Saturday, April 30, 2016

Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War)



Síntomas: Cuando una misión en Laos termina en catástrofe, el Secretario de Estado norteamericano (William Hurt) exige que Los Vengadores firmen un tratado para limitar sus actividades, sometiéndolas al criterio de las Naciones Unidas. Sin embargo no todos los integrantes están de acuerdo con esta propuesta.

Diagnóstico: Lo único malo de Civil War es... ¿qué diablos sigue después de esto?
Bueno, supongo que ya sé lo que sigue... la Fase 3 del Universo Cinemático de Marvel, que verá profundos cambios en los personajes y en la continuidad que comenzó hace ocho años con el estreno de Iron Man. Lo que no esperaba es que el final de la Fase 2 sería tan...
Creo que no puedo terminar esa frase sin convertirla en spoiler, así que me limitaré a mencionar algunos aciertos de la película, así como sus ocasionales tropiezos, en mi humilde opinión.
Los fans de la épica saga comiquera "Civil War", publicada por Marvel en el 2006 y 2007, reconocerán a grandes rasgos la misma historia, aunque su dimensión se haya reducido considerablemente. Sin embargo esto no representa una decepción, pues era obvio que ninguna película de dos horas y media lograría contener los cientos de personajes y sub-tramas que integraron aquel notable "crossover" (por no mencionar la pesadilla de "copyright" que implican los derechos legales de tantos personajes esparcidos entre múltiples estudios). Incluso diría que la abreviación del conflicto a una docena de personajes destila las ideas fundamentales del relato, haciéndolas más potentes y forjando no solo una entretenida y emotiva película, sino un apropiado remate de los eventos que vienen gestándose desde el 2008. En otras palabras: este fue el momento ideal para filmar Civil War... cuando ya conocemos bien a los personajes, y compartimos su incertidumbre sobre la misión de "vengar" al mundo entero.
Además, en un aspecto más visceral, ya sabemos lo que cada héroe es capaz de hacer, así que cuando llegan las inevitables peleas es un placer verlos midiendo sus habilidades, intercambiando demoledores golpes (o rayos repulsores), y cumpliendo las fantasías de incontables fanboys (como yo), que muchas veces nos preguntamos "quién ganaría" en hipotéticas peleas con infinitas permutaciones de contrincantes. Pero lo más notable es que, incluso con personajes tan familiares, los directores Anthony y Joe Russo encuentran la manera de sorprendernos con vueltas y tangentes inesperadas (con cabal ayuda de los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely). Lo cual me lleva a los nuevos héroes y villanos que hacen su debut en Civil War. Sin entrar en detalles, diré que me parecieron perfectamente integrados al flujo narrativo, y con una impecable selección de actores como Chadwick Boseman y Tom Holland. Hasta Emily VanCamp (como Sharon Carter) se siente renovada gracias a su fresca energía y convicción, después de verse tan desperdiciada en The Winter Soldier. Por cierto, ¿por qué "Capitán América: Civil War" y no "Guerra Civil"? Curiosa decisión del traductor mexicano; aunque, pensándolo bien, no debería extrañarme tanto. Y, hablando de sorpresas, me alegró encontrar otro egresado de Greendale en Civil War, aunque fuera por unos segundos. Los Hermanos Russo recuerdan sus modestos orígenes.
Para no extenderme más, pasaré a los detalles negativos. No hay nada en Civil War que no me haya gustado (perdón por el doble negativo); solo algunos elementos que sentí menos pulidos que el resto de la cinta. Entre ellos: la tendencia al “shaky cam” que obstruye la genial coreografía en muchas secuencias de acción. Y tampoco aprecié la sub-trama del villano que quiere controlar a Bucky Barnes. Entiendo su función como catalizador de los eventos que conducen a la "guerra civil", pero sentí su particular desenlace un tanto flojo... por no mencionar su penosamente trillada motivación. Tal vez me hizo falta un villano más fuerte, o un plan más ingenioso; o quizás omitirlo por completo porque resulta irrelevante. Ya tenemos bastante con la disputa entre Batman y Sup... perdón, entre dos Vengadores que representan la eterna pugna del "yin y yang", indispensable en cualquier relato de superhéroes. Si el villano no contribuye con algo igualmente sustancial, mejor guárdenlo para la siguiente película... en caso de que exista una siguiente película de Iron Man o Capitán América. A estas alturas no estoy seguro de nada.
En fin... ya dije mucho sin decir nada. Repito, hay detalles mínimos que no tragué por completo, pero por lo demás Civil War me pareció una de las mejores producciones de Marvel Studios (en este momento no sé si me gustó más o menos que Captain America: The Winter Soldier o Guardians of the Galaxy). La recomendaría para fans de Marvel y para quien guste del cine de acción con sólido respaldo dramático, ya que que los mejores momentos de la cinta giran en torno a su carácter y personalidad, en vez de centrarse exclusivamente en efectos especiales (estoy aguantándome para no señalar que ese fue el gran Talón de Aquiles de cierta reciente película donde dos héroes también pelearon). ¡Distracción rápida! En mis cuarenta años de leer comics de Spider-Man, nunca imaginé que me sentiría atraído por la Tía May. Se aprende algo nuevo cada día.
Calificación: 9.5

IMDb

Wednesday, April 27, 2016

The Dead Room



Síntomas: Tres investigadores de fenómenos paranormales pasan unos días en una desvencijada casa ubicada en las verdes colinas de Nueva Zelanda, tratando de confirmar o desmentir los rumores de que está embrujada (la casa, no Nueva Zelanda).

Diagnóstico: The Dead Room comienza con cierta apatía: personajes lacónicos, mediocres efectos de "green screen", y añejas situaciones que ya vimos demasiadas veces. Sin embargo la cinta evoluciona gradualmente y nos muestra cómo lo viejo puede parecer nuevo por el simple hecho de desarrollar la premisa bajo una perspectiva lógica y racional que ignora los clichés del terror moderno para encontrar su propia visión, al mismo tiempo simple y elocuente. En resumen: no sé si The Dead Room se convertirá en una futura "joya oculta", pero fue una agradable sorpresa que recomendaría a cualquier fan del cine fantástico en busca de una interesante historia bien planteada y sólidamente ejecutada.
Habiendo dicho eso, The Dead Room podría aburrir a quien espera otro refrito de Paranormal Activity o The Conjuring. Afortunadamente el director Jason Stutter se alejó del "found footage"; y tampoco siguió el estándar de "un sobresalto cada diez minutos" para simular progresión dramática. De hecho, la primera mitad de The Dead Room es bastante lenta, con los personajes enfrascados en discusiones sobre "ciencia contra superstición" (uno de mis temas favoritos, por cierto); e incluso cuando comienzan las manifestaciones sobrenaturales, el científico en turno (interpretado por Jeffrey Thomas) se empeña tanto en "explicarlas" que su sano escepticismo se transforma en estupidez.
Laura Petersen tiene el papel de la médium adolescente que "siente" la presencia de espíritus, dictando hasta cierto punto la estrategia de la investigación. Su actuación es un poco blanda, sobre todo en las escenas donde debería expresar mayor terror... pero quiero pensar que fue intencional, para plantar semillas de duda en el espectador y mantener la ambigüedad sobre lo que ocurre en la vieja casa de campo (que por fuera se parece a la de Evil Dead): ¿realmente será "el viento", como tanto alega el científico?
Finalmente, Jed Brophy interpreta al obligatorio experto en tecnología, a cargo de posicionar las cámaras y registrar la evidencia que encuentren. Su papel es más pasivo, pero funciona como conciliador entre la médium y el viejito refunfuñón (adivinen con quién me identifiqué), mostrando mayor sentido común que sus compañeros cuando las cosas suben de nivel.
Y al decir "suben de nivel", me refiero exclusivamente al suspenso. Casi no hay efectos especiales en The Dead Room, y nada de sangre, pues su meta es la exploración del terror psicológico, ya sea fundamentado en hechos científicos o en dogma espiritual. Ah, y también debo señalar algunas similitudes con la clásica cinta The Stone Tape, una de mis favoritas sobre ciencia vs. superstición (¿mencioné lo mucho que disfruto los debates de este tipo?)
Por el lado negativo, hay muchos momentos incongruentes o ridículamente inverosímiles en The Dead Room. Por mencionar uno: después de la terrorífica noche inicial... el equipo se duerme tranquilamente, como si nada hubiera ocurrido. Y creo que eso pasa dos días seguidos. Quizás no tomaron tan en serio la investigación como sugerí al principio. Y, aunque me gustó el "twist" final, la última escena me pareció innecesaria, sobre todo en vista del enfoque sobrio y "realista" del resto de la cinta.
Aún así The Dead Room me entretuvo de principio a fin. Su manufactura neo-zelandesa refleja la austeridad e ingenio de una industria que aún se atreve a tomar el camino menos seguro, sin tanto temor al fracaso económico. Lo cual me lleva a los comentarios casi universalmente negativos que The Dead Room recibió en Internet... así que por favor tomen mis elogios con más cautela de lo habitual. The Dead Room me gustó mucho, pero no por lo que hizo, sino por lo que se abstuvo de hacer. Precaución: Las opiniones individuales pueden variar.
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, April 25, 2016

Somnia, Antes de Despertar (Somnia/Before I Wake)



Síntomas: Mark y Jessie Hobson (Thomas Jane y Kate Bosworth) perdieron a su hijo en un accidente casero. Y ahora, para restablecer la armonía familiar, deciden adoptar al pequeño Cody (Jacob Tremblay), quien sufrió algunas malas experiencias con sus previos guardianes. Cody resulta ser un niño dócil y adorable... pero los fenómenos sobrenaturales que se desatan en su nuevo hogar podrían destruir su felicidad... o incluso su vida.

Diagnóstico: En orden cronológico, Somnia (también conocida como Before I Wake) es la tercera película del director Mike Flanagan, pero lleva más de un año "enlatada" debido a la bancarrota del distribuidor original (Relativity Media). Irónicamente su cuarta película, Hush, se estrenó hace unas semanas en Netflix.
Pero, bueno... independientemente de su turbulento pasado, me alegra que Somnia se haya estrenado en cines (al menos en México), pues su creativa premisa aporta una interesante alternativa a los cansados clichés de fantasmas vengativos y genéricos demonios que acompañan casi todas las películas sobre "casas embrujadas".
Prefiero no revelar la naturaleza de los fenómenos que atormentan a los personajes, así que solo diré que me pareció un ingenioso misterio con gran potencial que, desafortunadamente, no se aprovechó al máximo. El concepto central de Somnia parece más apropiado para una película de fantasía... de hecho, me hizo recordar algunos cuentos de Neil Gaiman. Pero al encajonar esta idea en el género de terror se sacrificó gran parte de su potencial, y el resultado fueron los mismos "síntomas" terroríficos de siempre, diferenciados tan solo por su inusual origen.
En otras palabras, los fenómenos que enfrentan los protagonistas tienen la misma forma que ya hemos visto hasta el cansancio en otras películas: ruidos estridentes, rostros distorsionados, sombras amenazadoras, etcétera. Claro, hay un par de vistosas excepciones, como el asunto de las mariposas... y si tan solo el resto de la película hubiera continuado en ese estilo fresco e imaginativo, hubiera sido una experiencia muy distinta. Pero, bueno... supongo que debo respetar el amor de Mike Flanagan por el cine de terror, incluso si en esta ocasión traicionó parcialmente su visión.
Habiendo dicho eso, el final de Somnia "amarra" con inesperada claridad los dispares elementos del relato, justificando las visiones del fantasma o demonio que invadió la casa de los Hobson (no puedo ser más específico). Incluso en el plano emocional la explicación resultó satisfactoria, ubicando en un inesperado contexto afectivo los horrores que vivieron los personajes. Tan solo ese desenlace fue una sorpresa que justifica la existencia de Somnia (en mi humilde opinión).
Por parte del elenco, las sinceras actuaciones de Kate Bosworth, Thomas Jane (se ve raro con el pelo largo) y el talentoso niño Jacob Tremblay (a quien vimos un poco más crecido en la excelente Room) ayudan a balancear los elementos fantásticos y atenuar algunas leves incongruencias de la producción (algunos ejemplos: la constante oscuridad en la casa, incluso cuando es de día; ciertas cuestionables decisiones de los padres; y la confusa metodología del espectro principal).
A fin de cuentas Somnia es una sólida adición al horror moderno, incluso si fue el género equivocado para contar esta historia. Y aunque no sea la obra más destacada en la filmografía de Mike Flanagan, no significa que sea mala, sino que no alcanzó la combinación óptima de historia, atmósfera y ejecución de sus cintas anteriores. Como sea, puedo recomendarla con la afirmación de que todo tendrá sentido al final, y resultará más satisfactorio que muchas otras historias sobre casas embrujadas con familias disfuncionales. En resumen: la explicación del "fantasma vengativo" nunca me había provocado un nudo en la garganta.
Calificación: 8

IMDb

Saturday, April 23, 2016

¡Salve, César! (Hail, Caesar!)



Síntomas: Eddie Mannix (Josh Brolin), veterano productor de Capitol Pictures, enfrenta un sinfín de problemas y obstáculos durante la filmación de varias películas en la era dorada de Hollywood. Pero ninguno se compara con el secuestro de Baird Whitlock (George Clooney), su más grande estrella.

Diagnóstico: ¡Salve, César! es una maravilla de estilo, atmósfera y diseño de producción, evocando con asombroso detalle las contradicciones del Hollywood de los años cincuentas... glamour y romance en la pantalla; intriga y traición detrás de las cámaras. Y todo ello interpretado por un competente reparto que captura a la perfección el espíritu, vicios y valores de aquella época. Lamentablemente los Hermanos Coen trabajan de nuevo con un argumento obtuso y serpenteante que va de aquí para allá en vana búsqueda de humor, drama, o simple consistencia narrativa, lo cual se ha vuelto un problema recurrente en sus más recientes producciones (algunos ejemplos: Inside Llewyn Davis y A Serious Man).
Desde luego podríamos alegar que el caprichoso libreto refleja las caóticas e impredecibles circunstancias que el protagonista (un poderoso productor de Hollywood) enfrenta todos los días, obligándolo a pensar creativamente y echar mano de todos los recursos disponibles (ya sea una oportuna bofetada o un ramo de flores) para mantener en funcionamiento la complicada maquinaria de un estudio cinematográfico. Y, para explotar esa variedad de situaciones, ¡Salve, César! incluye recreaciones de escenas y números musicales propios del Hollywood antiguo, las cuales me parecieron fenomenales. Los Hermanos Coen se divierten con casi todos los géneros de antaño (aunque me hizo falta un poco de horror o ciencia ficción), incluyendo elaboradas coreografías acuáticas al estilo de Esther Williams; acrobáticas rutinas de baile en la mejor traducción de Gene Kelly (con amplias dosis del subtexto homoerótico que apenas se insinuaba en aquel entonces); una visita al rodaje de un  elegante melodrama romántico; el obligatorio western, cuya estrella principal está intentando transformarse en actor serio; y desde luego la épica romana que le da título a la cinta: "Hail, Ceasar!" es el nombre de la película dentro de la película donde trabaja el célebre Baird Whitlock (George Clooney) cuando es secuestrado. Para fans del cine clásico será un placer contemplar estas "escenas perdidas" de películas que nunca existieron, aunque podrían haber sido reales.
El problema, como dije, es que tantas digresiones (por agradables que sean) segmentan la premisa hasta el punto de la incoherencia. Esto nos deja con Eddie Mannix como el único propulsor del melodrama; y afortunadamente Josh Brolin rescata la situación con enorme energía e inquebrantable convicción, ofreciendo los escasos momentos emocionales que le dan sentido a la película entera. Eddie Mannix podrá ser una caricatura del típico productor hollywoodense, pero no deja de ser un personaje entero y realista, con las inevitables dudas y aspiraciones que moldean su comportamiento.
El resto del elenco muestra un desempeño inversamente proporcional a la fama de los actores. Con esto quiero decir que las grandes estrellas de ¡Salve, César! me parecieron el elemento más flojo de la película. George Clooney no es tan gracioso como piensa interpretando un general romano (¿habrá sido una meta-referencia al "peinado César" que usaba cuando se hizo famoso en ER?) Scarlett Johansson tiene apenas un par de escenas como la "inocente" estrella de cine con múltiples escándalos y un hijo ilegítimo en camino (otro de los problemas que Eddie debe resolver). Y Channing Tatum aparece únicamente para burlarse de su ruda imagen... bailando tap. Ninguna de estas sub-tramas me pareció satisfactoria o siquiera interesante.
Por el contrario, todos los actores "desconocidos" hicieron un fantástico trabajo en papeles pequeños pero rebosantes de carácter y entusiasmo, incluyendo a Alden Ehrenreich como el vaquero de impecables modales; Heather Goldenhersh como la fiel y sufrida secretaria de Eddie; y Max Baker como uno de los secuestradores de Whitlock, cuya motivación es al mismo tiempo trágica y graciosa (lástima que la reciente cinta Trumbo tocó temas similares de manera más inteligente y provocativa).
A fin de cuentas ¡Salve, César! no me pareció una mala película; pero tampoco es la comedia "alocada" que prometía la publicidad. La mediocre historia se compensa con las actuaciones, con la enorme calidad de la producción y, desde luego, con la virtuosa cinematografía de Roger Deakins (cuya rica paleta “Technicolor” rinde tributo a los procesos ópticos de los cincuentas). Podría recomendar ¡Salve, César! para fans del viejo Hollywood, siempre y cuando no esperen sustancia dramática, sino delicioso "eye candy" para inspirar cálidos sentimientos nostálgicos... y ya. En serio, los Hermanos Coen necesitan encontrar un colaborador que los rescate de su propia "visión creativa", cada vez más impenetrable con el paso de los años. O quizás ya me dejaron atrás, y no les "entiendo" como antes.
Calificación: 7.5

IMDb

Friday, April 22, 2016

Enemigo Invisible (Eye in the Sky)



Síntomas: La Coronel Katherine Powell (Helen Mirren), del Comando Internacional Británico, coordina un ataque remoto sobre una casa en Nairobi, Kenia, donde se reúnen varios miembros de una importante célula terrorista. Pero antes de atacar, Powell y el General Benson (Alan Rickman) deberán navegar una compleja red de obstáculos legales, consideraciones políticas y, sobre todo, sus propias conciencias. ¿Hasta qué punto es aceptable el "daño colateral" cuanto hay muchas vidas en peligro?

Diagnóstico: Enemigo Invisible pertenece al nuevo cine militar donde se cuestiona y analiza el uso de "drones" para conducir ataques a larga distancia, muchas veces con lamentables consecuencias justificadas en nombre de la guerra contra el terrorismo. La reciente cinta Good Kill nos puso en la silla de los pilotos de los drones, cómodamente ubicados en Las Vegas mientras destruyen poblaciones al otro lado del mundo; la serie de televisión Homeland utiliza el mismo concepto al menos una vez al año; y la octava temporada de 24 invirtió el balance de poder, con terroristas capturando drones británicos para atacar Londres. En resumen: es un tema novedoso y fértil para discusiones éticas y conflictos ideológicos. Y Enemigo Invisible saca buen provecho de esa circunstancia, con una premisa lenta y deliberada donde examinamos cada paso del proceso, al mismo tiempo que replanteamos nuestra opinión con cada nuevo dato y revelación.
Esto significa que Enemigo Invisible no es de ninguna manera una película de acción. Más bien la clasificaría como thriller político-militar, donde muchas escenas transcurren en salas de juntas, centros de operaciones, y los mencionados contenedores metálicos de Las Vegas donde se controlan los vehículos no tripulados. Y, claro, también visitamos de vez en cuando la ciudad de Nairobi, en Kenia (realmente filmada en Sudáfrica) para presenciar los preparativos de un ataque terrorista, demostrando que las frías decisiones estratégicas siempre contemplan la realidad de las vidas que corren peligro, tanto si se actúa como si se ignora el problema.
Esa es la disyuntiva que el director Gavin Hood explora una, y otra, y otra vez, a lo largo de casi dos horas. Y, sí, de vez en cuando la cinta se vuelve frustrante y repetitiva... pero sospecho que fue parte de su intención; los ataques remotos no son videojuego con vidas ilimitadas, sino incursiones en territorio soberano, donde los inocentes podrían sufrir tanto o más que los "villanos".
También conviene advertir que el libreto de Guy Hibbert (guionista de la excepcional cinta Omagh, acerca de una diferente variedad de terrorismo) se siente de vez en cuando manipulador y exagerado en su empeño por reforzar el ambiguo mensaje moral; en otras palabras, no hay que esperar sutileza, sino obvios trucos para retar nuestros valores morales.
Pero, a pesar de la manipulación emocional (digna de panfleto religioso), de la monotonía de los procesos políticos, y de la incierta moraleja que nos deja el director, Enemigo Invisible me pareció una fascinante mirada "detrás de la cortina", ilustrando la incomprensible escala de las decisiones que deben tomarse en situaciones donde no es posible ganar... solo perder menos que el enemigo. Y, claro, la presencia de sólidos intérpretes como Helen Mirren, Alan Rickman (en su penúltima película) y Aaron Paul, subrayan la parte humana del aparato militar, tan esencial (espero) como la tremenda tecnología empleada en infiltración y espionaje (¿en serio existirá la "cámara colibrí"?)
Entonces, Enemigo Invisible es lenta pero nunca aburrida; y, sin importar la ideología personal de cada espectador, seguramente inspirará reflexiones sobre temas que, afortunadamente, rara vez encontramos fuera de la pantalla de juegos. Los botones que se oprimen son similares, pero las consecuencias no podrían ser más diferentes.
Calificación: 8.5

IMDb

Wednesday, April 20, 2016

The Invitation



Síntomas: Will (Logan Marshall-Green) acepta renuentemente la invitación de su ex-esposa Eden (Tammy Blanchard) para asistir a una cena con varios amigos y conocidos. Pero cuando llega en compañía de su nueva novia Kira (Emayatzy Corinealdi), empieza a sospechar que los anfitriones tenían motivos ocultos para organizar la velada.

Diagnóstico: Escribí esa sinopsis tan corta porque no quiero revelar los más deliciosos (perturbadores) momentos de The Invitation (y sospecho que la crítica será igualmente corta, para no arruinar la película). Aunque, a decir verdad, su argumento es hasta cierto punto previsible y no se basa exclusivamente en sorpresas o giros inesperados. Por el contrario, su lento y preciso desarrollo nos lleva inevitablemente a donde ya sabíamos que llegaríamos... pero eso solo hace la experiencia más tensa y fascinante.
Lo cual es una manera taimada de decir que The Invitation es un thriller "a fuego lento", que se toma su tiempo para construir personajes complejos por medio de sutiles detalles que debemos interpretar para conocer su carácter y función en el drama. Hace falta paciencia para conectar los dispares elementos de la historia, pero una vez que reconocemos el territorio narrativo, las cosas se aceleran y nos llevan a uno de los más intensos desenlaces que he visto este año en el cine de terror (o de cualquier género, para el caso).
The Invitation representa el tardío regreso de la directora Karyn Kusama al cine independiente. Hace quince años ganó la admiración de la industria cinematográfica con Girlfight, su primera película, y de inmediato fue contratada para desarrollar proyectos en Hollywood. Desafortunadamente su paseo por "las grandes ligas" no tuvo resultados muy satisfactorios. Sus dos películas "de estudio" fueron fracasos críticos y económicos (Aeon Flux y Jennifer's Body - aunque yo estoy en la minoría que disfrutó esta última), lo cual algunas personas atribuyeron a la interferencia de ejecutivos que no comprendían el singular estilo de esta cineasta.
Pero eso quedó en el pasado. The Invitation permite a Kusama expresar su visión con todas las libertades creativas del cine independiente, libre de clichés y con el valor de abordar una historia densa y espinosa que se preocupa más por definir las relaciones (pasadas y presentes) de los personajes, en vez de darnos un "susto" cada diez minutos para satisfacer algún requerimiento mercadológico.
El talentoso ensamble de actores encabezado por Logan Marshall-Green (como Will, ex-esposo de Eden), Emayatzy Corinealdi (como Kira, la nueva novia de Will), Tammy Blanchard (Eden, la ex-esposa millonaria) y Michiel Huisman (como David, el nuevo novio de la "ex") tiene que lidiar con la difícil misión de crear instantáneamente lazos afectivos (positivos y negativos) influenciados por una tragedia familiar. Y el resto de los invitados (incluyendo a Michelle Krusiec, Mike Doyle y Jay Larson) navegan eficientemente sus particulares mini-dramas para sazonar la inquietante "velada con amigos" que se vuelve más incómoda conforme se revelan secretos del pasado. Ninguno de los actores me pareció familiar (aunque casi todos han ocupado papeles secundarios en películas importantes), pero eso solo incrementó el realismo de la situación, disipando cualquier expectativa que hubiera creado la presencia de una "estrella". Además, para la segunda mitad de The Invitation, me encontré tan absorto en la historia que casi olvidé que estaba viendo una película... lo cual es el mejor halago que puedo hacerle, y al mismo tiempo un perfecto testimonio del genuino talento de la directora Karyn Kusama... junto con los guionistas Phil Hay y Matt Manfredi, cuyo previo crédito fue la atroz R.I.P.D. (supongo que también fueron víctimas de "interferencia ejecutiva")
Bueno, pues la crítica no estuvo tan corta como esperaba, pero todo se reduce a una sencilla frase: The Invitation fue una experiencia inolvidable y, a pesar de su engañosa lentitud, ofrece más suspenso y terror psicológico que cualquier thriller "de estudio" en años recientes (para ser justos, la vi unos días antes de 10 Cloverfield Lane). Ampliamente recomendada, y perfecta justificación para no asistir a "cenas con amigos". De todos modos nunca me invitan...
Calificación: 9

IMDb

Monday, April 18, 2016

Hush



Síntomas: La escritora sordomuda Maddie Young (Kate Siegel) vive en una remota casa de campo, donde trata inútilmente de terminar su segunda novela. Pero el problema del bloqueo literario pasa a segundo plano cuando su casa es invadida por un maniático con mortales intenciones.

Diagnóstico: Para su tercera película (después de la brillante Absentia y la competente Oculus), el director Mike Flanagan decidió alejarse de los temas sobrenaturales para enfocarse en una historia más realista, pero no por ello menos terrorífica. Y aunque sentí la premisa demasiado básica (al menos comparándola con las creativas fantasías de sus previas cintas), me dio gusto confirmar que sigue presente el talento de Flanagan para crear personajes detallados y rebosantes de humanidad, antes de someterlos a despiadados horrores que, como dije, en este caso fueron de la variedad humana... indiscutiblemente más peligrosa que cualquier espectro o espejo maldito.
Flanagan mismo escribió el libreto de Hush en colaboración con la actriz Kate Siegel, y el resultado es una sólida fusión de carácter y suspenso, dedicada a impulsar la historia con cada escena minuciosamente construida y eficientemente ejecutada. Antes de ver esta película sentía cierta desconfianza por su premisa de "invasión doméstica", uno de los clichés del terror moderno que encuentro más monótonos y cansados. Afortunadamente Flanagan y Siegel no intentaron re-inventar el género ni adornarlo con múltiples sub-misterios o revelaciones inesperadas; por el contrario, el libreto destila los componentes básicos hasta eliminar cualquier elemento innecesario, transmitiendo al espectador el simple (pero potente) horror visceral del cazador y su presa... pero sin sacrificar el ingenio de una historia lógica y bien contada.
Habiendo dicho eso, hay detalles en Hush que sentí forzados o demasiado convenientes. Obviamente no puedo profundizar demasiado porque revelaría más de la cuenta sobre este sucinto relato; pero un buen ejemplo sería la inverosímil situación de Maddie: ¿una mujer sordomuda viviendo sola en una casa de campo? No suena muy creíble. Claro, es posible que no lleve sola mucho tiempo; al principio de la película se menciona un ex-novio que aún tiene esperanzas de renovar la relación; y Maddie es obviamente una mujer fuerte e independiente que no se deja doblegar por su condición; pero eso no disculpa ciertas fallas de sentido común. Otro ejemplo: Maddie tiene una alarma en la cocina para advertir cuando algo se quema en la estufa... ¿pero no tiene alarmas en sus puertas? Y, bueno... ahí me detendré. Son detalles pequeños que de ninguna manera "arruinan" la película; pero (como he señalado en muchas ocasiones), se vuelven más notorios cuando todo lo demás está tan bien hecho.
Por cierto, el asunto de "mujer con discapacidad atormentada en su hogar" evoca recuerdos de la clásica cinta Wait Until Dark (1967); pero Hush es muy diferente en tono y atmósfera... más violenta y al mismo tiempo más emocional, lo cual subraya el excelente trabajo de la actriz Kate Siegel y de John Gallagher Jr., interpretando un enigmático villano cuya personalidad se extiende más allá del "asesino enmascarado" que hemos visto en incontables películas. Y aunque Hush derrama un poco de sangre en algunas escenas, lo más importante es el drama personal, y no los efectos especiales.
Mike Flanagan ha sabido manejar esa fórmula a lo largo de su breve pero distinguida carrera. Y si bien Hush no me pareció su mejor película (en mi humilde opinión sigue siendo Absentia), sin duda fue una experiencia muy recomendable (estrenada de Netflix), cuya combinación de suspenso, terror psicológico y esporádica violencia capturan la elegante simplicidad del horror que no necesita complicaciones innecesarias ni finales inesperados. O siquiera felices.
Calificación: 8.5

IMDb

Sunday, April 17, 2016

Avenida Cloverfield 10 (10 Cloverfield Lane)



Síntomas: Después de un accidente automovilístico, la joven Michelle (Mary Elizabeth Winstead) despierta encadenada en un cuarto, sin saber cómo llegó ahí. Entonces conoce a Howard (John Goodman), quien podría ser su salvador, o un secuestrador con funestas intenciones.

Diagnóstico: Para evitar decepciones, lo diré desde el principio: el noventa y cinco por ciento de Avenida Cloverfield 10 no tiene nada que ver con la excelente cinta Cloverfield (una de las mejores películas de "found footage" jamás realizadas... en mi humilde opinión). La situación que atraviesa Michelle, y el drama que se genera en el "bunker" subterráneo podrían encajar en cualquier esquema post-apocalíptico, desde epidemia mortal hasta infestación de zombies (aunque uno de los personajes se apresura a descartar esa alternativa).
Sin embargo el cinco por ciento restante cambia por completo esa percepción, expandiendo la mitología de Cloverfield, e incluso respondiendo algunas de las muchas preguntas que aquella cinta dejó en el aire... al mismo tiempo que (en la mejor tradición del productor J.J. Abrams) plantea nuevas incógnitas que expanden el misterio y nos dejan aún más intrigados. Me encantaría que se realizaran más secuelas para explorar otras perspectivas de esta mitología... y si es en compañía de Mary Elizabeth Winstead, mejor aún.
Pero, bueno... dejemos tranquilo ese cinco por ciento y regresemos a la película formal.
Avenida Cloverfield 10 me pareció un excelente thriller "embotellado", donde casi todo ocurre en una locación aislada del mundo exterior, y con un reducido número de personajes, cuyas tensas interacciones y gradual evolución bastan para capturar nuestra atención a lo largo de la película. Siempre despierta mi admiración el ingenio requerido para lograr que una historia simple en su forma se transforme en una experiencia compleja, con varios niveles de significado que a veces se manifiestan con pequeños detalles, y a veces con sorpresivas revelaciones que ponen la situación en un nuevo e inesperado contexto.
A decir verdad encontré un poco predecibles algunos aspectos de Avenida Cloverfield 10, mientras que otros se sienten como adornos innecesarios para rellenar el tiempo o facilitar algún esporádico golpe emocional en apoyo de la premisa. Pero el balance general sin duda quedó del lado positivo gracias al inteligente libreto de Josh Campbell, Matthew Stuecken y Damien Chazelle (rara ocasión en que varios cocineros no quemaron la sopa), y la precisa dirección de Dan Trachtenberg, haciendo su debut en largometrajes después de varios aclamados cortos, incluyendo el excelente Portal: No Escape.
Y, desde luego, sin actores de inusual talento y elocuencia sería imposible engancharnos con tanta fuerza en la narrativa. Mary Elizabeth Winstead tiene amplia experiencia en drama (Smashed, Alex of Venice) y horror (The Thing, Final Destination 3), lo cual obviamente le ha dado el súper-poder de mantener la humanidad de sus personajes hasta en las más extremas situaciones (buen momento para aclarar que Avenida Cloverfield 10 no tiene sangre y relativamente poca violencia, pero no las necesita para impactar y divertir). Y, bueno, ¿qué podría decir de John Goodman? Indiscutiblemente es uno de los mejores actores de carácter contemporáneos, capaz de abordar cualquier rol cómico o dramático con igual realismo y profundidad (aún lo recuerdo con afecto como el temible rector de cierta escuela de reparación de aire acondicionado). Y ahí termina mi descripción del elenco, porque revelar la ausencia o presencia de otros actores constituiría un spoiler. Bueno, uno más: Bradley Cooper es la voz que escuchamos en el teléfono mientras Michelle conduce su automóvil. Cameo incongruente pero funcional.
En resumen: Avenida Cloverfield 10 me pareció una sobresaliente película que recomiendo para cualquier persona que disfrute un buen thriller. Y el mencionado cinco por ciento que la conecta con Cloverfield me gustó mucho, no solo por lo que muestra, sino por lo que sugiere... ¿mencioné que quiero ver más secuelas?
Habiendo dicho eso... mi única queja sería que esa parte de la cinta se siente pegada a la fuerza, como una adición tardía para darle un empujón mercadológico a lo que hubiera sido un sólido thriller "indie" que valdría la pena ver por sus propios méritos. Pero esa sensación de "pegote de última hora" no afectó en lo más mínimo mi apreciación por Avenida Cloverfield 10, sus brillantes actores y su hábil director, que sin duda nos sorprenderá (positivamente, espero) en futuros proyectos. Tuvo la suerte de hacer su debut en una película que funciona por sí misma, al mismo tiempo que pertenece a una interesante franquicia. Ojalá no desperdicie esa auspiciosa circunstancia; y ojalá nos lleve de nuevo a la avenida Cloverfield, o al mismo barrio general para conocer más detalles de... lo que sea que ocurra afuera del bunker.
Calificación: 9

IMDb

Saturday, April 16, 2016

El Libro de la Selva (The Jungle Book)



Síntomas: El niño Mowgli (Neel Sethi) fue adoptado por una manada de lobos, y creció aprendiendo lo mismo que sus hermanos cuadrúpedos en la jungla de la India (¿supongo?). Pero su mentor, la pantera Bagheera (voz de Ben Kingsley) reconoce que llegó el momento de regresar a Mowgli al mundo de los humanos. Sin embargo el feroz tigre Shere Khan (voz de Idris Elba) preferiría matarlo para evitar que se convierta en adulto y regrese para dañar a los animales.

Diagnóstico: La versión animada de El Libro de la Selva nunca estuvo entre mis películas favoritas de Disney, y además la vi hace tantos años que no recuerdo muchos detalles (fue en los años setentas, así que hagan cuentas)(Por favor no hagan cuentas). Esto me permitió ver con ojos frescos la nueva versión de "acción viva", dirigida por Jon Favreau como una fábula más madura y respetuosa de los libros de Ruyard Kipling, quizás no en argumento, pero sí en espíritu.
El resultado fue entretenido y visualmente impresionante, con el grado justo de melodrama y profundidad para darle sustancia a los personajes y sus experiencias. Pero a fin de cuentas me pareció olvidable por culpa de un predecible libreto que rara vez alcanza las cumbres emocionales a las que obviamente aspira. Por otro lado, el énfasis en aventura y adorables animales podría ser lo que necesitan los niños para asimilar el mensaje ecológico de la cinta.
Aunque no sé si "ecológico" sea el término correcto. Quizás sería más apropiado llamarlo "filosófico", pues examina la relación del hombre con la naturaleza, sus mutuos temores y oportunidades, y la posibilidad de una coexistencia pacífica donde los atributos de cada especie se complementan, en vez de competir por el dominio de unos sobre otros (típica fantasía de Disney). Desafortunadamente la "magia" se disipa un poco si contemplamos la ironía de una película dedicada a celebrar la naturaleza... usando la más avanzada tecnología digital para producir imágenes hiper-realistas que jamás se hubieran capturado en el mundo real. Digamos que Baloo, el oso digital, es mejor actor que Mowgli, el humano de la película. Claro que la voz de Bill Murray implica una considerable ventaja.
Debido a mi misantropía general no tragué algunas escenas de El Libro de la Selva, y en varias ocasiones estuve de acuerdo con el malévolo Shere Khan; pero reconozco el valor de introducir estas válidas enseñanzas a las nuevas generaciones, en una forma dinámica y muy atractiva que no se siente como lección de ética, sino como un relato orgánico que sugiere ideas, en vez de imponerlas.
Sin embargo, lo que más me gustó de la película fueron justamente esas imágenes falsas/reales. Hace cuatro años me parecieron irritantes los animales artificiales de Life of Pi, pero las criaturas de El Libro de la Selva son simplemente espectaculares, y serían suficiente razón para verla en la pantalla grande. Desde el más pequeño rasgo físico (como la interacción de los bigotes de los lobos) hasta las más aparatosas rutinas de animación que definen la personalidad de cada animal... no hay detalle que hayan omitido los artistas de los estudios Legacy, MCP, Weta, Digital Domain, y media docena más (hasta The Jim Henson Creature Shop contribuyó con "puppets" de referencia en las escenas filmadas... desafortunadamente creo que solo fueron herramientas de producción, y no aparecen en la película final). De hecho, durante las partes menos interesantes de la cinta (que, en mi humilde opinión, incluirían la visita al templo de los monos y el "épico" desenlace), me dediqué tan solo a disfrutar las texturas, iluminación y genuinas actuaciones de los animales digitales... y con eso quedé satisfecho.
Espero, desde luego, que los niños y los espectadores menos cínicos encontrarán mucho que disfrutar en esta costosa (pero algo hueca) actualización de un relato que sigue siendo tan relevante y universal hoy como lo fue hace medio siglo... independientemente de su credibilidad. Pero, bueno, ese es el punto de la fantasía: hacernos creer lo increíble, e inspirar ideales que mejoren al mundo. Por imposibles que parezcan.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, April 13, 2016

Get a Job



Síntomas: Will Davis (Miles Teller), su novia Jillian (Anna Kendrick), y su grupo de amigos "slackers" descubren con creciente angustia que las oportunidades de trabajo son muy escasas para los recientes egresados universitarios, y que la "actitud de ganador" no tiene mucho valor en el mundo real.

Diagnóstico: Creo que Get a Job explora ideas muy interesantes sobre la sociedad contemporánea, la situación laboral, y la cultura de "yo lo merezco" que promueven algunas familias e instituciones educativas. Sin embargo su frívolo tono y difuso libreto tienden a diluir la relevancia de estas reflexiones, así como los posibles mensajes que el director Dylan Kidd intentó impartir al espectador (al menos esa fue mi interpretación).
Conviene señalar que Get a Job lleva cuatro años "enlatada", víctima de cambios y re-ediciones sin supervisión del director, así que los problemas podrían deberse a la manipulación de los productores. A pesar de esa desafortunada circunstancia, Get a Job me pareció ocasionalmente entretenida, con algunas buenas actuaciones y sólidos momentos de humor que ayudaron a sobrellevar los frecuentes tropiezos de una narrativa carente de propósito o enfoque dramático. En otras palabras, Get a Job no sabe exactamente qué quiere decir, ni cómo decirlo. Sin embargo eso no impide algunos atisbos de las ideas que quizás atrajeron a muchos talentosos actores a este proyecto durante su planteamiento original.
Entre ellos: Miles Teller como el joven idealista que deberá evaluar la importancia de un empleo formal; Anna Kendrick como la típica novia exigente y ambiciosa (tal vez demasiado); Bryan Cranston como el veterano "winner" que enfrenta el inesperado reto de competir con rivales mucho más jóvenes que él; Alison Brie como vulgar asistente ejecutiva (traducción: "comic relief"); Marcia Gay Harden, John C. McGinley, Bruce Davison, John Cho y Greg Germann como distintos rostros del mismo demonio corporativo (los fans de Scrubs disfrutarán particularmente las clásicas rutinas de McGinley, especialista en humillar subalternos); y Jorge García como "magic negro" (bueno, hispano en este caso) con inesperados consejos para navegar las traicioneras corrientes de la política laboral.
Quizás estas descripciones sugieren una versión contemporánea (y más deprimente/cínica) de Office Space, pero el punto de Get a Job no es burlarse de los cubículos, sino revelar que no hay respuestas fáciles para los problemas del trabajo (o falta del mismo): la culpa no es totalmente de las empresas, ni de los trabajadores, ni de la economía. O quizás el punto fue señalar las expectativas irreales que sabotean el futuro productivo de incontables jóvenes mal preparados (emocionalmente) para los rigores del "mundo real".
Todas esas posibilidades inspira Get a Job; pero hace falta escarbar entre las rendijas del argumento para encontrarle la sustancia. En la superficie parece más interesada en el vulgar humor de los amigos "slackers" que viven de XBox, marihuana y pornografía; los patéticos intentos del "viejo" que intenta parecer "joven"; y los vacuos mensajes de optimismo que se sienten terriblemente forzados en una historia sin el valor necesario para llevarnos hasta su consecuencia lógica: "sigue tus sueños" es una patraña más dañina que la cruda realidad.
Calificación: 6

IMDb

Monday, April 11, 2016

Regression



Síntomas: En 1990, el detective de policía Bruce Kenner (Ethan Hawke) y el Prof. Raines (David Thewlis), experto en regresión hipnótica, investigan un horrible crimen cometido contra la joven Angela Gray (Emma Watson), y descubren una conspiración satánica de misterioso origen. ¿O será tan solo la imaginación de una chica asustada?

Diagnóstico: A pesar de esa sinopsis, Regression no es una película de terror, sino un thriller psicológico (aunque llamarlo "thriller" sería un excesivo halago) que explora el fenómeno real del "pánico satánico" de los ochentas y noventas, cuando se esparcieron rumores alrededor del mundo sobre cultos demoníacos celebrando sádicos rituales secretos hasta en los más inocentes suburbios y comunidades. Incluso hicieron un episodio de The X-Files sobre ese tema (segunda temporada, episodio catorce: "Die Hand die Verletzt"). Y tal vez algunos lectores mexicanos recordarán las continuas menciones de los "narco-satánicos" en los noticieros de aquel entonces.
Ese es el fenómeno que el célebre director español Alejandro Amenábar trató de examinar en Regression; desafortunadamente no encontró el enfoque apropiado para hacerlo interesante, o siquiera entretenido.
La narrativa general de Regression titubea entre la torpe investigación del policía, las sesiones de regresión hipnótica del Prof. Raines, y los "flashbacks" de Angela, donde presenciamos los rituales de tortura, violación, sacrificio de bebés, etc. Desde luego todo es sugerido; casi no hay sangre y muy poca violencia, porque ese no es el punto de la película.
No, el punto de Regression es ponernos a dormir. Me pesa decir que Amenábar realizó el equivalente cinematográfico de una pastilla somnífera, con una narrativa lerda y desganada que no inspira suspenso ni emoción alguna. Todos los actores susurran gravemente sus trémulos diálogos, pero no dicen nada sustancial; la cinematografía de Daniel Aranyó es ciertamente atractiva, pero demasiado monótona, con una paleta gris y triste que termina fatigando el ojo. Y la dirección del talentoso Amenábar no muestra un ápice de la seguridad y virtuosismo que vimos en The Others o Tesis, ni la inmensa ambición cinemática de Agora.
Creo que el problema fue tratar de contener la visión de este cineasta en el estrecho nicho del thriller comercial norteamericano (en este caso de manufactura canadiense-española), cuyas forzadas dosis de drama prefabricado y atmósfera artificial sofocan la libre expresión de su genuino talento. Al menos eso quiero pensar, y creo que Amenábar se ha ganado el beneficio de la duda; pero hasta sus más fieles admiradores deberán aceptar que Regression se encuentra muy por debajo del estándar establecido por su previa filmografía.
No quiero gastar más tiempo en este fiasco, así que sólo repetiré la advertencia: a pesar de una intrigante premisa, un director renombrado, y la presencia de varios sólidos actores (incluyendo Ethan Hawke y dos veteranos de Harry Potter: Emma Watson y David Thewlis), no encontré nada rescatable en Regression. Aquellos interesados en el período del "pánico satánico", mejor lean algún artículo imparcial en Internet, o vean el mencionado episodio de The X-Files, el cual realizó un mejor trabajo de sátira y denuncia hace veinte años (en aquel entonces la joven víctima de abuso ritual fue Heather McComb, quien más tarde interpretaría a Jubilee en la película de Generation X)(No podía faltar un pequeño detalle "geek"). Y desde luego confío en que esto haya sido un olvidable tropiezo en la carrera de Amenábar, y que pronto lo veremos de regreso en un proyecto a la altura de su talento. De otro modo, sólo queda pensar que fue obra del diablo. O de Hollywood (al fin son casi sinónimos).
Calificación: 5

IMDb

Saturday, April 9, 2016

El Cazador y la Reina del Hielo (The Huntsman: Winter's War)



Síntomas: Freya, la Reina de Hielo (Emily Blunt), fue víctima de una traición romántica tan grande que prohibió el amor en su reino. Sin embargo dos de sus mejores soldados, Eric (Chris Hemsworth) y Sara (Jessica Chastain) cometieron el error de enamorarse, provocando la ira de la Reina. Años más tarde, Freya trata de apropiarse del Espejo Mágico de su finada hermana Ravenna (Charlize Theron); y una figura del pasado tendrá que detenerla antes de que cubra el mundo con nieves eternas.

Diagnóstico: Allá por el año 2012, la cinta Snow White and the Huntsman intentó "re-imaginar" el cuento de Blancanieves como una aventura medieval repleta de (floja) acción, (genéricos) monstruos y (superfluos) efectos especiales. Y ahora El Cazador y la Reina del Hielo responde las preguntas que todos nos hicimos en aquel entonces: ¿Por qué la Reina Ravenna era tan mala? ¿Y cómo era su relación con su hermana Freya, a la que ni siquiera conocíamos?
Bueno, tal vez nadie hizo esas preguntas, pero nada impedirá que el director Cedric Nicolas-Troyan gaste algunos millones de dólares para responderlas. Y, para hacerlo, toma prestados elementos de Narnia, Lord of the Rings, y The Snow Queen, otro venerable cuento de hadas de Hans Christian Andersen (en el que también se inspiró Frozen). Desafortunadamente esta colección de ilustres influencias no logró constituir una historia decente, a pesar de algunos aciertos que al menos hicieron menos tortuosa la experiencia.
La primera media hora de El Cazador y la Reina del Hielo funciona como precuela, mostrándonos el origen de Ravenna, su hermana Freya, y Eric el Cazador. Luego saltamos siete años al futuro para examinar las consecuencias de la derrota de Ravenna, con su Espejo Mágico como gran mcguffin que todos quieren controlar. Y, para evitarlo, Eric tiene que formar una alianza con varios pintorescos personajes (incluyendo algunos enanos expertos en "comic relief") que lo ayudarán en diversas maneras... o lo traicionarán cuando menos lo espere.
Como dije: Frozen mezclada con Narnia y Lord of the Rings, pero sin profundidad emocional ni consistencia narrativa (ni canciones). La dirección de Cedric Nicolas-Troyan (haciendo su debut en largometrajes después de una larga carrera en efectos especiales) se siente superficial e incierta, con secuencias de acción pobremente coreografiadas y escenas dramáticas al nivel de He-Man and the Masters of the Universe. Afortunadamente los actores aportan buena química y un poco de humor, cubriendo algunos agujeros del libreto (el cual me recordó un rompecabezas con piezas faltantes).
Chris Hemsworth interpreta a Eric como un Thor diluido; me pareció buena decisión hacerlo más jovial, porque sería bastante difícil tomar en serio su drama romántico. Jessica Chastain no tiene mucho que hacer, pero cubre decorosamente los requerimientos de "mujer de acción" exigidos por la corrección política. Charlize Theron tiene un papel bastante reducido, aunque conserva la desorbitada exageración de la cinta anterior (lo digo como halago... supongo). Y Emily Blunt hace un buen trabajo como Reina de Hielo que no es necesariamente malvada... sólo víctima de trágicas circunstancias fuera de su control. Pero mis personajes favoritos fueron los enanos, interpretados por Nick Frost, Colin Morgan, Sheridan Smith y Alexandra Roach. El "comic relief" no siempre funciona, pero su cínica perspectiva y entusiasmo contagian parcialmente al espectador (o quizás lo demás fue tan plano que hasta sus simples payasadas parecieron pequeños triunfos en una lucha contra la monotonía).
En cuanto a los efectos especiales y estética visual, El Cazador y la Reina de Hielo se muestra más conservadora que la original. Desde luego hay abundantes personajes y escenarios digitales, pero no nos abruman con su presencia; simplemente adornan algunas escenas y complementan la "magia" del relato. En particular me gustó el búho de hielo, los sutiles adornos del bosque (como la serpiente de moho), y el diseño de los duendes/cabras/gorilas (aunque su animación posee la típica artificialidad acarreada por la ausencia de inercia y gravedad).
Francamente pensé que El Cazador y la Reina del Hielo sería un desastre intolerable... la innecesaria continuación de una historia que ni siquiera debería haber existido. Y aunque algo de eso fue cierto, la experiencia resultó menos traumatizante de lo esperado. Si la hubiera visto en el canal SyFy, quizás me hubiera parecido competente y ambiciosa. Pero como costosa precuela/secuela de Hollywood estrenada en cines, le faltó mucho para justificar su existencia. Aún así no me aburrí demasiado, e incluso reí un par de veces con las boberías de Nick Frost. Pero no necesito otra secuela con Pinocho como eco-terrorista destruyendo las máquinas taladoras de algún rey corporativo, o algo así. Ojalá esto marque la extinción de los cuentos de hadas "dark".
Calificación: 6

IMDb

Friday, April 8, 2016

Una Buena Receta (Burnt)



Síntomas: El chef Adam Jones (Bradley Cooper) encontró gran éxito al principio de su carrera, pero la arruinó con drogas, alcohol y mujeres. Y ahora, diez años después, libre de vicios y con grandes ideas, se muda a Londres para restaurar su reputación reviviendo el restaurante de un antiguo rival... y para ganar su tercera estrella Michelin.

Diagnóstico: ¿Que demonios es una "estrella Michelin"? Según Wikipedia, es uno de los más prestigiosos reconocimientos en el mundo de la alta cocina (otorgado por la compañía Michelin... sí, la de llantas). Y, por lo que aprendí en la cinta Una Buena Receta, el requerimiento principal para obtenerla es ser un arrogante patán sin una pizca de humanidad.
Por cierto, el productor ejecutivo de la película es Gordon Ramsay. Saquen sus propias conclusiones.
Supongo que era inevitable el surgimiento del "cine culinario" (por llamarlo de alguna manera), en vista de la abundancia de canales de televisión dedicados a la cocina en todas sus formas. Honestamente no es un tema que me interese (a pesar de lo que podría sugerir mi mórbida obesidad); y por lo tanto me siento incapaz de evaluar el realismo y calidad de los platillos y preparaciones que muestra Una Buena Receta. Sin embargo, puedo decir que su estructura y melodrama me parecieron tan poco imaginativos como un pan tostado con mantequilla.
Aún así, el director John Wells sabe manejar a sus actores para mantener la historia en movimiento, crear un poco de suspenso cuando hace falta y, a fin de cuentas, entregar una experiencia entretenida, aunque un tanto ligera, apropiada para un fin de semana cuando no haya algo mejor en el cine o televisión.
Otro acierto fue el elenco, cuyas actuaciones importan menos que su perfecta compatibilidad con los roles asignados; desde Bradley Cooper como el tirano Adam (con corazón de oro, naturalmente), hasta los personajes incidentales, como Emma Thompson (la psicóloga encargada de verificar la sobriedad de Adam), Matthew Rys (el volátil rival, también con corazón de oro, aunque de menos quilates), y Alicia Vikander (inevitable amor del pasado que le recuerda a Adam sus humildes orígenes, o algo así).
Quizás sea injusto compararlas pero, a pesar de mi ignorancia sobre asuntos de cocina, la reciente película Chef, de Jon Favreau, me pareció más honesta y divertida... una genuina celebración del arte culinario, libre de las afectaciones y excesiva "actitud" de Una Buena Receta. Claro que Chef se desarrollaba a bordo de un camión-cocina, mientras que Una Buena Receta prefiere el glamour de los más exclusivos restaurantes de Londres, donde la comida ocupa tan sólo una pequeña fracción de la superficie del plato... porque entre menos comida sirvan, más dinero pueden cobrar.
Sobra decir que nunca comeré en uno de esos establecimientos (¡ni siquiera tienen una televisión en la pared para ver el fut!), pero puedo recomendar Una Buena Receta como típica historia de fracaso y redención que no está interesada en reinventar el género, sino en servirlo con un delicado glacé de clichés, sobre una cama de ideas añejadas en barril, y todo ello bañado en una deliciosa salsa de meh. No por nada contrataron a Mario Batali como "chef consultor" de la película.
Calificación: 7

IMDb

Wednesday, April 6, 2016

Pandemic



Síntomas: Los escasos sobrevivientes del apocalipsis zombie se refugiaron en recintos seguros protegidos por el ejército, pero a veces necesitan internarse en las zonas infectadas de la ciudad para buscar provisiones o rescatar refugiados. La Dra. Lauren Chase (Rachel Nichols) participa por primera vez en una de estas expediciones y, aunque no tiene entrenamiento de combate, asimila rápidamente las directivas de los soldados que la acompañan. Sin embargo, lo que nadie sabe es que Lauren tiene una misión personal que podría poner en peligro al pelotón... y quizás al resto de la humanidad.

Diagnóstico: Pandemic tiene suficientes innovaciones, ganchos y "gimmicks" para distinguirse de todas las demás películas de zombies, aunque a fin de cuentas la abundancia de trucos no consigue transformarla en una buena película. Aún así me pareció entretenida (la mayor parte del tiempo), y con suficiente ambición creativa para recomendaría como curiosidad cinematográfica en un género que parecía incapaz de ofrecer algo nuevo (aunque eso de "nuevo" sería debatible).
El gancho más obvio consiste en filmar casi toda la película con las cámaras ubicadas en los cascos de los personajes, dándonos una perspectiva en primera persona que obviamente fue inspirada por videojuegos como Left 4 Dead, Dead Island, o los escenarios zombies de Call of Duty. Esto desde luego conduce a varias frenéticas secuencias de combate donde "sentimos" el caos y brutalidad de un encuentro cercano con decenas de zombies... las balas perforan cabezas, los martillos hunden cráneos, y los cuchillos cortan gargantas en rápida sucesión, creando una experiencia intensa pero demasiado breve y esporádica. Si Pandemic hubiera tenido el doble (o, mejor aún, el triple) de esas escenas, valdría la pena tan sólo por su impacto visceral.
Desafortunadamente el noventa por ciento restante de la película está ocupado por las típicas discusiones entre los miembros del equipo, exploraciones de edificios abandonados, e interminables caminatas para llenar el tiempo entre peleas (ya sean verbales o físicas).
Y ahí es donde entra el gancho número dos: para variar, Pandemic cuenta con genuinos actores en su elenco, en vez de usar los amigos y primos del director, como hemos visto en otras cintas de este tipo.
Sin ser grandes estrellas, Rachel Nichols, Missy Pyle, Alfie Allen y Mekhi Phifer tienen presencia y talento para hacer tolerable el melodrama, casi siempre dedicado al eficiente desarrollo de una historia simple pero funcional. Fue muy raro descubrir que en verdad me preocupaba la supervivencia de algunos personajes, en vez de estar esperando pacientemente que los mordiera un zombie para callarlos de una vez por todas (repito, como ocurre con muchas otras cintas de este tipo).
Y, hablando de zombies, ahí encontraremos el tercer gancho: el director John Suits introduce cinco niveles progresivos de infección, permitiendo la existencia de distintos zombies para satisfacer las necesidades narrativas de cada escena. Así tenemos zombies furiosos al estilo de 28 Days Later; zombies "inteligentes" que conservan suficientes rasgos humanos para poner trampas o conducir automóviles; y zombies pre-sintomáticos, para generar el suspenso y la paranoia de no saber con seguridad quien está infectado.
Sólo con tantas variantes en juego logra Pandemic mantener el interés del espectador (al menos el mio), pero, como dije al principio, su ágil ritmo y multitud de ideas no significa que sea muy buena. Y tampoco sé si debería clasificarse como pseudo-documental o "found footage", pues si bien cuenta con algunas de esas características (tomas en primera persona, ocasionales insertos de cámaras de seguridad), el director no teme romper el formato cuando es necesario clarificar alguna escena, o enfocarse en la actuación de un personaje específico. A fin de cuentas no importa el nicho de la cinta, siempre y cuando no degenere en tomas incomprensibles con jóvenes odiosos gritando "¿Qué fue eso?" cada treinta segundos.
No puedo negarlo: en vez de ver Pandemic, tal vez hubiera sido más divertido jugar uno de los mencionados videojuegos durante noventa minutos... pero en ninguno de esos videojuegos aparece Rachel Nichols, así que no puedo quejarme. Sólo hubiera deseado que Suits llevara la violencia en primera persona hasta niveles más extremos, pues fue lo que más me gustó de la película. Supongo que para eso tendré que esperar el estreno de la controversial Hardcore Henry. Mientras tanto: Call of Duty con zombies (mi favorito es el módulo de World at War).
Calificación: 6.5

IMDb

Monday, April 4, 2016

Justice League vs. Teen Titans



Síntomas: Con la esperanza de que Robin (voz de Stuart Allan) aprenda un poco de disciplina y cooperación, Batman (voz de Jason O'Mara) lo manda a estudiar con los Teen Titans, un equipo de adolescentes con súper-poderes bajo la supervisión de la extraterrestre Starfire (voz de Kari Wahlgren). Al principio Robin odia a sus nuevos compañeros, pero tendrá que aceptarlos rápidamente cuando una poderosa entidad interdimensional amenaza al mundo... y a la Liga de la Justicia.

Diagnóstico: No he leído un comic de Teen Titans desde hace más de veinte años, y por lo tanto no conocía sus modernas versiones bajo la nueva continuidad de The New 52. Esto me permitió ver Justice League vs. Teen Titans sin grandes expectativas ni particular afecto por los personajes, lo cual fue bueno y malo. Por un lado, me pareció una excelente introducción a sus particulares habilidades y dinámicas, con el humor e irreverencia que podríamos esperar en un grupo de adolescentes súper-poderosos (¡no sabía que el nuevo Blue Beetle es hispano!); pero por otro lado, la historia me aburrió con su floja mitología y excesivo uso de vago misticismo como reemplazo de lógica y consistencia narrativa.
Tal vez esto amerita una explicación personal: generalmente no trago los elementos "cósmicos" en los comics de superhéroes, y mucho menos las historias con magia y demonios (con excepción de Doctor Strange en Marvel y el Universo de Vertigo en DC). Casi siempre son confusas y con excesiva tendencia al "deus ex-machina", donde las cosas no se resuelven con ingenio, fuerza o estrategia, sino con arbitrarios hechizos e invocaciones sacadas de la manga... lo cual describe fielmente la tediosa segunda mitad de Justice League vs. Teen Titans. Demasiado "abra cadabra" y muy poco esfuerzo creativo. Ah, y por un momento pensé que introducirían a Etrigan, lo cual despertó mi entusiasmo... pero fue una falsa alarma. De cualquier modo me inspiró a imaginar la posibilidad de una (¡o varias!) películas animadas con las historias y personajes de Vertigo... imaginen Season of Mists o The Books of Magic en este formato (para enseñarles a los fans de Harry Potter como se hace un auténtico mago adolescente). Si tan solo...
Pero, bueno; basta de fantasías "geek" que jamás se cumplirán. Regresando a Justice League vs. Teen Titans, las partes mágicas que no me gustaron se compensan con la divertida interacción de los jóvenes "titanes". Fue un placer presenciar la adaptación de Damian Wayne a un equipo de su misma edad (aproximadamente), y el desarrollo emocional que lo hace más humano y vulnerable, pero no por ello menos capaz. Definitivamente veremos aquí las escenas más "cool" de su trayectoria fílmica (la cual incluye las cintas Son of Batman, Batman vs. Robin, y la reciente Batman: Bad Blood)(Muy reciente, por cierto... me pregunto si Warner Animation continuará este rápido ritmo de producción, o si sólo querían aprovechar el impulso publicitario de Batman v Superman: Dawn of Justice).
Finalmente, las actuaciones de voz me parecieron buenas, con sólidas aportaciones de Taissa Farmiga como Raven, Kari Wahlgren como Starfire, Brandon Soo Hoo como Beast Boy, y Jake T. Austin como Blue Beetle; y la animación varía entre mediocre y adecuada, dentro del estándar establecido por esta serie (los escenarios infernales que deberían ser espectaculares resultaron patéticos; al menos hubieran aplicado el mismo nivel de detalle de Superman/Batman Apocalypse, en vista de la importancia que tiene el dantesco entorno).
Entonces, en lo que respecta al argumento, creo que Justice League vs. Teen Titans fue la película del Universo Animado de DC Comics que menos me ha gustado. Pero los personajes y sus bien definidas caracterizaciones estuvieron entre las más divertidas que he visto (siempre y cuando no las tomemos muy en serio), lo cual justifica una cauta recomendación para fans de DC que saben en lo que se meten. Para el resto del público quizás será una experiencia obtusa y frustrante porque, para variar, el libreto no ofrece explicaciones detalladas ni "orígenes" concretos (bueno, quizás uno). Ni hablar; no todas las cintas del DCAU pueden ser tan interesantes como The New Frontier o Batman: Year One. Pero incluso cuando fallan, tienen algo rescatable. Me doy por satisfecho.
Calificación: 7

IMDb

Saturday, April 2, 2016

Emelie



Síntomas: Dan y Joyce Thompson (Chris Beetem y Susan Pourfar) planean salir a cenar para celebrar su aniversario de bodas, pero la niñera habitual no está disponible para cuidar a sus hijos Jacob (Joshua Rush), Sally (Carly Adams) y Christopher (Thomas Bair). Entonces la pareja recurre a una niñera nueva que dice llamarse Anna (Sarah Bolger); y, como parece muy responsable, la contratan de inmediato. Sin embargo Anna no es lo que parece, y conforme avanza la noche los niños se dan cuenta de que están en grave peligro...

Diagnóstico: Las películas de terror sobre niñeras vienen generalmente en dos variedades: 1.- La inocente niñera se ve amenazada por un maniático asesino o entidad sobrenatural (ejemplos: The House of the Devil y When a Stranger Calls); y 2.- La niñera psicópata pone en peligro a los niños y/o familia que debería cuidar (ejemplos: The Hand that Rocks the Cradle y The Sitter). Emelie pertenece a la segunda categoría, y la verdad es que cumple muy bien con los requisitos del sub-género, estableciendo una situación normal que gradualmente se vuelve pesadillesca, y añadiendo la cantidad justa de locura y violencia para que el peligro se sienta real (bueno, real para los estándares de una B-Movie directa a video).
Sin embargo, el director y co-guionista Michael Thelin (haciendo su debut en largometrajes) deja muchas preguntas sin respuesta, lo cual enfrió un poco mi entusiasmo por todos los demás aspectos positivos de Emelie. Aclaro que nunca me han molestado las películas ambiguas que se abstienen de explicar cada pequeño detalle; pero en esta ocasión lo sentí como una falla; como una historia a medias. O tal vez fue intencional, para que cada espectador resuelva el misterio por su cuenta.
Además, la motivación de la niñera pasa a segundo plano cuando presenciamos la espiral de agresión y tortura (casi siempre psicológica) que sufren los niños. Desde luego es un tema delicado usar actores tan jóvenes en una historia tan perturbadora; pero Thelin sabe dónde está "la línea", y jamás la cruza. Solo se acerca lo suficiente para inquietarnos sin volverse ofensivo (por cierto, SPOILER para amantes de los animales: Emelie incluye una escena donde un hámster corre peligro mortal, y no termina bien para el animalito; sin embargo al final de los créditos nos aseguran que "ningún animal fue maltratado", y la escena está filmada de tal modo que pudo manipularse con un sencillo truco de edición, así que mi conciencia está tranquila... eso espero. FIN DEL SPOILER).
Gran parte de esa inquietud e incomodidad es gracias al notable desempeño de Sarah Bolger. Recuerdo vagamente a esta joven actriz por su trabajo en series televisivas como Agent Carter, y en las mediocres cintas de terror The Moth Diaries y The Lazarus Effect, pero nada de eso sugería el preciso control de emociones que maneja en Emelie. Y los niños Joshua Rush, Carly Adams y Thomas Bair no se quedan atrás. A pesar de sus cortas edades, sus reacciones son tan naturales que resulta fácil aceptar los más inverosímiles aspectos de la historia, y preocuparnos por su seguridad. En el papel de los padres, Chris Beetem y Susan Pourfar me parecieron... funcionales, y ya. Supongo que podrían representar algún mensaje sobre la irresponsabilidad de los padres modernos, o algo así. Como sea, sospecho que esta película provocará considerable paranoia en adultos con hijos.
Emelie me gustó lo suficiente para recomendarla como modesto pero competente thriller con buena dirección, sólidas actuaciones, y un nebuloso misterio que podría amplificar su siniestra atmósfera, o distraernos por sus agujeros lógicos. En realidad no hay mucho terror, pero captura la atención del espectador y nos reta a presenciar escenas difíciles sin caer en el morbo como un fin por sí mismo (aunque cada quien tendrá distinta tolerancia al maltrato infantil). Las revelaciones de Emelie fueron Sarah Bolger, en un papel que luce su genuino talento; y el director Michael Thelin, demostrando lo que pudo lograr con poco dinero y una historia "enlatada" (prácticamente filmada en una sola locación). Pensé que extrañaría algún elemento sobrenatural, pero no me hizo falta con una villana tan bien construida... trágica, amenazadora y con fuerte personalidad. Eso siempre será más satisfactorio que un genérico fantasma acechando a la niñera.
Calificación: 8

IMDb

Friday, April 1, 2016

Trumbo



Síntomas: Después de la Gran Depresión de los años veintes, el comunismo parecía una mejor alternativa política para muchos norteamericanos, incluyendo el guionista Dalton Trumbo (Bryan Cranston). Pero a fines de los cuarentas, durante los albores de la Guerra Fría, la opinión pública cambió, y los comunistas fueron perseguidos como enemigos de los Estados Unidos. Y quizás la "cacería de brujas" más perniciosa y popular fue en Hollywood, donde Trumbo y sus amigos sufrieron mucho por defender su ideología.

Diagnóstico: Las "audiencias de McCarthy" son consideradas hoy como uno de los más vergonzosos pasajes en la historia reciente de los Estados Unidos; y aunque ya se habían retratado en numerosos documentales y películas (algunos ejemplos: Guilty By Suspicion, Good Night, and Good Luck y The Hollywood Ten), Trumbo se distingue por su astuta combinación de ficción y hechos reales, y por la ambición de contar una historia más compleja que trasciende su simple nicho biográfico.
Sin embargo no todo fue positivo. La primera mitad de Trumbo se siente seca e impersonal, ignorando las necesidades del flujo narrativo y la caracterización, a cambio de establecer el marco histórico de la cacería de comunistas en los años cuarentas y cincuentas, así como la eventual creación de la "lista negra" que dejó a cientos de personas sin trabajo, no solo en la industria cinematográfica, sino en todos los niveles sociales. El director Jay Roach y el guionista John McNamara (¡veterano de The Adventures of Brisco County Jr.!) tienen que resumir muchas cosas en poco tiempo, de modo que nos bombardean con personajes, situaciones y relaciones algo confusas. Claro, con el paso de las escenas se empieza a dibujar el contexto apropiado para que el espectador ate los cabos sueltos, pero esos cuarenta minutos iniciales se sienten como un examen de historia para el que no estudiamos. Incluso con algunos conocimientos sobre la "época de oro" de Hollywood (gracias a tantas películas que vi de niño con mi abuelo, en televisión o en el cine Bella Época) me sentí un poco perdido mientras asimilaba tanta información.
Por suerte Trumbo mejora considerablemente durante su segunda mitad, cuando el drama se centra de lleno en Dalton Trumbo, su vida familiar y el ingenioso plan que diseñó para contra-atacar a sus enemigos en el gobierno. También aquí surgen más oportunidades de lucir al brillante elenco, empezando desde luego por Bryan Cranston en el papel protagónico. Su interpretación de Dalton Trumbo me pareció espectacular, minuciosa en sus detalles y profunda en emociones, con una gradual transformación física que, afortunadamente, no distrae de la historia (como ha ocurrido en otras cintas con actores artificialmente envejecidos). Diane Lane interpreta a su tolerante esposa Cleo, mientras que Madison Wolfe y Elle Fanning se complementan muy bien representando a la hija Nicola, en su fase de niña y adolescente (respectivamente).
La parte doméstica de la vida de Trumbo es importante, pero no se compara con la intriga y melodrama laboral, que incluye a grandes figuras del Hollywood clásico. Me abstendré de mencionarlos porque parte del encanto consiste en descubrir los inesperados individuos que participaron en estos juicios (ya sea apoyando a sus compañeros comunistas, o "nombrando nombres" para escapar la censura gubernamental y corporativa). Solo diré que mi favorito fue John Goodman como "Frank King" (probablemente inspirado por Murray Lerner), excéntrico productor de "B-Movies" que comprende con despiadado pragmatismo el gran secreto del cine.
Lo cual me lleva a la curiosa mezcla de realidad y ficción que mencioné al principio. Algunos críticos han acusado a Trumbo de manipular los "hechos reales", jugar con la cronología y atenuar la malicia o virtud de algunos personajes; por ejemplo, la reportera de espectáculos Hedda Hopper (algo así como la "Perez Hilton" de los cincuentas), interpretada por Helen Mirren como villana unidimensional sin aparente motivo para su feroz antagonismo contra el partido comunista. Sin embargo a mi no me molestaron las amplias "licencias históricas" que Roach se toma, pues creo que la mayor enseñanza de Trumbo no radica en su (cuestionable) defensa de un arcaico y fallido movimiento político, sino en recordarnos que la persecución de ideales sigue siendo un peligro en esta o cualquier década. En los cuarentas y cincuentas fue el comunismo; hoy es la religión, la preferencia sexual, o hasta la creencia en el calentamiento global (mi profecía para segregación en el futuro: la existencia de Sasquatch). Entonces, incluso si el argumento de Trumbo tropieza ocasionalmente y tarda mucho en cobrar vida, su mensaje es más importante que nunca: si van a contratar un actor para interpretar a John Wayne, al menos encuentren uno que se parezca más. O algo así. No soy experto en política.
Calificación: 8.5

IMDb