Monday, July 31, 2017

Killing Ground



Síntomas: Em (Harriet Dyer) y su novio Ian (Ian Meadows) se disponen a pasar el año nuevo acampando cerca de unas famosas cataratas australianas, pero el paseo se arruina cuando descubren un misterioso campamento abandonado. Mientras tanto, dos malvivientes buscan víctimas para satisfacer su hambre de violencia.

Diagnóstico: "Maniáticos torturando una familia" no es mi sub-género favorito en el cine de terror. Sin embargo, cuando está tan bien ejecutado como en la cinta Killing Ground, no puedo dejar de admirar la destreza del director Damien Power para manipular esos viejos clichés y mantenernos hipnotizados durante múltiples escenas crueles y perturbadoras que, simplemente, no podemos ignorar por la fuerza de su narrativa. Lo cual no significa que Killing Ground me haya "gustado" en el sentido convencional... aunque ciertamente reconozco sus virtudes.
Parte de la estrategia de Power es jugar con nuestra percepción del tiempo, mostrando el pasado y el presente sin mucha explicación, lo cual nos invita a prestar atención para armar el rompecabezas en nuestra mente... ¿quién llegó primero? ¿Quién sigue vivo en algún momento específico del relato? Y, sobre todo... ¿quién quedará vivo al final?
Al ser una producción australiana independiente, Killing Ground emplea actores prácticamente desconocidos, lo cual incrementa el realismo de la película porque no vemos "estrellas de cine", sino personas normales en situaciones terribles que jamás quisiéramos compartir. Y el mismo realismo se extiende a sus reacciones cuando se encuentran en peligro mortal; algunos tratan de escapar, otros defienden a sus seres queridos, y de vez en cuando toman decisiones irracionales que podemos excusar debido a la magnitud del trauma que están enfrentando.
Entre esas víctimas tenemos a Ian Meadows y Harriet Dyer como la pareja que tomó la extraña decisión de pasar el año nuevo en el bosque; Maya Stange, Tiarnie Coupland y Stephen Hunter interpretan a la familia del campamento abandonado. Pero todos comparten una creíble química que fortalece su dinámica "familiar", y hace más amargas las torturas físicas y mentales que eventualmente sufren.
Por cierto, algo que incrementará el impacto emocional de Killing Ground es la presencia de un bebé en peligro, lo cual rompe el balance de la batalla y altera fundamentalmente el comportamiento de algunos personajes. Y es doblemente perturbador cuando el director lo utiliza como un personaje más, sin concesiones por su edad o condición indefensa. Hablando de lo cual, me alegra decir que el perro Banjo sobrevive. Algo que, obviamente, nadie tiene asegurado en esta película.
Los villanos, German (Aaron Pedersen) y Chook (Aaron Glenane), parecen engañosamente normales a pesar de sus sangrientos pasatiempos. No se trata de los genéricos asesinos encapuchados de una cinta slasher, ni los anónimos verdugos sin motivación de incontables historias sobre invasión doméstica. Por el contrario, son auténticos psicópatas en el sentido clínico, desinteresados en el sufrimiento ajeno, y envueltos en una enfermiza amistad que (desde su punto de vista) valida sus crímenes y los exime de culpa real, pues solo están "divirtiéndose".
Como dije al principio, Killing Ground me impresionó con su excelente ritmo, dirección y actuaciones, así como su capacidad para horrorizar al público mientras nos obliga a seguir viendo, porque necesitamos saber cómo terminará todo. Sin embargo podríamos decir que Killing Ground es víctima de su propio éxito, pues aunque admiré su técnica y audacia artística, no quiero volver a verla, ni pensar en ella. Entonces: recomendada como una de las mejores películas de horror rural que he visto. Y al mismo tiempo, una desoladora experiencia que preferiría olvidar. Y, todo eso, con mínima sangre derramada; tan solo una experta manipulación psicológica de horrores peores que cualquier monstruo o "jason" de cajón.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, July 30, 2017

Si No Despierto (Before I Fall)



Síntomas: Después de un aparatoso accidente automovilístico, Samantha Kingston (Zoey Deutch) despierta todas las mañanas y repite el mismo día, una y otra vez, lo cual le permite examinar sus decisiones y rectificar errores que podrían estar causando el extraño fenómeno.

Diagnóstico: Así es... la misma premisa de Groundhog Day, pero reconfigurada para el público adolescente, con romance y misterio en vez de humor. El resultado no me pareció totalmente malo, aunque sufre los inevitables problemas de otras adaptaciones literarias enfocadas al público "tween" (en este caso se trata de la novela Before I Fall, de Lauren Oliver). Por eso sabemos de antemano que Si No Despierto incluirá un insulso triángulo romántico, melodrama prefabricado, y una absurda simplificación de temas para no abrumar al público adolescente. Aún así la directora Ry Russo-Young introduce suficientes vectores dramáticos y exploraciones filosóficas para simular profundidad y ayudarnos a sobrellevar los peores momentos de la película (por ejemplo, el mencionado romance... ¿Con quién se quedará Samantha? ¿Con el chico popular que se emborracha y vomita en las fiestas, o con el nerd sensible que la admira de lejos desde que eran niños?).
La actriz Zoey Deutch es una sólida protagonista, y su honesta interpretación de una joven normal ("normal" según Hollywood) revela orgánicamente las clásicas inseguridades de la adolescencia. Pero ahora, la repetición involuntaria del mismo día servirá para re-examinar su actitud y descubrir problemas que no había reconocido; entre ellos, su falta de empatía por los demás, y su obsesión con la popularidad, que le impide cuestionar su propio carácter. ¿Acaso existe algo más en la vida que fiestas, ropa de moda, y perseguir al chico de sus sueños?
Desde luego estas introspecciones son tan vacuas como los personajes. El círculo social de Samantha está integrado por sus tres mejores amigas, Lindsay (Halston Sage), Ally (Cyhthy Wu) y Elody (Medalion Rahimi), vagamente definidas por uno o dos rasgos básicos. En la periferia están los galanes unidimensionales (Kian Lawley como el "cool", y Logan Miller como el "nerd"); y desde luego no puede faltar Juliet (Elena Kampouris), la niña "rara" del colegio, repudiada por sus compañeros debido a su actitud antisocial y posible participación en ciertos "escándalos" del pasado. ¡Drama! ¡Misterio! Y... ¿quizás la posibilidad de redención?
Dejando por un momento el sarcasmo, es fácil reconocer el atractivo de esta historia para el público adolescente (particularmente femenino). Y, como dije, Russo-Young dirige el misterio con suficiente imaginación para rescatar la película de su simplista dinámica juvenil, determinada por redes sociales, rumores, y "likes". Incluso es posible que los reflexivos monólogos de Samantha inspiren un cambio de conducta en algunas niñas obsesionadas con la apariencia y la aprobación de los demás, en vez de definir sus propios valores.
Pero, bueno... ese sería el mejor de los casos. La realidad de Si No Despierto es mucho más modesta, y consiste únicamente en entretener al espectador con un pastiche de fórmulas dramáticas bastante rancias. Sin embargo, el ángulo de ciencia ficción y la agradable presencia de Zoey Deutch me inclinan a darle una cauta recomendación. He visto mejores imitaciones de Groundhog Day (por ejemplo Edge of Tomorrow, Source Code, y el episodio "Cause and Effect" de Star Trek: The Next Generation); sin embargo Si No Despierto adaptó bastante bien la idea a su particular nicho cultural, lo cual respeto, incluso si no "conectó" con este viejo amargado.
Calificación: 7

IMDb

Saturday, July 29, 2017

El Planeta de los Simios: La Guerra (War for the Planet of the Apes)



Síntomas: El conflicto entre humanos y simios inteligentes ha escalado en crueldad y violencia, poniendo en peligro la existencia de ambas especies. Sin embargo, lo único que quieren los simios es vivir tranquilamente en el bosque. ¿Podrá la humanidad co-existir pacíficamente con otra especie inteligente en la Tierra?

Diagnóstico: ¡Ja, ja, ja! Obviamente la respuesta es "no".
Contra todas mis expectativas, esta moderna trilogía resultó ser una excelente precuela de aquel clásico de 1968 (entre menos se diga del remake realizado en el 2001 por Tim Burton, mejor). Primero, Rise of the Planet of the Apes (2011) estableció una válida razón para la creciente inteligencia de los simios, al mismo tiempo que explicó la caída de la humanidad. Luego Dawn of the Planet of the Apes (2014) manejó una precaria tregua donde los "malos" y "buenos" estaban uniformemente distribuidos entre ambas especies. Y ahora, en El Planeta de los Simios: La Guerra, los humanos adoptan formalmente el papel de villanos, ansiosos por eliminar a los simios inteligentes, pero no sin antes explotarlos para perpetuar el aparato militar que no fue la solución, sino parte del problema que condujo hasta esta lamentable situación.
Aunque, desde luego, el Coronel (Woody Harrelson) opina lo contrario. El conflicto entre César (Andy Serkis) y el Coronel trasciende la simple supervivencia para comentar sobre la humillación de los refugiados (de cualquier país, en cualquier época), y la inherente crueldad del hombre hacia los menos afortunados. No diré más para evitar "spoilers"; sin embargo, el mensaje de la película es claro y contundente... aunque a veces más pesado de lo necesario. Aún así es un placer encontrar un "blockbuster" con bases ideológicas tan sólidas, las cuales harían interesante la historia incluso sin acción ni efectos especiales.
Afortunadamente estos aspectos también destacan. Sin ser propiamente una película de acción, El Planeta de los Simios: La Guerra tiene intensas persecuciones, abundantes explosiones, y momentos llenos de suspenso que me recordaron las clásicas cintas de "infiltración en territorio enemigo" como The Guns of Navarone y The Dirty Dozen. Sospecho que que el director y co-guionista Matt Reeves tomó inspiración del cine bélico de los años setentas, donde los héroes se forjaban en el fuego de la batalla, en vez de presentarse desde el principio como perfectos paladines patrióticos (John Wayne, te estoy viendo...)
Andy Serkis y los artistas del estudio Weta nuevamente crearon actuaciones dignas de premio para César y los demás simios digitales. A estas alturas es imposible definir dónde termina la aportación del actor y comienza la creatividad de los animadores... pero con un elenco que incluye a Steve Zahn, Ty Olsson y Karin Konoval, supongo que es fácil asumir una saludable simbiosis de talento cuyo resultado volverá a inspirar propuestas de una nueva categoría en los Óscares... algo así como "Mejor Actuación Virtual". Desafortunadamente dudo mucho que ocurra, debido a dos factores: primero, hay muy pocas películas con actuaciones virtuales de este calibre. Y, segundo, casi siempre son del género fantástico, el cual odia la "Academia", así que los subestimados "artistas de captura" probablemente nunca recibirán el reconocimiento que merecen. Excepto por parte de los fans.
Pero bueno... regresando al punto, El Planeta de los Simios: La Guerra es una satisfactoria conclusión de la trilogía, y un brillante preámbulo de The Planet of the Apes (1968), con inesperadas conexiones que me dejaron con una sonrisa en el rostro (sobre todo como fan de Linda Harrison en la cinta original). Mis únicas quejas incluirían algunos momentos de incierto tono semi-cómico, y un "deus ex-machina" al final que pudo manejarse mejor (francamente yo esperaba algo muy distinto, quizás inspirado por Beneath the Planet of the Apes). A fin de cuentas, creo que me gustó más Dawn of the Planet of the Apes, pero El Planeta de los Simios: La Guerra merece una entusiasta recomendación, no solo por sus interesantes ideas y perfecta ejecución, sino para servir de ejemplo a otros cineastas empeñados en revivir los clásicos con el único fin de ganar dinero, en vez de honrarlos con algo realmente memorable. Pero, bueno... guardaré esa diatriba para cuando alguien intente rehacer 2001: A Space Odyssey.
Calificación: 9

IMDb

Friday, July 28, 2017

Dunkerque (Dunkirk)



Síntomas: Durante la Segunda Guerra Mundial, miles de soldados aliados quedaron varados en las playas de Dunkerque, Francia, después de luchar en múltiples batallas del frente europeo. Entonces se inició una enorme operación militar y civil para evacuar a los soldados y protegerlos de los ataques alemanes.

Diagnóstico: En vez de mostrarnos una espectacular versión lineal del "Milagro de Dunkerque", el director Christopher Nolan dividió los eventos en tres historias interconectadas que ejemplifican los esfuerzos y desventuras de las tropas aliadas en tierra, mar y aire, durante un momento clave de la Segunda Guerra Mundial.
En tierra tenemos a dos jóvenes soldados (Fionn Whitehead y Aneurin Barnard) esperando su turno para abordar los transportes marítimos, mientras sufren los bombardeos de aviones alemanes. En el mar, el Sr. Dawson (Mark Rylance) se ofrece como voluntario para navegar hasta la costa de Francia y rescatar tantos soldados como pueda recibir en su minúsculo bote pesquero. Y, en el aire, dos pilotos británicos (Tom Hardy y Jack Lowden) intentan proteger a los barcos que atraviesan el Canal Inglés... pero tienen poco combustible y no saben si podrán completar su misión.
La ventaja de estas perspectivas personales es que Nolan nos ubica en puntos estratégicos para comprender la magnitud del peligro, la desesperación, y el valor de los militares y civiles que arriesgaron todo para rescatar a las tropas que se encontraban al mismo tiempo tan cerca y tan lejos de casa. La desventaja es que perdemos de vista el cuadro general de la evacuación, enfocándonos en detalles que impiden apreciar los inmensos retos que presentó, así como su importancia para la moral de los Aliados en Europa. Conviene recordar que la batalla y evacuación e Dunquerke ocurrió a mediados de 1940, dieciocho meses antes de que los Estados Unidos se incorporaran a la Segunda Guerra Mundial, lo cual le da a Dunkerque una atmósfera muy distinta de las típicas obras que giran en torno al papel de los americanos en dicho conflicto.
Para complicar más la situación, Dunkerque es una película con escasos diálogos, lo cual limita severamente el desarrollo de los personajes. Claro, los hechos hablan por sí mismos, y los impresionantes valores técnicos de la cinta (desde la cinematografía de Hoyte van Hoytema, hasta el increíble despliegue de efectos prácticos, con miles de extras y auténticos vehículos de la Segunda Guerra Mundial) bastan y sobran para crear una experiencia épica y trascendente. Sin embargo parece mala señal cuando no podemos distinguir a los personajes, o engancharnos emocionalmente a sus trágicas vivencias.
Entiendo que todo esto podría ser intencional... un audaz experimento cinematográfico para golpearnos con la anónima crueldad de la guerra. No la versión "Hollywood" con héroes y villanos bien definidos, sino la pueril realidad de que la muerte no es sinónimo de gloria, y que en algunas ocasiones salir con vida es la única forma real de victoria. Es posible que Dunkerque sea una bofetada al rostro del cine de guerra. Si es así, admiro la visión de Nolan, y espero que su cinta sea recordada por todos los tiempos. Pero eso no evitó la ocasional confusión y tedio que sentí al verla.
En fin... los actores hacen su mejor esfuerzo por sumergirnos en la continua crisis de los personajes, no solo en situaciones viscerales de muerte y violencia, sino en los perturbadores dilemas y terribles decisiones que a veces deben tomar para ganar... o para sobrevivir como individuos. En ese aspecto, Dunkerque captura los temas más importantes del cine bélico sin recurrir a los clichés que conocemos de memoria.
No hay papeles principales en Dunkerque; en vez de eso, tenemos un ensamble bien balanceado que incluye a Kenneth Branagh, Cillian Murphy, Tom Hardy, Fionn Whitehead, Jack Lowden y Harry Styles. Mi favorito fue el mencionado Mark Rylance como el Sr. Dawson, pues su particular situación le permite expresar emociones complejas que llegan más allá del instinto primordial. Pero todas las actuaciones son igualmente buenas, dentro de los requerimientos de sus particulares papeles.
Francamente no sé cómo recibirán esta película los devotos de Christopher Nolan, acostumbrados a los abrumadores espectáculos metafísicos y visuales de Inception, The Dark Knight e Interstellar. Dunkerque es una obra muy distinta, menos satisfactoria en algunos niveles, y un poco fría (en ocasiones me recordó el tono impersonal de Terrence Malick); sin embargo, es posible que Dunkerque sea el proyecto que mejor luce la habilidad de Nolan para combinar impecable realización con potentes ideas que se quedan en la cabeza mucho tiempo después de salir del cine. En resumen: una buena película, inmensamente ambiciosa, pero con atractivo limitado para audiencias generales. Y sin el valioso factor "geek" que muchos fans de Nolan probablemente esperaban.
Calificación: 8.5

IMDb

Wednesday, July 26, 2017

Fear, Inc.



Síntomas: Joe Foster (Lucas Neff) es un fanático del terror, pero siente que ya nada lo asusta. Entonces se entera de una misteriosa compañía llamada Fear, Inc., dedicada a crear experiencias terroríficas diseñadas para los gustos de sus clientes. Pero, ¿hasta dónde llegarán para asustar a Joe?

Diagnóstico: Como indica esa descripción, Fear, Inc. es un híbrido de The Game (1997) y Scream (1996), donde un individuo se convierte en cliente/víctima de una enigmática organización contratada para aterrorizarlo; y los métodos que utilizan están inspirados por famosas películas de terror, revelando la sensibilidad "geek" del director Vincent Masciale, y su genuino amor por los elementos clásicos del género. Por cierto: el protagonista, como buen "geek", conoce ambas películas, y las menciona cuando explica a sus amigos lo que está ocurriendo.
La idea es buena (aunque no muy original) y se desarrolla lógicamente, sin demasiadas trampas ni exageraciones que pudieran romper el suspenso sobre la realidad o fantasía del "juego". Los personajes se comportan de manera racional (la mayor parte del tiempo), y su incredulidad inicial permite que el peligro se incremente con aterradora velocidad. Pero... eso es lo que querían, ¿cierto?
Bueno, eso es lo que Joe quería. Su novia Lindsey (Caitlin Stasey) y sus amigos Ben y Ashleigh (Chris Marquette y Stephanie Drake) están genuinamente aterrados, y sospechan que las personas detrás de Fear, Inc. podrían ser auténticos asesinos con una creativa excusa para cometer sus crímenes. Entonces, el espectador deberá decidir quién tiene la razón. Y, mientras tanto, los cadáveres empiezan a apilarse, y Joe tomará decisiones de vida o muerte para mantenerse un paso adelante de sus torturadores.
A pesar de su bajo presupuesto, Fear, Inc. tiene buenos valores de producción para una B-Movie directa a video. La cinematografía, escenarios y música complementan la historia y comparten un distintivo estilo noventero que le da personalidad a la película.
Los actores son igualmente competentes, y parece que se divirtieron durante la filmación, reproduciendo escenas de Scream, Friday the 13th, Saw, y muchas otras icónicas obras de terror (además, como la historia transcurre durante la noche de Halloween, Joe trae un suéter de Freddy Krueger durante casi toda la película). Mi única objeción es que el protagonista empieza como un "slacker" terriblemente antipático. Eventualmente se vuelve un poco más tolerable, conforme el miedo borra su arrogancia y reduce su irritante actitud ("somos blancos, somos ricos... la policía nos salvará en cualquier momento"); pero aún así hubiera preferido que se invirtieran los roles, y que Chris Marquette tuviera el papel principal en vez del ingrato rol de "mejor amigo" (Marquette demostró su fino dominio de horror y comedia en la menospreciada cinta Infestation). Stephanie Drake no tiene mucho que hacer, excepto convertirse en víctima temprana de Fear, Inc.; pero la australiana Caitlin Stasey demuestra ser una notable "scream queen" con los clásicos valores de fuerza y vulnerabilidad para sobreponerse a la adversidad.
Por el lado negativo, Fear, Inc. se vuelve un poco predecible despues del "twist" que inicia el tercer acto. Después de todo, hay pocas alternativas para el dilema de Joe... o realmente está en peligro, o todo es parte de un elaborado juego. Aún así el director intenta extender el misterio tanto como sea posible, y aunque se empieza a desmoronar prematuramente, aprecié su ingenio para mantener al menos un esbozo de duda hasta la satisfactoria conclusión (como buen ex-editor, Masciale establece un ritmo ágil que impide el menor asomo de relleno o escenas innecesarias).
A fin de cuentas Fear, Inc. funciona mejor como thriller psicológico que como cine de terror. La dirección, libreto y actuaciones están por encima del promedio en el contexto del horror "indie", y su sentido del humor evita que tomemos demasiado en serio la premisa... lo cual favorece la paranoia que irremediablemente nos contagia el protagonista. Por otro lado, si existiera algo como Fear, Inc. en la vida real, la mayor amenaza probablemente sería de sus abogados.
Calificación: 8

IMDb

Monday, July 24, 2017

Phoenix Forgotten



Síntomas: En 1997, tres adolescentes desaparecieron en el desierto de Arizona, mientras investigaban el avistamiento masivo conocido como "las luces de Phoenix". Y ahora, veinte años después, Sophie Bishop (Florence Hartigan) realiza un documental sobre aquellos eventos, con ayuda de las antiguas cintas de video que grabó su hermano Josh (Luke Spencer Roberts), uno de los jóvenes desaparecidos.

Diagnóstico: Las "luces de Phoenix" es uno de los casos más famosos en la "ufología" moderna. Desafortunadamente también es uno de los más mitificados, debido a múltiples confusiones en la evidencia videográfica, testimonios contradictorios, y posible desinformación (accidental e intencional) acumulada a lo largo de dos décadas (para un recuento más o menos objetivo, recomiendo el documental I Know What I Saw, disponible de manera gratuita en YouTube).
Y ahora, las luces de Phoenix se convierten en el "mcguffin" de la película Phoenix Forgotten, producida por Ridley Scott, y realizada en el trillado formato pseudo-documental. Por el lado bueno, el amparo de la casa productora Scott Free permitió al director Justin Barber (artista gráfico haciendo su debut en largometrajes) elevar la calidad general de la película, y reducir algunos problemas del género "found footage" que encontramos en producciones más modestas. Por el lado malo... todo lo demás.
Los actores son bastante buenos, con una autenticidad que borra la línea entre fantasía y ficción. Los adolescentes parecen adolescentes, los adultos muestran una creíble gama de emociones durante las entrevistas de Sophie, y no tenemos que soportar antipáticos gritos y discusiones de "actores" improvisados, como los que arruinaron películas de similar estilo (entre las más decepcionantes: Alien Abduction, Hangar 10 y Area 51).
Otra ventaja del mediano presupuesto de Phoenix Forgotten se percibe en sus refinados aspectos técnicos, incluyendo detalles que comúnmente se pasan por alto, como el aspecto correcto del video "antiguo" (grabado en formato de 8 mm.), la atractiva fusión de iluminación natural y artificial sin perder la ilusión de filmación casera, y la perfecta mezcla de audio que separa las voces de los misteriosos sonidos que aterran a los jóvenes en el desierto.
Sin embargo, la (hipotética) supervisión de Ridley Scott no logró evitar otros problemas, como el torpe manejo del "documental" que realiza la protagonista (en la mejor tradición de los incompetentes "cineastas" de The Blair Witch Project), las interminables "caminatas por el bosque" (en este caso el desierto) para inflar la duración de la película sin tener que escribir escenas más interesantes; y las odiosas "fallas del video" cuando por fin llegamos  al desenlace donde, para variar, apenas se entiende lo que está pasando. En resumen: demasiado relleno y mínima acción para recompensar nuestra paciencia.
Si Phoenix Forgotten fuera la primera película que explota estos clichés, tal vez merecería la atención del público. Pero como tardía adición a un sub-género que está en camino a la extinción, Phoenix Forgotten es absolutamente irrelevante para fans del tema extraterrestre, y un fracaso en el más humilde nicho de pseudo-documentales de terror. Ya vimos los mismos trucos una y otra vez; y aunque esta película los implementa con mayor pericia técnica, no compensan la pereza de su argumento ni la falta de imaginación en la dirección.
Como dije al principio, recomendaría ver cualquier documental sobre las luces de Phoenix, en vez de esta mediocre dramatización que no respetó los "hechos reales", ni pudo inventar algo más creativo que "glitches" de video y cegadoras luces nocturnas. Segundo chasco alienígena de Ridley Scott en lo que va del 2017.
Calificación: 6

IMDb

Sunday, July 23, 2017

Two Lovers and a Bear



Síntomas: Lucy (Tatiana Maslany) y Roman (Dane DeHaan) viven en un remoto pueblo al norte de Canadá, trabajando en lo que pueden y sin grandes aspiraciones futuras. Pero cuando Lucy es aceptada en una universidad del sur, su relación empieza a desmoronarse. Entonces interviene un oso polar.

Diagnóstico: Supongo que no fue coincidencia el estreno de Two Lovers and a Bear al mismo tiempo que se desarrolla la temporada final de la serie Orphan Black. Ambos proyectos incluyen a Tatiana Maslany, una de mis actrices favoritas, y nunca está de más un poco de "sinergia" en el competitivo mundo del cine contemporáneo.
Sin embargo, ahí termina la comparación. Two Lovers and a Bear es un modesto melodrama romántico con una errática historia que da demasiadas vueltas antes de llegar a un final amargo, pero extrañamente satisfactorio... o al menos consistente con el desolador entorno nevado, que por sí mismo genera un aura de misterio y gravedad para complementar el conflicto interno de los personajes.
Habiendo dicho eso, en realidad me gustaron esas vueltas y giros inesperados, pues nos mantienen en suspenso y añaden una dimensión adicional a lo que, en el fondo, es un sencillo relato de resistencia a la madurez... algo así como un desafío de las fórmulas "coming of age". Y, desde luego, esos abruptos cambios de tono favorecen el lucimiento de los actores, quienes deben adaptarse a los vaivenes de la trama sin traicionar el carácter de Roman y Lucy.
Tatiana Maslany muestra su habitual intensidad y compromiso, aunque su personaje se siente un poco pasivo y subordinado al drama personal de Roman. No fue lo que yo esperaba, pero funciona en el contexto de la cinta. Y si bien me interesaba ver Two Lovers and a Bear por la presencia de Maslany (y porque me dio curiosidad el asunto del oso), también disfruté el desempeño de Dane DeHaan, un joven actor con gran potencial y considerable talento para interpretar roles muy diversos con notable convicción. Sólo necesita encontrar un papel con suficiente fuerza y popularidad para entrar a las "grandes ligas"; A Cure for Wellness se acercó, pero el libreto no le hizo muchos favores. Y Two Lovers and a Bear es demasiado pequeña para ser un paso serio en su carrera. Quizás lo logrará con Valerian... aunque parece dudoso, por lo que he escuchado.
Además de las actuaciones y la impredecible historia, Two Lovers and a Bear me gustó por su retrato de una comunidad helada por fuera, pero cálida por dentro. En medio de hielos eternos, los humildes habitantes de Iqualit (nunca se menciona el nombre del pueblo, pero ahí es donde se filmó la película) han aprendido a cuidarse mutuamente y a tolerar las excentricidades naturales de individuos que aceptaron vivir en una región tan aislada e inhóspita. Todos tienen secretos; y, por lo tanto, todos respetan los secretos ajenos.
Two Lovers and a Bear no encaja dócilmente en un género o estructura específica. Hay drama, comedia, e inesperadas desviaciones por territorio de "realismo mágico" que podrían confundir a algunos espectadores. Pero la confianza del director Kim Nguyen y la variedad de sentimientos que evoca su libreto capturaron mi atención, y me inclinan a recomendar esta película a pesar de sus bizarras digresiones. Si esto es lo que hará Tatiana Maslany cuando termine Orphan Black (cine "indie" canadiense), quedaré satisfecho. Aunque me encantaría que se integrara al universo de Marvel (sería PERFECTA como Kate Bishop).
Calificación: 8

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Friday, July 21, 2017

Transformers: El Último Caballero (Transformers: The Last Knight)



Síntomas: Los Autobots siguen ocultándose de la humanidad que los persigue, aunque aún tienen aliados como Cade Yeager (Mark Wahlberg) y otros viejos conocidos. Sin embargo, una nueva amenaza extraterrestre se cierne sobre la Tierra, y el ejército contempla la posibilidad de una tregua para salvar al mundo. Mientras tanto, Optimus Prime (voz de Peter Cullen) se enfrenta a la Reina Borg, o algo así.

Diagnóstico: Hace un par de años, Transformers: Age of Extinction (la cuarta película de la saga) me pareció ligeramente mejor que sus predecesoras, tan solo por la ausencia de ciertos elementos tóxicos (como Sam Witwicki y su familia), y por su sencillo argumento, que casi podríamos llamar "coherente". Desde luego se extendió más de la cuenta (como siempre), y los efectos especiales tomaron prioridad sobre el drama... pero no me aburrió tanto como las tres previas películas.
Por eso entré a ver Transformers: El Último Caballero con tímido optimismo, esperando que, por fin, después de diez años y cientos de millones de dólares gastados, el director Michael Bay encontraría el balance correcto entre acción y narrativa para hacer más interesantes las aventuras de estos icónicos juguetes/guerreros extraterrestres. Sobra decir que mi esperanza fue aplastada por dos toneladas de transformium en los primeros diez minutos de Transformers: El Último Caballero.
Desafortunadamente la quinta película de la serie representa un gran paso atrás, con un caótico argumento repleto de eventos sin conexión ni relevancia para la trama principal (distintas facciones de robots están buscando otra reliquia que les dará inmenso poder... qué original). El libreto ("escrito" por cuatro guionistas) presenta una nueva crisis en cada escena, de modo que siempre hay alguien gritando, disparando, o corriendo entre grandes explosiones y aparatosa destrucción... y, aún así, la experiencia se vuelve tediosa y repetitiva. El primer respiro llega hasta la mitad de la película (aproximadamente a la hora y cuarto, cuando una cinta normal estaría preparándose para el gran final), con una visita a la mansión de Sir Edmund Burton (Anthony Hopkins), cuyos portentosos monólogos (interrumpidos ocasionalmente por su mayordomo robótico)(no estoy bromeando) sugieren que la película tomará un rumbo distinto, suficientemente ingenioso para disipar el letargo provocado por los previos ochenta minutos de insulsas batallas y robots con mucha "actitud" (algo que no perdió Transformers: El Último Caballero fue el legendario humor de Michael Bay, tan irritante como uñas sobre un pizarrón). Me gustaron los "flashbacks" que muestran eventos clave en la historia humana, y encuentros con los Transformers que se habían mantenido en secreto. Sin embargo, después de establecer esa fascinante premisa, Bay se da cuenta de que transcurrieron casi quince minutos sin explosiones, y regresa a la rancia rutina de conflicto sin sentido hasta el final, donde la escala de los efectos y destrucción masiva se volvió inversamente proporcional con mi nivel de interés.
Los actores son tan planos como siempre, aunque no niego que Mark Wahlberg, John Turturro y el mencionado Anthony Hopkins aportan las escasas migajas de entretenimiento que encontraremos en este árido desfile de pixeles en movimiento. Los robots nos atormentan con rutinas "cómicas" en voces de John Goodman, Steve Buscemi y Ken Watanabe (entre muchos otros); y la gran villana, Quintessa (voz de Gemma Chan), es otra genérica antagonista con un "Plan Maestro" pobremente explicado. Las demás mujeres del elenco tienen mejor presencia, y hasta parecen personajes reales, en vez de los adornos sexualizados que tanto le gustan a Bay. Laura Haddock es la súper-inteligente profesora con vastos conocimientos históricos (y apenas un poco de escote); e Isabela Moner interpreta a Izabella, la adolescente experta en reparación de Autobots (Bay las escoge cada vez más jóvenes, aunque al menos tuvo la decencia de no filmarle obsesivamente el trasero, en vista de la corta edad de la actriz).
Los guionistas nos llevan de una locación a otra para simular que la trama progresa... Inglaterra, Cuba, un submarino... bueno, hasta Alemania nazi. Pero nada disimula el cansancio de una franquicia que nunca cumplió el potencial de aquellos juguetes clásicos, ni duplicó la magia que cautivó a la generación que creció con la serie animada. En vez de eso, Transformers: El Último Caballero nos receta dos horas y media del violento fetiche tecnológico que Michael Bay sabe retratar con enorme opulencia y atención al detalle. Pero, ¿logra entretenernos? Cada quién responderá según su criterio y expectativas; en mi caso fue un rotundo "no". Por cuarta ocasión.
Calificación: 6 (tan solo por los increíbles avances en motion tracking, shaders con MaterialX, y composición digital que hacen invisible la línea entre realidad y fantasía)

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Wednesday, July 19, 2017

Free Fire



Síntomas: Durante una transacción de armas ilegales en una fábrica abandonada, se desata una balacera que pondrá a prueba la lealtad (y la puntería) de todos los criminales involucrados.

Diagnóstico: Recuerdo la década de los noventas, cuando el éxito de Pulp Fiction inspiró incontables imitaciones que intentaron ocupar el mismo nicho de "thriller criminal post-moderno", utilizando personajes pintorescos, buena música, y violencia estilizada para obtener una atmósfera "cool" e innovadora.
Eventualmente la moda evolucionó hasta convertirse en su propio género (que llamaré "neo-noir", aunque estoy simplificando demasiado la situación); y ahora, veinte años después, el director Ben Wheatley (cuya respetable filmografía impide calificarlo como simple imitador) nos ofrece Free Fire, un crudo y gracioso relato sobre traición, venganza, y el efecto de cientos de balas disparadas en una inmunda fábrica de donde (sobra decir) no todos saldrán vivos.
El argumento funcionaría en cualquier época, pero Free Fire se ubica en los años setentas para añadir color a los mencionados "personajes pintorescos", quienes portan los obligatorios mostachos (bueno, con la excepción de Justine, interpretada por Brie Larson), peinados "retro" y ropa "vintage". Sus diálogos son cómicos/ofensivos en el contexto de la corrección política moderna; y no faltan algunas memorables canciones representativas de la época, pero sin llegar a los grandes clásicos que hubieran costado demasiado dinero.
El resultado es una divertida película rebosante de personalidad y estilo, donde el elenco puede practicar sus más rudas interpretaciones de los clichés policíacos setenteros, mientras el director organiza con meticulosa atención los pequeños detalles que dan vida al minimalista argumento.
Lo cual nos lleva al talón de Aquiles de Free Fire: el libreto es muy superficial, con poco desarrollo antes de que empiecen los balazos, obligando a que cada actor se defienda por sí mismo (literal y figurativamente), tratando de inyectar un poco de carácter a sus personajes para distinguirse entre el caos y el ruido. Y, aunque una balacera de hora y media puede parecer muy dinámica, la realidad es que Free Fire es una cinta lenta, más enfocada en la interacción humana que en las secuencias de acción. En otras palabras, no hay que esperar saltos por el aire en cámara lenta, "bullet time", ni sangre excesiva; tan solo una docena de individuos desesperados disparándose desde posiciones estratégicas e insultándose mientras recargan sus armas. Eventualmente todos están tan sucios y sudorosos que es difícil separar a un bando del otro.
Incluso en un elenco tan democrático algunos logran destacar: Armie Hammer es Ord, una especie de "fixer" que intenta (al menos al principio) limar asperezas y cuidar que todos queden satisfechos; Cillian Murphy es el comprador de rifles de asalto que probablemente terminarán en manos del IRA; Sharlto Copley es el traficante sudafricano, acostumbrado a la violencia, pero aún así muy cuidadoso con su elegante traje de poliéster; Brie Larson actúa como intermediaria en la transacción; y Sam Riley es "Stevo", el violento ayudante que podría arruinarlo todo. Pero, ya sean actores conocidos o desconocidos, nadie tiene la supervivencia asegurada.
Por el lado negativo, la situación tiende a volverse monótona, sobre todo cuando se reduce el número de criminales y quedan pocas alternativas para impulsar la historia. El mencionado libreto (co-escrito por Wheatley y Amy Jump) carece de sorpresas o revelaciones para re-activar el suspenso; y después de tanta espera, la resolución me pareció hueca y arbitraria... realmente no importa quién sobrevive, pues no hay victoria moral ni redención en el despiadado universo de la película.
De cualquier modo Free Fire me pareció entretenida (a su propia manera), bien filmada, y con abundante comedia negra para balancear la sordidez de su entorno. Además, es completamente distinta a todos los "neo-noirs" producidos en la última década. En resumen, es como una escena corta de Reservoir Dogs extendida hasta duración de largometraje. Y con música de John Denver para amenizar la velada.
Calificación: 8 (podría ser más baja para espectadores con menos paciencia)

IMDb

Monday, July 17, 2017

The Lure (Córki Dancingu)



Síntomas: Las sirenas Golden (Michalina Olszanska) y Silver (Marta Mazurek) abandonan el mar para conocer el mundo de los humanos, y son de inmediato contratadas para cantar en un cabaret de Varsovia, donde cautivan al público con sus etéreas voces. Sin embargo, las hermanas descubren que no es tan fácil controlar sus emociones en tierra firme.

Diagnóstico: En este momento no estoy seguro si The Lure realmente me gustó, o tan solo me deslumbró con su alucinante amalgama de géneros. Pero, como quiera que sea, fue una experiencia única que merece la atención de los fans del cine "raro" que sabrán apreciar su bizarra narrativa... por no mencionar las canciones techno-pop y las sangrientas escenas que revelan el auténtico propósito de las sirenas.
The Lure está inspirada en el cuento "La Sirenita" de Hans Christian Andersen (y, por la propiedad transitiva, supongo que también se parece a la versión de Disney, aunque con más "gore" y menos bikinis de almejas). Si eso suena extraño, consideren que también es un musical, una comedia romántica, y una película de terror; y todo ello enfocado en la voluble relación de dos hermanas con personalidades a veces opuestas, pero siempre dedicadas a su mutua protección. Ah, y fue producida en Polonia, lo cual añade incógnitas culturales a la confusión general (las letras de las canciones son absolutamente incomprensibles... ¿falla del traductor, o simbolismo abstracto de la directora?)
A pesar de todo eso, The Lure cumplió su misión de capturar mi atención hasta el agridulce final, cuando llegamos a la clásica moraleja de "¿Quién es el auténtico monstruo?" Y, mientras tanto, podemos deleitarnos (o al menos presenciar con la boca abierta) los desvaríos dramáticos y sórdidas aventuras de "Silver" y "Golden", seduciendo hombres (y mujeres), comunicándose con gemidos ultrasónicos (como ballenas), y enfrentando con encantadoras sonrisas las situaciones más absurdas y disparatadas.
Entre esas situaciones: su debut en el cabaret, cantando "backup" para la esposa del dueño; su eventual ascenso como dueto erótico-musical (o algo así); y su gradual repulsión/atracción por las criaturas humanas, tan fácilmente manipulables, y al mismo tiempo tan independientes en sus sentimientos.
Como dije: alucinante.
Afortunadamente la directora primeriza Agnieszka Smoczynska mantiene la cinta bajo control por medio de una atmósfera onírica donde los abruptos cambios de tono no parecen fuera de lugar, sino parte integral de la experiencia. Por otro lado, eso no disculpa algunos problemas más simples, como un ritmo muy variable, y personajes que entran y salen sin explicación ni relevancia aparente para la trama (¿me pregunto si la versión exhibida en VoD sufrió cortes de algún censor norteamericano?) La música tampoco me gustó; casi todas las canciones siguen el insípido estándar del techno-pop europeo (estilo t.A.T.u. o Arabesque), con una excepción metalera que me gustó un poco más... lo cual no es decir mucho.
A fin de cuentas, The Lure ofrece imágenes fantásticas y una visión creativa realmente única que justifica el tiempo invertido en ella, aún si no entendemos cada detalle del nebuloso argumento. Después de todo, conviene recordar que estamos viendo una película de instinto y emociones, no de lógica ni explicaciones. Y aún así no hay cangrejos cantando calypso; hasta The Lure tiene sus límites.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, July 16, 2017

Un Don Excepcional (Gifted)



Síntomas: Frank Adler (Chris Evans) se esfuerza todos los días por lograr que la pequeña Mary (Mckenna Grace) lleve una vida normal a pesar de su extraordinaria inteligencia. Pero, ¿está realmente ayudándola, o desperdiciando el potencial de una niña genio?

Diagnóstico: Supongo que la gente normal encontrará muchas oportunidades para llorar durante Un Don Excepcional; sin embargo mi corazón robótico no se conmovió con las manipulaciones sentimentales del director Marc Webb (de hecho, encontré un poco cursis algunos pasajes de la película). Habiendo dicho eso, admito que me pareció un relato interesante y sincero (en lo posible), con excelentes actuaciones e importantes observaciones sobre la condición humana que rara vez se manejan en el entretenimiento popular... o incluso en la vida real.
Podríamos decir que Un Don Excepcional es una combinación de Little Man Tate y Good Will Hunting: por un lado examinamos los retos psicológicos de un genio cuyos dones podrían afectar su desarrollo normal; y por otro, la discusión ética de la responsabilidad que implica dicha genialidad para el individuo y sus semejantes. Pero las cosas cambian cuando dicho individuo es una niña de seis años que parece madura para su edad, aunque conserva la inocencia y ocasionales caprichos propios de la infancia.
Imagino que cada espectador, según su particular criterio, tendrá su propia solución a los problemas familiares presentados en Un Don Excepcional (por cierto, esta vez no revelaré si el gato Fred sobrevive, porque es un punto clave del argumento). Me da la impresión de que el director Marc Webb y el guionista Tom Flynn decidieron desde el principio no profundizar demasiado en las consecuencias reales de las situaciones que plantea su película, y prefirieron tomar un camino idealizado, que ciertamente será más satisfactorio para el público general, y por lo tanto más comercial. No tengo objeción con esa actitud; después de todo, el papel del cine no es resolver dilemas existenciales, sino entretener al espectador. Y, en ese simple nivel, Un Don Excepcional cumple su misión con elegancia y sobriedad, combinando humor y drama para crear una agradable historia que nos deja con una sonrisa y un poco de material para reflexionar al salir del cine. Francamente, es un logro significativo en un género que con frecuencia ignora la línea divisoria entre obstáculos artificiales y honestidad emocional
Un Don Excepcional no funcionaría sin los brillantes actores que dan vida a personajes que difícilmente podríamos considerar "realistas"; afortunadamente su carisma y talento hacen muy accesible el melodrama y nos enganchan sin dificultad a sus vivencias. Chris Evans es la figura paterna con graves dudas entre lo que él quiere para la niña genio, y lo que ella realmente necesita; Mckenna Grace interpreta a Mary con gran seguridad, tanto en las escenas donde manifiesta su inteligencia, como en las que revelan su natural carácter. Octavia Spencer aborda con dignidad el cliché de "vecina madura con sabios consejos", y Jenny Slate (quien me sorprende con su rango en cada nueva película, después de que empecé odiándola en Saturday Night Live) encuentra la mezcla justa de maestra comprensiva y mujer normal que no puede evitar sentirse atraída por Chris Evans. Supongo que muchas personas compartirán esa atracción.
A fin de cuentas, me dio gusto encontrar al director Marc Webb de regreso en el cine "feel good" con el que inició su carrera (después de dirigir videos para incontables bandas y artistas), en vez de arruinar algún otro inocente super-héroe. Por eso, y por todo lo demás expuesto previamente, puedo recomendar Un Don Excepcional para audiencias familiares en busca de una experiencia entretenida, muy satisfactoria, y más inteligente que tantos otros dramas diseñados para generar lágrimas sin sustancia ni razón. Y también la recomendaría para matemáticos que sueñan con colgar su foto algún día en los pasillos del MIT.
Calificación: 8.5

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Saturday, July 15, 2017

7 Deseos (Wish Upon)



Síntomas: La joven Clare Shannon (Joey King) recibe una caja de música que cumple deseos. Pero, después de mejorar todos los aspectos de su vida, Clare descubre que los beneficios de la caja podrían tener un precio demasiado elevado.

Diagnóstico: En algunos momentos parece que 7 Deseos aspira a convertirse en la nueva versión de Final Destination. Los "7 deseos" del título sugieren siete víctimas potenciales (buena cantidad para una película de noventa minutos), y cada vez que se aproxima una muerte, el director John R. Leonetti (Annabelle) juega por un momento con las múltiples maneras como podría ejecutar al personaje en turno. Desafortunadamente el libreto de 7 Deseos no tiene tanta imaginación como aquella exitosa saga, por no mencionar que la clasificación PG-13 requiere que las muertes sean demasiado "limpias" y exentas de impacto visceral: unas gotas de sangre, cortes rápidos, y reacciones de testigos para demostrar que, en efecto, ocurrió algo horrible... aunque no pueden mostrarlo.
Supongo que no podía esperar más. 7 Deseos es una cinta desechable, con el "horror" diluido para el público "tween" que la verá el sábado en la noche, y la olvidará para el lunes en la mañana.
La idea de pedir deseos que ocultan graves consecuencias es tan antigua como la humanidad misma, y Leonetti no encuentra razones para modificar la fórmula. Sin embargo, la cinta se salva (apenas) gracias a la energética presencia de Joey King en el papel principal (algunos la recordarán como la niña con cabello púrpura en Wish I Was Here), cuyo incipiente talento aporta credibilidad a los vaivenes dramáticos de Clare. Al principio simpatizamos con su situación: su familia es pobre (el padre, interpretado por Ryan Phillippe, vende cosas que encuentra en la basura), tiene pocas amigas (una de ellas es "Barb", de Stranger Things), y los "bullies" de la escuela la torturan sin piedad. Entonces, cuando la caja empieza a mejorar su vida, nos alegramos por ella; sin embargo su ambición eventualmente conduce a algunas malas decisiones que la acercan al papel de villana. ¿Logrará detenerse a tiempo? ¿Y siquiera querrá hacerlo?
Los roles adultos están ocupados por actores semi-famosos para añadir un poco de clase a la producción (y para atraer viejos fanboys como yo). Además del mencionado Ryan Philippe tenemos a Sherilyn Fenn (Twin Peaks) como amable vecina; Elisabeth Rohm (Heroes) como la madre de Clare; y Kevin Hanchard (Orphan Black), cuya presencia revela el origen canadiense de la película.
No hay mucho más que decir (ah, sí... SPOILER El perro es la primera víctima FIN DEL SPOILER), excepto que 7 Deseos no me pareció intrínsecamente mala en el contexto de sus tímidas intenciones; pero tampoco podría recomendarla como una buena inversión de noventa minutos en el cine, sobre todo cuando hay películas superiores disponibles en Netflix o similares distribuidores de video casero (donde probablemente terminará 7 Deseos para inflar la lista de películas que nadie ve). Tal vez con clasificación "R" y efectos más "jugosos", 7 Deseos podría haber sido una experiencia divertida... como las últimas secuelas de Final Destination. Pero al quedarse en el nicho adolescente desperdició el escaso potencial de la premisa y la habilidad de un elenco que merecía un mejor libreto. Aún así, no descarto la posibilidad de que 7 Deseos encuentre razonable éxito en taquilla, ya que el drama funciona mejor que el terror, y el libreto (de Barbara Marshall, quien también escribió la menospreciada Viral) maneja temas relevantes para los jóvenes contemporáneos. Veremos si se le cumple a Leonetti el deseo de una secuela, como promete la escena extra durante los créditos finales.
Calificación: 6.5

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Friday, July 14, 2017

Premonición (2:22)



Síntomas: El controlador aéreo Dylan Branson (Michiel Huisman) tiene sueños recurrentes sobre un acto de violencia que ocurre a las 2:22 PM en la Estación Central de Nueva York. Mientras tanto, las noticias anuncian un raro fenómeno astronómico que será visible en los cielos de la ciudad.

Diagnóstico: Es bueno saber que los controladores aéreos de Nueva York se divierten jugando con las vidas de miles de pasajeros como si fuera un videojuego sin consecuencias.
Hablando en serio, preferiría ver una película realista sobre auténticos controladores aéreos en vez de Premonición, un insípido "thriller" libre se suspenso y tan artificial en todos sus aspectos que me fue imposible tomarlo en serio. Y mejor ni hablemos del "romance" que se desarrolla entre Dylan y Sarah (Teresa Palmer), la etérea bailarina frustrada que ahora trabaja en una elegante galería de arte (¿donde más?)
Para empezar, el argumento de Premonición tarda demasiado en encontrar su camino. Durante sesenta minutos el misterio central intenta establecerse por medio de eventos que no tienen mucho sentido, ni logran conjugarse en una historia coherente: Dylan es muy bueno para su trabajo porque puede ver "patrones" en el caos del mundo; entonces comete un error y es suspendido temporalmente. Luego conoce a Sarah y empieza a enamorarse. Entonces tiene un accidente automovilístico. Entonces empieza a notar extrañas coincidencias en su rutina diaria. Entonces se pelea con Sarah. Y entonces llegamos a la mitad de la película sin entender de qué se trata.
En la tradición de otros "thrillers numerológicos" como The Number 23 y 11-11-11, la cinta Premonición gira en torno a un sólido enigma (que desde luego no revelaré, pues es la única idea semi-novedosa de la película), pero no sabe cómo incorporarlo a la trama. Por eso tenemos tantos períodos de trivialidades y escenas redundantes, hasta que el libreto decide que ya es hora de darnos respuestas... y lo hace con más preguntas, más complicaciones románticas (gracias al ex-novio de Sarah, que hace arte con hologramas), y con nuevas coincidencias para disimular la apatía del melodrama.
Las actuaciones son apenas funcionales. Obviamente el director (o los productores australianos) seleccionaron a los actores por su apariencia, y no por su capacidad para interpretar personajes creíbles o sustanciales. El único requisito era parecer modelo de catálogo de Urban Outfitters. Y, hablando del atractivo visual, Premonición sin duda tiene buena cinematografía, diseño, y locaciones con gran sabor neoyorquino. Es uno de esos casos donde los productores afirman: "Nueva York es un personaje más en la película". Sí... el personaje más interesante, desafortunadamente.
No encuentro razón alguna para recomendar Premonición, pues si bien ofrece atractivas imágenes y ocasionales momentos con potencial narrativo, están rodeados de tanto material inerte que inevitablemente pierden fuerza y relevancia. Los actores creen que están en un comercial de anillos de compromiso; y el asunto del control aéreo se olvida de inmediato para dar paso al tedioso romance y al flojo misterio cuya resolución no podría ser más forzada. En resumen: Premonición es el tipo de película que emplea sin ironía frases como: "... pero al final, solo el amor revelaría la verdad". Creo que mis continuos bostezos revelaron otra cosa.
Calificación: 4

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Thursday, July 13, 2017

Another Evil



Síntomas: El pintor Dan Papadakis (Steve Zissis) y su familia descubren una presencia sobrenatural en su casa de campo, y contratan los servicios de un excéntrico psíquico, quien les asegura que tienen dos fantasmas inofensivos, y que no deberían preocuparse. Sin embargo Dan decide pedir una segunda opinión a Os (Mark Proksch) un "cazafantasmas" más agresivo, y así comienza un proceso de exorcismo que cambiará la vida de ambos hombres.

Diagnóstico: El título de Another Evil sirve para insinuar los múltiples niveles de esta película, aparentemente dedicada a la cacería de entidades sobrenaturales, pero en realidad enfocada en la psicología de un personaje claramente inestable. Aunque... ¿deberíamos desconfiar del "cazafantasmas" tan solo por su obvio alcoholismo y desagradable personalidad? ¿Qué pasaría si sus descripciones de demonios ocultos y posesión satánica resultaran ser ciertas?
Esas son algunas de las preguntas que Another Evil plantea al espectador, y aunque se abstiene de responderlas por completo, la experiencia general me gustó bastante, sobre todo por su preciso balance de drama y humor como parte de una eficiente narrativa que expresa mucho con muy poco.
El director Carson D. Mell (haciendo un auspicioso debut) sabe que el terror funciona mejor en nuestra imaginación, y por eso utiliza la ambigüedad como estrategia para despertar una deliciosa inquietud que crece y crece hasta el final mismo. Por medio de una dirección desenfadada y actuaciones naturales, Mell establece una situación común, para luego desviarla por rutas inesperadas. Habiendo dicho eso, debo advertir que Another Evil se fundamenta en diálogos y sutiles interacciones entre unos cuantos personajes, eliminando casi por completo la acción, los efectos especiales y los sustos tradicionales, de modo que probablemente aburrirá al público que esperaba un relato más "comercial" de terror, con fantasmas vengativos, criaturas digitales y héroes definidos.
Another Evil no tiene interés en reciclar los clichés de la "actividad paranormal"; por el contrario, su propósito es explorar el interior de las personas afectadas por fenómenos fuera de su comprensión. Y no me refiero únicamente a los fantasmas, pues incluso una incipiente amistad puede retar las ideologías de todos los involucrados.
Another Evil pertenece a la misma clasificación de cine "indie" que nos dio cintas como Creep y They Look Like People, apoyándose en una similar atmósfera de suspenso generada por un inteligente libreto que nos obliga a pensar y nos sorprende (casi siempre) con sus inesperadas respuestas a problemas que jamás imaginamos.
A pesar de su reducido presupuesto, Another Evil luce excelentes valores de producción, empezando por la cinematografía de Drew Bienemann, planeada para sacar provecho de las reducidas locaciones (casi toda la película se desarrolla en la casa de campo, relativamente pequeña y acogedora). La música de Alexandra Johnstone contribuye al gradual desarrollo de la tensión, y de vez en cuando añade piezas clásicas que encajan bastante bien en el tono de la película. Finalmente, el elenco ofrece un desempeño excepcional, libre del aura amateur que frecuentemente encontramos en esta modesta esquina del cine fantástico.
Tal vez le faltó ambición a Another Evil para ganar el calificativo de "joya oculta", pero ciertamente me pareció una agradable sorpresa que podría recomendar para aficionados al horror como metáfora del conflicto humano, donde el temor se gesta en los rincones de la mente, en vez de la pantalla. Como decía mi abuelo: hay que cuidarse más de los vivos que de los muertos.
Calificación: 8

IMDb

Monday, July 10, 2017

Lucid Dream



Síntomas: El reportero Dae-ho Choi (Soo Go) es conocido en Seúl por denunciar la corrupción del gobierno y las grandes empresas. Por eso, cuando su pequeño hijo es secuestrado, hay demasiados sospechosos con motivos para vengarse. Y como la investigación policíaca no obtiene resultados concretos, Dae-ho decide usar la técnica de los sueños lúcidos para recordar más detalles del día en el que desapareció su hijo.

Diagnóstico: Acostumbrado a las películas coreanas que reciclan (y a veces mejoran) las fórmulas del cine norteamericano (como Train to Busan y The Wailing, por mencionar dos ejemplos recientes), esperaba que Lucid Dream sería una copia imperfecta de Inception. Y si bien comparten elementos similares (empezando por la premisa de los "sueños lúcidos"), Lucid Dream posee una estructura más simple, así como una atmósfera de thriller policíaco que se siente al mismo tiempo genérica, y atestada de creativas revelaciones que nos mantienen en constante suspenso, confundiendo nuestras expectativas casi hasta el final mismo. Casi. En resumen: una obra entretenida, con buenas actuaciones y rica en ideas provocativas, pero con notorios problemas que traicionan la experiencia.
El concepto de los "sueños lúcidos" me interesa desde hace años, pero mis experimentos rara vez dan resultados positivos (siempre que logro tomar conciencia dentro del sueño, termino despertando). Por eso me atrajo Lucid Dream (recién estrenada en Netflix); desafortunadamente el director Kim Joon-Sung no toma el asunto en serio, y lo reduce a una típica situación de laboratorio con muchas computadoras, un par de inyecciones y abundante palabrería pseudo-científica sin consecuencia práctica. Creo que ahora entiendo por qué Christopher Nolan prefirió omitir explicaciones sobre la vaga "ciencia" de los sueños compartidos en Inception.
Habiendo dicho eso, Lucid Dream consigue un balance claro e inteligente entre el surrealismo de los sueños y la peligrosa realidad que enfrentan los personajes. Y tampoco intenta engañarnos con trampas perceptuales de "¿es un sueño o es real?" Por otro lado, su mediano presupuesto elimina la posibilidad de efectos especiales demasiado complejos (al menos hasta el intenso final), de modo que la responsabilidad del suspenso recae en el libreto y las actuaciones... y ahí es donde Lucid Dream brilla... a su propia manera.
Con múltiples giros y complicaciones que se sienten generalmente lógicas, Lucid Dream nos atrapa en la difícil situación del padre que hará hasta lo imposible por encontrar a su hijo secuestrado. El actor Soo Go interpreta a Dae-ho con implacable propósito, contribuyendo en gran medida a mantener el foco dramático de la película. La historia funciona porque creemos en la misión de Dae-ho y sentimos su desesperación, la cual justifica algunos errores y cuestionables decisiones a lo largo del camino.
También me gustó el trío de detectives privados que lo apoyan durante las partes menos legales de la investigación. Empiezan como simple "comic relief", pero gradualmente se transforman en valiosos aliados con mucho que ofrecer a la misión. Y, además, sus simpáticas personalidades disipan de vez en cuando la monótona gravedad de la historia principal.
Como dije, Lucid Dream no debería comparase con Inception. Simplemente aprovechó un fascinante concepto onirológico (gracias Wikipedia) como gimmick central de un thriller bien escrito, aunque con innegables problemas en su desarrollo. Por eso Lucid Dream me pareció una de las escasas películas con potencial para un "remake" norteamericano, siempre y cuando respeten lo bueno y eliminen el relleno del libreto original. ¡Ja, ja! Es broma. Seguiré soñando que algo así es posible.
Calificación: 7.5

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Friday, July 7, 2017

Spider-Man: De Regreso a Casa (Spider-Man: Homecoming)



Síntomas: Después de su aventura en Berlín (como vimos en Captain America: Civil War), Peter Parker (Tom Holland) está de regreso en Nueva York, combatiendo el crimen callejero mientras espera que Los Vengadores le asignen otra misión... aunque Tony Stark (Robert Downey Jr.) no cree que esté listo para unirse al equipo. Entonces Peter descubre que alguien está vendiendo poderosas armas fabricadas con tecnología extraterrestre, y decide desobedecer las reglas para proteger su ciudad. Mientras tanto, la Tía May (Marisa Tomei) atrae la mirada de todos los que la ven.

Síntomas: Después de dos medianas películas que intentaron "re-bootear" la franquicia de Spider-Man, la productora Sony/Columbia Pictures finalmente reconoció su ineptitud y estableció una tregua con Marvel Studios, cediendo parcialmente los derechos de este personaje para incorporarlo al Universo Cinemático de Marvel, el cual, a pesar de sus altibajos, se ha convertido en el estandarte del cine de super-héroes contemporáneo. Y, como fan de Spider-Man desde hace cuarenta años, solo puedo decir: ya era hora.
En este momento no estoy seguro si Spider-Man: De Regreso a Casa me gustó más que Spider-Man 2 (mi favorita de las que realizó Sam Raimi a principios de siglo). Probablemente no, pues siento que esta nueva versión no alcanzó la misma gravedad narrativa e impacto emocional; pero todo lo demás es igual, o mejor... aunque con el característico barniz de "producto en serie" que viene afectando a las cintas de Marvel desde hace algunos años. Lo que antes era novedoso y emocionante se ha vuelto monótono y un poco insípido. Aún así Spider-Man: De Regreso a Casa me pareció una experiencia sumamente divertida y perfectamente integrada a la Fase 3 de Marvel, respetando el espíritu y temas (¡y humor!) que identificaron a este superhéroe desde su creación, hace más de cincuenta años.
Tom Holland ya nos había mostrado en Civil War su acertada interpretación de Peter Parker; pero ahora, en su propia película, goza mayores oportunidades para desarrollar al personaje. Spider-Man: De Regreso a Casa no es una "historia de origen", sino un clásico relato "coming of age" enfocado en el adolescente detrás de la máscara, donde los elementos fantásticos funcionan como catalizadores de su transición a la madurez (exactamente como en los comics clásicos creados por Stan Lee y Steve Ditko).
El director Jon Watts maneja con gran destreza las múltiples sub-tramas de Spider-Man: De Regreso a Casa, obteniendo una película ágil, pero con suficiente tiempo dedicado a establecer la motivación del villano (bastante razonable, de hecho), a delinear las vulnerabilidades de Peter, y a enriquecer la historia con un brillante reparto secundario que realmente aporta sustancia a la historia, en vez de ser simples víctimas o clichés utilitarios. Son demasiados para ennumerarlos (y no quiero revelar "spoilers"), así que solo mencionaré a Jacob Batalon como Ned Leeds (en serio no entiendo por qué no se llama Ganke Lee... el personaje es virtualmente idéntico al mejor amigo de Miles Morales; ¿qué estarían pensando?); Michael Keaton como Adrian Toomes, emprendedor ingeniero que reconoce una buena oportunidad cuando se le presenta; y Robert Downey Jr. en su icónico papel de Tony Stark, mostrando una faceta más cálida de Iron Man... casi paternal. También, desde luego, tenemos fugaces apariciones de figuras que probablemente serán más relevantes en hipotéticas secuelas; mis favoritos fueron Donald Glover y Zendaya (en el papel de "Michelle"); no diré más.
Cosa rara, ya me extendí demasiado sin quejarme; pero aún queda espacio para señalar uno o dos problemas de la cinta (en mi humilde opinión). Por ejemplo: algunas escenas de acción son tan confusas que no entendí lo que estaba pasando. Supongo que el director intentó expresar el desconcierto de Peter al pelear contra un enemigo muy poderoso en circunstancias indudablemente caóticas; pero eso no disculpa la "shaky cam" tan extrema que arruina los elaborados efectos especiales. Y, hablando de eso, me pareció increíble que en el año 2017 la versión digital de Spider-Man se mueva de manera tan irreal como el Spider-Man del año 2001. Entiendo que los movimientos de Peter deben ser... "arácnidos"... sin embargo la ausencia de inercia y gravedad rompen la ilusión y nos recuerdan que estamos viendo una costosa caricatura impulsada por "keyframes" e "inverse kinematics", en vez del visceral talento de un humano con los poderes de una araña.
Afortunadamente nada de eso parece relevante al terminar la película. Jon Watts y su elenco (junto con la omnipresente mano de Kevin Feige) crearon una cinta de Spider-Man casi perfecta, con un memorable villano (algo pocas veces visto en las cintas de Marvel), abundantes referencias a los comics (no solo en imágenes, sino en ideas), y con potencial casi infinito para desarrollar una saga que podría opacar a los demás superhéroes del estudio. El siguiente paso: rescatar a los Cuatro Fantásticos de las garras de 20th Century Fox. Y darle su propia película a la Tía May.
Calificación: 9.5

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Thursday, July 6, 2017

Don't Fuck in the Woods



Síntomas: Varios jóvenes se disponen a pasar un fin de semana en el bosque, disfrutando todos los placeres posibles. Lo que no saben es que una agresiva criatura acecha entre los árboles.

Diagnóstico: Siempre nos advierten que "no debemos juzgar un libro por la portada", pero en el caso de Don't Fuck in the Woods, el título lo dice todo: un irreverente homenaje al cine slasher y las “creature features”, con marcado énfasis en el sexo y violencia que distinguen estos menospreciados sub-géneros.
Con frecuencia utilizo la frase "más entusiasmo que talento" para describir películas como Don't Fuck in the Woods. Parece un insulto disimulado, pero en realidad es una sincera expresión de admiración por aquellos cineastas que, sin esperar financiamiento ni aprobación de los grandes estudios, se lanzan a la aventura de filmar su película con mínimos recursos... lo cual rara vez produce una obra muy pulida o profesional.
Afortunadamente, en algunos casos, esas limitaciones son parte del encanto. Y, cuando los realizadores incorporan su ferviente "geekdom" a la película, nos hacen cómplices del chiste y confían en que el público entenderá lo que intentaban hacer, incluso si el resultado no fue perfecto.
Muy bien... ya basta de apologías.
Los actores y diálogos de Don't Fuck in the Woods son tan malos como podría esperarse en una película amateur. Sin embargo no es un problema fatal en este tipo de cine... simplemente una molestia menor que me impidió interesarme demasiado en los personajes y su insípido melodrama privado. Habiendo dicho eso, el personaje de Hannah Herdt tiene un par de agudas observaciones sobre los clichés del cine de horror; es un valiente intento por emular las simpáticas discusiones de Clerks, pero sin aquel cáustico sentido del humor de Kevin Smith (¡incluso lo mencionan!) De cualquier modo se aprecia el esfuerzo.
El siguiente gran problema de Don't Fuck in the Woods es la edición, lo cual definitivamente importa en un relato dedicado a crear terror y suspenso. Algunas escenas duran demasiado; otras no “conectan” adecuadamente; y en varias ocasiones desorientan por sus arbitrarios cambios de tiempo y locación. Don't Fuck in the Woods es una película breve (apenas 83 minutos, ¡incluyendo cinco minutos de "bloopers"!), de modo que entiendo la necesidad de "rellenar" un poco el argumento; pero eso no disculpa los saltos lógicos y visuales que arruinan el potencial de algunas escenas (por ejemplo: el absurdo/divertido final).
Lo que funciona mejor es la dirección de Shawn Burkett (también guionista). Comparada con algunas películas de The Asylum, Don't Fuck in the Woods parece dirigida por Francis Ford Coppola. Burkett sabe a dónde apuntar la cámara, y tiene buen ojo para crear escenas naturales y creíbles, que aprovechan la geografía de las modestas locaciones para añadir algún toque interesante que nos distrae de los banales diálogos. Y cuando por fin llegan los efectos especiales... fueron menos de los que esperaba, y a nadie le parecerán realistas (los "intestinos" son claramente trapos mojados), pero el mencionado entusiasmo para derramar sangre y crear muertes grotescas me dejó con una sonrisa en el rostro. Y no olvidemos la banda sonora metalera para complementar el "gore".
Don't Fuck in the Woods no será un clásico de culto, ni una joya oculta, pero me gustó su espíritu emprendedor y su genuina convicción por la filosofía de “hágalo usted mismo” (hasta la distribución es casera, por medio de Vimeo). El único problema es el título, que probablemente será censurado en la entrega de los Óscares.
Calificación: 6.5

IMDb

Tuesday, July 4, 2017

The Bad Batch



Síntomas: En el futuro cercano, el gobierno de los Estados Unidos deporta a los ciudadanos indeseables al desierto de México, donde los expatriados han establecido una brutal sociedad donde se practica el canibalismo... como pronto descubre la joven Arlen (Suki Waterhouse), recién condenada a vagar en esa tierra de nadie.

Diagnóstico: Hace un par de años la directora Ana Lily Amirpour hizo olas con su fascinante debut, A Girl Walks Home Alone at Night, un audaz relato de vampiros con un estilo único, más filosófico que terrorífico, y con una fuerte conciencia cultural que rara vez encontramos en el género de terror. O incluso en el cine "indie".
Y ahora nos llega The Bad Batch, la nueva película de Amirpour, donde explora una variedad de temas políticos y sociológicos por medio de una historia cansada y difusa. En resumen: un experimento fallido, pero aún así con elementos interesantes que apenas rescatan la película.
Parece que A Girl Walks Home Alone at Night le dio suficiente credibilidad a esta directora para obtener financiamiento de la Fundación Sundance, así como para atraer un ilustre elenco a su nueva cinta, aunque sea en papeles secundarios. Desafortunadamente el libreto de The Bad Batch parece rechazar toda convención narrativa para adoptar un ritmo lento y monótono que tarda demasiado en conectar los puntos importantes de la trama... de los cuales, además, no hay muchos.
Para no arruinar el escaso suspenso de The Bad Batch, solo diré que las aventuras de la joven Arlen incluyen visitas a dos comunidades establecidas por facciones antagónicas de criminales deportados. La "gente del puente" practica el canibalismo con casual pragmatismo: no hay comida, y los recién llegados son presa fácil. Problema resuelto. Y un poco más lejos, en el pueblo de "Comfort", las cosas son distintas... quizás no mejores, pero un poco menos peligrosas, con un carismático líder llamado "Dream" (Keanu Reeves) que controla a la población por medio de drogas y música; todas las noches son como Burning Man.
El espectador podrá asignar sus etiquetas favoritas a estos grupos rivales: capitalistas y comunistas, conservadores y liberales, obreros y hippies... lo que ustedes prefieran. En ese aspecto, Amanpour satiriza el inevitable conflicto entre agrupaciones humanas, al mismo tiempo que sugiere las condiciones que podrían conducir a una tregua benéfica para ambas partes... sin embargo es muy difícil que la gente cambie.
Otro elemento frustrante de The Bad Batch fue la pasividad de Arlen. En la mayor parte de los casos se deja llevar por las circunstancias sin mostrar iniciativa o imaginación. Y, cuando finalmente decide actuar, es para resolver problemas que ella misma provocó. Quizás esto suena como el clásico "viaje del héroe" descrito por Joseph Campbell; pero en esta ocasión se siente como una arbitraria secuencia de eventos libres de drama o peso emocional.
Paradójicamente, las actuaciones me parecieron aceptables, pues aunque Arlen sea un cero a la izquierda durante gran parte de la película, la actriz Suki Waterhouse expresa hábilmente la confusión y apatía que probablemente ocasionaron la deportación de la joven. Jason Momoa interpreta al lacónico "Miami Man" con escalofriante eficiencia: no es malo... simplemente tiene hambre. Y la niña Miel (Jayda Fink) es un irritante "mcguffin" humano, igual o peor que Arlen misma.
¿Y los "nombres famosos"? Además de Keanu Reeves como el mesías Dream, tenemos a Jim Carrey irreconocible como un ermitaño que vaga por el desierto en busca de... no sé... basura para vender, o quizás iluminación espiritual. Giovanni Ribisi se ve totalmente desperdiciado como uno de los más erráticos habitantes de Comfort. Y Diego Luna... ni siquiera estoy seguro de lo que hizo.
No hay pretextos: The Bad Batch es una película mediocre, y doblemente decepcionante por el previo éxito de la directora. Sin embargo, escondida tras los problemas del libreto se percibe la fuerte visión personal de Amirpour; con suerte la veremos mejor implementada en proyectos futuros. De hecho, no sería mala idea que regresara al cine realmente independiente, donde las carencias fomentan la creatividad y el ingenio. Como sea, estoy seguro de que Ana Lily Amirpour logrará algo impresionante. Solo espero que The Bad Batch no haya agotado la buena voluntad de los inversionistas.
Calificación: 6

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Saturday, July 1, 2017

Okja



Síntomas: La Corporación Monsan... perdón, Corporación Mirando inicia un experimento global con una nueva especie de "súper-cerdo" que podría solucionar los problemas alimenticios del mundo entero. Sin embargo Mija (Seo-Hyun Ahn), la niña que ayudó a criar uno de esos cerdos en Corea del Sur, tiene distintas ideas.

Diagnóstico: No me malinterpreten: estoy completamente de acuerdo con el mensaje de Okja, y me da mucho gusto que una película de alto perfil levante la voz en defensa de los animales. Sin embargo, en el más prosaico aspecto narrativo, Okja me dejó un poco decepcionado... aunque eso no impide recomendarla como una notable fábula moderna con una poderosa moraleja y sobresalientes valores técnicos.
Los primeros veinte minutos me gustaron mucho: el establecimiento de la premisa, la actuación de Tilda Swinton como villana corporativa hipócrita y narcisista, y las maravillosas escenas del cerdo Okja y la niña Mija en su humilde casa en las montañas, donde la enorme criatura se desarrolló no como animal de granja, sino como un miembro de la familia. Después viene la parte triste (primera de muchas), cuando Mija y Okja son separadas, y la niña emprende la imposible misión de rescatarla... con inesperada ayuda de aliados con inusuales métodos.
Y ahí comienzan los problemas. El absurdo plan de estos aliados estira la credulidad del espectador más allá de niveles razonables. Entiendo que el director Joon-ho Bong buscó satirizar ciertos grupos activistas que se toman muy en serio, pero terminó provocando una grave incongruencia con los temas más serios de la cinta. Además, para hacer menos deprimentes las escenas en laboratorios y mataderos, los villanos se vuelven más y más caricaturizados, hasta llegar al punto de la parodia. Jake Gyllenhaal en particular casi arruina la película (algunos omitirían el "casi") con su interpretación del irritante veterinario neurótico. Creo que Gyllenhaal es uno de los mejores actores contemporáneos, pero no sé exactamente qué estaba intentando con este personaje. O quizás estaba siguiendo la dirección de Joon-ho, quien, para ser honestos, también incorporó notorias irregularidades de tono en algunas de sus excelentes películas, como The Host y Snowpiercer, lo cual las hizo un poco menos excelentes y confundió a una parte de la audiencia.
Hablando de lo cual, tal vez sea buen momento para aclarar que Okja no es exactamente una película infantil. ¿O quizás sí? Las escenas gráficas de cerdos gigantes sacrificados sin compasión para convertirlos en salchichas y "jerky" podrían ser demasiado duras para algunos niños (sobre todo para los que no saben de dónde provienen sus "hot-dogs"). Por otro lado, tal vez quedarán suficientemente traumatizados para volverse vegetarianos de por vida. Yo dejé de comer animales hace muchos años, pero si no fuera así, tal vez Okja me hubiera inspirado a hacerlo.
Entonces: mediana película, pero muy loable intención. Los valores técnicos, desde luego, son fantásticos, desde la cinematografía hasta los efectos especiales (prácticos y digitales) que dan vida a Okja. Cierto, no siempre se ve completamente natural, pero su encantadora personalidad compensa los fugaces defectos de integración con el mundo real. E igualmente dignos de admiración son los efectos mecánicos empleados para reflejar el caos y destrucción que Okja ocasiona cuando... bueno, mejor vean la película. Pero prepárense para sufrir. Y para reconocer que Jack Gyllenhaal no debería hacer comedia.
Calificación: 8.5

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