Saturday, September 30, 2017

Z La Ciudad Perdida (The Lost City of Z)



Síntomas: A principios del siglo veinte, el Mayor Percy Fawcett (Charlie Hunnam) conduce una serie de expediciones por el Río Amazonas con la supuesta misión de mejorar los mapas existentes de la región; aunque el gobierno lo envió realmente para proteger los intereses de Inglaterra en la producción de hule (el "oro negro" de aquel entonces). Sin embargo, con el paso del tiempo, Fawcett se obsesiona con demostrar la existencia de una legendaria ciudad perdida en la jungla, que sus colegas niegan rotundamente porque no encaja en la visión europea del mundo civilizado.

Diagnóstico: Para bien o para mal, Z La Ciudad Perdida es una aventura "a la antigua", no solo por el periodo histórico que retrata, sino por su parsimonioso estilo narrativo, el cual no solo pretende ilustrarnos sobre las aventuras reales de un célebre explorador, sino mostrarnos con lujo de detalle el clima económico que fomentaba ese tipo de expediciones, y las actitudes racistas e ignorantes de los gobiernos coloniales que despreciaban a los "salvajes" nativos, cuya supuesta "inferioridad" justificaba su explotación y esclavitud.
Y, claro, el director James Gray también nos sumerge en la psicología de Percy Fawcett, cuyo interés no era mejorar los mapas de Sudamérica, sino limpiar el nombre de su familia y demostrar su valía con una misión que le diera sentido a su vida.
Si estos grandilocuentes párrafos ya los pusieron a dormir, probablemente sufrirán algo similar con las dos horas y media de Z La Ciudad Perdida, indudablemente interesante y magníficamente realizada, pero también lenta, pesada, y con una abundancia de elementos que dividen nuestra atención y dificultan el flujo de la historia. Y también de la Historia, con mayúscula.
A pesar de sus excelentes valores de producción y atención al detalle, es difícil recomendar Z La Ciudad Perdida como una entretenida experiencia cinematográfica. Casi la sentí como uno de esos "docu-dramas" que produce PBS o The History Channel, los cuales funcionan mejor en porciones semanales de una hora (cuando mucho) para facilitar la digestión de tantos conceptos, intrigas socio-políticas, y la compleja ideología de individuos cuya influencia en la civilización moderna no ha sido suficientemente descrita en los libros de Historia (al menos los que yo he leído)(los cuales son muy pocos). En otras palabras: Z La Ciudad Perdida se siente como tarea escolar, y no como una divertida noche de cine; excepto para aficionados a la Historia que disfrutarán la increíble atención al detalle de las travesías por el Río Amazonas, las reuniones de la Real Sociedad Geográfica, y las graves conversaciones entre Fawcett y su ayudante Henry Costin (Robert Pattinson) sobre los peligros físicos y espirituales de la densa selva, y su efecto en la aristocracia británica. La más acertada línea de la película fue "Creo que somos demasiado ingleses para esta jungla".
Para hacer una crítica corta de una película larga, terminaré diciendo que las actuaciones me parecieron excelentes, sobre todo por utilizar actores normalmente asociados con otros géneros. Charlie Hunnam transmite con devastadora honestidad la culpa que Percy siente por destruir lentamente a su familia con largas ausencias y falta de explicaciones razonables por su incomprensible cruzada arqueológica. Simplemente no puede evitarlo. Y Robert Pattinson ofrece el mejor trabajo de su carrera, indicando que su futuro podría ser como sólido "actor de carácter", en vez de "galán a la fuerza".
Dejaré que cada quien decida si todo esto se traduce en una recomendación para Z La Ciudad Perdida. Personalmente, me hizo bostezar en varias ocasiones, pero encontré mucho que disfrutar en su cerebral estilo y metódico ritmo; y además despertó mi curiosidad por la historia real de Percy Fawcett... aunque sospecho que tardaré menos tiempo en leer su artículo en Wikipedia.
Calificación: 7

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Friday, September 29, 2017

Kingsman: El Círculo Dorado (Kingsman: The Golden Circle)



Síntomas: Una mujer de negocios llamada Poppy Adams (Julianne Moore) necesita exterminar a la organización Kingsman para llevar a cabo sus maléficos planes, y quizás esta vez Eggsy (Taron Egerton), Merlin (Mark Strong) y Lancelot (Sophie Cookson) no podrán evitarlo.

Diagnóstico: Hace un par de años la película Kingsman: The Secret Service me gustó, pero me decepcionó por alejarse demasiado del comic original (escrito por Mark Millar y dibujado por el legendario Dave Gibbons), que me pareció prácticamente perfecto. Y ahora Kingsman: El Círculo Dorado nos ofrece una nueva historia que, a primera vista, posee las mejores cualidades de una secuela: mantiene fuertes lazos con la primera película, y expande su universo dramático; introduce nuevos personajes con funciones bien definidas, y resucita otros sin cometer grandes pecados de "ret-con"; y nuevamente nos cuenta una historia moralmente ambigua, donde el plan de los villanos tiene suficiente sentido común para invitarnos a cuestionar sus ventajas y desventajas. Además, Kingsman: El Círculo Dorado incrementa el nivel de violencia, hiperkinético estilo visual, y "twists" que nos mantienen a la expectativa hasta el explosivo final ("explosivo" podría ser figurativo o literal... no estoy revelando "spoilers").
Sin embargo, en mayor o menor medida, también regresaron algunos problemas de la cinta anterior. Entre ellos: un libreto difuso que pierde cohesión con demasiada frecuencia; el director y co-guionista Matthew Vaughn (junto con Jane Goldman) introduce algunas brillantes ideas y secuencias de acción realmente inspiradas; pero a veces parecen simples repeticiones de escenas que ya habíamos visto, sin aportar algo nuevo, y además desviando la trama por rutas irrelevantes que consumen más tiempo del necesario (y, con dos horas y veinte minutos de duración, había bastante trabajo para un editor sensato). Un ejemplo es la introducción de otro grupo secreto que podría ayudar u obstruir la misión de Eggsy; al principio parece una de esas brillantes ideas que mencioné hace un momento... pero Vaughn no sabe exactamente qué hacer con ellos, y termina desperdiciándolos como "comic relief" que se desinfla lentamente sin alcanzar su genuino potencial. De nuevo, para evitar "spoilers", solo mencionaré que Channing Tatum fue parte de esa idea.
Finalmente, la primera película mantuvo un saludable balance entre "realidad" y fantasía, con el grado justo de exageración para darnos algunas deliciosas sorpresas, pero sin perder la sensación de peligro y urgencia que generan suspenso en un buen thriller. Desafortunadamente Kingsman: El Círculo Dorado rompe ese balance y planta ambos pies en la fantasía, lo cual ayuda a crear impresionantes imágenes y delirantes conceptos creativos; pero al mismo tiempo pierde el contacto con la realidad, y convierte grandes porciones de la película en caricaturas de acción viva, donde no sentimos la menor amenaza contra los héroes, pues es obvio que todo se resolverá con arbitrarios "deus ex-machina" y mágica tecnología que lo puede hacer todo... excepto plantar un micrófono en una mujer sin convertirlo en un proceso sexual (aunque no niego que fue interesante presenciar dicho proceso).
Después de tantas quejas, estoy guardando lo mejor para el final: los actores. Taron Egerton, Mark Strong y Colin Firth se esforzaron por crear una conexión emocional en la primera película, y ahora cosechan los frutos de su esfuerzo, dándole considerable peso dramático a esta "caricatura viviente", y rescatando la película no con balazos, explosiones ni frenéticas peleas, sino con simples expresiones fraternales donde se revela el sincero afecto y lealtad que existe entre los personajes, así como la importancia que tuvo el finado Harry Hart en la evolución de Eggsy, no solo como espía, sino como hombre responsable.
A fin de cuentas Kingsman: El Círculo Dorado supera a la primera película en técnica y ejecución; pero no me pareció tan satisfactoria en los aspectos más sutiles. Aún así aprecio que Vaughn se haya esmerado por igual en el desarrollo de los personajes, y en los delirantes despliegues de efectos especiales y coreografía cuya complejidad apenas puedo comprender. Quizás fue un caso de "más no es mejor"; pero definitivamente fue una experiencia divertida, y me confirmó que algunas mega-estrellas musicales tienen mejor sentido del humor del que hubiera imaginado. Obviamente las plumas no hacen al hombre, sino el carácter de sus acciones.
Calificación: 8

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Thursday, September 28, 2017

The Little Hours



Síntomas: En el pequeño pueblo italiano de Garfagnana, en el año 1347, las Hermanas Alessandra (Alison Brie), Ginerva (Kate Micucci) y Fernanda (Aubrey Plaza) soportan día a día la sofocante vida en el convento dirigido por la Hermana Marea (Molly Shannon) y el Padre Tommasso (John C. Reilly). Pero sus valores cristianos se verán en peligro cuando llega un nuevo y apuesto ayudante llamado Massetto (Dave Franco), quien está huyendo de ciertas dificultades legales.

Diagnóstico: A su propia manera The Little Hours intenta resucitar el profano cine "nunsploitation" de los años setentas (representado por cintas como Immagini di un Convento, Satánico Pandemonium y Killer Nun)(no busquen los trailers si quieren irse al cielo), pero la crucial diferencia es que aquellas tediosas películas eran simples excusas para escandalizar al público con el tabú de la sexualidad "softcore" en conventos llenos de inquietas monjas. Por su parte, The Little Hours aspira a algo más moderno y ligero con la adición de un irreverente sentido del humor, algunos incisivos comentarios sobre la espiritualidad humana, y emociones reales que definen a los personajes más allá de su hábito o sotana. Pero, sí, debo advertir que también hay un poco de sexo. Y no olvidemos la sangre.
De hecho, The Little Hours es como una combinación de The Devils (aquella obra maestra de Ken Russell prohibida en varios países cuando se estrenó en 1971) y la comedia Bad Moms, lo cual tiene amplio potencial para ofender a algunas personas. Habiendo dicho eso, no siento que The Little Hours sea una película "anti-cristiana" pues, al igual que Doubt o The Magdalene Sisters, no ataca a la iglesia en general ni a la religión misma, sino únicamente refleja los "pecados" de un convento aislado durante la época medieval, donde jóvenes mujeres eran recluidas por distintas razones para vivir en virtual esclavitud física y psicológica, obligadas a reprimir sus deseos mediante una serie de reglas arbitrarias que ni siquiera sus superiores podían obedecer.
Mmh... pensándolo bien, tal vez The Little Hours sí es un poco herética; pero quiero pensar que cualquier persona (cristiana, satanista o trekkie) podrá divertirse si aborda está película como una audaz comedia con buenas intenciones por debajo de sus absurdistas rutinas, y no como un ataque personal a sus convicciones religiosas. Cada quien conocerá su nivel de tolerancia.
Hablando de lo cual, la torcida sensibilidad del director Jeff Baena, que apenas atisbamos en la divertida Life After Beth, se manifiesta en toda su gloria (ja, ja), con la complicidad de un brillante elenco que reúne a muchos de mis comediantes favoritos y les asigna papeles perfectamente diseñados para aprovechar sus particulares talentos y bizarras personalidades.
Entre ellos: Alison Brie como Alessandra, quien preferiría casarse de inmediato, en vez de gastar su tiempo haciendo bordados para vender en el pueblo vecino; como "chica buena" del convento, sabemos que Alessandra será la primera en caer en las garras de la lujuria. Aubrey Plaza es Fernanda, la monja más inestable de todas, pues ni siquiera finge obedecer las reglas del convento; es verdad que Plaza tiene una sola rutina como actriz, pero encaja perfectamente en el papel de doncella frustrada hasta el punto del desequilibrio emocional. Kate Micucci (más conocida como integrante del dueto Garfunkel and Oates) es la monja cohibida que no entiende la atracción del pecado, hasta que lo vive en carne propia; fue un placer ver a Micucci "soltarse el pelo" (figurativa y literalmente) como actriz, para obtener algunas de las más catárticas escenas de la película. Nick Offerman es un temible señor feudal y marido celoso que tiene una cuenta pendiente con el joven Massetto, interpretado por Dave Franco con gran seriedad, lo cual solo hace más graciosas sus desventuras en el convento; y, finalmente, Fred Armisen adopta su clásica seriedad como el Obispo Bartolomeo, cuya inesperada visita podría ser catastrófica si descubre los malos hábitos de las jóvenes monjas. Y ni siquiera he mencionado a Molly Shannon, John C. Reilly, Lauren Weedman, Paul Reiser, Adam Pally y Paul Weitz en roles pequeños, pero siempre graciosos (el asunto de la tortuga me hizo reír más que cualquier travesura sexual de Aubrey Plaza).
Mi única queja sería que el abrupto final de The Little Hours no resuelve las múltiples sub-tramas del argumento; me hizo falta un epílogo para satisfacer la curiosidad que despertaron estos ridículos pero sinceros personajes (quizás tendré que leer el tercer día de "El Decamerón", de Bocaccio, en el que está tenuemente basado el libreto). Y, aunque The Little Hours no es el tipo de película que invita una secuela, definitivamente me gustaría pasar más tiempo con estos actores. Ojalá que el director Jeff Baena conserve está "troupe" para todos sus proyectos futuros. Sólo faltaría invitar a Anna Kendrick, por favor.
Calificación: 9 (recomendada para quienes no temen ir al infierno, o para los que creen que el infierno es algo que cargamos en vida).

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Wednesday, September 27, 2017

Asesino: Misión Venganza (American Assassin)



Síntomas: Después de perder a su prometida durante un ataque terrorista, el joven Mitch Rapp (Dylan O'Brien) se entrena incansablemente y aprende todo lo posible para infiltrarse en la organización responsable por aquella tragedia. Desafortunadamente su plan no tiene el efecto deseado, pero lo pone en contacto con un legendario mercenario llamado Stan Hurley (Michael Keaton), quien tal vez podría ayudarlo a completar su... Misión (de) Venganza.

Diagnóstico: Tomando elementos prestados de Jack Reacher, The Bourne Identity y [cualquier thriller de acción que quieran mencionar], Asesino: Misión Venganza aspira a convertirse en una próspera franquicia basada en dos personajes marginalmente interesantes, y con un argumento que ofrece lo que queremos (balazos, peleas, persecuciones) sin exigirle mucho al espectador. Suena como una estrategia cínica y mercantilista... pero podría funcionar.
El personaje de Mitch Rapp aparece en una serie de novelas escritas por Vince Flynn, y la película Asesino: Misión Venganza establece su universo con económica eficiencia, recurriendo a los incontables clichés del thriller moderno para armar una premisa emocional (venganza por la muerte de un ser querido) con potencial para ampliar su escala (terrorismo internacional), y aderezar la violencia con drama e intriga donde está en juego la seguridad del mundo (o al menos la porción importante para los intereses norteamericanos).
Mitch Rapp y Stan Hurley forman un clásico núcleo binario de estudiante rebelde y mentor estricto (respectivamente), cuyas opuestas actitudes fomentan el conflicto interno y consiguen que su eventual alianza sea mayor a la suma de sus partes. En otras palabras: se odian, pero se necesitan. Y, casi sin darse cuenta, podrían hacerse amigos... siempre y cuando ambos sobrevivan.
No sé si el actor Dylan O'Brian sea fiel a la versión literaria de Mitch Rapp, pero me pareció un sólido protagonista que hace convincente la evolución de joven enamorado a implacable mercenario (creo que hubiera sido un error darle este papel a Chris Hemsworth, como se planeaba originalmente). La actuación de O'Brien es agradablemente austera, libre de exageraciones y con una sutil insinuación de humor para darle personalidad a Rapp, sin comprometer la gravedad de su motivación. Por su parte, Michael Keaton es el clásico veterano rudo y pragmático que aprendió a golpes la diferencia entre sus necesidades personales y los requerimientos de la misión. Keaton podría interpretar este papel hasta dormido, pero aún así encuentra detalles inesperados que revelan la humanidad oculta de Hurley.
En cuanto a los villanos, están constituidos por una saludable mezcla de terroristas de bajo nivel, funcionarios corruptos, y misteriosas figuras que, desde luego, no son lo que aparentan. Sin revelar demasiado, puedo decir que encontraremos las obligatorias traiciones, sorpresas, y conexiones con el pasado que intensifican el peligro del presente. Como dije: clichés y más clichés, pero expertamente acomodados y razonablemente bien dirigidos.
De hecho, el "jugador más valioso" de Asesino: Misión Venganza se encuentra detrás de la cámara: el director Michael Cuesta, quien incursiona por primera vez en el género de acción con buenos resultados, gracias a su amplio entrenamiento televisivo (en series como Dexter y Homeland... aunque también dirigió el thriller político Kill the Messenger).
Por el lado negativo, las actrices Sanaa Lathan y Shiva Negar no tienen mucho que hacer, y se limitan a ser caras bonitas para balancear la testosterona de los héroes. El argumento es tan genérico como cualquier episodio de 24 (plutonio robado, traficantes de armas, etc.); y aunque Cuesta añade un subtexto filosófico sobre la futilidad de la venganza, parece contradictorio con la deliciosa violencia que infligen sus anti-héroes. Aunque desde luego olvidé todo eso cuando llegamos al espectacular final que me pareció bastante original, pues nunca había visto algo similar en el cine (ni en 24).
Entiendo que estamos hablando de estándares bastante bajos; pero eso no me impidió apreciar el entretenimiento desechable de Asesino: Misión Venganza, e incluso me gustaría ver futuras aventuras de Rapp adaptadas a cine (Flynn escribió más de diez novelas antes de fallecer), siempre y cuando conserven los modestos atributos de Asesino: Misión Venganza, sin desarrollar delirios de grandeza ni cometer el gran error del thriller de acción: tomarse demasiado en serio.
Calificación: 8

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Tuesday, September 26, 2017

¡madre! (mother!)



Síntomas: Un escritor y su esposa viven en una remota casa que están restaurando después de un incendio. Entonces llega una pareja de extraños y las cosas se complican.

Diagnóstico: Creo que ¡madre! podría ser la obra maestra de Darren Aronofsky, o el más ridículo capricho de un director enamorado de su propia genialidad, que ya perdió toda capacidad auto-crítica para controlar su visión.
Seguramente muchas personas debatirán durante años sobre el valor y significado de ¡madre!, pero esta humilde "cápsula" se enfocará exclusivamente en mi reacción inicial y mi experiencia subjetiva. En esos términos ¡madre! me pareció delirante y ambiciosa; sin embargo, nunca había visto mi reloj tantas veces durante una película. Realmente ya deseaba que terminara, pues si bien me impresionó su manufactura, no pude evitar una creciente sensación de tedio ante su claustrofóbica estructura.
Al principio parece que ¡madre! será uno de esos thrillers psicológicos "embotellados" (en una sola locación), al estilo de Roman Polanski o, usando ejemplos más recientes, como The Visit y Split, de M. Night Shyamalan (otro director que tiende a polarizar a la audiencia). Sin embargo, después de media hora de incómodo melodrama doméstico queda claro que ¡madre! no pretende ceñirse a una realidad "normal", sino que nos está mostrando algún tipo de sueño, pesadilla, visión psicótica, o similar alegoría de un concepto altamente emocional.
Pero, ¿cuál es ese concepto? Básicamente el que ustedes quieran.
¡madre! podría funcionar como metáfora del matrimonio, de la fama, del proceso creativo, de la maternidad, o incluso de la crisis ecológica de nuestro planeta. O podría ser algo más espiritual, con tintes religiosos que evocan el previo trabajo pseudo-bíblico de Aronofsky (me refiero a la extravagante Noah, del 2014). Y quizás algunos espectadores encontrarán un mensaje político asomándose entre tantos desplantes creativos.
En fin... como dije, cualquier interpretación es válida.
La mecánica del argumento se basa en que el hombre de la pareja, interpretado por Javier Bardem (quizás representando al sexo masculino, al hombre como especie, o quizás a Dios mismo), permite que su ego dicte su conducta, lo cual tiene fuertes repercusiones en su esposa (Jennifer Lawrence, personificando al sexo femenino, a la humanidad, o a la Tierra misma), quien solo puede presenciar con creciente horror la pérdida de control y el caos que las acciones de su esposo provocan en su otrora pacífico hogar. ¿Podrá la mujer resistir sin perder la razón? ¿O encontrará el valor para rebelarse contra la violación de su integridad?
En vista de tanta ambigüedad narrativa, será más fácil enfocarse en las virtudes técnicas de ¡madre!, que resultan impresionantes de principio a fin. La casa donde se desarrolla la historia es tan importante como los individuos que la habitan, y el estudio Industrial Light & Magic creó un espacio mágico donde desaparece la línea entre lo práctico y lo digital. No puedo revelar lo que eventualmente ocurre en la casa, pero la asfixiante cinematografía de Matthew Libatique consigue mantener la ilusión de intimidad durante las extremas divergencias que agobian nuestros sentidos y confunden nuestra percepción. Ya sea en un fugaz momento de angustia personal, o una épica batalla por la redención de la humanidad (o lo que sea), podemos creer que todo ocurre bajo un mismo techo, existiendo al mismo tiempo en la mente de los personajes y en el mundo real. O irreal. Y entonces aparece Kristen Wiig para recordarnos que todo podría ser un gran chiste, y que también es posible reír ante las peores atrocidades concebidas por Aronofsky.
Sí, es ese tipo de película indescriptible que requiere ser vista para entenderse. O para entender por qué no puede entenderse.
Como fan del "cine raro" y admirador de Darren Aronofsky (aunque no lo considero infalible... obviamente), disfruté parcialmente la experiencia de ¡madre!, pues es una espectacular recreación de una "pesadilla despierta", con esa exuberante "lógica onírica" que nos invita a aceptar cualquier cosa que pueda ocurrir. Pero al mismo tiempo me sentí irritado, aburrido, y frustrado por su intencional ofuscación de respuestas (sí, tengo mi propia teoría, pero dejaré que cada quien desarrolla la suya), así como una auto-indulgente visión que ignora algunas condiciones esenciales del cine. En resumen: ¡madre! es mensaje sin contexto; emoción sin estructura; idea sin sustancia. Es la apoteosis de una obra de arte definida por el espectador, y no por su creador. Pero, eso sí, con incontables close-ups de Jennifer Lawrence. Quizás ese fue el punto de la película entera.
Calificación: 7 (la evaluación numérica se siente particularmente inadecuada en este caso)

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Sunday, September 24, 2017

Beatriz at Dinner



Síntomas: Cuando termina el tratamiento de Kathy (Connie Britton), la masajista Beatriz Luna (Salma Hayek) descubre que su automóvil no arranca; entonces Kathy le sugiere que se quede a cenar, pues tendrá una pequeña celebración con algunos invitados. Beatriz acepta con ciertas reservas, y durante la velada encuentra distintos niveles de racismo e intolerancia como la única persona latina entre caucásicos adinerados.

Diagnóstico: Hace unas semanas presencié una de las peores actuaciones de Salma Hayek en The Hitman's Bodyguard; y ahora tuve el placer de ver una de las mejores en Beatriz at Dinner, una película incómoda y audaz que tiene mucho que decir, y lo dice con gran elocuencia... aunque su mensaje tal vez se asimilaría mejor si fuera un poco más sutil.
La labor del director Michael Arteta y el escritor Mike White (a veces colaborando y a veces por separado) ha producido algunas excelentes películas, como The Good Girl, The School of Rock y Orange County; sin embargo Beatriz at Dinner muestra una sensibilidad dramática única, no solo por la exploración del racismo "benigno" entre la "gente bien", sino por denunciar problemas inherentes de la sociedad capitalista que toma el dinero como único criterio del éxito (sí, para bien o para mal, Beatriz at Dinner es una obra evidentemente "post-Trump").
El libreto de Mike White a veces se siente como panfleto didáctico sobre el "diablo blanco" que abusa de las culturas "inferiores" para beneficio personal; como dije, Beatriz at Dinner (al igual que su protagonista) no sabe cuándo quedarse callada, lo cual es simultáneamente su principal falla y su más loable virtud.
La historia es excesivamente simple, así que no revelaré sus detalles; baste decir que la cena entre amigos se convierte en escenario de amargas discusiones, choques ideológicos, y acusaciones que podrían ser válidas o no, según el punto de vista del espectador. Y, aunque desde luego la película nos presenta la perspectiva de Beatriz, el director no la pinta como una santa inmaculada; por el contrario, Beatriz es la principal responsable por el deterioro de la amena reunión, expresando sin vergüenza cosas que quizás otros piensan, pero no se atreven a decir. Sus intenciones son buenas, pero su "timing" es terrible. Tal vez fue la abundancia de vino, o la dignidad agraviada por pequeños insultos sobre su etnicidad ("¿De dónde eres realmente?"); por la razón que sea, Beatriz inició el conflicto, y no sabe cómo terminarlo sin ofender a sus anfitriones... y sin arruinar el gran negocio que se discute en la mesa.
Mientras contemplamos tantas variables morales, podemos disfrutar las excelentes actuaciones del elenco entero. Salma Hayek borra todo glamour como la sensible Beatriz Luna, cuya triste historia de inmigración y asimilación cultural tal vez despertó la extraordinaria empatía que ahora utiliza para cuidar enfermos y, de vez en cuando, ganar un poco de dinero extra en casas de americanos ricos como Kathy y su esposo Grant (David Warshofsky), orgullosos de su aceptación de otras culturas... siempre y cuando sea en sus propios términos. Pero mi actuación favorita fue la de John Lithgow como Douglas Strutt, de quien no diré más, excepto que quienes estén acostumbrados a los papeles cálidos y humanitarios de este gran actor quedarán impresionados con su versión de un "villano" pragmático y convincente.
Mientras veía Beatriz at Dinner me irritaron algunas decisiones de Arteta y White; pero al final me di cuenta de todo fue una astuta manipulación de nuestras expectativas y un reto a nuestros prejuicios, ya sean intencionales o subconscientes. Entonces, no fue una experiencia exactamente divertida, pero Beatriz at Dinner me pareció interesante, bien escrita y con excepcionales actuaciones que nos ayudan a digerir las pesadas ideas que manejan sus volátiles protagonistas. No hay que olvidar que, de vez en cuando, también podemos pensar enfrente de la televisión.
Calificación: 8

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Saturday, September 23, 2017

Patchwork



Síntomas: Las mentes de Jennifer (Tory Stolper), Ellie (Tracey Fairaway) y Madeline (Maria Blasucci) se encuentran inesperadamente atrapadas en un mismo cuerpo, como resultado de una demencial cirugía experimental. Entonces, a pesar de sus distintas personalidades, deberán cooperar para descubrir quién les hizo eso... y así poder vengarse.

Diagnóstico: Patchwork combina los horrores orgánicos de Re-Animator y Frankenhooker con el esquizofrénico humor de All Of Me, añadiendo algunos temas característicos de las "chick flicks"  que celebran la independencia femenina y la rebelión contra aquello que las oprime de manera literal o metafórica. En este caso fue el secuestro de tres mujeres y la consiguiente fractura de sus cuerpos para usarse como piezas de una criatura "frankensteinesca", que de algún modo alberga las conciencias de las tres mujeres originales. Entonces, después del horror y confusión inicial, Jennifer, Ellie y Madeline comienzan a recordar sus actividades durante la noche anterior, tratando de encontrar el nexo común que las llevó a esta espantosa situación. Y solo superando sus diferencias lograrán transformar este tormento en un cambio positivo para sus respectivas vidas.
Sin duda es una bizarra combinación de elementos que, siendo honestos, muchas veces amenaza con salirse de control; pero el director Tyler MacIntyre y el perfecto trío de actrices evitan que Patchwork colapse bajo el peso de sus ambiciosas ideas y densas alegorías sociales. Sí, de vez en cuando alguna pieza no encaja como debería (igual que ocurre con el cuerpo híbrido), pero el dinámico ritmo y abundante humor del libreto (co-escrito por Chris Lee Hill) nos permite disculpar los más notorios tropiezos de la cinta.
Para fines de claridad narrativa, algunas escenas nos muestran a las tres actrices "en persona" durante los diálogos internos de la criatura, como si Jennifer, Ellie y Madeline estuvieran presentes en la misma habitación. A veces es un poco confuso (por ejemplo, en la escena del "makeover"), pero generalmente funciona para enfatizar el carácter de cada protagonista, y para que el espectador asimile sus particulares puntos de vista, lo cual se vuelve más importante al final, cuando tienen algunas graves diferencias de opinión. Pero, por lo demás, Patchwork fluye de manera lógica y coherente, navegando con pericia la delgada línea entre sátira y horror, con buenas dosis de sangre, ocasional violencia, y excelentes efectos especiales que dan vida a la criatura compuesta de tres cuerpos humanos.
Por razones obvias, la criatura está interpretada por una sola actriz: Tory Stolper, quien también interpreta a Jennifer, la mujer de negocios tan metida en su trabajo que no tiene vida social. Tracey Fairaway es Ellie, una joven frívola e inocente que asiste a demasiados bares y fiestas, donde tiende a atraer patanes que solo quieren abusar de ella. Y Maria Blasucci es lo opuesto en el papel de Madeline: una joven tímida y solitaria, con algunos traumas pasados que contribuyen a su introversión actual. A esto me refería con "alegorías sociales"... tres arquetipos femeninos tratando de dominar un solo cuerpo según sus particulares ideologías, hasta que reconocen las ventajas de una alianza, en vez de una competencia.
Completando el elenco tenemos a Corey Sorenson como el científico loco que "armó" el cuerpo tripartita (usando un líquido verde de apariencia muy familiar para fans de Re-Animator), Anthony DiMieri y Eric Edelstein como sus ineptos esbirros (aportando sólido "comic relief"), y James Phelps como Garrett, el único hombre decente en la película que no busca explotar o exterminar a la criatura.
Y todo esto retratado con una paleta de claroscuros que nos recuerdan las "creature features" de los años cincuentas, filtradas a través del lente Technicolor del horror ochentero, que hace saltar la sangre roja y los colores pastel del guardarropa de Ellie (mención especial para la supervisora de efectos especiales Kourtney Kuroki por el delicioso "gore" práctico y el excepcional maquillaje que realmente simula un cuerpo integrado por piezas de tres mujeres distintas). Patchwork es una de esas películas independientes realizadas con notable ingenio e incipiente talento, donde las ideas y el drama (y el humor) se conjugan en una experiencia divertida y recomendable, a pesar de sus limitaciones económicas... por ejemplo, esa escena del "makeover" pedía a gritos el acompañamiento de Walking on Sunshine, de Katrina and the Waves. Irónicamente, desde luego.
Calificación: 8.5

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Friday, September 22, 2017

Atracción (Attraction - Prityazhenie)



Síntomas: Durante una lluvia de meteoritos, una enorme nave extraterrestre se estrella en la ciudad de Moscú. Sus enigmáticos ocupantes solicitan telepáticamente que la gente se mantenga alejada mientras realizan reparaciones para poder despegar; pero varios jóvenes deciden investigar por su cuenta, y descubren algo que nadie imaginaba.

Diagnóstico: Hay una historia muy buena en algún lugar de Atracción; desafortunadamente el director Fedor Bondarchuk y los escritores Andrey Zolotarev y Oleg Malovichko decidieron enfocar la película en un insípido triángulo romántico que roba atención a sus más interesantes elementos... como la bendita nave extraterrestre en mitad de Moscú.
Pero, bueno... supongo que cuando se invierte tanto dinero en una producción a esta escala es necesario utilizar una historia con el mayor potencial comercial posible. Por eso entiendo el origen de las horribles decisiones creativas tomadas por los productores de Atracción, pero aún así fue deprimente imaginar lo que pudieron lograr si hubieran tomado en serio su premisa original.
Los primeros veinte minutos de Atracción me parecieron fantásticos, con la introducción de un inofensivo fenómeno celeste que termina con la devastadora caída de un enorme vehículo extraterrestre. Las imágenes de destrucción urbana son sobrecogedoras; la respuesta del gobierno es contundente e inmediata; y los tripulantes de la nave anuncian sus intenciones con tanto tacto como es posible durante el tenso "primer contacto". Así se establecen los fascinantes fundamentos dramáticos de la historia... y el director procede a ignorarlos para seguir la ruta más insípida de todas: a la joven Yulia (Irina Starshenbaum) le gusta el rebelde Artyom (Alexander Petrov), pero su padre se opone a la relación. Y luego, durante el caos de los operativos militares que intentan restaurar el orden en la ciudad, Yulia conoce a Hekon (Rinal Mukhametov), y lo defiende cuando es arrestado por soldados rusos. Lo que sigue es una aventura absolutamente inverosímil mientras Yulia se enamora de Hekon, y Artyom reacciona con celos... por no mencionar fuertes sentimientos xenofóbicos contra los invasores que amenazan la soberanía rusa.
En realidad los aliens solo quieren que los dejen tranquilos mientras reparan su nave, pero la destrucción que accidentalmente ocasionaron sirve como detonador de la clásica intolerancia hacia cualquier extraño que no encaja en el estándar de una comunidad. Ese es el tema más interesante de Atracción y, para ser justos, eventualmente toma más relevancia... pero siempre como fondo del mencionado romance que me pareció arbitrario y artificial.
Por el lado positivo, Atracción muestra sólida dirección, excelente diseño de producción, y una manufactura general de calidad realmente internacional que podría competir (o incluso superar) cualquier "blockbuster" norteamericano. El libreto pierde muchas oportunidades de proponer algo nuevo o diferente, pero también incluye algunos comentarios sociales y políticos que insinúan una intención más profunda detrás del frívolo melodrama.
Los actores cumplen su labor con decoro; Irina Starshenbaum, Alexander Petrov y Rinal Mukhametov siguen el estándar de "supermodelos de veinticinco años interpretando jóvenes normales", pero resultan razonablemente creíbles en sus blandos roles. El único que muestra genuina convicción es Oleg Menshikov como el Coronel Lebedev, padre de Yulia, quien además de preocuparse por los novios de su hija debe calmar al gobierno que quiere sangre, y controlar las protestas de los ciudadanos que rechazan la presencia extraterrestre. Cierto, su papel corresponde a una categoría distinta de clichés, pero al menos logra expresar el peso de la autoridad y el conflicto interno que lo divide entre su deber como militar y como padre de familia.
Otro punto positivo: la perrita de Yulia sobrevive, y además le curan las cataratas.
Hablando de lo cual, la "ciencia" de esta fallida ciencia ficción es absolutamente ridícula; para variar, hay un "mcguffin" tecnológico que todos buscan, y Yulia recibe un brazalete con poderes especiales que no tiene relevancia alguna para la historia; supongo que lo están reservando para la secuela, o algo así.
Aunque parece una excesiva simplificación, voy a decir que Atracción es una mezcla de Arrival y Twilight, sin la seriedad de la primera, pero con mejores actores que la segunda. Dejaré que cada quien decida si eso justifica dos horas y cuarto en el cine (o en Netflix, donde seguramente llegará en algunos meses). En mi caso particular, quedé conforme tan solo con los efectos especiales; pero me dolió ver este extraordinario despliegue de recursos desperdiciados en algo tan pueril y previsible como un romance “young adult”. Esta es la segunda película rusa de alto presupuesto que he visto recientemente (la otra fue Guardians), y aunque obviamente dominan el aspecto visual del "cine evento", necesitan encontrar libretos más ingeniosos, que no se limiten a copiar las fórmulas de Hollywood. Por otro lado, si solo les interesa el dinero, están en el camino correcto.
Calificación: 6.5

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Wednesday, September 20, 2017

The Limehouse Golem



Síntomas: Londres, 1880. Scotland Yard teme quedar en ridículo porque no ha logrado capturar al brutal asesino conocido como "el Golem de Limehouse", y por eso le asignan el caso a John Kildare (Bill Nighy), un inspector con mala reputación que servirá como chivo expiatorio. Sin embargo Kildare, con ayuda del Gendarme Flood (Daniel Mays), encuentra una conexión entre el Golem y Lizzie Cree (Olivia Cooke), una mujer condenada a muerte que podría conocer la identidad del asesino. ¿Podrá Kildare salvar a Lizzie y al mismo tiempo encontrar al Golem?

Diagnóstico: Antes que nada, una aclaración: The Limehouse Golem no es una película de terror, ni incluye elementos sobrenaturales. El "golem" del título es tan solo el apodo que la prensa le da al asesino que está cometiendo horribles crímenes en el distrito portuario de Limehouse, en Londres (donde vivían por igual intelectuales y trabajadores de los muelles). Conociendo estos hechos será más fácil apreciar este tenso y complicado thriller policíaco que, además de examinar la cacería de un asesino, nos muestra con pintoresco detalle la influyente cultura de los ochentas... los mil ochocientos ochentas, cuando comenzaron muchas tendencias y costumbres que cobrarían relevancia en el siglo veinte.
Pero eso es solo el contexto de la historia. The Limehouse Golem se enfoca en la investigación del Inspector Kildare, un "outsider" en Scotland Yard cuya carrera se ha estancado por culpa de ciertos rumores sobre su vida personal. El genial Bill Nighy interpreta a Kildare con la proverbial flema británica, cumpliendo su misión con adusta dedicación, sin prestar atención a los comentarios humillantes de sus colegas. El Gendarme Flood (Daniel Mays) reconoce de inmediato el talento de Kildare y se empeña en ayudarlo a pesar de que podría perjudicar su propia carrera. Y así comienzan las pesquisas que los llevan desde los barrios más pobres de Limehouse, hasta la gran Biblioteca de Londres donde se reúnen los intelectuales de la época para escribir sus manifiestos. ¡Hasta Karl Marx (Henry Goodman) es un posible sospechoso de los asesinatos!
Pero la interacción que genera todo el suspenso y emoción es la que se desarrolla entre Kildare y Lizzie Cree, ex-cantante de revista cuya ambición de convertirse en actriz de teatro seria la llevó a tomar algunas malas decisiones, y terminó en presidio, donde aguarda la horca. Y así, por medio de "flashbacks", el director Juan Carlos Medina crea un trágico tapiz dramático que examina el pasado de la joven y su posible conexión con el Golem.
Si la actuación de Nighy es excelente, la de Olivia Cooke es prácticamente virtuosa. Sin muchos aspavientos ni afectaciones, Cooke expresa con devastadora honestidad las condiciones de las mujeres en aquella época, y los retos que enfrentaban hasta en los más triviales aspectos de la vida cotidiana. Previamente había visto a Olivia Cooke en cintas como The Signal, The Quiet Ones y Me and Earl and the Dying Girl, pero The Limehouse Golem fue una auténtica consagración de su talento.
Desafortunadamente la estructura de la película no logra escapar su origen literario (está basada en la novela The Trial of Elizabeth Cree, de Peter Ackroyd), pues presenta algunos problemas habituales en adaptaciones de este tipo: por ejemplo, hay demasiados personajes, algunos de ellos confusos o irrelevantes; escenas que no "pegan" correctamente; y una general saturación de conceptos que necesitarían más tiempo para desarrollarse adecuadamente (la mencionada sub-trama de Karl Marx -junto con otros sospechosos- es sin duda interesante, pero parece un adorno humorístico, en vez de formar parte integral del relato).
Por el lado positivo (además de las brillantes actuaciones de Nighy, Cooke, Eddie Marsan y muchos más) tenemos la maravillosa cinematografía que nos recuerda la textura de las fotografías de aquel período, pero con colores saturados que dan vida a los números teatrales de Lizzie, los sangrientos crímenes del Golem (como dije, no es una película de terror, pero hay abundante "gore"), y los inmundos callejones donde se trafica con todo tipo de vicios. Por cierto, creo que una de las razones por las que se producen tantos dramas "de época" en Inglaterra es que no necesitan gastar dinero en construcción de escenarios, pues las calles mismas ofrecen incontables locaciones donde se conserva la arquitectura y "sabor" de siglos pasados. Solo hay que ponerle un sombrero de copa a Bill Nighy, y listo... inspector del siglo diecinueve.
Pero bueno... regresando al punto, The Limehouse Golem me pareció una muy recomendable experiencia cinematográfica, cuyos ocasionales problemas de ritmo y estructura no impiden disfrutar una alucinante historia repleta de ingenio y estilo, con actores que hacen justicia a sus difíciles roles, y además nos ilustran sobre las terribles realidades de una época a veces glamorizada por la cultura popular (en otras palabras, no esperen "CSI Downton Abbey"). Y, claro, recomendada para quienes tengan el fetiche de ver a Karl Marx destripando una prostituta británica (¿será una metáfora de la lucha de clases?)
Calificación: 9

IMDb

Monday, September 18, 2017

Dave Made a Maze



Síntomas: Cuando Annie (Meera Rohit Kumbhani) regresa de un viaje, descubre que su novio Dave (Nick Thune) armó un laberinto de cartón en su departamento, donde quedó atrapado. Entonces Annie y varios amigos se internan en la extraña estructura para rescatar a Dave. Al principio parece un gran juego, pero cuando empiezan las muertes se dan cuenta de que algo raro está pasando.... más raro que un laberinto más grande por dentro que por fuera.

Diagnóstico: Prefiero no analizar las razones por las que me gustan aquellas películas enfocadas en personajes con "desarrollo interrumpido", cuya madurez emocional no está al nivel de su edad física (algunos ejemplos recientes: Little Sister, Adult Life Skills y Win It All). Pero el caso es que me gustan, y Dave Made a Maze es una de las mejores muestras que he visto de este sub-género.
Desde el principio es evidente que el laberinto de cartón es una metáfora de la mente de Dave, un joven inteligente y talentoso, pero sin la perseverancia necesaria para finalizar sus múltiples proyectos creativos. En otras palabras: el clásico adulto joven sin rumbo en la vida. Su novia Annie procura apoyarlo con la esperanza de que eventualmente encontrará su vocación, o al menos un trabajo fijo, pero ya está cansada de esperar. Entonces, el laberinto no solo representa la búsqueda de dirección por parte de Dave, sino el reto final para su relación con Annie.
Es una premisa al mismo tiempo simple y deliciosamente compleja, representada con maravilloso detalle por el diseño de producción y dirección de arte que dan vida (literalmente) al laberinto de cartón, fabricado con métodos prácticos y mínima manipulación digital. Fue un placer recorrer los interminables corredores y habitaciones que siguen el historial psicológico de Dave, así como los grandes peligros que acechan en cada esquina, en forma de trampas, extrañas criaturas y, desde luego, los más profundos temores del joven, personificados en... algo o alguien que no se detendrá hasta erradicar a los invasores que intentan “cambiar” a Dave
Sin embargo, el director Bill Watterson (no, no es el autor de Calvin & Hobbes) respeta lo suficiente al público para dejar estos temas en la periferia de la narrativa, sin explicaciones ni moralejas que empañen la ostensible aventura de los personajes que recorren el laberinto con gran humor y curiosidad. Entre ellos: Gordon (Adam Busch), el mejor amigo de Dave, y el único que comprende sus dudas existenciales, pues también las comparte; Brynn y Greg (Stephanie Allynne y Timothy Nordwind), una pareja "hipster" que está fascinada con el juego... hasta que amenaza sus vidas; y Harry (James Urbaniak), el cineasta aficionado que decide filmar un documental sobre la exploración del laberinto, arrastrando a su camarógrafo (Scott Narver) y su técnico de audio (Frank Caeti) para grabar sus vivencias sin estorbar demasiado, y sin convertirse en víctimas del impredecible entorno.
Tal vez estas descripciones hacen que Dave Made a Maze suene como una farsa pretenciosa y excesivamente "cute"; y tengo que admitir que de vez en cuando así se siente. Sin embargo el despliegue de imaginación, los simpáticos personajes y las increíbles imágenes conjuradas por Watterson y su equipo técnico terminan atrapándonos (ja, ja) en una experiencia única, que no se parece a ninguna otra película que haya visto. Bueno, tal vez Cube... pero de cartón.
En resumen: Dave Made a Maze me gustó mucho a pesar de sus ocasionales incongruencias narrativas y ese forzado final que demerita un poco el derroche de creatividad exhibido durante los previos ochenta minutos. Pero su originalidad y exuberante estilo merecen una sincera recomendación... especialmente para quienes piensan que no hay suficiente mitología griega en la psicología moderna.
Calificación: 9

IMDb

Saturday, September 16, 2017

Barry Seal: Sólo en América (American Made)



Síntomas: En 1978, Barry Seal (Tom Cruise) está cansado de su rutina como piloto comercial, y por eso acepta la propuesta del misterioso Shafer (Domhnall Gleeson) para realizar ocasionales misiones aéreas para la CIA, como fotografiar campos guerrilleros en Centroamérica, o transportar información confidencial a un tal General Noriega. Sin embargo la ambición de Seal eventualmente provoca que la situación se salga de control. Y de qué manera.

Diagnóstico: Ahora entiendo... el usualmente confiable director Doug Liman nos decepcionó este año con la mediocre cinta The Wall, porque estaba reservando toda su creatividad y talento para Barry Seal: Sólo en América. Misterio resuelto.
Creo que desde Go, hace dieciocho años, Liman no había expresado su dinámica visión y travieso estilo como ahora lo hace en Barry Seal: Sólo en América. Apoyado por el brillante libreto de Gary Spinelli, el director maneja con soltura e ingenio una historia muy complicada por sus detalles logísticos y geográficos, pero al mismo tiempo sencilla y asimilable por apelar a los apetitos básicos de la naturaleza humana que todos hemos sentido (o al menos presenciado), aunque nunca con la avidez del epónimo Barry Seal.
Si no estuviera basada en hechos reales, la película sería absolutamente inverosímil. Liman lo reconoció a tiempo, y añadió grandes dosis de humor para compartir el asombro del protagonista ante las descabelladas situaciones que enfrenta en su vida diaria, tratando de balancear sus múltiples "alianzas" con la CIA, su relación con los Contras que combaten el régimen Sandinista, y con narcotraficantes que encuentran muy útiles los servicios de un "gringo" audaz con un veloz avión para evadir las patrullas de la DEA. Ah, y todo eso al mismo tiempo que Seal mantiene alguna semblanza de vida normal con su esposa Lucy (Sarah Wright) y sus hijas, que no comprenden por qué su papá oculta maletas llenas de dólares.
Como dije: es una historia realmente absurda, pero fascinante porque realmente ocurrió. Y, cuando añadimos el excelente estilo narrativo y visual de Doug Liman y su cinematógrafo César Charlone (quien se regodea en la estética Kodachrome ochentera), tenemos una muy recomendable experiencia cinematográfica que nos transporta a un turbulento período histórico al mismo tiempo tan cerca y tan lejos. Si todo eso pasó durante la afable presidencia de Ronald "Bedtime for Bonzo" Reagan, ¿qué estará ocurriendo actualmente?
En fin... regresando a la película, Tom Cruise nos entrega otra de sus seguras y carismáticas actuaciones como Barry Seal, un espía improvisado más creíble que Ethan Hunt (me gustan mucho las películas de Mission: Impossible pero, aceptémoslo, no tienen mucho que ver con la realidad del "spycraft"), y un genuino "anti-héroe" que queremos ver triunfar al final y quedarse con la chica (bueno, su esposa)... aunque la espiral de intriga y traiciones no ofrece buenas perspectivas de supervivencia. Pero, recuerden... la realidad es más extraña que la ficción (hablando de lo cual, Cruise también recibe crédito como "Piloto de Stunts en Avioneta Cessna").
Por su parte, Domhnall Gleeson destaca como el taimado Shafer, usando la ambición de su "agente" para ganar notoriedad en la CIA, y recibir misiones cada vez más importantes. Alejandro Edda, Mauricio Mejía y Alberto Ospino interpretan variadas figuras criminales que ofrecen increíbles recompensas a cambio de aceptar increíbles riesgos; y también me dio gusto ver a Sarah Wright en la pantalla grande, después de tantos años invertidos en papeles secundarios en sitcoms como The Loop y Parks and Recreation. Ojalá sea "descubierta" por más agentes de casting que reconozcan su potencial para el drama y la comedia.
Aunque estrictamente no tiene mucha acción ni violencia, Barry Seal: Sólo en América supera en suspenso y emoción a casi cualquier "blockbuster" contemporáneo, y además cuenta una historia realmente interesante, no solo para viejos que vivimos en los ochentas, sino para cualquier persona interesada en la inherente esquizofrenia de la política internacional; y si bien Barry Seal: Sólo en América incluye cierta crítica social en su desarrollo, a fin de cuentas se abstiene de emitir juicios morales contra su ambiguo protagonista. Seal fue un héroe porque ayudó a su país, y un villano porque esa ayuda consistió en asuntos ilegales. Perfecta alegoría del "sueño americano". Y perfecta combinación melodramática para armar uno de los mejores thrillers del año. Barry Seal: Sólo en América iría bien en una doble función con Kill the Messenger, mostrando el "antes y después" del escándalo con el respeto y risas que merecen los planes de la CIA.
Calificación: 9

IMDb

Friday, September 15, 2017

Eso (It)



Síntomas: Varios niños han desaparecido en el pequeño pueblo de Derry, y los únicos interesados en desentrañar el misterio son siete amigos que han experimentado personalmente la amenaza del payaso Pennywise (Bill Skarsgård).

Diagnóstico: "It" es mi segunda novela favorita de Stephen King (la primera es "The Stand"), y también recuerdo con afecto la mini-serie It, que adaptó ese complejo libro en 1990 (hace veintisiete años... ¿coincidencia?) Claro, el paso del tiempo y su barata manufactura televisiva la han vuelto obsoleta para gustos contemporáneos, pero nunca podremos olvidar aquella icónica interpretación de Tim Curry como el payaso Pennywise, uno de los villanos más memorables, no solo del bestiario de Stephen King, sino del siglo veinte.
Sin embargo, ninguna de esas versiones (libro o mini-serie) influyó en mi percepción de la nueva película Eso. Lo que no pude evitar fue compararla con Stranger Things pues, a pesar de tener un argumento muy distinto, esa popular serie de Netflix capturó a la perfección el espíritu de "It", desde la atmósfera de pueblo pequeño, hasta la inquebrantable amistad que funciona como eje emocional de la historia. En otras palabras, Stranger Things me pareció una mejor adaptación (extra-oficial) del libro "It", que la nueva película Eso.
Lo cual no significa que Eso sea mala. Todo lo contrario; los actores tienen una maravillosa dinámica, y sus historias personales resultan interesante incluso sin la intervención de los eventos sobrenaturales. El libreto (adaptado por Chase Palmer, Gary Dauberman y Cary Fukunaga, quien planeaba dirigirla originalmente) cambia muchas cosas del libro, pero creo que fueron decisiones sensatas (con una o dos excepciones), tomando en cuenta que Eso solo cuenta la mitad de la historia... y espero sinceramente que su éxito económico signifique que pronto veremos el "Volumen II". Mis únicas quejas serían sobre la dirección de Andy Muschietti, quien recae demasiado en sobresaltos y efectos especiales (tal como ocurrió en su previa cinta, Mama, del 2013), descuidando el suspenso y atmósfera que son indispensables en cualquier película de terror. Aún así encontré Eso muy bien realizada, y con adecuados horrores para pasar dos horas perturbadoramente entretenidas.
De hecho, los momentos de Eso que más me gustaron no fueron los desplantes digitales del payaso demoníaco (sin duda creativos e impactantes), sino las insinuaciones de violencia a nivel más personal, como las tensas escenas entre la niña Beverly (Sophia Lillis) y su inquietante padre (Stephen Bogaert); o la estúpida agresión sin sentido del "bully" local (Nicholas Hamilton), cuyo ciego odio contra todos podría funcionar como catalizador del mal... y, sorprendentemente, también del bien, pues tiene un papel primordial en la formación de "Los Perdedores", como se auto-denominan los siete niños "outsiders" que encuentran refugio en sus mutuas disfunciones.
Hablando de lo cual, los actores Jaeden Lieberher (de la excelente Midnight Special), Jeremy Ray Taylor, Sophia Lillis, Chosen Jacobs, Jack Dylan Grazer, Wyatt Oleff y Finn Wolfhard (quien también participó en Stranger Things) expresan con realismo y naturalidad la difícil transición de niñez a adolescencia, inseguros en ciertos aspectos, pero con esa implacable convicción infantil que tiende a perderse con la llegada de la madurez y las responsabilidades de la vida adulta. Es un fantástico ensamble que nos ayuda a sortear los ocasionales problemas del guión, así como algunas cuestionables decisiones durante el irregular desenlace.
En cuanto a Bill Skarsgård como Pennywise... supongo que su actuación es adecuada para el personaje; pero, como dije, la saturación de efectos especiales diluyen un poco la personalidad del villano, y nublan su posible origen (perdón... en este punto estoy dejando que influyan mis recuerdos de la novela).
Para no desviarme por la ruta del "fanboy", terminaré diciendo que Eso me pareció una sólida adaptación de un brillante libro, y una recomendable película de terror que quizás debió prestar más atención al aspecto psicológico de la historia, en vez de dejar que los artistas digitales se encargaran de hacer el trabajo del director. Solo queda esperar que el Volumen 2 corrija esos problemas (en mi humilde opinión), y entonces tendremos una de las mejores adaptaciones de Stephen King... al menos de este siglo, pues nada podría competir contra Creepshow, Christine y The Dead Zone.
Calificación: 8.5

IMDb

Wednesday, September 13, 2017

The Vault



Síntomas: Aprovechando que la policía está distraída con un incendio cercano, cinco desesperados criminales asaltan un banco. Y, como la caja fuerte no tiene tanto dinero como esperaban, deciden abrir una bóveda subterránea... pero lo que encuentran podría costar la vida a todos los implicados, tanto ladrones como rehenes.

Diagnóstico: Hace algunos meses disfruté la fusión de géneros de la película The Last Heist, donde un asalto bancario se complicó por la presencia de un asesino serial. Y ahora The Vault hace algo similar, pero en vez de asesino nos ofrece un componente sobrenatural que incrementa el suspenso y transforma los clichés de las "heist movies" en algo ligeramente más original, con una perversa energía que captura de inmediato nuestra atención.
Desafortunadamente, al igual que ocurrió con The Last Heist, The Vault es una película mediocre con notorias fallas de ritmo y estructura que afectan la experiencia general; y si bien el director Dan Bush (quien me sorprendió hace casi diez años con la tensa e imaginativa The Signal) se esfuerza por sacar el máximo provecho de sus modestos recursos, la cinta no cumple el potencial de sus ingredientes.
Para empezar, los asaltantes son increíblemente ineptos, aunque su falta de coordinación (en métodos y motivos) se explica gradualmente, creando un nuevo nivel de drama que mantiene la historia en movimiento con las obligatorias traiciones y exabruptos que alteran el contexto del robo. ¿Estamos a favor de los ladrones, o de los rehenes? ¿Y, por qué todos parecen ocultar algo importante?
Aquí es donde interviene el factor sobrenatural (que no revelaré)... al mismo tiempo que aparecen severas grietas en la lógica del libreto. En cuanto empiezan a ocurrir cosas "raras", la trama pierde cohesión en forzadas escenas donde los ladrones se comportan de manera irracional, o ignoran eventos que deberían alertarlos de inmediato (después de todo, están en una situación tremendamente estresante, donde cualquier cosa podría salir mal). Por ejemplo, resulta ridículo que vean algo extraño en una cámara de seguridad, y no vayan corriendo a averiguar qué pasó. Porque entonces la película terminaría demasiado rápido, y no habría tiempo para más "sustos" ni muertes violentas antes del agridulce desenlace.
Lo que me ayudó a ignorar parcialmente estos problemas fueron las actuaciones de Taryn Manning y Francesca Eastwood como las hermanas Vee y Leah Dillon, líderes del equipo criminal; y de James Franco como un aterrado empleado que accede a ayudarlas a cambio de proteger la vida de los rehenes. Eastwood (sí, es hija de Clint) y Manning desarrollan una volátil pero muy natural dinámica fundamentada en lazos familiares que podrían romperse sin previo aviso. Me gustó mucho su interacción, y el contraste entre sus reacciones cuando las cosas se salen de control. Por su parte, Franco tiene una actuación más sutil y moderada, anclando la película con su estoica presencia y sincera actitud. Completando el elenco tenemos a Q'orianka Kilcher como una cajera con buen corazón, y Scott Haze como el renuente criminal que reconoce antes que nadie lo que está ocurriendo en el sótano.
Entonces, The Vault fue una experiencia bastante irregular, donde cada elemento positivo se vio cancelado por algún agujero lógico o tropiezo narrativo. Aún así, la elegante dirección de Bush y las actuaciones de Taryn Manning y Francesca Eastwood inclinaron la balanza hacia el lado positivo (al menos en mi humilde opinión)... aunque casi se invirtió al final por culpa de dos inútiles "twists": uno muy previsible que se se podía adivinar desde la mitad de la película; y otro sin sentido alguno. De cualquier modo The Vault me mantuvo en suspenso con su ambiciosa combinación de géneros, pues, como siempre he dicho, prefiero una película que falla por intentar algo nuevo, en vez de una película mediana que se quedó en territorio seguro. No sé si eso justifica una recomendación para The Vault... pero no me arrepiento de verla. Y ahora esperaré las hipotéticas películas donde una cuadrilla de ladrones bancarios se topa con un hombre lobo o con aliens. O, más raro aún, con un banco que respeta a sus clientes.
Calificación: 6.5

IMDb

Monday, September 11, 2017

The Big Sick



Síntomas: Desafiando los deseos de su conservadora familia pakistaní, el comediante Kumail Nanjiani (Kumail Nanjiani) empieza a salir con Emily Gardner (Zoe Kazan), una joven caucásica. Pero la diferencia étnica será el menor de sus problemas.

Diagnóstico: Alguna vez mencioné que todas las películas sobre comedia y comediantes son tragedias. The Big Sick no es la excepción, pues si bien incluye abundantes risas y agudas observaciones por parte del actor y co-guionista Kumail Najiani (más conocido como Dinesh en la serie Silicon Valley), la película se enfoca en un doloroso pasaje autobiográfico, donde su novia Emily quedó en coma justo cuando empezaban a definir su relación. Y lo que ocurre después es trágico y conmovedor, aunque con el grado justo de optimismo para inspirar al espectador, en vez de deprimirlo por completo.
El director Michael Showalter (otro competente comediante por derecho propio) tiene algunas dificultades para conjugar los dispares elementos de The Big Sick; podríamos decir que la cinta es una comedia romántica con un enorme injerto dramático a la mitad, el cual destruye los ritmos característicos del género, al mismo tiempo que crea algo nuevo, difícil de clasificar y no siempre congruente... pero a fin de cuentas satisfactorio en el nivel emocional.
Con dos horas de duración, The Big Sick se siente cansada de vez en cuando... sin embargo la complejidad del relato justifica su duración, pues requiere múltiples puntos de vista y la gradual evolución de todos los personajes involucrados; de otro modo, no tendría el mismo impacto, ni lograría compenetrarnos con tanto detalle en las experiencias de los individuos reales que vivieron estos eventos. No debe haber sido fácil para Showalter conciliar las necesidades de la película con las expectativas de su actor/escritor/productor Kumail Nanjiani, quien se atrevió a plasmar su vida en la pantalla, mostrando lo bueno junto con lo malo, en una especie de sacrificio ritual para darle sentido a los dolorosos momentos que vivió con la auténtica Emily Gordon (aunque el personaje que interpreta Zoe Kazan se llama Emily GARDNER).
Hablando de lo cual, también parece un error contratar una actriz tan buena como Kazan, y ponerla a dormir durante la mayor parte de The Big Sick. Entiendo que era necesario para reflejar los hechos reales, pero como su asiduo admirador me decepcionó su relativamente breve presencia.
Por su parte, Kumail Nanjiani hace un excelente trabajo interpretándose a sí mismo; y, en un plano personal, me dio gusto confirmar que es un auténtico "geek" del cine de terror. Su fallido plan para seducir a una chica con la clásica cinta The Abominable Dr. Phibes cayó perturbadoramente cerca de mis experiencias adolescentes. No pregunten.
También destacan la gran Holly Hunter como la madre de Emily, y Ray Romano como su benevolente padre. De Hunter obviamente no esperaba menos, pero Romano me sorprendió con su fino manejo de drama y comedia; nunca seguí su trabajo televisivo, y ahora me queda claro que su talento va más allá de "papá de sitcom".
Tengo algunas reservas sobre la estructura de The Big Sick, así como sus abruptos cambios de tono; sin embargo la simpatía de los personajes, la honestidad de las emociones retratadas, y las excelentes actuaciones compensan cualquier problema, y convierten The Big Sick en una muy recomendable "indie" que dice mucho y sabe cómo decirlo... aunque a veces con más vueltas de las necesarias. Y ahora, solo me queda esperar que, al igual que su colega Jordan Peele, Kumail Nanjiani se atreva a hacer algo en el género de terror. Estoy seguro de que la idea ha cruzado su mente.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, September 10, 2017

La Estafa de los Logan (Logan Lucky)



Síntomas: Después de perder su empleo en una compañía de construcción, el ex-jugador de fútbol Jimmy Logan (Channing Tatum) decide robar la bóveda de una pista NASCAR durante la carrera más importante del año. Sus cómplices serán su hermano Clyde (Adam Driver), su hermana Mellie (Riley Keough), y un experto en explosivos llamado Joe Bang (Daniel Craig), quien actualmente se encuentra en presidio. El plan es muy arriesgado, pero si siguen las reglas, todo saldrá bien.

Diagnóstico: ...y por lo tanto sabemos de antemano que todo saldrá mal. O al menos lo suficiente para crear adecuada tensión y mantenernos en suspenso sobre el éxito o fracaso de estos improvisados ladrones.
A lo largo de su carrera, el director Steven Soderbergh ha mostrado notable afinidad por el mundo criminal, enfocando muchas de sus películas en robos (Ocean's Eleven y sus secuelas), traiciones (The Good German, Out of Sight) y engaños (The Informant!), con resultados generalmente positivos, aunque cada vez menos "artísticos" e interesantes. Desafortunadamente La Estafa de los Logan continúa esa tendencia, a pesar de la astuta dirección de Soderbergh y un entusiasta elenco que inyecta considerable energía en una historia muy rutinaria sobre un "gran golpe" que solo se distingue de los demás por el entorno cultural que lo rodea.
En vez de elegantes casinos y sofisticados mafiosos, La Estafa de los Logan nos traslada a una ciudad sureña de los Estados Unidos, donde el ritmo de vida es más casual, y sus sencillos habitantes aún conservan los valores tradicionales de sus abuelos (incluyendo, por ejemplo, competencias de puntería con asientos de retretes).
Y, básicamente, ese es el fundamento humorístico de La Estafa de los Logan: "hillbillies" y "rednecks" planeando un gran robo, usando términos que han visto en televisión, aunque no comprenden su significado ("¿Estás usando una línea telefónica segura?" - "Sí, estamos enfrente de la ferretería"). Pero, claro, estos rústicos ladrones podrían ser más inteligentes de lo que esperamos. O al menos uno de ellos: Clyde, el taciturno veterano de Irak que perdió una mano en la guerra. El excelente actor Adam Driver revela gradualmente la brillante mente del personaje, con pequeños gestos y observaciones que contrastan con su hermano Jimmy, interpretado por Channing Tatum como un hombre simple de buen corazón, obligado a cometer un crimen cuando su ex-esposa Bobbie Jo (Katie Holmes) lo amenaza con mudarse a otra ciudad con su pequeña hija. La hermana Mellie (Riley Keough) es la experta en mecánica y automóviles... aunque no basta para disimular su rol de "cara bonita". Y, finalmente, Daniel Craig cambia por completo su imagen para convencernos de que no es James Bond, sino un dinamitero fracasado en una prisión donde el alcaide y los guardias son idiotas... y donde los prisioneros aún visten trajes con rayas blancas y negras.
Entonces, La Estafa de los Logan es más estilo que sustancia (lo cual ha ocurrido en otras películas de este director); y el humor inherente de los contrastes culturales no logra sostener la película durante dos horas de planeación, ejecución, y consecuencias del gran robo (no necesariamente tendrán éxito... pero aún así habrá consecuencias). Por otro lado, el plan de los hermanos Logan es indudablemente ingenioso, utilizando la ignorancia, pereza y estupidez de sus enemigos en su contra, lo cual (supongo) es parte del mensaje de la película. Pero los mejores momentos están separados por períodos de tediosa rutina que hemos visto en incontables "heist movies" mejores que ésta... algunas de las cuales fueron dirigidas por Soderbergh mismo. De cualquier modo admiro la ambición del cineasta para incursionar en territorio nuevo para él, y para el género. Los fans de NASCAR disfrutarán las referencias y gentiles sátiras de estas populares competencias (aunque no entendí el inútil cameo de Seth MacFarlane como un patrocinador británico); y hasta hay un poco de humor para aficionados a Game of Thrones. Sin embargo La Estafa de los Logan me pareció mediocre y prescindible, no solo como parte de la filmografía de Steven Soderbergh, sino en el contexto más amplio del cine sobre "grandes estafas". Y vale añadir que Soderbergh no se burla de sus personajes; podrán ser "rednecks", pero la cinta respeta su dignidad hasta el final. Cosa rara en los "medios liberales".
Calificación: 7

IMDb

Saturday, September 9, 2017

El Seductor (The Beguiled)



Síntomas: Durante la Guerra Civil norteamericana, un soldado del norte recibe refugio en una escuela para señoritas del sur, lo cual desata una marea de emociones, no solo por pertenecer a lados opuestos del conflicto, sino por las reacciones de siete mujeres reprimidas por la estricta cultura de aquella época.

Diagnóstico: El estilo sutil y oblicuo de la directora Sofia Coppola funcionó muy bien en películas como The Virgin Suicides, Lost in Translation, y Somewhere (sus detractores opinarán lo contrario, lo cual es perfectamente válido); pero en mi humilde opinión, como fan de esta cineasta, creo que su peculiar visión requiere un argumento complejo en el fondo, para compensar la simplicidad de su forma. Cuando no ocurre (como, por ejemplo, en The Bling Ring), nos quedamos con una cinta a medias, bien actuada y minuciosamente producida, pero carente de impacto y sustancia dramática. Desafortunadamente creo que ese fue el caso de El Seductor... aunque no por ello deja de ser una película interesante y hasta cierto punto recomendable. Pero no tan buena como pudo ser.
El principio parece un clásico romance "de época", con el apuesto soldado herido en manos de siete mujeres que deberían odiarlo por pertenecer al bando enemigo. Sin embargo, el Cabo John McBurney (Colin Farrell) resulta ser un perfecto caballero, y está muy agradecido por los cuidados de la directora Miss Martha (Nicole Kidman) y la maestra Miss Edwina (Kirsten Dunst), así como por la cálida amistad de las alumnas adolescentes, de las cuales solo Alicia (Elle Fanning) parece oponerse a su presencia. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunas opiniones empiezan a cambiar, y hasta se vuelve benéfico tener un hombre en la escuela para atender labores sucias (como la jardinería). Pero... ¿será McBurney tan noble como aparenta? ¿O habrá algún propósito oculto en su buena disposición?
La respuesta a estas preguntas ofrece una adecuada medida de entretenimiento, pero a fin de cuentas El Seductor (sí, sentí pena al comprar el boleto... parece el título de alguna comedia sexual italiana de los setentas) prefiere permanecer en la superficie de los hechos, ofreciendo algunas sorpresas para mantener el interés del espectador, sin aspirar a un análisis más profundo de los múltiples vectores ideológicos y sentimentales de la situación.
Por ejemplo, el choque filosófico entre "yanquis" y "confederados" se desinfla casi de inmediato, cuando McBurney revela que es un simple mercenario peleando por dinero, y no por apoyar la causa del norte. Entonces, en vez de promover provocativas discusiones sobre las razones de la guerra, termina siendo un punto irrelevante.
Por el lado positivo, las actuaciones son buenas de principio a fin, aunque bajas en energía y convicción. Supongo que esas modestas actitudes son consistentes con el período histórico de la cinta, pero un poco más de vigor hubiera ayudado a afirmar las tenues ideas de la cinta.
La música del grupo francés Phoenix muestra similar recato, ausente durante gran parte de la película, para aparecer solo cuando realmente ayuda a exteriorizar los pensamientos de algún personaje, o para enfatizar el tono emocional de ciertas escenas. Me gustó mucho esa decisión creativa, pues emplea la música incidental (compuesta de tonos lánguidos y melancólicos) como genuino complemento de la narrativa.
En resumen: El Seductor me pareció una película buena pero olvidable. No sé si la culpa fue de la novela que la inspiró (escrita por Thomas Cullinan) o de la directora/guionista Sofia Coppola; pero tan solo sus valores técnicos (incluyendo el fantástico diseño de producción y la precisa cinematografía de Philippe Le Sourd, quien parece utilizar exclusivamente fuentes naturales de luz), junto con el adecuado melodrama del "zorro en el gallinero" (perdón) garantizan que no será aburrida, y que nos mantendrá entretenidos hasta el abrupto final. Como dije, pudo llegar más lejos, pero nuestro premio de consolación es el talento que adorna la pantalla.
Calificación: 7.5

IMDb

Friday, September 8, 2017

Terror Profundo (Open Water 3: Cage Dive)



Síntomas: Varios turistas norteamericanos naufragan en la costa de Sydney, Australia, durante una expedición para ver de cerca a los tiburones blancos. Varias semanas después, un buzo descubre la cámara submarina que capturó en video la terrible experiencia de los náufragos.

Diagnóstico: Versión corta: olviden que existe esta película, y mejor vean The Shallows.
Versión larga: En el año 2003, la película Open Water se convirtió en un modesto éxito independiente gracias al delicioso suspenso que logró generar con su simple premisa y minimalista producción. En el 2006 se estrenó una supuesta secuela, Open Water 2: Adrift, que no tenía nada que ver con la original, excepto por el tema marítimo; y ahora, sospecho, ocurrió lo mismo con Terror Profundo (título original: Open Water 3: Cage Dive), la cual incorpora el "novedoso" gimmick del "found footage" para adornar otra repetición del mismo argumento: varias personas a la deriva en el mar, rodeadas de tiburones, y con intensos conflictos personales para llenar el tiempo entre los ataques de los escualos.
Lamentablemente la tercera resultó la peor de la serie, que debería detenerse aquí para siempre. O al menos hasta el inevitable re-boot en diez años (o cinco, si Hollywood está realmente desesperado).
Cómo todas las películas de este tipo (me refiero a los pseudo-documentales, no a las películas de "hombre vs. tiburón"), Terror Profundo comienza con media hora de casual camaradería para conocer a los (odiosos) protagonistas y establecer las circunstancias que los llevaron a quedar flotando en el océano (querían grabar un vídeo ¡Extremo! para participar en un programa de televisión dedicado a gente ¡Extrema!).
Y si esa media hora resulta aburrida y antipática, esperen a ver lo que ocurre después del naufragio... tomas acuáticas confusas (incluyendo muchas en completa oscuridad), discusiones a gritos sobre quién tuvo la culpa por la tragedia, y terribles actuaciones que impiden tomar en serio el estridente melodrama de estos unidimensionales personajes (desde luego se cierne sobre ellos una traición romántica que les parece más importante que la amenaza de los tiburones).
Me parecían absurdas aquellas películas sobre jóvenes que continúan grabando video mientras corren por su vida en un edificio embrujado, pero Terror Profundo lleva ese vicio hasta niveles de inverosímil surrealismo que destruye toda pretensión de credibilidad. Tal vez si hubieran contratado a Werner Herzog como sardónico narrador, Terror Profundo parecería una nihilista comedia negra. Pero como supuesto "thriller" resulta aburrido, emocionalmente vacío, y sin la creatividad necesaria para sacar provecho de sus aceptables valores de producción.
Lo cual nos lleva a lo único bueno de la película: un par de sangrientas escenas, y un ataque de tiburón que nos toma por sorpresa. Fuera de eso, Terror Profundo fue una pérdida de tiempo total, y una tortura fílmica que me pareció eterna sentado en la butaca del cine, donde ya no sabía cómo acomodarme para reducir el tedio provocado por esta terrible pseudo-secuela pseudo-documental. Mi único escape fue pensar en la novela The Raw Shark Texts, deseando que su tiburón conceptual devorara mi memoria de esta película.
Calificación: 5

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Wednesday, September 6, 2017

Death Note



Síntomas: El joven Light Turner (Nat Wolff) encuentra un misterioso cuaderno con el poder de matar a cualquier persona cuyo nombre se escriba en sus páginas. Al principio Light usa el cuaderno para deshacerse de un "bully" en la escuela, y para vengarse del hombre que mató a su madre. Pero eventualmente, con ayuda de su novia Mia (Margaret Qualley), Light diseña un plan para el cuaderno que podría cambiar el mundo.

Diagnóstico: Aún sin haber visto el anime, ni haber leído el manga original de Death Note, entiendo por qué los fans odiaron esta adaptación producida por Netflix. La premisa es fascinante, simple en su forma, pero inmensamente complicada en sus connotaciones morales y prácticas. Y el desarrollo de la historia es bastante ingenioso, extendiendo las consecuencias del cuaderno hasta niveles globales, pero sin perder de vista el impacto psicológico de "jugar a ser Dios". Ah, y para adornar esta fábula ética, el director Adam Wingard aprovecha su sensibilidad "gore" para regalarnos algunas deliciosas muertes con lujo de sangre y violencia. Entonces, ¿qué salió mal?
Los primeros veinte minutos establecen de manera clara y eficiente los ingredientes de la historia y las conexiones entre los personajes principales (incluyendo el "dios de la muerte" Ryuk, muy bien realizado con efectos especiales y la voz de Willem Dafoe). Pero de ahí en adelante la película pierde cohesión por culpa de un libreto pobremente estructurado, y habitado por personajes que se convierten en idiotas de una escena a otra, tomando las más absurdas decisiones e ignorando el subtexto moral de la historia para reemplazarlo por blando romance y una inverosímil investigación policíaca. Inevitablemente los engranes narrativos empiezan a rechinar y sacar chispas (como la rueda de la fortuna que aparece al final de la película), para eventualmente salirse de sus ejes y destruir todo el potencial de Death Note.
Los adolescentes me parecieron huecos y antipáticos desde el principio. Ninguno de los actores (con la posible excepción de Dafoe) captura el conflicto ético que implica el uso del cuaderno mágico. Todo ocurre con demasiada rapidez; y cuando entra a escena el gran detective "L" (Lakeith Stanfield), parece que la historia se estabilizará lo suficiente para llevarnos a un final más o menos satisfactorio... pero no sucede así. En vez de eso, tenemos más eventos arbitrarios, coincidencias irracionales, y un "twist" de última hora que pretende explicar algunos de los problemas mencionados. Pero fue demasiado tarde. Para ese momento, ya había perdido interés en lo que pudiera ocurrir con Light, Mia, L, y Ryuk.
Y lo peor es que probablemente no podré ver el anime original sin compararlo con esta pobre imitación. Creo que caí accidentalmente en una situación de "spoiler reverso", donde la adaptación arruina retroactivamente el original. O algo así.
Lo mejor que puedo decir de Death Note (la película) es que disfruté algunos fugaces momentos de creatividad visual (en particular los efectos especiales), pero todo lo demás fue de mal en peor; y aún así me inspiró grandes deseos de ver la serie animada, pues sus buenas ideas lograron filtrarse entre la mediocridad de este remedo cinematográfico. En parte fue mi culpa por posponer Death Note (el anime) durante tanto tiempo. Al menos aprendí mi lección. Siguiente paso: ver el anime Fullmetal Alchemist antes de que sufra un destino similar a manos de Hollywood.
Calificación: 6 (tan solo por el "gore" y por Ryuk)

IMDb

Monday, September 4, 2017

What Happened to Monday (Seven Sisters)



Síntomas: A mediados del siglo veintiuno, la escasez de alimentos y exceso de población conducen a la estricta legislación de la reproducción humana: un bebé por familia, al menos mientras la situación se estabiliza. Sin embargo, Terrence Settman (Willem Dafoe) tiene siete nietas idénticas, y no piensa entregarle seis al gobierno, así que diseña un ambicioso plan para mantener su secreto.

Diagnóstico: Después de realizar en Noruega dos de las mejores películas de zombies de este siglo (Dead Snow, del 2009, y su secuela Dead Snow 2: Red Vs. Dead, del 2014), así como un olvidable intento de "blockbuster" norteamericano (Hansel & Gretel: Witch Hunters, 2013), el director Tommy Wirkola decidió regresar a sus raíces independientes... aunque con abundante dinero de inversionistas europeos y una producción cosmopolita que, desafortunadamente, no logró evitar ciertos vicios hollywoodenses.
El futuro distópico de What Happened to Monday se siente bastante creíble, pues simplemente extiende los problemas actuales hasta sus consecuencias lógicas: sobrepoblación, alimentos genéticamente alterados, depresión económica, gobiernos totalitarios... no es difícil concebir que nuestra situación podría degenerar hasta ese escalofriante extremo. Y el plan del astuto Terrence Settman para ocultar a sus nietas es brillante: cada una puede salir a la calle un solo día de la semana, dando la impresión de ser una sola persona. Estos elementos hubieran bastado para crear un cálido melodrama familiar con un fuerte subtexto ecológico y político; sin embargo, Wirkola (y sus guionistas Max Botkin y Kerry Williamson) tomaron una ruta distinta, convirtiendo What Happened to Monday en un irregular pastiche de géneros que nunca se integran armónicamente. Por un lado, tenemos el drama personal de las siete hermanas (interpretadas en su edad adulta por Noomi Rapace), tratando de convivir a pesar de sus distintas personalidades. Durante treinta años han compartido todo (literalmente), pero algunas están cansadas de mantener la mentira. En el plano político tenemos al gobierno semi-fascista que utiliza el bienestar común como excusa para violar las libertades individuales de sus ciudadanos. Aunque, con miles de desempleadas en las calles y mercados vendiendo ratas como alimento, ¿qué otro camino le queda a la humanidad?. Y, finalmente, la cinta adopta una fórmula de thriller de acción cuando una súbita ruptura en el plan de las hermanas amenaza con revelar su existencia al mundo, y las obliga a luchar por su supervivencia, explorar aspectos desconocidos de la sociedad que las rodea y, desde luego, descifrar la obligatoria Gran Conspiración Donde Nada Es Lo Que Aparenta. Ah, y si hay tiempo, también podrían buscar un poco de romance.
Hay una abundancia de ideas en What Happened to Monday, y ciertamente admiro la ambición de Wirkola y su equipo creativo; sin embargo sus desorbitados malabares narrativos solo pueden mantenerse en el aire por medio de enormes incongruencias lógicas, absurdas decisiones por parte de héroes y villanos; y un barniz general de estupidez que nos saca constantemente de la película. Tampoco me gustó el uso de avanzada tecnología como excusa para resolver (o crear) arbitrarios obstáculos que inyectan suspenso cuando la trama flaquea. El diseño de la tecnología es notable (los brazaletes que proyectan hologramas interactivos sobre la mano del usuario parecen una evolución práctica e ingeniosa de los teléfonos actuales); pero se arruina cuando rompen sus propias reglas, o cuando los usan para justificar los más rancios clichés "hi-tech" (como cuando alguien se infiltra sin dificultad alguna en una instalación súper-secreta, o cuando un "hacker" utiliza Google Maps -o su equivalente futurista- para encontrar rutas libres de villanos).
Por el lado positivo, Noomi Rapace ofrece siete extraordinarias actuaciones como las hermanas Settman. Es cierto, nunca pude dejar de pensar que Tatiana Maslany hizo algo mejor en Orphan Black, pero bueno... no se trata de una competencia. Y, en papeles secundarios, Glenn Close, Willem Dafoe y Marwan Kenzari añaden un poco de humanidad para compensar la superficialidad de sus personajes.
What Happened to Monday se distribuye globalmente por medio de Netflix, revelando una estrategia similar a la de otras "exclusivas" de este servicio, como Okja, The Discovery y ARQ... gastar mucho en producciones vistosas, sin preocuparse demasiado por su integridad dramática. Cantidad sobre calidad. "Vamos a probar un poco de todo, y a ver qué funciona". Supongo que Netflix puede costear un modelo económico tan ineficiente. Pero, independientemente de esta política creativa, yo esperaba más del director Tommy Wirkola. Más humor, más ingenio, más emoción. Cualquier cosa para atenuar los tropiezos de What Happened to Monday.
Calificación: 6.5

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