Monday, May 14, 2018
Blood Honey
Síntomas: Jenibel Heath (Shenae Grimes-Beech) regresa a la granja familiar para reconciliarse con su moribundo padre, pero termina enredada con los asuntos legales de la herencia. Entonces la joven empieza a experimentar perturbadoras visiones que podrían ser mensajes del más allá.
Diagnóstico: Durante largo rato estuve dudando si Blood Honey sería realmente una película de terror, o un melodrama familiar del canal Hallmark (o su equivalente canadiense). Y cuando por fin aparecen los elementos sobrenaturales, vienen acompañados por vagos cuestionamientos sobre la estabilidad emocional de los personajes, sembrando dudas acerca de sus experiencias... ¿estarán viendo fantasmas, alucinaciones, o algo más racional, pero no por ello menos inquietante?
No sé si Blood Honey pueda considerarse una buena película; pero incorpora tantos "flashbacks", conflictos familiares, y trastornos mentales que me dejó pegado a la pantalla durante sus eficientes ochenta minutos de duración (sin contar créditos), cautivado por el sórdido libreto y actuaciones de un elenco tan alejado de los estereotipos de Hollywood que podemos percibir a los personajes como gente real, en vez de títeres vivientes en algún Gran Guiñol psicológico.
En este caso "psicológico" significa que, a pesar de su título, no hay vísceras ni sangre en Blood Honey (lo de "honey" viene de la granja apicultora de la familia Heath). Y tampoco es realmente una película de terror, sino una especie de thriller rural con las exaltadas emociones de un "gótico sureño" al estilo de Joe Lansdale o Lee Childs... aunque ubicado en el norte de Canadá, lo cual le da un sabor cultural único y distintivo.
Shenae Grimes-Beech (veterana de Degrassi) maneja muy bien el turbulento arco dramático de Jenibel, quien abandonó a su familia tras el suicidio de su madre, y ahora regresa para encontrar resentimientos en vez de reconciliación. Y cuando la situación familiar se complica, la joven se ve involuntariamente envuelta en una disputa local que no sabe cómo, ni le interesa, resolver. Entonces empiezan las visiones y crece la intriga hasta llegar al sorprendente "twist" que pone las cosas de cabeza y ya no sabemos qué es real y que es alucinación, o metáfora, o "flashback". Bueno, hasta me gustó el ridículo efecto digital que remata con absoluta locura este relato, ya de por sí turbio y manipulador.
Es muy fácil imaginar Blood Honey como un cuento corto de los años cuarentas, publicado en las páginas de Detective Story Magazine, o como un número de Crime SuspenStories (publicación hermana de Tales From the Crypt y Vault of Horror). En otras palabras, lo que llamaban "prosa púrpura": melodrama exagerado e inverosímil, pero siempre con un final de perversa ironía o torcida moralidad.
No sé si esa fue la intención del director Jeff Kopas. Tal vez solo intentaba hacer una "tragedia de la semana" para el canal Hallmark y perdió las riendas del proyecto. O empezó como sobrio drama familiar y se descarriló al final. Cómo sea, me divirtió la febril sensibilidad de Blood Honey y el compromiso de los actores. Hace falta talento para hacer algo al mismo tiempo serio y bizarro sin sacrificar por completo la integridad del proyecto.
Calificación: 7
IMDb
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