Síntomas: A principios de los 90s, las tensiones crecen entre la Princesa Diana (Kristen Stewart) y la Familia Real británica durante las vacaciones navideñas que comparten en la fastuosa Casa Sandringham.
Diagnóstico: Es muy difícil encapsular la vida de una figura histórica en dos horas de película. Por eso algunas "bio-pics" (como Judy, Shirley y Colette) han adoptado la innovadora estrategia de enfocarse en un evento específico para capturar el carácter de la persona, en vez de gastar tiempo en datos y fechas que probablemente olvidaremos al terminar la película.
Y ahora Spencer hace lo mismo, pero mejor que las demás, en mi humilde opinión.
En vez de mostrarnos el modesto origen de Diana Spencer (Kristen Stewart), su romance con el Príncipe Charles (Jack Farthing), y su meteórico ascenso a celebridad global, el director Pablo Larraín se limita a seguir a Diana y sus hijos William (Jack Nielen) y Harry (Freddie Spry) durante la Navidad que celebran con la Familia Real en una enorme mansión inglesa. En otras palabras, una tensa reunión familiar que revela con devastadora elocuencia la brecha cultural entre la nueva Princesa de Gales y los miembros de una rancia dinastía obsesionada con tradiciones y protocolo.
Es obvio que Diana no pertenece a esa jaula dorada, y quiere evitar que sus hijos caigan en la trampa del privilegio que les ofrece su posición social. Por eso Diana se rebela constantemente contra la tradición, creando conflictos con sus parientes para recobrar un pequeño grado de control en una vida dominada por opiniones ajenas.
El único respiro de Diana en ese sofocante entorno es Maggie (Sally Hawkins), su vestidora personal, amiga y confidente. Larraín utiliza sus conversaciones para explorar la crisis existencial de Diana, y para resolver algunas dudas sobre su situación... ¿son válidas sus quejas sobre una vida que muchas personas envidiarían? ¿Cuál es su función específica en el laberinto de la Monarquía? Y, sobre todo, ¿dónde termina la Princesa y comienza Diana?
Hace algunos años el director chileno Pablo Larraín implementó una estructura similar en la cinta Jackie (sobre la viuda de John F. Kennedy), pero Spencer es una obra superior en todos los sentidos. La experiencia visual es impresionante, con opulentas locaciones que no son un simple adorno, sino la manifestación física de una economía severamente desequilibrada. Los famosos vestidos que transformaron a Diana en un ícono de la moda británica representan otro aspecto del control que la Corona ejerce sobre su persona. Y, finalmente, la extraordinaria actuación de Kristen Stewart trasciende la simple mímica (aunque en ese nivel también es sorprendente) para explicar la angustia de la Princesa por medio de diálogos metafóricos (como su obsesión con el espantapájaros), gestos sutiles pero contundentes, y escenas surrealistas que borran la línea entre realidad y fantasía (como el asunto de las perlas, o las visitas de un hipotético fantasma). Genuinamente me sorprendió el trabajo de Stewart, una actriz que muchas veces subestimé en el pasado. O tal vez Larraín supo canalizar su peculiar estilo de actuación para expresar la ambivalencia del personaje. Como sea, aplausos para todos.
Mi única queja sobre Spencer es que Larraín, Stewart, y el guionista Steven Knight (Woman Walks Ahead) hicieron tan bien su trabajo que en media hora ya entendimos perfectamente el carácter de Diana y sus tribulaciones mentales y domésticas; lo cual deja hora y media adicional para reciclar las mismas ideas, pero con distintos vestidos.
Aún así Spencer merece una entusiasta recomendación como una "bio-pic" experimental que encuentra emociones universales en una situación ajena a nuestra comprensión; y además con altos valores de producción, impecable visión artística, y una de las mejores actuaciones del año. Créanme, yo fui el más sorprendido.
Calificación: 8.5
En efecto, Stewart está increíble. Ojalá ya se borre su estigma por Twilight, que, estaremos de acuerdo, la ha encasillado de manera horrible en la industria. Por otro lado, ¿qué piensas del score de Jonny Greenwood? ¿Cuál crees que le dé el tan ansiado óscar: The power of the dog o Spencer?
ReplyDeleteArmando: ¡Muchas gracias por mencionar la música de Spencer! Definitivamente me pareció una de las mejores partituras del año, tanto por su calidad intrínseca como por su perfecto complemento de las emociones de la película. No sé si recibirá un Óscar, pero ciertamente lo merece. Muchas gracias y saludos!
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