Friday, April 22, 2016

Enemigo Invisible (Eye in the Sky)



Síntomas: La Coronel Katherine Powell (Helen Mirren), del Comando Internacional Británico, coordina un ataque remoto sobre una casa en Nairobi, Kenia, donde se reúnen varios miembros de una importante célula terrorista. Pero antes de atacar, Powell y el General Benson (Alan Rickman) deberán navegar una compleja red de obstáculos legales, consideraciones políticas y, sobre todo, sus propias conciencias. ¿Hasta qué punto es aceptable el "daño colateral" cuanto hay muchas vidas en peligro?

Diagnóstico: Enemigo Invisible pertenece al nuevo cine militar donde se cuestiona y analiza el uso de "drones" para conducir ataques a larga distancia, muchas veces con lamentables consecuencias justificadas en nombre de la guerra contra el terrorismo. La reciente cinta Good Kill nos puso en la silla de los pilotos de los drones, cómodamente ubicados en Las Vegas mientras destruyen poblaciones al otro lado del mundo; la serie de televisión Homeland utiliza el mismo concepto al menos una vez al año; y la octava temporada de 24 invirtió el balance de poder, con terroristas capturando drones británicos para atacar Londres. En resumen: es un tema novedoso y fértil para discusiones éticas y conflictos ideológicos. Y Enemigo Invisible saca buen provecho de esa circunstancia, con una premisa lenta y deliberada donde examinamos cada paso del proceso, al mismo tiempo que replanteamos nuestra opinión con cada nuevo dato y revelación.
Esto significa que Enemigo Invisible no es de ninguna manera una película de acción. Más bien la clasificaría como thriller político-militar, donde muchas escenas transcurren en salas de juntas, centros de operaciones, y los mencionados contenedores metálicos de Las Vegas donde se controlan los vehículos no tripulados. Y, claro, también visitamos de vez en cuando la ciudad de Nairobi, en Kenia (realmente filmada en Sudáfrica) para presenciar los preparativos de un ataque terrorista, demostrando que las frías decisiones estratégicas siempre contemplan la realidad de las vidas que corren peligro, tanto si se actúa como si se ignora el problema.
Esa es la disyuntiva que el director Gavin Hood explora una, y otra, y otra vez, a lo largo de casi dos horas. Y, sí, de vez en cuando la cinta se vuelve frustrante y repetitiva... pero sospecho que fue parte de su intención; los ataques remotos no son videojuego con vidas ilimitadas, sino incursiones en territorio soberano, donde los inocentes podrían sufrir tanto o más que los "villanos".
También conviene advertir que el libreto de Guy Hibbert (guionista de la excepcional cinta Omagh, acerca de una diferente variedad de terrorismo) se siente de vez en cuando manipulador y exagerado en su empeño por reforzar el ambiguo mensaje moral; en otras palabras, no hay que esperar sutileza, sino obvios trucos para retar nuestros valores morales.
Pero, a pesar de la manipulación emocional (digna de panfleto religioso), de la monotonía de los procesos políticos, y de la incierta moraleja que nos deja el director, Enemigo Invisible me pareció una fascinante mirada "detrás de la cortina", ilustrando la incomprensible escala de las decisiones que deben tomarse en situaciones donde no es posible ganar... solo perder menos que el enemigo. Y, claro, la presencia de sólidos intérpretes como Helen Mirren, Alan Rickman (en su penúltima película) y Aaron Paul, subrayan la parte humana del aparato militar, tan esencial (espero) como la tremenda tecnología empleada en infiltración y espionaje (¿en serio existirá la "cámara colibrí"?)
Entonces, Enemigo Invisible es lenta pero nunca aburrida; y, sin importar la ideología personal de cada espectador, seguramente inspirará reflexiones sobre temas que, afortunadamente, rara vez encontramos fuera de la pantalla de juegos. Los botones que se oprimen son similares, pero las consecuencias no podrían ser más diferentes.
Calificación: 8.5

IMDb

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