Monday, June 8, 2020

Shirley



Síntomas: En 1964, el profesor universitario Stanley Hyman (Michael Stuhlbarg) contrata a la joven pareja de Rose y Fred Nemser (Odessa Young y Logan Lerman) para ayudar en su casa y permitir que su esposa, la novelista Shirley Jackson (Elisabeth Moss), tenga tiempo para escribir de nuevo. Y, aunque Shirley odia inicialmente a estos "espías" que invadieron su casa, con el paso de tiempo la inspiran para crear una nueva novela.

Diagnóstico: Mi afición por el horror empezó con el cine, pero creo que se consolidó hasta que me sumergí en la literatura fantástica, desde obras clásicas como Frankenstein, Dracula y los cuentos de H.P. Lovecraft, hasta los maestros modernos como Stephen King, Clive Barker y Dean R. Koontz. Sin embargo la novela The Haunting of Hill House, de Shirley Jackson, fue una de las mayores sorpresas de mi adolescencia, ya que el horror se manifestaba en un plano existencial que nunca había encontrado en el género. Cierto, el libro incluye fenómenos paranormales, pero los momentos realmente terroríficos consistían en situaciones triviales y conversaciones casuales... ¿cómo era posible tener los nervios crispados por una plática de sobremesa?
Sirva esta indulgente anécdota para explicar mi interés por la película Shirley, donde la directora Josephine Decker combina rasgos biográficos de Shirley Jackson (Elisabeth Moss) con una historia ficticia que intenta emular el peculiar estilo de esta escritora, utilizando tensión y neurosis para crear una atmósfera de angustiosa incertidumbre, al mismo tiempo que se exploran las raíces psicológicas de su conducta... ¿sería Jackson realmente una bruja en busca de víctimas para sacrificar en el altar creativo? ¿O una artista frágil e insegura que utilizaba la agresión como mecanismo de defensa?
Shirley es un audaz experimento que solo funciona parte del tiempo. Las actuaciones son excelentes, basadas en clichés (el profesor distraído, la genio atormentada, la esposa reprimida, etc.), pero con una riqueza de expresión que añade realismo a los estereotipos.
Elisabeth Moss (The Invisible Man) lleva la batuta en esta sinfonía de disfunción. Su interpretación de Shirley Jackson es intensa y antagónica, sin perder la vulnerabilidad que trata de ocultar para que nadie la use en su contra. Cada vez que Shirley agrede verbalmente a Rose, podemos ver en sus ojos la ambigüedad de su intención... ¿realmente quiere alejarla, o está midiendo su carácter para decidir si puede confiar en ella? En el papel de Rose Nemser, Odessa Young (Assassination Nation) responde a esas agresiones con renuente compasión, descubriendo el lado humano de Shirley, y permitiendo el desarrollo de algo que no es exactamente "amistad", sino una volátil fusión de respeto, atracción y dependencia. Los hombres de la historia solo son importantes en función de la represión que ejercen sobre las protagonistas. En el papel del Profesor Stanley Hyman, Michael Stuhlbarg (The Shape of Water) parece un esposo afable con infinita paciencia hacia los caprichos de su esposa; pero de vez en cuando percibimos atisbos de crueldad alimentada por la envidia. Y, finalmente, Logan Lerman (Fury) interpreta a Fred Nemser, el esposo de Rose que solo está interesado en ganar un puesto académico en la Universidad. Ninguno de los dos reconocen las necesidades emocionales de sus esposas, y ellas lo aprovechan para crear su propia realidad, lo cual podría significar su libertad individual... o su mutua destrucción.
Desafortunadamente Shirley nunca profundiza lo suficiente para encontrar (o al menos insinuar) las respuestas a las numerosas preguntas que plantea. Aunque, por el lado positivo, Decker forjó un maravilloso micro-universo "jacksoniano" repleto de referencias que nos invitan a especular sobre la inspiración de sus más famosas obras (en particular aprecié los paralelos físicos y temáticos con We Have Always Lived in the Castle).
Creo que existen mejores historias sobre la delgada línea entre creatividad y locura (Gothic, Black Swan, The Doors); y mejores biografías que capturan las contradicciones entre la persona y el artista (Amadeus, Shine, Quills). Shirley no fue ni lo uno ni lo otro, sino una adaptación de una novela (escrita por Susan Scarf Merrell) acerca de un pasaje ficticio en la vida de una escritora real. Y aunque el resultado no está exento de virtudes, creo que una biografía más convencional hubiera sido un mejor tributo para Shirley Jackson. ¿Para qué nos venden una imitación cuando tenemos la incomparable versión original?
Calificación: 7.5 (solo para fans de Shirley Jackson o Elisabeth Moss)

IMDb

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