Tuesday, May 31, 2016

Moonwalkers



Síntomas: En 1969, el agente de la CIA Tom Kidman (Ron Perlman) viaja a Londres con una misión muy peculiar: contratar al célebre director Stanley Kubrick para falsificar el alunizaje del Apollo 11, en caso de que la cápsula real no logre llegar a la Luna. Sin embargo Kidman se confunde y termina contratando a dos estafadores que sólo quieren el dinero para saldar cuentas con un peligroso criminal.

Diagnóstico: La supuesta falsificación de la llegada a la Luna (realizada por Stanley Kubrick, nada menos) es una de las más persistentes teorías en el mundo de las conspiraciones (en el cual he estado interesado desde hace más de veinte años). En lo personal no trago dicha teoría, pues creo que existe más que suficiente evidencia para confirmar que el hombre sí llegó a la Luna (además, no quiero que Buzz Aldrin me pegue en la cara), pero aún así me parece un tema fascinante, y tenía mucho interés en Moonwalkers por ser una de las pocas películas que lo abordan (la más famosa probablemente sea Capricorn One, aunque en ella se falsifica la llegada a Marte). Desafortunadamente Moonwalkers resultó ser una inestable comedia criminal que divide su atención en demasiadas sub-tramas y cambia de tono con cada escena, destruyendo las expectativas de ingenuos optimistas (como yo) que nos vimos atraídos por el señuelo de sus revelaciones conspiratorias.
Si olvidamos por un momento el asunto de la Luna, Moonwalkers es un mediano "noir" británico con amplias (pero insípidas) porciones de humor y brutal violencia para cumplir los más básicos requerimientos del género: rudos "gángsters" londinenses de la vieja escuela, un par de estafadores con más suerte que inteligencia como protagonistas, y un desfile de pintorescos personajes secundarios para complicar el libreto y darle más personalidad de la que realmente posee.
Por el lado bueno, Moonwalkers está dirigida con gran estilo por el novato Antoine Bardou-Jacquet, quien obviamente está más interesado en la atmósfera "hippie" (¿mod?) del Londres sesentero que en la integridad del libreto escrito por Dean Craig. La sucesión de eventos que llevan al agente de la CIA a contratar dos falsos cineastas es ridícula, incluso dentro de este género. Sus conexiones con la mafia inglesa tampoco tienen mucho sentido, y mejor ni hablar de los militares norteamericanos que delegan un proyecto tan importante a un solo agente con obvias perturbaciones mentales y continuos "flashbacks" de sus dolorosas experiencias en Vietnam.
Pero, bueno... supongo que los productores asumieron que los fans de las conspiraciones no nos fijaríamos en las inconsistencias del argumento, o sus abruptos giros de drama a comedia, de comedia a thriller, y de thriller a... "head movie". Lo importante es lucir las locaciones, el fantástico diseño de producción que nos transporta a "swinging London", y la cinematografía que complementa los visuales con una paleta de colores al mismo tiempo viva y desleída, como película Súper 8 que permaneció en el desván durante varias décadas. Por cierto, la secuencia del "viaje ácido" es lo mejor de Moonwalkers, y prácticamente amerita una recomendación por sí misma.
Hablando de lo cual, cualquier película estelarizada por Ron Perlman es digna de verse, y el elenco que lo rodea cumple decentemente su labor, empezando por Rupert Grint (más conocido como Ron Weasley) en un papel simultáneamente odioso y simpático. Robert Sheehan interpreta a Leon, el actor hippie (¿mod?) que se hace pasar por Stanley Kubrick; y Tom Audenaert es Renatus, el "artiste" gráfico encargado de filmar la "llegada a la luna" en una inmunda bodega mal iluminada. Sobra decir que sus planes de incluir hombres verdes y bailarinas alienígenas no son muy compatibles con las directivas de la NASA.
En cierto modo Moonwalkers fue una decepción, pero escena por escena me mantuvo entretenido, me hizo reír un poco, y desde luego disfruté las violentas balaceras durante las confrontaciones con los criminales ingleses. Yo hubiera preferido una cinta más seria (bueno, no muy seria) sobre conspiraciones, pero quedé conforme con esta bizarra mezcla de dispares elementos que funcionan mejor por separado que como experiencia cinematográfica integral. Solo espero que cuando llegue el turno a la conspiración de Roswell, no sea en forma de comedia musical con las canciones de Foo Fighters, o algo así. Pensándolo bien, eso suena fantástico.
Calificación: 7

IMDb

Sunday, May 29, 2016

Alicia a Través del Espejo (Alice Through the Looking Glass)



Síntomas: Tras navegar los océanos del mundo durante varios años, la joven Alice Kingsleigh (Mia Wasikowska) regresa al "Inframundo" de sus fantasías infantiles para ayudar al Sombrerero (Johnny Depp), cuya locura está alcanzando niveles peligrosos. Y la manera más fácil de curarlo, naturalmente, será viajar en el tiempo.

Diagnóstico: Hace seis años Tim Burton nos abrumó (algunos dirían "aburrió") con su empalagosa visión del "País de las Maravillas", tenuemente inspirada en los libros de Lewis Carroll. En aquel entonces Alice in Wonderland no me pareció exactamente mala, sino hueca y carente de profundidad dramática para respaldar sus abigarrados escenarios y excéntricos personajes. Y ahora Alicia a Través del Espejo (con el director James Bobin reemplazando a Burton) continúa más o menos en la misma línea, corrigiendo algunas cosas pero arruinando otras, de modo que el balance final termina siendo bastante parecido.
Para los fans de Carroll, aclaro que Alicia a Través del Espejo no tiene nada que ver con la epónima novela. Bueno, hay un espejo, y Alicia lo atraviesa, pero ahí terminan las similitudes. Para bien o para mal, la guionista Linda Woolverton prefirió tomar el camino de la "historia de origen", explorando los hechos pasados que contribuyeron a las particulares manías del Sombrerero, la Reina Roja y la Reina Blanca; lo cual de paso ofrece una valiosa lección sobre los peligros de jugar con el destino. Ah, y también encontramos un nuevo pseudo-villano en la forma de Tiempo, interpretado con cierta ironía por el comediante Sacha Baron Cohen (su acento de Werner Herzog fue lo único que me hizo sonreír un poco en la película entera, por cierto).
Por lo demás, Alicia a Través del Espejo cuenta con los clásicos elementos de una épica fantasía disneyana: una narrativa al mismo tiempo insulsa y laberíntica; obstáculos arbitrarios que la protagonista debe superar; y muchas locaciones y personajes que no contribuyen a la historia pero, eso sí, deleitan al ojo con sus brillantes colores y exóticos diseños (me gustó en particular el interior del reloj, y los robots que parecen inspirados por Futurama).
Curiosamente, mi parte favorita de Alicia a Través del Espejo fue la secuencia inicial, donde encontramos a Alicia como capitana de un barco (en el mundo real), combatiendo piratas en alta mar, y el sexismo de la sociedad victoriana en tierra firme (para ser justos, entiendo por qué nadie la tomaría en serio con ese vestido de bufón). Incluso me hubiera gustado más (como se insinúa por un momento) que los personajes del Inframundo se infiltraran en nuestra realidad para ayudar a Alice, o algo así. Digo, si ya estamos pisoteando el legado de Lewis Carroll, ¿qué más da otra arbitraria invención? Pero eso hubiera requerido una historia más creativa y balanceada, en vez de un vacuo desfile de efectos especiales para distraernos de que nada ocurre a nivel emocional.
Hablando de lo cual... Johnny Depp fue el abismo negro de la película. Su actuación como el Sombrerero desborda "tics" y afectaciones para expresar su creciente locura, pero jamás lo sentí como una entidad real; tan solo es Johnny Depp gesticulando maniáticamente bajo el espeso maquillaje (práctico y digital) para cobrar su sueldo, y ya. Me atrevería a decir que la "chispa" de su personaje se extinguió con la ausencia de Tim Burton en la silla del director. En fin... al menos Depp tiene relativamente poco tiempo en pantalla, y no alcanza a hundir la película.
Por el lado positivo, el elenco femenino se encarga de inyectar toda la energía necesaria para mantener la película viva. Mia Wasikowka muestra más entusiasmo y seguridad como Alicia, y su interacción con los personajes animados se siente más creíble que en la primera película. Helena Bonham Carter y Anne Hathaway (junto con sus versiones infantiles, interpretadas por Leilah de Meza y Amelia Crouch, respectivamente) tienen una sub-trama más sustanciosa que la del Sombrerero, y mantienen una adecuada química de "opuestos complementarios" que respeta tenuemente la intención original de las novelas como alegoría del arduo camino a la madurez.
Mi expectativa por Alicia a Través del Espejo era baja, y aún así la sentí menos memorable que la primera película. Su gran problema es que no es graciosa, no es emocionante, no es dramática, ni innovadora. Simplemente es. Pero al mismo tiempo la historia central de viaje en el tiempo (que no he mencionado para evitar spoilers) ofrece esporádicos toques de ingenio, junto con un tono más oscuro y siniestro que no requiere batallas campales para dejarnos medianamente satisfechos al final. La protagonista creció en el sentido metafórico y literal, y quizás por eso Alicia a Través del Espejo se siente más madura, sin perder su sensibilidad infantil... aunque cuesta trabajo encontrarla en los resquicios de la historia que no fueron infectados por el virus de la re-imaginación. Ni con una crono-esfera se podría detener esa epidemia.
Calificación: 6.5

IMDb

Friday, May 27, 2016

Buenos Vecinos 2 (Neighbors 2: Sorority Rising)



Síntomas: Los esposos Mac y Kelly Radner (Seth Rogen y Rose Byrne) quieren mudarse a los suburbios, pero antes deben vender su casa... lo cual será imposible mientras tengan como vecinas a las ruidosas estudiantes universitarias de la fraternidad femenina Kappa Nu.

Diagnóstico: En los primeros segundos de Buenos Vecinos 2, Kelly vomita accidentalmente en la boca de su esposo... y de ahí en adelante el humor sólo empeora, hasta llegar al resultado que todos esperábamos: una secuela aún peor que la incompetente original.
Pero, bueno; supongo que la mera existencia de Buenos Vecinos 2 significa que aún existe un mercado para este tipo de insípidas y repetitivas comedias adultas, así que aquellos fans que clamaron por la realización de esta secuela probablemente recibirán lo que esperaban. Cada quién sabrá si eso es bueno o malo (es malo).
Además de otra retahíla de chistes bobos y previsibles (en serio, la rutina del vómito representa la máxima expresión creativa de esta película), Buenos Vecinos 2 intenta mostrar un poco de "conciencia social" mediante vagos temas feministas que nunca compaginan adecuadamente con la frivolidad general del argumento. Las chicas de Kappa Nu se quejan de la desigualdad en los reglamentos que gobiernan las fraternidades masculinas y femeninas (las femeninas tienen prohibido organizar fiestas, mientras que las masculinas viven en un continuo miasma de drogas, alcohol y sexismo desenfrenado). Esto significa que las estruendosas fiestas e irresponsables actitudes de las chicas están justificadas... ¡después de todo, lo único que quieren es igualdad de derechos! ¡Girl power!
Pero, un momento... como son mujeres, no saben nada de finanzas, ni entienden los más básicos conceptos de administración para pagar la renta de su casa, de modo que requieren la ayuda de un hombre para guiarlas y explicarles que la venta de drogas es la mejor manera de ganar dinero. Supongo que el feminismo sólo funciona bajo supervisión masculina. ¡Girl power!
Por cierto, el hombre que asesora a las muchachas es Teddy Sanders (interpretado por Zac Efron), el antiguo némesis de Kelly y Mac, lo cual presenta nuevas oportunidades de hacerles la vida imposible y alejar a los compradores potenciales de su casa. ¡Drama!
Y, sí... Efron de algún modo logró ser menos gracioso en Buenos Vecinos 2 que en Dirty Grandpa. Tiene suerte de que los MTV Awards no den premio a la actuación cómica menos cómica. Por otro lado, definitivamente merece el premio por consistencia en la selección de roles altamente escatológicos. Finalmente encontró su nicho, y desde luego respeto su decisión.
Por su parte, Seth Rogen y Rose Byrne abordan con apatía sus roles de "malos padres" que constantemente ponen terribles ejemplos de lenguaje y conducta para su pequeña hija. Supongo que el director Nicholas Stoller (también responsable por la cinta original) pensó que sería audaz y subversivo darle a la niña un implemento sexual como juguete preferido, pero se siente más como una desesperada estrategia para escandalizar al espectador, a falta de auténticas ideas. Ni siquiera el "sorpresivo" twist a la mitad de la película consigue cambiar las cosas... simplemente es más de lo mismo, pero sin la tenue novedad de la primera película.
Es una pena, pues en el fondo me pareció interesante la premisa de una fraternidad femenina luchando contra las arcaicas políticas sexuales del sistema universitario norteamericano. Sin embargo, el desarrollo formal de tal idea requeriría ingenio y talento que el director y escritores fueron incapaces de invertir en esta insulsa secuela, que no alcanza los mínimos requisitos de entretenimiento o humor para justificar su existencia.
Una de las actrices que interpretan a las "hermanas" de Kappa Nu es Kiersey Clemons, quien también apareció en la brillante comedia Dope, la cual es inmensamente más recomendable que Buenos Vecinos 2. La trama no tiene mucho en común (salvo el asunto de vender drogas), pero cualquier excusa es buena para disuadir al lector de ver Buenos Vecinos 2, misma que solo recomendaría para fans Zac Efron... que quieren dejar de serlo.
Calificación: 3

IMDb

Wednesday, May 25, 2016

The Curse of Sleeping Beauty



Síntomas: El joven pintor Thomas Kaiser (Ethan Peck) hereda una decrépita mansión que, curiosamente, ha estado apareciendo en las pesadillas que lo atormentan. Y cuando Thomas visita su nueva propiedad, los sueños se vuelven más específicos y reales, sugiriendo un antiguo misterio que yace en los cimientos de la casona.

Diagnóstico: A pesar de lo que sugiere el título, The Curse of Sleeping Beauty no es una "re-imaginación" del clásico cuento de hadas, sino una adaptación de un "web comic" creado por Everette Hartsoe (que nunca he leído, por cierto), el cual a su vez se inspiró parcialmente en la historia "Little Briar Rose" de los Hermanos Grimm... también conocida como "La Bella Durmiente". Mmh... después de todo quizás sí fue una "re-imaginación" del cuento de hadas.
Como sea, hay una mujer dormida al centro de la película, y un protagonista con la misión de despertarla. Pero también hay un demonio con voz femenina, siniestras apariciones en la mansión abandonada, y una inexplicable abundancia de maniquís que de vez en cuando muestran perturbadoras señales de vida.
A pesar de tan rebuscada premisa, The Curse of Sleeping Beauty comienza bastante bien, con un sólido misterio que cobra interés conforme se revelan nuevos detalles. Por ejemplo: más de cincuenta personas han desaparecido en la mansión a lo largo de cien años; el agente de bienes raíces encargado de evaluar la propiedad señala la existencia de habitaciones secretas; y desde luego tenemos los sueños/pesadillas del protagonista, que podrían ser meras fantasías o mensajes de... otro lado.
El director Pearry Teo (quien hace varios años sorprendió con la confusa pero tremendamente ambiciosa cinta de ciencia ficción The Gene Generation) muestra buena mano para combinar fantasía, horror y misterio, dejando que cada aspecto de la narrativa fluya orgánicamente, sin forzar sobresaltos ni crear melodrama artificial para rellenar la historia. Su estilo visual tiende al "grunge" de los noventas, pero con buen ojo artístico. En otras palabras, no es simple "basura y polvo para simular antigüedad", sino auténtica atmósfera que evoca la melancolía de una casa abandonada con secretos que tal vez no sean de esta realidad.
Desafortunadamente la historia pierde enfoque y consistencia conforme se integran nuevas variables, como el antipático "hacker/comic relief" que debe traducir un viejo documento escrito en un idioma desconocido; y un "experto" en asuntos paranormales, interpretado por Bruce Davison con un toque de humor que, en mi humilde opinión, no le sienta bien a la película. Entiendo lo que trataron de hacer (una especie de Doc Brown paranormal), pero en vez de añadir "personalidad", solo subrayaron la ridiculez de las teorías y conclusiones del especialista. Por cierto, estoy casi seguro de que Davison confunde varias veces las palabras "arabic" y "arameic", pero el director no se dio cuenta, o no quiso pedirle que repitiera sus escenas, en vista de que es el único actor famoso de la película.
A pesar de los problemas que acumula en sus breves ochenta minutos (sin contar créditos), The Curse of Sleeping Beauty ofrece algunas buenas ideas, un par de escenas tenebrosas, y una interesante cosmología de dimensiones paralelas que me hizo recordar el trabajo de Neil Gaiman en "The Books of Magic" (me atrevería a afirmar que los Hermanos Grimm no fueron la única fuente de "inspiración" para esta película). Sin embargo el argumento decae rápidamente, y para cuando llega el "terrorífico" desenlace (con obligatorio "twist" para demostrar que las cosas van en serio), yo ya había perdido interés, y solo esperaba los créditos para ver si recordaba en dónde había visto al protagonista (al parecer lo recordé por la versión televisiva de 10 Things I Hate About You). Habiendo dicho eso, sigo interesado en la obra futura de Pearry Teo; sus películas no han sido buenas por culpa de sus libretos, pero obviamente tiene visión y habilidades narrativas que podrían explotarse con mejores escritores y recursos más amplios. Por lo demás, The Curse of Sleeping Beauty es otra buena razón para dejar en paz los cuentos de hadas. A menos que Neil Gaiman esté involucrado.
Calificación: 6

IMDb

Monday, May 23, 2016

La Bruja (The Witch)



Síntomas: En tiempos coloniales, el campesino William y su familia son expulsados de su aldea debido a ciertas anticuadas creencias religiosas. Entonces se establecen en una remota cabaña a orillas del bosque, pero varias tragedias atormentan a la familia y amenazan con separarla para siempre.

Diagnóstico: La Bruja es una de esas películas de terror que logra atraparnos incluso antes de llegar a la parte fantástica. El vivo y detallado retrato de la inmisericorde vida rural en el siglo diecisiete es al mismo tiempo fascinante y deprimente. La ambientación, el vestuario, y hasta el lenguaje mismo evocan una época sencilla pero repleta de anacrónicas reglas que hoy nos parecerían irracionales, aunque entonces constituían la base misma del orden social. De hecho, La Bruja me hizo comprender cómo la fe absoluta puede impartir inequívoca realidad a muchas cosas que calificaríamos como "supersticiones". Es muy simple... si se cree en Dios con tal vehemencia y convicción, todo lo demás también debe ser cierto: brujas, demonios, tratos con Satanás, etc.
No es una "lección" nueva, pero me impresionó verla plasmada con desbordante pasión y realismo, apoyada por un excelente elenco de actores desconocidos (por mi) que abordan con gran soltura sus difíciles papeles y ejecutan a la perfección la arcaica dinámica familiar... por no mencionar la compleja sintaxis inglesa que me hizo agradecer la presencia de subtítulos.
Hubiera sido fácil pintar al patriarca William como un tirano religioso (siguiendo la tradición de incontables películas sobre terror bíblico), pero Ralph Ineson lo transforma en un hombre decente y comprensivo cuyas decisiones, a veces catastróficas, no provienen de la malicia, sino de su sincera fe cristiana. Kate Dickie, en el papel de la sufrida esposa Katherine, consigue expresar una variedad de sentimientos bajo su continuo sufrimiento, lo cual no debe ser fácil cuando está llorando en casi todas sus escenas. Pero las auténticas revelaciones de la película son los niños, interpretados por Anya Taylor Joy (Thomasin), Harvey Scrimshaw (Caleb), Ellie Grainger y Lucas Dawson (los gemelos Mercy y Jonas). Sus acciones y actitudes marcan el paso del drama, sin titubear una sola vez a pesar de su corta edad e intrincados diálogos. Otro caso de "la mitad de la dirección es el casting", que el director Robert Eggers (haciendo su debut en largometrajes) superó con abrumador éxito.
Ya fueron muchos halagos sobre actuaciones y fidelidad histórica; pero, ¿donde está el terror? Para bien o para mal, La Bruja tiende a ser más drama familiar y thriller histórico que película de terror tradicional. Afortunadamente eso no le impide crear abundantes escenas perturbadoras y un tenso misterio que genera igual o mayor angustia que cualquier cliché contemporáneo (sin embargo me pesa decir que La Bruja utiliza el odioso estereotipo de "matar al perro para demostrar la gravedad de la situación"; de todos los clichés, eligió justamente el que más me desagrada). Y cuando llega el inolvidable final... no estuve seguro sobre qué pensar. Claro, después de noventa minutos de paranoia e incertidumbre hace falta un desenlace contundente, pero quizás hubiera preferido un poco de ambigüedad que nos dejara pensando, en vez de una resolución tan específica. Como sea, no es un final que olvidaré con facilidad.
Independientemente de su género e intención, La Bruja me gustó mucho por su preciso manejo de emociones e intensa narrativa, que no permite el menor atisbo de aburrimiento a pesar de su parsimonioso ritmo. Pero tampoco hay que esperar sobresaltos continuos, ni baratos efectos digitales para "asustar" al espectador. El director y su reparto logran todo eso y más con simples palabras, lo cual refleja el auténtico valor del miedo que no vemos, pero sí sentimos. La Bruja es "vieja escuela" no sólo por su periodo histórico, sino por comprender el valor de la sugestión como genuino origen del horror.
Calificación: 9

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Saturday, May 21, 2016

X-Men: Apocalipsis (X-Men: Apocalypse)



Síntomas: En 1983, diez años después de los eventos de Days of Future Past, la población mutante trata de mantenerse lejos de la mirada pública. Eric Lehnsherr (Michael Fassbender) vive en Polonia con su nueva familia; Raven Darkhölme (Jennifer Lawrence) trabaja secretamente rescatando mutantes oprimidos por los humanos; y Charles Xavier (James McAvoy) educa "estudiantes especiales" en su escuela de Westchester. Mientras tanto, la agente de la CIA Moira MacTaggert (Rose Byrne) investiga en Egipto un misterioso culto dedicado a revivir a En Sabah Nur (Oscar Isaac), un mítico dios dormido desde hace cinco mil años...

Diagnóstico: Para la sexta película de X-Men (sin contar "spin-offs" individuales), el director Bryan Singer regresa con renovado vigor para contar una historia épica, repleta de acción y efectos, pero al mismo tiempo enfocada en el conflicto interno de los personajes, lo cual siempre fue el elemento más importante en los comics de esta agrupación.
Hablando de lo cual, mencionaré de una vez que no me molesta la irregular continuidad de estas cintas, ni las abundantes inconsistencias que han generado cinco previas obras realizadas sin un criterio unificador tan estricto como el de Marvel Studios. Sí, el respeto a la Sagrada Continuidad es algo que aprecio en los comics, pero no quiero dejar que interfiera al disfrutar una adaptación cinematográfica... siempre y cuando sea buena. De otro modo, yo sería el primer fanboy en alegar (con voz de Comic Book Guy) "¿Como es que Patrick Stewart reclutó a Jean Grey cuando era niña, pero ahora James McAvoy es su profesor cuando ya es adolescente"? No necesito cuestionar esos detalles cuando me estoy divirtiendo tanto.
La dirección de Singer es casi virtuosa cuando consideramos la gran cantidad de personajes y sub-tramas que maneja X-Men: Apocalipsis, distribuidos a lo largo y ancho de un libreto bien estructurado que gradualmente acomoda sus piezas hasta formar una historia sólida y coherente, la cual funciona por sí misma, y como continuación de los temas globales de la saga. De hecho, creo que X-Men: Apocalipsis es un buen complemento de Captain America: Civil War, pues ejemplifica el inmenso riesgo del poder sobrehumano en manos de individuos sin escrúpulos... y la necesidad de defensores capaces de enfrentar tales amenazas (ah, sí... no olviden la escena al final de los créditos).
Por el lado negativo, esos mismos temas empiezan a sentirse un poco repetitivos después de tantas visitas al mismo manantial creativo... Charles Xavier tratando de convencer a Eric Lehnsherr para ayudar a la humanidad que los odia; Raven Darkhölme atrapada entre su buena voluntad y la desconfianza por los humanos; y los jóvenes mutantes que ven sus habilidades como castigo en vez de bendición. Pero, bueno, estos son los pilares ideológicos de X-Men, así que no debería extrañarme su presencia en todas las películas. Aún así se están volviendo monótonos.
Por el lado bueno, hay demasiadas cosas para mencionar. Algunas de mis favoritas: la perfecta química entre los personajes "clásicos", los recién llegados, y las nuevas versiones de algunos viejos conocidos; Sophie Turner como la joven Jean Gray, mostrando gran potencial para salvar al mundo o destruirlo; la escena con Peter (¿no "Pietro"?) Maximoff, mejor que en la película anterior, y relevante no sólo para la trama, sino para el desarrollo futuro del personaje (sí, creo que prefiero este Quicksilver que el de Age of Ultron); Oscar Isaac como En Sabah Nur, un villano trágico y profundo con poderes que van más allá del fácil efecto especial (aunque a decir verdad no encontré mucha lógica en su gran plan apocalíptico). Ah, y ¿mencioné que son los ochentas? ¡Eurythmics! ¡Ms. PacMan! ¡Cameo de Ally Sheedy! Y otras referencias que no revelaré (por cierto, nunca imaginé escuchar a Venom en una película de Hollywood)(Venom, el grupo de black metal, no Venom el héroe/villano de Marvel).
Hablando de música, John Ottman regresa con una maravillosa partitura influenciada por temas del Medio Oriente, y con una escala más sinfónica que en las cintas anteriores. Excelente trabajo que probablemente se escuchará igualmente bien en los audífonos, sin apoyo de las imágenes.
Lo cual nos lleva a los efectos especiales... siempre competentes, pero a veces un poco empalagosos (¿en serio es necesario que todo poder mutante genere algún tipo de nube eléctrica?)
Después de The Avengers, Man of Steel y Transformers: Age of Extinction, pensé que había visto toda la destrucción urbana posible; sin embargo X-Men: Apocalipsis, ofrece una nueva visión, igualmente devastadora, pero estéticamente hermosa... mientras no pensemos en los millones de vidas (digitales) extinguidas en el proceso.
Sin embargo, como me ocurre con las mejores películas de Marvel, lo que recordaré no son los efectos, sino los momentos de carácter, y afortunadamente X-Men: Apocalipsis los tiene en abundancia. Si logran mantener un elenco estable para futuras películas, seguiré viéndolas con gusto. Y espero que a estas alturas 20th Century Fox haya aprendido que no deben "arreglar" los comics, sino encomendarlos a personas con sensibilidad apropiada para conciliar las fantasías impresas con la acción del mundo real que tan bien ejecuta X-Men: Apocalipsis. Dentro de la serie, yo la ubicaría un poco por debajo de First Class, y más o menos al mismo nivel de Days of Future Past. Pero en los ochentas. ¿Mencioné Return of the Jedi? ¿Y el sutil insulto contra X-Men: Last Stand? A mi me gustó, pero entiendo el odio. No todos podemos controlar al fanboy interno.
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, May 18, 2016

Jane Got a Gun



Síntomas: Para defender a su esposo herido y su humilde granja de una banda de forajidos, Jane Ballard (Natalie Portman) tiene que pedir ayuda al mercenario Dan Frost (Joel Edgerton). El único problema es que ambos hombres se odian por ciertos eventos del pasado.

Diagnóstico: Dentro del moderno renacimiento del western he notado que las mejores películas (en mi humilde opinión) son aquellas que trascienden el género, añadiendo algún ingrediente inesperado a la tradicional receta del viejo oeste. Dicho ingrediente puede ser un fascinante subtexto filosófico (The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford), grandes dosis de personalidad (True Grit), o incluso una sorpresiva fusión de géneros (Bone Tomahawk, The Hateful Eight). En resumen: no se limitan a reciclar los relatos de vaqueros que fueron populares a mediados del siglo veinte, sino que los aprovechan como punto de partida para explorar temas e ideas más aptos para la sensibilidad contemporánea.
Por eso Jane Got a Gun terminó decepcionándome, a pesar de tener tantas cosas a su favor.
Entre ellas: Natalie Portman y Joel Edgerton, dos excelentes actores que parecen ideales para participar en un western. No hace falta decir que Edgerton interpreta un perfecto "rudo-sensible" (no es su primera vez, después de todo), mientras que Portman posee la inusual combinación de recatada feminidad y fuerza interna que uno imagina en las heroínas del viejo oeste.
El libreto (co-escrito por Edgerton) es simple pero con buen balance entre drama y violencia; me gustaron en particular los "flashbacks" donde se revela gradualmente la causa de la enemistad entre Dan y Bill, el esposo de Jane, interpretado por Noah Emmerich con una textura similar a la de su personaje en The Americans. Y tampoco puede faltar uno de esos taimados villanos que ocultan su crueldad bajo la guisa de "empresarios", esta vez interpretado por Ewan McGregor, nada menos.
Con tantos aciertos, ¿donde está la decepción?
Bajo cualquier criterio Jane Got a Gun es un western competente y entretenido; pero en un género tan fértil yo esperaba algo más impactante... o al menos más ambicioso. Incluso en la categoría de "mujer contra forajidos" creo que Jane Got a Gun me pareció inferior a Sweetwater (aquel irascible sheriff interpretado por Ed Harris fue inolvidable), y más o menos al mismo nivel de la reciente The Keeping Room. Lo cual, como dije, no es malo, y ciertamente justifica una recomendación. Sin embargo no será una recomendación tan entusiasta como sugería esta acertada colaboración de talentos.
En el aspecto visual la cinta cumple, ofreciendo una perspectiva realista del viejo oeste que se enfoca más en los detalles del día a día que en los majestuosos escenarios naturales y típicas tomas de la infinita pradera, cuya engañosa belleza oculta constantes amenazas. Sí, era una vida terrible en aquel entonces, y supongo que el director Gavin O'Connor (Warrior) pensó que el melodrama cotidiano bastaría como marco de su lacónico triángulo romántico. Pero por alguna razón me hizo falta algo más. De cualquier modo Jane Got a Gun fue un buen esfuerzo, y muy buena oportunidad de ver a tres sólidos actores incursionar en la nueva vieja frontera, que sigue manteniendo su encanto después de medio siglo de hibernación. John Wayne estaría orgulloso (y desde luego hubiera interpretado el papel del rudo-sensible).
Calificación: 8

IMDb

Monday, May 16, 2016

Bite



Síntomas: La joven Casey Morgan (Elma Begovic) regresa de unas vacaciones tropicales con muchas dudas sobre su próxima boda; y con una picadura de insecto que empieza a infectarse, provocando extraños síntomas que no sólo resultarán peligrosos para Casey, sino para todo el mundo.

Diagnóstico: Después de leer algunos comentarios positivos sobre Bite, me decepcionó el comienzo filmado en el estilo "found footage", con un grupo de jóvenes comportándose como idiotas durante un viaje a Costa Rica. Por suerte la "cámara en mano" dura solo unos minutos, y queda olvidada cuando Casey, la protagonista, regresa a los Estados Unidos (también conocidos como "Canadá"). Desafortunadamente el uso de técnicas tradicionales no representa una mejoría sustancial para el espectador.
Bite pertenece al subgénero de "metamorfosis", donde algunas sobresalientes cintas de terror (mis favoritas: Ginger Snaps y The Fly) han aprovechado esta premisa para explorar diversos aspectos de la humanidad, ya sean físicos o psicológicos. Desafortunadamente Bite no tiene mucho que decir, y se tarda demasiado en no decirlo.
El argumento de Bite es simple y superficial, sin ambiciones literales ni metafóricas (mis disculpas si revelo spoilers; trataré de evitarlos). Al principio el director y co-escritor Chad Archibald se preocupa por plantar semillas dramáticas que, con suerte, rendirán frutos más adelante... pero rara vez cumplen su propósito. Por ejemplo, Casey está indecisa sobre su inminente matrimonio, y no sabe cómo decírselo a Jared (Jordan Gray), el insípido novio con "mommy issues". Y también hay cierta sospecha de que Casey fue infiel durante su "divertido" paseo por Costa Rica. ¿A dónde llega todo ese melodrama de telenovela? A ningún lado. Es simple relleno para simular emoción donde no la hay. O, en todo caso, para justificar otra víctima cuando las cosas se ponen difíciles.
Lo cual me lleva al otro gran problema de Bite: las actuaciones. Respeto inmensamente a los cineastas que se animan a filmar por su cuenta, con recursos limitados y en condiciones poco favorables. Es obvio que no siempre podemos esperar actores "reales" en estos casos (lo cual tampoco es garantía de calidad, vale decir); pero el elenco de Bite falla en todos los niveles imaginables; desde la inexistente química entre los novios, hasta el "terror" que deberían expresar cuando se revela la condición de Casey. La única que destaca levemente es Lawrene Denkers en el papel de la temible suegra... y solo porque su sobre-actuación proyecta más energía que cualquier otra parte de la película.
En verdad traté de ver Bite con tanta objetividad como fue posible, pero no logré olvidar varias películas recientes que emplearon temas similares con mucho mejor resultado, ya fuera por sus simples excesos viscerales (Stung), o por alcanzar genuino "horror coporal" (Afflicted)... y con buenas actuaciones, además de todo.
En cuanto a efectos especiales, Bite ofrece un par de secuencias imaginativas, pero muy poco "gore"; el punto no son las muertes, sino la transformación de la víctima; lástima que no haya sido muy interesante, ya sea visual o conceptualmente (y tampoco me quedó claro el ciclo biológico de la infección... ¿la hembra pone huevecillos, pero las crías nacen del macho?). Y aunque el final busca razones para una secuela, dudo mucho que exista interés por saber hacia dónde se dirige el "cliffhanger" (si es que puede llamársele así). Me preocupa que pudieran hacer algo de mal gusto con la excusa del virus Zika. Too soon!
Calificación: 5

IMDb

Saturday, May 14, 2016

El Rascacielos (High-Rise)



Síntomas: Durante los años setentas el doctor Robert Laing (Tom Hiddleston) se muda al Rascacielos, un enorme edificio construido como audaz experimento social por el enigmático Sr. Royal (Jeremy Irons). Cientos de personas viven y trabajan en el Rascacielos, aisladas del mundo exterior, y siguiendo estrictas reglas para garantizar un utópico micro-universo de perfecta armonía. Sin embargo Laing descubre rápidamente que la marcada división de clases dentro del edificio está poniendo en peligro la estabilidad del experimento.

Diagnóstico: El Rascacielos es básicamente una versión adulta de Lord of the Flies. En vez de niños abandonados en una isla, tenemos múltiples estratos sociales conviviendo en un edificio de alta tecnología (para los años setentas), donde todo funciona a la perfección. Todo, excepto la naturaleza humana, que rápidamente divide a los inquilinos en jerarquías que, para variar, degeneran en la explotación de los "pobres" y la exaltación de los "ricos". Uso comillas para dividir "ricos" y "pobres" porque uno de los más interesantes aspectos de El Rascacielos es que todos pagan la misma renta. Entonces, ¿por qué algunos viven en los pisos superiores de lujo, mientras que otros apenas subsisten en los inmundos sótanos?
Quizás esto suena como una arcaica fantasía comunista sobre guerra de clases y el levantamiento del proletariado... lo cual es muy probable, pues El Rascacielos está basada en una novela de J.G. Ballard, el subversivo escritor responsable por obras similarmente transgresoras, como Crash, The Drowned World y la antología The Atrocity Exhibition. Para bien o para mal, los ideales de El Rascacielos reflejan el pensamiento "progresivo" inglés de los años setentas, lo cual justifica la maravillosa atmósfera retro lograda por el cinematógrafo Laurie Rose (sí, es hombre) y el diseñador de producción Mark Tildesley. Desafortunadamente el mensaje de "los humanos son animales listos para regresar al salvajismo en cuanto se interrumpe la electricidad" se ha repetido demasiado... y de maneras más interesantes.
No me malinterpreten; escena por escena me gustó mucho El Rascacielos. Tom Hiddleston es un excelente protagonista, frío y calculador, que observa con curiosidad el gradual colapso de la micro-civilización, guardando distancias mientras decide quién será el ganador. En ese aspecto no es un "héroe" tradicional, sino la voz de la razón cuando la razón se arrojó por la ventana hace mucho tiempo, junto con los más molestos enemigos de la aristocracia.
No; el problema que tuve con El Rascacielos es que la segunda mitad se vuelve repetitiva hasta el punto del cansancio. El director Ben Wheatley se regocija filmando incontables manifestaciones de crueldad y barbarie, ya sean las grotescas orgías de los burgueses, las golpizas propinadas a los aspirantes a líderes revolucionarios, o el asesinato de un inocente perro (desafortunadamente El Rascacielos no es una película "pet-friendly"). El mensaje quedó claro desde la primera mitad de la cinta... pero Wheatley tiene muchas ideas sobre cómo el hombre puede abusar de sus semejantes, y nos las va a mostrar una, y otra, y otra vez.
La consecuencia de esto es que, cuando por fin llega el intencionalmente patético final (más apático que deprimente), yo ya había perdido interés por el Dr. Laing, su "novia" Charlotte (Sienna Miller), de la más alta sociedad, y la humilde Helen (Elisabeth Moss), el único ser humano cálido y decente en todo el edificio. También merece mención el menospreciado Luke Evans en el papel de Norman Reedus haciendo el papel de Wilder, el principal incitador de revueltas y eterno crítico del Sr. Royal y la "burbuja" de lujos que lo vuelven indiferente a las consecuencias de su experimento.
El Rascacielos es una película para hacernos pensar... pero a veces piensa por nosotros, en vez de darnos las herramientas para sacar nuestras propias conclusiones. Por otro lado, las actuaciones son excelentes, así como la música de Clint Mansell (apoyado por algunas clásicas piezas de aquella década), y las maravillosas imágenes que parecen haberse filmado durante el siglo pasado. Tal vez eliminando media hora, El Rascacielos sería un potente golpe al estómago de la sociedad. Pero con dos horas de duración se vuelve tan lerda y complaciente como las clases altas que intenta denunciar. Aún así, bien por Loki; tiene madera de estrella para una gran carrera alejada de los superhéroes.
Calificación: 7.5

IMDb

Wednesday, May 11, 2016

Holidays



Síntomas: Ocho historias cortas de terror ubicadas en las más famosas festividades del año, desde San Valentín hasta Año Nuevo.

Diagnóstico: Ya vimos recientemente antologías de terror con temática navideña (A Christmas Horror Story) y de Halloween (Tales of Halloween); y ahora Holidays complementa el calendario festivo con ocho relatos de muy variable calidad, sin tema común ni "historia envolvente" para unificar la experiencia.
Las historias son, en orden de aparición:
"San Valentín", de Kevin Kölsch y Dennis Widmyer (Starry Eyes): La niña Maxine (Madeleine Coghlan) sufre constante "bullying" por parte de sus despiadadas compañeras escolares, pero las cosas parecen mejorar el día de San Valentín, cuando podrían hacerse realidad sus sueños románticos. Este corto me pareció simple pero razonablemente satisfactorio, estableciendo el tono de la película con iguales porciones de drama, locura y sutil pero eficiente "gore".
"Día de San Patricio", de Gary Shore (Dracula Untold): Una deliciosamente grotesca pesadilla de paganismo irlandés, dirigida con gran estilo, y acompañada por excelentes actuaciones y atmósfera que me hizo recordar The Wicker Man y The Lair of the White Worm. Definitivamente mi segmento favorito de la película.
"Pascua", de Nicholas McCarthy (The Pact). Desafortunadamente aquí empieza a decaer Holidays... y apenas estamos en Abril. Bueno, a decir verdad me gustó la premisa de una niña temerosa por la inminente visita del "Conejo de Pascua", así como la graciosa (profana) fusión de interpretaciones religiosas/comerciales de tal festividad (¿qué tiene que ver un conejo con la muerte de Jesucristo?) Pero el sólido desarrollo culmina en un abrupto final que al parecer contagió a los siguientes cortometrajes. Por ejemplo...
"Día de las Madres", de Sarah Adina Smith (The Midnight Swim): Intrigante historia sobre una mujer con un inusual ciclo reproductivo, que acepta someterse a un tratamiento "alternativo" en el desierto, con resultados inesperados... y demasiado ambiguos para mi gusto. Para variar, termina justo cuando empezaba a ponerse interesante. Lo cual también aplica a...
"Día del Padre", de Anthony Scott Burns (Darknet): Me gustó mucho la ingeniosa estructura de este corto, donde una mujer recibe una antigua grabación con instrucciones de su padre desaparecido. La tensión y el misterio se elevan con perfecto ritmo, hasta que... ¿Qué demonios fue eso? ¿En serio ahí termina?
Por otro lado, la que ya quería que terminara fue...
"Halloween", de Kevin Smith (Tusk). Lamentablemente el director más famoso de esta antología ofrece el segmento más mediocre: predecible; sobreactuado, y vulgar, pero no vulgar en el simpático estilo de Clerks, sino simplemente desagradable. Por cierto, la actriz principal es Harley Quinn Smith, hija del director (interpretando una "chica webcam" que está cansada de trabajar para un patán explotador de mujeres), y espero sinceramente que no se esté gestando una situación estilo Will Smith/Jaden Smith "mi hijo va a ser famoso cueste lo que cueste".
"Christmas", de Scott Stewart (Dark Skies). La más ridícula premisa de la antología: unos lentes de alta tecnología llamados "UVU" son el regalo más buscado en la temporada navideña, con buena razón; evaluando la "historia social" del usuario, pueden mostrarle lo que más desea en el mundo. O también revelan secretos del pasado. O el hobby de la esposa. No importa... al fin es una película de terror y no necesita lógica o congruencia, ¿cierto?. Y tampoco ayuda tener como actor principal a Seth Green en su misma rutina de siempre.
Finalmente...
"Año Nuevo", de Adam Egypt Mortimer (Some Kind of Hate). No muy buena, pero mejor que las dos anteriores. Un perverso fulano busca pareja por internet para no pasar a solas la última noche del año, y elige cómo vícti... perdón, “cita ciega”, a una chica solitaria con muy bajos estándares, que probablemente no sobrevivirá para ver el año nuevo. Muy pobre estilo visual y una débil sorpresa para cerrar una muy irregular antología.
Aún así los momentos positivos de Holidays justifican una escueta recomendación, acompañada por la advertencia de mantener bajas expectativas durante dos tercios de la película. A pesar de sus problemas y ocasionales frustraciones, Holidays afronta con energía y esporádico ingenio el renaciente sub-género de la antología de terror... al menos en lo que llega una nueva entrada de V/H/S o The ABCs of Death. En lo personal, valió la pena tan sólo por el Día de San Patricio... y de paso entendí mejor "Whacking Day", la parodia de esa celebración que hicieron en The Simpsons.
Calificación: 7

IMDb

Monday, May 9, 2016

Hagamos Una Orgía (How to Plan an Orgy in a Small Town)



Síntomas: Tras una ausencia de doce años, la famosa columnista Cassie Cranston (Jewel Staite) regresa a su pueblo natal para asistir al funeral de su madre, pero en vez de condolencias sólo encuentra el resentimiento de sus antiguos amigos... hasta que le piden ayuda para organizar una orgía, como las que se acostumbran en la gran ciudad.

Diagnóstico: Estoy seguro de que la única razón por la que este pequeño melodrama indie se estrenó en cines de México fue su provocativo título. Por eso, antes que nada... SPOILER: No hay orgías en Hagamos Una Orgía. Bueno, hay un par de intentos fallidos, pero tienden a ser más tragicómicos que sensuales. Y, a fin de cuentas, ese es el punto de la película. En vez de filmar una vulgar comedia juvenil (lo cual probablemente hubiera sido más lucrativo), el director/escritor Jeremy LaLonde realizó un sardónico análisis de las disfuncionales políticas sexuales en una idílica comunidad canadiense, al mismo tiempo más reprimida y perversa de lo que mucha gente supondría.
Claro, no es una idea particularmente novedosa... los turbulentos secretos bajo la plácida superficie de un pueblo pequeño son un tema recurrente en el cine desde sus orígenes mismos (algunos de mis ejemplos favoritos: Blue Velvet, The Wicker Man, y Village of the Damned); y aunque Hagamos Una Orgía no resulta particularmente “erótica”, logra hacernos reír con suficiente frecuencia para evitar el aburrimiento... la mayor parte del tiempo.
La carta fuerte de Hagamos Una Orgía es su ecléctico ensamble de actores canadienses, algunos más conocidos que otros, pero todos perfectamente seleccionados para complementar las marcadas neurosis de sus personajes. Jewel Staite (más conocida como Kaylee en Firefly/Serenity) interpreta a Cassie con el cinismo apropiado de una escritora que se mudó a la gran ciudad, y ahora ve con desdén a los pueblerinos que no la comprendieron en su juventud; pero (¡sorpresa!) descubre que aún puede aprender algo de los rústicos valores que creía obsoletos. Ennis Esmer es Adam, el antiguo (e insípido) novio de Cassie que ahora está casado con Heather, su enemiga mortal en la preparatoria; Lauren Lee Smith se divierte con este papel de arpía/esposa perfecta, pero difícilmente trasciende el mediano libreto. Otros semi-famosos incluyen a Katharine Isabelle (la inolvidable Ginger en Ginger Snaps) como la mejor amiga de Cassie, con una reputación de "chica fácil" que sabe usar a su favor; y Kristian Bruun (Donnie en Orphan Black) como el "loser" del pueblo que prefiere videojuegos en vez de sexo (quizás sea la mejor decisión en esta situación).
Y, claro, el resultado de las orgías frustradas es bastante predecible: amor sincero para algunos, relaciones reparadas (o destruidas) para otros, y catarsis emocional para todos los que ocultaban algún doloroso secreto sexual. En otras palabras, podrá tener el título de una comedia sexual italiana de los setentas, pero la verdad es que Hagamos Una Orgía termina predicando las mismas fantasías monogámicas del cine romántico convencional... aunque con más traseros expuestos y cuidando que siempre haya algún objeto en cuadro para bloquear las partes "indecentes".
Hagamos Una Orgía es más inocua de lo que parece, pero eso no impide cierta agudeza en sus observaciones sobre hipocresía e intolerancia sexual, no solo en un "pueblo pequeño", sino en el mundo en general. Solo hubiera deseado que el libreto fuera más gracioso, o genuinamente subversivo, en vez de quedarse en el tibio nicho de "festival independiente" que no quiere ofender a nadie. Excepto a los que esperaban desnudos por parte de las atractivas actrices. ¡Los engañó el título! Tal como planeó el distribuidor...
Calificación. 7

IMDb

Sunday, May 8, 2016

Del Otro Lado de la Puerta (The Other Side of the Door)



Síntomas: A pesar del apoyo de su esposo Michael (Jeremy Sisto), la joven María (Sarah Wayne Callies) aún se siente culpable por la muerte de su pequeño hijo Oliver (Logan Creran) en un accidente automovilístico. Entonces su ayudante Piki (Suchitra Pillai) se compadece de María y le da instrucciones para practicar un antiguo ritual que le permitirá hablar (solo hablar) con su hijo fallecido... pero será a través de la puerta de un viejo templo, la cual no deberá abrir bajo ninguna circunstancia. María promete seguir las instrucciones al pie de la letra pero, desde luego, no resiste la tentación de ver a Oliver una última vez... y su desobediencia tendrá terribles consecuencias.

Diagnóstico: No puedo negar que la premisa de Del Otro Lado de la Puerta es más creativa que los típicos relatos sobre casas embrujadas y fantasmas vengativos. Y lo mismo podemos decir de las locaciones indias, que emplean la ciudad de Mumbai como marco de exóticos rituales y prácticas espirituales algo confusas, pero al menos distintas de la iconografía cristiana tan común en el horror contemporáneo.
Desafortunadamente el director Johannes Roberts y su guionista Ernest Riera decidieron que con esa innovación bastaría, y llenaron su película con los más gastados clichés visuales y narrativos, incluyendo: sobresaltos forzados cada diez o quince minutos; esposo escéptico; ruidos nocturnos; visiones perturbadoras que resultan ser una simple pesadilla; gratuita víctima canina; rostros digitalmente deformados; y niño maligno (o espíritu infantil, en este caso).
También podría considerarse tradición el desperdicio de dos sólidos actores en papeles blandos y genéricos que no requieren mucho esfuerzo. Jeremy Sisto nació para interpretar el rol de "padre comprensivo", y Sarah Wayne Callies proyecta la mezcla adecuada de fuerza y vulnerabilidad para abordar el papel de madre atormentada que debe tomar medidas extremas para proteger a su familia cuando las manifestaciones sobrenaturales suben de tono y todos a su alrededor aseguran que todo saldrá bien, solo son sentimientos de culpa que no ha superado (moderna versión de la "histeria" victoriana), cuando ella sabe que el culpable es el fantasma de su hijo fallecido. O algo así. También hay un "guardián" espectral que protege la frontera entre vivos y los muertos... en realidad no importa mucho; la mitología de la cinta no es clara, pero mantiene cierta lógica que no conviene examinar demasiado (ejemplo: los pájaros en el templo maldito están vivos para volar súbitamente y asustar a María, pero mueren cuando hace falta demostrar que "algo raro está pasando"). Y, bueno, tampoco conviene profundizar en la solución que ofrecen los brahmanes indios para resolver el embrujo.
Habiendo dicho eso, Del Otro Lado de la Puerta ofrece buena atmósfera y esporádicos detalles que justifican las decisiones de María. Generalmente me desagrada el uso de un accidente automovilístico para añadir drama instantáneo a cualquier relato... parece la herramienta de un escritor perezoso que no quiere complicarse la vida. Pero en el caso de Del Otro Lado de la Puerta, Ernest Riera añade un "twist" genuinamente cruel y amargo que nos obliga a pensar sobre lo que haríamos en similares circunstancias, al mismo tiempo que inspira el temor de que algo así pudiera ocurrir en nuestras vidas... no el "terror" apócrifo de fantasmas y posesiones, sino la angustia real sobre el bienestar de la familia. Sí, es muy obvia "manipulación sentimental", pero yo lo vi como otra buena idea en un libreto arruinado por una ejecución insípida y desganada. Y, para variar, todo ocurre en una casona "en las afueras de la ciudad" (sospecho Toronto o Vancouver), que hace irrelevante la ubicación del relato en la India... excepto para los mencionados rituales brahmánicos (a decir verdad no estoy seguro si corresponden a la religión védica, pero bueno... seguiré la corriente del director).
Del Otro Lado de la Puerta no me pareció realmente mala, pero tampoco recomendaría verla en el cine (sobre todo cuando pienso que pude ver Civil War otra vez). Tal vez funcione mejor en televisión, cuando llegue a Netflix o similares servicios digitales, y eso solo para personas que no conozcan de memoria los clichés antes mencionados. Stan Lee dijo: "todo comic es el primer comic para alguien", y supongo que Del Otro Lado de la Puerta podría ser la primera película de terror para alguien, en cuyo caso me pareció adecuada, marginalmente satisfactoria... y suficientemente mediocre para no crear expectativas demasiado elevadas sobre este menospreciado género. Mejor empezar desde abajo e ir subiendo para no desilusionarse de inmediato.
Calificación: 6.5

IMDb

Friday, May 6, 2016

Hardcore: Misión Extrema (Hardcore Henry)



Síntomas: Henry (Andrei Dementiev) despierta en un sofisticado laboratorio, donde su esposa Estelle (Haley Bennett) está implantándole una pierna y un brazo biónico. Pero antes de entender cómo llegó ahí, un enigmático individuo de cabello blanco irrumpe violentamente, desatando una desesperada persecución por las calles de Moscú. ¿Logrará Henry sobrevivir lo suficiente para recuperar su memoria?

Diagnóstico: Hace un par de años el video musical "Bad Motherfucker", del grupo Biting Elbows, ganó fama viral gracias a la frenética perspectiva en primera persona que hizo realidad la acción de videojuegos como Mirror's Edge y Call of Duty. Y ahora Ilya Naishuller, director de aquel video, lleva el concepto a la pantalla grande en un ambicioso largometraje que, a pesar de sus inevitables limitaciones narrativas, ofrece suficiente innovación visual para satisfacer a los fanáticos de la acción que aprecien algo distinto a las fórmulas de Hollywood. O a los que siempre quisieron ver el efecto que tendría una granada en el pecho de una persona.
Para bien o para mal, Hardcore: Misión Extrema tiene la misma profundidad de los videojuegos que imita. El argumento es genérico pero funcional, justificando la furiosa avalancha de violencia, y deteniéndose de vez en cuando para añadir otra pieza del rompecabezas narrativo que intenta crear misterio y tensión. Pero, como ocurre con muchos videojuegos, la trama se desarrolla a saltos y empujones, más empeñada en encontrar escenas “cool” que en establecer un sólido respaldo dramático para la desmesurada acción.
Además, la técnica de primera persona se vuelve monótona después de un rato, y la historia se alarga demasiado sin encontrar un tema concreto. Claro, la cinta nunca se detiene, pero tampoco resulta particularmente interesante, a pesar de incorporar algunos inusuales conceptos de ciencia ficción que extienden su premisa sin volverla demasiado inverosímil... aunque la opinión de cada espectador podría variar en este punto.
Por suerte las cosas mejoran durante el tercer acto, cuando la historia se enfoca en el brillante actor Sharlto Copley (District 9, Europa Report), quien interpreta a... "Jimmy". No intentaré siquiera describir su personaje; sólo diré que su presencia aporta todo el carisma y humanidad que el mudo Henry es incapaz de transmitir. Creo que, independientemente de sus aciertos y fallas, Hardcore: Misión Extrema sería un buen caso de análisis en escuelas de cine, pues subraya las consecuencias de usar un protagonista anónimo y vacío. En los videojuegos funciona porque nosotros proyectamos la "personalidad" del héroe; pero en esta película no existe tal identificación, lo cual reduce el impacto emocional de todo lo que vemos en la pantalla. Ah, y hablando de emociones, tampoco me gustó el inconsistente uso de canciones como acompañamiento de muchas escenas de acción. Sé que todas las películas hacen lo mismo, pero aquí se siente... no sé... torpe y mal implementado (excepción: Don't Stop Me Now, de Queen).
A fin de cuentas Hardcore: Misión Extrema merece una recomendación tan sólo por el virtuosismo técnico y complejas coreografías requeridas por el formato de primera persona. Y aunque la primera hora sea un poco tediosa, tiene algunos buenos momentos (mis favoritos: la persecución en la carretera y la secuencia del "sniper", obviamente copiada de Call of Duty: Modern Warfare) para mantenernos entretenidos en lo que llega la explosiva batalla con el "Final Boss". Es ahí donde la cinta se vuelve interesante no por su delirante técnica, sino por la dirección de Naishuller y sus fascinantes conceptos de ciencia ficción. Habiendo dicho esto, no sé si vería Hardcore: Misión Extrema de nuevo; pero me alegra la existencia de algo al mismo tiempo tan frívolo y experimental. No es algo que se vea todos los días. Excepto si todos los días ven el video "Smack My Bitch Up" de The Prodigy.
Calificación: 8

IMDb

Thursday, May 5, 2016

Mr. Right



Síntomas: Después de una gran decepción romántica, Martha McKay (Anna Kendrick) se encuentra muy deprimida, hasta que conoce a un misterioso hombre (Sam Rockwell) que parece perfecto para sacarla de su melancolía y enseñarle nuevamente a disfrutar la vida. El único problema es que se trata de un asesino a sueldo, perseguido al mismo tiempo por el FBI y por criminales en busca de venganza.

Diagnóstico: No sé si el guionista Max Landis (hijo del legendario cineasta John Landis) encontró su nicho creativo en la "comedia romántica de acción", o si fue solo coincidencia que Mr. Right sea tan similar a American Ultra, su previo libreto. Ambas cintas siguen las aventuras de una pintoresca pareja en constante peligro mortal, sobreviviendo una y otra vez por medio de forzadas escenas cómicas, incongruentes revelaciones, y pifias de villanos tan ineptos que Boss Hogg parecería a su lado un genio criminal de proporciones luthorescas.
A pesar de todo, no puedo negar que Mr. Right cuenta con algunas simpáticas actuaciones y conceptos interesantes que ayudan a sobrellevar sus problemas, aunque nunca alcanzan su potencial debido al incierto tono adoptado por el director español Paco Cabezas, quien se esforzó demasiado por realizar una cinta "cool" o "de culto", sin realmente lograrlo. Es como contar un chiste malo a gritos, pensando que eso lo hará más gracioso. Sobra decir que no funcionó el truco.
Mr. Right comienza como una típica "chick flick": la joven Martha descubre que su novio la engaña, y su amiga Sophie (Katie Nehra) trata de animarla llevándola a bailar, pero lo único que consiguen es hacer el ridículo cuando se emborrachan en un bar de moda. Entonces llega el "meet cute"... el mágico encuentro de la "pareja dispareja" que se odia de inmediato, aunque sabemos que terminarán juntos en un par de escenas. El problema es que no hay razón lógica para esa atracción. Martha podrá ser un poco neurótica e impulsiva, pero aún así parece increíble que muestre interés por un fulano claramente desequilibrado que menciona casualmente su oficio como asesino, lo cual Martha toma como una broma. En resumen: si no creemos la motivación de los personajes, sus decisiones se vuelven irracionales, y cuesta mucho trabajo "engancharse" en la narrativa. Por suerte Mr. Right aún cuenta con amplias dosis de balazos y violencia para sostener la atención del espectador.
Lo cual nos lleva a la curiosa filosofía del asesino, un tanto superficial, pero fascinante por sus similitudes a las teorías de Viktor Schauberger ("los peces no nadan; son 'nadados'"), lo cual explica su extraordinaria habilidad (del asesino, no de Schauberger) para eliminar enemigos con gran facilidad, literalmente bailando entre disparos, apuñalamientos y explosiones; básicamente es la misma extravagante rutina que Sam Rockwell usó en Charlie's Angels, pero elevada hasta niveles patológicos.
Y si bien el romance entre el Sr. Perfecto y la Srita. Neurosis no es muy realista, Anna Kendrick tiene suficiente carisma para sacar a flote el cliché de "adorable atolondrada"... aunque sentí que el personaje requería un particular estilo de locura que Kendrick no posee; en mi humilde opinión hubiera funcionado mejor una actriz más irreverente, como Lizzie Caplan o Emma Stone.
De hecho, la relación que más disfruté en Mr. Right fue entre el Asesino y "Steve" (interpretado por el rapero RZA), uno de los más racionales esbirros del genérico villano principal. Las escenas que comparten Rockwell y RZA fueron lo mejor de la película, y casi justificarían una secuela sobre asesinos en fuga, sin el lastre de un ridículo romance para frenar la acción.
En muchos aspectos Mr. Right se siente antipática y mucho menos graciosa de lo que el director supone; sin embargo su desmedida ambición y excéntrica energía podrían ofrecer un rato de entretenimiento infensivo, con buenos actores en una atractiva ciudad que no vemos seguido en la pantalla. Podría recomendarla más como curiosidad "pop" que como buen cine de acción. Y como digna precuela de aquella hipotética cinta con Sam Rockwell y RZA bailando al ritmo de sus balazos y granadas de mano... ¿quién necesita romance cuando existe un "bromance" tan realista y divertido?
Calificación: 6.5

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Monday, May 2, 2016

The Girl in the Photographs



Síntomas: En el pequeño pueblo de Spearfish, Dakota del Sur, la joven Colleen Hannaford (Claudia Lee) está recibiendo fotografías de mujeres mutiladas, pero la policía local dice que no hay evidencia de crímenes reales que justifiquen una investigación. Al mismo tiempo, el fotógrafo profesional Peter Hemmings (Kal Penn) se entera de la existencia de esas perturbadoras imágenes, y viaja Spearfish para crear sus propias versiones (simuladas, desde luego), con las que planea ilustrar una campaña publicitaria. Sobra decir que tanto Colleen como Peter descubrirán secretos poco gratos sobre las misteriosas fotografías.

Diagnóstico: La premisa de The Girl in the Photographs sería más interesante si no revelara desde los primeros minutos el origen de las siniestras fotografías que recibe la protagonista. Quizás así experimentaríamos cierto suspenso sobre la veracidad de las atrocidades retratadas... ¿serán asesinatos reales, o el resultado de un "performance" artístico de mal gusto, pero a fin de cuentas inofensivo? La presencia del fotógrafo profesional (interpretado por Kal Penn) también podría añadir un oportuno comentario sobre la explotación de la mujer en la cultura popular, o la deshumanización del individuo frente al comercialismo corporativo... o algo así. Cualquier cosa hubiera sido preferible a los noventa minutos de potencial desperdiciado que representa The Girl in the Photographs.
Lamentablemente esta fue la última película en la que colaboró Wes Craven... tan solo como "productor ejecutivo", así que podría ser simplemente un "presta-nombres" sin influencia creativa real. Esto me inclina a culpar al director Nick Simon por los problemas de The Girl in the Photograph, aunque debo admitir que tiene buen ojo para componer escenas visualmente atractivas, incluso si resultan narrativamente irrelevantes.
Claudia Lee es una insípida "chica final", con atisbos de fortaleza interna que justifican sus decisiones cuando la situación empeora en los minutos finales de la película. Tal vez esto constituye un "spoiler" pero, como dije al principio, no hay misterio alguno sobre las fotografías, así que cualquier persona que haya visto una cinta de terror en años recientes adivinará sin dificultad hacia dónde se dirige el desenlace.
Curiosamente, el personaje que me pareció más interesante fue el arrogante fotógrafo Peter Hemmings, interpretado por Kal Penn como un insufrible pseudo-artista absolutamente convencido de su genialidad, aunque jamás veamos evidencia de la misma. Su personalidad es tan extrema que termina provocando algunas sonrisas, y su cinismo sobre el "arte" ofrece uno o dos fugaces momentos de mordaz ingenio que resaltan en este plano y desangelado libreto.
Además de Penn, tenemos algunos rostros semi-famosos para llenar roles secundarios y darle cierto prestigio a la producción. Entre ellos: Katharine Isabelle como la primera "chica de las fotografías"; y Mitch Pileggi (más conocido como Walter Skinner en The X-Files) interpretando al alguacil local, cálido y comprensivo, pero suficientemente indolente para ignorar el testimonio de la aterrada Colleen cuando denuncia las sangrientas fotografías.
Lo cual nos lleva al clavo final en el ataúd de The Girl in the Photographs: los muy esporádicos y mediocres efectos especiales. No estoy seguro si esta cinta corresponde a la categoría de "slasher flick" o "torture porn", pero en cualquier caso deberían haber cuidado más el gore y efectos prácticos. Casi no hay sangre, y nada de imaginación.
Es una lástima que The Girl in the Photographs sea el último proyecto "producido" por Wes Craven, pero al mismo tiempo fue una obra tan trivial y olvidable que no creará gran impacto en el legado de ese legendario cineasta. Fuera de la actuación de Kal Penn no encontré elementos rescatables, así que sugiero evitarla como una plaga. Y además existen mejores alternativas de cintas sobre "asesino en pueblo pequeño" (como el re-make de The Town That Dreaded Sundown), y mejores historias de terror o suspenso con tema fotográfico, como la clásica Blow Up, la tailandesa Shutter, o incluso el pseudo-documental Lake Mungo... todas ellas con mayor valor artístico y resonancia emocional. Desafortundamente The Girl in the Photographs salió velada (perdón por esta arcaica referencia a una tecnología del siglo pasado).
Calificación: 4

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