Saturday, December 31, 2016

¡Muchas Felicidades!



Como siempre, agradezco infinitamente las visitas, paciencia y entusiasmo de todos los lectores; por favor reciban mis mejores deseos para un año 2017 lleno de cine, salud y prosperidad.
Algunas personas han señalado que el 2016 fue bastante malo, pero creo que en el futuro será recordado con afecto como uno de los últimos años normales antes del "Jackpot" (el fin del mundo en cámara lenta que estamos viviendo desde ahora, según el autor William Gibson). Entonces, apreciemos lo que tenemos antes de perderlo. ¡Muchas felicidades a todos!

Hasta el Último Hombre (Hacksaw Ridge)



Síntomas: Después de varias experiencias en su juventud que lo convirtieron en un inflexible pacifista, Desmond Doss (Andrew Garfield) se une voluntariamente al ejército durante la Segunda Guerra Mundial, y es enviado al frente del Pacífico, donde participa en la batalla de Okinawa... sin rifle y sin disparar una sola bala.

Diagnóstico: La historia real de Desmond Doss sin duda merece un tributo, pero el director Mel Gibson se vio en la necesidad de manipular los hechos para encajar en una clásica estructura del cine bélico: el novato con nobles intenciones que sufre el desdén de sus compañeros y superiores, para posteriormente ganar su respeto en el combate. Claro, la diferencia clave de Hasta el Último Hombre es que las creencias religiosas de Doss le impedían matar, o incluso tocar un arma, lo cual hizo aún más difícil su carrera militar; pero todo lo demás transcurre como cualquier película de guerra que hayamos visto. Lo cual no es necesariamente malo.
La avalancha de clichés hace un poco cansada la primera mitad de Hasta el Último Hombre, y contribuye a la excesiva simplificación de Desmond Doss. Supongo que era necesario mostrar las experiencias que lo convirtieron en obstinado pacifista, pero el libreto de Robert Schenkkan y Andrew Knight se siente tan artificial que Doss termina pareciendo un Forrest Gump con menos carisma. Así tenemos una pelea con su hermano que casi terminó en tragedia, un padre alcohólico y violento (increíblemente interpretado por Hugo Weaving), y una búsqueda de paz interna por medio de la religión Adventista. Desde luego son válidas motivaciones, pero Gibson las presenta de manera fría y artificial, como una lista de ingredientes, en vez de incorporarlas al desarrollo natural de un individuo con inquebrantables convicciones morales.
Por suerte todo eso cambia durante la segunda mitad de la película, cuando Doss finalmente llega a Okinawa; específicamente, a la batalla de Hacksaw Ridge, un precipicio con gran valor estratégico que los soldados japoneses defendían con particular fervor. Aquí es donde arranca el tipo de narrativa que Gibson mejor maneja, y durante los siguientes sesenta minutos nos abruma con una brutal y sangrienta visión de la guerra que no solo captura con cruento detalle los estragos del combate, sino el caos, terror y desesperanza que atormentan a los soldados cuando descubren que el honor y patriotismo que les inculcaron durante el entrenamiento no tienen mucha utilidad cuando vuelan las balas y explotan granadas a su alrededor; en otras palabras, el entorno ideal para demostrar el valor de Doss, a pesar de su postura anti-violenta.
No diré más para conservar los mejores momentos de Hasta el Último Hombre; pero puedo asegurar que el lento comienzo se ve compensado por el impacto visceral y emocional de las escenas de batalla; y aunque quizás la película no sigue estrictamente la realidad histórica (Doss participó en varias batallas antes de Okinawa; y la pelea decisiva tomó semanas, en vez de días), expresa elocuentemente lo que merece recordarse de este singular héroe militar.
Andrew Garfield nos entrega una excepcional interpretación de Desmond Doss; empieza como inocente pusilánime y termina como héroe, haciendo realista cada paso en su evolución. Vince Vaughn, Sam Worthington y Richard Roxburgh dan vida a variados oficiales que encuentran a Doss exasperante, incomprensible, y hasta ofensivo; y Teresa Palmer carga con el plano papel de Dorothy Schutte, la novia que inspira al valeroso soldado... aunque la fotografía de Dorothy que carga Doss como recuerdo tiene más escenas que la actriz misma. Pero, bueno, al menos hay una mujer en la película (en realidad dos, incluyendo a Rachel Griffiths como la madre del protagonista).
Dudo mucho que Hasta el Último Hombre llegue a clasificarse a la par de clásicas cintas militares como Saving Private Ryan, The Thin Red Line o Schindler's List, pero aún así merece una recomendación por mostrarnos un fragmento tan peculiar de la guerra, demostrando que el valor no necesariamente requiere agresión. Valiosa lección para todos, incluyendo Gibson mismo.
Calificación: 8.5

IMDb

Friday, December 30, 2016

Pasajeros (Passengers)



Síntomas: La nave interestelar Avalon transporta cinco mil pasajeros en animación suspendida con destino al planeta Homestead II, en un viaje que durará más de cien años; entonces una falla despierta a James Preston (Chris Pratt), mucho tiempo antes de llegar a su destino.

Diagnóstico: Para disfrutar Pasajeros conviene saber desde el principio que, en el fondo, se trata de un drama romántico, en vez de la ciencia ficción formal y reflexiva de cintas como Arrival o The Martian. Aún así, el entorno futurista de Pasajeros y la inusual situación de los protagonistas permite explorar temas y emociones muy distintas al típico cine romántico, así que no todo está perdido. Y, para rematar, la cinta se apoya en dos sólidos actores con amplio rango interpretativo para reflejar las difíciles decisiones que enfrentan sus personajes, no solo en lo concerniente a sus deseos personales, sino al futuro de un proyecto más grande y sustancial.
Chris Pratt adopta perfectamente el cargo de "hombre ordinario en circunstancias extraordinarias", encontrando un balance óptimo entre la arrogancia de Starlord y el humor de Andy Dwyer. Sus acciones son generalmente lógicas en vista de la mala jugada que le deparó el destino; e incluso cuando comete una grave transgresión que definirá su futuro, no parece un acto de malicia, sino el último recurso de un hombre desesperado.
Desde luego cada espectador tendrá una perspectiva distinta, lo cual está polarizando las opiniones sobre Pasajeros; pero nada de eso impide apreciar la provocativa premisa, que ciertamente encontré innovadora y refrescante después de tantos remakes, secuelas y reboots.
Jennifer Lawrence, como Aurora Lane, tiene un papel más pasivo, pero lo aborda con energía y sinceridad... hasta cierto punto. Hay un poco de manipulación en su carácter que no tragué del todo, no por culpa de la actriz, sino por la timidez (¿o audacia?) del director Morten Tyldum (The Imitation Game), quien se rehúsa a seguir tangentes dramáticas más intensas o realistas. Quizás una alternativa menos segura hubiera resuelto la película de manera más contundente, en vez de endilgarnos arbitrarias complicaciones de "ciencia ficción" durante el tercer acto para alcanzar un final conveniente y comercial.
De hecho, me atrevería a decir que Pasajeros hubiera funcionado mejor como thriller pseudo-feminista... más Stieg Larsson y menos Nicholas Sparks. Pero, bueno... como dije, las opiniones variarán, así como la tolerancia del público a las disyuntivas éticas del libreto.
Por lo demás, Pasajeros está competentemente realizada, con un fantástico diseño de producción y vistosos efectos especiales que nos muestran el futuro del viaje espacial influenciado por las tendencias del presente, tanto positivas como negativas (mercantilismo corporativo llevado a su máxima expresión, combinado con la noble intención de avanzar el conocimiento humano). Aunque tampoco podemos esperar gran rigor científico; estoy seguro de que Neil deGrasse Tyson está preparando un artículo sobre las numerosas inconsistencias y errores técnicos de Pasajeros (nada de lo cual opacará mi admiración por la escena de la piscina).
En resumen, creo que no hace falta "aprobar" los actos de Jim y Aurora para entretenerse un rato con esta bien intencionada película, que prefiere una visión optimista de las relaciones humanas para complementar el idealizado futuro que retrata. Sin embargo yo prefiero los futuros sombríos de Alien o de los libros de William Gibson; por alguna razón me parecen más consistentes con el rumbo de la sociedad actual.
Calificación: 7

IMDb

Thursday, December 29, 2016

SiREN



Síntomas: Contra todo sentido común, Jonah (Chase Williamson) y sus amigos aceptan la invitación a un misterioso club "underground" para celebrar su despedida de soltero. Y, una vez ahí, Jonah tiene una memorable experiencia con una enigmática mujer llamada Lily (Hannah Rierman). Pero, ¿habrá sido real, o una alucinación provocada por los hongos que consumieron antes de empezar la celebración?

Diagnóstico: Tomó ocho años, pero por fin tenemos una nueva película del menospreciado director Gregg Bishop. Claro, durante ese intervalo también dirigió un segmento de la antología V/H/S: Viral (mi relato favorito de esa cinta, por cierto); y, para complicar las cosas, SiREN (no me pregunten por qué se escribe así) funciona como precuela/secuela de uno de los cortos de la original V/H/S, con la que Bishop no tuvo nada que ver.
Pero, bueno... independientemente de sus precedentes cinematográficos, me complace decir que, al igual que The Other Side y Dance of the Dead, SiREN ofrece virtudes narrativas, visuales y emocionales que rebasan sus limitaciones técnicas, aprovechando al máximo los recursos disponibles con ayuda de buenas actuaciones y un sólido libreto, por no mencionar la ocasionalmente virtuosa dirección de Bishop (si creen que exagero, solo vean la escena del restaurante)... todo lo cual se conjuga en una modesta pero satisfactoria obra de terror. Quien busque espectáculo, quedará defraudado; pero quien aprecie un relato compacto y bien estructurado, seguramente disfrutará SiREN tanto como yo. O quizás menos, según su afinidad por historias sobre monstruos trágicos.
Sin profundizar demasiado en el argumento, mencionaré que SiREN empieza con un tenso prólogo ubicado en un cementerio, donde un culto satánico invocó hace años una presencia infernal (o algo así) en un ritual que terminó en tragedia. Entonces saltamos al presente y nos encontramos en territorio muy familiar, que incontables cintas de terror han utilizado como excusa de "historia": cuatro jóvenes en busca de diversión, sin saber que les espera un nefasto destino.
Pero, ¡un momento! Los protagonistas de SiREN no son genéricos "bros" odiosos que deseamos ver morir tan pronto como sea posible para no seguir escuchando sus antipáticos diálogos. Por el contrario, Chase Williamson, Michael Aaron Milligan, Hayes Mercure y Randy McDowell interpretan un ameno cuarteto cuya naturalidad y simpatía nos convence de su larga amistad y los genuinos lazos afectivos que los unen... incluso cuando cometen errores. Entonces, cuando comienza la violencia y el terror, es fácil comprender la motivación de sus decisiones (buenas o malas) y el impacto de sus consecuencias.
En otro nivel, Bishop divide el rol de villano entre el "monstruo" que físicamente amenaza a los protagonistas, y el humano responsable por incitar tal situación. Esta simple estrategia añade complejidad moral a la película, junto con una inesperada compasión por la criatura (o lo que sea), sin duda peligrosa, pero también víctima de circunstancias ajenas a su voluntad.
En resumen: SiREN utiliza el carácter de los personajes y la ambigüedad de los villanos para crear drama sólido y convincente, incluso antes de llegar a la sangre y efectos especiales (buenos, aunque de barata manufactura). Y, para sustentar dicho drama, Bishop y los guionistas Ben Collins y Luke Piotrowski crearon una fascinante mitología que me gustaría explorar con mayor detalle: la vida secreta del astuto Mr. Nyx (Justin Welborn), el dueño del club; los esotéricos poderes de Ash (Brittany S. Hall), la cantinera con inusual talento para las bebidas exóticas; y los demás miembros del club, adictos a sensaciones que difícilmente podemos imaginar.
Tal vez el argumento tropieza de vez en cuando, y tiende a diluir el terror con cierta superficialidad en los personajes; pero aún así SiREN fue una agradable sorpresa que desafía expectativas y trasciende los estereotipos de "creature features" menos ambiciosas que hemos visto recientemente. Solo queda esperar que Gregg Bishop no nos haga esperar ocho años más para disfrutar su siguiente película; o quizás eso tarda en encontrar un proyecto que no comprometa su visión. Como sea, me encantaría ver más aventuras de Lily y Mr. Nyx; disfruto más el horror cuando no sé quién es el monstruo y quién es la víctima.
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, December 26, 2016

Blue Jay



Síntomas: Jim (Mark Duplass) y Amanda (Sarah Paulson) se encuentran casualmente mientras visitan su pueblo natal, y pasan el día recordando los viejos tiempos.

Diagnóstico: Blue Jay es el tipo de película que mejor ejemplifica las virtudes del cine "mumblecore", incluyendo la asombrosa capacidad de conjurar personajes realistas y emociones simultáneamente intensas y sutiles, que definen claramente sus acciones.
Al mismo tiempo, Blue Jay también revela los problemas inherentes del género: algunas escenas se sienten forzadas, la trama pierde el rumbo de vez en cuando, y la cinta entera despide un cierto aroma pretencioso difícil de ignorar, lo cual podría ser un "dealbreaker" para espectadores menos abiertos a la sensibilidad de este tipo de cine. Lo cual sería perfectamente válido.
Sin embargo, como fan (con reservas) de cineastas como Mark Duplass, Joe Swanberg y Lorene Scafaria, he desarrollado la tolerancia necesaria para apreciar sus considerables logros e ignorar las ocasionales imperfecciones que rompen el encanto narrativo del "mumblecore" (Nota: Ni siquiera estoy seguro de que dicho término siga siendo relevante; pero lo seguiré usando como útil identificador del cine minimalista, semi-improvisado y de muy bajo costo que surgió como continuación -hasta cierto punto- del viejo movimiento Dogme 95).
Por eso me gustó Blue Jay: la conversación entre Jim y Amanda tiene muchos altibajos y no siempre resulta tan interesante como el director Alex Lehman probablemente esperaba (a fin de cuentas nunca trasciende los típicos “problemas de la gente bonita”); pero no puedo dejar de admirar esos increíbles momentos donde una sutil expresión facial o minúscula variación en el diálogo alteran por completo el tono de la situación, insinuando un denso conflicto emocional que cambiará la relación entre los personajes.
Aunque no hay realmente "spoilers" en una película como Blue Jay, prefiero callar mis partes favoritas... porque ni siquiera estoy seguro de que funcionarán igual para el resto del público. La fórmula de "remembranza del pasado que afecta el presente" siempre me ha gustado, y verla interpretada por Mark Duplass y la menospreciada Sarah Paulson (calificativo que pronto desaparecerá gracias a las nominaciones que recibió este año por su trabajo en la mini-serie American Crime Story) es impresionante y muy satisfactoria (por no mencionar el cameo del veterano Clu Gulager). Y si bien puede parecer ocasionalmente cansada o aburrida, puedo recomendar Blue Jay como apropiada destilación del cine en su forma más pura: una cámara, dos actores, y una simple pero cautivadora historia impulsada por talento y finos instintos creativos. El diálogo nace en la pantalla, pero crece en nuestra mente. Encuentro más mágico ese proceso que cualquier nivel de efectos especiales.
Calificación: 8.5

IMDb

Saturday, December 24, 2016

Mythica: The Iron Crown



Síntomas: La hechicera Marek (Melanie Stone) y su banda de héroes/forajidos (que ahora se hacen llamar "Redthorns") persiguen desesperadamente el último fragmento de la Espora Oscura, que el malévolo hechicero Szorlok (Matthew Mercer) necesita para iniciar su reino de terror. Pero hay otras facciones buscando el fragmento, y sus intenciones podrían ser tan peligrosas como las de Szorlok mismo.

Diagnóstico: Por el lado bueno, Mythica: The Iron Crown cumplió uno de mis deseos: Kevin Sorbo, en el papel del benevolente mentor Gojun Pye, tiene una participación sustancial en la trama, en vez de limitarse a un breve cameo inicial, como ocurrió en las cintas anteriores; desafortunadamente ahí terminan los aciertos de esta cuarta parte, lo cual fue una gran decepción después de las mejorías introducidas en la previa Mythica: The Necromancer.
Como mencioné en aquella crítica, los creadores de la saga Mythica, inspirados por el éxito de sus múltiples campañas en Kickstarter, decidieron extender la historia de tres a cinco películas; y si bien The Necromancer era obviamente relleno, me pareció la mejor entrada de la serie gracias al conciso libreto y a la eficaz dirección de A. Todd Smith, quien logró mucho con muy poco. Claro, los efectos especiales y secuencias de acción seguían mostrando claras huellas de hobby casero, pero la narrativa me pareció más ágil y coherente, con una sólida motivación detrás de la aventura, un poco de suspenso, y un final genuinamente inesperado que cambió la dinámica entre Marek y sus aliados.
Lamentablemente The Iron Crown se siente como un gran paso atrás. En vez de otra simple "side quest", el nuevo director John Lyde nos abruma con múltiples sub-tramas de cuestionable relevancia, introduciendo personajes innecesarios, eliminando otros sin motivo aparente, y nublando la mitología establecida hasta el momento.
Quizás con la intención de justificar (o disimular) tantos cambios, Lyde y el guionista Jason Faller utilizaron una clásica estructura de "Gran Persecución", con el fragmento de la Espora como valioso mcguffin que múltiples facciones compiten por recuperar. Así tenemos a Marek, el guerrero Thane (Adam Johnson) y el ladrón Dagen (Jake Stormoen) tratando de encontrar un nuevo balance en el grupo tras perder a la "healer" Teela (Nicola Posener); siguiendo sus pasos, los mercenarios Caia (Ashley Santos), Thorsten (James Gaisford) y Rezzik (Jasen Wade) buscan el fragmento para cambiarlo por la epónima Corona de Hierro, que el ambicioso enano Hammerhead (Christopher Robin Miller) necesita para convertirse en líder de su gente; desde el aire, la Almirante Borlund Hess (Eve Mauro) persigue a todos con sus avanzadas máquinas steampunk, arrojando bombas y destrucción sobre cualquiera que posea el fragmento; y, desde luego, los esbirros demoníacos de Szorlok están siempre al acecho para matar al probable ganador de la carrera.
Esto se traduce en acción de principio a fin, lo cual no sería necesariamente malo si la acción fuera un poco mejor; desafortunadamente las peleas son bastante torpes, la tensión durante las batallas es inexistente, y los efectos especiales (independientemente de su calidad), son demasiado repetitivos y carentes de imaginación. No me importa que los hayan creado con herramientas semi-amateur de After Effects... el problema es que faltó creatividad e ingenio en su aplicación.
Y lo peor es que el mismo John Lyde se encargará de la quinta película, Mythica: The Godslayer, que espero ver muy pronto. Ojalá el capítulo final explique tantas cuestionables decisiones, y permita una resolución satisfactoria. Aún no pierdo la fe, siempre y cuando los productores respeten el espíritu de los personajes, la emoción de la aventura medieval y, sobre todo, la diversión de los juegos de rol que inspiraron esta saga. The Iron Crown fue un "golpe crítico", pero aún me quedaba una poción, y logré sobrevivir el turno.
Calificación: 6

IMDb

Thursday, December 22, 2016

The Eyes of My Mother



Síntomas: Después de perder a su madre, la joven Francisca (Kika Magalhaes) se dedica a cuidar a su padre. Pero las cosas cambian con el tiempo.

Diagnóstico: The Eyes of My Mother cultiva el horror más puro de una manera deliciosamente oblicua, insinuando atrocidades que dejan una profunda huella emocional en el espectador, a pesar de que rara vez las vemos. Y aún más impresionante es el hecho de que estos horrores forman parte integral de una historia desgarradoramente humana sobre los estragos de la soledad, el aislamiento físico, y las consecuencias de un trauma psicológico que nunca se atendió adecuadamente. O quizás estoy buscando razones lógicas para explicar una pesadilla que no las necesita para aterrarnos.
Estructurada en tres actos, The Eyes of My Mother nos muestra la vida de Francisca, empezando por una tragedia durante la infancia que afectó su desarrollo futuro... aunque tampoco conviene simplificar el subtexto de esta profunda obra, que se siente más como un etéreo poema macabro que como un tradicional relato de terror.
Y ciertamente existe terror implícito en la casa rural donde habita nuestra lacónica protagonista, pero incluso en las contadas ocasiones cuando somos testigos directos de la violencia, la preciosa cinematografía en blanco y negro (cortesía de Zach Kuperstein) se encarga de disipar la revulsión de la sangre para darle un tratamiento artístico, casi lírico, transformando la brutalidad en hipnótico arte visual que nos invita a aceptar las decisiones de Francisca... o al menos a evitar juicios demasiado estrictos pues, en el fondo, lo único que quiere es un amigo. O amiga.
El director y guionista Nicolas Pesce posee la rara cualidad de crear personajes trascendentes con trazos breves y sutiles, de modo que no hacen falta explicaciones para identificar de inmediato el carácter de los trágicos individuos involucrados en la historia. Esta eficiencia se manifiesta por igual en la narrativa, esbozando apenas lo necesario para crear un fascinante estudio psicológico abierto al análisis e interpretación de cada espectador. O, si así lo prefieren, se puede ignorar el análisis para experimentar de lleno la angustia visceral de las situaciones que Francisca provoca en su búsqueda de una conexión humana.
La actriz Kika Magalhaes interpreta a Francisca con engañosa ingenuidad; su rostro parece inocente, pero por debajo de su pasividad intuimos las secretas pasiones que motivan su... cruzada. O como quieran llamarla.
The Eyes of My Mother me recordó la reciente cinta iraní A Girl Walks Home Alone at Night, no solo por su extraordinaria estética monocromática, sino por compartir una perturbadora atmósfera de peligro inminente que acecha tras una fachada de frívola normalidad. Después de todo, el peor monstruo es el que nunca vemos venir.
Calificación: 9

IMDb

Tuesday, December 20, 2016

Abattoir



Síntomas: Alguien está comprando casas y departamentos donde se cometieron brutales asesinatos. Una de esas casas pertenecía a la hermana de la reportera Julia Talben (Jessica Lowndes), quien decide investigar la identidad del misterioso comprador, así como los motivos de su perturbadora obsesión. Y desde luego lo que descubre pondrá su vida en peligro.

Diagnóstico: Después de contribuir al enorme éxito de la saga Saw, Darren Lynn Bousman se perfilaba como uno de los nuevos "amos del terror"; sin embargo sus siguientes películas resultaron ser una irregular combinación de ambiciosos experimentos (Repo! The Genetic Opera), thrillers medianos (Mother's Day), e inexplicables fracasos (11-11-11). Desafortunadamente Abattoir se acerca mucho a esta última categoría, a pesar de contar con una provocativa premisa, excelentes valores de producción, y una competente protagonista con amplia experiencia en el género.
Jessica Lowndes es razonablemente convincente como la tenaz reportera en busca de respuestas sobre la muerte de su hermana; la sinceridad de sus emociones es lo único que impulsa la película durante casi una hora, pues como espectador nunca sentí particular interés en el "gran misterio" de las casas marcadas por asesinatos. La investigación de Julia da demasiadas vueltas con poca compensación narrativa, resultando en más tedio que terror. Y tampoco ayuda el lento ritmo de la cinta, repleta de excesiva palabrería para llenar los huecos de una historia floja, sin suspenso alguno.
Y cuando finalmente llegamos a la gran revelación, Bousman recompensa nuestra paciencia con algunas imágenes interesantes y un par de conceptos ingeniosos... pero los arruina de inmediato con monólogos del villano que habla mucho y dice poco. En vez de un final catártico y contundente, encontramos confusión y vagos planes sin mucho sentido.
Por el lado positivo, Abattoir luce una inusual combinación de épocas y estilos que le dan una apariencia única, y ayudan a distraernos durante los más tediosos pasajes. Por ejemplo: Julia maneja un automóvil de los años sesentas; su ropa parece de los cincuentas, y sus conversaciones con Declan (Joe Anderson), su ex-novio policía, evocan el cine "noir" de los cuarentas ("Nuestro baile tiene una canción muy corta, muñeca"). Por cierto, no sé si fue intencional, pero Declan provoca algunas risas como uno de los policías más ineptos en el cine de terror (lo cual ya es decir bastante). Afortunadamente su incompetencia es irrelevante, pues el personaje no pasa de ser oportuna carne de cañón.
Y, finalmente, los efectos especiales me parecieron bastante buenos, tanto en sus versiones prácticas y digitales (incluyendo un poco de "gore" y un poco de... "arquitectura creativa"). Si tan solo se hubieran usado para complementar una historia más inteligente...
No sé si los problemas de Abattoir se hubieran resuelto con una juiciosa edición que extirpara al menos media hora de rodeos y redundancias narrativas; pero al menos hubiera sido una experiencia más ágil y concisa. Obviamente Darren Lynn Bousman tiene buen ojo para el horror, pero no siempre encuentra el material que explote adecuadamente su talento. Por eso Abattoir fue más decepción que fracaso; pobre halago, pero algo es algo.
Calificación: 5

IMDb

Sunday, December 18, 2016

El Ático (The Disappointments Room)



Síntomas: Después de perder un bebé, Dana y David Barrow (Kate Beckinsale y Mel Raido), junto con su pequeño hijo Lucas (Duncan Joiner), se mudan a una casa de campo para iniciar una nueva vida. Pero la situación se torna siniestra cuando Dana empieza a experimentar terroríficas visiones relacionadas con una habitación oculta en el ático de la vieja casona.

Diagnóstico: Probablemente estoy equivocado, pero a veces me da la impresión de que algunos directores aceptan participar en mediocres películas de terror porque no conocen bien el género. No han visto suficientes cintas de este estilo, y por lo tanto no reconocen ni los más obvios clichés cuando leen el libreto (si es que lo leen). Esa sería la única explicación para cintas como El Ático, donde un buen elenco y un sólido director dan como resultado una blanda y previsible película que no solo carece de originalidad, sino que falla en las más básicas obligaciones de una obra de terror: inspirar miedo, o al menos crear suspenso.
Y lo peor es que la trama incluye elementos bastante interesantes, así como excelentes locaciones llenas de atmósfera y misteriosos rincones para ocultar las manifestaciones sobrenaturales que atormentan a la familia Barrow... o, específicamente, a Dana, pues dentro de los mencionados clichés podemos contar con el típico esposo incrédulo, un reciente trauma emocional, y el antecedente de problemas mentales que sugieren un colapso nervioso en la pobre mujer histérica. Después de todo, es más fácil suponer que Dana está loca, en vez de aceptar sus teorías sobre fantasmas y espíritus vengativos.
Y, sí, las palabras "espíritu vengativo" aparecen en la película como encabezado de un periódico antiguo donde se describe el trágico pasado de la mansión. ¿Dónde encuentra Dana ese periódico? En la biblioteca local, atendida por una astuta anciana que sabe más de lo que aparenta.
A eso me refería con "clichés". Y ni siquiera he mencionado la tétrica niña que se asoma detrás de una puerta, la pelota roja que se mueve sola, y el perro negro que podría ser real o fantasma... aunque (Spoiler) eso no impide que sufra una muerte violenta. Y también matan a un gato, así que doble cliché por el precio de uno (Fin de Spoiler).
Entre los elementos positivos de El Ático está el asunto del "cuarto de decepciones" (como indica el título original), una realidad histórica cruel y digna de exploración en una mejor película; y también me pareció rescatable la actuación de Kate Beckinsale, pues, a pesar de un desafortunado peinado rubio, hace su mejor esfuerzo por expresar angustia combinada con dudas sobre su propia estabilidad mental (digamos que no queda rastro alguno de Selene, el personaje que Beckinsale interpreta en la saga Underworld). Su esposo David, interpretado por Mel Raido, solo sirve para cuestionar las “fantasías” de su esposa y exponer sus preocupaciones al psicólogo familiar, quien naturalmente coincide en que el estrés y el dolor de perder a un bebé están afectando a Dana ("¿está tomando sus medicinas?"). El niño Duncan Joiner realiza una aceptable labor como "mcguffin" y víctima potencial de los fantasmas; y Lucas Till (el nuevo MacGyver) hace un papel adecuadamente antipático como el carpintero local que está ayudando a renovar la casa... aunque también le gustaría ayudar a Dana a "relajarse" (*guiño pícaro*).
Y así se desarrolla El Ático, sin una sola sorpresa, y con un tono plano e insípido donde apenas sobresalen algunos momentos con potencial terrorífico que el director D.J. Caruso (Disturbia, Eagle Eye) no sabe cómo aprovechar.
Además de su (desperdiciada) premisa y su tenaz protagonista, no encuentro muchas razones para recomendar El Ático. Creo que los fans de las casas embrujadas y el horror gótico con mucha atmósfera tienen mejores opciones, desde la clásica The Innocents hasta la modesta cinta independiente Jessabelle, sin olvidar éxitos comerciales como The Others y El Orfanato. Con suerte, algún director con más imaginación (y conocimiento del género) explotará la idea del "cuarto de decepciones" sin arruinarla con excesivos clichés... y sin pelucas rubias de baja calidad.
Calificación: 6

IMDb

Friday, December 16, 2016

Rogue One: Una Historia de Star Wars (Rogue One: A Star Wars Story)



Síntomas: El Imperio Galáctico construyó un arma de inmenso poder, con la que planea aplastar para siempre a la Rebelión; pero una joven delincuente llamada Jyn Erso (Felicity Jones) podría ser la esperanza que necesita la Alianza para sobrevivir.

Diagnóstico: Si la original Star Wars (A New Hope, para los conocedores) se inspiró en The Hidden Fortress, ahora podríamos decir que Rogue One: Una Historia de Star Wars tomó el ejemplo de cintas clásicas como The Guns of Navarone y Where Eagles Dare, donde un desesperado grupo de individuos se infiltra detrás de líneas enemigas en una misión de alto riesgo... y también gran recompensa.
Pero eso no es todo. Como parte de un enorme legado cultural (y, aceptémoslo, comercial), Rogue One (me voy a ahorrar el subtítulo de aquí en adelante) debe complementar su historia principal con fuertes lazos al pasado y al futuro de la saga, integrando nuevos personajes en viejas situaciones, recreando escenarios clásicos con los más modernos efectos especiales, y todo ello sin perder el inefable "espíritu" que define e identifica todo lo relacionado con Star Wars. ¿Será posible cumplir tantos requisitos, y además conseguir una película satisfactoria por derecho propio?
Afortunadamente sí. El director Gareth Edwards y los guionistas Chris Weitz y Tony Gilroy tomaron un pasaje "histórico" de la mitología (básicamente el primer párrafo en el texto inicial de A New Hope) y le dieron vida con gran carácter y energía, dejando atrás la idealizada "ópera espacial" para enfrentar los retos físicos y emocionales de un conflicto de guerrilla, donde la acción podrá ser menos épica, pero no por ello menos impactante y espectacular.
El elenco principal está compuesto por sólidos actores con mayor diversidad que cualquier otra cinta de Star Wars; Felicity Jones (Jyn Erso, hija de un importante científico imperial), Diego Luna (Cassian Andor, espía y agente de la Alianza), Donnie Yen (Chirrut Îmwe, monje devoto de la Fuerza), Wen Jiang (Baze Malbus, guardaespaldas), Riz Ahmed (Bodhi Rook, piloto desertor del Imperio), y Alan Tudyk (prestando su voz y movimiento al androide K-2S0) forman un equipo bien balanceado, fuerte en sus convicciones, pero con suficiente vulnerabilidad para preocuparnos por su supervivencia. Mi única queja es que Edwards no invierte suficiente tiempo en el desarrollo de varios personajes. Sobre todo lo noté con Bodhi Rook y Cassian Andor; su introducción es demasiado rápida, y cuesta trabajo asimilar sus respectivas motivaciones. Claro, tampoco necesito una precuela de la precuela para explicar cada pequeño detalle, pero unos minutos más de "backstory" hubieran fortalecido las dinámicas de su interacción, y aclarado desde el principio su función dentro de la narrativa.
Por el lado de los villanos, Ben Mendelsohn interpreta a Orson Krennic, burócrata convertido en megalómano (la novela "Catalyst" expone muy bien su evolución), enfrascado en una fuerte rivalidad con cierto gobernador que también desea controlar el proyecto que garantizará la victoria del Imperio sobre todos sus oponentes.
Y, claro, podemos contar con múltiples cameos, referencias y chistes ocultos para diversión de los fans. Algunos de estos "easter eggs" parecen caprichos auto-indulgentes ("¡Nadie me dice lo que está pasando!"), mientras que otros denotan auténtico ingenio y amor por la saga (como el rumor sobre la serie T). Ah, y por fin se menciona oficialmente... no, mejor me callo esa revelación.
En ciertos aspectos Rogue One me dejó más satisfecho que The Force Awakens, aunque sobra decir que no capturó mi imaginación como aquella catártica secuela, que recibí con tanto gusto después de quince años de resentimiento contra la "trilogía mala". Pero, más importante, Rogue One confirma rotundamente la viabilidad de "spin-offs" tangenciales de la crónica principal (llamémosle "Star Wars Prime" a ese novenario oficial), incrementando así las oportunidades de experimentar con nuevas perspectivas y visiones únicas... tal como lo hizo durante cuarenta años el "Universo Extendido" en forma de comics, novelas, videojuegos y hasta series de televisión. Quizás muchos no eran "canon", pero ciertamente enriquecieron la saga, y ahora disfrutaremos lo mismo en el cine. Ya estamos en el camino correcto; ahora, por favor, no dejen que Lucas se acerque.
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, December 14, 2016

Spectral



Síntomas: Durante un conflicto armado en Europa Oriental, el científico Mark Clyne (James Badge Dale) y la agente de la CIA Fran Madison (Emily Mortimer) se integran a un escuadrón militar para determinar si las figuras espectrales que muchos soldados están reportando (antes de morir de manera misteriosa) son algún tipo de nueva tecnología enemiga... o los fantasmas de las víctimas de la guerra, en busca de venganza.

Diagnóstico: Soldados contra fantasmas... ciencia contra superstición. Uno de mis temas favoritos en el cine fantástico fundamenta la cinta Spectral, una sólida aventura militar que combina elementos de Aliens, Ghostbusters y The Asphyx, realizada con gran esmero visual en extraordinarias locaciones europeas, aunque levemente empobrecida por un irregular argumento.
De hecho, Spectral es como una de esas películas originales del canal SyFy, con el beneficio adicional de sobresalientes valores de producción y un par de actores famosos (Bruce Greenwood y Emily Mortimer) en roles secundarios para añadir clase y credibilidad a una B-Movie absurda, aunque muy entretenida... lo cual no tiene nada de malo.
El misterio central de Spectral me gustó mucho, así como las deducciones del protagonista, cuya actitud comienza sobria y racional, como corresponde a un buen científico, para más tarde desviarse a territorio sobrenatural cuando la evidencia se vuelve innegable. Y, mientras tanto, tenemos abundantes escenas de combate, muchos balazos y explosiones, y algunas sorprendentes secuencias con vehículos bélicos que deben hacer costado bastante rentar... o reproducir digitalmente. Los efectos de Spectral son tan buenos (cortesía de WETA Digital, nada menos) que me costó trabajo separar los elementos prácticos de los simulados.
En el aspecto humano, las actuaciones varían entre apatía y exageración, aunque desde luego nadie verá Spectral por el desempeño del reparto. Aún así todos cumplen decorosamente los requerimientos dramáticos de la cinta, con mención especial al realismo de las tácticas militares; los actores parecen soldados de verdad, en vez de niños jugando a la guerra (como ocurre con frecuencia en cintas de este estilo). James Badge Dale (algunos lo recordarán como Chase, el "mini-Bauer" en la tercera temporada de 24) integra con éxito las facetas científicas y heroicas de su personaje, prestando credibilidad a la pseudo-ciencia que respalda sus descubrimientos (no sabía que una cámara puede convertirse en proyector...) Por su parte, Emily Mortimer añade adecuadas dosis de paranoia gubernamental, y un poco de calidez maternal estilo Ripley, cuando debe cuidar a Newt Sari (Ursula Parker), la pequeña niña huérfana que rescatan de las ruinas. Y, finalmente, Bruce Greenwood es el clásico líder militar con inagotable valor, determinación, y elocuencia para improvisar el obligatorio discurso que inspira a las tropas antes de la batalla final.
Por el lado negativo, el libreto incluye un notorio exceso de coincidencias (TODOS los materiales que necesitan los soldados están regados por el piso de la ciudad destruida, como si estuvieran jugando DOOM), personajes mal definidos con diálogos prefabricados (parece que le pagaban extra al guionista por cada vez que escribía "Go!"), y una general superficialidad narrativa que traiciona el ingenio de las ideas exploradas por la cinta... como dije, absolutamente ridículas, pero fascinantes por su originalidad.
Pero, bueno... a fin de cuentas Spectral me pareció una experiencia recomendable gracias a sus virtudes técnicas, artísticas y conceptuales, por no mencionar mi obsesión con el choque de ideologías científica y esotérica. Y, como Spectral obtuvo distribución global por medio de Netflix, no hace falta salir de casa para disfrutar sus espectaculares imágenes y rimbombante techno-babble fuera de control. En resumen: Spectral sería un excelente módulo multi-player para Call of Duty. Los espectros son los nuevos zombies.
Calificación: 8

IMDb

Monday, December 12, 2016

Beyond the Gates



Síntomas: El dueño de una tienda de videos “vintage” en formato VHS desapareció hace siete meses, y ahora sus hijos Gordon (Graham Skipper) y John (Chase Williamson) se encargan de hacer inventario y empacar las viejas cintas para desalojar el local. Entonces encuentran un misterioso juego de terror para VCR llamado "Beyond the Gates", y deciden jugarlo, sin saber que pondrá sus vidas en peligro.

Diagnóstico: ¿Otra película “retro” sobre horror clásico? No exactamente. Beyond the Gates rinde tributo a una faceta menos conocida del "geekdom" ochentero: los juegos para VCR, que eran básicamente juegos de mesa acompañados por un videocassette VHS que se reproducía simultáneamente para crear una experiencia “multimedia” más intensa y divertida... o al menos esa era la teoría (Community satirizó esa efímera moda en el episodio “VCR Maintenance and Educational Publishing”). Francamente nunca me interesaron estos juegos... mi única experiencia con "Atmosfear" en casa de un amigo fue irritante y repetitiva; sin embargo, en los noventas me volví aficionado a juegos en CD como “Terror T.R.A.X.”, que eran audio-dramas de opción múltiple con efectos sonoros. Había uno de vampiros, uno de hombres lobo... en fin, eso es tema para otro día.
Versión corta del párrafo anterior: Beyond the Gates es como Jumanji, pero de terror.
Y, al igual que Jumanji, las reglas de Beyond the Gates son bastante confusas y la mecánica del juego no tiene sentido, pero los eventos que desata en el mundo real tienen mortales consecuencias, y casi siempre van acompañados por chorros de sangre y dilemas éticos que ponen en conflicto a Gordon, John y Margot (Brea Grant), la novia de Gordon, quien tuvo la mala fortuna de estar presente cuando los hermanos iniciaron el juego que ahora deben completar para salvar sus vidas... y quizás desentrañar el misterio de su padre desaparecido.
Me gustó el tono nostálgico y el evidente amor por la cultura geek que inspiró al director Jackson Stewart en su primer largometraje. Y, a diferencia de similares cintas independientes, Beyond the Gates no apresura al horror, dejando amplio margen al principio para conocer a los personajes y desarrollar las relaciones que darán peso dramático a los peligros desatados por el malévolo juego de mesa.
Otro acierto de Beyond the Gates fue contratar a Barbara Crampton como "anfitriona" del juego. Solo la vemos en la pantalla del arcaico televisor donde se reproduce el VHS, pero su larga experiencia en el género fantástico (Re-Animator y From Beyond son mis películas favoritas de esta actriz) y estatura como figura de culto bastan para añadir una traviesa personalidad a las perturbadoras instrucciones que reciben los jugadores.
Por su parte, Graham Skipper, Chase Williamson y Brea Grant resultan víctimas adecuadas, a veces siguiendo la corriente del juego, y a veces rebelándose contra sus crueles directivas; como dije, no encontré mucho sentido en el asunto de las "llaves ocultas", ni en las condiciones para ganar la partida, pero al menos funcionan como excusa para disfrutar el abundante gore y las manifestaciones sobrenaturales que anuncian la "apertura de las rejas" que separan nuestro mundo de ... "el más allá" o algo así, donde los jóvenes esperan encontrar a su padre.
Por lo demás, Beyond the Gates sufre los problemas típicos del Cine B, incluyendo mediocres efectos especiales, insípidas locaciones, y actuaciones irregulares. Sin embargo nunca me aburrió, y hasta me mantuvo en suspenso sobre lo que encontraríamos al final del juego, de modo que puedo darle una discreta recomendación, más por su sinceridad y divertido espíritu, que por sus cuestionables virtudes intrínsecas. Solo espero que dediquen la secuela a los juegos de audio... sería fascinante ver a un grupo de actores escuchando CDs y buscando "tracks" con el control remoto. O tal vez no.
Calificación: 7

IMDb

Sunday, December 11, 2016

Estación Zombie (Busanhaeng - Train to Busan)



Síntomas: Cuando se desata una epidemia de zombies en Corea del Sur, los pasajeros de un tren con destino a la ciudad de Busan deberán luchar para sobrevivir... aunque no saben si se dirigen a la salvación o a una muerte segura.

Diagnóstico: Nuevamente Corea del Sur toma prestado un concepto del cine norteamericano, y nos da una lección sobre cómo deben hacerse las cosas. Después de veinte años de películas de zombies genéricas y repetitivas (con unas cuantas honrosas excepciones), por fin llega una obra con auténtica sustancia, personajes bien desarrollados, y un mensaje positivo y humanista que trasciende el horror de la infestación zombie.
Aunque, pensándolo bien, tal vez el secreto de Estación Zombie es que no es realmente una película de terror, sino una electrizante aventura donde el peligro principal (aunque no el único) son los zombies... una estrategia similar a la de World War Z (con ecos de Snowpiercer), pero menos orientada al desastre global, y más dedicada a cultivar personajes interesantes cuyos retos y relaciones forman el núcleo dramático de la película.
Además, Estación Zombie no es tan sangrienta como parece cuando la estamos viendo. En retrospectiva me sorprendió darme cuenta de que casi no hay armas de fuego, rara vez se dispara una bala, y el flujo de sangre se mantiene al mínimo... nada de "head shots" ni desmembramientos, y apenas un par de mordeduras con mínimo gore.
Sin embargo, el impacto de los ataques es innegable, gracias a la extraordinaria dirección de Sang-ho Yeon, cuyo ingenio no conoce límites para orquestar persecuciones, escapes, y situaciones de gran peligro que fluyen orgánicamente sin comprometer la lógica y realismo de la premisa (contrario al título mexicano, la mayor parte de la acción toma lugar a bordo del tren, y no en la "estación zombie").
Como puede esperarse, los pasajeros del tren abarcan un democrático rango de edades, ocupaciones y personalidades, para explorar el desastre desde distintos puntos de vista y justificar sus acciones con diversas motivaciones: el ejecutivo financiero Seok Woo (Yoo Gong) solo se preocupa por salvar a su pequeña hija Soo-an (Soo-an Kim); Sang (Dong-seok Ma) y su esposa Sung (Yu-mi Jeong) son una pareja de clase trabajadora con un bebé en camino; los estudiantes Young (Woo-sik Choi) y Jin-hee (Ahn So-hee) están enamorados, aunque no quieren reconocerlo hasta que sus vidas corren peligro; Gwi-hwa Choi interpreta un indigente más astuto de lo que asumen los demás; y, desde luego, tenemos al obligatorio "villano corporativo" en Yong-Suk (Eui-sung Kim), sin el menor escrúpulo para sacrificar a otros pasajeros con tal de sobrevivir.
A pesar de tantas sub-tramas Estación Zombie nunca se vuelve confusa, y mucho menos aburrida, pues continuamente encuentra maneras de crear suspenso sobre el destino de los personajes. Aunque, para ser justos, mi única queja sobre la cinta sería aquella inesperada decisión que concluye el segundo acto, donde uno de los personajes hace algo bastante absurdo que no sentí creíble ni justificado.
Pero, bueno... las consecuencias de ese "twist" complican deliciosamente la situación, y me hicieron olvidar casi de inmediato cualquier duda que tuviera sobre el talento de Sang-ho Yeon, quien logró realizar una película de zombies tensa, entretenida y hasta profunda, con un sólido comentario social sobre guerra de clases y responsabilidad personal que rara vez encontramos en este tipo de cine. En resumen: Estación Zombie es la mejor película de zombies que he visto en varios años, y otra muestra del talento coreano para mejorar las fórmulas norteamericanas a base de creatividad y énfasis en la humanidad de los personajes, independientemente de las circunstancias que atraviesan. Esa es una valiosa lección para cualquier género cinematográfico... pero funciona mejor en el cine fantástico, donde es indispensable una fuerte conexión con la realidad.
Calificación: 9.5

IMDb

Saturday, December 10, 2016

Capitán Fantástico (Captain Fantastic)



Síntomas: En los bosques del estado de Oregon, Ben Cash (Viggo Mortensen) cría a sus seis hijos bajo un estricto (a veces brutal) régimen de disciplina física y mental. Pero cuando una tragedia afecta a la familia, se ven obligados a incursionar en la civilización.

Diagnóstico: Sospecho que algunas personas entrarán a ver Capitán Fantástico esperando una cinta de súper-héroes (o un tributo a Elton John); y aunque quizás sentirán al principio un poco de confusión, a fin de cuentas eligieron una buena película y no saldrán defraudados, incluso si no fue lo que imaginaban.
El provocativo concepto central de Capitán Fantástico se vuelve un poco previsible conforme se acerca al desenlace, pero afortunadamente conserva en todo momento una narrativa lógica, honesta y emotiva, con un válido mensaje de tolerancia y fraternidad que se quedará en nuestra conciencia mucho tiempo después de ver la película (espero).
En su más básico nivel, Capitán Fantástico es un melodrama familiar inteligente y bien planteado, con fascinantes personajes que no encajan en los estereotipos de una "familia disfuncional". Y, en un nivel más profundo, se trata de una artera denuncia de los vicios que se han vuelto "normales" en la sociedad contemporánea... pero sin dejar de apreciar las ventajas que también damos por sentadas.
El contraste entre ambos mundos es, como dije, bastante obvio: los tres hijos y tres hijas de Ben, cuyas edades varían entre 17 y 7 años, son básicamente atletas entrenados para sobrevivir en el bosque tan solo con un cuchillo; pero también pueden discutir ciencia, política y filosofía con la elocuencia y claridad de un profesor universitario. Sin embargo, cuando se ven obligados a interactuar con personas "normales" se manifiesta el único defecto en el método de Cash: la ineptitud social que pone a los niños en desventaja con la gente del mundo real, perezosa y estúpida desde su punto de vista, pero mejor preparada para lidiar con los obstáculos de la vida cotidiana; por ejemplo, cómo hablar con una chica, o por qué ciertos asuntos no deben discutirse en la mesa familiar.
Desde luego no hay que tomar muy en serio esta historia; creo que la intención del director Matt Ross (¡más conocido como "Gavin Belson" en Silicon Valley!) fue presentar una amable pero incisiva fábula donde se comparan los extremos de dos ideologías antagónicas: por un lado tenemos una idealizada versión de la vida "off the grid", con recursos ilimitados e hijos dóciles (en su mayoría) que se adaptaron perfectamente a los retos del bosque, y no protestan cuando les toca despellejar un venado, o leer un pesado libro sobre Teoría M. Y, por otro lado, tenemos a los ciudadanos normales, atrapados en las garras del consumismo y la cultura hedonista que lentamente arruina sus cuerpos y sus mentes (tengo amplia experiencia en ambos temas). Claramente el punto de Capitán Fantástico no es convencernos de que una de las dos sea correcta, sino explorar la posibilidad de un balance que permita, por ejemplo, acceso a servicios médicos que no incluyan lodo en lugar de antibiótico; y al mismo tiempo fomente pensamiento crítico y buena alimentación en un mundo de publicidad lava-cerebros y golosinas azucaradas (estoy comiendo Skittles mientras escribo esto).
Viggo Mortensen es ideal para abordar el complejo papel del sagaz patriarca, al mismo tiempo estricto, pero dispuesto a escuchar nuevas ideas. Sus hijos están perfectamente interpretados por (en orden de edades) George MacKay, Samantha Isler, Annalise Basso, Nicholas Hamilton, Shree Crooks (quien se roba la película como la vivaz Zaja), y Charlie Shotwell. Por el lado de los "norms", Kathryn Hahn y Steve Zahn son parientes con ideas más convencionales sobre la crianza de sus hijos, lo cual Ben encuentra frustrante. Y el gran Frank Langella personifica a los "fascistas" que están arruinando el mundo... aunque quizás encuentre oportunidad de redimirse.
Capitán Fantástico me pareció una excelente película, muy bien escrita, dirigida y actuada, con un importante mensaje que no se interpone en la simple labor de entretener al espectador. Además, creo que fue el más entretenido análisis sociológico que había visto desde Idiocracy. Finalmente, para fans de la vida "off the grid", creo que Capitán Fantástico sería un perfecto acompañamiento de Hunt for the Wilderpeople: historias paralelas sobre honor y autosuficiencia, contadas con ingenio y mucho humor. Pero por favor no lo intenten en casa, a menos que su casa sea un árbol.
Calificación: 9

IMDb

Friday, December 9, 2016

Fiesta de Navidad en la Oficina (Office Christmas Party)



Síntomas: La empresa de tecnología donde trabajan Clay (T.J. Miller), Josh (Jason Bateman) y Tracey (Olivia Munn) está a punto de cerrar; entonces, para atraer un importante cliente, organizan una gran fiesta navideña; pero si se entera Carol (Jennifer Aniston), la temible CEO, probablemente serán despedidos.

Diagnóstico: En realidad el argumento de Fiesta de Navidad en la Oficina es más complicado, pues incluye incesto corporativo, espectaculares innovaciones tecnológicas, y múltiples vectores románticos... pero, como el título señala, todo se reduce a la Gran Fiesta Que Lo Decidirá Todo.
O tal vez no. A pesar de lo que sugiere la publicidad de Fiesta de Navidad en la Oficina, la fiesta de Navidad en esta oficina fue menos espectacular de lo que esperaba. Claro, hay abundante licor, vulgaridad y consumo accidental de drogas, pero si la comparamos con otras películas fiestocéntricas, como Project X, The Hangover, o incluso Sisters, veremos que Fiesta de Navidad en la Oficina se queda corta en todos los aspectos, incluyendo humor, creatividad, y satisfacción laboral de los empleados.
Hablando de empleados, el punto fuerte de la cinta es el elenco, integrado por talentosos comediantes que aportan sólidos momentos individuales... pero sin llegar a rescatar la experiencia total. Jason Bateman encuentra un buen balance entre cínico y afable, pero no le dan suficientes escenas para congraciarse con el público. Olivia Munn interpreta a Tracey, la típica hacker de película que parece modelo de catálogo de ropa interior (¿habrá estudiado con el hacker que interpretó Chris Hemsworth en Blackhat?). T.J. Miller (más conocido como Erlich Bachman en Silicon Valley) repite su clásica rutina de bufón con buenos sentimientos y malas decisiones. Su personaje enfrenta la ingrata labor de conectar (mal) los dispares elementos de la trama; clara muestra de un libreto escrito por comité. Y la que menos pena ajena inspira, en mi humilde opinión, es Jennifer Aniston, veterana de incontables comedias ineptas; afortunadamente en esta ocasión encontró un rol más adecuado para el genuino talento que no veíamos desde Friends. O quizás desde aquel episodio de 30 Rock donde interpretó a otra mujer al borde de la locura. Sinceramente creo que Aniston funciona mejor interpretando bizarros antagonistas (en este caso la hermana de Clay con "daddy issues"), en vez de pasivos roles románticos. Ojalá encuentre más proyectos que desafíen las expectativas de su imagen pública.
Completando la lista de invitados encontramos varios egresados de Saturday Night Live (Vanessa Bayer, Kate McKinnon), Comedy Central (Rob Corddry, Randall Park) y uno o dos actores "serios" (Courtney B. Vance, Jamie Chung) demostrando su habilidad cómica... con variables resultados.
El gran problema es que el libreto no sabe qué hacer con tantas opciones. El asunto de la fiesta se siente añadido a la fuerza, tal vez cuando los directores Josh Gordon y Will Speck (Blades of Glory, The Switch) se dieron cuenta de que la historia principal (el melodrama de la empresa que necesita atrapar un "pez gordo" para satisfacer la desmedida ambición de la directora) no contaba con suficiente sustancia para mantener a flote la película. O quizás fue un caso de "vamos a combinar dos guiones graciosos para crear uno súper-gracioso (al menos en papel)". Como sea, siento que el plan no funcionó; pero, para ser honestos, tampoco me pareció un fracaso absoluto. Simplemente mediocre, con algunas risas y el carisma de los actores para compensar la ordinaria narrativa. Resultado de la Evaluación Anual: No se esforzó lo suficiente. Necesita pensar fuera de la caja. No existen problemas, sólo oportunidades. Identidad de Marca. Cambio de paradigma.
Calificación: Sinergia (7)

IMDb

Thursday, December 8, 2016

Évolution



Síntomas: En las apacibles aguas que rodean una isla habitada por mujeres y niños, el pequeño Nicolás (Max Brebant) descubre un cadáver, pero nadie le cree.

Diagnóstico: El primer adjetivo que viene a la mente después de ver Évolution es "lovecraftiano"... pero no en el sentido de monstruos cósmicos o criaturas con tentáculos (aunque hay algo de eso, pues las estrellas marinas que a veces aparecen en la playa ejercen una hipnótica fascinación en el curioso Nicolás), sino en la pesada atmósfera de aislamiento y misantropía que insinúa grotescos secretos tras la plácida tranquilidad de una comunidad costera.
¿Por qué solo hay mujeres y niños? Al parecer los niños están enfermos, y las mujeres ocupan la función dual de madres y enfermeras. ¿A dónde llevaron el cadáver? Y, ¿qué hacen realmente en la noche, cuando los "pacientes" están dormidos?
Algunas de estas preguntas se responden a lo largo de Évolution, mientras que otras se quedan en el aire para reforzar un tétrico misterio, que en realidad no es muy misterioso ni muy sorpresivo... aunque no deja de provocar una fuerte respuesta emocional por su exótica procedencia. Y cuando el pequeño Nicolás persiste en su "investigación" del cadáver desaparecido, nos damos cuenta de que los ciclos naturales en la isla (si es que realmente es una isla) obedecen reglas ajenas a nuestra comprensión.
Como dije: lovecraftiano.
A pesar de ser una película bastante corta (apenas ochenta minutos, incluyendo los créditos menos legibles que he visto en mi vida), la directora francesa Lucile Hadzihalilovic permite que la historia respire y encuentre su propio ritmo. Los diálogos son esporádicos y apropiadamente oblicuos; la cámara rara vez se mueve, y con frecuencia contempla durante largo tiempo escenas de belleza natural que nos invitan a reflexionar y digerir las cosas que hemos visto. Aún así la narrativa se siente segura y eficiente, libre de conflicto artificial y melodrama forzado; las cosas son como son, y Hadzihalilovic no emite juicios sobre los eventos que retrata, ni sobre las insólitas prácticas de los personajes. La vida sigue su curso.
En el papel de Nicolás, el niño Max Brebant destaca por su naturalidad y total ausencia de afectaciones histriónicas; su interacción con los niños de la isla sugiere una personalidad dócil pero inquisitiva, que podría señalarlo como un peligro para la estabilidad de la comunidad. Y en el inescrutable papel de Stella, Roxane Duran esboza una madre/enfermera con incierta motivación para interesarse en el caso de Nicolás. Quizás sea un tenue vestigio de instinto maternal... o simple curiosidad científica, tratando de evaluar dónde falló su experimento social. O lo que sea que esté ocurriendo en la isla.
Es difícil establecer un nicho específico para una película como Évolution. Casi no hay "gore", ni sobresaltos, ni asesinos enmascarados. Y sus conexiones con la obra de H.P. Lovecraft se limitan a su perturbadora atmósfera, así que no esperen colores del espacio exterior ni ciudades perdidas en el Pacífico. Simplemente una isla con muchos secretos, que quizás sea mejor no conocer. Si eso no es horror, no sé qué lo sea.
Calificación: 8.5

IMDb

Tuesday, December 6, 2016

Hell or High Water



Síntomas: Desesperados por el colapso de la economía en las áreas rurales de Texas, los hermanos Toby y Tanner Howard (Chris Pine y Ben Foster) deciden robar varios bancos para pagar la hipoteca de su granja. Y como los robos son relativamente pequeños, el FBI deja la investigación en manos de alguacil Marcus Hamilton (Jeff Bridges), quien añora un poco de acción antes de su inminente retiro.

Diagnóstico: Mitad drama familiar y mitad "neo-western", Hell or High Water cuenta una historia engañosamente simple: dos hermanos roban bancos para pagar las deudas que dejó su madre. Mientras tanto, un viejo policía los persigue con ayuda de su fiel ayudante. Suena como una versión menos enredada de No Country for Old Men.
Sin embargo, la auténtica sustancia de Hell or High Water reside en sus elementos periféricos: los variados "estudios de carácter" que revelan complicadas personalidades detrás de rostros ordinarios; los diversos niveles de fricción étnica en un entorno cruel y desolador; y las calladas meditaciones sobre una sociedad en camino a la bancarrota, no solo económica sino moral.
En otras palabras, el asunto de los robos bancarios es tan solo una excusa narrativa para explorar temas más profundos, con tanta sutileza que algunas personas encontrarán aburrido el lento ritmo de la película y la deliberada dirección de David Mackenzie. Pero con un poco de paciencia para leer entre líneas, encontraremos astutos manifiestos que denuncian los apócrifos valores del “viejo/nuevo oeste”, incluyendo la muerte del honor, el racismo como parte integral de la cultura, y la epidemia de armas que asola los Estados Unidos.
Afortunadamente no todo es drama y depresión. Aunque los aspectos policíacos sean simples conductos de las reflexiones, me parecieron muy bien implementados por derecho propio, con una clásica cacería humana repleta de suspenso y violencia, donde el director nos invita a compartir la motivación de perseguidores y perseguidos, de modo que nunca sabemos quiénes son los "buenos" y "malos". El plan de los hermanos Howard es una brillante subversión de la codicia corporativa... un moderno Robin Hood que emplea las armas del enemigo para su propio beneficio. Al mismo tiempo, el veterano alguacil Hamilton y su comisario Alberto están del lado de la ley, pero no necesariamente de la justicia. Y su extraña mezcla de odio/amistad forma un lazo tan fuerte como el de los hermanos... incluso si está basado en insultos raciales. En resumen: una densa amalgama de acción, emoción, y comentario social donde cada elemento complementa y fortalece a los demás, sin perder sus virtudes intrínsecas.
Hablando de lo cual, los actores son parte fundamental de esta magia alquímica. En el papel de Toby, Chris Pine es el "cerebro" del dúo, y el sereno Yin que balancea el violento Yang de su hermano Tanner, interpretado por Ben Foster. Su química fraternal es perfecta, y Pine en particular me sorprendió con una actuación precisa y detallada que revela nueva madurez en su oficio. Foster es igualmente bueno, pero ya estábamos acostumbrados a eso. Lo cual también aplica al genial Jeff Bridges, explotando al máximo su edad para crear un anciano astuto e irascible, con más calidez humana de la que revela su irreverente actitud. Finalmente, Gil Birmingham es el centro moral de la película como el Comisario Alberto Parker, mitad comanche y mitad mexicano, lo cual no solo lo hace blanco fácil de los insultos de Hamilton, sino que le da una perspectiva muy peculiar sobre el "hombre blanco" y todos los vicios que se disfrazan de libertades. Excelente trabajo de un reparto sin un solo eslabón débil.
Creo que Hell or High Water está ganando impulso como contendiente en algunos de los grandes premios cinematográficos, lo cual es bueno, pues ayudará a que tenga mayor difusión. Pero, con o sin nominaciones, Hell or High Water es una de las mejores películas que he visto este año, y una experiencia inmensamente satisfactoria que rehúsa encasillarse en géneros específicos. Drama, thriller, western... como quieran definirla, Hell or High Water es gran cine. Incluso si terminamos viéndola en la pantalla chica.
Calificación: 10

IMDb

Sunday, December 4, 2016

Moana: Un Mar de Aventuras (Moana)



Síntomas: Desde que era niña, la joven Moana (voz de Auli'i Cravalho) sueña con explorar los mares que rodean la idílica isla de Motunui, pero sus deberes como hija del Jefe Tui (voz de Temuera Morrison) la han obligado a permanecer en tierra firme... hasta que la revelación de un secreto milenario la inspira a desobedecer a su padre para salvar a la tribu.

Diagnóstico: Me parece alentador que Disney esté incursionando en historias "originales", cada vez más alejadas de los cuentos de hadas y folklore europeo que respaldó el éxito del estudio en sus inicios, hace ochenta años. Cintas como Wreck-It Ralph, Big Hero 6 y Zootopia mostraron genuino deseo por romper los viejos esquemas e intentar cosas nuevas; pero, al mismo tiempo, Disney necesita "cubrir sus bases" con ocasionales películas sobre "princesas", las cuales implican un menor riesgo económico y explotan estrategias mercadológicas refinadas a lo largo de varias décadas.
Con esto quiero decir que los personajes y cultura de la cinta Moana: Un Mar de Aventuras podrán ser nuevos, pero los temas y arquetipos que maneja resultarán muy familiares para los fans de Disney. Lo cual no tiene nada de malo; después de todo son conceptos establecidos desde los albores mismos del arte narrativo y, bien empleados, logran que películas como Moana: Un Mar de Aventuras se transformen en divertidos relatos que funcionan en múltiples niveles. En este caso, la aventura de la joven que desafía la tradición de su tribu es al mismo tiempo una emotiva historia "coming of age", una fábula didáctica sobre la importancia de "seguir tus sueños" (no voy a amargar está crítica con mi refutación de esa tendenciosa moraleja), y como alegoría ecológica que nos inspira a respetar el balance natural del universo. O al menos de Polynesia, Hawaii, R'lyeh, o similares islas del Pacífico Sur.
Sin embargo, estos confiables y eficientes clichés restan novedad a la película y diluyen un poco su encanto. Las imágenes que ofrece Moana: Un Mar de Aventuras son realmente espectaculares (el mar como elemento inteligente fue mi favorito); los personajes son muy simpáticos, con perfectas voces para complementar su diseño realista, pero no tan realista (sí, atravesé la ciudad para asistir a uno de los escasos cines que exhibían la versión sub-titulada... y recomiendo hacer lo mismo pues, ¿quién se negaría a escuchar a "The Rock" cantando... mejor de lo que uno supondría?); y la música es contagiosa, con suficiente sabor étnico, pero manteniéndose accesible para competir en iTunes y, ¿quién sabe? para facilitar su adaptación a Broadway, si llega a darse el caso (por algo contrataron a Lin-Manuel Miranda como compositor).
Pero es imposible evitar la sensación de que ya habíamos visto todo esto... en repetidas ocasiones. Aunque cambian los detalles, la experiencia es muy familiar: la niña "especial" con aspiraciones que rebasan su entorno; los consejos inspiradores de un personaje semi-mágico; la ayuda sobrenatural (en la forma del mar antes mencionado); bueno, hasta el "comic relief" (un gallo con "necesidades especiales") evoca bufones del pasado... pero sale ganando por el simple hecho de quedarse callado.
Y también tengo algunas quejas sobre la segunda mitad de la película, cuando la historia languidece bajo el peso de mucho relleno para añadir drama y acción sin gran fundamento dramático. Todo empieza con la canción del cangrejo (visualmente impresionante pero innecesaria), y se prolonga con el número feminista que se siente más como oda a la corrección política que como sincera ideología de los directores Don Hall y Chris Williams. No me malinterpreten... admiro y celebro el tono feminista de Moana: Un Mar de Aventuras, pero es el tipo de ingrediente que debería integrarse orgánicamente a la historia, en vez de convertirlo en un "evento" específico que frena el ritmo de la película y además se siente redundante, pues ya se había obtenido el mismo resultado con el maravilloso desarrollo de Moana misma, posiblemente la "princesa" con mayor realismo y carácter en la filmografía animada de Disney (tal vez sea debatible llamarla "princesa" pero, como "hija del gran líder"  me parece un término propiado; y Maui está de acuerdo).
Sin embargo, como dije, los elementos positivos superan con creces cualquiera de estas quejas. El trabajo de diseño y animación es impecable; Dwayne Johnson en el papel del semi-dios Maui y Auli'i Cravalho como Moana forman una formidable pareja protagónica (no romántica, afortunadamente) con igual capacidad para los momentos dramáticos, las emocionantes secuencias de acción (la batalla contra los piratas me hizo sonreír por su ingenio coreográfico), y el bien balanceado humor que aligera su relación (mención especial para el tatuaje... bueno, ya lo verán).
El desenlace me decepcionó un poco por cobijarse en un literal "deus ex-machina" demasiado conveniente que resta emoción a la gran batalla final; y al villano le falta personalidad, aunque eventualmente nos convence de su motivación. Pero por lo demás Moana: Un Mar de Aventuras me dejó más satisfecho que cualquier otra "princess movie" de Disney en años recientes (Frozen me gustó, pero la encontré un poco fría... no es chiste). En resumen: creo que es buen momento para olvidar mis prejuicios contra la animación de Disney. Su esfuerzo por cambiar es evidente, y los resultados brillan por sí mismos. Por fin siento que hacen justicia a su legado.
Calificación: 8.5

IMDb

Saturday, December 3, 2016

Inframundo: Guerras de Sangre (Underworld: Blood Wars)



Síntomas: La guerra entre vampiros y lycans ha llegado a un punto decisivo; entonces, viendo la derrota más cerca que nunca, el Consejo Vampírico decide perdonar a Selene (Kate Beckinsale) y reclutarla para entrenar una nueva generación de "death dealers". Mientras tanto Marius (Tobias Menzies), el nuevo líder de los lycans, busca desesperadamente a la hija de Selene, cuya sangre híbrida podría determinar el futuro de ambas razas.

Diagnóstico: En mi humilde opinión, la saga de Underworld empezó a mejorar cuando dejó atrás la obtusa mitología de vampiros y lycans, para enfocarse en las más interesantes aventuras de Selene, atrapada entre dos mundos, pero siempre independiente. Mi película favorita de la serie es Underworld: Awakening (2012), donde mejor se manifestó ese "renacimiento creativo" libre de bizantina genealogía y melodrama cortesano sacado de Vampire: The Masquerade. Desafortunadamente la quinta película, Inframundo: Guerras de Sangre, representa un paso atrás, cayendo de nuevo en los solemnes enredos de la aristocracia vampírica, los diálogos grandilocuentes que no dicen nada, y flojos complots que no logran sorprender por más clichés que arrojen al espectador (¿El dandy arrogante es un traidor? ¡Quién lo hubiera sospechado!)
La directora Anna Foerster recibió la ingrata tarea de atar cabos sueltos que venían arrastrándose a lo largo de cuatro películas. Tal vez los más devotos fans de la saga apreciarán las explicaciones sobre quién es hijo de quién, cuál lineaje posee la sangre más pura, o por qué los vampiros nórdicos parecen elfos de Rivendell (en realidad no lo explican, pero la analogía es correcta).
Aún así Foerster consigue balancear las partes aburridas con suficiente acción para no sentir que perdimos el tiempo. Kate Beckinsale destaca, como siempre, en el papel de Selene; la franquicia entera le pertenece, y los productores (incluyendo a Len Wiseman, esposo de la actriz) siempre han cuidado que sus peleas y acrobacias sean vistosas, dinámicas y muy sangrientas, gracias a la clasificación "R" (uno de los pocos aciertos de la serie). Theo James regresa en el papel de David, el aliado de Selene que desafía las órdenes de su padre Thomas (Charles Dance), el miembro más conservador del Consejo que intenta salvar el honor e integridad de la cultura vampirica. Ambos hombres, sin saberlo, están siendo manipulados por Semira (Lara Pulver) y su amante Varga (Bradley James), cuyos planes secretos requieren la colaboración de Alexia (Daisy Head), quien a su vez oculta una peligrosa conexión con una figura del pasado que podría alterar el balance de poder entre las dos razas... o tal vez solo está enamorada. Y si alguien entendió esta retahíla de confabulaciones y contubernios, probablemente disfrutará la intriga política que ocupa la mayor parte de Inframundo: Guerras de Sangre.
Para ser justos, las actuaciones me parecieron buenas... o, mejor dicho, perfectamente moduladas para satisfacer los requerimientos de la película: los malos son deliciosamente odiosos (Lara Pulver fue mi favorita), mientras que los "buenos" muestran férrea determinación para disimular las ridiculeces de la trama. Hablando de lo cual, el guionista Cory Goodman (responsable por The Last Witch Hunter y Priest... mala señal) ignora por completo el conflicto con la humanidad; ese fue uno de los elementos más interesantes de Underworld: Awakening, donde parecía inminente una posible tregua o alianza entre vampiros y lycans para sobrevivir el ataque de los gobiernos que por fin habían descubierto la existencia de estas criaturas. Pero, por alguna razón, Inframundo: Guerras de Sangre no hace mención alguna de esa circunstancia. No sé si fue "ret-con" (¿acaso se extinguió la humanidad?), o pereza (sería demasiado esfuerzo añadir complicaciones mundanas a un libreto atiborrado de drama sobrenatural), o simple desdén por los seguidores de la saga que esperaban una genuina continuación, en vez de más verborrea sobre dinastías, híbridos y limpieza étnica. Aunque, eso sí, Goodman encuentra tiempo para plagiar escenas de Blade, Resident Evil y The Lord of the Rings (no estaba bromeando cuando mencioné a los elfos... o podría ser una referencia a Game of Thrones que no entendí).
Ya sé... estoy cometiendo el error de sobre-analizar y buscar consistencia en una odisea tan irregular como lo ha sido Underworld. A fin de cuentas Inframundo: Guerras de Sangre me pareció más o menos entretenida, y puede funcionar igualmente como ambiguo final de la serie, o como punto de partida para nuevas aventuras (¿quizás directas a video?) con un nuevo elenco más económico, y un tono menos épico. Y aún si todo falla, siempre pueden continuar la trama de la precuela Underworld: Rise of the Lycans, ubicada en tiempos medievales que no requieren mucha explicación ni tecnología. Ojalá Rhona Mitra aún conserve su ajustado traje de piel.
Calificación: 7

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Friday, December 2, 2016

Sully: Hazaña en el Hudson (Sully)



Síntomas: Cuando fallan las turbinas de su avión durante el despegue, el experimentado piloto Chesley "Sully" Sullenberger (Tom Hanks) toma la controversial decisión de amarizar en el río Hudson; pero la Comisión Nacional de Seguridad en el Transporte cree que fue un error, e inicia una detallada investigación que podría arruinar el futuro de Sully.

Diagnóstico: El director Clint Eastwood decidió empezar Sully: Hazaña en el Hudson con una escena que me pareció tramposa y extremadamente manipuladora. "Mal comienzo", pensé. Sin embargo, al terminar la película reconocí la validez de ese audaz inicio, pues nos obliga a reflexionar (retroactivamente) sobre la inmensa tensión que soportó el piloto Chesley "Sully" Sullenberger durante aquellos fatídicos tres minutos y medio en un frío día de enero del año 2009.
Afortunadamente el resto de Sully: Hazaña en el Hudson transcurre con notable sobriedad narrativa y moderación emocional, utilizando una ágil estructura no-lineal para examinar múltiples aspectos del accidente del vuelo 1549, incluyendo el punto de vista de los pasajeros, del piloto y el primer oficial, de la torre de control, de múltiples testigos oculares (a veces interpretados por los individuos reales)... en fin, todas las perspectivas posibles para pintar un vivido retrato del "milagro en el Hudson", y permitir que los hechos hablen por sí mismos.
Paralelamente, Eastwood nos muestra las consecuencias psicológicas que Sully sufrió después del evento, desde el surrealismo de la fama instantánea y la tormenta mediática, hasta las dudas internas sobre la decisión que lo hizo famoso... y que podría destruir su reputación como piloto, arruinando una impecable carrera que abarcó más de cuatro décadas.
Tom Hanks entrega otra confiable actuación de "hombre ordinario atrapado en circunstancias extraordinarias". A primera vista parece un desempeño demasiado sutil, pero es totalmente intencional, pues Sully no es el tipo de individuo que acostumbra expresar sus emociones. De hecho, la misma sangre fría que le permitió mantener la calma durante el accidente lo convierte en un protagonista seco e inescrutable... pero no por ello menos interesante. Aaron Eckhart interpreta al primer oficial Jeff Skiles con similar disciplina, apoyando a su capitán en todo momento. Laura Linney se ve un poco desperdiciada como esposa preocupada que casi siempre está en el teléfono. Y, finalmente, en los papeles de investigadores federales, Anna Gunn y Mike O'Malley tienen que hacer algunas duras preguntas sobre el juicio y habilidad del protagonista; su actitud antagónica sirve muy bien para generar drama y conflicto, pero no podría llamarlos "villanos"... simplemente están cumpliendo su deber de llegar al fondo del asunto, incluso si van en contra de la opinión popular.
Aunque los hechos reales del "milagro en el Hudson" fueron ampliamente reportados por noticieros de todo el mundo, la visión de Eastwood y la actuación de Hanks añaden el "factor humano" a esta fascinante anécdota; y aunque Sully: Hazaña en el Hudson se siente bastante ligera y superficial (casi como una película hecha para televisión, pero con excelentes efectos especiales), puedo recomendarla tan solo por su pericia técnica y neutralidad histórica. "¿Héroe o fraude?", preguntan algunos personajes. La única respuesta es la de los pasajeros.
Calificación: 8

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