Wednesday, July 31, 2019

Dark, Deadly & Dreadful



Síntomas: Antología con 9 cortometrajes seleccionados por la comunidad de Fun Size Horror, una plataforma digital dedicada a exhibir el trabajo de jóvenes directores interesados en el género de terror.

Diagnóstico: Dark, Deadly & Dreadful no es la primera antología publicada por el colectivo de Fun Size Horror, pero es la primera que se presenta como entidad independiente, ganando distribución en múltiples plataformas de Streaming/VoD, y con suficiente calidad para respaldar esa decisión. Después de tantas antologías realizadas por celebridades del género (como la reciente Nightmare Cinema, o Tales of Halloween), fue estimulante encontrar una alternativa genuinamente independiente que, sin ser perfecta, alcanza un nivel visual y narrativo capaz de competir con cualquier producción profesional.
Dark, Deadly & Dreadful dura noventa minutos, lo cual significa que los segmentos son breves y concisos (auténticos "cortos"), libres de relleno y adornos inútiles. Por el lado negativo, tampoco encontraremos complicadas estructuras ni profundidad dramática... simplemente situaciones más o menos creativas, donde el horror ataca sin aviso ni explicación.
Los cortometrajes son, en orden cronológico:
"Bleeder", dirigido por "El Glorioso Internet": Una mujer encuentra problemas en un baño público. La historia más corta de la película, y quizás mi favorita por su eficiente desarrollo y sorpresivo desenlace.
"Take-Out", dirigido por Joe Russo: Un secuestrador encuentra a sus siguientes víctimas, pero el plan no sale como esperaba. Segmento demasiado previsible, aunque con buenos actores que casi salvan la situación.
"Tampoon", dirigido por Jeanne Jo: Una cita romántica se complica por razones de higiene femenina. Subversivo y bastante gracioso, con una bizarra premisa y excelente final.
"The Listing", dirigido por Luke Jayden: Un corredor de bienes raíces revisa una casa en venta, con funestas consecuencias. Este pesadillesco recorrido por una casa "embrujada" (o algo así) ofrece repugnantes imágenes y dirección de arte que me dejó con ganas de bañarme (lo cual digo como algo positivo).
"The Silent Scream", dirigido por Arif Kahn: Una joven experimenta visiones de un crimen que se cometió en el departamento vecino. Más estilo que sustancia, pero con una poderosa actuación de Natalie Kabenjian, y una mezcla de sonido y cinematografía que inspira angustia en un entorno perfectamente mundano.
"Who's Afraid of the Octopus Man?", dirigido por Ben Sottak: Un hombre conversa con un pulpo de estambre. Simpática fusión de humor, demencia, y horror lovecraftiano; tal vez sea el corto mejor dirigido de la colección.
"Room 731", dirigido por Youngmin Kim: Una joven sufre los efectos de horribles experimentos humanos. El segmento más largo, y el que menos me gustó. Da muchas vueltas, y tarda demasiado en "conectar" los múltiples factores de una venganza sobrenatural. De cualquier modo tiene buenas imágenes y una atmósfera tenebrosa.
"Weeji", dirigida por Allisyn Ashley Arm: Varios jóvenes sufren el horror de una sesión espiritista, pero no por las razones habituales. El corto más gracioso y sangriento, especialmente diseñado para "snobs" gramáticos (como yo).
"The Cleansing Hour", dirigido por Damien Leveck: Una serie web sobre exorcismos encuentra un caso particularmente difícil. Buena premisa, buenos actores, y energética dirección para cerrar la película con una sonrisa y un escalofrío.
Dark, Deadly & Dreadful tiene de todo: zombies, fantasmas, demonios, y abundante humor para balancear los perturbadores conceptos que impulsan esta modesta antología. No todos los cortos funcionan, pero el balance final resulta positivo (en mi humilde opinión), con el atractivo adicional de presentarnos a los futuros "Amos del Horror". O quizás no volveremos a escuchar sus nombres; pero nada reduce el buen trabajo que hicieron en esta película.
Calificación: 8 (en el contexto del horror "indie")

IMDb

Monday, July 29, 2019

Batman: Hush



Síntomas: Un nuevo villano llamado Hush (voz de Geoffrey Arend) ataca metódicamente a Batman (voz de Jason O'Mara) utilizando a sus viejos enemigos... y algunos amigos.

Diagnóstico: Algunas recientes cintas del Universo Animado de DC Comics me decepcionaron bastante, pero todo queda perdonado con Batman: Hush, una de las mejores historias modernas de Batman que fue hábilmente adaptada por el director Justin Copeland y el guionista Ernie Altbacker para conservar todo el suspenso y la acción de los comics (escritos por Jeph Loeb y dibujados por Jim Lee), sin sacrificar las graves repercusiones que esta aventura tendrá sobre Bruce Wayne y sus aliados. Ya no quiero repetir el mismo sermón, pero me sigue sorprendiendo la perfecta caracterización de Batman en las cintas animadas, comparada con las horribles versiones del "Snyder-verso". Espero sinceramente que la próxima The Batman rectifique la situación y se acerque aunque sea un poco al espíritu de estas modestas cintas directas a streaming (prometo solemnemente no repetir esta letanía en futuras críticas de películas de DC Comics)(A menos que algo me haga enojar más de lo normal).
Regresando al punto, Batman: Hush cuenta con un excelente reparto de voces que añaden personalidad y dinamismo a los personajes, lo cual resulta particularmente importante por la cantidad de héroes y villanos involucrados en la trama. Desde luego no mencionaré a todos para evitar spoilers; pero puedo señalar a Jason O'Mara, quien se está convirtiendo en mi voz favorita de Batman (perdón, Kevin Conroy); Jennifer Morrison como Selina Kyle, con la mezcla perfecta de sinceridad y sarcasmo; James Garrett como Alfred; Sean Maher como Dick Grayson; Peyton List como Batgirl; y Peyton List como Poison Ivy (sí, son dos actrices distintas).
En cuanto al argumento, existen diferencias sustanciales respecto al comic, pero tienen sentido en el contexto de la película, y hasta me atrevería a decir que atenuaron algunos problemas del argumento original (por ejemplo, omitiendo todo el asunto con Jason Todd, que de cualquier modo ya no tendría sentido después de Batman: Under the Red Hood). Y también hay cambios menores (Bane en lugar de Killer Croc como el secuestrador del niño; Batgirl en vez de Huntress, etc.) que no alteran la tensión de la historia ni desvían la evolución emocional de Batman... o, mejor dicho, de Bruce Wayne, quien por fin empieza a buscar un balance más saludable entre su vida secreta y su vida real. O su vida real y su vida pública. Como sea, la trama funciona por sí misma, y como parte integral del Universo Animado.
Entonces, en mi humilde opinión, Batman: Hush no alcanza el excelso nivel de Year One y The Dark Knight Returns, pero definitivamente la ubicaría en el rango de Son of Batman, Justice League Dark, y Batman and Harley Quinn. El director Justin Copeland logró condensar una compleja historia en ochenta explosivos minutos; y la animación respetó los diseños de Jim Lee... dentro de lo que permiten las limitaciones técnicas del medio. Espero sinceramente que este estándar de calidad visual y narrativa se repita en futuras obras del Universo Animado (Wonder Woman: Bloodlines utiliza al mismo director, lo cual incrementó automáticamente mis expectativas), y nos deleiten con nuevas adaptaciones de otras icónicas historias de Batman, como The Long Halloween y Dark Victory, o pequeñas joyas semi-olvidadas, como Gothic y The Cult. Finalmente, no importa en qué historia, pero ya quiero ver a Ace, the Bat-Hound (eso lo voy a repetir hasta que se cumpla).
Calificación: 8.5

IMDb

Saturday, July 27, 2019

Stuber: Locos al Volante (Stuber)



Síntomas: Para ganar dinero extra, Stu (Kumail Nanjiani) trabaja como conductor de Uber, y tiene que soportar a sus abusivos pasajeros. Pero el abuso se convierte en peligro mortal cuando el Detective Vic Manning (Dave Bautista) lo contrata para seguir la pista del criminal que mató a su compañera Sara (Karen Gillan).

Diagnóstico: Stuber: Locos al Volante intenta evocar las comedias policíacas del siglo pasado, como Midnight Run, 48 Hrs. y Lethal Weapon. Pero, desafortunadamente, la película que más me recordó fue Central Intelligence (2016), otro moderno chasco libre de personalidad y suspenso, que también se amparó en el carisma de sus protagonistas para salir adelante.
Esto significa que el triunfo o fracaso de Stuber: Locos al Volante, dependerá de la opinión que cada espectador tenga sobre Dave Bautista y Kumail Nanjiani, la "pareja dispareja" en turno que hace su mejor esfuerzo por rescatar la situación a base de buena química e irreverentes actitudes... con resultados bastante irregulares.
Desde mi punto de vista (muy subjetivo), Stuber (ya no voy a usar el ridículo subtítulo, que además no tiene sentido) lleva ventaja sobre Central Intelligence gracias a la participación del legendario Iko Uwais para elevar el impacto de las escenas de acción... aunque no tanto como debería. En serio, no entiendo a los productores norteamericanos que siguen contratando a esta estrella de las artes marciales, tan solo para darle roles desechables de villano o "sidekick". En Stuber, Iko Uwais aparece unos minutos al principio para matar a la compañera del Detective Manning, y unos minutos al final para pelear de nuevo con Dave Bautista y justificar su sueldo. Por el lado positivo, la presencia de Uwais en Stuber significa que Mile 22 ya no es su peor película norteamericana. A veces se gana, y a veces se pierde. Ah, y las mencionadas peleas están filmadas con la odiosa "shaky cam" que hace las coreografías confusas e irrelevantes, así que ni siquiera podemos disfrutar el talento de Uwais en sus breves escenas.
Lo mismo podríamos decir del reparto secundario que el director Michael Dowse utiliza para inflar la película y darle más preocupaciones a los héroes. Natalie Morales interpreta a Nicole, la hija de Vic, ignorada desde niña porque su padre siempre estaba ocupado con sus deberes oficiales... ¡y justamente hoy hace su debut como escultora! ¿Logrará Vic capturar al villano y llegar a tiempo a la gran inauguración? Betty Gilpin es Becca, con quien Stu tuvo una fugaz relación hace años... ¡y justamente hoy le pidió a Stu que vaya a su casa para compartir una velada romántica! ¿Logrará Stu llegar (vivo) a su cita después de conducir a Vic y ayudarlo a expresar sus sentimientos?. Mira Sorvino es la Agente Angie McHenry, colega de Vic que lo apoyó cuando el villano Oka (Iko Uwais) mató a su compañera; y Karen Gillan es Sara Morris, cuya muerte funciona como catalizador del argumento. Estas cuatro actrices contribuyen a disipar la excesiva testosterona de la trama principal, pero también son víctimas de roles prefabricados y un libreto repleto de clichés.
Y, finalmente, las estrellas principales: Dave Bautista sigue afinando su rutina de "rudo con sentido del humor" (a estas alturas es básicamente la versión económica de Dwayne "The Rock" Johnson), y creo que Stuber representa su mejor desempeño protagónico hasta el momento (nada difícil cuando la competencia es Final Score). Y Kumail Nanjiani mejora sustancialmente el humor de la película con sus precisos instintos cómicos y perfecto "timing", por no mencionar su habilidad para incorporar sardónicos comentarios sobre racismo e intolerancia en la sociedad norteamericana. A fin de cuentas este dueto nunca alcanza la idealizada dinámica de las "buddy movies" mencionadas al principio, pero hacen buena pareja, y mantienen una chispeante interacción que casi rescata a Stuber de su floja ejecución.
En la categoría de "comedia policíaca", yo ubicaría Stuber más o menos al mismo nivel que Let's Be Cops... dos sólidos actores atrapados en una mala película, pero con suficientes risas y acción para satisfacer a sus respectivos fans... y probablemente a nadie más. E incluso esos fans no perderán nada si esperan a que Stuber llegue a Netflix o televisión por cable. En cuanto a Iko Uwais... necesita un mejor agente. Y ese agente necesita exigir mejores camarógrafos.
Calificación: 6.5

IMDb

Friday, July 26, 2019

Ted Bundy: Durmiendo con el Asesino (Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile)



Síntomas: En 1969, Liz Kendall (Lily Collins) se enamora de Ted Bundy (Zac Efron), un afable estudiante de leyes con un prometedor futuro. Sin embargo, Ted oculta secretos que cambiarán su relación para siempre.

Diagnóstico: Ted Bundy: Durmiendo con el Asesino es una película muy bien hecha, con excelentes actuaciones, precisa dirección, y atractiva cinematografía que captura con meticuloso detalle el período histórico donde se ubica la trama. Sin embargo, no es un recuento de los crímenes cometidos por este famoso asesino serial. En vez de eso, el respetado documentalista Joe Berlinger (quien, por cierto, tuvo mucho éxito con la serie de Netflix Conversations With a Killer: The Ted Bundy Tapes) quiso mostrar la historia desde el punto de vista de Liz Kendall... un punto de vista más personal, e inevitablemente ciego a los horrendos crímenes de Bundy.
La idea es bastante interesante, y tenía potencial para trascender cualquier dramatización realizada sobre Bundy hasta el momento. Examinando su vida doméstica con "Liz Kendall" (pseudónimo de la auténtica pareja de Bundy), tal vez podremos comprender el hipnótico atractivo que el asesino ejercía sobre sus víctimas, así como las astutas estrategias que debió utilizar para presentar una imagen cálida y compasiva en su casa, mientras secretamente cometía asesinatos con un nivel de saña y crueldad que parecían el trabajo de un monstruo inhumano.
El problema es que Berlinger nunca aborda esas incógnitas. No hay estudio psicológico de Bundy, ni explicación sobre su doble vida. En cierto modo, el auténtico punto de vista de Ted Bundy: Durmiendo con el Asesino no es el de Liz, sino el de Bundy mismo, actuando como mártir repudiado por la sociedad e injustamente perseguido por la ley; pero con suficiente vanidad para disfrutar la atención pública (sobre todo de las admiradoras que ganó en presidio), y con la arrogancia necesaria para fungir como su propio abogado. En resumen, es como un homenaje a la visión que Bundy tenía de sí mismo, en vez de un examen formal de sus métodos y trucos.
Una vez que aceptamos esa inusual decisión de Berlinger, el resultado es un poderoso drama que nos atrapa de principio a fin y nos mantiene en suspenso con su hábil narrativa (incluso si ya conocemos los hechos reales), ocultando algunas verdades para permitir el florecimiento de esta perturbadora ficción. O semi-ficción, ya que muchas escenas recrean genuinos momentos del proceso judicial de Bundy, idealmente seleccionados para encajar en su ilusión de víctima inocente acosada por ineptos policías. La película deja un mal sabor, pero al mismo tiempo es una experiencia fascinante. Imagino que ese fue exactamente el propósito de Berlinger, y sin duda consiguió lo que buscaba.
Más fácil de apreciar son las actuaciones de Ted Bundy: Durmiendo con el Asesino. En muchas ocasiones me burlé de Zac Efron por las grotescas "comedias adultas" con las que intentó desechar el estigma de "chico Disney" adquirido desde High School Musical; pero la verdad es que su desempeño en Ted Bundy: Durmiendo con el Asesino es impresionante. En el papel de "Liz Kendall", Lily Collins tiene buenas escenas, pero a fin de cuentas su personaje es más pasivo, lo cual deja el terreno libre para que el reparto secundario se robe la película con memorables aportaciones. Mis favoritos fueron Kaya Scodelario, irreconocible en el papel de Carol Ann Boone, la más ferviente "admiradora" de Bundy; Jeffrey Donovan como el primer abogado que intentó defender a Bundy; y John Malkovich como Edward D. Cowart, cliché viviente del juez sureño con un eufemismo para cada ocasión. También destacan en roles importantes Angela Sarafyan, Dylan Baker, Haley Joel Osment, Jim Parsons, y... ¿James Hetfield? Fue una sorpresa verlo como actor con moderado talento. Tal vez ese es su "plan B", por si fracasa su carrera musical.
Entonces, para conocer la historia "real" de Ted Bundy, hay decenas de documentales y artículos en línea donde podemos examinar toda la evidencia forense y horrorizarnos con los extremos del sadismo humano. Pero Ted Bundy: Durmiendo con el Asesino cuenta una historia distinta; una historia quizás menos morbosa, pero en ocasiones más inquietante: el humano detrás del monstruo... y el ego detrás de ese humano. Ambas cosas inspiran pesadillas.
Calificación: 8.5

IMDb

Thursday, July 25, 2019

Critters Attack!



Síntomas: Un meteorito cae en el bosque, liberando criaturas hambrientas que ponen en peligro a los habitantes de un pueblo cercano.

Diagnóstico: De todas las imitaciones de Gremlins que se produjeron el siglo pasado (como Munchies, Ghoulies, y Hobgoblins), creo que Critters (1986) fue la mejor (o menos mala), gracias al sentido del humor que añadió al formato de las clásicas "creature features", resultando en un híbrido de horror y comedia con suficientes risas y sangre para satisfacer a los fans del horror ochentero (como yo). No sé si podríamos clasificarla como "clásica", pero Critters tuvo el éxito necesario para inspirar varias secuelas que incluyeron actores como Leonardo DiCaprio, Angela Basset y Brad Dourif... antes de que se hicieran famosos, desde luego. Y ahora, veintisiete años después de Critters 4, llega Critters Attack!, respetando el espíritu de la original al mismo tiempo que moderniza la fórmula (pero no demasiado) sin perder su estilo artesanal y encanto "retro". El resultado tampoco podría llamarse "clásico", pero funciona en el contexto de la saga, repitiendo varios aciertos de sus predecesoras... y muchos de sus errores.
Todo comienza con la caída de un meteorito (¿o será una nave espacial), de donde salen los temibles "krites" y empiezan a utilizar humanos como alimento y medio de incubación para reproducirse y reforzar la invasión. Las primeras víctimas son los guardabosques del parque nacional donde cayó el meteoro; y después se extienden por el pueblo cercano, donde la joven Drea (Tashiana Washington), su hermano menor Phillip (Jaeden Noel), y otros niños son los únicos que reconocen el origen y gravedad del peligro. Pero, afortunadamente, encuentran un inesperado aliado en la pelea contra los krites.
La historia es ridículamente simple, y aún así el director Bobby Miller se tropieza una y otra vez con los obstáculos que él mismo creó (ejemplo: los niños tienen pruebas contundentes para demostrar la existencia de criaturas extraterrestres... pero nunca las usan para convencer a los adultos de la comunidad). El libreto de Scott Lobdell (Happy Death Day) intenta darle profundidad a los personajes con sus obligatorios melodramas personales (Drea tiene "mommy issues", y Phillip está enamorado de Trissy, la niña que los acompaña en la aventura), pero resultan absolutamente irrelevantes para el desarrollo de la trama. Y, aunque desde luego admiré el uso de efectos prácticos y títeres para darle vida a los "critters", la edición de la película es tan torpe que no alcanza a disimular las limitaciones de esta técnica. Un vistazo a la original Critters revela el ingenio del editor para ocultar los "hilos" (figurativos y literales) y hacer las criaturas más dinámicas y creíbles (dentro de los parámetros de una B-Movie ochentera, naturalmente).
Los actores de Critters Attack! hacen lo que pueden con el material. Al principio se sienten apáticos, pero eventualmente encuentran energía y entusiasmo durante las escenas de acción; y eso incluye a un veterano de la saga que regresa para validar la secuela y conectarla con el pasado (no, no es Leonardo DiCaprio).
Sin embargo, como ocurre en las demás películas de Critters (al menos las que recuerdo), lo malo se compensa parcialmente con las escenas de los krites. Son monstruos pequeños en tamaño, pero grandes en personalidad, organizando ataques coordinados y observando una curiosa jerarquía que los hace más inteligentes que cualquier genérico monstruo dedicado a matar sin razón aparente. Estimo que esta estructura social podría explorarse con mayor detalle en futuras películas, o en la serie televisiva del canal Shudder.
Para bien o para mal, Critters Attack! se siente como parte integral de la saga. Lo mejor son los monstruos; lo peor son los personajes humanos. Pero de vez en cuando la colisión de estos elementos ofrece las risas y "gore" que yo esperaba, lo cual significa que Critters Attack! merece una recomendación acompañada por múltiples advertencias sobre las fallas técnicas de la película, su escasa ambición creativa, y sobrecargado libreto. No arruinaron la premisa, pero tampoco aprovecharon su legado para mejorarla.
Calificación: 7

IMDb

Wednesday, July 24, 2019

Sword of Trust



Síntomas: Cynthia Everly (Jillian Bell) heredó de su abuelo una espada de la Guerra Civil con gran importancia histórica. Entonces intenta vendérsela al empeñista Mel (Marc Maron), y las cosas se complican.

Diagnóstico: Justo cuando empezaba a extrañar el cine "mumblecore", llega Sword of Trust. Y con una de sus mejores exponentes, nada menos.
La directora Lynn Shelton fue una de las voces principales en este pseudo-movimiento iniciado a principios de siglo por cineastas como Joe Swanberg, los Hermanos Duplass y Lena Dunham, donde se filtraron las fórmulas tradicionales del drama a través de una sensibilidad moderna y casual, libre de artificios y enfocada en escenas minimalistas con diálogos improvisados que revelan niveles ocultos detrás de los personajes y sus conflictos cotidianos.
O al menos esa era la intención original. En la práctica el "mumblecore" resultó más difícil de lo que parecía, y muchas cintas pertenecientes a esta ambigua corriente terminaron como pretenciosos "estudios de carácter" que no llegan a ningún lado, ni inspiran interés para los fans del género (como yo), y mucho menos para el público general.
Pero, bueno... cuando funciona bien, el "mumblecore" me gusta mucho, y siempre me asombra su capacidad para evocar intensas emociones con los más básicos ingredientes del cine: una cámara, algunos actores, y argumentos sencillos (en ocasiones inexistentes) que sirven tan solo como contexto para que los personajes forjen conexiones entre ellos, y con el espectador. Algunos de mis ejemplos favoritos: Drinking Buddies, Your Sister's Sister, y Win It All.
Sword of Trust tal vez no alcanza ese elevado estándar, pero ofrece todo aquello que me gusta de este movimiento... y un poco más, lo cual rompe su elegante simplicidad y complica demasiado una premisa que debería sentirse "orgánica", pero resulta forzada y artificial.
Al principio de Sword of Trust, Cynthia Everly (Jillian Bell) hereda de su abuelo una vieja espada militar acompañada por documentos que contradicen la historia "oficial" de la Guerra Civil norteamericana. Esto le da a la espada un cuestionable valor monetario que Cynthia y su esposa Mary (Michaela Watkins) pretenden explotar con ayuda de Mel (Marc Maron), un empeñista venido a menos, pero con buen olfato para reconocer esta extraordinaria oportunidad. El único problema es que vender la espada pondrá a Mel, Cynthia y Mary en contacto con individuos totalmente opuestos a su ideología política, creando situaciones potencialmente riesgosas y políticamente incorrectas. Ah, y el auténtico eje emocional de la película se oculta en un par de escenas que podrían parecer irrelevantes, aunque en realidad reflejan la evolución de Mel.
A pesar de sus incongruentes giros y sorpresas, Sword of Trust nunca pierde su propósito inicial, siguiendo las divertidas dinámicas de estos personajes atrapados en una historia tan absurda que no podemos tormarla en serio como genuino "drama", sino como excusa para explorar un micro-universo de patética disfunción y análisis introspectivo.
Por otro lado, tampoco quiero descartar el valor de Sword of Trust como sátira política que analiza con sardónico humor las contradicciones de la sociedad norteamericana, incluyendo su división ideológica, la obsesión con las conspiraciones y "fake news", y el contraste entre los valores rurales y el cinismo urbano.
Sí, son demasiados temas para una sola película, y por eso Sword of Trust sufre abruptos cambios de tono y textura, tomando insulsas tangentes que desafían nuestras expectativas y arruinan la catarsis de una resolución contundente y satisfactoria. Pero el valor de la cinta no radica en algún hipotético final feliz (o triste, o estúpido), sino en pasar noventa minutos en compañía de estos bizarros personajes y compartir experiencias se sienten reales, y al mismo tiempo absolutamente descabelladas.
A fin de cuentas Sword of Trust me hizo reír, me puso a pensar, y confirmó el inmenso talento de Marc Maron (básicamente interpretando al mismo personaje de GLOW), Jillian Bell y Michaela Watkins (así como Jon Bass, Toby Huss, Dan Bakkedahl y Lynn Shelton)(sí, también como actriz) para encontrar la verdad interna en medio del caos externo. Sigo sin saber como lo hacen... pero disfruto mucho cuando lo consiguen.
Calificación: 8.5

IMDb

Tuesday, July 23, 2019

Head Count



Síntomas: Los hermanos Evan (Isaac Jay) y Peyton (Cooper Rowe) van al desierto a meditar (o algo así), y encuentran un grupo de jóvenes que rentaron una casa para beber y divertirse. Entonces empiezan a ocurrir extraños fenómenos que crean tensiones dentro del grupo.

Diagnóstico: A veces es preferible encontrar una película terrible de principio a fin, porque al menos ofrece el humor involuntario de malas actuaciones, mediocres efectos especiales, y bajos valores de producción. Pero cuando una película muestra calidad y profesionalismo en todos sus aspectos, resulta más decepcionante toparse con una falla fatal que casi arruina la experiencia entera.
Head Count quizás no llega hasta el punto de "arruinarse" por completo, pero su débil tercer acto ciertamente diluye todo lo bueno que la directora Elle Callahan había conseguido hasta ese momento. Entonces, aunque la cinta ofrece suficiente entretenimiento para recomendarla, debo advertir que el final no está a la altura de su intrigante comienzo.
Entre lo bueno: la premisa de Head Count me pareció ingeniosa y deliciosamente siniestra. Las películas que empiezan con "un grupo de jóvenes viaja a un lugar remoto" casi siempre terminan en clichés que conocemos de memoria. Sin embargo, el guión de Head Count (co-escrito por Callahan y Michael Nader) introduce una innovadora amenaza con potencial de extender el horror más allá de cualquier fórmula "slasher" o "fantasma vengativo". No sé si el argumento se basa en algún mito regional o leyenda folclórica, pero el resultado se siente fresco e impredecible, sobre todo cuando las muertes y la angustia no provienen de las causas tradicionalmente asociadas a este género. Y tampoco hay mucha sangre... Head Count no se apoya en el "gore" para impresionar al espectador, sino en el suspenso y paranoia de una insólita situación que desafía la percepción de los personajes... ¿realmente vieron algo raro, o es tan solo el efecto de las drogas y alcohol que consumen con tanto entusiasmo? Y cuando se revela la verdad, naturalmente, es demasiado tarde.
Las actuaciones me parecieron buenas, aunque algunos actores se sienten blandos y genéricos, afectando el esfuerzo conjunto de un competente reparto. Isaac Jay y Cooper Rowe, en los papeles de Evan y Peyton (respectivamente) encajan en esa descripción de "blandos", pero al menos evocan una relación fraternal realista, con ese balance de afecto e irritación que a veces surge entre hermanos con temperamentos contradictorios.
Dentro del grupo de jóvenes que encuentran en el desierto, solo resaltan los que tienen más tiempo en pantalla (obviamente), o los que sufren destinos particularmente grotescos cuando empieza el horror en forma. No identificaré a los personajes para evitar spoilers, pero los actores que capturaron mi atención incluyen a Ashleigh Morghan, Bevin Bru, y Billy Meade.
Finalmente, las locaciones y cinematografía son excelentes, incluyendo las tomas exteriores nocturnas que casi siempre son el "talón de Aquiles" del cine independiente de terror. Claro, es fácil retratar espectaculares vistas diurnas del Parque Nacional Joshua Tree (con sus imponentes formaciones rocosas), pero es más complicado capturar la soledad y tétrica atmósfera del desierto durante la noche. Afortunadamente el director de fotografía Sean Bagley hizo bien su trabajo a cualquier hora del día.
Y entonces llegamos a lo malo... un final apresurado donde los gritos y la confusión reemplazan el tenso desarrollo de un misterio fascinante y perturbador. Quizás no es un final terrible, pero muy lejano de lo que yo esperaba. En fin... al menos intentaron algo diferente, y lo lograron durante gran parte de la película. Un tropiezo al final no niega las virtudes de un viaje interesante... solo nos recuerda que regresamos a la realidad.
Calificación: 7.5

IMDb

Sunday, July 21, 2019

My Days of Mercy



Síntomas: Lucy Moro (Ellen Page) y su hermana Martha (Amy Seimetz) tienen una fuerte razón personal para participar en protestas contra la pena de muerte. Por otro lado, Mercy Bromage (Kate Mara) tiene sus propios motivos para apoyar la pena de muerte. Entonces Lucy y Mercy comienzan una relación que las obligará a reconsiderar su opinión sobre ese controversial castigo.

Diagnóstico: Creo que yo esperaba más debate y menos romance en My Days of Mercy, pero a fin de cuentas me gustó la forma que tomó el mensaje de la directora Tali Shalom-Ezer, apelando por igual a la razón y a las emociones para explorar este difícil tema con tanta objetividad como podríamos aspirar en una cinta independiente.
Lo cual significa que, en sus mejores momentos, My Days of Mercy no intenta volverse un seco panfleto político ni un estridente sermón moralista, sino un drama sincero y real sobre el efecto que tiene la pena de muerte en dos mujeres con distintas opiniones, pero a fin de cuentas conectadas por la empatía y respeto que ganan al comprender sus mutuas circunstancias.
Para ello, Ellen Page y Kate Mara ofrecen actuaciones sobrias y reflexivas, expresando sin palabras el conflicto interno que las une y al mismo tiempo las separa. Pero ese conflicto no las define, y tampoco obstruye la compatibilidad que claramente comparten.
Y ahí es donde entra el romance, sensiblemente manejado para revelar el aislamiento que Lucy y Mercy están sufriendo, y que podría curarse con un poco de contacto humano. Eventualmente esta relación toma precedencia sobre todo lo demás, y sigue su propio camino... lo cual significa que encontraremos algunos clichés y obstáculos artificiales para poner en peligro la felicidad de la pareja. Pero eventualmente la atención regresa al tema principal, y el resultado me pareció agradablemente imparcial en el nivel retórico, y satisfactorio en el nivel emocional.
Además de Page y Mara (quienes previamente colaboraron en el thriller policíaco Tiny Detectives), tenemos un destacado reparto secundario que añade contexto a la evolución de las protagonistas. Amy Seimetz es Martha, la hermana mayor de Lucy, capaz de llegar hasta extremos cuestionables para mantener unida a su familia. Charlie Shotwell es Ben, el hermano menor que no ha perdido su inocencia a pesar del disfuncional entorno que lo rodea. Y el gran Elias Koteas tiene un breve pero contundente papel como el padre de las jóvenes, en cierto modo responsable por su precaria situación.
Por su parte, la directora Tali Shalom-Ezer captura momentos de humor y melancolía que hacen más creíble la conveniente premisa de "opuestos se atraen", evitando que se convierta en un grotesco espectáculo de fervor partisano. Hablando de lo cual, vale mencionar que Shalom-Ezer es una directora israelí, y el guionista Joe Barton es inglés, lo cual añade una interesante perspectiva global a una cuestión eminentemente local de la legislación norteamericana. No sé si esto mejora o perjudica la película (me inclino por lo primero), pero el resultado me gustó bastante, y puedo recomendar My Days of Mercy como un melodrama romántico con un potente respaldo ideológico... o viceversa. La cinta tiene algo que decir, y cada quien escuchará lo que mejor se ajuste a su convicción personal. Después de todo, el arte es más valioso cuando omite las respuestas y nos invita a pensar.
Calificación: 8.5

IMDb

Friday, July 19, 2019

El Rey León (The Lion King)



Síntomas: El león Simba (voz de Donald Glover) se siente culpable por la muerte de su padre, y abandona su manada, lo cual aprovecha su tío Scar (voz de Chiwetel Ejiofor) para usurpar el poder y llevar a cabo sus malévolos planes.

Diagnóstico: Continuando los remakes en "acción viva" de Disney, le toca el turno a The Lion King (1994), una de las más exitosas cintas animadas de este estudio, que no solo culminó su resurrección creativa (tras varios años de proyectos menores, como The Rescuers, The Fox and the Hound y The Black Cauldron), sino que cambió el panorama mismo de la animación tradicional, estableciendo un nuevo estilo visual y fórmulas narrativas que Disney explotó exitosamente hasta alcanzar la absoluta hegemonía económica y cultural que posee hoy en día (suena melodramático, pero sinceramente creo que el ascenso de este titán corporativo empezó con ese icónico canto zulu de "Nants ingonyama bagithi baba...")
Y, claro, no solo fue The Lion King importante para el crecimiento de la empresa, sino para la imaginación de una generación que la disfrutó en su niñez, y que ahora tiene edad suficiente para llevar a sus hijos al cine, y obligarlos a quedarse quietos durante dos horas para soportar la densa y apática experiencia de El Rey León (versión de acción viva, excepto que no debe haber ni un rastro de realidad en cualquier fotograma de la cinta).
Estoy exagerando... pero no mucho.
El Rey León es un triunfo tecnológico, y un elocuente testimonio de la tenacidad de artistas y programadores que en tres cortas décadas cambiaron el rostro (literal) del cine, redefiniendo hasta dónde era posible llevar la visión de cineastas que ya no están limitados por reglas de la física, sino por la infinita extensión de su imaginación (voy a tratar de venderle ese párrafo a Pixar o ILM para sus panfletos publicitarios).
Sin embargo, la magia de los "primitivos" dibujos animados de la original The Lion King se perdió entre los pixeles de esta impresionante recreación digital. Y creo que el principal culpable es justamente la tecnología, y el inflexible celo por alcanzar el máximo realismo visual.
No voy a meterme en la historia ni en las canciones de El Rey León, porque todos las conocen; y las nuevas adiciones al libreto no mejoran ni empeoran sustancialmente la experiencia, así que tampoco hay mucho que decir.
No, el problema principal es que la "realidad" no tiene el mismo nivel de expresividad que las caricaturas, y por lo tanto las aventuras de Simba (voz de Donald Glover), Nala (voz de Beyoncé Knowles-Carter) y sus amigos, carecen de peso emocional e intensidad dramática. Como ejemplo (pequeño SPOILER) puedo señalar la muerte de Mufasa (voz de James Earl Jones)... un evento devastador en la original, que aquí se reemplaza por una burda escena de acción mal dirigida y solo relevante como engrane de la trama, y no como genuino motivador para Simba.
Afortunadamente El Rey León recupera un poco de energía cuando entran a escena Timon (voz de Billy Eichner) y Pumbaa (voz de Seth Rogen), los alegres "sidekicks" que le enseñan al joven león un nuevo estilo de vida, y una actitud más relajada hacia las dificultades de la jungla.
Independientemente de las voces, lo que cambia en estos personajes es el estilo de animación, menos "real" y más caricaturizado, lo cual inmediatamente altera el tono de la película y genera un poco de diversión... al menos hasta que regresa la parte dramática y todo vuelve a ser pesado y desabrido.
Otra reciente adaptación de Disney realizada con una técnica similar fue The Jungle Book (también dirigida por Jon Favreau), y aunque no me gustó mucho como película, siento que supo adaptarse mejor a las "limitaciones histriónicas" de los animales digitales, reduciendo el melodrama a un nivel compatible con lo que podían expresar sin sacrificar su apariencia orgánica. Pero, en el caso de El Rey León, fue mucho más difícil encontrar ese balance, y el resultado es una película atractiva para "techno-geeks" como yo, pero probablemente aburrida para los niños que preferirán la original a pesar de sus gráficos anticuados.
Las voces de El Rey León me parecieron razonablemente buenas (me gustó mucho que James Earl Jones regresara como Mufasa, ya que no puedo imaginar a nadie más en ese papel); la historia tiene los fundamentos necesarias para mantener integridad estructural; y, como dije, las imágenes son asombrosas (gracias al veterano cinematógrafo Caleb Deschanel, quien trabajó en realidad virtual para iluminar y "fotografiar" la película... imaginen el sueño dorado de mover el sol mismo para capturar la atmósfera deseada). Sin embargo, estimo que el principal problema fue conceptual: hacer real un pedazo de nuestra imaginación. La imaginación siempre gana. Ojalá lo tomen en cuenta antes de destruir The Lady and the Tramp.
Calificación: 8 (solo por sus logros técnicos; podría verla de nuevo sin sonido para enfocarme exclusivamente en los detalles de texturas, simulaciones y animación)

IMDb

Wednesday, July 17, 2019

Fast Color



Síntomas: Una mujer con extraños poderes huye por el desierto para escapar de los individuos que quieren capturarla.

Diagnóstico: De hecho, el mundo entero está en camino de convertirse en un desierto, ya que Fast Color se ubica en un futuro "pre-apocalíptico" donde las sequías cada vez más largas amenazan con destruir las fuentes de alimento y exterminar a la humanidad.
Lo cual significa que la ecología es uno de los múltiples componentes de esta película, realizada con gran ingenio y sensibilidad, pero ocasionalmente saboteada por la ambición de cubrir demasiados temas sin un elemento unificador.
Para empezar, la palabra "poderes" invita comparaciones con el cine de superhéroes, aunque de la variedad más "realista", como Unbreakable y Chronicle. Ruth (Gugu Mbatha-Raw), la protagonista de Fast Color, posee ciertas habilidades que se han convertido en una carga intolerable, no solo destruyendo (figurativamente) su vida, sino arruinando la relación con su familia. Lejos de ser una figura heroica, Ruth escapa por igual de sus perseguidores y de su propia responsabilidad. Sin embargo, llegará el momento en que no puede negar su destino, y... bueno, los fans del género saben que siempre hay un momento decisivo que define al héroe, lo cual no tiene que ver con sus poderes, sino con el temple de su carácter. Clásica "historia de origen" que podría extenderse a una o más secuelas... aunque Fast Color no es ese tipo de película.
Todo el asunto de los poderes está bien planteado, y ofrece un enigmático misterio con muy interesantes posibilidades. Sin embargo, la directora Julia Hart lo utiliza tan solo como catalizador de un drama familiar donde los elementos fantásticos facilitan la transformación interna de los personajes, cada uno limitado por sus propios traumas e inseguridades. Ruth sufrió una Tragedia en el Pasado© que la alejó de su familia; pero su desesperada situación actual la obliga a regresar a sus raíces y enfrentar todo aquello que dejó atrás. Mientras tanto, los genéricos hombres del gobierno la persiguen para explotar sus habilidades, sin saber exactamente lo que están enfrentando. La colisión de estas sub-tramas me pareció lógica y satisfactoria... pero demasiado conveniente para hacer justicia a las expectativas creadas por el resto del relato.
Este enfoque en relaciones familiares y secretos del pasado podría contrariar a los fans del cine heroico que esperaban más acción y efectos especiales. La mayor parte de la película transcurre en la casa donde creció Ruth, conversando con su madre Bo (Lorraine Toussaint) sobre los errores su juventud. En otras palabras: no es exactamente Superman. O siquiera Super.
Pero al mismo tiempo es como una larga sesión de terapia que examina minuciosamente la psicología del superhéroe, desde el inevitable aislamiento que provoca su condición, hasta los efectos de sus decisiones en el mundo que la rodea... por no mencionar el clásico cliché de "los poderes no son un don, sino una maldición" que hemos visto tantas veces en los comics y películas de X-Men (entre otros).
A fin de cuentas Fast Color me pareció una de las mejores historias de "superhéroes realistas", pero tan distante del sub-género que sería mejor clasificarla como drama familiar con toques de ciencia ficción como auxiliares narrativos. Las actuaciones son excelentes (no he mencionado a Saniyya Sydney, quien se roba la película, ni a David Strathairn como el alguacil local que sabe más de lo que aparenta); la dirección de Hart es segura y metódica, aunque algunos podrían considerarla lenta; y los escasos efectos que adornan la película poseen una etérea belleza que contrasta con la aridez de los escenarios y la crudeza de las emociones. En resumen: Fast Color es menos Marvel, y más Dark Horse.
Calificación: 8

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Monday, July 15, 2019

Inhuman Kiss (Sang Krasue)



Síntomas: En una remota aldea tailandesa, una criatura conocida como "krasue" está devorando al ganado local; y la joven enfermera Sai (Phantira Pipityakorn) sospecha que los ataques se relacionan con una experiencia que ella y sus amigos tuvieron en su niñez con un espíritu del bosque.

Diagnóstico: A principios del siglo veintiuno, el cine de horror tailandés adoptó los principios del "J-Horror" para aprovechar su popularidad e impulsar la distribución internacional de sus películas (algunas de las cuales fueron bastante buenas). Sin embargo, el "auténtico" horror tailandés del siglo veinte tenía un estilo muy particular, dedicado a explorar las pintorescas supersticiones y leyendas de un país rico en tradición, donde la magia es una realidad cotidiana, y los espíritus intervienen en múltiples aspectos de la vida normal... al menos en las áreas rurales donde casi siempre se ubicaban estas películas.
No estoy diciendo que el país entero comparta esas creencias... pero ciertamente fueron útiles para crear cintas como Black Magic With Buddah (co-producción china-tailandesa) y Holocaust of the Ogre Clan, muy distintas al horror que se producía durante los ochentas y noventas en el resto del mundo.
Y ahora que el J-Horror pasó de moda, me complace ver que la industria cinematográfica tailandesa regresa a sus raíces con Inhuman Kiss, un exuberante relato profundamente influenciado por la mitología tailandesa, que revive uno de los más memorables monstruos de aquel país, integrándolo a una historia moderna (pero no muy moderna), y con efectos especiales superiores a aquellas primitivas películas del siglo pasado (pero no por mucho).
La naturaleza de la criatura krasue (las cuales siempre son femeninas; la versión masculina se llama "krahang") es tan exótica que no la revelaré en esta crítica; pero en general corresponde a la categoría de "espíritu vengativo" (de hecho, su origen tiene cierta similitud con los fantasmas de Ju-On), y se manifiesta por medio de sangrientos ataques sobre los animales de una humilde aldea en lo más profundo del bosque tropical de Tailandia. Ahí, hace más de diez años, Sai (Phantira Pipityakorn) y sus amigos visitaron una casa embrujada, donde ocurrió algo que despertó a la krasue. Y ahora los jóvenes enfrentarán las consecuencias de sus actos.
Inhuman Kiss tiene buenas actuaciones, asombrosas locaciones tailandesas (me da más miedo la impenetrable jungla que cualquier fenómeno sobrenatural), y un argumento razonablamente bien escrito, aunque un poco largo. La historia progresa lógicamente, con un par de "twists" inesperados, variadas intrigas, y un triángulo romántico que complica las decisiones de los protagonistas, pero sin contaminarlas con sentimentalismo empalagoso. Realmente no podría decir que hay relleno innecesario... simplemente las escenas duran más de lo que estamos acostumbrados en el horror hollywoodense. Sin embargo, ese pausado ritmo nos permite apreciar los detalles culturales y belleza visual de Tailandia, lo cual es un factor esencial (al menos en mi opinión personal) para disfrutar las películas de esa región.
También me gustaron los aspectos "racionales" de la historia. Sai es enfermera, y su amigo Noi (Oabnithi Wiwattanawarang) estudia medicina, lo cual permite un análisis ligeramente "científico" de la criatura. Tal vez se trata de un animal no identificado, o una serie de fenómenos perfectamente naturales que los supersticiosos campesinos interpretan equivocadamente. O tal vez no.
Y así, entre el triángulo romántico, ataques de la krasue, y la paranoia que genera su presencia, el director Sitisiri Mongkolsiri nos conduce al delirante final, con múltiples monstruos, abnegados sacrificios, y efectos especiales de variable calidad (tanto prácticos como digitales). Pero a fin de cuentas eso era lo que yo quería... una dosis concentrada de idiosincrasia tailandesa empapada en folclor y leyendas totalmente ajenas a la mitología occidental. Espero sinceramente que Netflix siga comprando más "exclusivas" de regiones distantes para limpiar el paladar de los clichés europeos y norteamericanos (por cierto, Inhuman Kiss solo está disponible en el catálogo americano de Netflix, así que hará falta un buen VPN o "smart DNS" para verla). Y ojalá Tailandia, Indonesia y otros países del sudeste de Asia sigan produciendo obras con "sabor" local, en vez de copiar las recetas ajenas. Claro, ambos estilos me gustan, pero necesitamos variedad para romper la monotonía.
Calificación: 8

IMDb

Saturday, July 13, 2019

El Muñeco Diabólico (Child's Play)



Síntomas: Karen Barclay (Aubrey Plaza) le regala a su hijo Andy (Gabriel Bateman) un muñeco "Buddi" (voz de Mark Hamill), cuya avanzada inteligencia artificial y conectividad con otros dispositivos le permiten ayudar al niño en todos los aspectos de su vida. Desafortunadamente este muñeco en particular tiene algunos defectos de programación que pondrán en peligro a Andy y a su madre. Y a todas las personas y animales que los rodean.

Diagnóstico: Sí, "animales", lo cual significa que el gato de la familia será la primera víctima del "muñeco diabólico". Excepto que no es realmente "diabólico", sino simplemente defectuoso, transformando la película en un extraño híbrido de horror "slasher" y tecno-thriller sobre aparatos fuera de control.
Y, francamente, no me pareció mala idea. Este cambio fundamental en la premisa permite que el remake adquiera una sensibilidad más moderna, que no necesita reciclar la obtusa mitología de la clásica cinta Child's Play (1988), ni continuar los descabellados giros que tomaron sus mediocres (aunque ocasionalmente divertidas) secuelas (las cuales continúan hasta la fecha, creando una situación única... un "remake" de una franquicia que sigue vigente y económicamente viable)(Por cierto, Dan Mancini, el creador de la saga, estaba en contra de este remake).
El Muñeco Diabólico presenta un escenario sospechosamente familiar... un robot/asistente digital que excede los límites de su programación e intenta "ayudar" a su dueño en cosas que nadie le pidió. Por ejemplo, defender a Andy cuando el mencionado gato lo araña. O eliminar a las personas que molestan al niño. O evitar que alguien los separe. En otras palabras, "Chucky" no mata por malicia, y mucho menos por influencia demoníaca... sino porque realmente adora a Andy, y está obsesionado con protegerlo.
Pero, ¿cómo aprendió a matar? El director Lars Klevberg establece un ingenioso método para justificar el instinto asesino de Chucky, el cual involucra a dos amigos de Andy (interpretados por Beatrice Kitsos y Ty Consiglio) y una copia de la memorable película The Texas Chainsaw Massacre 2. Es una de varias interesantes ideas que definen el nuevo tono del remake, aunque terminan olvidándose cuando llegamos a "lo bueno".
Hablando de lo cual, el guionista Tyler Burton Smith intenta reproducir el torcido humor de la saga, diseñando muertes irónicas y absurdas donde la sangre va acompañada con risas nerviosas. Sin embargo, el generoso "gore" que empapa la pantalla no alcanza a ocultar las inconsistencias de un libreto pobremente estructurado e inciertamente dirigido, donde las cosas pasan por capricho del escritor, y no por la evolución lógica de las situaciones o el carácter de los personajes.
En algunas películas de terror esto sería un problema menor. Mientras haya sangre y violencia, podemos disculpar muchas cosas. Sin embargo El Muñeco Diabólico aspira a un nivel dramático suficientemente elevado para hacer más notorias sus fallas. Por ejemplo, otra buena idea que se pierde entre el ruido es la conexión emocional que Andy desarrolla con Chucky. Inicialmente Andy desprecia al muñeco porque lo considera un juguete para niños pequeños. Pero su soledad y el afecto incondicional de Chucky forman las bases de una relación compleja y perturbadora que merecía una exploración más profunda. Desafortunadamente fue más fácil para el director empezar los asesinatos a la brevedad posible, añadiendo víctimas al azar y nuevos peligros para justificar la conducta de Chucky. Klevberg quería engancharnos con un bizarro melodrama "coming of age", pero perdió la convicción y redujo la cinta a un hueco desfile de efectos y humor negro.
Lo cual, aclaro, me divirtió bastante. Es raro encontrar una película "de estudio" con tanta sangre y muertes sádicas. El problema es la ausencia de emoción y suspenso que diluye el impacto del supuesto terror.
Ya sé que es absurdo sobre-analizar el subtexto de una película centrada en un muñeco asesino; pero el primer acto de El Muñeco Diabólico sugería un enfoque más audaz y sofisticado que fue abandonado para cumplir las expectativas de quienes solo esperaban chistes malos y "kills" creativos.
Entonces, puedo recomendar El Muñeco Diabólico como válida adición a una mediana franquicia; pero tenía potencial para lograr algo realmente innovador. En fin... tal vez para la próxima tendrán el valor de seguir la premisa hasta sus últimas consecuencias. Y ojalá inviten a Brad Dourif para una competencia vocal con Mark Hamill.
Calificación: 7

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Friday, July 12, 2019

Leto, Un Verano de Amor y Rock (Leto - Summer)



Síntomas: A principios de los ochentas, en la ciudad rusa de Leningrado, Mayk Vassilievitch (Roman Bilyk) y Viktor Tsoy (Teo Yu) tratan de convertirse en estrellas de rock a pesar de los múltiples obstáculos que enfrentan bajo el régimen comunista.

Diagnóstico: Los logotipos de Sony y Columbia Pictures al principio de Leto, Un Verano de Amor y Rock (desde ahora abreviada como Leto) representan una irónica confirmación de los temores expresados en la película sobre la invasión ideológica norteamericana en Rusia. Y, al parecer, todo empezó con un sueño de rock, ese temible virus cultural que corrompe a la juventud con ideas de rebelión e independencia. O al menos eso pensaban los adultos que se oponían a la nueva moda musical recientemente infiltrada tras la "Cortina de Hierro" (¿alguien recuerda ese término?)
En muchos aspectos Leto sigue la pauta establecida por incontables "bio-pics" musicales, pero el auténtico placer de la cinta es la exploración de sus diferencias sociales, políticas y culturales, resultando en un relato de ambición y (semi)triunfo muy distinto a los del hemisferio occidental. La protesta y la cerveza son los motivadores universales; pero tocar rock en la Unión Soviética presentaba retos muy específicos... como solicitar aprobación oficial de las letras de las canciones antes de interpretarlas en público; o buscar discos de rock en el mercado negro de bazares y vendimias semi-secretas. Ah, y tampoco hay guitarras eléctricas. иметь дело с этим.
El director Kirill Serebrennikov (censurado en Rusia como disidente ideológico) utiliza el peculiar realismo europeo libre de sentimentalismo artificial, retratado con una maravillosa cinematografía en blanco y negro. Pero Serebrennikov sabe que el espíritu del rock requiere desafiar expectativas, y por eso añade energéticas escenas que dan vida a las fantasías musicales de Mayk y Viktor, adornadas con animación, música pop (desde Talking Heads hasta Iggy Pop) y virtuosos planos secuencia que rompen la monotonía de las largas tomas estáticas en interiores, donde los protagonistas mantienen lacónicas conversaciones sobre sus aspiraciones musicales.
Ah, y también hay un personaje que hace comentarios a la cámara, señalando cuando un actor no se parece a la figura histórica que interpreta, o asegurándonos que algunas de las más imaginativas secuencias nunca ocurrieron en la vida real. Me recordó 24 Hour Party People, otra notable bio-pic que quizás fue una gran influencia en la creación de Leto.
Las actuaciones son excelentes, tomando en serio el conflicto de los personajes, pero con un cierto sentido del humor que hace amenas hasta las más dramáticas escenas (de las cuales no hay muchas... Leto es una cinta ligera, pero con la habitual melancolía del cine ruso). La ambientación ochentera es impresionante; en algunos momentos me recordó la atmósfera y atención al detalle de Roma... pero llevados al Leningrado de la era Soviética, desde luego.
Y, finalmente, me impresionó mucho la dirección de Kirill Serebrennikov, capaz de capturar por igual la energía visceral de un concierto, y los sutiles momentos de intensa emoción que se transmiten por medio de pausas y silencios... algo así como los "espacios negativos" de la narrativa, donde se desarrolla una historia secreta, paralela al relato principal. Mis ejemplos favoritos: una conversación sobre Lou Reed y T-Rex que revela tensiones ocultas; y la toma de un candado, con la duración justa para insinuar un simbolismo más profundo. Sobresaliente trabajo de un cineasta que definitivamente merece atención global.
Por el lado negativo, Leto se siente un poco larga y difusa, sobre todo al final. No sé si necesitábamos ver tantas fiestas y ensayos para asimilar la idiosincrasia de la cultura "underground" rusa. Y tampoco estoy seguro si era tan importante la crisis existencial de "Punk" (Aleksandr Gorchilin), un personaje cuya relevancia nunca entendí. Aunque, para ser justos, tiene una de las mejores escenas de la película.
En resumen: Leto es una obra altamente recomendable, incluso para neófitos en la materia. Yo no sabía nada sobre los artistas y bandas retratadas en la cinta, y aún así disfruté mucho compartir sus experiencias... incluso las apócrifas. De hecho, especialmente las apócrifas.
Calificación: 9

IMDb

Thursday, July 11, 2019

The Public



Síntomas: En mitad del invierno, un grupo de indigentes se rehúsa a salir de la Biblioteca Pública de Cincinnati, obligando al director Stuart Goodson (Emilio Estevez) a tomar algunas difíciles decisiones que cambiarán su vida.

Diagnóstico: Para su séptima película como director, Emilio Estevez tenía muchas cosas que decir, pero no supo ordenarlas adecuadamente para formar una historia lineal y congruente. Las ideas se atropellan entre sí para ganar predominancia, creando una confusión dramática que reduce su impacto y diluye su elocuencia.
O, viéndolo por el lado positivo, lo que Estevez intentó hacer fue una película tan complicada como la vida real, donde las cosas no suceden en convenientes bloques de tres actos, y los finales no siempre son felices. Claro que tampoco son siempre tristes... a veces solo son finales, y eso es lo más que podemos esperar en un mundo donde la Ley no es sinónimo de Justicia, y donde la lucha diaria por sobrevivir nos abruma hasta convertirse en la excusa perfecta para ignorar tragedias tan constantes que ya se volvieron parte del entorno urbano.
Cualquiera que sea la interpretación del espectador, creo que hay suficientes elementos positivos en The Public para apreciar sus nobles intenciones y disculpar su caos estructural.
Para empezar, tenemos las actuaciones de un ecléctico elenco que no solo interpreta sus papeles individuales, sino que encarna los variados temas del libreto, incluyendo el problema de los indigentes, abusos de autoridad, deficiente distribución de recursos públicos, adicciones y problemas mentales, y la ceguera voluntaria de funcionarios que no pueden ver las cosas como son, sino solo como auxiliares/obstáculos en su carrera política.
Como dije, es mucho para una sola película; pero con un poco de paciencia podremos asimilar las múltiples sub-tramas de The Public, y hasta entretenernos con la combinación de drama y humor que el director/guionista/actor/productor plasmó en la pantalla.
En su faceta de actor, Estevez captura la inseguridad de un burócrata con buen corazón, pero con un turbulento pasado que cambió su actitud sobre ciertos aspectos de su trabajo. Stuart Goodson es un bibliotecario modelo, absolutamente dedicado a los principios de su institución... los cuales a veces contradicen sus opiniones personales. Jena Malone es Myra, la bibliotecaria auxiliar cuyo idealismo tiende a quedarse en palabras, en vez de acciones. Y Taylor Schilling tiene el papel de Angela, pareja romántica de Stuart que también sirve como perspectiva del público general cuando los indigentes ocupan la Biblioteca. Por el lado de la ley, Alec Baldwin es el negociante encargado de resolver una crisis inexistente, mientras que Christian Slater es el candidato a Alcalde que ve la situación como oportunidad para promover su campaña.
Y así, a lo largo de dos horas, cada personaje tiene fugaces momentos de triunfo y tragedia, algunas revelaciones personales, y agudos comentarios sobre las contradicciones de la sociedad moderna. Lo importante es que todos contribuyen de algún modo a los numerosos mensajes que Estevez quiere transmitir; y, para ser justos, el director generalmente lo consigue, aunque ninguno de esos mensajes sea tan contundente como hubiera sido con un libreto más selectivo y conciso.
Es posible que algunas personas descarten The Public como simple "propaganda liberal" con tintes socialistas. No niego que hay algo de eso; pero creo que, en el fondo, no es cuestión de ideologías, sino de simple humanidad. Y, desafortunadamente, vivimos en una civilización donde no puede arreglarse algo sin descomponer otra cosa. Pero al menos podemos sentirnos mejor con películas como The Public. Es más fácil verla que realmente hacer algo al respecto.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, July 10, 2019

I'll Take Your Dead



Síntomas: El granjero William (Aidan Devine) gana dinero adicional "desapareciendo" los cadáveres que le llevan las pandillas locales, pero un día descubre que uno de los cuerpos está vivo. Mientras tanto, su pequeña hija Gloria (Ava Preston) empieza a ver espíritus de los difuntos que llegan a su casa.

Diagnóstico: No sabía exactamente qué esperar de I'll Take Your Dead, pero terminó gustándome este extraño híbrido de horror y thriller criminal, a pesar de que la balanza nunca encuentra el punto de equilibrio entre sus contradictorios aspectos.
Por un lado, la parte "realista" de la historia es bastante interesante, y se presta para realizar un triple estudio de carácter que bastaría para sustentar un sólido melodrama sobre disfunción familiar.
El granjero William (Aidan Devine) ya se resignó al desagradable trabajo de eliminar los cadáveres que produce la guerra entre pandillas de una gran ciudad canadiense. William necesita el dinero, y no está matando a nadie; simplemente elimina evidencia. Y además tiene una hija de doce años que no puede crecer en ese ambiente tóxico (literal y figurativamente), por lo cual William está ahorrando para mudarse a Texas, lejos de la nieve y del mundo criminal.
Mientras tanto, Gloria (Ava Preston) sabe perfectamente lo que hace su padre, pero no parece importarle mucho. Entonces el "cadáver" de una mujer resulta estar vivo, y las emociones de la niña entran en caos al encontrar un posible sustituto de su madre, recientemente fallecida.
Finalmente, Jackie (Jess Salgueiro) es ese "cadáver" que no estaba tan muerto como parecía. Y, aunque William no es una persona violenta, la inesperada presencia de un testigo podría destruir los planes de su nueva vida.
Paralelamente tenemos el aspecto "sobrenatural" de la cinta, suficientemente ambiguo para conservar el misterio sobre el origen y significado de las visiones de Gloria. ¿Serán fantasmas reales, o enfermizas fantasías provocadas por su complicado entorno familiar y el trauma de perder a su madre? El director no tiene prisa para resolver el misterio, y prefiere enfocarse en la volátil dinámica entre los tres protagonistas, cada uno con sus propios problemas y con graves decisiones que deberán tomar para resolver sus respectivas crisis... sobre todo cuando surgen nuevos factores de riesgo que afectan a todos los involucrados.
Los actores hacen un buen trabajo en escenas ostensiblemente absurdas, pero emocionalmente honestas. Los conflictos individuales del trío mantienen un sobrio balance que hace la cinta agradablemente impredecible. Queremos que William y Gloria se salven, pero sin sacrificar a Jackie; y Jackie tampoco merece morir para salvar a sus "captores". El libreto co-escrito por el director Chad Archibald (Bite) da suficientes vueltas para mantener nuestra atención, sin abusar de sorpresas ni "twists" irracionales... simplemente una ingeniosa premisa con personajes bien definidos.
Sin embargo, como mencioné al principio, la colisión entre criminales y fantasmas crea algunas fracturas narrativas que se sienten como excusas para facilitar la solución de una situación imposible. Habiendo dicho eso, los sutiles efectos especiales y la dirección de Archibald consiguen algunos momentos tenebrosos que me gustaron bastante... aunque a fin de cuentas no sé si ayudaron a la película, o contaminaron su bizarra interpretación del "noir" rural.
Afortunadamente la experiencia general me pareció positiva, y podría recomendar I'll Take Your Dead, con las obligatorias advertencias sobre la modesta naturaleza de esta producción canadiense, cuyas limitaciones podemos notar en algunas actuaciones, en las escuetas locaciones, y ciertas fallas técnicas comunes en el cine "indie". Nunca creí decir esto, pero es posible que I'll Take Your Dead me hubiera gustado más sin fantasmas. Tal vez estoy madurando.
Calificación: 7.5

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Monday, July 8, 2019

Escape Plan: The Extractors



Síntomas: La hija de un poderoso empresario chino es secuestrada, y Ray Breslin (Sylvester Stallone) y su equipo tienen razones personales para rescatarla.

Diagnóstico: La original Escape Plan me pareció un mediano thriller cuya principal atracción fue la presencia de dos íconos del cine ochentero... pero, aparte de eso, meh. La secuela, Escape Plan: Hades fue una atroz "re-imaginación" del thriller carcelario sin pies ni cabeza, por no mencionar los arbitrarios elementos de ciencia ficción que hacían todo más absurdo. Y ahora llega la tercera parte, Escape Plan: The Extractors, mejorando parcialmente la franquicia con un libreto repleto de clichés, pero con suficiente sentido común para enfocarse en los puntos fuertes del reparto, y no extender su ambición más allá de lo que permite la premisa.
La primera mitad de Escape Plan: The Extractors es confusa y aburrida. El director y co-guionista John Herzfeld da muchas vueltas para explicar la intriga corporativa entre el potentado chino Wu Zhang (Russell Wong) y el villano Lester Clark Jr. (Devon Sawa), quien secuestró a la joven Daya Zhang (Melise) con un propósito más complicado que la simple extorsión monetaria. Y, como siempre, Ray Breslin (Sylvester Stallone) tiene una conexión tangencial con estos eventos para justificar su participación en la misión de rescate.
También forman parte del equipo Shen (Jin Zhang), el guardaespaldas de Daya que no logró evitar el secuestro; y Bao (Harry Shum Jr.), el misterioso ex-novio (o algo así) de la joven. Ambos actores son expertos en artes marciales y gozan considerable fama en Asia, lo cual ayudará a que los inversionistas chinos que financiaron esta película (así como la anterior) recuperen pronto su dinero. Otro ejemplo del financiamiento multinacional que quizás veremos con mayor frecuencia en el futuro post-Hollywood.
Regresando al punto: después de establecer todas esas conexiones entre los personajes, y después de diseñar el plan para rescatar a la princesa del castillo (una prisión abandonada en Latvia), por fin Ray Breslin, Trent DeRosa (Dave Bautista) y el resto del equipo se disponen a atacar la fortaleza. Y entonces empieza lo bueno.
Que, para ser honestos, tampoco es gran cosa. Pero definitivamente inyecta una saludable dosis de energía en la película y ofrece al espectador abundantes escenas de acción y violencia al estilo ochentero, las cuales me ayudaron a olvidar el torpe primer acto de Escape Plan: The Extractors. Y así llegamos eventualmente a un final predecible pero satisfactorio, dejando algunos cabos sueltos para explorar en otra secuela que no me molestaría ver, siempre y cuando conserven la tendencia ascendente de esta franquicia (no sé si una secuela horrible y una mediana constituye una auténtica "tendencia ascendente", pero prefiero verlo con optimismo).
Entre las cosas buenas de Escape Plan: The Extractors: la participación más activa de Sylvester Stallone. En la reciente cinta Backtrace me dio "pena ajena" verlo relegado a una oficina, dando órdenes por teléfono y viendo de lejos el desarrollo de la historia. Afortunadamente Escape Plan: The Extractors lo pone al frente de la acción, haciendo lo que mejor sabe hacer, y con sorprendente vitalidad a sus 73 años de edad (para ser justos, probablemente filmó esas escenas a los 72 años... gran diferencia). Dave Bautista, Harry Shum Jr. y Jin Zhang tienen buenos momentos de lucimiento personal, enfrascados en sus propias peleas contra los genéricos esbirros del villano. Y también me gustó la escena con la escopeta incendiaria que deja un gran agujero humeante en los cuerpos de sus víctimas. ¿Será real, o una fantasía del escritor? No sé, pero ojalá la utilicen en la hipotética secuela.
Entonces, Escape Plan: The Extractors es dos tercios tediosa, y un tercio divertida. Mis bajos estándares personales me permiten darle una recomendación... pero exclusivamente para fans del Cine B, y para víctimas de la cinta anterior. Solo bajo esos indulgentes criterios pueden disfrutarse las virtudes de Escape Plan: The Extractors, y apreciar las tenues mejoras de una fórmula que nunca debió complicarse tanto.
Calificación: 6.5

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Friday, July 5, 2019

Spider-Man: Lejos de Casa (Spider-Man: Far From Home)



Síntomas: Peter Parker (Tom Holland) y sus compañeros de clase viajan a Europa con fines educativos, lo cual podría presentar la oportunidad perfecta para que Peter revele sus sentimientos hacia MJ (Zendaya). Sin embargo Ned (Jacob Batalon) no cree que sea buena idea. Y también encuentran monstruos, o algo así.

Diagnóstico: (Peligro: Spoilers para quien no haya visto Avengers: Endgame) Ahora entiendo por qué Kevin Feige dijo que Spider-Man: Lejos de Casa sería el auténtico final de la Fase III del Universo Marvel. A pesar de la contundente resolución e impacto emocional de Avengers: Endgame, ciertamente hacía falta un epílogo más ligero (pero no demasiado ligero) para explorar el mundo "post-Avengers", así como las consecuencias físicas y mentales del "Snap" seguido por el "Blip" que regresó todo a la normalidad. Excepto que esta "normalidad" no es tan normal como parece.
Y, para acompañar esos fascinantes temas, tenemos una sólida aventura de Spider-Man, enfrentando a uno de mis personajes favoritos en su catálogo de villanos. Pero, ¿es Misterio realmente un villano, o víctima inocente de un accidente multi-dimensional? No diré más.
Bueno, solo una cosa más: Jake Gyllenhaal fue una perfecta selección para interpretar al enigmático Quentin Beck. Su motivación evoluciona a lo largo de la película, y no siempre me pareció clara o convincente, pero el talento del actor se encarga de llenar los huecos de la historia y atenuar los aspectos menos creíbles de su origen. En una saga agobiada por antagonistas genéricos y olvidables (me refiero a la totalidad del Universo Cinemático de Marvel), Quentin Beck destaca como uno de los más ambiciosos y originales.
Por lo demás, el director Jon Watts (Clown)(¡?) reconoce que las mejores historias de Spider-Man son las que crean máxima tensión entre su vida privada y su vocación heroica, la cual se ha vuelto más complicada desde la disolución del equipo Avengers. La ausencia de Tony Stark y Steve Rogers no solo crearon un vacío en la conciencia popular, sino un cambio fundamental en el balance de poder en nuestro planeta, expuesto a nuevas amenazas cósmicas o terrestres. ¿Quién será el nuevo Tony Stark? Algunas personas piensan que Peter Parker podría llenar esos inmensos zapatos. Pero hay alguien que no está de acuerdo: el mismo Peter Parker.
Y así, entre ataques de monstruos elementales, complicados planes para revelar su amor por MJ, y serios conflictos existenciales, Spider-Man: Lejos de Casa encuentra las piezas exactas para crear una aventura al mismo tiempo épica e íntima, donde las aparatosas peleas y efectos especiales (muy superiores a la cinta previa) tienen tanta resonancia como sus conversaciones con Ned, o con la Tía May (quien obviamente no podía mantenerse soltera durante mucho tiempo... pero aún así seguirá siendo mi personaje secundario favorito).
Hablando de lo cual, un rápido recuento de actores: Tom Holland tomó posesión de Peter Parker desde su primera escena (allá por Captain America: Civil War), y su actuación ha mejorado consistentemente, gracias a la incorporación de los cambios internos y externos que el personaje ha sufrido a lo largo de la saga. Zendaya tiene algunas dificultades para conciliar el lado cínico de MJ con las escenas semi-románticas que le asigna el libreto (no necesariamente con Peter, ya que también esa parte de su vida tiene un rival), pero a fin de cuentas me gustó como "modernización" del personaje original de los comics. En alguna parte de mi imaginación existe una escena con Annalise Basso diciéndole a Peter: "Face it, tiger... you just hit the jackpot", pero esta nueva versión "milenial" de MJ satisface los requerimientos de la historia, y abre las puertas a nuevas posibilidades narrativas. Y también me gustó que Betty Brant (Angourie Rice) tuviera un papel más sustancioso... aunque no fue ni remotamente el que yo esperaba. De los demás no quiero hablar, para conservar las deliciosas sorpresas de Spider-Man: Lejos de Casa.
Spider-Man 2 (la de Sam Raimi) sigue siendo mi película favorita de Spider-Man... pero creo que Tom Holland es mi Spider-Man favorito (perdón, Nicholas Hammond). Por cierto, no olviden las dos escenas durante los créditos finales. Una de ellas responde la más grande duda que tenía sobre esta nueva versión de Spider-Man: ¿Quién demonios se atrevería a interpretar a J. Jonah Jameson, después del extraordinario trabajo que realizó J.K. Simmons en las películas de Sam Raimi? La respuesta era obvia, y al mismo tiempo sorpresiva. Ya quiero ver a Peter trabajando en el Daily Bugle.
Calificación: 9.5

IMDb

Thursday, July 4, 2019

Domino



Síntomas: Los policías daneses Lars Hansen (Søren Malling) y Christopher Toft (Nijolaj Coster-Waldau) responden a un reporte de disturbios domésticos, y encuentran un violento atacante que deja a uno de ellos gravemente herido. Entonces el otro policía inicia una implacable búsqueda para vengar a su compañero.

Diagnóstico: Suena como una típica película de venganza pero, afortunadamente, Domino hace honor a su nombre con una sucesión de eventos inesperados que atrapan a los protagonistas en una red de intriga internacional, extendiendo una simple revancha personal hasta niveles que jamás imaginamos. El director Brian De Palma regresa a sus raíces con un fascinante (aunque irregular) tributo a Hitchcock que combina el suspenso de Blow Up con el elegante estilo visual de sus proyectos más recientes (como Passion y Femme Fatale), resultando en una experiencia recomendable, aunque con graves problemas que podrían enfriar el entusiasmo del público poco acostumbrado a los caprichos de este legendario cineasta.
Para empezar, Domino tiene un estilo difícil de asimilar. La narrativa emula la frialdad de los thrillers europeos, pero adopta el melodrama y forzadas emociones del cine norteamericano. El desarrollo de los personajes es mínimo, y las actuaciones se sienten distantes y apagadas. La trama da grandes saltos sin lógica ni fundamento dramático. Un momento estamos en el hospital viendo llorar a la esposa del policía herido, y en la siguiente escena la cámara se enfoca en un cable USB durante largos segundos, sugiriendo que es un detalle importante... que nunca más se menciona. Como dije: arbitrarios caprichos de un director que rara vez sigue las reglas.
Y, sin embargo, Domino me mantuvo cautivo durante sus eficientes noventa minutos, obligándome a poner atención para descifrar la densa maraña de conexiones personales y manipulaciones políticas, algunas de las cuales serán importantes al final, mientras que otras se olvidarán al terminar sus respectivas escenas. Pero, a fin de cuentas, todos estos detalles enriquecen la historia y desafían el genérico principio que parecía condenado al cliché.
Hablando de clichés, Nikolaj Coster-Waldau y Søren Malling hacen una adecuada "pareja dispareja". Dos policías de diferente edad y actitud, pero con gran lealtad mutua que se pone a prueba cuando el error de uno de ellos termina en tragedia. También me gustó la participación de Carice Van Houten en el papel de la Detective Alex, encargada de evaluar si hubo negligencia policíaca durante aquel fatídico ataque doméstico. Sin embargo, como todos los personajes en Domino, Alex tiene motivos ocultos para encontrar al culpable, y no teme desobedecer a sus superiores para descubrir la verdad. O al menos la verdad que ella quiere escuchar. Y también merece mención el carismático Eriq Ebouaney en el papel de Ezra Tarzi, responsable por herir al policía; y Guy Pearce como el amoral Agente Martin, cuyos métodos son más perversos que los terroristas que persigue.
Finalmente, voy a describir (sin spoilers) los dos momentos que casi me "sacaron" de la película. Primero, hay una coincidencia ridícula, donde alguien está buscando a un criminal... y lo encuentra en la calle. Así nada más. "Mira, ahí está". Quizás el guionista tenía dolor de cabeza ese día y pensó "Después resuelvo esto", y se le olvidó. Y la segunda: una virtuosa secuencia en una plaza de toros termina de la manera más absurda posible. Hubiera sido más realista si el toro se quitara una máscara para revelar a Nicolas Cage, o algo así (aclaro: Nicolas Cage no aparece en Domino; pero hubiera sido un "twist" más creíble que el que eligió De Palma).
A pesar de tantas quejas, Domino me gustó porque realmente evoca las mejores épocas de Brian De Palma como director (¡con música de Pino Donaggio, nada menos!) Y, sí, también nos recuerda algunas de sus peores decisiones. Pero, después de ver tantas luminarias del cine venidas a menos, fue un placer descubrir que De Palma sigue haciendo lo que quiere, con resultados generalmente positivos... y ocasionalmente frustrantes. El homenaje a Hitchcock continúa después de casi cincuenta años, y De Palma aún tiene cosas que decir.
Calificación: 7.5

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Wednesday, July 3, 2019

Iron Sky: The Coming Race



Síntomas: La Tierra quedó inhabitable después de la guerra nuclear en el año 2018 (como vimos al final de Iron Sky). Los escasos sobrevivientes emigraron a la base lunar establecida por los nazis después de la Segunda Guerra Mundial, y con el paso del tiempo se desarrolló una sociedad disfuncional y dividida. Entonces, treinta años después, en el año 2047, llega inesperadamente a la Luna un platillo volador con refugiados rusos, para complicar la situación.

Diagnóstico: En el 2012, la película finlandesa Iron Sky desafió el "sistema de estudios" con una producción totalmente independiente, financiada por medio de "crowdfunding", y realizada en colaboración con voluntarios alrededor del mundo que ayudaron (o al menos opinaron) en todas las etapas del proyecto. El director Timo Vuorensola demostró que no hacía falta someterse al método hollywoodense para crear una película de ciencia ficción con la misma calidad visual de cualquier "blockbuster" norteamericano.
Desafortunadamente, el libreto no funcionó tan bien como los efectos especiales. La premisa de Iron Sky era un maravilloso pastiche de ideas "pulp" (nazis ocultos en la Luna regresan a la Tierra para establecer un nuevo "Reich"), pero los productores decidieron integrar un fuerte componente satírico que, francamente, ni fue muy gracioso, ni particularmente incisivo en el entorno político de aquella época (y, además, hizo que la película perdiera relevancia con el paso del tiempo... ¿quién recuerda a Sarah Palin en estos días?)
Y ahora, siete años después, llega la secuela Iron Sky: The Coming Race, con imágenes aún más sorprendentes, y un libreto igualmente dedicado a combinar sátira, conspiraciones, y aventura "pulp", pero sin suficiente atención al desarrollo de los personajes o la integridad dramática del argumento. En otras palabras: los mismos aciertos y los mismos errores de la primera película. Pero al menos esta vez ya sabía que esperar, y pude disfrutar su excéntrico sentido del humor, astutas parodias de la cultura popular y, desde luego, la exuberante imaginación del diseño y ejecución financiados por los fans.
El resultado tiene muchos altibajos, con álgidos momentos de creatividad visual saboteados por horribles diálogos y torpes escenas que tratan de conectar los discordantes elementos de la película. Iron Sky: The Coming Race avanza con un frenético ritmo que atropella las ideas tan rápido como van surgiendo, dejando al espectador (al menos a mi) con la sensación de que estamos viendo el "trailer" de una película, y no la película misma.
Todo se siente frívolo; las grandes revelaciones pierden peso dramático; el suspenso se diluye hasta el punto de la apatía; y los momentos triunfales no inspiran emoción alguna porque ya viene otra catástrofe o explosión para distraer nuestros sentidos.
Sin embargo, a pesar de sus problemas, Iron Sky: The Coming Race me pareció recomendable exactamente por esos mismos excesos. En el fondo, los productores son "geeks" de corazón, tan entusiasmados con la oportunidad de compartir su pasión que pierden todo sentido crítico y lógico. Son como niños enseñándonos los juguetes en su habitación... y son juguetes ciertamente espectaculares. Tan solo el tiranosaurio llamado Blondie (referencia para estudiosos de la Segunda Guerra Mundial) bastaría para recomendar la película... y a eso podemos añadir referencias a Star Trek, Apple, nostalgia por la tecnología "retro" y, desde luego, el fantástico diseño de producción, mitad "steampunk", mitad Mad Max, y mitad "fan-fic" concebido en los más oscuros rincones conspiratorios de Reddit (sí, tres mitades).
Habiendo establecido (¡dos veces!) su capacidad para crear un producto de alta calidad, solo queda esperar que Timo Vuorensola y su equipo multi-nacional encuentren un mejor libreto para su siguiente proyecto. Al final repiten la promesa de una tercera parte ubicada en Marte, pero sospecho que adoptarán la misma estrategia de "echar la casa por la ventana" para entretener a los fans, incluso si la diversión no tiene sentido ni balance dramático. Por otro lado... Vladimir Putin bailando hip-hop. El mundo necesita esa catarsis.
Calificación: 8

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