Monday, February 28, 2022

Hellbender



Síntomas: La joven Izzy (Zelda Adams) vive con su madre (Toby Poser) en una casa de campo aislada de la civilización. Entonces Izzy descubre que su madre le está ocultando un legado familiar muy peligroso, no solo para ella, sino para el resto del mundo.

Diagnóstico: Entre todas las películas recientes sobre brujas, Hellbender es la que se siente más "real". Los rituales, filosofía, y actitud de los personajes poseen una tenebrosa autenticidad muy diferente de los clichés tan comunes en este sub-género. En vez de enfocarse en demonios o religión, la brujería que practican Izzy (Zelda Adams) y su Madre (Toby Poser) se basa en la fuerza interna del individuo y su conexión con el mundo natural, obedeciendo reglas morales más complejas que la simplista dualidad del bien y el mal. Esto significa que Hellbender no solo es una excepcional película de terror, sino un recordatorio de los preceptos del paganismo que se perdieron por el paso del tiempo y los caprichos del entretenimiento popular.
Aunque, pensándolo bien, no sé si Hellbender pertenece al género de terror. En todo caso la llamaría un "drama sobrenatural" sobre una madre que quiere proteger a su hija de una sociedad que no entiende ni respeta su estilo de vida. No es spoiler revelar que ambas descienden de una poderosa estirpe de "hellbenders" que sufrió las consecuencias de su vocación en siglos pasados (Hellbender comienza con la impactante ejecución de una bruja, totalmente diferente a las que hemos visto en cintas similares); pero Izzy está cansada de la soledad, y por eso hace amistad con una joven del pueblo cercano. Entonces comienzan los cambios en su personalidad que anuncian la maduración de sus poderes. ¿Será momento de revelarle la verdad e iniciar su educación sobrenatural?
Hellbender no intenta asustarnos con sobresaltos ni muertes sangrientas (aunque definitivamente hay "gore" y efectos digitales de variable calidad); en vez de eso desarrolla una siniestra atmósfera apoyada por las actuaciones de Zelda Adams y Toby Poser, y por un excepcional libreto que rechaza el drama tradicional para crear su propia estructura de conflicto y resolución. Los directores confunden nuestras expectativas (al menos las mías) con deliciosa frecuencia, reemplazando hostilidad por armonía, y dejando que los personajes resuelvan sus diferencias de acuerdo a su carácter individual... lo cual no significa que Hellbender sea una película blanda e inofensiva. Por el contrario, el suspenso crece con cada escena, y el bosque revela amenazas surrealistas que podrían dañar a Izzy... o darle nuevas oportunidades para afinar sus poderes. En resumen: una sólida historia "coming of age" con una pragmática espiritualidad que me mantuvo en tensión de principio a fin. Altamente recomendada, pero solo para el público capaz de apreciar una historia de "horror" que ignora las reglas mientras forja un nuevo camino por territorio desconocido... y al mismo tiempo muy familiar.
Y ahora, un breve vistazo "detrás de las cámaras".
Hellbender es una excelente película por derecho propio, pero se vuelve más notable por su origen "casero". La familia Adams (John Adams: Actor, co-director, compositor, co-director de fotografía, editor, y técnico de sonido; Zelda Adams: Actriz, co-directora, co-escritora, co-directora de fotografía, y piloto de "drone"; Toby Poser: Actriz, co-directora, co-escritora, productora, diseñadora de vestuario, y operadora de cámara; y Lulu Adams: actriz) realizó Hellbender de manera totalmente independiente, colaborando en todos los aspectos de la producción con un nivel de calidad y convicción que rara vez encontramos en el cine "micro-budget". Incluso me atrevería a decir que Hellbender pertenece al distinguido nicho de películas "Do It Yourself" que han cambiado el rostro del horror, desde clásicas como la original The Evil Dead y The Texas Chain Saw Massacre, hasta modernos productos del "crowdfunding", como Absentia y Little Necro Red. Como siempre, el futuro del horror no está en Hollywood, sino en los cineastas "amateur" que pueden darse el lujo de crear por amor al arte, y no para satisfacer a los accionistas de algún estudio. Ojalá Hellbender sirva de inspiración para muchos jóvenes autores... y ojalá tengan semejante talento para respaldar su creación.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, February 27, 2022

Licorice Pizza



Síntomas: Una mujer de 25 años inicia una relación con un adolescente de 15, compartiendo triunfos y desventuras en los suburbios de Los Ángeles durante los años setentas.

Diagnóstico: La trama de Licorice Pizza no es tan sórdida como sugiere esa sinopsis, ya que la relación entre Alana Kane (Alana Haim) y Gary Valentine (Cooper Hoffman) no es necesariamente romántica. Claro, todo empieza por las hormonas adolescentes de Gary, pero Alana no parece tomar en serio los avances amorosos del joven, y termina siendo una amiga, socia de negocios, y cómplice general en los descabellados planes de Gary... aunque nadie sabe lo que pasará cuando ambos maduren y encuentren el rumbo de sus vidas.
Sin embargo, en las películas de Paul Thomas Anderson (Boogie Nights, Magnolia) la textura es más importante que el argumento, y en ese aspecto Licorice Pizza es un deleite sensorial, con vestuarios, música y escenarios que nos sumergen en la cultura del año 1973. De hecho, podríamos decir que Licorice Pizza es similar a Once Upon a Time... In Hollywood, pues utiliza las experiencias de varios personajes para revisitar un momento específico en el tiempo, sin preocuparse demasiado por la fidelidad histórica ni la lógica dramática.
Habiendo dicho eso, tardé bastante en comprender la visión de Anderson, y por eso encontré aburrida la primera mitad de Licorice Pizza. La trama divaga demasiado por seguir una relación confusa y ocasionalmente irracional... lo cual, supongo, es una apropiada descripción de la dinámica entre Gary y Alana; pero no hace la cinta particularmente interesante.
Entonces entra a escena Bradley Cooper, y es como una inyección de adrenalina que acelera la película y le otorga un nuevo propósito. Ahí reconocí que el punto de Licorice Pizza no era el pseudo-romance, sino la exploración de los factores socioeconómicos que definieron los años setentas en los Estados Unidos, y que eventualmente conducirían a la situación que viven actualmente.
Entre esos factores: la fama y el culto a la celebridad (Gary es un actor infantil, y convence a Alana de probar suerte como actriz); la economía post-Vietman y su impacto en el mercado (Gary invierte en una empresa de camas de agua); y el repunte de la política liberal (Alana trabaja como voluntaria en la campaña de un funcionario local). De este modo Anderson señala los retos y oportunidades de un período rico en contradicciones, y hasta cierto punto inocente por su optimista perspectiva del futuro... siempre y cuando la escasez de gasolina no frene por completo la nación. Por cierto, la frase "Licorice Pizza" era un término popular para los discos de acetato que parecían pizzas de regaliz, un dulce también conocido como orozuz (¿sirvió de algo la explicación?)
Alana Haim (más conocida por su banda Haim) y Cooper Hoffman (el hijo de Philip Seymour Hoffman) me parecieron brillantes en los papeles principales, comprometidos con las virtudes y defectos de sus respectivos personajes para sostener nuestra atención durante los altibajos del libreto (también escrito por PTA). Y obviamente Anderson sigue siendo un genio del "casting", llenando los roles secundarios con actores a veces famosos (Bradley Cooper, Sean Penn, Tom Waits) (Actividad Recreativa #1: ¿Pueden encontrar a John C. Reilly debajo del maquillaje?) (Actividad Recreativa #2: ¿Pueden identificar mis dos automóviles favoritos de todos los tiempos?) y a veces desconocidos (Christine Ebersole, Harriet Sansom Harris, Ryan Heffington), pero siempre absolutamente perfectos para sus papeles. Detalle curioso: la familia de Alana está interpretada por la familia real de la actriz, y todos hacen un buen trabajo.
A fin de cuentas Licorice Pizza me pareció una experiencia cinematográfica cálida y divertida, y puedo recomendarla a pesar de su difusa narrativa e insípidas divagaciones. No es mi favorita de PTA (creo que esa sería Inherent Vice), pero me gustó más que su previa cinta, Phantom Thread... y definitivamente fue una inmensa mejoría sobre la atroz The Master. Un momento... ¿la habré interpretado mal? ¿Tendré que verla de nuevo? Eh, puedo vivir con la duda.
Calificación: 8.5

IMDb

Friday, February 25, 2022

We Need to Do Something



Síntomas: Una familia se refugia en el baño de su casa por una alerta de tornado, y quedan atrapados cuando un árbol bloquea la puerta. Pero los fenómenos que experimentan a continuación parecen sugerir una catástrofe de otra índole.

Diagnóstico: El primer acto de We Need to Do Something construye un amargo drama basado en los resentimientos que salen a la superficie durante el confinamiento forzado de una familia. No han pasado cinco minutos después del "tornado" (o lo que sea) cuando los esposos Robert (Pat Healy) y Diane (Vinessa Shaw) están discutiendo a gritos y haciendo todo tipo de acusaciones, mientras sus hijos Melissa (Sierra McCormick) y Bobby (John James Cronin) pelean por cualquier cosa, crispando aún más los nervios de sus padres. Obviamente las relaciones estaban deterioradas desde antes de la emergencia que los obliga a compartir un espacio demasiado pequeño, con la terrible agravante de un incierto futuro. Tal vez hay equipos de rescate en camino; o tal vez están abandonados a su suerte.
Entonces ocurre algo inesperado y muy extraño... y ahí comienza el horror.
We Need to Do Something es una cinta ambiciosa en sus ideas, pero minimalista en su forma. Casi todo ocurre en una sola habitación (el baño), donde el director Sean King O'Grady encuentra nuevos ángulos para capturar los vectores del conflicto familiar. Robert tiene un temperamento cruel y volátil que hace muy difícil la convivencia con los demás; esto ha provocado que Diane busque consuelo fuera del matrimonio, con la consiguientes sospechas de traición; el niño Bobby necesita constante validación de su madre; y la adolescente Melissa vive pegada a su teléfono como escape del entorno disfuncional que exacerba la apatía típica de su edad. Entonces, cuando la catástrofe natural (o anti-natural) los deja atrapados en el baño, tienen la opción de resolver sus diferencias y cooperar como una auténtica familia... o empeorar la crisis con su egoísmo individual.
Supongo que podríamos interpretar We Need to Do Something de distintas maneras según nuestra ideología y percepción de los personajes. Quizás sea un comentario sobre el colapso de la Familia (con mayúscula) en un mundo cada vez más amoral; o tal vez es una metáfora del excesivo individualismo que nos hace indiferentes a las necesidades de los demás. O simplemente es una lección sobre el peligro de experimentar con fenómenos fuera de nuestra comprensión.
Como sea, We Need to Do Something es un poco inconsistente en su desarrollo, pero me gustó su exuberante imaginación para conectar catástrofes naturales con clichés del horror que nunca había visto expresados de esta manera. La premisa es bastante inverosímil, y la "explicación" no tiene mucho sentido; de hecho, ni siquiera estamos seguros de que sea la solución correcta del misterio; pero aprecié la creatividad de O'Grady para combinar ideas tan descabelladas en un contexto tan íntimo y familiar.
Y si eso no funciona, podemos apreciar las excelentes actuaciones de Pat Healy (The Innkeepers, Cheap Thrills), Vinessa Shaw (The Hills Have Eyes, 3:10 to Yuma), el niño John James Cronin, y Sierra McCormick (The Vast of Night, VFW), todos ellos mostrando reacciones muy reales en circunstancias imposibles. Y aparentemente hay un cameo vocal de Ozzy Osbourne, pero solo me di cuenta al leer los créditos. Supongo que no fue muy llamativo.
We Need to Do Something requiere un poco de paciencia y flexibilidad para aceptar sus enormes saltos lógicos; sin embargo me pareció recomendable por la originalidad de su premisa, y su valor para desafiar las convenciones del horror sin preocuparse por satisfacer las expectativas del género... o del público. A veces la ausencia de respuestas es el mejor estímulo para nuestra imaginación.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, February 23, 2022

King Knight



Síntomas: Thorn (Matthew Gray Gubler) y Willow (Angela Sarafyan) dirigen un pequeño aquelarre "new age" en California, organizando rituales mágicos y ofreciendo apoyo emocional a sus discípulos. Entonces se revela un secreto sobre el pasado de Thorn que lo obliga a cuestionar su posición como líder.

Diagnóstico: Es difícil clasificar la película King Knight por la cantidad de géneros adyacentes a su premisa. Tiene momentos muy graciosos, pero no es una comedia. Las relaciones entre los personajes son sinceras y emotivas, pero no es un drama. Y aunque hay múltiples conflictos entre parejas, tampoco es una cinta romántica. Tal vez sea mejor describirla como un "estudio de carácter" sobre un hombre que encontró su lugar en el mundo, y corre el peligro de perderlo cuando se revelan detalles de su pasado incompatibles con sus creencias mágicas. Sí, creo que eso cubre todas las bases necesarias para explicar por qué no puedo explicar King Knight.
El director Richard Bates Jr. (Excision, Suburban Gothic) toma en serio los problemas de los personajes y su resentimiento como "outsiders" en un mundo que los rechaza por distintas razones, ya sea su orientación sexual, su apariencia física, o por adoptar valores paganos que ofenden al resto de la población. Sin embargo, el respeto y seriedad del director no precluye la gentil sátira de la filosofía "Wicca". Bates no se burla de nadie; simplemente deja que los personajes expresen sus sentimientos y las causas de su infelicidad. A veces son motivos válidos que cualquier persona puede entender (como la traición de un ser querido); y otras veces son rebuscadas expresiones de su dogma religioso (como el regalo ceremonial de una espada). Pero, cualquiera que sea el caso, King Knight promueve un espíritu tolerante y conciliador, al mismo tiempo que señala sin malicia las fallas de los personajes, y les da la oportunidad de corregirlas.
Claro, esas correcciones a veces involucran drogas psicodélicas, visiones de brujos medievales, y los sabios consejos de una roca parlante (con la voz de la cantante Alice Glass). No obstante, por absurdas que parezcan sus experiencias, a fin de cuentas contribuyen a la redención de Thorn y a la evolución del aquelarre.
El libreto (también escrito por Bates) empieza y termina bien, pero pierde el rumbo a la mitad por dividir su atención entre las meditaciones del protagonista y las sub-tramas de los discípulos. Afortunadamente el elenco derrocha talento y simpatía, rescatando sus escenas con gran sentido del humor y actuaciones genuinamente buenas que reflejan su humanidad interna. Entre ellos: Andy Milonakis, Kate Comer, Josh Fadem, Johnny Pemberton, Nelson Franklin, Emily Chang y Barbara Crampton. Mención especial para Angela Sarafyan, absolutamente perfecta como la sacerdotisa dedicada a su espiritualidad, pero con un lado práctico que nunca pierde de vista las realidades de la sociedad moderna.
Entonces, King Knight no es exactamente horror, ni fantasía, ni comedia, sino una espesa pócima con ingredientes de dulce sabor e incierto origen, diseñada para estimular la imaginación del público aficionado al cine "raro" que pone la atmósfera y las emociones por encima de la lógica. No es una cinta perfecta, ni la recordaré mucho tiempo, pero me dejó con una sonrisa, y tal vez con una actitud más positiva sobre el auténtico significado del éxito. Y con desconfianza por las "piñas de pino" que hablan con la voz de Aubrey Plaza.
Calificación: 8

IMDb

Monday, February 21, 2022

Texas Chainsaw Massacre



Síntomas: Lila (Elsie Fisher) y su hermana Melody (Sarah Yarkin) quieren revivir la economía de Harlow, un pequeño pueblo en Texas prácticamente abandonado, pero con potencial de convertirse en un sitio turístico para los "hipsters" de la ciudad que buscan una experiencia rústica y "artesanal". Sin embargo algunos habitantes del pueblo no están de acuerdo con esa invasión.

Diagnóstico: Contrario a la creencia popular, no hay mucha sangre en la original The Texas Chain Saw Massacre (1974); pero la intensidad del tormento físico y mental que retrató el director Tobe Hooper (que en paz descanse) nos convence de que vimos atrocidades más gráficas de lo que realmente ocurre en la pantalla. A casi cincuenta años de su estreno, The Texas Chain Saw Massacre sigue siendo una experiencia perturbadora que sus múltiples secuelas, reboots y precuelas trataron de duplicar... sin lograrlo hasta el momento. Incluso la primera secuela, The Texas Chainsaw Massacre 2 (dirigida por el mismo Hooper), reconoció que era imposible recrear la atmósfera de la original, y prefirió convertirse en una delirante farsa bañada en sangre y vísceras (cortesía de Tom Savini, nada menos). No voy a perder tiempo recontando todas las películas (ocho sin contar la nueva), porque la franquicia de Chainsaw nunca estableció un universo claro y cronológicamente consistente, así que no tiene sentido re-visitar el tedioso nihilismo del reboot The Texas Chainsaw Massacre (2003), ni el inesperado humor sardónico de Texas Chainsaw 3D (2013), y mucho menos el extraño giro a "whodonit" de Leatherface (2017). Y ahora se estrena Texas Chainsaw Massacre (disponible en Netflix), otra auto-proclamada "secuela directa" que ignora a sus predecesoras y adopta la actitud de "borrón y cuenta nueva".
¿Funcionó esa estrategia? Sí y no. Por el lado positivo, Texas Chainsaw Massacre se aproxima ligeramente a la intensidad de la original, y complementa el suspenso con abundante "gore", excelente cinematografía, y válidos comentarios sobre las divisiones culturales de los Estados Unidos. Por el lado negativo, el libreto arruina la película con los personajes más ridículamente ineptos del Horror contemporáneo. En serio, es frustrante la cantidad de veces que cometen errores absurdos para evitar que la película termine prematuramente. Desde luego es una práctica común en el cine de terror, y ya debería estar acostumbrado... pero Texas Chainsaw Massacre se lleva el premio.
En fin... será mejor enfocarse en lo bueno.
La renovación del pueblo fantasma y la "invasión" de las jóvenes empresarias se presta para explorar las contradicciones del capitalismo, y el contraste ideológico entre las áreas rurales conservadoras de los Estados Unidos y la política liberal de los centros urbanos. Y no solo es un adorno para simular relevancia social, sino que influye en el desarrollo de los personajes, especialmente Lila (Elsie Fisher), una joven traumatizada por un tiroteo escolar, que ahora debe lidiar con individuos como Richter (Moe Dunford), el mecánico de Harlow que defiende su derecho a portar armas porque están en Texas, y nadie les dice lo que pueden hacer; pero Lila tiene cicatrices que indican el peligro de esa actitud. Y aunque el mensaje se vuelve un poco confuso, sin duda aprecié la intención de elevar la cinta sobre su modesto nicho de terror.
Lo cual nos lleva al otro gran acierto de Texas Chainsaw Massacre: la cantidad de sangre y grotescas muertes realizadas por los estudios Illusion Industries y Mr. X con una perfecta mezcla de efectos prácticos y digitales. Incluso diría que Texas Chainsaw Massacre tiene los mejores "kills" del año... y apenas estamos en Febrero (ejemplo: la ventana del autobús).
Finalmente, las actuaciones de Sarah Yarkin (Happy Death Day 2U) y Elsie Fisher (Eighth Grade) tienen suficiente emoción para compensar las figuras desechables del reparto secundario que solo existen como víctimas potenciales de Leatherface (Mark Burnham). Y no diré más al respecto.
Es una lástima que las virtudes visuales y temáticas de Texas Chainsaw Massacre se demeriten por la exasperante idiotez de los personajes. Solo queda esperar que los bolsillos sin fondo de Netflix financien otra "secuela directa" que ignore los problemas de Texas Chainsaw Massacre, y establezca una ruta más inteligente para continuar la saga. Sugerencia de título: Texas Chain Saw Massacre; perfectamente claro y nada confuso.
Calificación: 7

IMDb

Sunday, February 20, 2022

Uncharted: Fuera del Mapa (Uncharted)



Síntomas: El ladrón Nathan Drake (Tom Holland) se une al aventurero Victor Sullivan (Mark Wahlberg) para buscar el Tesoro de Magallanes, perdido desde hace 500 años durante la primera travesía alrededor del mundo. Pero el millonario Santiago Moncada (Antonio Banderas) sigue de cerca sus pasos...

Diagnóstico: Como siempre, desconozco el videojuego Uncharted en el que se basa la película Uncharted: Fuera del Mapa (bueno, sé que existe, pero nunca me interesó jugarlo porque es de consola, y como "PC gamer" desde hace aproximadamente cien años, siento un profundo prejuicio contra esas plataformas) (Sí, es un prejuicio irracional, ignorante, y hasta ofensivo... pero "perro viejo no aprende trucos nuevos"; y no hay muchos perros tan viejos como yo).
¿En qué estaba? Ya recuerdo: no me importa si Uncharted: Fuera del Mapa es una fiel adaptación del videojuego. Solo me interesa saber si funciona como película. La respuesta, después de estos mensajes.
Respuesta: Meh.
Uncharted: Fuera del Mapa quiere ser una versión moderna de Raiders of the Lost Ark, pero se parece más a la insufrible trilogía de Dan Brown (The Da Vinci Code, Angels & Demons e Inferno). Durante la primera mitad, Nathan Drake (Tom Holland), Victor Sullivan (Mark Wahlberg) y Chloe Frazer (Sophia Ali) viajan por el mundo siguiendo las pistas que dejó el navegador de Magallanes sobre la ubicación de un gran tesoro extraviado desde el siglo dieciséis. Y, desde luego, el trío de aventureros enfrenta ocasionalmente a los esbirros del millonario Santiago Moncada, comandados por la letal Jo Braddock (Tati Gabrielle). Suena interesante, pero en la práctica son las mismas rutinas de templos antiguos, ruinas perdidas y "raves" que me han hecho bostezar en las películas antes mencionadas. Por otro lado, esa estructura modular separada por acertijos emula el modelo narrativo de los videojuegos, así que tal vez los fans de Uncharted encontrarán estas secciones menos tediosas que yo, lo cual respeto.
Afortunadamente Uncharted: Fuera del Mapa mejora en el tercer acto, cuando el director Ruben Fleischer (Zombieland) aprovecha su talento para filmar épicas secuencias de acción absolutamente inverosímiles, pero visualmente impresionantes y con suficiente vigor para despabilar al público (al menos a mi). Solo diré que nunca había visto una batalla naval como la que presenta Uncharted: Fuera del Mapa. Es como una combinación de Pirates of the Caribbean y Fast and the Furious que por sí sola justifica el precio del boleto.
Otro acierto menor es la química que comparten los protagonistas. Tom Holland es básicamente Peter Parker sin uniforme de Spider-Man, bromeando en situaciones de peligro, y disculpándose con los villanos cuando los arroja desde un avión (no es SPOILER, ya que la película empieza con esa secuencia... aunque nos obliga a esperar hora y media para ver cómo termina). Por su parte, Mark Wahlberg interpreta a Victor Sullivan con apropiado cinismo y cuestionable lealtad, pues es capaz de traicionar a cualquiera para satisfacer su codicia. En el papel del villano, Antonio Banderas es bastante olvidable, pero me gustó verlo en una película grande después de tantas "B-Movies" que no aprovechan su talento. Finalmente, Sophia Ali (Truth or Dare) es una adecuada "sidekick" que balancea la testosterona de los héroes; y Tati Gabrielle (Chilling Adventures of Sabrina) se divierte en un papel de experta asesina que no quedaría mal en una película de James Bond.
A fin de cuentas ubicaría Uncharted: Fuera del Mapa al mismo nivel que Tomb Raider (versión de Alicia Vikander): un buen reparto y sólidas secuencias de acción para compensar un genérico argumento y flojo melodrama. Y, aunque las dos dejaron la puerta abierta para futuras secuelas, preferiría continuar con Lara Croft, tan solo porque sus aventuras no me recordaron The Da Vinci Code. Y porque sus juegos eran originalmente para computadora.
Calificación: 7.5

IMDb

Saturday, February 19, 2022

Fistful of Vengeance



Síntomas: Mientras buscan al asesino de una mujer, tres guerreros místicos se involucran en el conflicto de dos semi-dioses que quieren destruir el mundo.

Diagnóstico: Técnicamente la película Fistful of Vengeance (disponible en Netflix) es la secuela de la serie Wu Assassins (también en Netflix), que nunca he visto. Sin embargo, creo que no es necesario conocer los detalles de la saga para apreciar las tremendas secuencias de acción, la estilizada dirección, y las impresionantes locaciones urbanas de Fistful of Vengeance. Después de ver tantas películas sobre pueblos pequeños de Tailandia, fue impresionante presenciar la escala y modernismo de la ciudad de Bangkok.
Por otro lado, dudo mucho que la serie me hubiera ayudado a entender el obtuso libreto de Fistful of Vengeance, repleto de situaciones incomprensibles (¿exactamente qué ocurrió en la sala de conferencias bañada en sangre?), risibles diálogos ("Si Pan-Gu triunfa, seremos como los sueños olvidados de una mariposa"), y mediocres actuaciones que nunca expresan emociones convincentes (cualquier ofensa, por grave que sea, se resuelve con declaraciones de "somos familia" copiadas directamente de Fast and the Furious). Afortunadamente nadie ve una película como Fistful of Vengeance por el drama, sino por la acción; y en ese aspecto me pareció entretenida y recomendable como simple "performance" audiovisual (mención especial para la banda sonora de Toby Chu, ¡incluyendo música de Amyl and the Sniffers!), sobre todo para fans indulgentes de las artes marciales (como yo).
La mitología asiática inspiró el asunto de los dioses, los guerreros místicos, y el "Dao" (algo así como la Fuerza de Star Wars) que le da poderes especiales a Kai Jin (Iko Uwais). Pero a fin de cuentas todo se reduce a la venganza que se transforma en una misión para salvar al mundo. Kai Jin y sus amigos Lu Xin Lee (Lewis Tan) y Tommy Wah (Lawrence Kao) descubren que la asesina de la hermana de Tommy fue Ku An Qi (Yayaying Rhatha Phongam), una peligrosa líder de la mafia tailandesa. Pero un enigmático empresario les advierte que no es una mujer normal, sino la mitad de una deidad que necesita un mcguffin mágico para ganar inmenso poder, el cual utilizará para recrear el mundo en su propia imagen (¿qué demonios significa eso?) Esto pone en contacto a los héroes con Adaku (Pearl Thusi), una agente de Interpol que quiere destruir la organización criminal de Qi; y Preeya (Francesca Corney), la mercenaria tailandesa encargada de conseguir lo que necesiten para cumplir su misión.
Naturalmente el melodrama solo sirve como preludio la acción, y el director Roel Reiné (The Scorpion King 3: Battle for Redemption) no pierde tiempo para llegar a lo bueno. Por ejemplo: una épica secuencia de veinte minutos que comienza en un elegante hotel, continúa en las calles de Bangkok, y termina en el río Chao Phraya. Nada tiene sentido, pero me impresionó la visión de Reiné para conectar las peleas en distintas locaciones, y para mantener un alto nivel de suspenso con una mezcla de enemigos desechables y "Bosses" más peligrosos que presentan retos reales para los héroes.
Habiendo dicho eso, el uso de magia y misticismo significa que la gran batalla final degenera en un desfile de efectos especiales un poco ridículos; pero quiero pensar que fue un homenaje al clásico cine "wuxia" (como The Bride with White Hair o Zu: Warriors from the Magic Mountain). Y si bien Fistful of Vengeance nunca será uno de esos clásicos, puedo recomendarla como una sólida aventura de artes marciales con un atractivo estilo visual, y suficiente acción para disculpar sus tropiezos. Además, me dejó con la intención de ver la serie Wu Assassins; quiero estar preparado para la secuela, y tal vez así lograré entender la analogía de la mariposa.
Calificación: 8 (solo para conocedores de las B-Movies)

IMDb

Wednesday, February 16, 2022

Kimi



Síntomas: Durante su labor como analista de audio para un asistente digital llamado "Kimi", Angela Childs (Zoe Kravitz) descubre evidencia de un crimen; pero cuando trata de alertar a las autoridades se convierte en blanco de individuos muy peligrosos.

Diagnóstico: Hace algunos meses la película The Woman in the Window nos ofreció una moderna re-interpretación de Rear Window (1954)... y el resultado, francamente, fue bastante mediocre a pesar de contar con buenos actores y un enfoque más psicológico de la premisa.
Y ahora el incansable Steven Soderbergh (¡cinco películas en tres años!) nos presenta su propia versión "hi-tech" de Rear Window, reemplazando las ventanas físicas por las ventanas del programa que la protagonista utiliza para "espiar" a los usuarios de un nuevo asistente digital llamado Kimi (similar a Siri y Alexa), desarrollado por la misteriosa empresa Amygdala.
Bueno, técnicamente Angela Childs (Zoë Kravitz) no está espiando a las personas que usan Kimi; su trabajo consiste en clarificar órdenes confusas que el asistente no supo interpretar, y añadir el contexto apropiado para mejorar el sistema de reconocimiento de voz. Por ejemplo, cuando una mujer quiere comprar "papel de cocina", Angela le informa al algoritmo que eso significa "toallas de papel". Y así procede la rutina de Angela, trabajando metódicamente desde su departamento debido a la agorafobia que se recrudeció durante la pandemia de Covid-19. Entonces Angela escucha una grabación de algo que parece un crimen, e inicia una investigación que la pone en peligro mortal.
De este modo Soderbergh construye un sólido "techno-thriller" lleno de suspenso y paranoia; y al mismo tiempo hace astutos comentarios sobre la tecnología que ya invadió todos los niveles de la vida diaria, ayudándonos en algunas cosas, pero erosionando poco a poco nuestro derecho a la privacidad, mientras entregamos voluntariamente nuestra información a monolíticas corporaciones más interesadas en sus ganancias que en la seguridad de sus clientes.
Desde luego no es un mensaje nuevo (ya vimos los mismos temas en cintas como The Circle, Anon y Searching... por no mencionar la mega-clásica Hackers); pero me impresionó la iniciativa de Soderbergh y el guionista David Koepp (Jurassic Park) para fusionar el fondo con la forma, sin sacrificar su integridad individual. Como thriller, Kimi cumplió mis expectativas gracias al excelente trabajo de Zoe Kravitz (Mad Max: Fury Road) en el papel principal, capturando la angustia existencial del mundo moderno y personificando las contradicciones de la tecnología que la rodea: gracias a esa infraestructura Angela puede trabajar desde su casa, consultar remotamente a su psicólogo, y mantener una pálida semblanza de vida social con su familia y algunos amigos (bueno, un solo amigo que vive en el edificio de enfrente); pero esa misma tecnología conoce todos sus secretos y puede convertirse en un arma dirigida en su contra. Una añeja moraleja ingeniosamente replanteada en un relato entretenido y fácil de asimilar, cuyo mensaje fluye orgánicamente a partir del drama, sin volverse obvio ni estridente.
Es muy fácil identificarnos con Angela porque compartimos el mismo casual desdén por la privacidad personal, y estamos demasiado acostumbrados a los beneficios de la tecnología "gratuita" como para cuestionar el auténtico precio que estamos pagando. Y ahora, si me permiten, voy a publicar esta crítica en Blogger, un servicio gratuito de Alphabet (antes Google), quien también conoce mi tarjeta de crédito, historial de búsquedas, y hasta el nombre de mis mascotas. ¿Qué podría salir mal?
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, February 14, 2022

El Exorcismo (The Banishing)



Síntomas: Un vicario y su familia se mudan a la mansión adjunta a su nueva parroquia, sin saber que fue el escenario de una horrible tragedia cuyos residuos psíquicos aún persisten.

Diagnóstico: ¡Ya extrañaba los caprichos del Maestro Traductor©! Para variar, no hay exorcismos en la película El Exorcismo... pero entiendo el error. La trama empieza como una típica "casa embrujada", y luego se desvía por las prácticas ocultas de sociedades secretas, las maquinaciones de la Iglesia Católica para sobrevivir en tiempos difíciles, y la tragedia de una mujer condenada a sufrir el estigma de un turbulento pasado. Ah, y también hay anomalías temporales, conflicto familiar, y la inminente amenaza de una guerra por el avance del fascismo en Europa a fines de los años treintas.
Sí, El Exorcismo es otra película que intenta hacer muchas cosas al mismo tiempo; sin embargo el director Christopher Smith (Severance, Triangle) tiene suficiente talento para respaldar su ambición, y logró combinar esa multitud de elementos en una eficiente historia que abarca un amplio espectro temático y emocional, sin perder de vista el factor humano al centro del caos paranormal. Y todo eso en 97 minutos que no permiten digresiones ni piezas sueltas en su intrincada narrativa.
Todo comienza con la llegada del Vicario Linus Foster (John Heffernan), su esposa Marianne (Jessica Brown Findlay), y su hija Adelaide (Anya McKenna-Bruce) a la mansión Morley Hall para reemplazar a un pastor que emigró a Australia... o al menos eso les dijo el Obispo Malachi (John Lynch). Pero con el paso de los días (y las noches), Marianne percibe extraños fenómenos que sugieren una presencia maligna en su nuevo hogar. Y cuando la pequeña Adelaide empieza a hablar con amigos imaginarios, Marianne reconoce que algo raro está pasando... pero el único que le cree es Harry Reed (Sean Harris), el borracho local que tiene sus propios motivos para infiltrarse en la casa.
Sin duda suena confuso, pero Smith conduce la historia con mano segura, colocando metódicamente las piezas del rompecabezas hasta revelar una situación más peligrosa que cualquier fantasma convencional. El inconveniente de ese proceso es que El Exorcismo no es particularmente terrorífica, pues su énfasis está en resolver el misterio de la casa, en vez de generar sobresaltos. Y además el final se siente anti-climático, más triste que aterrador, y con un extravagante epílogo que realmente me tomó por sorpresa... aunque, pensándolo bien, tiene una lógica perversa, y sirve para explicar las acciones de ciertos personajes.
Personalmente disfruté la arcana atmósfera de El Exorcismo y los complejos giros del libreto escrito por David Beton, Ray Bogdanovich y Dean Lines; pero admito que podría decepcionar al público casual que esperaba algo más genérico para pasar el rato sin esforzarse demasiado. Por el lado positivo, las actuaciones son excelentes; el diseño de producción nos transporta a uno de los períodos más cruciales de la era moderna; y la cinematografía de Sarah Cunningham captura la decadente nobleza de una casa que vio mejores épocas... y de una sociedad que se aferra a la tradición mientras resiste las mareas del cambio político. Muchas cosas al mismo tiempo; pero bien distribuidas para añadir sustancia al horror, y sentido al sufrimiento humano.
Calificación: 8 (sería 9 con un mejor final)

IMDb

Sunday, February 13, 2022

Muerte en el Nilo (Death on the Nile)



Síntomas: Una importante figura de la alta sociedad es asesinada durante un crucero por el río Nilo; pero el famoso detective Hercules Poirot (Kenneth Branagh) está a bordo, y no puede resistir un misterio.

Diagnóstico: El éxito crítico y económico de Murder on the Orient Express le dio suficiente confianza al director/productor/actor Kenneth Branagh (y sus inversionistas) para adaptar otra novela de Agatha Christie con una trama similar. Muerte en el Nilo es otro "misterio de cuarto cerrado", donde víctimas y sospechosos se encuentran a bordo de un barco sin escape posible... pero con suficientes motivos para matar.
La excepción, desde luego, es Hercules Poirot (Kenneth Branagh), el mejor detective del mundo, que casualmente está de vacaciones en Egipto cuando lo invitan a participar en el compromiso de una influyente pareja a bordo de un crucero por el río Nilo; y, bueno, cuando alguien aparece asesinado, Poirot se da cuenta de que sus vacaciones terminaron.
Muerte en el Nilo introduce algunos cambios sobre el libro (por ejemplo, una novelista se transformó en cantante de jazz; surgieron conexiones familiares entre algunos pasajeros; y el detective tiene un motivo personal para resolver el misterio) que no afectan el tono de la historia ni alteran el final. Incluso disfruté la adición de un prólogo ubicado en el año 1914, donde vemos al joven Hercules Poirot como soldado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, utilizando desde entonces sus formidables poderes de observación para evitar una masacre. Este prólogo sirve como "historia de origen" del notorio bigote que usa Poirot; pero me gustó la idea de una precuela sobre la juventud del detective y su transformación de humilde soldado a celebridad mundial. Tal vez podrían usar una historia corta de Agatha Christie como base narrativa de esa hipotética película, con la venerable Miss Marple (la detective amateur que inspiró la popular serie televisiva Murder, She Wrote) como mentora del joven Poirot.
¿Por qué estuve pensando todo eso durante Muerte en el Nilo? Porque, francamente, me aburrió la primera mitad, dedicada a introducir blandos personajes y sus insípidos melodramas. Entre ellos: un doctor militar (Russell Brand, en un papel serio); un hombre enamorado (Armie Hammer); dos mujeres que pelearon por su afecto (Gal Gadot y Emma Mackey); una tímida secretaria (Rose Leslie); una millonaria comunista y su enfermera (Jennifer Saunders y Dawn French); una famosa pintora y su hijo (Annette Benning y Tom Bateman); un abogado de dudosa reputación (Ali Fazal); y una cantante de jazz y su tía (Letitia Wright y Sophie Okonedo). Creo que no me faltó ninguno. Y si me faltó, probablemente no es relevante para la trama.
Muerte en el Nilo mejora un poco en la segunda mitad, cuando Poirot inicia su investigación y la cinta se enfoca en el proceso deductivo. En su faceta de director, Kenneth Branagh inyecta energía en los monólogos e interrogatorios del detective, aprovechando los escenarios egipcios y las cabinas del barco "Karnak" para añadir variedad visual y acentuar el suspenso. El problema es que nunca sentí algo por las víctimas, lo cual redujo mi interés en la pesquisa, y eventualmente en la película entera. No sé si fue culpa del libreto de Michael Green, o del anacrónico estilo teatral de una novela escrita hace noventa años. Como sea, el resultado es que Muerte en el Nilo me pareció inferior a Murder on the Orient Express, a pesar de sus altos valores de producción y la noble intención del director por revivir el legado de Agatha Christie para las nuevas generaciones. Creo que las historias de esta autora funcionan mejor en formatos más modestos (al estilo de las cintas Crooked House y Agatha and the Truth of Murder), que no requieren costosos efectos especiales, ni estrellas de cine, y mucho menos estrenos globales como si fueran "blockbusters" de Marvel.
En resumen: Muerte en el Nilo sigue siendo una buena historia, pero le quedó grande la visión de Brannagh. Ojalá el director encuentre una nueva estrategia si decide continuar con Agatha Christie; después de todo, aún le faltan "The Mirror Crack'd" y "And Then There Were None". O, mejor aún, la precuela del joven Poirot, producida a bajo costo para algún servicio de "streaming" o para la televisión británica. Estoy seguro de que recibirían a Branagh con los brazos abiertos.
Calificación: 6.5

IMDb

Friday, February 11, 2022

Slapface



Síntomas: Después de perder a sus padres en un accidente automovilístico, el niño Lucas (August Maturo) hace amistad con una bruja en el bosque. O tal vez es una anciana indigente que vive en un edificio abandonado.

Diagnóstico: La ambigüedad sobre la identidad de la "bruja" (o lo que sea) significa que estamos en territorio del "horror metafórico", donde los fenómenos sobrenaturales simbolizan el trauma psicológico del protagonista. Y, bajo ese criterio, Slapface me pareció una obra modesta y parsimoniosa pero bien ejecutada, cuyas trágicas sorpresas nos invitan a reflexionar sobre temas más profundos que brujas o criaturas imaginarias.
Generalmente me irrita el cliché del accidente automovilístico como generador instantáneo de drama en libretos sin imaginación; pero en el caso de Slapface se siente justificado por el entorno social sumido en pobreza y alcoholismo. En ausencia de sus padres, el niño Lucas queda al cuidado de su hermano mayor Tom (Mike Manning), un joven irresponsable cuyos vicios y desinterés general conducen a la misma disfunción doméstica que reinaba en su hogar antes del accidente. Por ejemplo, el título de la película se refiere a un "juego" donde Tom y Lucas se dan bofetadas cada vez más fuertes en un bizarro ritual punitivo cada vez que Lucas hace algo malo. La intención de Tom es buena... pero sus métodos son una forma de abuso infantil que incrementa el trauma de Lucas y altera su conducta. Ah, y también hay tres "bullies" que disfrutan torturándolo sin razón aparente.
Entonces, en ese caótico ciclo de agresión y soledad, resulta perfectamente lógico que Lucas encuentre alivio en la amistad de una misteriosa mujer que vive en un hospital abandonado. El folclor local sugiere que es la "Bruja de Virago", una temible leyenda que (supuestamente) causó la muerte de muchos niños en la región; pero, sea cual sea su origen, es el único adulto que se interesa en el bienestar de Lucas, ofreciendo estabilidad y consuelo cuando todos lo ignoran. Y cuando la "bruja" descubre las vejaciones que sufre el niño, decide defenderlo... con sangrientas consecuencias.
La actuación del niño August Maturo (The Nun) captura la angustia de una infancia destruida por la apatía de la sociedad. En los papeles adultos tenemos a Mike Manning (Teen Wolf) como Tom, el hermano mayor de Lucas más interesado en visitar la cantina local; Libe Barer (I See You) como Anna, la novia de Tom atrapada en su propia relación abusiva; y al gran Dan Hedaya (Clueless) como el alguacil que ya perdonó muchas "travesuras" de Lucas, y está perdiendo la paciencia.
En el aspecto técnico, Slapface oculta su austeridad con un atractivo estilo visual y competente dirección de Jeremiah Kipp, aprovechando las locaciones rurales para reflejar simultáneamente los factores socioeconómicos que provocan estas tragedias, y los primitivos instintos que rigen la conducta de una población sin mejores alternativas para escapar su situación.
Slapface me pareció recomendable como experiencia de terror, pero más satisfactoria como thriller psicológico con conciencia social, gracias a un final que se siente lógico e impactante... aunque queda abierto a interpretación según nuestra perspectiva de los hechos. Y si bien Slapface no alcanza el nivel del mejor "horror metafórico" (como The Babadook o It Follows), definitivamente encuentra un convincente equilibrio entre fantasía paranormal y análisis del abuso infantil... así como sus lamentables consecuencias. Con o sin bruja, el sufrimiento de Slapface existe en el mundo real.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, February 9, 2022

Catwoman: Hunted



Síntomas: Selina Kyle (voz de Elizabeth Gillies) colabora con Batwoman (voz de Stephanie Beatriz) para desmantelar una organización criminal dirigida por la enigmática Barbara Minerva (voz de Kirby Howell-Baptiste).

Diagnóstico: Por fin, una buena película sobre Catwoman. O al menos no tan mala como su desafortunada predecesora.
Me gustó la estética "anime" de Catwoman: Hunted, pues eleva su calidad visual y armoniza muy bien con la interpretación moderna del personaje, ya sea que esté infiltrándose en una fiesta de sociedad para robar una enorme esmeralda (el "Ojo del Gato", por supuesto), o peleando contra demonios gigantes con patas de cabra.
Sin embargo, la caótica dirección de Shinsuke Terasawa y el libreto de Greg Weisman demeritan la película con una trama pobremente estructurada, peleas mal editadas, y torpes diálogos que intentan reflejar la sensualidad del personaje, pero terminan sintiéndose incómodos y artificiales. La combinación de Selina Kyle (voz de Elizabeth Gillies) y Batwoman (voz de Stephanie Beatriz) suena perfecta en papel, pero su interacción es tan forzada que diluye la química de las actrices y destruye el humor que podría haber generado la colaboración de personajes tan opuestos. Como punto de comparación podría señalar la excelente Batman and Harley Quinn, donde el director aprovechó al máximo los contrastes de la "pareja dispareja". Desafortunadamente Catwoman: Hunted no encontró ese mágico equilibrio entre comedia y aventura, y el resultado es un relato con mucha "actitud", pero muy poca gracia.
La premisa no es mala: Selina Kyle quiere robar el Ojo de Gato para ayudar a las víctimas de Leviathan, un sindicato criminal dedicado al tráfico humano en Europa Oriental. Tan solo con eso había suficiente material para construir una historia relevante y consistente con la evolución de Catwoman en los comics, donde ya no es simplemente el interés romántico de Batman, sino una "anti-heroína" con su propia mitología y una motivación generalmente altruista (aunque de vez en cuando roba joyas sólo porque le gustan).
Sin embargo Catwoman: Hunted prefiere enfocarse en los aspectos más flojos del argumento: el desfile de villanos que quieren eliminar a Catwoman; los insípidos agentes de Interpol que la ayudan o la persiguen; y el gran "misterio" de Leviathan, cuya líder no es lo que aparenta. Nada de lo cual bastó para hacer una película particularmente interesante.
Por el lado positivo mencionaría el sólido reparto que presta sus voces al proyecto, incluyendo Elizabeth Gillies como Selina Kyle; Stephanie Beatriz (Brooklyn Nine Nine) como Batwoman (utilizando la misma voz de Rosa Díaz); y Jonathan Banks, Lauren Cohan y Kelly Hu en roles secundarios que no revelaré.
Entre las voces y el diseño de Catwoman: Hunted podríamos encontrar suficientes razones para recomendarla (mención especial para la banda sonora jazzística de Yutaka Yamada que rinde tributo a Cowboy Bebop) (inspirado a su vez en el cine criminal japonés de los años sesentas). Y desde luego aprecié el esfuerzo de Catwoman: Hunted por explorar influencias artísticas distintas al blando estilo visual del Universo Animado de DC Comics, lo cual creó algunos buenos momentos que rescatan una cinta mediocre. A fin de cuentas Catwoman: Hunted podría ser el inicio de una franquicia con gran potencial... siempre y cuando encuentren cineastas con mayor afinidad por los gatos, y todo lo que representan.
Calificación: 7

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Monday, February 7, 2022

La Médium (The Medium - Rang Zong)



Síntomas: Durante la filmación de un documental sobre su trabajo como chamana en un pequeño pueblo tailandés, la médium Nim (Sawanee Utoomma) empieza a notar extraños cambios en su sobrina Mink (Narilya Gulmongkolpech).

Diagnóstico: Cuando empecé a ver películas tailandesas de terror descubrí que utilizaban las mismas amenazas del cine norteamericano: fantasmas, criaturas y espíritus malignos. Sin embargo, lo que realmente capturó mi imaginación fue el entorno cultural tailandés, donde la espiritualidad forma parte integral de la vida cotidiana, y la población (al menos en zonas rurales) acepta sin cuestionamiento alguno la influencia de entidades sobrenaturales en el funcionamiento la sociedad. Sí, en pleno siglo veintiuno.
Por eso me interesó La Médium, un pseudo-documental de terror obviamente ficticio, pero muy auténtico en su exploración de una cultura rica en rituales y creencias, donde el errático comportamiento de una joven mujer se interpreta automáticamente como posesión, y no como incipiente alcoholismo. Y, bueno, no diré más al respecto, pero la situación de Nim (Sawanee Utoomma) y Mink (Narilya Gulmongkolpech) es más complicada de lo que parece, pues involucra doctrina animista, tragedias del pasado, y la enorme responsabilidad de aceptar el trabajo del chamán cuando los espíritus lo exigen.
El director Banjong Pisanthanakun (Shutter, The ABCs of Death) aborda la historia de Nim con seriedad y mesura, mostrando su importancia como chamana en un pueblo atrapado entre tradiciones milenarias y el mundo moderno. Nim ayuda a sus vecinos con problemas muy exóticos (por ejemplo: un hombre hizo licor de serpiente sin saber que contenía el espíritu de un difunto) (a todos nos ha pasado), pero también tiene que trabajar como costurera para sobrevivir. Y la actriz Sawanee Utoomma interpreta a Nim como una persona inteligente y compasiva que conoce la diferencia entre una enfermedad real que requiere un doctor, y una perturbación espiritual que nadie tomaría en serio en el hospital de la ciudad.
La posición del chamán pasa de una generación a otra, según la aptitud de los candidatos y los deseos del espíritu al que veneran. En el caso de Nim, su "patrona" es Ba Yan, quien solo selecciona mujeres como representantes en el plano terrenal. Esto provocó un conflicto entre Nim y su hermana Noi (Sirani Yankittikan) cuando eran jóvenes, lo cual hace más difícil convencerla de que Mink (Narliya Gulmongkolpech), la hija de Noi, fue poseída por un espíritu maligno a consecuencia de su estilo de vida. O algo así; como dije, la situación no es tan simple.
Hasta ahí La Médium es un pseudo-documental sobrio e imparcial sobre la función del chamanismo como intermediario entre medicina y religión; pero el tercer acto revive los clichés del "found footage" que conocemos de memoria, desde tomas nocturnas con filtro infrarrojo, hasta la incongruente presencia de las cámaras en situaciones donde ninguna persona racional seguiría filmando (ah, y no puede faltar el cliché de "perro víctima" que tanto detesto).
Pero, bueno... entiendo el balance que buscó el director entre las partes "reales" de La Médium, y las expectativas comerciales del cine de terror; e incluso diría que ese sangriento tercer acto sirve como catarsis emocional después de tantas discusiones sobre espíritus y melodrama familiar. El problema es que ya existen muchas películas cocinadas con esos mismos ingredientes; y lo que distingue a La Médium fueron las innovaciones que introdujo a la receta. En resumen: una experiencia de terror imperfecta pero recomendable, con buenas actuaciones, adecuado suspenso, y un estimulante "sabor" cultural que nos limpia el paladar del horror hollywoodense. Como una buena taza de Cha-Yen después de tanto Starbucks.
Calificación: 8

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Sunday, February 6, 2022

Moonfall



Síntomas: En el año 2011 algo grande y misterioso se estrelló en la superficie lunar, poniendo en peligro a los astronautas Brian Harper (Patrick Wilson) y Jo Fowler (Halle Berry). Y, ahora, diez años después, la órbita de la Luna empieza a decaer, anunciando una catástrofe de proporciones cósmicas que dejará la Tierra inhabitable.

Diagnóstico: En lo que respecta al realismo, yo ubicaría Moonfall más o menos al mismo nivel del automóvil espacial en F9. Y en el aspecto lógico tampoco hay mucha diferencia.
No sé si el director Roland Emmerich no supo, o no quiso adaptar Moonfall al moderno estándar de la ciencia ficción "seria", donde hemos visto una creciente preocupación por alcanzar un nivel razonable de credibilidad científica (siempre y cuando no interfiera con el drama; tampoco podemos pedirle milagros a Hollywood).
Pero ese no es el estilo de Roland Emmerich. En vez de eso, el cineasta alemán regresó a su fórmula tradicional del "cine espectáculo" repleto de destrucción, melodrama pre-fabricado, y un desafiante desdén por cualquier aspecto de la realidad que contradiga su imaginación. Lo cual no es necesariamente malo, en mi humilde opinión. En el pasado he disfrutado algunas mediocres películas de Emmerich porque me parecieron entretenidas, independientemente de sus fallas narrativas. Cintas como Independence Day, The Day After Tomorrow, y 2012 ofrecieron acción a escala épica, temas progresivos, y un poco de humor para insinuar que no debemos tomarlas en serio. En cierto modo Moonfall pertenece a esa categoría de "tan mala que es buena".
Por otro lado, todo tiene un límite.
No tengo objeción con la violación de incontables leyes físicas (por ejemplo, la inercia no existe en el Emmerichverso), ni con las obvias falacias técnicas (aparentemente la NASA puede construir una sonda interplanetaria en menos de veinticuatro horas) que sustentan la descabellada premisa de Moonfall durante dos horas de ruido y destrucción. Sin embargo, tampoco puedo ignorar los atajos que toman los escritores Harald Kloser y Spenser Cohen para desarrollar un argumento torpe e ilógico que necesita romper sus propias reglas para salir de aprietos que los guionistas no supieron resolver, ni intentaron evitar porque entonces sacrificarían escenas "cool" (como la persecución automovilística más innecesaria del año). Ahí fue donde mi afecto por el "Cine B" se transformó en exasperación, sacándome de la película y diluyendo mi entusiasmo por los desvaríos de Sir Roland.
Sin embargo, el ingrediente mágico que rescata la película (al menos para mi) fue la avalancha de conspiraciones que impulsan la trama de Moonfall. Sin revelar conceptos específicos, solo diré que me identifiqué con el personaje de KC Houseman (John Bradley), fanático de las más ridículas teorías que (¡sorpresa!) se vuelven indispensables para frenar la destrucción global. Creo que Emmerich y yo vimos los mismos documentales sobre la Luna; y aunque no creo una palabra de ellos, aprecié la inesperada existencia de esta versión "dramática" elaborada con infinitos recursos monetarios y tecnológicos.
Hablando de lo cual, Moonfall revela la influencia del financiamiento internacional con pequeños detalles que dicen mucho; por ejemplo: múltiples menciones de la empresa rusa Kaspersky; y un personaje asiático que parecía innecesario, hasta que se vuelve heroico para complacer a los inversionistas chinos. Nada de esto afectó mi opinión de la película, pero refleja la evolución de los "blockbusters" post-Hollywood.
Entonces, Moonfall es otra descomunal "B-Movie" de Roland Emmerich, realizada con mucho dinero y poco sentido común. Me gustó la premisa y disfruté el desfile de irregulares efectos especiales que reciclan los "grandes éxitos" de Emmerich, incluyendo meteoritos, inundaciones, y la más inverosímil acción espacial desde Starcrash. Por el lado negativo, el libreto tiene grandes problemas que interrumpieron mi deleite; y el comportamiento de los personajes es absolutamente irracional. El único que encontré creíble fue Fuzz Aldrin; ojalá lo incluyan en la secuela.
Calificación: 7 (para la gente racional probablemente sería 5)

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Friday, February 4, 2022

Wolf



Síntomas: Jacob (George MacKay) piensa que es un lobo, y sus padres lo internan en la clínica del Dr. Mann (Paddy Considine), especialista en el tratamiento de "disforia trans-especie". Pero algunos pacientes opinan que no hay nada que curar, porque no están enfermos.

Diagnóstico: Pensé que Wolf sería una cinta de "horror realista" en el estilo de Martin o The Transfiguration, donde un individuo enfermo tiene la fantasía de ser una criatura mitológica (como hombre lobo o vampiro); sin embargo Wolf resultó ser un sensible melodrama sobre "disforia trans-especie", también conocida como "Otherkin", una condición real que consiste en adoptar obsesivamente el comportamiento de un animal. En el caso de Jacob (George MacKay) el animal es un lobo; pero la clínica también tiene pacientes que se creen caballos, pericos, ardillas, perros y patos. Entonces Jacob conoce a Cecile (Lily-Rose Depp), una enigmática joven que se comporta como un gato salvaje, y comienza una extraña relación que podría salvarlos... o atraparlos para siempre en sus identidades alternativas.
La directora y guionista Nathalie Biancheri nos presenta una historia lógica en su forma, pero ambigua en su mensaje. La terapia de Jacob intenta restaurar la conexión con su propia humanidad; pero los métodos cada vez más brutales del Dr. Mann (Paddy Considine) nos hacen cuestionar si el regreso a la "normalidad" justifica esos extremos de crueldad, o si sería mejor dejar que los pacientes vivan sus fantasías en paz, porque solo así serán felices.
Es una pregunta muy complicada que provoca comparaciones con las "terapias de conversión" diseñadas para "curar" la homosexualidad; pero la disforia puede presentar peligros reales para los pacientes y sus familias. ¿Dónde termina la identidad personal y empieza el orden social? A lo largo de Wolf la directora examina ambos lados del problema, dejando muchas respuestas en el aire para que el espectador saque sus propias conclusiones. Fue una decisión admirable por atreverse a desafiar nuestro concepto de la humanidad; pero también es frustrante por negarse a dibujar la línea entre un simple capricho y una enfermedad mental.
Como sea, terminé admirando la capacidad de Wolf para usar situaciones absurdas como inspiración de reflexiones más profundas sobre libertad individual, aludiendo a los debates que encontramos diariamente en los medios de comunicación sobre todo aquello que divide a la sociedad (como el uso del cubrebocas o el movimiento anti-vacunas, por mencionar dos temas de moda).
Como dije, cada quién encontrará algo distinto en Wolf, lo cual significa que cumplió su misión como arte cinematográfico. Y, en mi opinión, también funciona como un thriller psicológico con toques de humor absurdista, respaldado por excelentes actuaciones (mención especial para Fionn O'Shea como un "pastor alemán", y Lola Petticrew como una "cotorra"), gélida cinematografía, y un sardónico diseño de producción que transforma una clínica psiquiátrica en un zoológico literal y metafórico donde las cosas no son lo que parecen. O tal vez son exactamente lo que parecen, y así deberíamos dejarlas.
Calificación: 8

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Wednesday, February 2, 2022

Count Me In



Síntomas: Documental sobre el oficio del baterista, examinando su evolución desde el jazz hasta el rock, y entrevistando destacados representantes que nos explican sus técnicas y su función dentro de la música popular.

Diagnóstico: Estamos en la era dorada del cine documental, con incontables servicios de distribución digital compitiendo por tener el mejor material para atraer la atención del público, lo cual ha inspirado la creación de obras que educan, denuncian, y crean conciencia sobre temas serios e importantes. Y, entre todos esos documentales, decidí ver uno sobre bateristas. Qué se le va a hacer.
En mi defensa, soy un baterista frustrado que nunca perdió el entusiasmo por transformar el ruido en música; y aunque admito que nunca fui bueno (incluso "mediocre" sería una exageración), creo que aprendí lo suficiente para apreciar el trabajo de los auténticos expertos que definen la forma de la música moderna.
Lo cual nos lleva a Count Me In (disponible en el catálogo norteamericano de Netflix), un documental imperfecto que salta de un tema a otro sin método ni razón, y con graves omisiones que lo hacen sentir incompleto. Sin embargo, esas fallas se compensan con la variedad de estilos y épocas cubiertas por el director Mark Lo, y con el entusiasmo de los bateristas que comparten sus "historias de origen", sus técnicas y trucos, y anécdotas selectas sobre un oficio que constituye (literal y figuradamente) la base del rock.
Entre los bateristas entrevistados tenemos a Nicko McBrain (Iron Maiden), Roger Taylor (Queen), Nick Mason (Pink Floyd), Ian Paice (Deep Purple), Stewart Copeland (The Police), Chad Smith (Red Hot Chili Peppers), Bob Henrit (The Kinks), Taylor Hawkins (Foo Fighters), "Topper" Headon (The Clash), Stephen Perkins (Jane's Addiction), Jim Keltner (The Traveling Wilburys), Abe Laboriel Jr. (Paul McCartney), y Ben Thatcher (Royal Blood), todos ellos mostrando humildad, humor y filosofía en su perspectiva de la batería como expresión artística y estilo de vida.
Otro acierto de Count Me In fue darle voz a mujeres bateristas como Samantha Maloney (Hole), Cindy Blackman (Lenny Kravitz), Emily Dolan Davies (The Darkness), y Jess Bowen (The Summer Set), quienes han sufrido el sexismo de la industria musical y los prejuicios de fans que las consideran indignas de ocupar un instrumento tradicionalmente masculino... hasta que las escuchan tocar. Entonces se evapora toda duda sobre su talento. Dato curioso que no conocía: Samantha Maloney acompañó a Mötley Crüe en una gira de varios meses cuando el baterista Tommy Lee estuvo "indispuesto". Y los videos que acompañan ese testimonio demuestran que el grupo no perdió gran cosa con esa sustitución temporal. 
Count Me In también rinde tributo a los pioneros del jazz y del rock clásico como Gene Krupa, Joe Morello, Buddy Rich, Ginger Baker (Cream), John Bonham (Led Zeppelin), Keith Moon (The Who), Charlie Watts (The Rolling Stones), y Ringo Starr (The Beatles); todos ellos titanes cuya influencia se siente hasta nuestros días.
A pesar de su caótica estructura y conspicuas ausencias (por ejemplo, no hay mención de Carmine Appice, Terry Bozzio... ¡y ni siquiera de Neil Peart, el baterista más grande de todos los tiempos en todas las dimensiones del Multiverso!) (opinión ligeramente subjetiva), Count Me In me gustó mucho por la información que aporta, por mostrar a las personas detrás de los tambores, y por traer a primer plano una actividad generalmente relegada al fondo del escenario. Count Me In es un documental austero pero muy entretenido, realizado por bateristas para bateristas; pero también lo recomendaría para cualquier persona que quiera aprender un poco más sobre el corazón de la música moderna. Bueno, hasta tiene un "solo" de casi diez minutos. ¿Cuántos documentales "importantes" pueden decir lo mismo?
Calificación: 9

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