Friday, January 2, 2015

Corazones de Hierro (Fury)



Síntomas: En los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, el Sargento Don Collier (Brad Pitt) y sus hombres forman parte de una división de tanques norteamericanos con la misión de incursionar en lo más profundo del territorio alemán. Y, desde luego, los tripulantes del tanque "Fury" no solo enfrentarán la amenaza de los invencibles tanques nazis, sino también las diferencias personales e intensos conflictos internos que podrían dividir este pequeño equipo de hombres.

Diagnóstico: Con tantas guerras disponibles como inspiración para el cine bélico moderno, me da gusto que la Segunda Guerra Mundial siga visitándose con bastante frecuencia, pues fue el último conflicto con "buenos" y "malos" perfectamente definidos, y con un propósito concreto que no estaba guiado por ambiguas metas económicas ni cuestionables intereses políticos. Lo que no me gusta tanto es que en pleno siglo veintiuno se sigan usando los mismos clichés de las películas que veía de niño en compañía de mi abuelo, donde John Wayne o William Holden interpretaban valerosos soldados que no solo combatían al enemigo, sino que además encarnaban los nobles y justos ideales norteamericanos del mundo de la post-guerra. La diferencia es que en aquel entonces era propaganda y ahora es arte... o sarcasmo, según criterio de cada espectador.
De cualquier modo es innegable que Brad Pitt posee el talento y carisma necesarios para funcionar como heredero espiritual de aquellos estoicos héroes de antaño; y lo mismo aplica al multi-cultural elenco secundario que incluye a Shia LaBeouf como el soldado devoto que debe conciliar su religión con la rutinaria matanza del prójimo; Michael Peña como el soldado étnico que alterna entre filósofo y "comic relief"; y Logan Lerman como el obligatorio novato que no está preparado para enfrentar los horrores de la guerra.
Y vaya que son horrores. Corazones de Hierro podrá usar los mismos personajes y situaciones de las películas antiguas, pero su representación del combate sigue la pauta moderna de obras como Saving Private Ryan y The Thin Red Line, mostrando con lujo de detalle el efecto de las balas y explosiones sobre el cuerpo humano, así como la degradación de condiciones físicas y psicológicas en el frente de batalla. Pero, como corresponde a una obra seria y respetuosa del tema, la sangre y devastación nunca se sienten mórbidas o gratuitas, y en la mayor parte de los casos sirven como recordatorio del precio que muchos pagaron en aras de la libertad (o lo que sea que disfrutamos actualmente).
Tal vez Corazones de Hierro no estará entre mis películas bélicas favoritas (aunque podría estar en el "Top Twenty" de la sub-categoría "Segunda Guerra Mundial"), pero aun así merece una sincera recomendación por su hábil balance entre drama y acción, apoyado por competentes actuaciones y centrado en un sólido núcleo emocional que logra evadir el forzado patriotismo de sus predecesoras en los años cincuentas (algo que afortunadamente menguó bastante en las últimas décadas). Y, quizás más importante, Corazones de Hierro demuestra la madurez artística del director/guionista David Ayer, lo cual incrementó mi confianza sobre la futura cinta Suicide Squad, probablemente la única que me entusiasma del universo cinematográfico de DC Comics. Los superhéroes (o supervillanos, en ese caso) tampoco tienen mucha novedad, y siempre ayudará tener un director que sepa utilizar los viejos esquemas de una manera fresca y satisfactoria, ya sean tanques aliados en Alemania o psicópatas con superpoderes en Gotham.
Calificación: 8.5

Trailer

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