Monday, December 31, 2018

All About Nina



Síntomas: Cansada de la rutina como comediante en Nueva York, Nina Geld (Mary Elizabeth Winstead) decide mudarse a Los Ángeles para probar suerte en un popular canal televisivo.

Diagnóstico: Las películas sobre comediantes siempre son dramas porque todas se basan en la misma idea: hace falta una vida llena de obstáculos y problemas para despertar el instinto humorístico como mecanismo de defensa. Y se necesita un temperamento muy especial para convertir ese instinto en entretenimiento popular. All About Nina es una de esas "dramedias" (drama/comedia) acerca de una joven comediante que hace reír al público con sus rutinas de "stand up" en los clubs especializados de Nueva York... pero su vida personal es un desastre. Su "novio" la golpea, sus colegas no la toman en serio, y hasta su madre (Camryn Manheim) sigue esperando que Nina termine esa "etapa" y comience su vida real. Entonces Nina decide mudarse a Los Ángeles y probar suerte con un canal de comedia que está buscando mujeres para balancear su programación. Al principio Nina se siente fuera de lugar en la cultura californiana, llena de individuos excéntricos con descabelladas ideas "new age" (o como le llamen ahora a la nebulosa filosofía de naturismo esotérico). Pero con el paso del tiempo Nina podría descubrir algo más profundo bajo esa frívola superficialidad.
En años recientes he visto varias películas con premisas muy similares: comediantes cuestionando su carrera mientras analizan seriamente sus vidas. Algunos ejemplos: Mr. Roosevelt, Don't Think Twice, Obvious Child, y Funny People. Dentro de ese nicho, All About Nina tiene ventajas y desventajas que la hacen diferente, aunque no necesariamente mejor que las demás.
La primera gran diferencia es que todas aquellas películas usaron auténticos comediantes en los roles principales. Así fue como Noël Wells, Keegan-Michael Key, Jenny Slate y Adam Sandler (respectivamente) complementaron sus actuaciones con genuina experiencia en ese cruel y competitivo sub-mundo, donde pueden pasar años de frustrante lucha hasta que llega el "big break" que los lleva a la fama. Y en muchas ocasiones jamás llega. Por el contrario, All About Nina tiene como protagonista a Mary Elizabeth Winstead, una excelente actriz... pero sin experiencia en el oficio de la comedia. Claro, ha participado en películas cómicas (como Sky High y A.C.O.D.) con buenos resultados; pero no ha vivido las experiencias de su personaje. Y, en mi humilde opinión, es una carencia muy notoria cuando Nina está en el escenario, hablando de sus malas experiencias con el sexo opuesto, o haciendo imitaciones. El material es bueno, pero Winstead no logra capturar esa naturalidad y desenfado de una auténtica comediante.
Por otro lado, Winstead se convierte en una gran ventaja cuando el drama toma precedencia sobre el humor, mostrando las malas decisiones románticas de Nina, su desprecio por cualquier emoción real, y la evolución de su hostil carácter bajo la influencia de Los Ángeles. Imagino que la directora/guionista Eva Vives sabía de antemano que estaba realizando un drama, y seleccionó a una actriz más compatible con ese aspecto del proyecto. Después de todo, Winstead claramente demostró su talento en Smashed, Faults, y hasta en sus roles de terror, como The Thing y 10 Cloverfield Lane. Hablando de lo cual... tal vez sea buen momento para mencionar que MEW es una de mis actrices favoritas, así que tomen estos exagerados halagos con un granito de sal.
El resto del elenco me pareció igualmente competente, incluyendo a Common como el posible interés romántico de Nina en Los Ángeles; Kate del Castillo y Clea Duvall como las dueñas de la casa donde Nina está viviendo (uno de mis momentos favoritos es cuando le ofrecen un "smoothie" de "cordyceps, reishi, y maca"); y Beau Bridges en el papel de Larry Michaels (una versión disfrazada de Lorne Michaels), cuyo cinismo destruye toda noción de corrección política cuando se trata de negocios.
Sin embargo All About Nina es "All About Mary Elizabeth Winstead", y tan solo por su desempeño podría recomendar este crudo e intenso estudio de carácter cuyos interludios humorísticos (ya sea en el escenario o fuera de él) hacen más asimilable el devastador drama humano que se esconde tras la indiferencia de su protagonista. Y quizás detrás de todos los comediantes.
Calificación: 8.5

IMDb

Sunday, December 30, 2018

Las Musas del Diablo (Muse)



Síntomas: Un año después de sufrir una tragedia personal, el escritor Samuel Salomon (Elliot Cowan) empieza a tener pesadillas sobre un asesinato que realmente ocurrió. Entonces conoce a otra mujer con los mismas pesadillas, y las cosas se complican. Demasiado.

Diagnóstico: ¡Filmax! Hacía mucho que no veía una película de este estudio español, y me dio gusto descubrir que siguen produciendo cine de horror con suficiente calidad para competir en el mercado internacional. Y, con un director como Jaume Balagueró (REC, Frágiles), parecía razonable esperar una adecuada experiencia de terror para compensar las inferiores muestras del género que se han convertido en la realidad cotidiana para los fans (como yo). Desafortunadamente, Las Musas del Diablo (de nuevo, no hay "diablo" alguno, excepto en el limitado léxico del traductor mexicano) no fue la experiencia que yo esperaba. De hecho, ni siquiera fue una película de terror.
Lo cual no significa que esté exenta de momentos macabros e imágenes siniestras. Las Musas del Diablo está basada en la novela "La Dama Número Trece" de José Carlos Somoza, y sospecho que funcionó mejor en papel, donde había más tiempo para explicar el denso misterio de las "musas", y para establecer las múltiples relaciones entre los personajes, de modo que las revelaciones y "twists" tuvieran el impacto esperado. Sin embargo, el libreto de Fernando Navarro y el mismo Balagueró acelera demasiado la historia, comprime eventos, y resume conceptos que terminan confundiendo al espectador (al menos a mi), de modo que terminé frustrado con una torpe narrativa que no aprovecha sus innovadores elementos.
El reparto también es un poco irregular. Elliot Cowan (de la serie Krypton) me pareció un protagonista blando e inexpresivo. Creo que Las Musas del Diablo necesitaba un actor mucho más elocuente para transmitir todo aquello que el libreto se ve obligado a omitir por falta de tiempo. Franka Potente tiene el ingrato papel de "expositora", entrando y saliendo de la historia para explicarle a Samuel lo que necesita saber para avanzar a la siguiente escena; y desde luego también funciona como víctima potencial, ya que hay muy pocos personajes relevantes, y alguien tiene que demostrar que "las cosas van en serio" (además del obligatorio gato muerto). Ana Ularu es Rachel, una madre soltera con problemas de inmigración que se ve envuelta en la conspiración de las musas. Su papel se siente prefabricado, pero su desempeño es bueno. Y, además de Potente, Las Musas del Diablo cuenta con otros nombres famosos para llenar papeles cortos pero significativos, incluyendo a Leonor Watling, Joanne Whalley y Christopher Lloyd (sí, el Dr. Brown de Back to the Future).
En cuanto al "horror", Las Musas del Diablo conjuga una tenebrosa atmósfera con algunos sobresaltos y un poco de “gore”, pero se describiría mejor como un thriller con toques sobrenaturales que surgen arbitrariamente durante la investigación del protagonista, cuyos resultados francamente me interesaron menos con cada "sorpresa" carente de sentido o impacto emocional.
Ni la dirección de Balagueró, ni la excelente cinematografía de Pablo Rosso lograron salvar Las Musas del Diablo de una historia fracturada e incompleta, con amplio potencial, pero tal vez más apropiada para una mini-serie televisiva, o algún formato igualmente flexible donde sus provocativas ideas tuvieran tiempo de florecer y crear genuino horror en el espectador, en vez de cansancio o indiferencia. Es lo peor que puede pasarle a una película de cualquier género.
Calificación: 5

IMDb

Saturday, December 29, 2018

El Regreso de Mary Poppins (Mary Poppins Returns)



Síntomas: Los hermanos Michael y Jane Banks (Ben Whishaw y Emily Mortimer) están a punto de perder la antigua casa de sus padres. Entonces, tal como ocurrió en su infancia, Mary Poppins (Emily Blunt) llega volando para distraer a los hijos de Michael y enseñarles lecciones de vida que podrían ayudar a resolver los problemas de su padre.

Diagnóstico: Mi experiencia con la original cinta Mary Poppins (1964) es un poco inusual. En algún momento de mi infancia (durante los años setentas) recibí como regalo una colección de discos (sí, discos de vinyl... ya sé que estoy viejo) con música y narración de muchas películas de Disney, acompañados por un libro donde podían seguirse las historias. Escuché tantas veces estos discos que terminé memorizándolos... aunque, estrictamente hablando, nunca había visto las películas. Entonces, cuando llegó un re-estreno de Mary Poppins (en aquella época no existía el video casero)(¿mencioné que estoy viejo?) fui a verla muy emocionado... y me quedé dormido. La eficiente versión de veinticinco minutos en un lado del disco de vinyl no se comparaba con la leeeenta película de más de dos horas, y ni siquiera la novedad de actores humanos interactuando con personajes animados logró mantenerme despierto durante tanto tiempo. Claro, muchos años después vi Mary Poppins en DVD con mi mamá (gran admiradora de Julie Andrews), y pude apreciar la destreza técnica de los artistas de Disney, la simpática exageración de Dick Van Dyke, y el inocente comentario social de la autora P.L. Travers (por cierto, me gustó mucho más Saving Mr. Banks). Pero aún así Mary Poppins me pareció aburrida y excesivamente simple. Hasta mi mamá está de acuerdo.
Sirva este indulgente pasaje autobiográfico para explicar mi total apatía hacia El Regreso de Mary Poppins, una película técnicamente competente y sin duda más ágil que la original, pero con una serie de obstáculos (muchos de ellos intencionales) que podrían aburrir al público infantil, y neutralizar la nostalgia de los adultos. Como ejemplo puedo señalar el segundo número musical de El Regreso de Mary Poppins, una fantasía acuática para enseñar a los niños la importancia de bañarse (no estoy bromeando). La canción es agradable, los efectos son adecuados... pero apenas genera un flácido "meh". En resumen: otro dudoso intento de Disney por explotar un clásico en tiempos modernos. Ni siquiera Lin-Manuel "Hamilton" Miranda pudo salvar este musical. En mi humilde opinión.
De hecho, el reparto es el mejor atributo de la cinta. Emily Blunt fue una selección ideal para el papel de Mary Poppins, capaz de mostrar estricta disciplina, pero con ese sutil guiño de complicidad que captura a la perfección la esencia del personaje. Y, aunque no tiene la voz de Julie Andrews, es una excelente cantante. Lástima que las nuevas canciones compuestas por Marc Shaiman y Scott Wittman no sean muy memorables. ¿Por qué demonios no le dieron ese trabajo a Lin-Manuel Miranda? Otro gran misterio de El Regreso de Mary Poppins, además de su existencia misma.
Los hermanos Banks están interpretados por Ben Whishaw y Emily Mortimer, sólidos actores con amplia experiencia en cine "de época", pero en papeles superficiales que no aprovechan su talento. Colin Firth tiene algunas buenas escenas como el villano banquero; desafortunadamente su intervención es muy breve. Los niños Pixie Davis, Nathaniel Saleh y Joel Dawson son simpáticos en ese inocuo estilo británico de Junior Showtime; y el mencionado Lin-Manuel Miranda (en el papel de Jack, un humilde "prendedor de lámparas") desborda carisma y energía, pero no logra hacer creíble un acento "cockney" absolutamente incompatible con su imagen.
No sé exactamente qué salió mal con El Regreso de Mary Poppins; a diferencia de otras mercenarias "re-imaginaciones" contemporáneas (como Alice in Wonderland o Maleficent), el director Rob Marshall (Into the Woods) se esforzó por respetar el estilo de la original (al parecer luchó ferozmente por el uso de animación tradicional durante las fantasías musicales), así como el período histórico; y también incluyó amplias referencias para deleitar a los niños de ayer (me gustó ver de nuevo a los pingüinos, entre otros inesperados cameos). Sin embargo faltó... no sé... más ingenio, más humor, o una narrativa más sofisticada. O quizás faltó la magia de Mary Poppins para salvar la situación con optimismo y "una cucharadita de azúcar". Bueno, hasta la sátira de Los Simpsons fue más nostálgica que El Regreso de Mary Poppins.
Calificación: 7

IMDb

Friday, December 28, 2018

Spider-Man: Un Nuevo Universo (Spider-Man: Into the Spider-Verse)



Síntomas: Un experimento de Wilson Fisk (voz de Liev Schreiber) provoca una fractura dimensional que permite la entrada de realidades alternas en Nueva York, causando grandes problemas para Miles Morales (voz de Shameik Moore), un adolescente que apenas está descubriendo sus poderes arácnidos.

Diagnóstico: He querido ver una buena película con el personaje de Miles Morales desde que Brian Michael Bendis lo introdujo como "Ultimate Spider-Man" en el año 2011. Y si bien Spider-Man: Un Nuevo Universo no fue exactamente lo que yo esperaba, al menos respetó el espíritu de todos los personajes involucrados, al mismo tiempo que aprovechó la riqueza del "Spider-Verso" para contar una historia muy entretenida y visualmente espectacular, donde múltiples estéticas se fusionan en una experiencia única y memorable. Y ocasionalmente irritante. Pero por lo demás, muy recomendable.
Hablando de irritaciones: afortunadamente este "Spider-Verso" no incluye los confusos y arbitrarios elementos del comic Spider-Verse. Nada de "totems", "herederos", ni demás patrañas de improvisado ret-con.
Por otro lado, el uso de Kingpin como antagonista principal me pareció incongruente, pues nunca ha sido un "villano científico" con propensión a experimentar con el "multiverso". Claro, eventualmente se revela su motivación para explorar dimensiones paralelas; y, además, también interviene en la película uno de los mejores "villanos científicos" de Marvel para respaldar la pseudo-ciencia del "colisionador". Pero aún así creo que Kingpin se siente fuera de lugar. ¿Por qué no The Tinkerer? ¿Qué estará haciendo en estos días?
Fin de la parte "geek".
Como simple aventura de super-héroes, Spider-Man: Un Nuevo Universo ofrece una delirante mitología que, sin embargo, nunca se vuelve abrumadora gracias al excelente trabajo de los actores y animadores que dieron vida a estos pintorescos personajes. Shameik Moore (Dope), como Miles Morales, transmite las contradictorias emociones que acarrean sus nuevos poderes, cumpliendo al mismo tiempo sus fantasías de tomar control de su vida, y sus temores de perder su humanidad. Jake Johnson (Win It All) es perfecto como Peter B. Parker, con tantos años de experiencia como super-héroe que se ha vuelto cínico e indolente... pero nunca irresponsable. Y, bueno, son muchas las versiones de Spider-Man que encontramos en Spider-Man: Un Nuevo Universo, pero no quiero arruinar las fantásticas sorpresas que depara la película, así que solo mencionaré las voces de Hailee Steinfeld, John Mulaney, Kimiko Glenn, Kathryn Hahn, Chris Pine, Lily Tomlin y Nicolas Cage como excelentes adiciones a este multiverso, complementados por el excepcional trabajo de los animadores de Sony Pictures Imageworks, quienes utilizaron diversas técnicas para cada personaje (según los lineamientos de sus respectivos universos, naturalmente), pero siempre unificados bajo un criterio visual que deleita los sentidos sin sacrificar la narrativa.
La cual, por cierto, es uno de los mejores (y casi invisibles) atributos de Spider-Man: Un Nuevo Universo. El libreto de Phil Lord y Rodney Rothman sigue al pie de la letra los clichés de los comics de super-héroes, pero con una energía que los hace parecer modernos. En vez de marearnos con excesivas explicaciones, los directores Bob Persichetti, Peter Ramsey y el mismo Rothman mantienen el acelerador hasta el fondo, arrojando al aire detalles opcionales que podemos asimilar para profundizar en el argumento. Y si algo no "conecta" adecuadamente, no importa, porque la cinta ya está cinco escenas adelante, en otra pelea, conflicto o impresionante locación que nos distrae de sus tropiezos.
Lo cual nos lleva a esas ocasionales irritaciones que mencioné al principio. Durante la primera mitad de Spider-Man: Un Nuevo Universo encontré múltiples escenas simples que se "inflan" innecesariamente hasta convertirse en forzadas rutinas de "slapstick", como si los directores tuvieran miedo de aburrir al público con demasiada palabrería sobre el "Spider-Verso", y para evitarlo nos distraen con frenéticas secuencias sin sentido que interrumpen el flujo dramático sin aportar algo a la trama (el más grave ejemplo fue el escape del cementerio... justamente la escena que incluyeron en los créditos de Venom, y que enfrió mi entusiasmo por Spider-Man: Un Nuevo Universo). Afortunadamente estos "distractores" son esporádicos, y desaparecen durante el tercer acto, cuando no hay tiempo para desviarse del camino hacia el exuberante final.
Además de ser una cinta espectacular y divertida, Spider-Man: Un Nuevo Universo introduce múltiples personajes que merecerían sus propias películas. También redime (parcialmente) a Sony Pictures por sus pobres colaboraciones con Marvel; y hasta simplifica las enredadas ideas de la mini-serie que casi arruinó los comics de Spider-Man.
Sigue gustándome más el Spider-Man de Sam Raimi, así como la reciente Spider-Man: Homecoming; pero, fiel a su título, Spider-Man: Un Nuevo Universo inicia una nueva etapa en la mitología del personaje que podemos disfrutar por sus propios méritos y bajo sus propias reglas. Espero sinceramente que realicen una (o varias) secuelas, de preferencia con el mismo equipo creativo. Aunque no me opondría a una visita de Brian Michael Bendis para cerrar el círculo multiversal.
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, December 26, 2018

Bird Box



Síntomas: Cuando se desata una ola de suicidios a nivel global, varios sobrevivientes se refugian en una casa mientras intentan comprender lo que está pasando.

Diagnóstico: Basada en una exitosa novela de Josh Malerman (que no he leído), la nueva película Bird Box se afilia al movimiento de "apocalipsis introspectivo", donde se explora el Fin del Mundo desde una perspectiva íntima y personal, enfocada en las consecuencias psicológicas en vez de las explosiones y efectos de cintas menos ambiciosas.
Bueno, desde luego Bird Box incluye un poco de caos urbano al principio, cuando establece los mortales efectos de ese "algo" que está provocando suicidios masivos alrededor del mundo; y también establece el sencillo método para sobrevivir: cerrar los ojos. O vendarlos, o refugiarse en algún lugar sin vista al exterior.
Y así es como llegamos a la amplia casa de Greg (BD Wong), donde Malorie Hayes (Sandra Bullock) y media docena de sobrevivientes enfrentarán sus variados traumas mientras analizan la situación y discuten sobre las estrategias necesarias para mantenerse con vida hasta que llegue ayuda. Pero, conforme pasan los días y disminuyen las esperanzas de rescate, Malorie y los demás deberán tomar terribles decisiones que determinarán su futuro.
Esto significa que Bird Box funciona mejor como drama que como horror o ciencia ficción. Los personajes atrapados en la casa representan múltiples ideologías, edades y grupos étnicos, obligados a coexistir en un espacio cerrado, con recursos limitados, y una crisis cada vez más grave, tanto en el nivel físico como emocional. Ahí es donde brilla el talento de la directora danesa Susanne Bier, creando una atmósfera de tensión y paranoia que sostiene el interés del espectador (al menos el mío) durante la mayor parte de la película. Sin embargo, algunos sobrevivientes eventualmente salen de la casa, y Bird Box se transforma en una "road movie" con muchas preguntas y pocas respuestas; aunque eventualmente encontramos suficiente información para llegar a un final que podríamos llamar... temporalmente satisfactorio (traducción: estoy seguro de que ya están escribiendo la secuela).
Sandra Bullock interpreta a Malorie con una cínica misantropía que desafía su habitual imagen cálida y compasiva. En cierto modo es un truco para acentuar la evolución del personaje, pero Bullock siempre respalda internamente sus cambios de actitud, convenciéndonos de que no solo estamos viendo la transformación de una mujer, sino de la humanidad entera para adaptarse a sus nuevas circunstancias.
Los personajes secundarios enriquecen el drama con algunas actuaciones memorables, incluyendo a John Malkovich como Douglas, el villano por default que solo se preocupa por sus propios intereses; BD Wong como el tolerante dueño de la casa donde se refugian los sobrevivientes; Trevante Rhodes como el ex-militar razonable y centrado; y Tom Hollander como un recién llegado con perturbadoras noticias del exterior; todos los cuales ayudarán de una manera u otra para que Malorie reconozca la desconexión emocional que contamina su carácter.
En el aspecto visual Bird Box me pareció modesta pero funcional, con buena cinematografía, diseño de producción, y efectos prácticos y digitales que nos llevan del caos urbano a la siniestra soledad de un río lleno de peligros... tanto visibles como invisibles. Como dije, Bird Box no es una película obsesionada con el espectáculo visual, lo cual podría frustrar al público que esperaba algo más "explosivo" y visceral (como Beyond Skyline, por poner un ejemplo reciente). En todo caso Bird Box se acerca más al enigmático tono de The Happening (no lo digo como insulto), combinado con una misteriosa "invasión" sin posibilidad de contraataque. La mezcla de ambos estilos arroja una experiencia positiva, pero no tan buena como pudo serlo, tomando en cuenta los elementos técnicos y creativos que respaldaron la producción. En resumen: otra "Original de Netflix" que puede verse, aunque nunca trascenderá su nicho cultural. En ese contexto, creo que Bird Box me gustó más que Extinction, pero menos que Annihilation. Y definitivamente recomendaría la brillante A Quiet Place como genuina muestra de "horror sensorial" (para todo hay un sub-género).
Calificación: 7.5

IMDb

Tuesday, December 25, 2018

The Party's Just Beginning



Síntomas: En la ciudad escocesa de Inverness, la joven Liusaidh (Karen Gillan) pasa sus días trabajando en un empleo que odia, y sus noches bailando y tomando para olvidar sus problemas.

Diagnóstico: Karen Gillan, más conocida por sus roles en Doctor Who (donde interpretó a Amy Pond) y en las cintas de Marvel Studios (como Nebula, hija de Thanos), hace su debut como directora en The Party's Just Beginning, un relato intensamente personal con elementos autobiográficos (Gillan también creció en Inverness como hija única de un matrimonio de clase media, exactamente como Liusaidh, la protagonista de la cinta). Y si bien The Party's Just Beginning es un poco ligera en historia, muestra una notable sensibilidad para capturar la textura de una ciudad atrapada entre arcaicos valores tradicionales y el caos de la modernidad que los tomó por sorpresa en los años noventas, provocando un alarmante número de suicidios entre la población joven de la ciudad.
Vamos por partes. El trabajo de Gillan como actriz me pareció impecable, expresando sin palabras las contradicciones de Liusaidh (la pronunciación de ese inusual nombre es una mezcla de "Lucy" y "Luisi") y la creciente frustración de una situación laboral con pocas oportunidades de avance económico, así como un clima social hostil para cualquier manifestación de individualismo que pudiera alterar el "status quo", determinado básicamente por la Iglesia local. Pero no todo es drama; Liusaidh tiene un ácido sentido del humor que aligera los más graves pasajes de la cinta, resultando en una experiencia divertida sin sacrificar la intensidad de su narrativa.
Como directora, Gillan muestra un fino instinto para encontrar momentos emocionalmente impactantes que describen el carácter de los personajes con la máxima eficiencia posible. Como ejemplo puedo mencionar las maravillosas escenas donde Liusaidh espía a sus vecinos desde su ventana. A veces parece que envidia la estabilidad de las familias que la rodean; en otras ocasiones sentimos su temor a tomar el camino fácil y convertirse en una copia de su madre, cuya principal preocupación es comprar un sofá nuevo para impresionar a sus amigas; y, de vez en cuando, las ventanas insinúan la horrible depresión que se oculta tras la fachada de "normalidad" que Liusaidh simultáneamente añora y repudia.
Donde Gillan flaquea un poco es como guionista. The Party's Just Beginning comienza con buen ritmo estableciendo a los personajes, sus relaciones, y los retos que enfrentan. Pero después de un rato la cinta empieza a repetirse, y me encontré esperando el inicio formal de la historia... el cual nunca llegó. Para bien o para mal, Gillan construyó una estructura de viñetas modulares que además juegan con el tiempo para añadir un poco de tensión y dinamismo a un relato relativamente estático. Eventualmente encontramos todas las piezas del rompecabezas y la película gana nuevo significado; pero no pude evitar cierto cansancio en el recorrido hacia la resolución, en igual medida optimista y melancólica.
Además de todo eso, The Party's Just Beginning ejemplifica el cambio gradual pero seguro en las políticas del cine contemporáneo, invitando nuevas voces femeninas (especialmente actrices convertidas en directoras) para romper la hegemonía del "patriarcado" cultural (o como quieran llamarlo). Otros ejemplos recientes: Mr. Roosevelt (de Noël Wells); Prevenge (de Alice Lowe); Band Aid (de Zoe Lister-Jones); Galveston (de Melanie Laurent); The Female Brain (de Whitney Cummings); Lady Bird (de Greta Gerwig), y muchas otras que no he podido ver por una u otra razón (como Unicorn Store, de Brie Larson, y Paint It Black, de Amber Tamblyn).
Pero, bueno... independientemente de su contexto histórico, The Party's Just Beginning me pareció una cinta recomendable a pesar de sus tropiezos, y un excelente debut de una directora con amplio potencial para llegar muy lejos en el futuro. Por lo pronto, Gillan está preparando una cinta de terror, lo cual naturalmente me da mucho gusto. Si logró tanto con un drama sencillo, ¿qué podrá hacer en mi género favorito?
Calificación: 8.5

IMDb

¡Felices fiestas y año 2019!



Qué rápido pasó otro año de sorpresas agradables, amargas decepciones, y todas las demás emociones que nos aguardan entre ambos extremos. Y, como siempre, quiero expresar mis mejores deseos para todos los lectores que hicieron este recorrido más interesante y satisfactorio. Reciban un abrazo, y tengan cuidado con Rudolph, cuya nariz roja podría tener otro significado. ¡Muchas felicidades, y un próspero 2019!
(Arte de Jacub Rozalski)

Saturday, December 22, 2018

La Vida Misma (Life Itself)



Síntomas: Durante largas sesiones con su psiquiatra, Will (Oscar Isaac) relata fragmentos de su relación con Abby (Olivia Wilde), desde que se conocieron en la universidad, hasta que los separó un evento traumático.

Diagnóstico: Esa sinopsis representa una breve porción de la película, ya que en realidad La Vida Misma (no confundir con el documental de Roger Ebert) es uno de esos dramas con múltiples historias entrelazadas, cuyas inesperadas conexiones aspiran a revelar algunas duras realidades sobre la existencia humana, o sobre las relaciones personales, o el destino, o cualquier otra cosa que les interese a los cineastas.
En el caso de La Vida Misma, supongo que el tema principal es la impredecible naturaleza de "la vida misma", así como los efectos que una persona puede tener en sus semejantes sin jamás enterarse. Por otro lado, también podríamos decir que la intención de La Vida Misma es atormentar al espectador con constantes tragedias y dolor para demostrar la gran sensibilidad del director/escritor Dan Fogelman, quien obviamente tiene mucho que decir sobre el sufrimiento humano, y quiere dejarnos valiosas lecciones sobre... algo. En mi caso fue: "No ver más películas de Dan Fogelman".
En general disfruto el cine "de autor" sobre individuos normales enfrentando problemas comunes, a veces de maneras inusuales, a veces simples, pero siempre entretenidas. Lamentablemente La Vida Misma excede por un amplio margen el nivel de pretensión que estoy dispuesto a tolerar para disfrutar un drama "indie". Y, después de haber visto cintas como While We're Young, Wish I Was Here y The One I Love, puedo afirmar que mi nivel de tolerancia es bastante elevado. Pero no lo suficiente para tragar este confuso desfile de tragedias, situaciones forzadas, y desplantes "creativos" con sabor post-moderno (como el cameo de Samuel L. Jackson) que, a fin de cuentas, no conducen a nada, excepto más escenas "profundas" y melodramáticas que inundaron mis ojos de lágrimas, no por tristeza, sino por los incontrolables bostezos que provocaron.
Ya sé que soy un viejito amargado, un robot insensible, etc. Pero generalmente puedo apreciar historias sobre emociones humanas, aunque no las comparta por completo (me gusta mucho Love, Actually). Sin embargo en esta ocasión no logré sentir un ápice de interés por la relación fallida de Will y Abby, la tensa situación laboral entre Mr. Saccione (Antonio Banderas) y su empleado Javier (Sergio Peris-Mencheta); ni las aventuras de la rebelde Dylan (Olivia Cooke) mientras desafía a su abuelo y canta en una banda punk (o algo así) para calmar el dolor de su trágico pasado. En serio, la narrativa de La Vida Misma me hizo enojar por su pedantería y afectación.
Y lo peor es que el capricho de Fogelman desperdició un reparto de brillantes actores de carácter (no he mencionado a Annette Bening, Mandy Patinkin y Jean Smart); pero ni su presencia logró redimir la irritante experiencia de esta película, en la cual no quiero volver a pensar.
En vista del éxito que tiene la serie de televisión This Is Us (también creada por Dan Fogelman), asumo que hay un mercado para historias de este tipo, lo cual no tiene nada de malo. Siempre respetaré los gustos ajenos; pero, en lo personal, La Vida Misma fue una tortura de dos horas que me hizo añorar la sutileza de The Room, la lucidez de Glen or Glenda, y la espiritualidad de Left Behind. Creo que voy a ver de nuevo Love, Actually para recordar por qué me gustan las películas con historias entrelazadas, aunque no sean muy realistas. O simplemente veré Evil Dead, y me olvidaré del asunto entero.
Calificación: 5

IMDb

Friday, December 21, 2018

Bumblebee



Síntomas: Hace treinta años el planeta Cybertron cayó en poder de los Decepticons, y Optimus Prime (voz de Peter Cullen) ordenó una diáspora de Autobots para encontrar una nueva base de operaciones. Así es como el Autobot B-127 (voz de Dylan O'Brien) termina en la Tierra, donde conoce a la joven Charlie Watson (Hailee Steinfeld), quien podría ayudarlo a sobrevivir en un planeta muy extraño.

Diagnóstico: ¿Qué está pasando? Primero, una buena película de DC Comics; y ahora una buena película de Transformers. ¿Qué sigue? ¿Una buena comedia de Adam Sandler?
Bueno, en realidad Bumblebee no es una gran película, pero al menos cuenta con atributos que estuvieron ausentes en las primeras cinco entradas de esta popular franquicia. Atributos tan elementales como: un argumento coherente, actuaciones creíbles, y tomas que duran más de tres segundos, de modo que el público (incluyendo ancianos como yo) puede entender lo que está pasando. Ah, y todo en menos de dos horas.
El secreto del asunto es que el director de Bumblebee no fue Michael Bay, sino Travis Knight, quien demostró su capacidad para combinar acción y emociones en la notable cinta de "stop motion" Kubo and the Two Strings. Y ahora, con la responsabilidad de realizar una precuela de Transformers más económica, Knight y la guionista Christina Hodson (Shut In) tomaron la acertada decisión de relegar la acción a segundo plano para explorar las experiencias de Bumbleb... perdón, del Autobot B-127 en un nuevo mundo donde cambiará las vidas de varias personas, y conocerá el potencial de la humanidad como aliada... y como enemiga.
No es una trama complicada, pero parece Shakespeare comparada con los previos argumentos de Transformers. Y también parece otras cosas; el principal truco de Knight y Hodson fue copiar elementos de películas como The Iron Giant, E.T. y Short Circuit (por no mencionar Herbie: Fully Loaded, por aquello del Volkswagen "vivo"). Afortunadamente eso bastó para crear una agradable experiencia que no insulta excesivamente nuestra inteligencia, y restaura nuestra fe en el futuro de la serie (suponiendo que esta cinta tenga éxito).
Hailee Steinfeld captura la vulnerabilidad y rebeldía de Charlie, atrapada entre una asfixiante rutina familiar y sus deseos de hacer algo con su vida. Naturalmente está tratando de superar una tragedia del pasado, y la llegada del robot extraterrestre podría servir como catalizador de emociones reprimidas durante largo tiempo (¿mencioné la influencia de The Iron Giant?) John Cena es el Agente Burns, encargado de "cazar" al robot para estudiar su tecnología. Aunque su papel es antagónico, Cena añade cierta textura que lo humaniza, así como rasgos del humor que desarrolló en proyectos como Trainwreck, Sisters y Blockers. Probablemente nunca alcanzará el mega-estrellato de Dwayne Johnson, pero es bueno tener otro "rudo" que no se toma muy en serio. Y, como los padres de Charlie, me dio gusto encontrar a Pamela Adlon (de la brillante serie Better Things) y al comediante Stephen Schneider, demostrando que es posible interpretar adultos despistados sin convertirse en bufones insoportables (aún tengo pesadillas sobre los papás "chistosos" de Sam Witwicky).
La acción en Bumblebee no es tan constante ni espectacular como antes; sin embargo funciona mejor como complemento del drama, con peleas más modestas pero más significativas para el desarrollo de la historia; y con efectos especiales menos frenéticos, que ahora sí nos permiten deleitarnos con las transformaciones de los robots, los detalles de su diseño, y su integración con el mundo real (la persecución por el bosque se ve engañosamente simple, pero debe haber sido una pesadilla para coordinar en los mundos real y virtual). Bumblebee no ofrece ciudades destruidas, ni batallas masivas de media hora... y sin embargo es más impactante porque realmente nos interesan los personajes. Claro, dentro de los límites de una fantasía juvenil diseñada para vender juguetes.
Y, finalmente, el período ochentero se presta para incluir referencias culturales y canciones clásicas de la época (en serio, es como un "playlist" continuo que debe haber costado tanto como los sueldos del reparto entero), así como detalles visuales que despertaron mi nostalgia (el mejor ejemplo es la versión "original" de Optimus Prime... así debería haber sido en todas las películas).
No sé si Bumblebee representa el final de la serie, o si se convertirá en el nuevo estándar de Transformers, con películas más baratas y menos arriesgadas para los inversionistas de Hasbro y Paramount Pictures. En lo personal, no necesito ver más "historias de origen" de los Autobots; pero al mismo tiempo me atrae la idea de conocer esquinas olvidadas de esta rica mitología, donde no siempre está en juego el destino de la galaxia, sino tan solo la felicidad de unos cuantos humanos, y el honor de uno o dos soldados extraterrestres. ¿Quién sabe? Tal vez algún Autobot conoció hace mucho tiempo a un joven conductor llamado Dominic Toretto...
Calificación: 8

IMDb

Thursday, December 20, 2018

Leprechaun Returns



Síntomas: Lila Jenkins (Taylor Spreitler) y sus amigas se disponen a renovar una vieja casa para utilizarla como residencia estudiantil. Pero una legendaria criatura sigue buscando su olla de oro, y matará a todos los que se interpongan en su camino.

Diagnóstico: A pesar de los veinticinco años transcurridos desde la cinta original (Leprechaun, 1993), a pesar de tener uno de los villanos más absurdos en el cine de terror, y a pesar de su origen televisivo, tenía muchos deseos de ver Leprechaun Returns debido al director Steven Kostanski.
Como integrante del colectivo canadiense Astron-6, Kostanski participó (ya fuera como director, guionista, editor, o creador de efectos especiales) en algunas alucinantes películas que disfruté mucho por su combinación de horror, humor, y exuberante homenaje al cine de eras pasadas. Entre esas cintas: Manborg, Father's Day, y The Editor. En su carrera independiente, Kostanski conservó esa sensibilidad "retro" en The Void. Y ahora, Leprechaun Returns parecía un proyecto perfecto para este cineasta, resucitando una ridícula película noventera con un estilo contemporáneo que, sin embargo, conserva el irreverente espíritu de la obra original... así como muchos de sus problemas.
Para bien o para mal, Leprechaun Returns ignora las demás secuelas de Leprechaun (incluyendo el fallido "reboot" del 2014), regresando a la pequeña casa en Devil's Lake donde, veinticinco años atrás, un vengativo "leprechaun" irlandés cobró venganza sobre los individuos que robaron su olla llena de monedas de oro. Y ahora, en el año 2018, el único que recuerda aquella masacre es Ozzie (Mark Holton), y por lo tanto es el primero en sospechar que el sanguinario duende logró escapar de su prisión para continuar su obsesiva búsqueda. Y, desde luego, las víctimas de su ambición serán las tres amigas (y sus inútiles novios) que están renovando aquella vieja casa para usarla como dormitorio estudiantil.
Desafortunadamente el talento de Kostanski tarda mucho en manifestarse, lo cual significa que Leprechaun Returns se desarrolla la mayor parte del tiempo como cualquier genérica "Original de SyFy", con personajes prefabricados (la chica "geek", la fiestera, la ecológica), efectos especiales de mediocre calidad, y la mínima energía para mantener la atención del espectador televisivo, sin invertir más dinero del necesario.
Afortunadamente las cosas mejoran durante la segunda mitad, cuando el libreto de Mark Jones (director de la cinta original) y Suzanne Kelly (Ash Vs. Evil Dead) se enfoca en las acciones del leprechaun e incrementa el nivel de humor y violencia que la cinta necesitaba para establecer su propia identidad y revivir la franquicia. O tal vez no. El tiempo dirá.
Como sea, otra cosa que disfruté fue la minuciosa continuidad entre Leprechaun y Leprechaun Returns, no solo añadiendo chistes y referencias para fans de la original, sino incluso generando inesperada emoción por la participación del veterano Mark Holton, cuya actuación me pareció realmente buena por sí misma, y como punto de conexión entre el pasado y el presente. El personaje de Lila (Taylor Spreitler) es la hija de Tory Reding (interpretada en la cinta original por Jennifer Aniston), lo cual también crea momentos nostálgicos y adecuada justificación para la presencia de las muchachas en esta remota casa que no parece muy apropiada como dormitorio universitario. Pero bueno... lo importante es tener suficientes víctimas potenciales para que el malévolo leprechaun (Linden Porco) pueda destriparlos, decapitarlos, partirlos a la mitad, y otros grotescos/graciosos métodos para ejecutar su venganza.
En términos generales Leprechaun Returns me pareció una secuela mediocre pero divertida, tal vez ligeramente superior a otras cintas de SyFy que intentaron revivir franquicias olvidadas (como vimos en las secuelas de Lake Placid, Jeepers Creepers, y Pumpkinhead). Sin embargo me decepcionó la ausencia de la febril visión que Kostanski lució en sus previas obras. Y, hablando de decepciones: tampoco esperen un cameo de Jennifer Aniston. Su carrera aún no decae lo suficiente para regresar al mundo del horror directo a video. Pero sospecho que ese momento no está muy lejano.
Calificación: 7.5

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Tuesday, December 18, 2018

Roma



Síntomas: Retrato de una familia en la Ciudad de México durante los años setentas, desde el punto de vista de Cleo (Yalitza Aparicio), la "criada" de la casa.

Diagnóstico: Lo primero que me sorprendió de Roma fue la increíble recreación de la vida en la Ciudad de México en los años setentas. El director Alfonso Cuarón reprodujo con asombrosa fidelidad el sabor y textura de aquella época y lugar, donde yo también pasé la primera década de mi vida. Bueno, yo crecí unos años más tarde, y no fue en la Colonia Roma, pero mi entorno fue suficientemente similar para reconocer incontables detalles que me inspiraron nostalgia continua a lo largo de la cinta. Fue una experiencia única... al menos en el aspecto visual.
En cuanto al argumento... Roma es intencionalmente distante, mostrando los hechos sin juicios ni pasión. Queda a cargo del espectador añadir su propia interpretación de los eventos retratados, ya sea en el nivel social (desigualdad de clases), emocional (la evolución de una familia -incluyendo a Cleo- en tiempos de crisis), o incluso histórico (consecuencias del colonialismo), mientras exploramos un período específico para descubrir verdades universales de la naturaleza humana.
Sin embargo, el mayor atractivo de Roma (en mi opinión) no está en su argumento, sino en la virtuosa dirección de Cuarón, su espectacular cinematografía, y el lenguaje visual que aplica a cada escena para hacerla expresiva sin necesidad de palabras. La cámara permanece casi siempre en una esquina, girando ocasionalmente para seguir a los personajes, pero sin invadir su espacio. Así, Cuarón nos convierte en testigos pasivos (pero no indiferentes) del drama cotidiano que resulta simultáneamente íntimo y épico por las emociones que despierta.
La combinación de fondo y forma es devastadora... aunque algunas personas podrían encontrar la experiencia demasiado fría e impersonal porque no sigue las fórmulas tradicionales del drama familiar. En vez de eso Cuarón redefine el concepto de "realismo"; y, aunque a mi me pareció un experimento fenomenal, puedo entender a los espectadores que están quedando decepcionados por la monotonía de la historia y la engañosa superficialidad de los personajes (francamente, esa visita a la hacienda me estaba aburriendo un poco). Pero, al igual que ocurre con la cámara, el libreto nos ofrece una perspectiva panorámica, de donde debemos extraer los elementos relevantes para nuestra experiencia personal. Y también ocurre en el sentido opuesto: examinando el micro-universo de una casa de clase media, podemos extrapolar las vastas realidades de un país en plena transformación.
Creo que Roma es la película más ambiciosa de Alfonso Cuarón en todos los sentidos posibles, combinando todo aquello que ha distinguido sus previos proyectos, desde el manejo de actores (Y Tu Mamá También), hasta el potencial de los efectos especiales como parte integral de la narrativa (Children of Men).
En resumen, Roma fue un auténtico viaje en el tiempo, y una impactante experiencia cinematográfica que se quedará en mi conciencia durante largo tiempo. No sé qué hará Cuarón para su siguiente proyecto, pero tengo mucho interés en averiguarlo. Finalmente, el "spoiler" de siempre: no la pasa nada al Borras. Aunque me dio lástima que nadie le haga caso.
Calificación: 9

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Monday, December 17, 2018

SuperGrid



Síntomas: En un futuro devastado por enfermedades, terremotos y catástrofes ecológicas, los hermanos Jesse y Deke Campbell (Leo Fafard y Marshall Williams) deben transportar una misteriosa carga a lo largo del "supergrid", un sistema de caminos en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá infestado de pandillas... y cosas peores.

Diagnóstico: Lowell Dean, director de la memorable WolfCop (y su secuela), reunió al mismo equipo técnico y creativo para filmar SuperGrid, una aventura post-apocalíptica con ese sabor independiente que tanto me gusta. Sin embargo, SuperGrid intenta ser una cinta más seria de acción con ocasionales insinuaciones de comentario social. El resultado no me pareció malo, pero tampoco fue la progresión lógica que yo esperaba después del demencial humor y excesos de WolfCop.
En vez de eso tenemos un semi-homenaje al cine apocalíptico de los ochentas, con rudos anti-héroes, vehículos blindados, y pandillas mutantes infestando las carreteras y poniendo en peligro la tenue estabilidad del nuevo orden social. Es una fórmula confiable que funciona bien en el marco de las "B-Movies"; sin embargo hace falta algún acento temático o estilístico para distinguirse de la competencia, y SuperGrid apenas destaca por la fuerza de los personajes y su capacidad para EVITAR conflictos, en vez de recurrir a la violencia como único recurso para sobrevivir.
Quizás esto suena un poco extraño (especialmente en este género), pero SuperGrid me gustó precisamente por la ingeniosa búsqueda de conciliación en vez de combate. Desde luego hay abundantes villanos en la película, y hasta los anti-héroes tienen pocos escrúpulos para cumplir su misión por cualquier medio necesario; sin embargo Lowell Dean trató de imaginar cómo sería realmente la vida en este distópico futuro donde las acciones tienen consecuencias, y por lo tanto es mejor mantener alguna semblanza de civilización para beneficio de la humanidad... o lo que queda de ella.
Claro, el "pacifismo" de SuperGrid dura lo suficiente para transmitir su mensaje, y luego podemos regresar a las torturas, "headshots" y persecuciones por el desierto en vehículos diseñados para causar el máximo daño posible. Pero para llegar a ese punto, los Hermanos Campbell establecieron delicadas alianzas de cooperación entre las facciones que habitan las zonas infectadas, cuya proximidad con los Estados Unidos crea oportunidades para traficar todo tipo de contrabando.
Leo Fafard y Marshall Williams interpretan a Jesse y Deke Campbell como "frenemies" unidos por la sangre, pero separados por sus opuestas personalidades. Cada uno tiene su propia especialidad, y ambos reconocen que se necesitan aunque no siempre se soportan. No es común celebrar las buenas actuaciones en cintas de este género, pero fue uno de los mejores atributos de SuperGrid, separándola de imitaciones que se quedan en la superficie del género y olvidan el contexto emocional.
En papeles secundarios tenemos a Amy Matysio, Jay Reso y Natalie Krill en roles de aliados, antagonistas, o las dos cosas al mismo tiempo, según les convenga.
Y, cuando finalmente llegamos a "lo bueno", el director de fotografía Michael Jeri Davidson se asegura de mostrar los mejores ángulos de las explosiones, retratar la belleza de las desoladoras planicies, y apuntar la cámara al más jugoso "gore"... que no fue tan abundante como yo deseaba.
Entonces, SuperGrid no intentó superar la locura de WolfCop, sino mostrarnos una nueva perspectiva del cine post-apocalíptico, donde definitivamente hay acción, pero no como un fin por sí misma, sino como consecuencias de malas decisiones y rivalidades sin sentido. O quizás Lowell Dean tan solo quiere convencernos de viajar a Canadá cuando llegue el fin del mundo. Mejor que Australia, supongo.
Calificación: 7

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Sunday, December 16, 2018

Eliminar Amigo 2 (Unfriended: Dark Web)



Síntomas: Matias O'Brien (Colin Woodell) compra una computadora usada en Craigslist, y descubre archivos ocultos que revelan graves secretos de su previo dueño.

Diagnóstico: Al menos puedo decir que Eliminar Amigo 2 me pareció ligeramente mejor que la original Unfriended (2014), uno de los primeros "desktop thrillers" que aprovecharon la obsesión con las redes sociales para crear un nuevo formato de horror cinematográfico... con resultados bastante mediocres. Y ahora, la secuela Eliminar Amigo 2 aprendió de los errores de su predecesora, y construyó una historia más consistente y con mejor integración entre el drama del mundo "real" y el terror digital que vemos en la pantalla de una computadora, donde se desarrolla la película entera.
Para empezar, el argumento de esta secuela no incluye elementos sobrenaturales. Tan solo eso hace la cinta más convincente y "realista" (al menos al principio), pues la amenaza principal no consiste en vagas manifestaciones paranormales, sino en el peligro concreto de individuos con funestas intenciones espiando a Matias y sus amigos durante sus inocentes interacciones por medio de Facebook, Skype, y demás herramientas digitales de uso diario que nos "conectan" con las experiencias de los personajes.
Por el lado negativo, esto significa que, una vez más, encontramos el cliché del "hacker mágico", cuyos omnipotentes poderes tecnológicos permiten manipular todo tipo de programas (instantáneamente, desde luego), y extender su control a cualquier sistema que sea necesario para complicar la trama y crear suspenso sin alejarnos de la pantalla donde transcurren todos estos eventos.
Lo cual, desafortunadamente, provoca una reacción en cadena de situaciones cada vez más inverosímiles que contradicen la supuesta habilidad del villano o villanos. Me abstendré de dar ejemplos para no revelar más de la cuenta, pero baste decir que los agujeros lógicos se hacen cada vez más grandes durante la segunda mitad de la película, hasta llegar a un nivel de incoherencia que me hizo perder interés en los personajes y sus estridentes discusiones. Y, claro, eventualmente llega el obligatorio "twist" para explicar algunos de esos problemas, pero no fue suficiente para tragar los desvaríos concebidos por el director y guionista Stephen Susco.
Como premio de consolación, Eliminar Amigo 2 ofrece competentes actuaciones y el mismo estilo visual de la primera cinta, recreando con asombrosa precisión la experiencia de estar frente a la pantalla de una computadora, moviendo el cursor y utilizando múltiples programas y servicios con la naturalidad de cualquier usuario humano. Sin embargo encontré un detalle curioso: en Unfriended, los créditos finales incluían numerosos animadores y artistas de composición digital, indicando que lo que parecía un "desktop" real era una minuciosa reproducción creada por medio de efectos especiales. Por el contrario, los créditos de Eliminar Amigo 2 listan unas cuantas personas bajo la categoría de "Efectos Visuales", lo cual me lleva a pensar que las herramientas de captura de pantalla ya alcanzaron la calidad suficiente para "filmar" esta película con los genuinos programas y sistemas operativos que vemos en la pantalla, aunque desde luego cuidadosamente editados para crear la ilusión de tiempo real.
Entonces, encontré más interesante la manufactura de Eliminar Amigo 2 que su contenido dramático. Aún así la secuela representa una mejoría sobre la original Unfriended, pero ninguna de las dos supera las mejores muestras del "desktop thriller", que en mi opinión serían Searching y The Den. Pero, bueno... al menos Eliminar Amigo 2 repite la válida advertencia sobre los peligros de vivir en línea y compartir detalles de nuestras vidas que alguien podría explotar para su propio beneficio. Y no me refiero a Google o Facebook, aunque tampoco están exentos de culpa.
Calificación: 6.5

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Saturday, December 15, 2018

211: El Gran Asalto (211)



Síntomas: En el pequeño pueblo de Chesterford, el Oficial Mike Chandler (Nicolas Cage) se ve casualmente involucrado en un violento robo bancario que podría tener consecuencias internacionales.

Diagnóstico: 211: El Gran Robo es una metáfora de la carrera de Nicolas Cage en los últimos veinte años: ocasionales momentos de genialidad rodeados de frustrante torpeza y mediocridad.
Esto significa que 211: El Gran Asalto pertenece al lado negativo de la filmografía de Cage, pero al mismo tiempo ofrece espectaculares secuencias de acción que lograron despertarme después de un tedioso y risible comienzo.
Durante la primera hora, el director York Alec Shackleton se esfuerza por establecer una serie de situaciones y personajes que le darán contexto al gran robo bancario, lo cual me pareció una buena idea. Desafortunadamente las horribles actuaciones y los constantes clichés del libreto terminan saboteando la narrativa en vez de fortalecerla.
Entre las múltiples sub-tramas que sirven de relleno tenemos el inminente retiro del Oficial Chandler, lo cual contribuye a la depresión que provocó su reciente viudez; el drama doméstico del Oficial Macavoy (Dwayne Cameron) y su esposa Lisa (Sophie Skelton), quien es la hija de Chandler, y acaba de descubrir que está esperando un bebé; las lecciones de vida que recibe Kenny (Michael Rainey Jr.), un joven estudiante víctima de "bullying" con buenas razones para desconfiar de los policías; la investigación de la Agente Rossi (Alexandra Dinu) de Interpol, quien viene siguiendo la pista de los ladrones desde el Medio Oriente, donde tuvieron tratos un criminal que los traicionó; bueno, hasta visitamos la casa del gerente del banco para apreciar su dedicación al trabajo y el afecto de su esposa.
Sin embargo ninguna de esas sub-tramas resulta interesante, y para colmo las actuaciones se sienten rígidas y afectadas, como si fuera la primera vez que los actores ensayan sus respectivos roles. O tal vez los productores contrataron actores locales en Sofía, Bulgaria (donde se filmó la película), y pusieron el dominio del idioma inglés por encima del talento histriónico. Como sea, 211: El Gran Asalto se siente forzada y artificial, con actores desinteresados y escenas aburridas que fluyen sin ritmo ni consecuencia.
Entonces comienza la acción y se revelan las prioridades del director. Las copiosas balaceras evocan inevitablemente la clásica cinta Heat, pero aún así podemos notar la habilidad de Shackleton para crear un caótico conflicto entre los ladrones resguardados en el banco, y las diversas fuerzas policíacas que intentan resolver la crisis a pesar de su falta de organización. Por otro lado, los aciertos de esta segunda mitad se ven interrumpidos por irritantes intentos de drama, como el oficial herido que quiere grabar un video para su esposa, y la pelea verbal entre Chandler y el líder del escuadrón S.W.A.T. que llegó demasiado tarde a la escena del crimen. Imagino que el contrato de Nicolas Cage exige al menos una escena donde pueda gritar libremente, sin importar la consistencia de su personaje. Esa fue la única escena dedicada a los fans de la "Cage-Manía", pues durante el resto de la película parece que está dormido, o pensando en su colección de comics.
Y lo peor es que realmente hay una buena historia escondida entre los interminables rodeos de 211: El Gran Robo: los mercenarios norteamericanos atacando su propio país; el uso de bancos pequeños para lavar grandes cantidades de dinero ilegal; y el atisbo de comentario social representado por el joven Kenny. Todos son adecuados ingredientes para un violento thriller con abundante acción para balancear su mensaje político. Pero obviamente York Alec Shackleton no es un director de actores, sino de "stunts", balaceras y explosiones. Esa faceta de 211: El Gran Robo me pareció excelente; todo lo demás se convierte en el lastre que termina hundiendo la película. En conclusión: el auténtico robo fue el cheque que se llevó Nicolas Cage por participar en este proyecto.
Calificación: 7 (solo por la acción)

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Friday, December 14, 2018

Aquaman



Síntomas: El Rey Orm (Patrick Wilson) de la Atlántida quiere declarar la guerra contra los humanos de la superficie, y el único que puede evitarlo es Arthur Curry (Jason Momoa)... pero Arthur no quiere intervenir con el imperio submarino que lo rechazó de niño por su sangre híbrida.

Diagnóstico: No puedo creer que mi película favorita de DC Comics sea sobre un personaje que jamás me había interesado.
Claro, de niño veía la caricatura de Super Friends, y posteriormente leí comics de Justice League donde aparecía Aquaman, pero fuera de eso nunca seguí sus aventuras (aunque siempre me gustó el diseño de Black Manta, su "villano de cabecera").
Por eso fue una gran sorpresa encontrar en la nueva cinta Aquaman un héroe cálido y creíble, con personajes multidimensionales (bueno, en lo posible), y una historia realmente divertida y bien balanceada entre la dualidad del héroe acuático y su legado terrestre.
Lo cual no significa que Aquaman sea perfecta. Lejos de ello, dura más de la cuenta, abarca demasiados eventos (muchos de los cuales debieron dejarse para la secuela) y, para variar, el villano principal es un bebé caprichoso sin profundidad alguna. Pero aún así fue una experiencia (en mi opinión) más satisfactoria que las previas películas de esta mitología, incluyendo Wonder Woman (con la cual también comparte algunos problemas).
Creo que el ingrediente secreto fue James Wan, un respetado director con suficiente influencia para establecer sus propias reglas, en vez de seguir los lineamientos de Zack Snyder y los demás genios que arruinaron (¡varias veces!) el universo cinemático de DC Comics. Y, para lograrlo, Wan hizo lo que todos sabíamos que era inevitable: copiar la fórmula de Marvel.
No lo digo como insulto ni recriminación. Por el contrario, me dio mucho gusto encontrar una película que no le teme a su lado ligero, aunque tampoco descuida el indispensable núcleo emocional que motiva a los personajes. Y tampoco intentaron reinventar la rueda e ignorar los aspectos más populares del personaje a cambio de hacerlo más rudo y "dark". En vez de eso, Jason Momoa se adapta orgánicamente al humor o seriedad de las escenas, encontrando el espíritu del personaje que aún se sentía ausente en Justice League.
Y así, con ayuda de un sobresaliente elenco y múltiples estudios digitales (incluyendo Industrial Light & Magic) Wan forjó un asombroso mundo acuático con exuberante variedad de razas, culturas e ideologías. Pero Arthur no quiere saber nada de eso, hasta que el Rey Orm demuestra el potencial destructivo de la Atlántida sobre el mundo de la superficie (añadiendo el obligatorio mensaje ecológico). Entonces, con ayuda de la Princesa Mera (Amber Heard), Arthur debe enfrentar su destino, encontrar el "mcguffin" en turno que necesita para neutralizar los planes del villano, y aprender algunas duras lecciones sobre las virtudes de un líder. Sí, es tan shakesperiano como suena; y, como dije, hay varias partes de Aquaman que me hicieron bostezar... pero, cuando todo funciona, es tan entretenida y espectacular como las mejores obras de Marvel.
Específicamente: Thor. Las intrigas de la realeza, la riqueza visual del reino de Asgar... perdón, de la Atlántida, el diseño de producción (con toques de The Abyss y Avatar), y hasta el arquetipo del hijo pródigo con legítimo derecho a la corona del padre... hay muchas similitudes entre las películas de Thor y Aquaman. Lo cual, repito, no es una queja, sino una celebración de un nuevo paradigma (perdón por usar esa palabra) que, con suerte, tendrá suficiente éxito económico para abrir los ojos de los ejecutivos de Warner Bros. empeñados en arreglar lo que no estaba roto.
No quiero extenderme más (a diferencia de Aquaman). Solo mencionaré algunas de las cosas que más disfruté en esta película: la relación de Arthur con sus padres (Temuera Morrison y Nicole Kidman); la quimica entre Arthur y Mera; la pelea en Italia; la influencia lovecraftiana en la Fosa y el Océano Oculto (seriamente pensé que Cthulhu aparecería en cualquier momento, pero solo fue Julie Andrews); Dolph Lundgren en una película "real"; y, finalmente, la breve pero contundente aparición de Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II), un villano secundario cuya historia de origen y relación con Aquaman me pareció más interesante que la del Rey Orm (hasta su nombre suena aburrido).
Sí, también hay momentos de Aquaman que no funcionan; largos segmentos de tedioso relleno (como todo el asunto del coliseo), y un par de actores que se sienten fuera de lugar entre el caos digital de los Siete Reinos Marítimos. Pero, comparándola con las solemnes cintas de DC Comics, Aquaman fue tan subversiva e inesperada como la original Guardians of the Galaxy. Suena como hipérbole (y quizás lo sea), pero ya quiero verla de nuevo. La segunda vez voy a contar cuántas veces Arthur es interrumpido por una explosión. Deben ser casi diez.
Calificación: 9 (tal vez mañana será 8.5, pero en este momento estoy muy entusiasmado con una buena película de DC Comics)

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Thursday, December 13, 2018

All the Creatures Were Stirring



Síntomas: Jenna (Ashley Clements) y Max (Graham Skipper) están solos en Nochebuena, y deciden ir al teatro, donde se presentan cinco historias cortas de horror navideño.

Diagnóstico: La más reciente antología de terror con tema navideño fue A Christmas Horror Story, del 2015 (al menos fue la última que vi), y ahora la pareja de David y Rebekah McKendry incorporan ese mismo concepto en All the Creatures Were Stirring, una colección de seis relatos cortos que exploran diversos aspectos de la Navidad con funestas consecuencias... tanto para los personajes como para el público.
Bueno, quizás estoy exagerando. En realidad All the Creatures Were Stirring no fue exactamente mala, sino solo... desganada. Parecería que los realizadores quedaron conformes con las primeras ideas que llegaron a sus cabezas, y decidieron filmarlas sin cuestionar su lógica, estructura, o mensaje. Y lo peor es que ni siquiera son historias originales. Casi todas están "inspiradas" en alguna obra previa, limitando aún más su potencial y reduciendo las débiles sorpresas que ofrece al espectador.
Por cierto, el título de la película y sus segmentos son citas del famoso poema navideño "A Visit from St. Nicholas", también conocido como "'Twas the Night Before Christmas", el cual ha sido eterno objeto de parodias, desde Mad Magazine y The Simpsons, hasta Family Guy y Saturday Night Live. Es la primera de muchas extrañas decisiones que contribuyen a la peculiar identidad de All the Creatures Were Stirring, lo cual a veces me pareció bueno, y otras veces frustrante.
En la primera historia, "The Stockings Were Hung", vemos el clásico intercambio de regalos en una oficina, excepto que no todos saldrán vivos. El relato incluye algunos ingeniosos giros, un poco de sangre, y una acertada parodia de estas forzadas "convivencias corporativas" que muchos hemos sufrido. Aunque definitivamente copia elementos de cintas como The Belko Experiment y la reciente Office Uprising.
La segunda historia, "Dash Away All", se enfoca en un comprador de última hora que dejó sus llaves adentro del coche en el solitario estacionamiento de un centro comercial. Los McKendry manejan bien el suspenso de este segmento, así como el misterio de las mujeres que intentan ayudar al despistado hombre. Sin embargo, no pasa de ser una confusa copia de It Follows.
El tercer segmento, "All Through the House", fue mi favorito, no solo por la ácida actitud de Chet (Jonathan Kite), un típico "grinch" que detesta la Navidad y solo quiere que lo dejen tranquilo, sino por las surrealistas consecuencias de los espíritus (?) que intentan cambiar su actitud. El relato está obviamente basado en A Christmas Carol, pero tiene un buen sentido del humor y meta-referencias al venerable cine navideño del siglo veinte (sí, como It's A Wonderful Life).
A continuación viene el peor segmento, "Arose Such a Clatter", donde un fotógrafo atropella un venado con inesperadas consecuencias. No, perdón; las consecuencias son totalmente previsibles. Es una "creature feature" tan minimalista que ni siquiera vemos a la criatura; aunque quizás fue mejor así, tomando en cuenta la mediocridad técnica y creativa de esta historia.
En el quinto segmento, "In a Twinkling", encontramos a Steve (Morgan Peter Brown) preparándose para pasar la Navidad aislado del resto del mundo; y entonces llegan Gabby (Constance Wu) y sus amigos para que no celebre solo. Para ser justos, es la historia más original de la colección; pero al mismo tiempo no tiene sentido, ni es consistente con sus propias reglas. Aquí no hay comparación posible, porque realmente se salieron del molde.
Finalmente, "And To All a Good Night" nos muestra el final de la velada para Jenna y Max, después de ver todas estas historias en una especie de teatro "avant garde" cuyos actores podrían ser cómplices de algo más siniestro.
Como dije, la mayoría de los cortos fueron decepcionantes por su concepto o ejecución; sin embargo, me gustó el talento de los directores/guionistas para capturar inmediatamente el carácter de los personajes y la atmósfera de sus modestas locaciones. Hay muy buenas ideas en All the Creatures Were Stirring; lamentablemente tienden a quedarse cortas, o a extraviarse entre las añejas fórmulas que las rodean.
La ventaja de las antologías es que nunca son aburridas, y All the Creatures Were Stirring mantiene un ritmo ágil sin rastro alguno de relleno ni indulgencias creativas. He visto mejores muestras de este formato (como la mencionada A Christmas Horror Story), pero creo que All the Creatures Were Stirring está un par de escalones abajo, junto a otras colecciones de horror (con o sin tema específico), como XX o Late Night Double Feature. En resumen: no fue el regalo de Navidad que esperaba, pero hubiera sido peor encontrar el árbol vacío.
Calificación: 6.5

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Wednesday, December 12, 2018

The Christmas Chronicles



Síntomas: Kate y Teddy Pierce (Darby Camp y Judah Lewis) ponen una trampa para filmar a Santa Claus (Kurt Russell) entregando regalos, pero accidentalmente interrumpen su recorrido y hacen que pierda sus renos y su bolsa de regalos. Entonces los hermanos deben ayudarlo a recuperar su propiedad y restaurar el espíritu de la Navidad.

Síntomas: Generalmente prefiero las películas navideñas aderezadas con horror (Silent Night) o violencia (Die Hard). No estoy en contra del "espíritu navideño", pero tampoco me parece suficientemente interesante para sustentar una película entera. Por eso tenía bajas expectativas sobre The Christmas Chronicles, la más reciente incursión de Netflix en territorio que antes pertenecía casi exclusivamente a Hallmark y Lifetime. Y, afortunadamente, el resultado fue mejor de lo que esperaba, aunque no logró curar mi apatía por las festividades de esta temporada.
Para ahorrar tiempo diré de una vez que el factor clave de The Christmas Chronicles (en mi humilde opinión) fue Kurt Russell en el papel de Santa Claus. Tal vez no sea una actuación realmente "buena", pero Russell agrega la chispa necesaria para enriquecer una historia al mismo tiempo tradicional por sus valores morales, y ligeramente subversiva en la actitud de los personajes, burlándose gentilmente de los clichés navideños sin ofender al espectador. En resumen: una inocua distracción con iguales dosis de risas e inspiración.
Hablando de lo cual, el director Clay Kaytis tomó la acertada decisión de evadir cuestiones religiosas, pero sin ignorar el significado espiritual de la celebración. Los niños Kate y Teddy sufrieron una reciente tragedia que aún no han superado; y su aventura con Santa Claus podría ayudarlos a aceptar el pasado y ver el futuro con renovado optimismo. Como dije, lecciones tradicionales con un tono moderno para atraer a las nuevas generaciones inmunes a la cursilería del clásico cine navideño (desde luego respeto la importancia de cintas como It's A Wonderful Life, pero ¿la han visto recientemente?)
Además de Kurt Russell (y un apropiado cameo de cierta persona al final de la película), el resto del elenco cubre sus papeles sin pena ni gloria. Los niños Darby Camp y Judah Lewis son simpáticos a pesar de sus "travesuras", y manejan con realismo los altibajos emocionales de la historia. Igualmente aprecié las breves apariciones de actores como Oliver Hudson, Vella Lovell y Lamorne Morris, cuyas series televisivas disfruto (Splitting Up Together, Crazy Ex-Girlfriend, y New Girl, respectivamente)(Ah, y Hudson también es hijastro de Kurt Russell).
Finalmente, los valores técnicos de The Christmas Chronicles reflejan los generosos bolsillos de Netflix, pues pueden pagar excelentes efectos digitales, perfectas locaciones, y la música del veterano Christophe Beck. Tan solo en esas tres categorías podemos confirmar la enorme distancia existente entre The Christmas Chronicles y las películas navideñas de Hallmark y Lifetime.
Nota adicional para fans del cine ochentero: uno de los productores de The Christmas Chronicles es Chris Columbus, lo cual explica (aunque no disculpa) las desvergonzadas similitudes entre esta cinta y su seminal obra Adventures in Babysitting (1987). En ambas tenemos a dos hermanos y un adulto extraviados en la ciudad de Chicago, con aventuras que incluyen persecuciones automovilísticas, conflictos con una pandilla criminal, y la resolución de una crisis por medio de una oportuna canción de "blues". Si Columbus no fuera parte de la producción, podríamos esperar una demanda por robo de propiedad intelectual, o algo así.
Pero, bueno... a fin de cuentas la fórmula funciona, y The Christmas Chronicles ofrece una historia dinámica con apropiadas lecciones morales y una divertida versión de Santa Claus con matices de Snake Plissken para balancear su benevolencia. Yo hubiera preferido algo más cercano a “Escape from Chicago”, pero The Christmas Chronicles cumplió su misión de amor y paz sin necesidad de violencia. Y sin excesiva cursilería.
Calificación: 7.5

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Monday, December 10, 2018

Slay Belles



Síntomas: Las jóvenes Sadie (Hannah Wagner), Dahlia (Susan Slaughter) y Alexi (Kristina Klebe) publican videos de "exploración urbana" en su vlog “Adventure Girls”. Su más reciente proyecto consiste en visitar "Santa Land", un parque de diversiones con tema navideño que lleva varias décadas abandonado. Pero lo que encuentran destruye todo lo que creían saber sobre la Navidad.

Diagnóstico: Aunque está co-producida por Darren Lynn Bousman, y tiene una vistosa secuencia de créditos iniciales (alguien tomó un curso de Trapcode Particular), Slay Belles no puede disimular su bajo presupuesto y producción semi-amateur. Desde las actuaciones hasta la edición revelan severas limitaciones técnicas y creativas... pero su irrefrenable energía y sentido del humor convierten Slay Belles en una experiencia más divertida de lo que imaginé posible.
Esto no significa que sea una buena película. Además de las actuaciones y edición, el libreto de Slay Belles (juego de palabras con la frase navideña "Sleigh Bells") deambula sin rumbo durante largo rato, hasta que recuerda su propósito como "horror navideño" y por fin empieza a unir sus múltiples elementos en una "creature feature" surrealista y ocasionalmente ingeniosa; pero hará falta bastante paciencia y buena voluntad para encontrar sus aciertos entre su confusa narrativa.
O quizás no hace falta tanta paciencia. Slay Belles apenas rebasa una hora de duración, añadiendo diez minutos de leeeentos créditos finales, donde agradecen a los donadores de IndieGoGo que hicieron posible el proyecto. Y, para ser justos, el desempeño del director/escritor/editor/productor/compositor/supervisor de efectos especiales "Spooky" Dan Walker en todas esas áreas justifica los donativos que financiaron esta incursión en el cine independiente de terror, donde los estándares son más flexibles, y los fans (como yo) son más tolerantes a los defectos, siempre y cuando el resultado sea medianamente entretenido.
Kristina Klebe, Susan Slaughter y Hannah Wagner interpretan a las intrépidas videógrafas que combinan "cosplay" con incursiones ilegales en sitios abandonados para deleite de sus fans. Klebe (Tales of Halloween, Don't Kill It) es la única con experiencia significativa, y logra crear un personaje ligeramente realista (en el contexto de las B-Movies, desde luego) que reconoce a tiempo el peligro de Santa Land, y decide colaborar con Santa Claus para vencer al monstruo que las acecha.
Ah, perdón. ¿No había mencionado a Santa Claus? ¿Ni al demonio Krampus? Al principio de Slay Belles parece que nos espera una simple cinta "slasher", o un cansado refrito de "porno tortura", pero lo que las muchachas encuentran en Santa Land es un "hillbilly" sucio y ligeramente desequilibrado que asegura ser el auténtico Santa Claus. Y los asesinatos que han plagado al pueblo cercano no fueron cometidos por un oso hambriento (como aseguran los ineptos policías), sino por Krampus, quien escapó de su prisión para devorar a los niños que se portan mal. Afortunadamente "Santa", interpretado por el veterano Barry Bostwick (The Rocky Horror Picture Show, Megaforce), es el mejor personaje de la película, balanceando benevolencia con vulgaridad para rescatar sus escenas (y la película entera), e incluso añadiendo un poco de emoción al inesperado final.
También merece mención la cinematografía de Graham Robbins, quien baña las raquíticas locaciones con luces de colores para darle a la cinta una auténtica atmósfera navideña; desafortunadamente no le alcanzó el dinero para una buena luz principal en las escenas nocturnas, cuya pobre iluminación hace casi imposible discernir lo que está pasando. Pero, por lo demás, su abigarrada técnica revela buena ambición artística y le da un agradable estilo visual a la cinta.
El mes de Diciembre generalmente trae múltiples muestras de "horror navideño", pero parece que este años nos portamos mal, y no hubo muchos "regalos" bajo nuestro árbol cinematográfico (perdón). Por eso Slay Belles gana una escueta recomendación, llenando un nicho que generalmente disfruto, y con suficiente humor y "gore" (casi invisible por la mencionada oscuridad) para justificar 77 minutos invertidos en ella. Además, estoy seguro de que "Spooky" Dan Walker (obviamente devoto de Anton LaVey) podría hacer algo mucho más interesante con mas tiempo y dinero. A pesar de sus problemas, Slay Belles es una vistosa tarjeta de presentación que podría abrirle las puertas de Hollywood para realizar su genuina visión.
Calificación: 6.5

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Saturday, December 8, 2018

Kin: El Legado (Kin)



Síntomas: Mientras explora un edificio abandonado, el niño Elijah Solinski (Myles Truitt) encuentra una exótica arma de increíble poder destructivo. Entonces Elijah y su hermano Jimmy (Jack Reynor) deben escapar de una pandilla criminal, y de los misteriosos humanoides que quiere recuperar su propiedad.

Diagnóstico: Al menos debo reconocer que Kin: El Legado, tomó un camino distinto para contar una típica historia de jóvenes incomprendidos desafiando las reglas y superando sus inseguridades para triunfar sobre la adversidad. Los puntos básicos del género "young adult" están indudablemente presentes (protagonistas oprimidos, rebelión juvenil, y una conspiración donde nada es lo que parece), pero los directores/guionistas Jonathan y Josh Baker no se inspiraron en una novela, lo cual permitió crear una historia bien balanceada que no necesita personajes adicionales ni forzados rodeos para complacer a los fans de algún exitoso libro (como ha ocurrido con prácticamente todas las películas de este estilo).
De hecho, creo que Kin: El Legado funcionaría igualmente bien si no incluyera elementos fantásticos, y solo se enfocara en el drama familiar del joven Elijah y su hermano Jimmy, atrapados en una situación complicada que los obliga a emprender la fuga acompañados por Milly (Zoë Kravitz), una bailarina exótica que encontraron en el camino. Así, durante la mitad de la película, Kin: El Legado parece un melodrama "indie" sobre jóvenes rechazados por la sociedad en busca de un nuevo comienzo para su disfuncional "familia postiza". A pesar de ser hermanastros, Elijah y Jimmy realmente no se conocen, y me gustó su interacción conforme desarrollan una relación fraternal forjada por momentos de crisis. Por su parte, Milly aporta algunas duras lecciones que aprendió a lo largo de la tortuosa vida que la llevó a bailar en un "table dance" rural. Sí, como dije, Kin: El Legado no es una aventura juvenil como las demás. Lo cual me pareció generalmente bueno, aunque de vez en cuando comete sus propios errores que contaminan sus aciertos.
El principal problema es justamente ese choque de géneros. Los destellos de ciencia ficción parecen incongruentes con el resto de la película, y solo hasta el tercer acto logran integrarse con cierta consistencia... aunque al final dejan más preguntas que respuestas. Y, como siempre, los directores deben apoyarse en la ineptitud de sus personajes para evitar que la cinta termine prematuramente.
Sin embargo el reparto supera esos problemas con sinceras actuaciones que nos ayudan a aceptar el comportamiento irracional y malas decisiones de los personajes; y hasta podríamos tomarlo como un mensaje sobre el entorno cultural que inculcó esa tendencia a romper las reglas e ignorar la autoridad. Myles Truitt interpreta a Elijah como un niño inteligente, pero demasiado inocente para reconocer el peligro que representa su aventura. Jack Reynor (Sing Street) nos muestra el buen corazón de Jimmy, pero sin ignorar el egoísmo que lo orilló a tomar la ruta fácil del crimen. Y James Franco ofrece otra excéntrica actuación como un peligroso criminal con más interés en la venganza que en la estabilidad de sus "negocios".
Finalmente, los mencionados elementos fantásticos de Kin: El Legado me parecieron sobresalientes tanto visual como conceptualmente. Los efectos especiales son esporádicos, pero de gran calidad; y, en vez de perder el tiempo explicando la mitología detrás del gran misterio, los directores prefieren darnos pistas para sacar nuestras propias conclusiones... las cuales se verán destrozadas por el gran "twist" del final, al mismo tiempo ingenioso y ligeramente convencional.
Yo esperaba una inocua fantasía "young adult", pero Kin: El Legado resultó ser un ambicioso híbrido de drama familiar y ciencia ficción cuya fusión de estilos tropieza de vez en cuando, pero sin perder el dinamismo y energía que nos mantiene cautivos hasta el final. Kin: El Legado no me pareció tan buena como Midnight Special, pero la ubicaría más o menos al mismo nivel de At First Light, revelando una nueva fase de la aventura juvenil realizada con más imaginación y menos atención a los requerimientos mercadológicos del género. Tal vez con más películas como Kin: El Legado, el término "young adult" dejará de parecer insulto.
Calificación: 8

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