciertamente puedo recomendar por sus valores intrínsecos, y por su noble intención de revelar la verdad detrás del escándalo, al mismo tiempo que propone la inocencia (o sugiere la culpabilidad) de individuos atrapados en circunstancias fuera de su control... y en ocasiones fuera de su comprensión.
Pero incluso con tantas cosas a favor, Yo, Tonya me pareció un tanto frívola y olvidable.
Las actuaciones son buenas, destacando Margot Robbie en el papel principal, y Allison Janey como su madre LaVona, quienes nos sumergen con gran entusiasmo en la disfuncional dinámica que arruinó su relación, y al mismo tiempo fortaleció el carácter de Tonya para vencer la adversidad y aspirar al oro olímpico. Desafortunadamente el tóxico entorno de su juventud y malas decisiones profesionales se convirtieron en obstáculos que impidieron su consagración como estrella deportiva... y todo eso antes del mencionado "incidente". Sebastian Stan (más conocido como Bucky Barnes) adopta la extraña combinación de violencia y sumisión de Jeff Gillooly, cuyo co-dependiente matrimonio con Tonya empeoró las heridas emocionales de la patinadora, e hicieron aún más difícil su aceptación en los elitistas círculos del patinaje profesional. Y el hecho de que Gillespie prácticamente ignore a Nancy Kerrigan (interpretada por Caitlin Carver) durante gran parte de la película, revela que su interés no reside en el morbo del conflicto, sino en el análisis de los factores que condujeron a la caída de Tonya Harding. En otras palabras, el director no busca exonerarla, sino inspirar un poco de compasión por parte del espectador.
Todo eso está muy bien, pero al final de Yo, Tonya sentí que la experiencia fue demasiado ligera para resonar en el mismo nivel dramático de, por ejemplo, Molly's Game o Miss Sloane, similares películas sumidas en controversia acerca de mujeres haciendo cosas extraordinarias en los márgenes de la ley (y el sentido común). De hecho, Yo, Tonya me recordó la cinta Joy: buenas actuaciones, excelente manufactura... y una reacción final de "meh".
Sin embargo, como dije al principio, Yo, Tonya fue una lección de historia elaborada con suficiente estilo para capturar (brevemente) la imaginación del espectador; y también ofrece una honesta mirada al despiadado sub-mundo del patinaje competitivo, donde el talento no es garantía de éxito... solo el primer paso en una lucha contra los caprichos de los jueces. En cierto modo, Tonya Harding fue más víctima que culpable; supongo que nunca sabremos lo que realmente ocurrió, pero me gustó la versión de Craig Gillespie.
Calificación: 8

IMDb

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