Síntomas: En Marzo del 2011, un fuerte terremoto y tsunami en la costa de Japón causan graves daños a la planta nuclear en Fukushima Daiichi, y los empleados deben hacer tremendos sacrificios para evitar una tragedia más grande... aunque no hay garantía de éxito, y mucho menos de supervivencia.
Diagnóstico: Ya pasaron diez años desde el terrible accidente en la planta nuclear de Fukushima, pero sus consecuencias persisten (según expertos, el trabajo de limpieza y cierre de la planta podría durar entre 30 y 40 años). Sin embargo, es buen momento para celebrar el valor de los individuos que enfrentaron peligros mortales para evitar una catástrofe aun mayor
Sí, desde luego Fukushima 50 es solo una película (el título alude a los 50 empleados que permanecieron en la planta durante la crisis), y seguramente omite muchas cosas y altera otras, no solo para facilitar la narrativa, sino para atenuar las malas decisiones del gobierno japonés (supongo que podrían existir rastros de propaganda en su argumento); sin embargo el director Setsurô Wakamatsu no teme señalar graves errores cometidos por motivos políticos, como la visita del Primer Ministro al sitio del desastre en un momento crítico, lo cual desvió recursos y retrasó procedimientos urgentes que tal vez hubieran aminorado la tragedia.
O tal vez no. Una cosa que Fukushima 50 deja clara es que, a pesar de los detallados planes de contingencia implementados por la industria nuclear japonesa, el accidente de Fukushima fue tan grave que rebasó los parámetros teóricos e invalidó las medidas de seguridad establecidas. Entonces, aunque los trabajadores se esforzaron por seguir los procedimientos apropiados, una y otra vez encontraron situaciones totalmente nuevas que los obligaron a improvisar y tomar decisiones desesperadas cuyos efectos era imposible predecir.
Los principales protagonistas de Fukushima 50 son Toshio Izaki (Kôichi Satô), el supervisor encargado del centro de control en el día del terremoto; y Masao Yoshida (Ken Watanabe), el coordinador de emergencias que también funciona como intermediario entre la planta y el gobierno japonés, lo cual significa que recibe órdenes conflictivas y a veces irracionales, mientras intenta explicar conceptos tecnológicos a los políticos que solo quieren verse bien y mostrar al público que están tomando acciones decisivas.
Mientras tanto, el Sr. Izaki y su equipo técnico tienen que aceptar catástrofes menores para evitar problemas mayores. Por ejemplo, al ventilar un reactor dañado para reducir la presión interna, saben que van a contaminar las áreas cercanas a la planta nuclear; pero si no lo hacen, podría ocurrir una gran explosión que extendería la radiación a una zona más amplia.
Es una historia trágica pero inspiradora, con abundantes ejemplos del indomable espíritu humano, desde los trabajadores que aceptan participar en misiones suicidas al corazón mismo del reactor, hasta los voluntarios que organizan la evacuación de los pueblos vecinos. El director maneja con claridad y soltura todas estas sub-tramas, impecablemente editadas para asimilar el esfuerzo de tanta gente, en tantos niveles sociales, luchando por una causa común.
Conviene aclarar que Fukushima 50 no es una "película de desastre" al estilo de Hollywood, sino un sincero tributo que conmemora a las víctimas de un terrible accidente que pudo ser mucho peor si no hubiera sido por el valor de esos cincuenta héroes. Y, de paso, Fukushima 50 también nos invita a reflexionar si los beneficios de la energía nuclear compensan el riesgo potencial. Claro, a todo el mundo le gustan las luces de Tokio... pero, ¿cuál será el costo futuro de esos excesos?
Calificación: 9
IMDb
Las unicas escenas que me confundieron desde mi punto de vista fueron esos flashbacks al pasado de algunos, porque, o yo no preste atencion, o no eran bien ejecutados,y en consecuencia, no distinguia el momento presente del pasado. Sin embargo esa misma ejecucion daba personalidad a algunas escenas. Esas escenas las compararia con el recurso mas recurrente de "family guy": un personaje menciona un evento ajeno o algo que le paso y al instante la historia retrata ese evento que conto el personaje. Lo llamaria un "flash-other".En la pelicula, en algunas ocasiones, uno menciona un posible escenario y de repente la pelicula muestra ese escenario. Pero en vez de ser humoristicas, eran con una vision dramatica.
ReplyDeleteSalu2
Por cierto, si viste Raya y Akwafina, y decidiste no publicar crítica, qué calificación le diste?
ReplyDeletePablo, ¿por qué no escribiste crítica de Boss Level, The Seventh Day ni de The White Tiger? Saludos!
ReplyDeleteYamir: En efecto, ese recurso del "flashback instantáneo" se ha vuelto muy popular, pero puede volverse confuso si no hay algún indicador visual o auditivo de su presencia. Por ejemplo, en 30 Rock usaban un barrido de cámara y un "swoosh" de audio, y siempre quedaba perfectamente claro. Por lo demás, espero que te haya gustado Fukushima 50. Muchos saludos y suerte!
ReplyDeleteGROSS GRIEF: Supongo que le daría 8 a Raya and the Last Dragon. La historia me pareció "meh", pero me gustaron algunas actuaciones y desde luego la animación. Gracias y saludos!
Anónimo: Boss Level se estrenó en Hulu, y no puedo verla legalmente en mi país. Sin embargo, algunas películas de ese servicio eventualmente llegan a "streaming" de otros países, como fue el caso de Palm Springs (VoD) y Run (Netflix). Ojalá se apresuren con Boss Level, porque tengo mucho interés en verla. The Seventh Day simplemente no me gustó lo suficiente para escribir una crítica, y además fue una decepción por venir del director de la genial The Dark. Finalmente, nunca logré reunir suficiente interés para ver The White Tiger. No pongo en duda su calidad, pero... no sé... no se me antoja mucho. Mis disculpas, y feliz semana!