Friday, November 13, 2020

Possessor



Síntomas: La asesina a sueldo Tasya Vos (Andrea Riseborough) utiliza avanzada tecnología para controlar remotamente a individuos inocentes que matan por ella. Pero su más reciente trabajo se complica y pone en peligro su identidad.

Diagnóstico: El director Brandon Cronenberg está siguiendo los pasos de su padre David Cronenberg, pero en una tangente más analítica y experimental para complementar su afinidad por el horror orgánico. Su primera película, Antiviral, me pareció una creativa denuncia del culto a la fama, expresada en términos muy originales (el tráfico ilegal de enfermedades contraídas por celebridades). Y ahora Possessor dirige la atención de Cronenberg (hijo) hacia temas más controversiales, como identidad sexual, privacidad, y la ilusión del individualismo; y todo ello envuelto en un thriller criminal bañado en sangre y luces de colores. En otras palabras: una experiencia única que recordaré más por su exuberancia visual que por su ambiguo mensaje. Las ideas son buenas, pero en este caso ganó el "gore"... lo cual no tiene nada de malo.
El concepto básico de Possessor me pareció fenomenal (y tal vez fue inspirado por una memorable historia del comic The Invisibles): Tasya Vos pertenece a una misteriosa organización especializada en eliminar víctimas de alto perfil por medio de "títeres" humanos, cuyos cuerpos son temporalmente ocupados por la conciencia de agentes que pueden matar con impunidad. Sin embargo, el proceso de posesión es peligroso para la integridad mental de los agentes, como descubre Tasya cuando ocupa el cuerpo de Colin Tate (Christopher Abbott), un traficante de droga que tiene acceso a John Parse (Sean Bean), el presidente de una poderosa empresa informática especializada en espiar a sus clientes para obtener datos mercadológicos.
Como puede suponerse con esa descripción, el principal problema de Possessor es una ambición temática desproporcionada con su modesta manufactura. Cronenberg tiene material para dos o tres películas (ni siquiera he mencionado la compleja situación familiar de Tasya, ni el disfuncional romance de Colin con la hija del magnate), pero se ve obligado a dejar todo "a medias" porque no hay suficiente tiempo para desarrollar tantas sub-tramas en noventa fugaces minutos.
Aún así, siempre será preferible una película con exceso de ideas, incluso si no se aprovechan al máximo. Además, en el caso particular de Possessor, el bombardeo sensorial basta para mantener al espectador en constante suspenso, rematado por grotescos actos de violencia capturados por Cronenberg con una mezcla de morbo y visión artística que me dejó emocionalmente exhausto y visceralmente satisfecho.
El asunto de la organización secreta establece un fascinante misterio que me hubiera gustado explorar con mayor detalle. Es como una versión maligna de Mission: Impossible con toques de ciencia ficción que inspiran más preguntas que respuestas.
Por otro lado seguimos el deterioro psicológico de Tasya, quien sufre lagunas mentales a consecuencia de las "posesiones" que la obligan a cambiar de identidad en cada misión. Su jefa Girder (Jennifer Jason Leigh) tiene protocolos de diagnóstico para evitar que Tasya pierda la noción de su propia persona... pero solo sirven si ambas partes son totalmente honestas, lo cual es muy dudoso en un oficio tan peligroso.
Finalmente tenemos la bizarra relación entre el "dealer" Colin y su novia Ava (Tuppence Middleton), la hija del empresario que Tasya debe asesinar. La presencia de una conciencia femenina en el cuerpo de Colin altera la dinámica romántica con Ava, provocando algunos de los más perversos momentos de Possessor... lo cual digo como un halago.
Y, bueno, hay tantos elementos compitiendo por nuestra atención que Possessor se siente de algún modo incompleta... como un largo "trailer" de una serie televisiva que me encantaría ver. Pero incluso en esta forma inconclusa fue una de las películas más interesantes y provocativas que he visto este año... y todo eso antes de llegar al espectacular "gore" (creado por el artista Dan Martin) que nos brinda algunas de las muertes más grotescas del horror contemporáneo (algunas de las cuales, advierto, podrían afectar al público más sensible).
Pero, a fin de cuentas, eso es exactamente lo que yo esperaba en una película con el nombre "Cronenberg" en los créditos. David revolucionó el horror cinematográfico en los ochentas, y es un placer descubrir que su hijo Brandon comparte las mismas malsanas tendencias. Por esa razón declaro inválida cualquier comparación futura entre padre e hijo. Brandon Cronenberg ganó mi confianza como un gran director, sin importar su legado genético. Habiendo dicho eso... necesitamos una actualización de Videodrome para el Nuevo Orden Digital contemporáneo. Tan pronto como sea posible, por favor.
Calificación: 9

IMDb

2 comments:

  1. Suena interesante pero más aún me parece el casco que recuerda a la máscara que usaban los médicos durante la peste negra.

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  2. Dr. Arturo Pelayo: Estoy seguro de que la similitud es totalmente intencional. El simbolismo de Possessor es tan importante como la sangre y la violencia. Muchos saludos y feliz fin de semana!

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