Friday, June 15, 2018
Las Estrellas de Cine Nunca Mueren (Film Stars Don't Die in Liverpool)
Síntomas: Agobiada por una crisis personal, la famosa actriz norteamericana Gloria Grahame (Annette Bening) regresa a la ciudad de Liverpool, donde hace tiempo tuvo un romance con Peter Turner (Jamie Bell), un actor mucho más joven que ella.
Diagnóstico: Desde luego reconozco todas las virtudes que ofrece la película Las Estrellas de Cine Nunca Mueren, desde la devastadora actuación de Annette Bening como una mujer simultáneamente fuerte y vulnerable, hasta el maravilloso diseño de producción que da vida al periodo histórico donde se ubica el relato (fines de los setentas, principios de los ochentas)(Incluyendo una visita al cine para ver Alien). Sin embargo, no puedo negar que el trágico romance entre Gloria Grahame y Peter Turner me pareció un poco aburrido, e insuficiente para sostener mi atención durante casi dos horas de monótonos conflictos provocados por los caprichos de la actriz, la diferencia de edad entre la pareja, y las opiniones de parientes que no aprueban esta inusual relación.
Creo que el problema no radica en la historia misma, sino en la adaptación realizada por Matt Greenhalgh de la autobiografía “Film Stars Don't Die in Liverpool”, escrita por el auténtico Peter Turner. Como ocurre en muchas conversiones de libro a cine, el guionista intentó mantener un balance entre los fundamentos dramáticos y los adornos que los fans del libro probablemente esperaban encontrar en la película. El resultado es una serie de personajes y situaciones redundantes que repiten los mismos puntos y alargan la película sin aportar interés adicional. De hecho, creo que esta historia funcionaría mejor en una forma condensada y por lo tanto más intensa, enfocándose exclusivamente en las contrastantes ideologías de Gloria y Peter (no solo separados por la edad, sino por las culturas donde crecieron), así como sus opuestas posiciones en el mundo de la actuación, con Peter al inicio de una carrera teatral llena de posibilidades, y Gloria al final de la suya, con grandes triunfos en su pasado que no compensan sus decepciones personales.
Todo eso está presente en Las Estrellas de Cine Nunca Mueren; pero se ve interrumpido por sub-tramas de cuestionable relevancia (por ejemplo, el viaje de los padres de Peter), rompiendo el flujo de una historia que ya de por sí tiene dificultades para conservar su enfoque sin diluir el golpe emocional que obviamente nos espera al final del camino.
Annette Bening es la atracción principal, desde luego... una actriz consistentemente excelente, que sin embargo nunca ha alcanzado suficiente reconocimiento por parte de la crítica o del público. Su labor en Las Estrellas de Cine Nunca Mueren confirma su talento (por si hiciera falta), pero no parece ser un proyecto que atraiga la atención de los grandes premios.
En el papel de Peter, Jamie Bell carga sus escenas con adecuado realismo y compasión, obteniendo un arco dramático bastante convincente a pesar de su relativa simplicidad. Finalmente, el director Paul McGuigan (Push, Victor Frankenstein) hace su mejor esfuerzo por mantener la cohesión temática y visual a través de tantos altibajos, y aunque no siempre lo consigue, creo que a fin de cuentas su película sirve como un tributo inesperadamente honesto de Gloria Grahame, humanizándola en los últimos años de su vida, en vez de glamorizar la traicionera gloria de la época dorada de Hollywood. Por eso podría recomendar Las Estrellas de Cine Nunca Mueren, más como lección de historia que como romance. Aunque ya sabemos que las lecciones pueden ser un poco tediosas cuando el maestro no sabe hacerlas ágiles y entretenidas.
Calificación: 7
IMDb
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