Síntomas: Ingvar (Hilmir Snær Guðnason) y Maria (Noomi Rapace) tienen una granja ovejera en las colinas de Islandia. Entonces nace un cordero con extrañas características, y transforma la vida de la pareja. O tal vez la completa.
Diagnóstico: El tema ovejero me remitió de inmediato a la clásica neo-zelandesa Black Sheep, pero en realidad Cordero tiene más en común con la cinta danesa Border: una etérea fantasía folclórica que utiliza elementos sobrenaturales para inspirar la redención de individuos rechazados por la sociedad.
Y, al decir "elementos sobrenaturales" no me refiero a fantasmas, sino a leyendas nórdicas que cobran espeluznante vida en la granja de Ingvar (Hilmir Snær Guðnason) y María (Noomi Rapace), durante una noche que cambiará sus vidas.
El cordero que nace posteriormente es adoptado por la pareja y criado como una hija a la que nombran "Ada", bajo el mutuo entendimiento de que no hace falta buscar explicaciones para este pequeño milagro. Las cosas son así, y no necesitamos cuestionar su origen. Entonces llega a la granja Pétur (Björn Hlynur Haraldsson), el hermano de Ingvar, y su intolerancia siembra discordia y amenaza la felicidad de la familia.
Como es habitual en el cine europeo, Cordero expresa ideas complejas casi sin palabras, apoyándose en las sobrias actuaciones de un brillante reparto, y en la melancólica atmósfera conjurada por la cinematografía de Eli Arenson y la música de Þórarinn Guðnason. Creo que no hay diálogos durante los primeros diez minutos de la película (por lo menos), y sin embargo entendemos lo que está pasando, a pesar de que el director Valdimar Jóhannsson solo nos muestra colinas nevadas, ovejas nerviosas, y una áspera respiración de algo o alguien que se aproxima a la remota granja. Por cierto, la primera escena con los caballos salvajes me dejó pasmado... no porque sea llamativa, sino porque requiere genuinas actuaciones equinas que no sé cómo obtuvieron. Y lo mismo aplica a los demás actores cuadrúpedos, ya sean las ovejas, o el perro y el gato de Ingvar. Spoiler: El perro no sobrevive. El gato... no estoy seguro.
Lo cual nos lleva a Ada, una maravillosa creación de sorprendente realismo. No esperaba este nivel de sofisticación en una modesta producción sueco-islandesa, pero después descubrí que Jóhannsson trabajó en los efectos especiales de grandes producciones hollywoodenses, incluyendo Prometheus, Rogue One y The Tomorrow War, lo cual explica muchas cosas.
Imagino que algunas personas podrían encontrar Cordero un poco absurda, o hasta ofensiva por su cándido retrato de una familia muy "alternativa"; pero en lo personal disfruté su delicioso sabor cultural, visión artística, y manejo del "realismo mágico" para prestar credibilidad a una incongruente situación. Después de todo, lo más importante es que Ada sea feliz.
Calificación: 9
Diablos se me antojo una buena barbacoa de borrego!
ReplyDeleteDr. Arturo Pelayo: ¡Ja, ja! Muy justo, pero ten cuidado porque hay un personaje en la película que podría tener una opinión muy distinta de la situación ;-) Un abrazo, y feliz año!
ReplyDelete