Síntomas: Una organización criminal ocultó una fortuna en el hospital abandonado Castle Heights, y tres individuos con muy distintos motivos harán hasta lo imposible por encontrarla. El problema es que el edificio será demolido en un par de horas.
Diagnóstico: Después de disfrutar durante varias décadas el trabajo de Dolph Lundgren enfrente de las cámaras (a veces irónicamente, no lo niego), sentí curiosidad por Castle Falls, su nueva película como director, donde además colabora con Scott Adkins, una de las figuras más grandes en la acción contemporánea... al menos en las "B-Movies" directas a video (o streaming). ¿Lograrían duplicar la maravillosa dinámica de Universal Soldier: Day of Reckoning? ¿O sería Castle Falls otra genérica producción barata y desechable?
La respuesta es: ni lo uno, ni lo otro. Castle Falls no es perfecta, pero ofrece suficiente suspenso y personalidad para separarla del montón, gracias a su ingeniosa premisa y a la divertida interacción entre Lundgren y Adkins como rivales que necesitan cooperar no solo para cumplir su mercenaria misión, sino para salir con vida del edificio antes de la explosión que lo reducirá a escombros.
Como director Dolph Lundgren muestra buen instinto narrativo y un poco de estilo visual para hacer más interesante la persecución en el hospital abandonado, aprovechando la derruida arquitectura para orquestar peleas breves pero brutales donde siempre existe el riesgo de caer al vacío por las ventanas sin cristales, o detonar accidentalmente los explosivos que cubren las columnas del edificio.
Pero antes de llegar a "lo bueno", Lundgren tropieza un poco cuando establece los melodramas personales de los protagonistas: Mike Wade (Scott Adkins) es un boxeador de Artes Marciales Mixtas que fue obligado a retirarse por su edad, y por algunas lesiones que redujeron su desempeño físico. Por eso busca empleo en la cuadrilla de trabajadores que desmantelan el hospital antes de la demolición definitiva... y descubre accidentalmente varias bolsas de dinero que también está buscando Deacon Glass (Scott Hunter), el líder de una organización criminal. Finalmente, el tercer interesado en el botín es Richard Ericson (Dolph Lundgren), un guardia penitenciario con una hija enferma que necesita una costosa operación. Y así, cada uno por su cuenta se infiltra al hospital clausurado, sin saber que encontrarán competencia muy peligrosa... por no mencionar la inminente explosión que se aproxima.
Las sub-tramas de Glass y Wade funcionan razonablemente bien, pero la de Ericson y su hija se siente como un gran cliché diseñado para generar simpatía sin esforzarse demasiado (por cierto, la adolescente enferma está interpretada por Ida Lundgren, la hija real de Dolph). Y aunque Dolph Lundgren (Don't Kill It) es un adecuado "actor de acción", sus escenas dramáticas constituyen el eslabón más débil de Castle Falls. Afortunadamente son breves y solo sirven para recordarnos el altruismo de su misión. Por su parte, Scott Adkins (Avengement) actúa con los puños, y eso es más que suficiente para mi. Y Scott Hunter ("stunt-man" en muchas cintas de Marvel) es un villano cruel, impulsivo, y siempre dispuesto a sacrificar a sus esbirros para mantenerse con vida hasta el gran final.
Dentro del catálogo reciente de Scott Adkins definitivamente recomendaría One Shot, una cinta más creativa y ambiciosa en todos los niveles. Sin embargo, Castle Falls tiene lo suyo, incluyendo la presencia de Dolph Lundgren, buenas peleas, y el suspenso de la demolición. Nada memorable, pero perfectamente funcional para una tarde perezosa de balazos y patadas. He visto peores.
Calificación: 7.5
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