Monday, March 30, 2015

Digging Up the Marrow



Síntomas: El prolífico director Adam Green (Hatchet, Frozen) está acostumbrado a recibir extrañas cartas de sus fans, pero queda intrigado cuando un ex-policía le manda profusas notas y dibujos sobre una supuesta comunidad subterránea habitada por genuinos "monstruos"... personas que nacieron con alteraciones físicas tan extremas que decidieron abandonar la civilización para evitar el desprecio y la intolerancia de la gente "normal". Esto despierta el interés de Green debido a su fascinación con los monstruos en general; y con ayuda de su amigo y cinematógrafo Will Barratt, decide realizar un documental sobre ese supuesto reino subterráneo, llamado "the Marrow"... aunque no saben si será real, o simplemente la fantasía de un hombre enfermo que está tratando de bloquear un traumático pasado.

Diagnóstico: En cierto modo Digging up the Marrow pertenece a la cansada corriente "pseudo-documental" que ya saturó el cine de terror (y está rápidamente infectando otros géneros), pero me gustó la creatividad mostrada por el director Adam Green al insertarse como parte fundamental de la narrativa, usando su carrera e imagen publica para establecer un entorno "real" y creíble que permite la introducción gradual de los aspectos más fantásticos del "documental". Sin embargo, toda esta ingeniosa labor se derrumba en los primeros diez minutos, cuando conocemos al ex-policía y descubrimos que está interpretado por el muy reconocible actor Ray Wise (quien ha participado en decenas de películas y series de televisión, aunque quizás será más recordado como Leland Palmer en Twin Peaks, y como el Diablo en Reaper). Desde luego no quiero decir que Digging up the Marrow hubiera sido totalmente creíble con un actor desconocido en ese papel, pero al menos se hubiera preservado el misterio durante más tiempo, incrementando la intriga sobre algo que no suena del todo imposible, como una comunidad aislada del mundo para proteger a los "monstruos" humanos que la habitan.
Cierto, la actuación de Wise me pareció bastante buena, y se convierte en uno de los mejores elementos de la película... pero aun así su presencia parece un error fatal que exacerba los problemas de Digging Up the Marrow y arruina su pretensión documental.
Esto nos deja con una historia un poco floja a pesar de su interesante premisa. La "investigación" sobre la existencia de la ciudad subterránea me pareció torpe y mal planteada, reduciéndose básicamente a grabar un viejo cementerio casi en total oscuridad, en espera de las supuestas criaturas que lo usan como portal a nuestro mundo. Me abstendré de revelar si el documental tiene éxito o no, pero debo señalar que los efectos especiales tampoco ayudan mucho a su credibilidad. Admiro la convicción de Green y su amor por las técnicas de látex y silicón, pero en este caso creo que resultaron contraproducentes por no alcanzar el nivel de realismo necesario para complementar el tono del proyecto. O, en todo caso, el director de fotografía/camarógrafo Will Barratt debió encontrar mejores ángulos para sugerir la presencia de las criaturas sin mostrar de lleno su obvia artificialidad.
Curiosamente mis partes favoritas de Digging Up the Marrow fueron las escenas grabadas en varias convenciones de horror, donde Green entrevista renombradas personalidades del género como Sam Keith, Don Coscarelli y Tony Todd, así como fans que explican su obsesión con los monstruos como figuras trágicas e incomprendidas, y no como villanos. Quizás de eso debió tratar el documental, con breves incursiones en la "realidad" de dichos monstruos, en vez de gastar tanto tiempo en una simulación arruinada por la obvia presencia de un actor famoso, y por mediocres efectos especiales (o buenos efectos mediocremente filmados) que contradicen la aparente intención de la cinta.
Entonces, Digging Up the Marrow me pareció un experimento fallido pero no exento de interés, especialmente para fans de Adam Green, cuya amplia concepción del horror es admirable, extendiéndose desde el más simple cine slasher (como la serie de Hatchet) hasta el thriller psicológico (Frozen - obviamente no la de Disney), y ahora al estilo pseudo-documental, donde Green intenta romper fórmulas y trascender clichés... aunque haya fracasado (parcialmente) por otros factores. ¿Estamos en presencia de un nuevo Werner Herzog dedicado al horror? No creo, pero me gustaría mucho que siguiera intentándolo.
Calificación: 6.5

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Saturday, March 28, 2015

Resucitados (The Lazarus Effect)



Síntomas: Los doctores Frank Walton (Mark Duplass) y Zoe McConnell (Olivia Wilde) trabajan en un innovador suero que retrasará el deterioro del tejido cerebral en pacientes recientemente fallecidos, extendiendo así el periodo en el que puedan revivirse sin riesgo de afectar su capacidad mental (por ejemplo, en víctimas de ahogo o durante operaciones quirúrgicas). Sin embargo, su primer experimento con un cadáver canino da un resultado inesperado: el perro Rocky (Cato) resucita y parece tener buena salud. Y el siguiente paso, desde luego, será intentarlo con un humano.

Diagnóstico: Algunos críticos han señalado que Resucitados parece un mediocre remake (no oficial) de Flatliners, aquella semi-clásica noventera; pero creo que el argumento es muy distinto en su forma e intención. Sin embargo ambas películas tienen definitivamente algo en común: el desperdicio de una premisa fascinante, por no saber como resolverla de manera satisfactoria.
De hecho, Resucitados (su título original es The Lazarus Effect, pero no tiene relación con la novela de Frank Herbert) me pareció más cercana a un blando híbrido de Re-Animator y Carrie, sin sangre y apenas mínima violencia porque necesita conservar la clasificación PG-13. La primera mitad me gustó bastante cuando gira en torno a la investigación del suero milagroso y aborda (superficialmente) algunas interesantes teorías sobre lo que ocurre después de la muerte. El Dr. Walton mantiene una postura estrictamente científica, mientras que su prometida, Zoe, es más espiritual. No hay mucha sustancia en sus discusiones, pero bueno... al menos el director David Gelb y sus guionistas se esforzaron por darle alguna base ideológica al argumento.
Lamentablemente la segunda mitad se desinfla al introducir arbitrarios clichés de terror que no asustan ni tienen mucho sentido. Las "explicaciones" de los fenómenos desatados por los experimentos resultan risibles; y los intentos por añadir melodrama parecen contradecir toda la palabrería de la primera mitad. La cinta simplemente va inventando sus propias reglas según le conviene, lo cual reduce el suspenso y las oportunidades de crear algo más impactante y consistente con los aspectos "científicos" del experimento. Como dije, es la misma pereza y falta de imaginación que arruinó Flatliners hace veinticinco años.
Por el lado positivo el reparto es bastante bueno, aunque no tienen mucha oportunidad de demostrarlo. Olivia Wilde lleva la mayor parte del trabajo y logra imprimir cierta emoción y vulnerabilidad a un personaje pobremente definido. Donald Glover no tiene mucho que hacer como uno de los ayudantes del laboratorio, pero me dio gusto verlo de nuevo en la pantalla. Solo espero que no se haya salido de Community para hacer películas como ésta. Sin embargo, la sorpresa del elenco fue Mark Duplass como el ambicioso doctor de dudosa ética que no tiene inconveniente en "jugar a ser Dios" cuando las cosas no salen como quiere. No es una gran actuación, pero presta un poco de credibilidad a Resucitados, gracias al previo trabajo de este actor/cineasta en tantas cintas "indie" de superior calidad.
Entonces, Resucitados empieza por buen camino pero pierde el rumbo y degenera en huecos sobresaltos y fenómenos incongruentes. Su única innovación fue revivir a un perrito durante el primer acto, en vez de matarlo, como dicta ese odioso cliché de las películas de terror. Fuera de eso, me pareció una experiencia genérica y olvidable que, cuando mucho, recomendaría para ver en televisión algún domingo aburrido. Es bastante corta, así que si planean bien su tarde les dará tiempo de ver también Re-Animator, The Asphyx o incluso Flatliners, todas ellas más interesantes exploraciones de la vida después de la muerte. O ya de perdida un par de episodios de Ghost Whisperer, cuya veracidad científica y efectos especiales están al mismo nivel de Resucitados.
Calificación: 6.5

Trailer (recomiendo no verlo; revela demasiado)

Friday, March 27, 2015

Vicio Propio (Inherent Vice)



Síntomas: En la ciudad de Los Ángeles, a principios de los setentas, el detective "hippie" Larry "Doc" Sportello (Joaquin Phoenix) se ve casualmente involucrado en una laberíntica conspiración que comienza como un simple favor para su ex-novia Shasta (Katherine Waterston), y se extiende hasta las más altas esferas financieras y sociales de la ciudad. Afortunadamente Sportello nunca está suficientemente sobrio para reconocer los peligros de su investigación.

Diagnóstico: Después de la decepción que fue The Master (al menos para mi), el director Paul Thomas Anderson regresa con Vicio Propio, mostrando extraordinaria energía y virtuosismo cinematográfico con este insólito híbrido de "noir" clásico y "head movie" que desafía expectativas y nos envuelve gradualmente en los clichés de ambos géneros, pero de alguna manera transformados en algo fresco y estimulante para la mente y los sentidos.
En otras palabras, un "viaje".
Dentro de la filmografía de Anderson, Vicio Propio podría considerarse como complemento de Boogie Nights, cuyo homenaje a los ochentas fue igualmente detallado y complejo; pero en esta ocasión los enigmáticos personajes se ven envueltos en una historia aún más revuelta y confusa... y aún así perfectamente clara si seguimos cuidadosamente la investigación (y aceptamos los métodos) de un detective impulsado por el amor y la marihuana, que no teme usar fuentes de información "alternativas", como una ouija o una tarjeta postal que revive antiguos recuerdos de un momento romántico con su ex-novia.
Ese es el tono general de Vicio Propio... un nebuloso "high" en la soleada costa de California, interrumpido por bizarros personajes que entran y salen de la historia con datos adicionales que gradualmente esbozan los contornos de la gran conspiración. No sé si constituya un "spoiler" señalar que nunca encontraremos una clara explicación de los eventos que investiga Sportello; pero es relativamente fácil deducir lo necesario si ponemos debida atención en los crípticos comentarios e incongruentes escenas que encontramos, muchas veces filtradas a través de la neblina sensorial del eternamente drogado detective.
Por el lado “noir”, Vicio Propio comparte el tono y estructura de cintas tan influyentes como The Big Sleep y The Third Man, incluyendo mujeres fatales, magnates desaparecidos y un rudo policía que aborrece los difusos métodos del protagonista, pero aún así persigue la misma verdad. Joaquin Phoenix se divierte con el papel del detective "stoner" que, más que protagonista, es nuestro guía por el exótico mundo de Los Ángeles, altamente peligroso pero al mismo tiempo "cool" y relajado. Sí, pueden matarlo en cualquier momento, pero no hay problema, hermano... todo saldrá bien. El "yang" que balancea a ese atípico detective está representado por Josh Brolin como el policía rudo e intolerante que está orgulloso de sus violaciones a los derechos civiles, porque los "hippies" no merecen tenerlos. Y aún así es muy simpático presenciar la dinámica que conduce a un inesperado "bromance" entre estos personajes opuestos en personalidad, pero similares en ética y convicción.
Tomaría varios párrafos elogiar a los numerosos actores que dejan profunda huella en la película a pesar de tener solo una o dos breves escenas; basta decir que todos justifican su presencia y contribuyen a la fantástica atmósfera de la película, desde Martin Short como un dentista pervertido, hasta Owen Wilson como el saxofonista atrapado en un mundo criminal que jamás imaginó. Y una mención muy especial para Joanna Newsom como Sortilège, la omnipresente narradora cuya dulce voz contrasta maravillosamente con la áspera jerigonza propia de Raymond Chandler o Dashiel Hammet (aunque terminó recordándome al gato narrador de The Future).
Y también debería mencionar la excelente música psicodélica, la cinematografía colorida y soleada (otra contradicción del "noir" tradicional) y el diseño de producción, que emplea magia digital para reproducir el momento histórico de los años setentas con gran detalle y calidez, a pesar de las sórdidas circunstancias que acompañan nuestra visita.
Quizás es muy temprano para afirmarlo, pero creo que Vicio Propio estará entre mis cintas favoritas del año. Aún así entiendo que su afectada narrativa y revuelto libreto (basado en una novela de Thomas Pynchon) dividirán al público y seguramente alejarán aquellos espectadores que buscaban una historia de detectives más "normal", o una comedia más graciosa en el sentido convencional. Pero, en lo que a mí respecta, disfruté muchísimo esta colorida fusión de estilos, y salí del cine con una sonrisa para acompañar el "buzz" que deja Vicio Propio tras intoxicarnos a través de la vista con un mundo que existe mitad en sueños y mitad en la realidad. Y además... whoa... puedo oler los colores...
Calificación: 9.5

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Wednesday, March 25, 2015

Zombeavers



Síntomas: Para alejarse temporalmente de sus novios y demás problemas sentimentales, las jóvenes Jenn (Lexi Atkins), Mary (Rachel Melvin) y Zoe (Cortney Palm) deciden pasar un fin de semana en una casa de campo a orillas de un pintoresco lago. Lo que no saben es que una fuga accidental de deshechos tóxicos provocó una mutación en los castores locales. Y, para empeorar las cosas, los castores se rehúsan a morir...

Diagnóstico: Castores zombies. ¿Hace falta decir más?
Desafortunadamente, sí.
Desde luego no hay que tomar en serio una película como Zombeavers, y en verdad aprecio el entusiasmo del director, productores, personal técnico y actores, pues se nota que fue un proyecto intensamente personal, realizado con genuino afecto por el género de terror. Pero aun así es difícil disculpar el flojísimo libreto, los irritantes personajes y la general pereza narrativa que, con una o dos excepciones, desaprovecha las oportunidades de hacer algo realmente innovador o subversivo (como ejemplo de lo que pudo ser, señalaría la brillante cinta neozelandesa Black Sheep, con la que Zombeavers comparte muchas similitudes... tantas que parece un poco sospechoso). Sé que la mediocridad intencional y la celebración de lo absurdo son la razón de ser de Zombeavers, pero su premisa de un solo chiste no basta para sostener el humor durante escasos ochenta minutos de duración (incluyendo largas secuencias de créditos iniciales y finales) (Por cierto, uno de los más notables aciertos de Zombeavers es su epónimo tema musical, compuesto en el estilo de Frank Sinatra... quizás no tan simpático como "Beware of the Blob", de Burt Bacharach, pero conservando un similar espíritu socarrón e irreverente).
¿En qué estaba? Ah, sí. El humor de Zombeavers es muy irregular, pues depende demasiado de la estupidez como sustituto del ingenio. El libreto (co-escrito por el director Jordan Rubin) incluye muchos momentos intencionalmente ridículos, pero muy pocos en verdad graciosos (admito que me hizo reír la escena de "Whack-a-Mole"). Otra contradicción son los efectos especiales, realizados de manera práctica con marionetas y maquillajes de látex bastante grotescos (lo digo como algo bueno), aunque no muy realistas. El problema es que los castores están filmados de tal manera que su origen artificial es demasiado evidente, y termina pareciendo una falla que, intencional o no, perjudica el flujo de la película. Sí, ya sé que todo es parte del chiste, pero siento que pudo funcionar mejor mostrando menos a los castores y elevando un poco más los aspectos de terror, con lo cual parecería una película mejor balanceada. En otras palabras, menos Hobgoblins, y más Tremors.
De cualquier modo no niego que Zombeavers me pareció bastante entretenida, me hizo sonreír en un par de ocasiones, y los odiosos personajes cumplieron su misión de inspirar gozo cuando son devorados por los sanguinarios roedores (las muchachas son apenas tolerables, pero cuando llegan sus novios el índice de antipatía se incrementa exponencialmente). Ah, y no olviden la escena post-créditos, que promete una secuela aún más bizarra y hasta ecológicamente relevante.
Entonces, Zombeavers resultó ser más o menos lo que esperaba de una película sobre castores mutantes atacando chicas en bikini (así como -SPOILER- un simpático perrito que lamentablemente no sobrevive... aunque parece estar sano y salvo en los "outtakes" presentados al final de la película). Siento que Zombeavers pudo llegar más lejos creativamente, pero a fin de cuentas cumple su función y merece una recomendación para conocedores del horror "kitsch", y para quienes encuentren infinitamente gracioso el doble sentido de la palabra "beaver". Russ Meyer estaría orgulloso.
Calificación: 7

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Tuesday, March 24, 2015

Faults



Síntomas: Ansel Roth (Leland Orser) era un experto en cultos y "deprogramación" de víctimas de lavado cerebral, pero una fatídica "intervención" que terminó en tragedia lo dejó en la ruina económica y profesional; y además de todo, tiene una deuda que podría costarle la vida si no paga a tiempo. Por eso acepta el caso de la joven Claire (Mary Elizabeth Winstead), cuyos desesperados padres pagarán lo que sea por liberarla de un nuevo culto conocido como "Faults" (Fallas). ¿Logrará Ansel redimirse y salvar a Claire? ¿O fracasará como ocurrió en el pasado?

Diagnóstico: No sé por qué, pero los cultos se están convirtiendo en un tema de moda entre los thrillers contemporáneos. En años recientes hemos visto obras como Martha Marcy May Marlene, Red State, Sound of My Voice, y The Sacrament, cuyos enfoques varían considerablemente, pero se apoyan en ese fascinante y perturbador fenómeno del lavado de cerebro, y la aparente facilidad con la que algunas personas se dejan dominar por líderes carismáticos que prometen algún tipo de salvación espiritual cuando en realidad solo buscan su propio beneficio.
Faults presenta una interesante perspectiva, alejándonos de la "comuna" y los detalles específicos del culto en cuestión, para centrarse en el proceso regenerativo de la identidad perdida. Y, por si eso no fuera suficiente, también realiza sendos estudios de carácter sobre víctima y analista, revelando gradualmente sus particulares psicologías y el viaje interno que los llevó a la lucha de voluntades que sostienen durante gran parte de la película.
Confundiendo un poco las expectativas del público (al menos las mías), el director/guionista Riley Stearns nos presenta un "héroe" antipático y derrotado por la vida... algo así como el clásico detective alcohólico de las cintas policíacas, o el sacerdote sin fe tan común en el cine de terror, pero más patético y casi ridículo (aclaro que Faults no pertenece a esos géneros). Este tortuoso protagonista complica más la situación, y transforma Faults en un sutil drama donde no solo está en juego el futuro de Claire, sino el de su posible "redentor".
Quizás esto suena como el más predecible thriller televisivo de Lifetime o Hallmark; pero el audaz libreto de Stearns brilla por su precisión y sagacidad, manteniéndonos en suspenso durante gran parte de la cinta; aunque eventualmente podemos vislumbrar hacia dónde se dirige el asunto. Entonces el director introduce nuevas complicaciones para preservar el misterioso "twist" final... sin alcanzar por completo el nivel de sorpresa que aspiraba. De cualquier modo hay bastantes elementos inesperados y muy buenas actuaciones para sostener la atención del espectador, empezando por Leland Orser como Ansel Roth. Orser es uno de esos actores utilitarios cuyos nombres no sabemos, aunque reconocemos sus rostros cuando aparecen en películas o series televisivas. Revisé su filmografía y, para mi sorpresa, he visto muchas de sus películas sin recordarlo específicamente (Taken 3, The Gambler y The Guest, por mencionar tres bastante recientes). Sin duda Faults rectificará esa situación, y estimo que su potente interpretación de "loser" en busca de redención logrará sacarlo de ese limbo de actores de carácter que siempre cumplen su misión, aunque tiendan a perderse entre el decorado. Y desde luego Mary Elizabeth Winstead entrega otra excelente actuación en el ambiguo papel de Claire, perfectamente modulada pero sin perder espontaneidad y pasión.
Entonces, Faults no es una típica cinta sobre cultos y deprogramación; su premisa parece similar a la mencionada Martha Marcy May Marlene, pero sus niveles de significado trascienden la mentalidad de la víctima y ofrecen reflexiones más ambiciosas e interesantes sobre la condición humana y su virtud/defecto de buscar la realización espiritual, incluso a costa de la identidad propia. Me hubiera gustado que Faults tuviera un tercer acto más fuerte y resonante, aunque nada de eso impide recomendarla como un thriller hipnótico y audaz, sobre todo para quienes encuentran igualmente intrigante el concepto y existencia de los "cultos". Se me ocurre que la razón de su popularidad en el entretenimiento popular es porque se están volviendo más comunes de lo que suponemos; excepto que hoy les llamamos "brands". Apple y Google saben a lo que me refiero.
Calificación: 8.5

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Monday, March 23, 2015

Insurgente (Insurgent)



Síntomas: Tris Prior (Shailene Woodley), su protector Four (Theo James) y otros rebeldes huyen de Janine (Kate Winslet) y la facción Erudita que los acusa de traidores, y se refugian en una comunidad neutral (¿creo?) donde encuentran nuevos aliados (¿o serán futuros enemigos?). Pero Jeanine tiene una nueva arma que podría cambiar el balance de la revolución, y Tris deberá tomar una difícil decisión si es que quiere salvar a sus amigos.

Diagnóstico: ¿Qué demonios acabo de ver? Generalmente trato de darle el beneficio de la duda a las películas basadas en exitosas novelas juveniles, asumiendo que el libro era razonablemente bueno, pero tuvo problemas en su transición a cine. Sin embargo en el caso de Insurgente (y, por lo que he visto, en la saga completa), me cuesta trabajo creer que la novela fue más comprensible o lógica, y que solo por errores de Hollywood se convirtió en este confuso desfile de escenas vagamente conectadas por personajes irrelevantes cuya importancia rara vez queda establecida, o su función claramente especificada. Como simple espectador que no ha memorizado o siquiera leído los libros, Insurgente me pareció frustrantemente obtusa, aburrida y carente de la escasa emoción o interés que la mediocre cinta previa logró generar.
Para empezar, lo único rescatable de Divergent era la actuación de Shailene Woodley como Tris Prior, una heroína independiente con inusual gravedad y convicción. Desafortunadamente en la secuela Tris sufre el temido Síndrome Harry Potter, convirtiéndose en un títere pasivo que solo puede reaccionar débilmente ante sus inseguridades y la conflictiva marea de eventos que la rodean, metiéndose en problemas y situaciones de donde tiene que ser rescatada, usualmente por un genérico galán sin pasión o química romántica. En otras palabras, Tris se transformó en damisela en peligro que solo destaca dentro del mundo imaginario de las "simulaciones" (no me pidan explicarlas), donde realiza hazañas y acrobacias risibles por su exageración y por los insípidos efectos especiales con los que fueron plasmadas. Las imágenes son más o menos realistas (con un diseño de producción gris y monótono que contribuye a la fatiga digital), pero la acción parece más apropiada para una caricatura de Tom y Jerry que para una "saga" supuestamente solemne y compleja, donde los personajes secundarios mueren a cada rato en un inútil intento por crear el impacto dramático que la trama jamás consigue evocar.
Después de muchas persecuciones, traiciones, peleas y tediosa acción, se revela (¿SPOILER? No estoy seguro ni me interesa confirmarlo) que la villana Jeanine persigue a Tris porque solo ella, con su habilidad divergente (o lo que sea) será capaz de abrir un McGuffin que contiene un mensaje secreto de los fundadores de la ridícula sociedad futurista dividida en "facciones". Por un momento tuve la esperanza de que esa "revelación" daría un poco de sentido a las previas dos horas de relleno y efectos especiales, pero a fin de cuentas no resuelve nada, y solo confirma la estupidez general de la premisa, que ya era bastante cuestionable desde la primera película.
Por favor absténganse de escribirme para decir "No puedes opinar si no has leído los libros". Fui a ver una película, y esta fue mi reacción. Quizás si hubiera estudiado minuciosamente las novelas y conociera la historia personal de cada minúsculo personaje que tiene dos líneas para luego desaparecer (o morir arbitrariamente), me hubiera sido más fácil seguir la historia y entender por qué hacía falta darle tantas vueltas al asunto sin llegar a algo más concreto o interesante. Habiendo dicho eso, el final parece más o menos... final. No sé por dónde continuará la serie después de esta conclusión, pero todavía faltan dos películas, y obviamente la ausencia de argumento no detendrá al director Robert Schwentke para romper más vidrios (en serio, parece su fetiche personal) y extender la franquicia tanto como lo requieran los accionistas del estudio Lionsgate. A partir de ahora mi facción es "Indiferente".
Calificación: 4

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Saturday, March 21, 2015

Cercana Obsesión (The Boy Next Door)



Síntomas: Claire Peterson (Jennifer Lopez) está deprimida por la separación de su esposo, y quizás por eso se siente halagada cuando su joven vecino Noah Sandborn (Ryan Guzman) trata de conquistarla. Claire lo rechaza al principio por la diferencia en edades... pero eventualmente cede a la tentación, se enamoran y viven felices para siempre. No, perdón... Noah resulta ser un maniático que se obsesiona con Claire y amenaza su vida y la de su familia.

Diagnóstico: En su más básico nivel, Cercana Obsesión (sin palabras...) es un rancio y predecible refrito de aquellos thrillers noventeros donde una mujer psicótica amenazaba a un hombre y a su familia. La única diferencia es que en esta ocasión el villano es un hombre, lo cual elimina automáticamente la divertida (¿supongo?) subversión de roles que hacia aquellas películas medianamente entretenidas. En cintas como The Temp, The Crush o Poison Ivy, los hombres eran víctimas, pero nunca realmente inocentes... siempre habían hecho algo para provocar la ira de las mujeres asesinas, y esto añadía una dosis de justicia poética o lección moral a los monótonos argumentos ("no engañes a tu esposa con la secretaria", "no te acuestes con la vecina menor de edad", etc.) Al omitir ese factor, Cercana Obsesión convierte a su villano en un patán violento y agresivo, sin textura ni racionalización alguna. En cierto modo esto refleja la triste realidad de las relaciones abusivas; y tal vez la historia hubiera funcionado mejor como un drama serio y reflexivo acerca de ese problema social. Pero al presentarla como simple thriller barato se esfuma cualquier comentario cultural, dejando tan solo una sórdida y ridícula fantasía imposible de tomar en serio, no solo por sus pobres actuaciones y mediocre libreto (¿qué podemos esperar de un guionista que todavía usa el clásico “gato saltando” para provocar un sobresalto?), sino por su carencia de ritmo y resonancia emocional a lo largo de la trama. Las cosas ocurren demasiado rápido, los personajes cometen los más absurdos errores, y rápidamente se transforman en títeres manipulados por el director, sin esperanza de recobrar su humanidad.
Habiendo dicho eso, no descarto la capacidad de Cercana Obsesión para entretener al espectador como película "tan mala que es buena". No parece suficientemente excéntrica para alcanzar clasificación "de culto" (aunque, ¿quién puede predecir esas cosas?), pero hay momentos de humorismo involuntario que casi justifican una socarrona recomendación. Casi.
Finalmente, en un nivel menos gracioso y más trágico, Cercana Obsesión es un muestrario de carreras en camino a la extinción. Hace muchos años Jennifer Lopez demostró ser buena actriz en varios interesantes proyectos (U-Turn, Out of Sight), hasta que cayó en las garras de la comedia romántica y su desempeño decayó notablemente. El director Rob Cohen siguió una trayectoria similar tras haber ganado credibilidad con algunas exitosas películas de acción en la década pasada (incluyendo la original The Fast and the Furious, xXx, y Stealth). Y ahora... esto.
En fin; supongo que así es Hollywood. "Solo eres tan bueno como tu último proyecto", reza el cínico refrán de la industria cinematográfica. Ojalá no sea cierto; y espero que tanto Cohen como Lopez encuentren la oportunidad de renovar sus carreras; de otro modo corren peligro de terminar en infomerciales, y creo que ambos merecen algo mejor. Un momento... ¿J-Lo tiene su propio perfume? Quizás los infomerciales y la "televisión de realidad" son exactamente sus nichos adecuados para prosperar.
Calificación: 5

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Friday, March 20, 2015

Amores Infieles (Third Person)



Síntomas: En tres ciudades distintas se desarrollan tres historias paralelas, interconectadas por inesperadas circunstancias: en París, un escritor (Liam Neeson) tiene dificultades románticas con su joven amante (Olivia Wilde), quien también aspira a ser escritora. En Roma, un negociante norteamericano (Adrien Brody) trata de ayudar a una atractiva inmigrante rumana (Moran Atias) que perdió su dinero. Y en Nueva York, una camarera divorciada (Mila Kunis) lucha por recobrar la custodia de su hijo, la cual fue otorgada a su más estable ex-esposo (James Franco).

Diagnóstico: El truco de "varias historias interconectadas" le funcionó muy bien al escritor/director Paul Haggis cuando ganó el Oscar por la controversial Crash en el 2004. Pero vale decir que su nueva película, Amores Infieles, emplea un truco ligeramente distinto para sorprendernos con su inusual estructura, dando un resultado mucho más ambicioso y provocativo que juega con nuestras expectativas y desafía la percepción del tiempo y el espacio.
Sin embargo este despliegue de creatividad no basta para mantener a flote una película densa y pretenciosa, cuyos principales atributos son algunas buenas actuaciones y un sólido "twist" que hubiera funcionado mejor si hubiera llegado una hora antes, en vez de extenderse sin sentido hasta rebasar el límite razonable de tolerancia y atención.
Con casi dos horas y media de duración, Amores Infieles (ugh... horrible título en español que nada tiene que ver con el contenido de la película; el nombre original, "Third Person" - Tercera Persona - es mucho más significativo) avanza con frustrante lentitud, perdiendo gradualmente la energía de las sub-tramas. Todas empiezan más o menos bien; el escritor veterano abrumado por la doble presión de escribir otro exitoso libro, y de sobrellevar los caprichos de su amante, quien tal vez tiene distintas expectativas sobre la relación con su "mentor". Me dio gusto ver a Liam Neeson en una auténtica actuación dramática donde no tiene que disparar un arma o golpear a una banda de mafiosos europeos. Olivia Wilde luce en igual proporción su talento y belleza, en un complejo papel que requiere cambios extremos de actitud. Mila Kunis también sorprende como humilde camarera que no logra conciliar su empleo con los trámites legales que podrían darle el derecho de visitar a su hijo. James Franco no destaca mucho en el papel del ex-esposo receloso, pero cumple su función antagónica sin convertirse en villano. Y finalmente tenemos la más floja historia (en mi humilde opinión), con Adrien Brody como el deshonesto negociante inexplicablemente impulsado a ayudar a una sospechosa mujer, interpretada por Moran Atias, que necesita urgentemente cinco mil euros para rescatar a su hija de la esclavitud sexual... ¿o tendrá otros motivos ocultos? La sorpresa aquí fue Atias... no conozco su trabajo en Italia, pero me pareció una pésima actriz en La Terza Madre, aquel bodrio de Dario Argento que inició su declinación artística; sin embargo ahora, ocho años después, Atias muestra un excelente desempeño, generando las pocas emociones que Amores Infieles logra ofrecer como respaldo de sus malabares narrativos.
Y ese es el segundo gran problema de la película: por muy trágicas y melodramáticas que parezcan las historias, se sienten curiosamente frías e impersonales. Nunca percibimos el amor (o al menos pasión) entre el escritor y su amante; o la desesperación del negociante tratando de penetrar el bajo mundo de Roma sin conocer el idioma; ni compartimos la emoción de la gran revelación que intenta darle sentido a la cinta (aunque, a decir verdad, Haggis nos da suficientes pistas para adivinarla y para justificar esta frialdad). Como dije, solo Atias y Mila Kunis transmiten la gravedad de sus respectivas situaciones; pero su intensidad solo exacerba la apatía de los demás.
A fin de cuentas Amores Infieles es un audaz experimento (y Haggis dedica la película a su padre, "por haberle enseñado a correr riesgos", así que el director sabía en lo que se metía) que fracasa por culpa del síndrome "Director/Escritor/Productor", complicado por un caso de "Y Además Gané Dos Óscares, Así Que Nadie Me Dice Lo Que Tengo Que Hacer", el cual tiende a nublar los ojos de muchos cineastas, volviéndolos ciegos a su propia visión (¡ironía!).
Yo me encuentro en la minoría que disfrutó Crash, y en general me han gustado los proyectos de Haggis (incluyendo The Scooby and Scrappy Doo Puppy Hour), pero esta vez la excesiva auto-indulgencia y confusión de temas (por no mencionar el aburrido desarrollo) me impidió disfrutar Amores Infieles, y no podría recomendarla excepto por las actuaciones y la dirección misma, que mantiene un buen flujo entre las diversas locaciones y arcos dramáticos. Creo que Haggis trabaja mejor como parte de un ensamble creativo (sobre todo como guionista) y me seguirá interesando su carrera, siempre y cuando reconozca el valor de la genuina colaboración en cualquier proyecto cinematográfico o televisivo. ¿Que no aprendió eso de Scooby Doo?
Calificación: 6

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Wednesday, March 18, 2015

Laggies



Síntomas: Diez años después de graduarse, Megan Birch (Keira Knightley) sigue sin empleo y sin saber qué hará con su vida. Por eso siente pánico cuando su afable novio Anthony (Mark Webber) le propone matrimonio; y, en vez de responder, Megan toma la única decisión lógica: mudarse a la casa de Annika (Chloë Grace Moretz), una adolescente que acaba de conocer, y pasar unos días pensando sobre su futuro.

Diagnóstico: Dentro del subgénero de "los problemas de la gente bonita" he disfrutado las películas de la directora Lynn Shelton (Your Sister's Sister, Touchy Feely), pues reflejan una interesante evolución desde el "mumblecore" improvisado hasta los dramas bien estructuradas y "mainstream", pero sin perder su sensibilidad "indie". Y como muestra de ese crecimiento tenemos la película Laggies, cuya inusual premisa se transforma gradualmente en un honesto estudio de carácter, habitado por entrañables personajes y construido por escenas cuya resonancia y honestidad desafían sus absurdas circunstancias.
Además del amplio calificativo "indie", no sabría exactamente como definir Laggies. Tiene elementos de melodrama romántico, "coming of age" y comedia juvenil, pero la mezcla da un resultado mayor que la suma de sus partes... o quizás menor, según la tolerancia que tenga el espectador por los idealizados personajes y diálogos de la película, demasiado perfectos para considerarse "realistas". Sin embargo las emociones son palpables y creíbles, lo cual basta para rescatar a Laggies de ser otro drama con ambiciones artísticas que el material no logra justificar.
Imagino que la directora no espera que tomemos en serio el argumento. ¿Una mujer adulta, vulnerable e inmadura, se muda en secreto a la casa de una adolescente que acaba de conocer? Más parece la trama de un thriller noventero o una película pornográfica. Sin embargo el libreto de Andrea Seigel funciona muy bien como marco de sobrias reflexiones sobre la madurez, las responsabilidades de la vida adulta, y el riesgo de seguir un "plan de vida" determinado por otros, solo porque es más fácil seguir su ejemplo, en vez de cuestionar lo que realmente queremos hacer.
Claro, Laggies no es la primera película que toca estos temas (y tampoco es la mejor), pero me gustó mucho su desenfadado tono y gradual conjunción de elementos dispares, sin necesidad de forzar (demasiado) las reacciones de los personajes ni las astutas mecánicas del libreto (por ejemplo, la simetría de usar fiestas de graduación al principio y al final de la historia).
Y, desde luego, hay grandes aciertos de "casting" que no permiten un solo actor flojo o mal seleccionado. Keira Knightley muestra un rango y convicción impresionantes... quizás la mejor actuación que le había visto desde Never Let Me Go. Su química con Chloë Grace Moretz presta vida y espontaneidad a sus escenas, haciendo creíble esa amistad instantánea que resulta indispensable para tragar los más inverosímiles momentos de la trama. La usualmente ligera Ellie Kemper ofrece inesperada gravedad como la mejor amiga de Megan, rígida en sus decisiones pero flexible cuando necesita su apoyo (paréntesis: Unbreakable Kimmy Schmidt es mi nueva obsesión televisiva). Sin embargo es el genial Sam Rockwell quien se roba la película como el abrumado padre de Annika, simultáneamente estricto y comprensivo, con un trágico sentido del humor que parece una herramienta indispensable al criar una hija adolescente. Y mención especial para la joven Kaitlyn Dever en el papel de Misty, la amiga rebelde de Annika que cubre la función de "comic relief" sin perder la dignidad ni el aplomo de su simpático personaje.
Sé que este tipo de películas independientes tienden a parecer elitistas y pretenciosas (y tal vez sea cierto), pero cuando las piezas encajan tan bien como en Laggies, es fácil pasar por alto sus afectaciones para dejarnos llevar por la narrativa, y compartir las dudas, triunfos y fracasos de estos bien planteados personajes, frescos y (casi) libres de estereotipos.
En el contexto de la obra reciente de Shelton, Laggies me gusto mucho más que Touchy Feely, pero un poco menos que Your Sister's Sister; y de paso demuestra que todavía existe lugar para sinceridad y calidez en el cine independiente, atrapado desde hace tiempo en una repetitiva moda de tragicomedias incómodas y pesados dramas hambrientos de premios (o al menos de un contrato de distribución con Focus Features).
Además, confieso que me sentí identificado con la ideología de la protagonista, de modo que lo que yo tomé como válidos argumentos e inteligentes reflexiones sobre la vida adulta podrían interpretarse como caprichos inmaduros u obvios síntomas de "Síndrome Peter Pan", en cuyo caso, reciban mis disculpas. Y mi exasperación.
Calificación: 9

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Tuesday, March 17, 2015

GirlHouse



Síntomas: Debido a una reciente tragedia familiar, la joven Kylie Atkins (Ali Cobrin) tiene dificultades para pagar sus estudios universitarios, y toma la decisión de trabajar como "chica webcam" en un sitio pornográfico llamado "GirlHouse", donde varias muchachas comparten una casa con decenas de cámaras visibles por Internet. Al principio todo va bien; Kylie se convierte rápidamente en la chica más popular, y gana buen dinero. Pero un inestable fan apodado "Loverboy" (Slaine) se obsesiona tanto con ella que decide visitarla en persona...

Diagnóstico: Es raro encontrar una buena cinta slasher, y por eso me llamó la atención leer algunas reseñas de GirlHouse donde la comparaban con The Town That Dreaded Sundown (la nueva versión, desde luego), lo cual creó muy altas expectativas... que desafortunadamente GirlHouse no logra cumplir. Pero aún así me pareció bastante entretenida, bien escrita, y con un enfoque realista que "desglamoriza" la habitual fórmula del asesino enmascarado matando víctimas desechables.
Desde luego la premisa no es muy original; en los últimos quince años se han producido abundantes películas de "ciber-terror" (tantas que probablemente ya forman su propio sub-género), con webcams, videos “snuff”, y villanos que usan el Internet para acechar a sus víctimas. En ese aspecto GirlHouse no ofrece nada nuevo; pero el director Trevor Matthews combina esos "ciber-ingredientes" con la mencionada receta slasher de manera fluida e ingeniosa, creando situaciones lógicas y violencia brutal (a veces incluso incómoda) que se siente muy distinta del simple "gore" y efectos especiales usados por otras cintas como único atributo.
Las actuaciones son aceptables dentro del contexto del horror independiente, destacando Ali Cobrin como Kylie, sólida protagonista y competente "chica final"; y el rapero Slaine como "Loverboy", quien logra expresar casi sin palabras la intensa locura y agresión reprimida que lo impulsan a matar (la película nos muestra el origen de su manía en un prólogo inesperadamente perturbador por la corta edad de los actores). La dirección y cinematografía me parecieron atractivas (sin llegar a la mencionada The Town...), con acertado uso de las webcams para impulsar la trama, sin convertirse en un truco demasiado repetitivo.
Por el lado negativo, hay algunos momentos inverosímiles que rompen el hechizo de la película, como algunas incongruentes reacciones de las chicas durante los ataques (hay varias oportunidades para neutralizar al asesino, pero si las hubieran aprovechado sería una película muy corta); y el desenlace se apoya demasiado en esos "hackers" mágicos de Hollywood que pueden penetrar cualquier sistema en cuestión de segundos, o controlar TODAS las cosas del mundo desde su teléfono móvil.
En cuanto a la sangre, GirlHouse no teme mostrarla pero, como dije antes, tampoco es el tipo de película que se apoya exclusivamente en efectos especiales. Los asesinatos tratan de ser realistas (en lo posible), y aunque Loverboy se pone de vez en cuando "creativo", no hay "kills" realmente espectaculares, lo cual parecería un error en la típica cinta slasher; sin embargo GirlHouse lo compensa con eficiente suspenso, buenas caracterizaciones (al menos en los personajes principales), y una sólida historia que no busca re-inventar el género; simplemente presentarlo de manera ágil e interesante a nivel visual y narrativo.
Entonces, GirlHouse no fue la mejor película slasher que he visto últimamente, pero resalta entre el montón (yo la ubicaría más o menos al mismo nivel que el musical-slasher Stage Fright). Y también vale mencionar su maduro y casi positivo tratamiento de la pornografía en línea, haciendo algunos comentarios sobre su validez como "sano" entretenimiento moderno que ya perdió el estigma negativo de antaño. El espectador podrá o no estar de acuerdo con esa opinión, pero me dio gusto encontrar el antiguo esquema de "sexo = muerte" subvertido para impulsar la evolución del cine de terror, y no para perpetuar sus clichés.
Por otro lado... ¡boobs!
Calificación: 8

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Friday, March 13, 2015

La Cenicienta (Cinderella)



Síntomas: La joven Ella (Lily James) vive en armonía con su cariñoso padre, siguiendo las sabias enseñanzas de su fallecida madre; pero cuando el padre también muere, Ella queda a merced de los caprichos de su madrastra (Cate Blanchett), y sus antipáticas hermanastras. Solo la intervención mágica de cierta hada y el amor de un príncipe podrían rescatarla de su triste situación. Pero eso no ocurre en la vida real, ¿o si?

Diagnóstico: Pensé que La Cenicienta solo llegaría a México en versión doblada al español (de hecho confiaba en que esa sería mi excusa para no verla). Sin embargo, para mi sorpresa, las funciones estuvieron equitativamente distribuidas con la versión subtitulada, lo cual me dio la esperanza de que esta nueva interpretación del venerable cuento de hadas estaría dirigida por igual al público infantil y adulto, y que no sería una empalagosa dosis de princesas y "girl power" (después de todo el director es Kenneth Branagh, famoso por sus adaptaciones de Shakespeare... y por Thor). Para bien o para mal la realidad fue una mezcla de ambos enfoques, dando como resultado una película competentemente realizada, recomendable para niños, pero un poco lenta y con un cierto espíritu anticuado que al mismo tiempo forma parte de su encanto.
El principal acierto de La Cenicienta fue mantener la forma básica del cuento clásico de Disney, con mínima influencia mercadológica y muy poco "post-modernismo" (un término tan viejo que ya no se siente muy "post"). Afortunadamente no aparece el revisionismo burtoniano de Alice in Wonderland, con batallas campales ni personajes forzadamente excéntricos (con una o dos excepciones); y tampoco veremos a la heroína como guerrera proto-feminista blandiendo una espada, al estilo de Snow White and the Huntsman. Lo que Branagh intentó (con bastante éxito) fue preservar la magia del cuento de hadas, creando una versión moderna que el público infantil pudiera considerar como suya, respetando la historia original, pero con la magia visual que las generaciones contemporáneas necesitan para mantener la atención (mis disculpas si esto suena como insulto, pero hay que reconocer que la cinta animada de 1950 -una maravilla técnica para su época- no parecerá muy ágil o atractiva para los niños criados con Pixar y Madagascar... y definitivamente no podría competir con Frozen).
Los cambios principales del argumento están orientados a darle profundidad a los personajes, incluyendo un poco de "ret-con" en el primer encuentro de Ella con el Príncipe; y añadiendo cierta compasión hacia la madrastra, Lady Tremaine, bien interpretada por Cate Blanchett. Las hermanastras Anastasia (Holliday Grainger) y Drisella (Sophie McShera, más conocida como la cocinera Daisy en Downton Abbey) no tuvieron igual suerte, pues su maldad se siente demasiado caricaturizada para tomarse en serio, y tampoco cumplen como simple "comic relief". Por lo demás el argumento fluye razonablemente bien, aunque de vez en cuando las adiciones y excesivo celo narrativo frenan la película y la extienden más de la cuenta, como si fuera una historia TAN complicada que requiere demasiadas explicaciones.
Por el lado positivo, Lily James y Richard Madden obtienen mejores resultados de lo esperado en los papeles de Cenicienta y el Príncipe (respectivamente), gracias a su compatibilidad y decentes actuaciones (algunos dirían "blandas")... aunque no confío mucho en mi capacidad para evaluar el calibre del romance en este contexto semi-adolescente.
Y, desde luego, la parte visual de La Cenicienta es también sobresaliente, un poco excesiva para mi gusto (aunque los fans de los vestidos probablemente quedarán encantados), pero apropiadamente vistosa y bien diseñada para traducir la estética del cuento de hadas a un entorno de acción viva; algo así como una versión muy Disney del cuasi-realismo medieval de Into the Woods.
Finalmente, aplaudo el mensaje positivo de "ten valor y sé amable", pues parece muy valioso en esta época de narcisismo desenfrenado y "cultura de víctima". No sé si servirá de algo, pero aprecio la intención didáctica del director, retomando la función original de los cuentos de hadas como gentiles lecciones éticas de fácil consumo infantil. Y, para los adultos, recomiendo "limpiar el paladar" con alguna de las "batallas de rap entre princesas" que la comediante Whitney Avalon publica en YouTube. No tienen mucha magia, pero el humor basta para apreciar las virtudes y defectos del paradigma disneyano. Je, je... "paradigma".
Calificación: 7

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Wednesday, March 11, 2015

Everly



Síntomas: Tras pasar cuatro años como esclava sexual de un mafioso japonés, Everly (Salma Hayek) intenta escapar del departamento que se ha convertido en su prisión; pero no será fácil, pues además de los incontables esbirros que quieren matarla, también deberá preocuparse por la seguridad de su madre y su pequeña hija.

Diagnóstico: El director Joe Lynch tiene una corta pero variada filmografía, integrada por cintas que van desde el cine slasher (Wrong Turn 2: Dead End) hasta los zombies (su segmento en la compilación Chillerama), sin olvidar un paseo por la fantasía heroica (Knights of Badassdom). Y ahora, con la película Everly, Lynch incursiona en el cine de explotación que gozó popularidad en los años setentas, y que ha regresado en este nuevo siglo con renovado vigor y énfasis en sangre y violencia. El resultado de su experimento me pareció razonablemente entretenido, con una historia simple en su forma, pero intensa en sus detalles; y Salma Hayek es una protagonista perfecta para este tipo de películas, donde no hacen falta grandes actuaciones para enganchar al espectador y arrastrarlo por el frenesí de peleas, balaceras y ocasionales digresiones emocionales que añaden sustancia al argumento y motivación a la protagonista.
La trama de Everly es tan superficial como parece: una mujer valerosa llega al límite de su tolerancia y decide tomar la iniciativa para vengarse de quienes la ultrajaron. La madre e hija de Everly (interpretadas por Laura Cepeda y Aisha Ayamah, respectivamente), no pasan de ser simples "mcguffins" humanos con tendencia a meterse en situaciones peligrosas que podrían arruinar el plan de la protagonista. Los villanos son igualmente huecos y genéricos: una procesión de matones desechables listos para incrementar el "body count" (bastante alto, por cierto) y reducir las opciones de Everly, quien eventualmente debe reconocer que quizás no saldrá viva del departamento. Pero eso no evitará que les haga pagar por los años de humillaciones y esclavitud que sufrió a sus manos. Desafortunadamente el "final boss" resulta tan básico como sus empleados, y cuando finalmente llega la batalla final, parece una desganada obligación del libreto, en vez de la catártica confrontación que esperábamos desde el principio.
Por el lado positivo, la sangre es abundante y frecuente (tanto práctica como digital); las balaceras están bien coreografiadas, aunque no resultan particularmente espectaculares. No sé si fue porque Lynch trató de mantener la acción dentro de niveles "realistas" (¡ja, ja!) o porque faltó presupuesto para crear secuencias más impresionantes (me inclino por lo segundo, considerando que Everly se filmó en Serbia por razones económicas). A fin de cuentas no es un factor importante, tomando en cuenta la producción minimalista; pero de vez en cuando podemos notar que la ambición de Lynch excedió los recursos disponibles.
Sería fácil comparar Everly con cintas de explotación como Ms. 45 o I Spit on Your Grave, pero en realidad me recordó más las cintas "rosa" de Japón (también conocidas como "pinku eiga"), no solo por los villanos asiáticos, sino por la estilización de las imágenes, el amor familiar como justificación de la violencia, y la presencia de una voluptuosa protagonista que no teme usar sus "atributos de mujer" para vencer a sus enemigos (esta vez sin necesidad de desnudos... mala suerte, fans de Salma Hayek). Everly funciona bien en ese nivel, y no pretende ser una obra maestra ni una joya oculta; simplemente es un sólido thriller que, al igual que su estrella, es eficiente, compacto y desbordante de energía. En el contexto del cine B, eso basta para hacer Everly entretenida y, por lo tanto, recomendable. Pero no esperen "Die Hard en un departamento", como algunos críticos han sugerido.
Calificación: 7.5

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Tuesday, March 10, 2015

No Confíes en Nadie (Before I Go to Sleep)



Síntomas: A consecuencia de un accidente, Christine Lucas (Nicole Kidman) sufre una rara forma de amnesia que le borra la memoria cada noche, haciendo que despierte todos los días sin recordar los últimos veinte años de su vida. Su esposo Ben (Colin Firth) hace lo posible por ayudarla a llevar una existencia tan normal como sea posible bajo esas difíciles circunstancias. Entonces, con ayuda del comprensivo Dr. Nasch (Mark Strong), Christine empieza a recuperar memorias aisladas que no siempre coinciden con lo que le dice su esposo. ¿Será posible que Ben esté ocultando algo? ¿O quizás el doctor intenta manipular a Christine con algún fin siniestro?

Diagnóstico: Basada en una popular novela de S.J. Watson (que desde luego no he leído), No Confíes en Nadie introduce con notable ingenio y eficiencia su intrigante premisa... y si hubiera mantenido esas características durante su desarrollo, sería una excelente película. Desafortunadamente el ingenio decae marcadamente conforme nos internamos en el misterio de Christine, y para cuando llega la "gran revelación" que debería sorprendernos, descubrí que no me importaba mucho saber quién era "el malo" (o mala) y quien "el bueno". No estoy seguro si el problema fue la floja dirección de Rowan Jofee, o las actuaciones tan afectadas y teatrales de Nicole Kidman y Colin Firth, o el libreto (escrito por el mismo director) que obviamente condensó demasiado la novela, creando muchos agujeros y apresurando pasajes que necesitaban más tiempo para sentirse creíbles, o al menos no tan ilógicos.
Ahora que lo pienso, quizás el problema es que la historia solo funciona en el universo artificial que la película construyó para su propio beneficio, donde la policía no existe hasta que es necesaria, la tecnología funciona solo como le conviene al director, y los cuatro personajes relevantes no requieren interacción con nadie que pudiera arruinar el delicado balance de credulidad, coincidencias y paranoia que alimenta al argumento.
Habiendo dicho eso, No Confíes en Nadie me pareció medianamente entretenida; las actuaciones son un poco exageradas pero podrían interpretarse como un experimento "kitsch" con renombrados actores en un relato sórdido que los aleja un poco de su "zona segura". Y aunque el final resulta blando y hasta cursi, no está exento de cierta catártica satisfacción, la cual probablemente será más apreciada por personas que se identifiquen con la protagonista (pero ojalá no sea por compartir esa mágica amnesia de película).
Para variar, No Confíes en Nadie se estrenó originalmente en video casero, y llega a cines de México, donde parece aun más simple e intrascendente. No recomendaría gastar tiempo ni dinero para verla en la pantalla grande, aunque quizás podría matar el aburrimiento durante noventa inocuos minutos si llegan a encontrarla en televisión. Y eso solo si son grandes admiradores de Nicole Kidman o Colin Firth. Al igual que la protagonista, probablemente no recordarán la película al día siguiente, pero quedará la vaga impresión de que vieron algo que aspiró a ser distinto... ¿qué fue? ¿Un comercial de cereal? ¿Un episodio de Criminal Minds? Como sea, un golpe en la cabeza les ayudará a recuperar la memoria. Es broma; no lo hagan en casa. A menos que Colin Firth está cerca.
Calificación: 6

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Monday, March 9, 2015

Bienvenidos al Ayer (Project Almanac)



Síntomas: El joven estudiante David Raskin (Jonny Weston) descubre los planos de una máquina del tiempo entre las pertenencias de su padre, y decide construirla con ayuda de sus amigos, mientras su hermana Chris (Virginia Gardner) documenta todo en video. Entonces, lo que comienza como un proyecto escolar para ingresar a la universidad M.I.T., se transforma en la oportunidad de corregir errores en sus vidas... o arruinarlas para siempre por jugar con fuerzas que no comprenden.

Diagnóstico: Tenía mucha curiosidad por ver como se integraría el estilo cinematográfico del pseudo-documental (o "found footage") con el concepto del viaje en el tiempo, una de mis premisas favoritas en la ciencia ficción. La respuesta es: no muy bien. Independientemente de las fallas o aciertos de Project Almanac, la idea de capturar todo en video casero resultó innecesaria y contraproducente, pues resta aún más credibilidad al desarrollo de un argumento interesante pero pobremente ejecutado. Simplemente no hay justificación alguna para la presencia de la cámara en muchas escenas, y resulta obvio que el director Dean Israelite solo usó esta técnica para estar a la moda y parecer "cool". O quizás fue idea del productor Michael Bay... como sea, mala decisión.
Y ese es solo uno de los problemas de Project Almanac (voy a usar el título original porque  me parece horrible el que recibió en México). Su libreto incluye buenas ideas, pero las combina con fallas comunes en tres géneros distintos: las rancias fórmulas de las comedias adolescentes; el melodrama forzado del cine romántico; y los agujeros lógicos tan comunes en las cintas sobre viaje en el tiempo, muchas de las cuales Project Almanac imita o menciona (Looper, Timecop y Groundhog Day, entre otras), pero sin estudiarlas con suficiente cuidado para reconocer las zonas de peligro y evitar los pequeños y grandes tropiezos que terminan arruinando esta muestra menor de ciencia ficción.
Project Almanac comienza bastante bien con el descubrimiento de los planos secretos, acompañados por enigmática evidencia que confirma su veracidad. La motivación de David para construir la máquina es creíble y aporta un poco de profundidad al relato, asociándolo con su padre fallecido y los problemas económicos de la familia. Y aunque parece absurdo que estos estudiantes de preparatoria tengan los conocimientos necesarios para armar una máquina del tiempo, su condición de "nerds" nos ayuda un poco a tragar la idea, además de las acertadas escenas de "prueba y error" que demuestran la dificultad de la empresa... dentro de los parámetros de una película juvenil, desde luego. Lo que me irritó un poco fue el excesivo uso de "technobabble" para explicar las partes "científicas" del proceso, así como para cubrir otros requisitos del género. Por ejemplo: ¿Para qué necesita David la batería de un automóvil Prius, en vez de conectar la máquina directamente a la electricidad de su casa? Respuesta: para justificar la inclusión en la trama de Jessie (Sofia Black-D'Elia), la obligatoria chica popular de la escuela que jamás se juntaría con estos nerds. Pero no importa... los actores me parecieron competentes y agradables, libres de excesiva "actitud" y suficientemente naturales para sobrellevar los vaivenes del libreto y sus incongruentes cambios de carácter. A veces parecen jóvenes serios y responsables, ponderando los riesgos del viaje en el tiempo... y en la siguiente escena están usando el peligroso aparato para vengarse de un "bully", o para aprobar un examen escolar, o para asistir al festival Lollapalooza (cameo de Imagine Dragons incluido). Así fluctúa el libreto, pero el desempeño del reparto mantiene la película en línea (casi siempre) y evitan que se descarrile por excesiva indulgencia. Vamos, hasta el romance entre David y Jessie funciona la mayor parte del tiempo... hasta que se ve envuelto en la confusión y fatales inconsistencias del desenlace.
Para evitar spoilers solo mencionaré que la última media hora de Project Almanac degenera en un caos de arbitrarias causas y consecuencias (y consecuencias sin causa) que tratan de generar drama e impacto emocional, aunque solo resaltan la ineptitud del director para mantener la trama bajo control. Y lo peor es que, incluso durante esas torpes maniobras, asoman destellos de ingenio que sugieren lo mucho que pudo lograr esta película con un libreto mejor cocinado, y sin el continuo estorbo de la "cámara en mano" que, como dije, no tiene propósito alguno excepto marearnos y simular "realismo" (por cierto, cometí el error de ver Project Almanac en una sala "4DX", con butacas motorizadas y efectos "interactivos"... primera y última vez que lo hago)(y no lo digo solo porque derramé mis nachos).
A pesar de tantas quejas, encontré suficientes elementos rescatables en Project Almanac para darle una cauta recomendación, sobre todo para fans del cine sobre viaje en el tiempo (como yo) que estamos resignados a sufrir inconsistencias lógicas y obtusas paradojas, a cambio de una historia razonablemente entretenida. Pero todo tiene un límite, y cuando la manufactura misma de la película se vuelve parte del problema, cuesta trabajo entusiasmarse demasiado por sus esporádicos aciertos. Si tuviera una máquina del tiempo podría viajar al pasado y convencer al productor Michael Bay para que no usara el formato documental... aunque, pensándolo bien, quizás tendría usos más útiles y relevantes. Por ejemplo: disuadirlo de arruinar las Tortugas Ninja.
Calificación: 6.5

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Saturday, March 7, 2015

Chappie



Síntomas: Para combatir el crimen y corrupción en la ciudad de Johannesburg, la corporación Tetravaal introduce robots humanoides en la fuerza policíaca, con excelentes resultados... y grandes ganancias para la empresa. Sin embargo el ingeniero Deon Wilson (Dev Patel) quiere llegar más lejos, y aspira a crear un robot consciente con "alma" y creatividad. Entonces, desobedeciendo las órdenes de la directora Bradley (Sigourney Weaver), Deon instala su nuevo programa de inteligencia artificial en un robot descompuesto... pero el joven y el robot son secuestrados por un trio de criminales que quieren reprogramar al robot para cometer crímenes. Y así comienza el entrenamiento del robot nombrado "Chappie", cuya rápida evolución mental estará influenciada por muy distintas directivas, y pondrá a prueba su capacidad para distinguir el bien y el mal.

Diagnóstico: Después de impresionar a todo el mundo con la extraordinaria película District 9, el director sudafricano Neill Blomkamp decepcionó a muchos con la irregular Elysium, repleta de audaces ideas, pero no muy consistente en su argumento. Y, para bien o para mal, lo mismo podríamos decir de Chappie, cuya ambiciosa premisa de ciencia ficción está salpicada por algunas cuestionables decisiones y cambios de tono que terminan nublando la noble intención del cineasta. Aún así me gustó bastante, aunque no alcanzó el elevado estándar de District 9, ni de otras mejores obras sobre evolución robótica e inteligencia artificial.
Chappie básicamente empieza como Robocop (en serio, la voz de los robots-policías es tan similar a la de Peter Weller que probablemente fue un homenaje intencional), luego se transforma en Short Circuit y termina como Iron Man, tomando ocasionales desviaciones por territorio de Autómata, Bicentennial Man y hasta Transformers. Todo esto indica que no hay mucha originalidad en Chappie; pero es indiscutible el talento de Blomkamp para crear escenas de gran intensidad y desbordante energía, sin perder de vista la integridad del (imperfecto) argumento ni la definición de los pintorescos personajes. Su manejo de efectos especiales es tan bueno como siempre, combinando sobresalientes escenas de acción con inflexible realismo en los momentos más tranquilos y personales de la historia. Creo que el robot Chappie está al nivel de los mejores "actores sintéticos", como Gollum o Caesar, expresando vida y emoción con tal detalle que casi de inmediato olvidamos su naturaleza digital; se trata simplemente de otro personaje, y no de un complejo efecto especial. Excelente trabajo de los estudios Image Engine Design y Weta, y del actor Sharlto Copley, quien prestó su voz y lenguaje corporal a Chappie. Y, claro, el uso de locaciones y cultura sudafricanas le da a la película un "sabor" único y especial, muy distinto al que estamos acostumbrados en el cine de acción norteamericano.
Por el lado negativo tenemos el libreto co-escrito por Blomkamp y Terri Tatchell. El dilema ético de Chappie tenía enorme potencial gracias al fuerte contraste entre los ideales humanistas de su creador y los bajos instintos de los criminales que lo secuestran. Desafortunadamente la exploración intelectual del robot se ve reducida a momentos "cute" donde tiene que aprender a ser "gangsta cool", caminando, hablando y usando "bling" como sus captores. Durante estas escenas Chappie se acerca peligrosamente a los robots étnicos "chistosos" de Transformers, con el mismo efecto irritante. Además, por muy violentos que parezcan, cuesta trabajo tomar en serio a los delincuentes de caricatura interpretados por Ninja y Yo-Landi Visser, famosos raperos sudafricanos (del trio Die Antwoord) que probablemente fueron seleccionados por su extrema representación de la cultura callejera nativa de "Jo-burgh", y no por su talento para la actuación.
Pero eso no es todo. La trama está salpicada de pequeñas trampas y momentos incongruentes que arruinan su credibilidad para hacer más fácil la labor de los escritores. Prefiero no dar ejemplos porque serían spoilers, pero son bastante obvios. Y, finalmente, tenemos el horrible papel de Hugh Jackman (con horrible corte de pelo) como obligatorio villano militar-corporativo que quiere arruinar todo por razones económicas. Su presencia es absolutamente inútil... excepto como fácil enemigo en la batalla final, la cual ciertamente fue espectacular pero no muy justificada desde el punto de vista narrativo (creo que esto no es spoiler, pues desde su primera aparición es evidente hacia dónde se dirige este unidimensional personaje).
Entonces, Chappie es una combinación de penosas fallas y tremendos aciertos que probablemente dividirán al público. Yo quedé en el lado positivo y podría recomendarla porque, a fin de cuentas, los últimos treinta minutos me hicieron olvidar parcialmente lo malo y me dejaron satisfecho al salir del cine. Creo que la reciente cinta española Autómata hizo un mejor trabajo como ciencia ficción provocativa e inteligente sobre el futuro de la inteligencia artificial, pero no contó con los recursos de Chappie ni la exuberante ejecución de Neill Blomkamp, quien necesita urgentemente la ayuda de guionistas con mejor criterio sobre la estructura de sus historias. De otro modo continuará la espiral descendente en sus proyectos, y ya tenemos suficiente con un solo M. Night Shyamalan. Y quizás uno que otro Wachowski.
Calificación: 8

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Friday, March 6, 2015

Ojos Grandes (Big Eyes)



Síntomas: A principios de los años sesentas, el pintor Walter Keane (Christoph Waltz) obtiene gran popularidad y éxito económico con sus retratos de niños con enormes ojos. Pero su emporio artístico podría derrumbarse si se revela que su esposa Margaret (Amy Adams) es la auténtica autora de las pinturas.

Diagnóstico: Después de varios infructuosos intentos (Dark Shadows, Alice in Wonderland, Sweeney Todd) por recuperar la "magia visual" que lo hizo popular en los noventas, el director Tim Burton regresa a la realidad con su más reciente película, Ojos Grandes, basada en la vida de los artistas Walter y Margaret Keane. Bueno, eso de "regreso a la realidad" es muy relativo, pues el director nos presenta una versión muy "burtoniana" de los años sesentas, repleta de vivos colores, extraordinaria cinematografía y precioso diseño de producción realizado por su eterno colaborador Rick Heinrichs (quien probablemente merece bastante crédito por el "estilo Tim Burton"... muy irónico, tomando en cuenta el tema de la película). Tal vez podría escribir varios párrafos sobre la riqueza visual y fantásticos detalles de Ojos Grandes, pero me abstendré de hacerlo porque ya se me están acabando los adjetivos positivos, y aun me quedan muchos negativos por declarar.
Lamentablemente la historia de Ojos Grandes no es tan cautivadora como sus imágenes. El libreto se conduce de manera simple y lineal, centrándose en los más básicos aspectos de los "hechos reales" (supongo... ni siquiera me interesa confirmarlos en Wikipedia), ignorando todo aquello que hubiera hecho la cinta más profunda y sustanciosa.
Por ejemplo: una de las razones por las que Margaret Keane acepta ceder el crédito de sus pinturas es que nadie tomaría en serio a una mujer artista. Ese simple hecho podría iniciar una interesante reflexión sobre la equidad de géneros y las políticas sexuales de los sesentas, justo antes de la detonación del feminismo... pero se abandona por completo. Margaret pregunta: "¿Y Georgia O'Keefe?"; y nadie responde... incluyendo los guionistas.
También surge una maravillosa oportunidad para examinar la ridiculez del sub-mundo artístico, siempre en busca de nuevas corrientes y técnicas para ponerlas de moda, sin importar su genuino valor artístico (ya de por si imposible de definir). Los personajes de Jason Schwartzman (dueño de una galería) y Terence Stamp (un poderoso crítico de arte) comentan un poco sobre el tema, pero es demasiado breve y terminan relegados a "comic relief" y villano elitista, respectivamente. Como siempre, Burton prefiere mantener la ruta del menor esfuerzo, siguiendo el predecible melodrama de sus protagonistas y buscando humor en las partes erróneas de la historia.
Hablando de lo cual, Amy Adams y Christoph Waltz no comparten química alguna como pareja. Parecen extraños que trabajan juntos (y en cierto modo lo eran; tal vez ese fue el ángulo de Burton). Hasta sus peleas carecen de la pasión y desencanto que deberían transmitir. La única relación medianamente creíble fue la de Margaret y su hija Jane (interpretada de niña por Delaney Raye y como adolescente por Madeleine Arthur). Algunas de sus escenas y gestos recurrentes (como tomarse de la mano para dar apoyo moral) logran evocar sentimientos reconocibles en un contexto humano, aunque tampoco bastan para llenar el vacío emocional de la cinta entera.
Entonces, Ojos Grandes es una película bien hecha, con actores carismáticos y dirección competente; sin embargo la historia me pareció mal planteada desde el principio, y entre más dramática tratan de hacerla, más trivial se vuelve. Aún así Ojos Grandes será arte para algunos, y respeto su opinión aunque no la comparto. Como dijo Andy Warhol: "Arte es lo que puedes hacer pasar por arte".
Calificación: 7

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Wednesday, March 4, 2015

Kill the Messenger



Síntomas: A mediados de los noventas el reportero Gary Webb descubre una inesperada conexión entre los traficantes de drogas más buscados en los Estados Unidos y la guerrilla nicaragüense, lo cual conduce a la revelación de uno de los más grandes escándalos en la política norteamericana, cuyas consecuencias podrían afectar los más altos niveles del gobierno... y también la vida privada del reportero que tuvo el valor de denunciarlo.

Diagnóstico: Recuerdo la constante mención del caso "Irán-Contra" en las noticias de mediados de los noventas, pero no sabía que fue tan solo el inicio de una serie de escándalos interconectados que, curiosamente, nunca recibieron tanta difusión como merecían. La película Kill the Messenger ayuda a explicar el relativo anonimato de aquellos eventos, y aunque no pretende cubrir el largo desfile de crímenes y conspiraciones de la CIA, al menos nos ofrece el punto de vista de la persona que reveló la verdad al mundo (supuestamente), para luego sufrir la casi total ruina de su carrera y vida personal.
Dicho escándalo gira en torno al tráfico y venta de drogas en los Estados Unidos, facilitado por la CIA para obtener dinero que luego dedicó a financiar los esfuerzos de los "Contras" (rebeldes anti-Sandinistas) en Nicaragua. Como dije, es algo muy similar al caso Irán-Contra, pero mucho más cercano a los intereses de la ciudadanía norteamericana, lo cual naturalmente resulta para ellos más emocional y significativo que las alianzas y traiciones cometidas en el Medio Oriente, al otro lado del mundo.
Supongo que no será extraño notar marcadas similitudes entre Kill the Messenger y otras cintas sobre escándalos gubernamentales, como All the President's Men y JFK; de hecho, podría decirse que el director Michael Cuesta empleó una discreta combinación de ambas cintas en la manufactura de Kill the Messenger. Por un lado tenemos racionales discusiones entre los editores del periódico, al mismo tiempo ansiosos por publicar la explosiva noticia de Webb, y temerosos de lo que podría ocurrir si el reportaje resulta ser falso... o demasiado cierto. Y por el lado más dramático, tenemos el suspenso y paranoia del reportero que se encuentra bajo ataque por meter la nariz en asuntos demasiado delicados para el consumo público.
Es una combinación de enfoques funcional, pero no totalmente satisfactoria. Personalmente hubiera preferido que Cuesta se comprometiera con alguno de esos estilos... hacer un “docu-drama” sobrio y cerebral sobre los "hechos reales" (si es que tal cosa existe); o tomar el camino de Oliver Stone, regodeándose en malabares visuales y narrativos para evocar el temor y confusión de ver la realidad desmoronarse alrededor del torturado protagonista.
Aún así Kill the Messenger resulta interesante gracias a su inteligente libreto y al apasionado trabajo de sus actores, empezando por Jeremy Renner (también co-productor) en el papel de Gary Webb. En varios momentos me pareció que estaba viendo a Russell Crowe (quien ha realizado varios thrillers políticos de similar tono), pero Renner añade una cierta ironía que transforma a Webb en una persona real, en vez de ser un genérico héroe-ciudadano con indiscutible ventaja moral. Redondeando el elenco tenemos sólidos intérpretes como Oliver Platt, Andy Garcia, Michael Sheen, Mary Elizabeth Winstead y Rosemarie DeWitt, (admito que la presencia de estas dos actrices fue uno de los factores que me impulsaron a ver Kill the Messenger), representando adecuadamente los distintos vectores éticos que afectaron las decisiones de Gary Webb. Y también merece mención la cinematografía de Sean Bobbitt (Byzantium, The Place Beyond the Pines), retratando con gran atmósfera y detalle las auténticas locaciones donde ocurrieron los hechos (al menos las que permitieron acceso a los cineastas).
Entiendo que Kill the Messenger tiene un carácter didáctico y político más importante que su función como simple entretenimiento, y probablemente la recomendaría para fans del cine político "serio", libre de balazos o explosiones. Pero me hubiera gustado un poco más de estilo y energía para que fuera más satisfactoria como experiencia cinematográfica. De otro modo parece una visita a Wikipedia... aunque bastante mejorada con la compañía de Mary Elizabeth Winstead y Rosemarie DeWitt.
Calificación: 8

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Tuesday, March 3, 2015

The Voices



Síntomas: A pesar de sufrir algunos trastornos emocionales, Jerry Hickfang (Ryan Reynolds) hace lo posible por llevar una vida normal, trabajando en una fábrica de muebles de baño y cuidando a su perro Bosco (Hamish) y su gato Mr. Whiskers (Cairo). Desafortunadamente Mr. Whiskers tiene otras ideas, y ni los buenos consejos de Bosco lograrán que Jerry evite meterse en problemas.

Diagnóstico: Realmente se necesita magia alquímica para combinar exitosamente géneros cinematográficos tan dispares como el horror, la comedia, el romance y el drama. La película The Voices lo intenta con inusitado aplomo; y aunque el resultado no sea óptimo, me pareció un recomendable experimento que entretiene al espectador, provoca algunas risas, y al mismo tiempo nos pone a pensar... sin importar el género que queramos adjudicarle. Y todo ello dentro de una estructura deliciosamente absurdista/lógica que desafía expectativas y mantiene el suspenso hasta su impredecible final.
La directora iraní Marjane Satrapi (más conocida por la celebrada Persepolis) no logra ocultar las costuras del complejo tapiz narrativo, el cual incluye perturbadoras escenas "gore" seguidas por surrealistas momentos cómicos, y rematados por solemnes reflexiones sobre la naturaleza humana. A veces estos cambios se sienten un poco bruscos, pero Satrapi no se detiene a dar explicaciones y prefiere mantener un ágil ritmo que nos hace olvidar sus tropiezos, sumergiéndonos en escenas cuyo vivo estilo visual (con énfasis en el color rosa) contrasta poderosamente con la gravedad de los temas expuestos por el ambicioso libreto. Sin embargo, el agente unificador de The Voices es Ryan Reynolds en el difícil papel del asesino amistoso, capaz de cometer horribles atrocidades sin perder completamente la simpatía del espectador. La película se derrumbaría sin esta disciplinada actuación, que mantiene en todo momento el frágil balance entre los contradictorios aspectos de una personalidad fracturada y enfermiza, pero no exenta de compasión. En comparación, los personajes secundarios resultan un poco superficiales, pero se nivelan con el sólido desempeño de actrices como Gemma Arterton, Anna Kendrick y Jacki Weaver, quienes podrán parecer genéricas damiselas en peligro (o parejas potenciales de Jerry, según la situación), pero en realidad forman parte del denso subtexto psicológico de The Voices, astutamente oculto tras los triángulos románticos y el humor inherente del perro y gato parlantes.
Hablando de lo cual, los efectos especiales son engañosamente simples pero muy bien realizados con una combinación de métodos prácticos y digitales que me costó trabajo discernir. En particular me llamó la atención la animación facial del perro cuando habla, pues tiene asombrosos detalles que (en mi opinión) excedían el modesto presupuesto de The Voices... hasta que leí los créditos finales y me di cuenta de que muchas cosas que yo consideraba "CGI" se resolvieron con marionetas. Perfecta fusión de técnicas. Pero, bueno, The Voices no es una película basada en los efectos, sino en el "estudio de carácter" de su inestable protagonista, y sus relaciones con las fuerzas internas que lo empujan en distintas direcciones. Jerry se pregunta en muchas ocasiones si es una persona buena o mala, y la virtud de la película no es ofrecer una respuesta definitiva, sino exponer las terribles circunstancias que alimentan esa duda.
Sería difícil adivinar la reacción de cada espectador ante esta inusual película. A mi me gustó bastante por su audaz argumento, irreverente sentido del humor, y por las actuaciones del entusiasta elenco (incluyendo los animalitos). El mencionado choque de estilos me "sacó" de la historia en un par de ocasiones, pero definitivamente merece una recomendación, sobre todo para fans del cine "raro" que sepan distinguir los destellos de genialidad ocultos en una mediana ejecución. Además, mis perros me ordenaron recomendarla. Es broma; afortunadamente lo único que me ordenan es abrir otro paquete de galletas. "No... ya fueron muchas" "¡Ábrelas!"
Calificación: 8.5

Trailer (Recomiendo no verlo; revela demasiado)

Monday, March 2, 2015

The Intruders



Síntomas: La joven Rose (Miranda Cosgrove) y su padre Jerry (Donal Logue) se mudan a un pequeño pueblo para recuperarse de una tragedia personal e iniciar una nueva vida. Pero Rose no está contenta con el cambio, y su depresión empeora cuando empieza a escuchar extraños sonidos durante la noche, y a experimentar pesadillas que podrían estar relacionadas con el misterioso pasado de su nueva casa, de la que nadie quiere hablar.

Síntomas: Como muchos "actores Disney" (o Nickelodeon, en este caso), Miranda Cosgrove (más conocida por el programa iCarly) decidió iniciar la fase "seria" de su carrera con una película de terror, lo cual no tiene nada de malo. Después de todo, esa estrategia funcionó muy bien para... para... mmh... déjenme pensar... debe haber alguien. Bueno, a fin de cuentas no tiene importancia, pues The Intruders apenas califica como "terror". Claro, la trama apela a los clichés de las casas embrujadas y los fantasmas vengativos, pero el libreto de Jason Juravic y la dirección de Adam Massey son tan insípidos y desganados que no consiguen evocar la menor emoción (ya no digamos miedo) en el espectador. Aunque sin duda lo intentan, ya sea por medio del supuesto "misterio" que investiga Rose, o por los flojísimos "sobresaltos" con los que tratan de asustarnos.
La primera mitad de The Intruders parece prometer algo ligeramente más sofisticado, sembrando algunas dudas sobre la condición mental de la protagonista. ¿Realmente está ocurriendo algo raro en la vieja casona, o es la agitada imaginación de Rose, quien sufrió vagos trastornos psicológicos tras el fallecimiento de su madre? ¿O quizás el "fantasma" sea el siniestro vecino interpretado por Tom Sizemore? No son alternativas muy originales, pero añaden fugaz suspenso a la débil narrativa y mantienen a raya el aburrimiento mientras esperamos con impaciencia la "gran revelación", que tampoco tiene mucho sentido ni responde todas las preguntas.
Por el lado bueno, Miranda Cosgrove parece ser una actriz competente y comprometida con su papel... por hueco que éste sea. El libreto no sabe exactamente qué hacer con ella, pero aún así la joven sostiene a flote la película gracias a sus creíbles reacciones y a una presencia escénica superior a las típicas modelos/actrices que infestan el horror contemporáneo; con suerte encontrará proyectos más sustanciales en el futuro.
¡Ryan Gosling! A él le funcionó la mencionada estrategia: empezó como "mouseketeer", incursionó en el horror ligero (Frankenstein & Me), y se transformó en un actor respetado. ¡Fácil! Cualquiera puede hacerlo. Mucha suerte, Miranda.
Calificación 6 (sólo si la exhiben en Nickelodeon)

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Sunday, March 1, 2015

La Vida Misma (Life Itself)



Síntomas: Documental sobre la vida y obra del legendario crítico de cine Roger Ebert: sus humildes inicios como reportero del periódico Chicago Sun-Times; la enorme fama que obtuvo con el programa de televisión que compartió durante varias décadas con Gene Siskel; y los eventuales problemas de salud que extinguirían su vida. Y todo sin perder jamás su pasión por el cine.

Diagnóstico: Creo que descubrí el trabajo de Roger Ebert en el momento perfecto de mi vida. Desde niño me gusta el cine, pero hasta mi adolescencia, a mediados de los ochentas, empecé a tomarlo en serio como algo que podía trascender el simple entretenimiento desechable de fin de semana. Y, como mágica confirmación de esas sospechas, encontré el programa de televisión At the Movies, donde dos bizarros individuos (Roger Ebert y Gene Siskel) discutían apasionadamente sobre películas... todo tipo de películas, desde la más reciente obra de Fellini hasta A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors. Me hice adicto al programa y lo veía cada domingo, aún sabiendo que pasarían meses, quizás años, hasta que pudiera ver algunas de las películas que comentaban. Una década después, a mediados de los noventas, hice un nuevo descubrimiento gracias al incipiente Internet (o CompuServe, específicamente): las críticas escritas de Roger Ebert, mucho más sustanciosas y profundas que los cinco o seis minutos que podían dedicar a una película en el programa de televisión. Leí decenas, quizás centenas de sus artículos (cuando debía estar trabajando), y su estilo casual y accesible me hizo pensar que cualquiera podía escribir sobre cine... incluso yo. No necesariamente escribir BIEN, pero eso era un problema para el futuro (el cual sigo tratando de resolver).
Me estoy permitiendo este indulgente pasaje autobiográfico por dos razones: la primera es establecer la enorme influencia que Roger Ebert tuvo en mi vida y en mis hobbies (los cuales considero tan importantes como la "vida real"); y la segunda es porque, honestamente, no tengo mucho que decir sobre el documental La Vida Misma. Se trata de un sincero y emotivo homenaje a la vida de Roger Ebert, con francas contribuciones de numerosos amigos y familiares, incluyendo su incansable esposa Chaz, sus nietos, Marlene Iglitzen (la viuda de Gene Siskel), y cineastas como Werner Herzog, Ava DuVernay y Martin Scorsese (también co-productor de la cinta). El trabajo del director Steve James es impecable en su cobertura y visuales, aunque de vez en cuando se vuelve tan íntimo que parece explotar los dolorosos meses finales del crítico; esa sería mi única objeción.
Pero, a fin de cuentas, creo que el genuino reflejo de la vida de Ebert está en sus escritos, y eso es todo lo que necesitamos para entender a la persona. Conocer las fechas, lugares y eventos de su biografía se vuelve muy secundario ante su inmensa contribución a la crítica cinematográfica (por mucho que aleguen sus detractores, como Richard Corliss o A.O. Scott), y por eso prefiero recordar sus palabras en vez de la trivia cronológica o los detalles de su enfermedad. Aún así La Vida Misma en un sólido documental que disfrutarán los devotos de Ebert; pero para entender las razones de su importancia, mejor visiten rogerebert.com... o vean Beyond the Valley of the Dolls, una de mis películas favoritas, que también dice mucho sobre Roger Ebert y su amor por el cine en TODAS sus formas. "It's my happening, and it's freaking me out!"
Calificación: 9

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