Wednesday, October 31, 2018

Terrifier



Síntomas: En la noche de Halloween, Tara (Jenna Kanell) y su amiga Dawn (Catherine Corcoran) salen de una fiesta, y descubren que las está siguiendo un misterioso payaso...

Diagnóstico: Terrifier es, simplemente, una de las más intensas y brutales cintas "slasher" que he visto en mi vida.
Lo cual no significa que sea una buena película en el sentido tradicional, aunque tiene muchas cosas a su favor que serán apreciadas por devotos del género (como yo)... y quizás repudiadas por cinéfilos más decentes y sensatos.
Para empezar, el villano "Art el Payaso" evoca la "payasofobia" (nombre científico: coulrofobia) que popularizaron películas como It (mi favorita sigue siendo Killer Klowns From Outer Space) y el fenómeno de los "payasos malignos" que se puso de moda en muchas partes del mundo. Pero incluso si no existiera la coulrofobia, Art sería un tremendo villano con gran personalidad y un nivel de malicia que no veía desde la original A Nightmare on Elm Street. Perdón si suena como hipérbole (tal vez sigo impresionado unas horas después de haberla visto), pero no está muy lejos de ser verdad. El actor David Howard Thornton nos entrega un asesino "slasher" mudo pero tan dinámico y expresivo que podemos pasar por alto su ambigua motivación, sus inconsistentes métodos, y la ausencia de "historia de origen". Art es simplemente un maniático asesino, y nos convence de su locura mucho antes de que mate a alguien.
Por el lado de las víctimas, Terrifier tuvo menos suerte, pero aún así cuenta con actores suficientemente talentosos para engancharnos en sus angustiantes experiencias. Las mejores candidatas para "chica final" son Jenna Kanell (The Bye Bye Man) y Catherine Corcoran (Return to Nuke 'Em High, Part I), cuyos personajes son muy distintos en apariencia y actitud, pero con buena química y una amistad creíble que añade toques de humor antes de que empiece la violencia. En papeles secundarios (casi siempre interrumpidos bruscamente por el payaso asesino) tenemos a Matt McAllister como fumigador del edificio donde Tara y Dawn quedan accidentalmente atrapadas; Pooya Mohseni como mujer indigente que solo quiere salvar a su hija; y Samantha Scaffidi como Victoria, la hermana de Tara que accidentalmente se pone en el camino de Art. Ninguno ganará premios de actuación, pero su desempeño me pareció superior al promedio en cintas de este tipo (no lo digo como insulto, sino como una realidad que he aceptado después de muchas decepciones).
La dirección de Damien Leone es implacable y despiadada, apretando las tuercas del suspenso con experto ritmo, y liberando la tensión con "kills" absolutamente impactantes por su saña y crueldad. El asunto con la sierra manual... uf. Nunca había visto algo así. Bueno, tal vez lo había visto, pero nunca implementado con este nivel de sadismo.
Lo cual nos lleva a los efectos especiales. Me da gusto que Leone apoye el renacimiento de los efectos prácticos, pues aunque el "gore" no es totalmente realista, provoca una reacción visceral mucho más fuerte e inmediata que cualquier manipulación digital que quizás se vería más espectacular, pero sin esa sensación física y tangible que nos dan las creaciones de látex, gelatina, y sangre artificial.
Mi única queja es la típica "estructura de columpio", donde la cinta empieza y termina muy bien, pero la parte media cuelga un poco por la monotonía de locaciones (casi todo se desarrolla en un inmundo edificio abandonado), y la necesidad de extender la historia con inexplicables decisiones de los personajes (en más de una ocasión tienen oportunidad de neutralizar a Art, pero prefieren correr).
Y, claro, todos los halagos anteriores llevan la habitual advertencia sobre el cine "indie" de terror, modesto en recursos pero (en este caso) generoso en sangre y afecto por los estereotipos del cine "slasher", que Terrifier destila hasta llegar a su forma más pura y concentrada posible, sin preocuparse por mensajes moralistas ni artificios post-modernos.
Terrifier es una perfecta película para Halloween, aunque le falta un poco de sustancia para consagrarse como clásico moderno. Y no sé qué opinar sobre el final, pero tengo la esperanza de una secuela. Art me pareció un villano demasiado bueno para no usarse de nuevo.
Calificación: 9 (altamente subjetiva)

IMDb

Tuesday, October 30, 2018

La Bruja del Bosque (Ghost House)



Síntomas: Jim y Julie (James Landry Hébert y Scout Taylor-Compton) están de vacaciones en Tailandia, pero cuando profanan una ofrenda religiosa desatan una maldición que pondrá en peligro sus vidas.

Diagnóstico: Al igual que me ha ocurrido con otras películas de horror asiáticas, encontré más interesantes los aspectos culturales, religiosos y antropológicos de La Bruja en el Bosque, que su añeja premisa de turistas en peligro y fantasmas vengativos.
Por ejemplo: "Ghost House", el título original de la película, no se refiere a una clásica casa embrujada, sino a los pequeños altares en forma de casa que aparentemente se usan en Tailandia para honrar a los espíritus de los difuntos y evitar que molesten a los vivos. Entonces, durante sus vacaciones en Bangkok, la pareja de Jim y Jill terminan en un remoto museo/santuario lleno de esas ofrendas y, por tomar una figura de cerámica, Julie ofende al fantasma que protege el santuario. En mi humilde opinión, eso es mejor que cualquier arbitraria invocación o simple mudanza a una casa donde ocurrió una tragedia, o algo así.
El compositor Rich Ragsdale dirige La Bruja del Bosque con atractivo estilo visual, sacando el máximo provecho de las genuinas locaciones tailandesas, incluyendo densos bosques, rústicas aldeas, y la frenética vida nocturna de Bangkok. Y aunque los momentos de terror recurren a los típicos sobresaltos y sonidos estridentes, también incluyen imágenes deliciosamente grotescas para reflejar los horrores que atormentan a Julie.
Desafortunadamente el libreto no muestra el mismo esmero que las imágenes. La trama se desarrolla sin sorpresas ni suspenso, siguiendo personajes insípidos o estúpidos (o ambas cosas a la vez), cuyas exagerada reacciones e irracionales cambios de conducta obstruyen el débil melodrama que casi me puso a dormir.
La veterana del horror Scout Taylor-Compton merece reconocimiento por todos los gritos, gemidos y contorsiones que provoca la posesión/maldición de Julie. Por otro lado, James Landry Hébert en el papel de Jim no es tan convincente, y tampoco ayudan las horribles inconsistencias de su personaje... en una escena le está proponiendo matrimonio a Julie, y en otra la deja esperando afuera de un club nocturno mientras él "socializa" con bailarinas exóticas. O quizás así ven los nativos de Tailandia a los turistas norteamericanos. Como sea, la película sufre por ampararse en personajes poco creíbles y pobremente construidos.
En lo que respecta al horror, La Bruja del Bosque copia desvergonzadamente escenas de Ringu, The Eye, Shutter, y no se cuántas más. Pero al menos las copia bien, y con suficiente frecuencia para sostener nuestra atención a pesar de la mediocre historia. Y, desde luego, no pude faltar un breve pero pesadillesco exorcismo en la cabaña de un médico brujo, que casi justifica el resto de la película.
Obviamente La Bruja del Bosque se estrenó en México para explotar la temporada de Halloween/Día de Muertos, con el propósito de engatusar al público que quiere ver algo de terror, sin fijarse demasiado en la calidad (peores bodrios nos han recetado con esa misma excusa en años pasados). Pero con la abundancia de superiores cintas de terror en Netflix y demás servicios de video casero, no veo razón para desperdiciar dos horas en el cine viendo La Bruja del Bosque, y solo la recomendaría para fans del horror tailandés que aprecian su mitología y exótico sabor cultural. A veces hasta el más pequeño cambio en las rutinas de Hollywood basta para revivir nuestro gusto por el género.
Calificación: 6

IMDb

Monday, October 29, 2018

Réplicas (Replicas)



Síntomas: En un laboratorio de la Corporación Bionyne, el Dr. William Foster (Keanu Reeves) trabaja en un ambicioso proyecto de robótica que se vuelve cuestión de vida o muerte cuando Foster sufre una terrible tragedia personal.

Diagnóstico: Me costó trabajo reconocer la genialidad de Réplicas porque está oculta detrás de sus hilarantes inconsistencias y ridículas actuaciones, tan serias y rígidas que evocan las B-Movies de Roger Corman. Pero eventualmente empecé a preguntarme si ese anacrónico estilo habría sido una decisión intencional del director Jeffrey Nachmanoff para crear un homenaje a la ciencia ficción "pulp" de mediados del siglo veinte.
Al final decidí que la intención del director es irrelevante... lo único que importa son los resultados, y en ese aspecto Réplicas me pareció una divertida resurrección de los temas y exuberante tono de las publicaciones de EC Comics, como Weird Fantasy, Incredible Science Fiction, y Weird Science. En otras palabras: ciencia ficción donde la "ciencia" no necesita ser realista (o siquiera creíble) para contarnos fábulas moralistas sobre los peligros de la tecnología, la eterna tentación de usurpar los poderes divinos, y las fatales consecuencias de la ciencia fuera de control.
Excepto que, a diferencia de aquellos abigarrados comics donde siempre había una moraleja didáctica, Réplicas no está interesada en juzgar la moralidad del protagonista, sino en justificar sus acciones por medio de emociones pre-fabricadas que le ahorran a los actores el trabajo de actuar. O, mejor dicho, de actuar bien.
Keanu Reeves me pareció absolutamente sublime como el acartonado Dr. Foster, atrapado en una situación imposible que, por supuesto, está relacionada con su trabajo para Bionyne (¿podría ser benigna una empresa con ese nombre?) En vez de la trillada "tragedia del pasado", Réplicas tiene una brutal tragedia en el presente, muy conveniente para poner a prueba las descabelladas teorías de Foster y su asistente Ed, interpretado por Thomas Middleditch, quien añade la credibilidad "geek" adquirida en la excelente serie televisiva Silicon Valley. Por su parte, Alice Eve (a quien recientemente vimos como Typhoid Mary en la segunda temporada de Iron Fist) toma el ejemplo de Reeves y sigue la ruta del menor esfuerzo... y sin embargo, Réplicas funciona justamente por esa mágica conjunción de errores que produce un resultado mayor a la suma de sus partes.
Quizás sea porque, en el fondo, Réplicas tiene sólidas ideas sobre el siguiente paso en la evolución humana. En manos de un director más disciplinado, Réplicas podría haber sido una provocativa muestra de ciencia ficción "seria", explorando temas de identidad, memoria y el enigma de la conciencia humana. Cierto, son temas tan frecuentes en la ciencia ficción contemporánea que ya no llaman la atención; pero las incógnitas que plantean siguen tan vigentes hoy como lo fueron durante los albores del movimiento "cyberpunk" en los ochentas; así que no me molesta encontrar (semi)nuevas interpretaciones del choque entre inteligencia orgánica y artificial. Y, hablando de cyberpunk, Réplicas me produjo vívidos "flashbacks" de Johnny Mnemonic, sobre todo cuando Keanu Reeves manipula elementos gráficos en Realidad Aumentada. Bendito William Gibson, sus conceptos siguen vivos.
Bueno, ya dije mucho sin decir nada. No voy a arruinar las (previsibles) sorpresas de Réplicas, ni quiero crear expectativas falsas sobre su balance entre ineptitud e ingenio. Cuando mucho diré que Réplicas es ciencia ficción inverosímil pero divertida de principio a fin, aproximándose al nicho de "tan mala que es buena" donde la acompañan cintas como The Core, Equinox, y Hackers. Nadie... pero NADIE, puede declamar "techno-babble" con la convicción de Keanu Reeves. Razzies para todos, y lo digo como halago.
Calificación: 7.5

IMDb

Sunday, October 28, 2018

Colette: Liberación y Deseo (Colette)



Síntomas: A fines del siglo diecinueve, la joven Sidonie-Gabrielle Colette (Keira Knightley) se casa con el agente literario Willy Gauthier-Villars (Dominic West), y le ayuda como "escritora fantasma" de novelas que se publicarán bajo el nombre de Willy. Sin embargo, los libros de Colette resultan más exitosos que los de su esposo.

Diagnóstico: Colette: Liberación y Deseo es una dinámica biografía de la escritora más popular que ha existido en Francia. Las actuaciones son excelentes; la cinematografía captura por igual la elegancia de la sociedad parisina del siglo diecinueve, y la belleza natural de la campiña francesa; y la dirección de Wash Westmoreland (Still Alice) combina los múltiples temas de la cinta de manera orgánica, sin forzar sus mensajes de libertad artística e identidad sexual. Sin embargo, al final me sentí levemente decepcionado de que la historia de esta fascinante mujer no haya dejado mayor huella emocional. Disfruté mucho la experiencia de Colette: Liberación y Deseo, y sin duda la recomendaría... pero siento que debió ser más impactante por todo lo que Colette logró en su vida, y por el excepcional desempeño del equipo detrás de la cinta.
Por otro lado, esta moderación dramática refleja el fino instinto de Westmoreland para incorporar los múltiples "escándalos" que sazonaron la vida de Colette, sin adoptar posturas amarillistas y sin enfocarse demasiado en los detalles más sórdidos de la biografía... porque, si bien eran "sórdidos" hace más de cien años, hoy no deberían serlo, y Westmoreland astutamente lo señala con el casual tono de la cinta. O al menos esa fue mi interpretación.
Además, Colette: Liberación y Deseo rinde homenaje al espíritu creativo en todas sus formas, contrastando el estricto período histórico con la independencia de la protagonista que nunca se doblegó ante las normas de la sociedad, sino que buscó su realización como escritora y artista en nombre del sexo femenino, en una época cuando ambas ocupaciones eran inapropiadas para mujeres "decentes".
Hace un momento mencioné las extraordinarias actuaciones de un elenco que incluye a Keira Knightley, Dominic West, Eleanor Tomlinson, Denise Gough y Dickie Beau; pero no sería lo mismo sin el libreto de Westmoreland, Richard Glatzer y Rebecca Lenkiewicz, quienes ofrecen a los actores personajes a la altura de su talento, con gran profundidad emocional y carácter tan definido que se vuelven memorables de inmediato, ya sea que ocupen papeles centrales (Knightley y West), o roles secundarios con poco tiempo en pantalla pero enorme relevancia para la meticulosa estructura de la película (como Johnny K. Palmer en el papel de secretario de Willy, o Al Weaver como otro de los "fantasmas" de Willy).
Entre más escribo, más convencido estoy de que el sobrio estilo de Colette: Liberación y Deseo fue una decisión intencional de Westmoreland para "normalizar" lo que antes parecía escándalo social, y hoy sería tan solo una lucha justificada por los derechos individuales. Así, contrastando el pasado con el presente, Colette: Liberación y Deseo no solo nos cuenta la historia de una gran mujer, sino subraya el avance que ha alcanzado la sociedad... así como el riesgo de perder lo mucho que se ha ganado. Y, además, Keira Knightley haciendo mímica no se ve todos los días.
Calificación: 9

IMDb

Friday, October 26, 2018

La Casa con Un Reloj en Sus Paredes (The House With a Clock in Its Walls)



Síntomas: Cuando queda huérfano, el niño Lewis Barnavelt (Owen Vaccaro) se muda con su excéntrico Tío Jonathan (Jack Black) en una vieja mansión con fama de estar embrujada... aunque Lewis descubrirá que los secretos de la casa son aún más extraños.

Diagnóstico: Hay dos razones por las que me interesaba ver La Casa con Un Reloj en Sus Paredes: Jack Black, repitiendo sus bufonerías habituales, aunque con un tono más místico y misterioso; y el director Eli Roth, especialista en películas de terror (recomiendo su serie documental Eli Roth's History of Horror), tomando una inusual desviación por el cine infantil que resultó apropiada para su tétrica sensibilidad.
El experimento no fue particularmente exitoso ni memorable, pero cuenta con elementos ingeniosos y personajes entretenidos que hicieron tolerable está copia barata de Harry Potter, cuyos orígenes literarios se perciben en su torpe estructura narrativa (aclaro: la novela "The House With a Clock in Its Walls", de John Bellairs, se publicó en 1973, pero la manufactura de la película muestra clara influencia del "potterverso"). Tal vez los niños que crecieron con la obra de J.K. Rowling podrán ahora llevar a sus hijos a ver La Casa con Un Reloj en Sus Paredes, y les dirán después: "En mis tiempos la magia se hacía mejor"... así como yo decía: “Neil Gaiman lo hizo primero”. El círculo de la vida continúa
En fin... regresando al punto, La Casa con Un Reloj en Sus Paredes no pasa de ser otra inocua fantasía infantil sobre un niño retraído e inseguro que encuentra confianza en sí mismo por medio de la magia, cometiendo algunos errores durante el camino, ganando amigos, y reconociendo que sus peculiaridades pueden convertirse en virtudes gracias a sus inusuales mentores.
"Mentores", en plural. Además de Jack Black en el papel del Tío Jonathan ("el cisne negro de la familia"), Lewis cuenta con las irreverentes lecciones de la Sra. Zimmerman, nada menos que Cate Blanchett, en el papel de una poderosa bruja que colabora en la búsqueda del "mcguffin" que le da nombre a la película (un reloj mágico con poderes muy peligrosos que alguien ocultó en algún lugar de la mansión).
Todo ese asunto del reloj, la búsqueda, la llave mágica, etc., no me pareció muy interesante, pero funciona como excusa para introducir aparatosos efectos especiales que tal vez mantendrán despiertos a los niños somnolientos por la baja energía de la película y su nulo impacto dramático. Entre más rimbombante es la música, más tediosa es la acción. Le voy a llamar a esa ecuación "el Coeficiente Bay".
En lo personal, lo único que encontré rescatable de La Casa con Un Reloj en Sus Paredes fue la colaboración de Jack Black y Cate Blanchet, cuya inesperada química y contrastante sentido del humor insinúan una mejor película (menos infantil y más tenebrosa) que quizás exista en un universo alterno. Son como Jonathan Strange y Mr. Norrell, pero con menos sátira política y más tensión sexual.
Fuera de eso, La Casa con Un Reloj en Sus Paredes ofrece una experiencia mediocre y rutinaria (incluyendo un confuso desenlace repleto de "deus ex machinas"... más influencia de Rowling) que no recordaré después de terminar este escrito. Pero al menos demostró que Eli Roth es capaz de escapar su nicho cinematográfico y practicar habilidades que no sabíamos que tenía. Sin embargo, habiendo dicho eso... ojalá regrese pronto al horror. Aunque no es infalible, está entre los escasos cineastas con poder comercial y creativo para promover el género por fuera de los estudios Hollywoodenses. Y, además, ahora estaré esperando una auténtica película de terror con Jack Black (I Still Know What You Did Last Summer no cuenta).
Calificación: 6.5

IMDb

Thursday, October 25, 2018

Eighth Grade



Síntomas: Durante la última semana del octavo grado, Kayla Day (Elsie Fisher) atraviesa una serie de crisis propias de la adolescencia actual.

Diagnóstico: "Propias de la adolescencia actual". Algunas de esas crisis parecen inofensivas, como la presión de destacar en redes sociales, inseguridad sobre la apariencia física, y un papá "uncool" que es fuente constante de vergüenzas (al menos desde el punto de vista de Kayla). Pero también hay perturbadores momentos que reflejan el entorno social contemporáneo, como simulacros de tiroteo en la escuela, y la constante amenaza de acoso sexual. En otras palabras: Eighth Grade es tan realista que a veces duele compartir las experiencias de su protagonista.
Y, sin embargo, el director Bo Burnham nunca muestra malicia ni crueldad intencional (a diferencia de otros dramas juveniles, como Kids y Welcome to the Dollhouse). Por el contrario, Eighth Grade no pretende convertirse en un sórdido espectáculo de "juventud en peligro" (como aquellas memorables películas "moralistas" de los cincuentas), sino un cálido y compasivo recordatorio de que nadie es perfecto y, por desesperada que parezca la situación, las cosas van a mejorar. Casi siempre.
Lo primero que llama la atención en Eighth Grade son las actuaciones, totalmente libres de artificio y clichés "juveniles" de Hollywood. Algunos personajes podrían considerarse estereotipos (los "nerds", los deportistas, etc.), pero cada actor aporta algo diferente para crear su propia identidad en el brutalmente honesto universo de la película.
Aunque Elsie Fisher lleva la mayor carga dramática, sería injusto ignorar las maravillosas actuaciones de los personajes secundarios, como su papá Mark (Josh Hamilton), y los variados compañeros de clase (Emily Robinson, Jake Ryan, Daniel Zolghadri) que se esfuerzan tanto como Kayla para ocultar su temor al rechazo y a no encontrar su lugar en el mundo.
A riesgo de exagerar, diré que Eighth Grade podría ser para los adolescentes actuales lo que fue para mi generación el cine de John Hughes. Eighth Grade no es tan idealizada y su enfoque es más estrecho, pero explora sentimientos, temores e inseguridades universales que todos los jóvenes comparten... y que se vuelven más complicados cuando la estabilidad emocional se determina por "Likes" en Instagram. Los factores externos cambian con el tiempo (en mi época era el "high score" en los videojuegos), pero las emociones de la adolescencia siempre serán las mismas.
Hablando de envejecer, me hizo sentir mejor la escena donde varios estudiantes de "high school" se sienten alienados por la juventud de Kayla, apenas cuatro años menor que ellos. Son prácticamente de la misma generación, pero los cambios en la interacción digital les parecen tan descabellados como nos ocurre a los viejos cuando vemos película como Eighth Grade.
Por el lado negativo, podríamos decir que Eighth Grade no tiene mucha historia. No hay una meta específica; no hay un gran baile donde Kayla destruirá a sus enemigos; no hay examen o competencia que deba ganar para terminar la película en una nota triunfal. Y tampoco hay  "makeovers" acompañados por alguna canción popular (¿cual es el equivalente actual de Walking On Sunshine? Supongo que algo de Katy Perry o Cardi B)(Spoiler: no sé quién es Cardi B).
Como sea, Eighth Grade no es exactamente una "comedia juvenil" ni un relato "coming of age", pues si bien incluye elementos de ambos géneros, su audacia e integridad la ubican en un nivel más elevado, al mismo tiempo alarmante e inspirador. Más que una buena película, Eighth Grade es un "manual operativo" para la juventud de hoy... aunque sin garantías de funcionamiento. Aplican restricciones.
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, October 24, 2018

At First Light



Síntomas: La joven Alex Lainey (Stefanie Scott) tiene una inexplicable experiencia con unas luces en el cielo, y empieza a desarrollar habilidades especiales.

Diagnóstico: A riesgo de hablar de cosas que no entiendo (¡como si eso me hubiera detenido alguna vez!), diré que At First Light me pareció una excelente muestra de fantasía "young adult"... al menos desde el punto de vista de un viejito amargado. La historia funciona en varios niveles sin necesidad de empalagosas tangentes románticas, y sin la forzada manipulación melodramática que generalmente arruina este tipo de historias (no mencionaré ejemplos, porque no quiero recordarlos).
Hace un momento dije "fantasía", pero creo que At First Light pertenece a la categoría de ciencia ficción semi-seria, debido a su creativa propuesta sobre los "Fenómenos Aéreos No Explicados", así como por la obvia influencia de algunos clásicos del género, como Close Encounters of the Third Kind, Starman, y recientes "indies" con similar ambición intelectual (UFO) y metáforas existenciales (Imitation Girl), creando una historia muy satisfactoria con mínimos recursos y gran imaginación.
Por el lado negativo, esto significa que At First Light no es muy original, y se apoya en clichés que conocemos de memoria (jóvenes fugitivos, villanos gubernamentales, vaga influencia sobrenatural, etc.) Sin embargo la dirección de Jason Stone y las actuaciones del joven elenco (por fin una película donde los adolescentes parecen adolescentes, y no modelos de catálogo de treinta años) imprimen a la cinta una energía tan distintiva (y al mismo tiempo tan asimilable) que se siente casi innovadora, y logró capturar mi atención de principio a fin.
Ya sé lo que están pensando: "¿Adolescentes con poderes sobrenaturales perseguidos por agentes del gobierno? Gran bostezo". ¿Cuántas películas y series de televisión existen con esa premisa? Más de las necesarias, creo yo. Sin embargo Stone y los actores Stefanie Scott y Théodore Pellerin aderezan la fórmula con emociones reales que no se sienten exageradas, ni sirven como típica excusa para crear relleno dramático. Bueno, hasta el sutil aspecto romántico de la cinta se rehúsa a perder el tiempo en palabrería y "grandes gestos", para enfocarse en el contraste entre la humanidad y el intelecto extraterrestre que está afectando a Alex. O lo que sea que altera su conducta desde que tuvo contacto con esas extrañas luces.
Hablando de lo cual, At First Light tiene pocos pero bien implementados efectos especiales, combinando técnicas muy simples (como reflectores para iluminar los árboles durante la noche... una de mis imágenes favoritas de la película), y elementos digitales que complementan las ideas de la cinta sin revelar antes de tiempo su enigmático origen.
Mi única queja (además de la falta de originalidad) fue un final ligeramente cursi que traiciona la moderación emocional del resto de la película; pero aún así quedé satisfecho y recomendaría At First Light para aficionados a la ciencia ficción independiente donde las ideas valen más que las imágenes (lo cual no es un insulto contra el excelente diseño y cinematografía de At First Light). La historia empieza un poco lenta, y se enfoca en personajes algo antipáticos, pero hay una buena razón para ello, y con un poco de paciencia descubriremos una interesante evolución que no re-inventa el género, sino que toma algunos viejos ingredientes para construir una historia simple en su forma, pero cósmica en sus connotaciones (pseudo)científicas y culturales. Es como Contact para fans de Gravity Falls.
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, October 22, 2018

Apostle



Síntomas: Thomas Richardson (Dan Stevens) viaja a la isla de Erisden, donde un culto religioso tiene secuestrada a su hermana; pero tal vez sea demasiado tarde para rescatarla.

Diagnóstico: Además de dirigir las memorables películas de acción The Raid: Redemption y su secuela The Raid: Berandal, el cineasta galés Gareth Evans nos mostró su talento para el horror en el perturbador segmento "Safe Heaven" de la antología V/H/S 2, donde exploró las siniestras prácticas de un culto religioso. Y ahora, con Apostle, Evans regresa a ese mismo tema, aunque con una estilo más sobrio y cerebral que rinde tributo al horror inglés del siglo pasado, y en particular a la clásica cinta The Wicker Man... pero sin olvidar los elevados estándares de sangre y violencia que espera el público contemporáneo (al menos yo).
El resultado me pareció excelente, aunque con algunos pequeños problemas que restan impacto a la experiencia y revelan vicios comunes del "cine de autor". Por ejemplo, Apostle se siente más larga de lo necesario (dos horas y diez minutos), con muchas escenas de relleno que reiteran los mismos puntos, o distraen la atención de la historia principal para seguir a personajes secundarios de dudosa relevancia (o, en el mejor de los casos, tan solo útiles como catalizadores de ciertos eventos durante el tercer acto).
Tampoco me gustó la frecuencia de las coincidencias que requiere el libreto (escrito por el mismo Evans) para mantener al héroe con vida y avanzar la investigación de su hermana desaparecida. Al menos en tres ocasiones (y quizás podríamos alegar más) un golpe de suerte define el destino de Thomas, lo cual ayuda a crear escenas llenas de suspenso... pero con la consecuencia de subrayar las trampas que hace el director cuando se encuentra en una situación imposible de donde no sabe cómo escapar.
Afortunadamente todo los demás aspectos de Apostle me parecieron sobresalientes, incluyendo las actuaciones de Dan Stevens como el renuente héroe distanciado de su familia hasta que la desaparición de su hermana Jennifer (Elen Rhys) lo obliga a salir de su depresión (ocasionada por su pasado religioso, nada menos); Michael Sheen como el Profeta Malcolm, líder espiritual del culto cuya grandilocuente retórica de libertad individual oculta las duras realidades de mantener alimentada una comunidad en una remota isla; Mark Lewis Jones como Quinn, el más pragmático (y lunático) ayudante del Profeta, cuya ambición podría ser la salvación del culto o su ruina; y Lucy Boynton como Andrea, la doctora local con una actitud mejor balanceada que sus "hermanos" cegados por el fervor religioso. Entre Apostle y la próxima Bohemian Rhapsody, creo que Boynton está a punto de entrar a las "grandes ligas", lo cual me dará mucho gusto, después de verla en tantas "indies" (Sing Street) y humildes cintas de terror (February).
La cinematografía de Matt Flannery retrata con imponente belleza la isla de "Erisden" (en realidad Ysgol Glantaf, en Gales). Y, finalmente, lo más importante (bueno, casi): el "gore" es abundante y la violencia es brutal. Apostle me recordó la obra de S. Craig Zahler, combinando inflexible realismo con insoportable tensión, y grandes dosis de sangre para recordarnos que siempre hay consecuencias para las buenas intenciones de los héroes.
A fin de cuentas la comparación con The Wicker Man no es muy exacta, pues Apostle es más sombría y menos lírica en su exploración de religiones paganas cuya espiritualidad resulta incompatible con la mundana ambición de sus falsos "profetas". Y, al ubicar la trama de Apostle a principios del siglo veinte, Evans añade la autenticidad histórica del turbulento pasado de las Islas Británicas, cuya fragmentación por motivos religiosos perdura hasta nuestros días. Afortunadamente con menos sangre y sacrificios humanos. Creo.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, October 21, 2018

De Libros, Amores y Otros Males (The Bookshop)



Síntomas: En 1959, la viuda Florence Green (Emily Mortimer) decide abrir una librería en un pequeño pueblo inglés, escandalizando a los conservadores habitantes y poniéndola en conflicto con alta sociedad local.

Diagnóstico: La directora española Isabel Coixet se especializa en historias introspectivas que examinan con brutal honestidad (algunos dirían "crudeza") la psicología de personajes atrapados en conflictos intensamente personales que requieren fortaleza y sacrificio para resolverse. En películas como My Life Without Me y The Secret Lives of Words, Coixet creó densos estudios de carácter donde la personalidad de sus protagonistas es tan importante como las circunstancias que las atormentan. Bueno, hasta la modesta cinta Another Me ocultó un subtexto filosófico debajo de su estereotípica premisa de terror.
De Libros, Amores, y Otros Males (en lo sucesivo la llamaré The Bookshop, porque el título mexicano me da pena ajena) naturalmente incluye los mismos ingredientes que identifican la obra de Coixet; sin embargo, la directora tiende a forzar la película en el más frívolo y comercial contexto del "drama de época", y el resultado no siempre satisface en cualquiera de esos niveles. No sé si Coixet trató de añadir profundidad a una sencilla comedia de costumbres; o si la novela de Penelope Fitzgerald que inspiró la película es más compleja de lo que refleja esta superficial adaptación. Como sea, The Bookshop tiene muchos elementos positivos, pero la experiencia general me pareció menor a la suma de sus partes.
Sin embargo, esas "partes" son suficientemente buenas para merecer una recomendación, empezando por la participación de Emily Mortimer, Bill Nighy, y Patricia Clarkson, tres excepcionales actores que elevan el material con su mera presencia, y nos atrapan en los altibajos dramáticos de una historia con buenas ideas que no siempre coexisten armoniosamente.
O quizás esa leve torpeza narrativa intenta transmitirnos las inseguridades de Florence Green, atrapada entre su naturaleza introvertida y el deseo de aceptación social que representaría su librería, aunque pocos habitantes del pueblo tienen el hábito de la lectura, y otros opinan que no es una labor apropiada para mujeres... especialmente viudas sin un esposo que las oriente en asuntos de negocios.
A pesar de eso, The Bookshop evita en lo posible el cliché de "mujer rebelde contra el patriarcado opresor", pues si bien incluye algunas escenas con ese tema, casi siempre aparecen como “comic relief”. Es más interesante la represión que Florence sufre a manos de otras mujeres (como el personaje de Patricia Clarkson), por motivos que no tienen que ver con su género, sino con la disparidad de clases sociales, la "envidia intelectual" de la gente educada, y el contradictorio paternalismo de individuos auténticamente interesados en ayudar a Florence, que sin darse cuenta insultan su inteligencia y dedicación (es como una arcaica y pasiva versión británica de la "masculinidad tóxica" contemporánea).
Por lo demás, The Bookshop se desarrolla exactamente como esperamos, con un poco de drama, un poco de comedia, y una o dos sorpresas para desviarse de la fórmula y encontrar su propio camino. No me pareció una mala película, pero tenía potencial para ser algo más que "Chocolat con libros". Y ese trío de actores... podrían salir en un comercial de detergente, y valdría la pena verlos.
Calificación: 7.5

IMDb

Friday, October 19, 2018

Halloween



Síntomas: Michael Myers (James Jude Courtney) fue recluido en una institución psiquiátrica cuando asesinó a cinco personas en la noche de Halloween de 1978. Sin embargo Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), la única sobreviviente de la masacre, nunca logró recuperarse emocionalmente, y pasó los siguientes cuarenta años preparándose para el regreso del asesino, lo cual arruinó su relación con su hija Karen (Judy Greer) y su nieta Allyson (Andi Matichchak). Entonces Michael es transferido a una nueva institución, y ocurre un accidente...

Diagnóstico: ¿Cómo podríamos llamarle a una secuela que ignora todas las secuelas que le precedieron para auto-coronarse como la auténtica y única secuela de la cinta original? Le voy a llamar... "amnesiacuela", ya que nos pide olvidar los últimos cuarenta años de mediocres continuaciones, a cambio de restaurar los valores que distinguieron a la primera e icónica cinta Halloween (1978).
Como quieran llamarle, esta nueva versión de Halloween me pareció un espectacular y resonante "meh". Y creo que la culpa es del director David Gordon Green, así como el crédito por todas las cosas que funcionan en esta tardía resurrección.
La idea de borrar la confusa mitología de Halloween puede parecer un insulto para el legado de la saga, pero la verdad es que me pareció una buena decisión, no solo por la irregular calidad de las previas películas, sino porque (aceptémoslo) ya pasaron casi veinte años desde la última secuela "oficial", y el nuevo productor Jason Blum obviamente no está interesado en llenar las lagunas del pasado, sino en preparar el terreno para un futuro creativamente fértil y económicamente próspero. No tengo objeción alguna con este "borrón y cuenta nueva". Sin embargo, el problema que sentí casi desde el principio fue que el aclamado director David Gordon Green (Stronger, Our Brand is Crisis) no tiene mucha afinidad por el cine de terror, y aunque ciertamente es un cineasta talentoso, quizás no estaba preparado para reconocer los horribles clichés y abismos lógicos del libreto, ni las estúpidas decisiones de los personajes, ni la ausencia de algún soporte temático que podría elevar la cinta por encima de sus evidentes problemas.
Cierto, algunas de estas fallas se "explican" al final, pero aún así hay demasiados cabos sueltos y eventos absurdos que (supongo) Green prefirió ignorar porque, después de todo, se trata de una película de terror, y no requiere la integridad dramática de sus más ilustres proyectos independientes. A veces la primera incursión de un director en el cine de terror ofrece una perspectiva fresca y revitalizante (A Quiet Place, Get Out, Creep). En otros casos, la falta de experiencia se traduce en situaciones como las que abundan en Halloween. No quiero revelar "spoilers", así que solo diré que, para una persona que planeó su venganza durante cuarenta años, Laurie Strode comete errores imperdonables, tan solo para evitar que la cinta termine prematuramente. Y lo mismo aplica a los policías que buscan a Michael, a la familia de Laurie que no cree en las patrañas de la abuela, y hasta al Dr. Sartain (Haluk Bilginer), discípulo del finado Dr. Loomis, que además es cómplice de un "twist" que no tiene el menor sentido, aunque añade otros minutos a la historia y (por el lado positivo) nos da el momento más sangriento de la cinta.
A pesar de todo, hay muchas cosas que me gustaron de Halloween, como el excelente trabajo que Gordon Green realiza con los actores secundarios, creando personajes simpáticos e interesantes que nos atrapan en sus micro-dramas personales para incrementar el suspenso sobre su destino final. Y también disfruté la ingeniosa recreación de algunas importantes escenas de la original Halloween, con pequeñas alteraciones que desafían nuestras expectativas, y además funcionan como nostálgicos chistes para devotos de la saga.
Igualmente me gustó la convicción del trío de "chicas finales" (lo cual no garantiza su supervivencia) integrado por la abuela Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), la hija Karen (Judy Greer), y la nieta Allyson (Andi Matichchak), representando las ideologías y actitudes de las generaciones transcurridas desde aquel fatídico Halloween de 1978, cada una con su propia visión del "boogeyman" que las persigue (metafóricamente) casi desde que nacieron.
Si David Gordon Green hubiera explorado mejor esos rasgos humanos, en vez de quedarse en los monótonos clichés del cine "slasher", Halloween hubiera sido una digna "amnesiacuela", y un sólido cimiento para una nueva etapa de la saga, más inteligente, pero no por ello menos tensa y divertida (por cierto, respeto para John Carpenter por su contribución musical a la película). Sin embargo, Halloween tiene tantos errores como aciertos, y no me pareció ni la mejor ni la peor de todas aquellas cintas que intentó borrar con su mera existencia. De hecho, creo que Halloween H20: 20 Years Later fue una mejor continuación de la historia original, y le dio a Laurie Strode el final que merecía.
Entonces, Halloween (2018) usa una máscara de modernidad y prestigio para ocultar sus rancios trucos. A veces funciona, a veces no. Pero aún así me gustó más que las versiones de Rob Zombie.
Calificación: 7

IMDb

Thursday, October 18, 2018

Constantine: City of Demons



Síntomas: Para ayudar a una niña en estado de coma, el hechicero británico John Constantine (voz de Matt Ryan) viaja a los Estados Unidos con su mejor amigo Chas (Damian O'Hare), y se involucran con un demonio emprendedor que intenta abrir una franquicia del Infierno en la Ciudad de los Ángeles.

Diagnóstico: Desafortunadamente Constantine: City of Demons incluye muchos elementos que me desagradan en los comics "mágicos" de Marvel y DC: una vaga premisa que reemplaza misterio por simple confusión; una abigarrada mitología sin reglas racionales; y el inevitable desenlace donde todo se resuelve con "hechizos" que el guionista sacó de su manga (ja, ja).
Desde luego existen excepciones; y, de hecho, la previa película "mágica" del Universo Animado de DC Comics fue un buen ejemplo de ello. Justice League Dark balanceó aspectos sobrenaturales bien definidos, con un equipo de personajes que capturaron nuestra imaginación a base de carácter y simpática interacción... no por sus caprichosos trucos mágicos como conveniente excusa para vencer cualquier obstáculo.
Irónicamente, el éxito de Justice League Dark promovió la producción de Constantine: City of Demons (estrictamente hablando creo que es el piloto de una serie televisiva), enfocada en uno de los personajes más representativos del Universo Mágico de DC Comics, cuya gradual fusión con el Universo de Superhéroes comenzó hace varios años con el "mega-evento" The New 52.
Sin embargo esta vez no hay héroes ni "cameos" para añadir variedad a la misión de Constantine, lo cual nos deja con la mencionada mitología sin pies ni cabeza, y las arbitrarias soluciones mágicas que parecen "deus ex-machina" para salir del paso sin esforzarse demasiado.
Por el lado positivo, me gustó la estructura de la historia, revelando nuevos retos, alianzas y traiciones conforme Constantine y Chas investigan el inframundo mágico de Los Ángeles. Hay algunas buenas ideas (como Angela) y situaciones interesantes (como la epidemia comatosa) que hubieran funcionado mejor con un desarrollo más "racional" y menos místico. Además, el mensaje final sobre el alto precio de la magia cierra la película con un tono sombrío más consistente con la atmósfera del original comic Hellblazer. Desafortunadamente el libreto interrumpe el escaso terror con un desfile de monstruos, demonios y secuencias de acción que no significan nada, ni ofrecen la básica satisfacción visceral de una buena pelea superheroica. En vez de eso, Constantine dice algunas palabras en latín (o alguna lengua inventada), dibuja un sigil, ¡y listo! Se resolvió la crisis sin necesidad de aplicar lógica ni ingenio narrativo.
Y lo peor es que los monstruos no me parecieron suficientemente grotescos para aprovechar la clasificación "R" que recibió Constantine: City of Demons. Hay un poco de sangre, algunas palabras altisonantes, y una o dos escenas ligeramente perturbadoras (como la piscina)... pero, una vez más, las aspiraciones de "animación para adultos" se ven saboteadas por el mediocre diseño artístico y el temor de ofender a... no sé... padres de familia que compran cualquier "caricatura" para sus hijos de cinco años porque piensan que todas son iguales.
En fin... independientemente de mis prejuicios contra los héroes mágicos, creo que el argumento de Constantine: City of Demons da demasiadas vueltas y no hace justicia al espíritu de su icónico protagonista. Y ya sé que todo lo que acabo de escribir probablemente se aplicaría a una hipotética película sobre Zatanna... pero aún así me gustaría verla. Con cameos de Etrigan y Mister E, por favor.
Calificación: 6

IMDb

Wednesday, October 17, 2018

Destination Wedding



Síntomas: Frank (Keanu Reeves) y Lindsay (Winona Ryder) se conocen accidentalmente en camino a una boda, y pasan el fin de semana discutiendo sobre todo lo que odian.

Diagnóstico: Destination Wedding es una película de difícil clasificación, pero creo que podría describirla como una combinación de Richard Linklater, Kevin Smith, y Woody Allen (sin las connotaciones negativas). El argumento es extremadamente simple, pues gira en torno a las conversaciones entre Frank y Lindsay durante un fin de semana, cuando asisten a una boda en un "resort" vinícola de California.
Ahí es donde notamos la influencia de Richard Linklater (particularmente su trilogía de Before Sunrise, Before Sunset, y Before Midnight); dos personajes conociéndose mejor mientras exploran sus similitudes y diferencias. La influencia de Kevin Smith se percibe en los diálogos mismos, tan empeñados en lucir su agudeza y creatividad que terminan extraviándose en un laberinto de referencias culturales, sinuosas construcciones sintácticas, y humor tan irónico que confundiría al mismísimo Chandler Bing.
Finalmente, el director Victor Levin toma prestado de Woody Allen el irreverente análisis de las relaciones humanas, desmantelando la fantasía del romance y señalando la falacia del "vivieron felices para siempre"... un tema particularmente apropiado durante una "boda evento" que solo celebra el narcisismo de los novios, al mismo tiempo que intenta ocultar sus obvias incompatibilidades.
O al menos esa es la opinión de Frank y Lindsay. Como espectadores no tenemos otro marco de referencia para evaluar la situación, ya que el director se enfoca exclusivamente en estos dos personajes. Nunca conocemos al novio ni a la novia, ni a sus amigos o familiares. Solo los vemos de lejos mientras Frank y Lindsay los critican, los insultan, o se burlan de la ceguera mental que afecta a las víctimas del traicionero proceso bioquímico conocido como "amor". Ahora que lo pienso, el único actor que tiene una interacción significativa con Frank y Lindsay ni siquiera es humano.
Por todo lo anterior, Destination Wedding me pareció una fantástica comedia anti-romántica, perfecta para cínicos como yo que no tragamos el espejismo del romance popularizado por Hollywood... y no es por estar "amargados", ni por malas experiencias en el pasado, sino por simple pragmatismo (al menos esa es mi perspectiva... cada quien sacará sus propias conclusiones)(¡Sobre la película, no sobre mi vida personal!)
Lo que puedo aplaudir con razonable objetividad es el fenomenal trabajo de Winona Ryder y Keanu Reeves, quienes mantienen un clásico "duelo de palabras" durante noventa sólidos minutos sin perder un ápice de energía, manejando con precisión y elocuencia esos estilizados diálogos que llevan el insulto hasta niveles poéticos ("No puedes entender la naturaleza humana porque eres un simio"). Y, en lo personal, tengo la sospecha de que la selección específica de Keanu Reeves y Winona Ryder para estos papeles conlleva un mensaje más profundo sobre el desencanto de la "Generación X" que ambos actores personificaron hace treinta años en cintas como River's Edge (Reeves) y Reality Bites (Ryder). Tal vez solo estoy viendo lo que quiero ver, pero su mera presencia añade un "meta-nivel" que enriquece el subtexto de Destination Wedding e insinúa la desilusión generacional hacia un mundo que no cambió tanto como esperábamos. O quizás cambió más de lo que esperábamos.
En fin... a pesar del cinismo, los insultos y el continuo ataque contra los ideales románticos, Destination Wedding termina siendo más cálida y graciosa que cualquier "rom-com" moderna. Claro, sus diálogos son demasiado afectados para el mundo real; y las disfunciones de Frank y Lindsay son tan extremas que resultarían insufribles en una sociedad normal. Sin embargo las emociones que comparten son honestas de principio a fin, y quedé atrapado de inmediato en la hilarante misantropía de dos personajes con los que me sentí plenamente identificado. En resumen: Destination Wedding me pareció una brillante cinta independiente con algo que decir, y probablemente estará entre mis favoritas del año.
Calificación: 9

IMDb

Monday, October 15, 2018

Death Race 4: Beyond Anarchy



Síntomas: Aprovechando su posición como campeón absoluto de Death Race, el misterioso piloto Frankenstein (Veslav Pavlov) tomó control de la prisión conocida como "The Sprawl", y ha desafiado todos los planes del gobierno para derrocarlo. Entonces, el director de la corporación Weyland infiltra un mercenario llamado Connor Gibson (Zach McGowan) en la carrera ilegal para desmantelar la operación desde adentro.

Diagnóstico: No puedo creer que la cuarta entrega de esta irregular saga sea la mejor desde la "original" Death Race, del 2008 (la cual fue remake de la clásica Death Race 2000, de 1975). No incluyo en esa ecuación Death Race 2050 (2017), porque pertenece a otro universo y además me pareció terrible.
Si no entendieron el párrafo anterior, no importa. El punto es que Death Race 4: Beyond Anarchy continúa la premisa establecida en Death Race (2008), Death Race 2 (2010), y Death Race: Inferno (2013), cambiando algunos detalles para hacer la historia más profunda y menos política.
En vez de repetir el conflicto entre Frankenstein y los villanos corporativos que controlan la prisión privada, esta vez Frankenstein se convierte en el antagonista, pero con una válida ideología que justifica hasta cierto punto los brutales métodos que utilizó para transformar la anarquía carcelaria en un sistema socioeconómico medianamente estable... tan violento como siempre, pero estructurado para darle propósito a la vida de los presos, y una meta concreta en su lucha por la supervivencia.
Francamente, no esperaba ese sólido trasfondo filosófico en una B-Movie directa a video, pero el director Don Michael Paul (especializado en secuelas de bajo presupuesto) y sus guionistas (entre los que seguimos encontrando a Paul W.S. Anderson) reconocieron que la violencia, peleas y explosiones son más satisfactorias cuando sentimos algo por los personajes y compartimos su humanidad. Bueno, hasta los roles femeninos ganaron sustancia para compensar (parcialmente) su función decorativa. Claro, siguen siendo "eye candy" (además de ser la secuela más sangrienta de la serie, Death Race 4: Beyond Anarchy también incluye la mayor cantidad de sexo y desnudos), pero los personajes interpretados por Cassie Clare (Bexie, líder de una pandilla femenina), Lucy Aarden (Carley, la novia de Frankenstein), y Christina Marzano (Jane, interés romántico de Connor) tienen suficiente desarrollo para darles motivación y profundidad. No es gran progreso, pero algo es algo.
Por su parte, Zach McGowan interpreta al ex-soldado Connor Gibson como un oponente digno de Frankenstein, no solo en destreza física, sino en criterio estratégico para obtener lo que quiere con la mínima violencia necesaria. Su actuación es bastante buena para el modesto nivel dramático de la cinta, y además se parece a Keanu Reeves, aunque con menos carisma.
En cuanto a la acción, me pareció bastante competente y variada, desde las mencionadas peleas cuerpo a cuerpo, hasta las acrobacias y destrucción durante la emocionante media hora final. Y, como mencioné hace un momento, Death Race 4: Beyond Anarchy por fin aprovechó la clasificación "R" para bañarse en sangre, corrigiendo así uno de los grandes errores de sus predecesoras.
También me gustó la variedad de escenarios, el diseño de los vehículos equipados con todo tipo de armamentos, y la exploración de la infraestructura que permite la sustentabilidad de la prisión; por ejemplo, la manufactura del combustible, la procedencia de refacciones (¡la Ciudad de México!) y otros detalles que elevan el realismo de esta simplista pero bien realizada fantasía pseudo-post-apocalíptica.
Esperaba muy poco de Death Race 4: Beyond Anarchy (sobre todo por el inesperado retraso de su estreno, que se había anunciado hace casi un año... lo cual nunca es buena señal); pero fue una agradable sorpresa descubrir que aún hay combustible en el tanque de la franquicia (ja, ja), y que la "carrera mortal" aún no termina. Mi sugerencia para la quinta parte: Bride of Frankenstein; una mujer protagonista completaría los temas de la saga, y nos daría una perspectiva fresca para continuar la masacre automovilística y la metáfora social.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, October 14, 2018

Nación Asesina (Assassination Nation)



Síntomas: Un "hacker" empieza a revelar los secretos de los habitantes del pueblo de Salem, y cuatro amigas se ven accidentalmente involucradas en las catastróficas consecuencias.

Diagnóstico: Uf. No sé por dónde empezar.
Creo que Nación Asesina es una de las más tendenciosas, absurdas y estridentes películas que he visto este año, repleta de personajes desagradables que viven exclusivamente para satisfacer su narcisismo. Sin embargo, no puedo dejar de admirar la estructura de Nación Asesina y la dirección de Sam Levinson, quien nos lleva por una sórdida sucesión de eventos con inexorable lógica e integridad narrativa. No importa qué tan inverosímiles sean las sorpresas y abruptos giros que toma la película... su mensaje se mantiene en todo momento consistente y relevante para la cultura contemporánea.
Sin embargo, advierto que Nación Asesina toma bastante tiempo para llegar a ese punto. Los primeros veinte minutos me parecieron casi intolerables, pues nos obligan a seguir las frívolas vidas de Lily (Odessa Young), Bex (Hari Nef), Sarah (Suki Waterhouse), y Em (Abra), cuatro estudiantes de la "high school" local con sendos melodramas que giran en torno a sus redes sociales. Mi teoría es que Levinson (también guionista) estableció intencionalmente a las muchachas como personajes antipáticos para instigar en el espectador los mismos prejuicios que más tarde se revelan en los habitantes de Salem, cuya amplia gama de intolerancias (homofobia, misoginia, racismo) se fermenta secretamente hasta detonar en una explosión de violencia. Dejaré que cada lector saque sus propios paralelismos con la situación sociopolítica de los Estados Unidos (y de otros países, desafortunadamente).
Otro obstáculo para apreciar las buenas intenciones y audaces ideas de Nación Asesina son las irregulares actuaciones del elenco juvenil. Ya sea por decisión del director o por falta de experiencia, Odessa Young, Hari Nef, Abra y Suki Waterhouse (la única con una filmografía significativa) se sienten demasiado artificiales como "chicas malas" (pero no muy malas) que despiertan la envidia, lujuria, u hostilidad de sus compañeros escolares. Tal vez estoy sobre-analizando (como siempre), pero creo que les faltó el carisma de Veronica Sawyer en Heathers, o la intensidad de Regina George en Mean Girls... o al menos la cómica malicia de Big Red en Bring It On. Sé que pido demasiado, pero la ambición de Nación Asesina requería talento de esa magnitud para no tropezar desde el principio con las limitaciones de su elenco.
Por parte de los adultos (todos hipócritas o ineptos, obviamente), Colman Domingo, Joel McHale y Jeff Pope ofrecen adecuados momentos de perversión o cobardía que exacerban la volátil situación en el pueblo de Salem. Como dije, no hay nada "realista" en el desarrollo de Nación Asesina... pero los conceptos que la sustentan son trágicamente creíbles, y los actores manejan con estoicismo algunas escenas perturbadoras y humillantes (todo lo cual nos advierten desde el principio con una larga lista de "trigger warnings" que parecen un chiste "transgresor"... pero al final nadie estará riendo).
Entonces, para una película que empieza como una versión repugnante de Mean Girls, y luego se transforma en una mezcla de The Purge y Kill Bill, Nación Asesina logró mucho más de lo que yo imaginaba. Definitivamente no es para todos los gustos, y habrá individuos que se sentirán personalmente ofendidos por los extremos a los que llega la cinta. Cada quién sabrá si eso constituye una recomendación o una advertencia. En lo personal, creo que Sam Levinson cumplió su misión de incomodarnos al mismo tiempo que imparte una dolorosa lección sobre la desconexión emocional causada por nuestra sociedad super-conectada
Calificación: 7.5

IMDb

Saturday, October 13, 2018

Nace Una Estrella (A Star is Born)



Síntomas: El famoso cantante de rock Jackson Maine (Bradley Cooper) promueve la carrera de una nueva cantante llamada Ally (Lady Gaga), pero las presiones de la fama ponen en peligro su relación.

Diagnóstico: De todas las versiones que se han filmado de esta clásica historia, Nace Una Estrella (2018) es la más reciente.
Hablando en serio, no haré comparaciones con las demás encarnaciones de Nace Una Estrella (1976, 1954 y 1937), porque no las he visto, o no recuerdo mucho de ellas. Además, el director/actor Bradley Cooper imprime una sensibilidad tan personal y contemporánea a esta nueva versión que podemos olvidar el pasado y enfocarnos en los retos y oportunidades de una industria musical muy distinta a la que retrataron aquellas venerables reliquias del siglo veinte.
Con eso fuera del camino, puedo decir que Nace Una Estrella es una excepcional producción de una historia que conocemos de memoria... el tortuoso ascenso al estrellato; las complicaciones que acarrea la fama; y la posibilidad del fracaso o la redención al final de la película, cuyo sobrio melodrama mantiene un sano balance entre emociones reales y el potencial mercadológico de un proyecto calculado para ganar premios cinematográficos.
El tiempo dirá si Nace Una Estrella gana algo; pero ciertamente lo merece. O al menos nominaciones, empezando por Bradley Cooper en un impresionante debut como director, visualmente creativo pero sin desplantes estilísticos; y narrativamente confiado en un libreto (co-escrito con Eric Roth y Will Fetters) que no necesita exageraciones ni manipulación para satisfacer al espectador. En otras palabras: Cooper no intentó "arreglar" lo que no estaba roto; simplemente aplicó un barniz de modernidad que conserva y amplifica los temas de la cinta en esta época de estrellas de YouTube y fama instantánea (y a veces arbitraria).
En su faceta de actor, Bradley Cooper captura el cansancio de Jackson Maine, un ícono del rock hastiado con la rutina de la fama, pero aún capaz de reconocer el talento cuando lo encuentra. Su evolución no es tan compleja como el de Ally, pero al mismo tiempo requiere cambios más sutiles en la textura de su actuación, y Cooper los afronta con realismo y convicción. A decir verdad nunca he sido muy devoto de este actor, pero creo que Nace Una Estrella tiene la mejor actuación de su carrera... hasta el momento.
Y, para el papel de Ally, fue un gran acierto usar a Lady Gaga, no solo para aprovechar su voz en las secuencias musicales, sino por la fenomenal presencia escénica que ha ganado en su carrera real. No sé si una actriz "normal" hubiera mostrado esa seguridad detrás del micrófono (y del piano), sobre todo con la decisión de Cooper de grabar la música "en vivo", al momento de la filmación, lo cual le da a las canciones una energía única que nunca se hubiera obtenido con simples "playbacks". Y, más allá de su voz y carisma, la historia de Nace Una Estrella evoca parcialmente la carrera de Lady Gaga como estrella pop, añadiendo un nivel adicional de significado que altera nuestra percepción de su personaje. Sin ser fan de su obra musical, puedo decir que Lady Gaga hizo una de las mejores transiciones de cantante a actriz que he visto hasta el momento. Lo cual no significa que sea perfecta... pero incluso los ocasionales tropiezos de su actuación contribuyen al realismo de la nueva y caótica situación de Ally, que no siempre puede asimilar.
Hablando de música, me gustó más la primera mitad de Nace Una Estrella, cuando el énfasis está en el "rock dinosaurio" de Jackson Maine (su estilo es similar a Bruce Springsteen, pero un poco más "hard"). La segunda mitad pone más atención a la música pop de Ally, y aunque no me desagradó, perdí un poco de interés por los números musicales.
Finalmente, merece mención el elenco secundario que incluye grandes actuaciones de Sam Elliot, Andrew Dice Clay (irreconocible, hasta que vi su nombre en los créditos finales), Rafi Gavron, y acertados cameos de Alec Baldwin y otras celebridades reales que hacen más convincentes los atisbos a la industria musical. Ah, y también me dio gusto que Cooper haya invitado algunos antiguos compañeros de Alias, como Ron Rifkin y Greg Grunberg. Buen detalle para recordar sus humildes raíces.
Entonces, aunque no me impresionó el aspecto romántico de Nace Una Estrella, todo lo demás está tan bien realizado que merece una sincera recomendación como una de esas raras películas "de prestigio" realmente merecedora de los halagos que está acumulando. Solo resta ver cómo se desarrolla la carrera de Bradley Cooper como director... ¿"One Hit Wonder", o el siguiente Clint Eastwood? El tiempo dirá, y será interesante presenciar el proceso.
Calificación: 9.5

IMDb

Friday, October 12, 2018

Enemigo Inmortal (Bleeding Steel)



Síntomas: El Oficial Lin (Jackie Chan) lleva más de diez años persiguiendo a un misterioso villano con habilidades sobrehumanas. Mientras tanto, la joven estudiante Nancy (Na-Na OuYang) tiene pesadillas que podrían ser memorias reprimidas de un evento traumático en su infancia... las cuales son similares a la novela "Bleeding Steel", del famoso escritor Rick Rogers (Damien Garvey). Y también interviene un mago "steampunk", un hacker llamado Leeson (Show Lo), y el Teatro de la Ópera en Sidney, Australia.

Diagnóstico: ¿Como se conectan tan dispares elementos? No tengo idea. El libreto de Bleeding Steel es una confusa revoltura de clichés y personajes que siempre están peleando, persiguiéndose, o "monologando" para justificar todo aquello que el director/escritor Leo Zhang añade arbitrariamente para complicar aún más una historia sin pies ni cabeza, cuyas "explicaciones" se vuelven más y más absurdas, hasta que dejé de prestar atención.
Al menos me mantuvieron entretenido los excelentes efectos especiales de Enemigo Mortal, pues aunque NO es una cinta de superhéroes, se empeña en reciclar conceptos y situaciones comunes en las cintas de Marvel Comics. Entre ellos: el villano parlanchín con misteriosos poderes (¿mencioné los monólogos?); una dotación inagotable de esbirros que parecen stormtroopers de Star Wars, pero con armadura negra y cascos de Daft Punk; una imparable "enforcer" obviamente basada en Black Widow (con un poco de Elektra Natchios); y, mi favorito... una base aérea que combina el Helicarrier de S.H.I.E.L.D. con un Star Destroyer de Star Wars.
Y, a todo esto... ¿dónde está Jackie Chan? Desde luego es la estrella de Enemigo Inmortal, pero su presencia se siente casi intrascendente, como receptor pasivo de los planes de los malos, mientras sufre secretamente por una Tragedia del Pasado© que se conecta con los eventos del presente. Ya sé que Chan tiene 64 años, y no puede hacer lo mismo que hacía hace tres décadas en cintas como Armour of God (1986) y Police Story 3: Supercop (1992). Pero los libretos de sus mejores películas recientes se han adaptado a la situación, ya sea con peleas más realistas (The Foreigner), o compartiendo las escenas de acción (Chinese Zodiac) con actores jóvenes y miembros del distinguido "JC Stunt Team" que Chan ha entrenado exactamente para estos casos.
Sin embargo, Bleeding Steel minimiza las hazañas de Chan para enfocarse en el ridículo argumento de ciencia ficción que no ofrece innovación alguna, ni suspenso, y mucho menos las emociones que el director Leo Zhang quiere inspirar con el melodrama del Oficial Lin en busca de redención por una misión fracasada donde murieron muchos agentes, así como el genio científico que desarrolló la tecnología que necesita el villano "Bio-Roide" para... no sé... ¿mantener a flote su fortaleza voladora? (La cual, por cierto, parece tomar energía de un volcán portátil, o algo así).
Como fan de Jackie Chan desde hace más décadas de las que quiero admitir, Enemigo Inmortal fue una gran decepción. Repito, no porque Chan esté "viejo" (obviamente está en excelente forma física), sino porque, simplemente, no parece una película "de Jackie Chan", sino un enredado plagio del cine de superhéroes, pero sin superhéroes, ni personajes interesantes, ni la creatividad necesaria para replantear estas viejas ideas en un formato más compatible con las habilidades de Chan.
Sin embargo, no todo está perdido; algunas de las peleas son visualmente impresionantes (como la del mencionado Teatro de la Ópera), los efectos están al nivel de Hollywood, y hay esporádicos rasgos del clásico humor de Chan para confirmar que, a pesar de su éxito, no se toma muy en serio.
Lamentablemente algunos puntos positivos no compensan las dos tediosas horas de Enemigo Inmortal, y solo podría recomendarla para los más devotos fans de Jackie Chan que disculparán todo a cambio de verlo una vez más en la pantalla. Para el resto del público, recomendaría alguna de sus clásicas películas de artes marciales o, para el caso, alguna de las cintas de Marvel que Enemigo Inmortal intentó (sin éxito) imitar. Creo que Captain America: The Winter Soldier es la más cercana en tono y apariencia. O incluso la versión de Captain America de 1990 sería preferible. En cualquier caso saldrán ganando.
Calificación: 6 (solo por los efectos)

IMDb

Thursday, October 11, 2018

Office Uprising



Síntomas: Cuando los empleados de la empresa Ammotech empiezan a actuar de manera violenta e irracional, el joven contador Desmond Brimble (Brenton Thwaites) busca la manera de escapar del edificio blindado... y, si es posible, también intentará salvar a Sam (Jane Levy), la compañera que le gusta.

Diagnóstico: Office Uprising es una combinación de las películas Mayhem, The Belko Experiment, y la serie de televisión iZombie... ninguna de las cuales es particularmente popular, así que el director Lin Oeding puede copiar con impunidad para crear su propio micro-apocalipsis laboral donde el héroe enfrenta los clásicos problemas de una oficina (jefe antipático, compañeros neuróticos, reglas absurdas), pero exagerados hasta niveles mortales por culpa de un misterioso contagio que se propaga por el edificio de la Corporación Ammotech, dedicada a la manufactura de armamento... lo cual añade un "sutil" comentario sobre la obsesión de los Estados Unidos con la carrera armamentista.
Para crédito de Oeding y sus guionistas, Office Uprising no se limita a reciclar los clichés del cine de zombies, pues los empleados infectados no se convierten en simples "muertos vivientes", sino en versiones violentas y paranoicas de sus personalidades originales. Y, más importante, Desmond no sabe si se trata de un fenómeno temporal, de modo que no quiere matar indiscriminadamente a sus co-trabajadores (bueno, a menos que lo merezcan). En vez de eso debe aprovechar el ingenio que antes utilizaba para evadir trabajo, y que ahora será necesario para escapar del edificio, quedarse con la chica, y darle su merecido al odioso jefe que lo critica todos los días (supongo que también podríamos añadir Office Space a las influencias cinematográficas de Office Uprising).
Las actuaciones me parecieron adecuadas para el nivel dramático de la película. Brenton Thwaites (el nuevo Robin en la serie Titans) es un héroe un poco blando, pero simpático y accesible, combinando irreverencia milenial con la actitud de los "slackers" noventeros. Karan Soni (el taxista en Deadpool) es el obligatorio amigo cobarde que encontrará fuerza interna para enfrentar el peligro sin perder su sentido del humor; Zachary Levi contradice su afable imagen con un intenso "Boss from Hell"; y Jane Levy (Don't Breathe) me pareció excelente como Samantha, la empleada de Recursos Humanos que podría o no estar infectada por la manía homicida, haciendo mucho más arriesgado su rescate. Además de manejar con gran destreza los momentos cómicos (le sirvió la experiencia del "sitcom" Suburgatory) Levy muestra notable desempeño en las peleas y secuencias de acción; claro, gran parte del crédito corresponde a su "stunt person", pero aún así se ve completamente convincente golpeando pseudo-zombies con un extintor, o derribando oponentes mucho más grandes que ella.
Hablando de lo cual, Office Uprising luce "stunts" espectaculares para una cinta de mediano presupuesto (el director Lin Oeding fue coordinador de stunts en cintas como The Equalizer, Extraction, y Olympus Has Fallen). Y, aunque es principalmente una comedia, también ofrece elevados niveles de sangre, brutales peleas, y violencia extrema para demostrar que, entre risa y risa, el peligro es real. Bueno, "real" dentro del universo de la cinta.
Por el lado negativo, el final se vuelve progresivamente más absurdo con cada obstáculo artificial que complica la misión de los héroes; y el mencionado mensaje social se siente hipócrita porque, irónicamente, los "buenos" terminan usando armas de fuego, mientras que los "malos" se limitan a usar sus herramientas de trabajo para crear caos y destrucción. Pero son simples detalles que no empañan las virtudes de Office Uprising, la cual puedo recomendar como una sólida comedia con elementos de horror, y como auspicioso debut de un director con igual talento para las escenas de violencia, y para el perverso sentido del humor que convierte sangrientas atrocidades en catárticos chistes dirigidos a cualquier empleado que haya soñado con la decapitación de sus jefes y compañeros de trabajo. Es perfectamente normal, y nadie los está juzgando.
Calificación: 8.5

IMDb

Wednesday, October 10, 2018

Hold the Dark



Síntomas: En un remoto pueblo de Alaska varios niños han sido víctimas de una manada de lobos. Entonces la madre de uno de ellos solicita la ayuda del experto Russell Core (Jeffrey Wright) para cazar a los animales.

Diagnóstico: Los primeros quince minutos de Hold the Dark prometen un clásico conflicto de "hombre vs. Naturaleza"; aunque, francamente, no me atraía la idea de ver a los lobos como villanos de la película.
No debí preocuparme.
El director Jeremy Saulnier (Blue Ruin, Green Room) y el guionista Macon Blair planearon algo mucho más ambicioso, y los lobos terminan como adornos periféricos con poca influencia en la trama principal. O quizás tienen más importancia de la que aparentan. Todo depende de cómo interpretemos el esotérico argumento de Hold the Dark (basado en la novela de William Giraldi), cuyas vueltas y revelaciones se van apilando hasta formar un misterio impenetrable que nunca se resuelve satisfactoriamente.
Sin embargo Saulnier es un excepcional director con enorme talento para crear tensión y plantear situaciones de intolerable suspenso; gracias a eso Hold the Dark se convierte en un eficiente thriller que aprovecha perfectamente a sus actores, al hostil territorio de Alaska, y la espiritualidad de los nativos que viven en un mundo ajeno al "hombre blanco", donde las leyes son opcionales y la realidad es subjetiva.
Jeffrey Wright interpreta a Russell Core, escritor experto en lobos que busca expiación por un amargo evento en su pasado. Quizás por eso acepta viajar al pueblo de Keelut cuando Medora Slone (Riley Keough), la madre de uno de los niños desaparecidos, le pide ayuda para exterminar a los lobos que amenazan a la comunidad. Pero Russell no es un cazador experimentado, ni está preparado para los rigores de las montañas nevadas.
Entonces llega el primero de muchos "twists", y Hold the Dark se convierte en una larga y melancólica reflexión sobre la línea divisoria entre el reino animal y la bestia humana. Perfecto tema para Saulnier, un cineasta fascinado por el potencial del hombre para la crueldad y la violencia. Y, desde luego, no pierde tiempo para sumergirnos en su nihilista visión del mundo, donde no hacen falta razones para matar, porque la Naturaleza tampoco justifica sus acciones. O algo así.
Obviamente no quiero revelar los secretos de Hold the Dark; pero puedo decir que no encontraremos respuestas concretas ni motivaciones tradicionales en las acciones de los personajes. Saulnier y Blair cambian las reglas arbitrariamente y destruyen nuestras expectativas cada vez que creemos saber hacia dónde se dirige la película.
Esto es bueno en algunos casos... y menos bueno en otros, como ese final que me dejó pensando "¿Eso fue todo? ¿Tantas vueltas para llegar a ningún lado?"
De cualquier modo Hold the Dark me pareció una obra recomendable tan solo por la increíble dirección de Saulnier, quien nos ofrece varias escenas aisladas de fenomenal impacto (incluyendo una balacera que rivaliza la de Heat)(No estoy exagerando), junto con las enigmáticas actuaciones de Jeffrey Wright, Riley Keough, Alexander Skarsgård como el padre del niño desaparecido, y James Badge Dale como el alguacil local que nunca fue aceptado por la población nativa. El desempeño de los actores es muy bueno; pero, como dije antes, no compensa la sensación de vacío que nos deja el abrupto desenlace. Por el lado positivo... la "Maldición Netflix" no afectó tanto a Saulnier como algunos de sus colegas. Ojalá se esté disipando, y podamos recibir nuevas "Películas Originales" con más confianza y entusiasmo.
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, October 8, 2018

Sleep No More



Síntomas: La Dra. Ella Whatley (Yasmine Aker) y sus alumnos conducen un estudio sobre la droga experimental Cogniphan, diseñada para eliminar la necesidad de dormir. Pero cuando la universidad amenaza con cancelar el proyecto, el equipo decide continuar sus experimentos en secreto.

Diagnóstico: Como indica esa descripción, Sleep No More es una combinación de Flatliners (cualquier versión) y el episodio "Sleepless" de The X-Files (2a. temporada, episodio 4). El director Phillip Guzman incluso ubica la historia en los ochentas para añadir ese sabor "retro" de ciencia semi-casera en manos de investigadores con buenas intenciones pero cuestionable ética profesional, tratando de cambiar al mundo con teorías que exceden los límites de la razón. En otras palabras: la premisa de Sleep No More sería absolutamente ridícula en el mundo real; pero en el contexto de las B-Movies podemos creer por un momento las teorías de la Dra. Whatley y su droga milagrosa, cuyos efectos secundarios evocan por igual fenómenos sobrenaturales, o una exótica biología jamás catalogada por el hombre.
Al mencionar el término "B-Movies" queda implícito el bajo presupuesto de Sleep No More, así como las demás "características" de ese nicho cinematográfico (para no llamarles "fallas"), incluyendo actuaciones irregulares, locaciones prosaicas, y efectos especiales de mediana calidad. Y, en el plano narrativo, tenemos decisiones incongruentes, abruptos cambios de actitud, y mucho relleno para inflar la duración de la cinta hasta noventa minutos, cuando probablemente hubiera bastado la mitad de ese tiempo para contar la historia.
Pero, bueno... como asiduo seguidor del horror “indie”, prefiero enfocarme en los aspectos positivos, como las audaces ideas del libreto escrito por Jason Murphy, donde se propone la existencia de un "punto de lucidez" que puede alcanzarse al permanecer despierto durante 200 horas (el nombre original de la película era "200 Hours"), lo cual provoca una  "reprogramación" del cerebro y elimina la necesidad de dormir. Sin embargo la Dra. Whatley descubre que los períodos de sueño involucran fenómenos que no pueden descartarse sin poner peligro la vida de los sujetos del experimento.
En ese aspecto, Sleep No More también me recordó From Beyond (una de mis películas favoritas sobre "ciencia fuera de control"), aunque lamentablemente Sleep No More no cuenta con la excelsa imaginación de H.P. Lovecraft para explorar las fronteras del mundo racional. Aunque sí tiene a la actriz Brea Grant con lentes y peinado muy similares a los que usó Barbara Crampton en aquella película. Me pregunto si habrá sido una referencia intencional a From Beyond... o un homenaje a Velma Dinkley.
Los demás actores navegan los vaivenes dramáticos del argumento sin destacar ni perjudicar la película; y los mencionados efectos especiales mantienen una interesante ambigüedad para no revelar prematuramente sus sorpresas, creando escenas tenebrosas por el misterio que implican, y no necesariamente por las imágenes que ofrecen.
Sleep No More me pareció bien realizada dentro de sus limitaciones técnicas y artísticas; y disfruté particularmente su fusión de horror y ciencia ficción porque el tema de los sueños siempre me ha interesado (una vez sentí algo similar a ese ficticio "punto de lucidez" cuando estuve despierto durante casi cincuenta horas). Fuera de eso, Sleep No More ofrece modestas dosis de “gore” y suspenso con suficientes buenos momentos para justificar una recomendación. Aunque quizás hubiera preferido ver de nuevo From Beyond.
Calificación: 7

IMDb

Sunday, October 7, 2018

No Te Preocupes, No Irá Lejos (Don't Worry, He Won't Get Far On Foot)



Diagnóstico: Biografía del caricaturista John Callahan (Joaquin Phoenix), cuyos subversivos dibujos (algunos los llamaban "ofensivos") se burlaban de la incipiente "corrección política" en la década de los ochentas, al mismo tiempo que servían como catártica terapia en su lucha contra el alcoholismo.

Diagnóstico: No Te Preocupes, No Irá Lejos es una conmovedora (pero no sentimental) historia de sufrimiento y redención humana, cuyo libreto juega con el tiempo para confundir nuestra percepción del protagonista, e inspirar curiosidad sobre su notable evolución de pintor de casas alcohólico a ícono cultural. El director Gus Van Sant aplica su habitual sensibilidad lírica/realista, y obtiene extraordinarias actuaciones de un elenco que, en un par de ocasiones, logra trascender su previo desempeño. Me da gusto que Van Sant esté firmemente de regreso en el cine "normal" después de sus incursiones en el surrealismo que obviamente era muy personal, pero obtuso para el público general (como yo).
Por el lado negativo, algunas personas encontrarán No Te Preocupes, No Irá Lejos distante e indiferente por el relativo anonimato de su protagonista. John Callahan vivió y trabajó en la ciudad de Portland, Oregon, donde se convirtió en una figura controversial; pero su obra rara vez trascendió fronteras. Incluso como fan de los comics y las tiras cómicas (GoComics es una de mis visitas obligatorias todos los días), nunca había escuchado de este caricaturista, y no puedo negar que me costó trabajo mantener la atención en los más arcanos pasajes de esta biografía.
Sin embargo, tal vez ese fue el punto de Van Sant... celebrar las anónimas batallas que se libran diariamente por individuos no muy conocidos, pero especiales por su acopio de enorme fortaleza para enfrentar la adversidad; y así demostrar que no hace falta cambiar al mundo o ser una estrella deportiva o musical para vivir una vida excepcional en espíritu y dedicación. En otras palabras: una celebración de la gente ordinaria con retos extraordinarios.
O quizás Van Sant es aficionado a los dibujos de John Callahan, y quiso difundir su genialidad por medio de una competente biografía que no solo revela el origen de la obra, sino al individuo detrás de las caricaturas.
Como sea, No Te Preocupes, No Irá Lejos me pareció una de las mejores películas recientes de Gus Van Sant. Sigue gustándome más su obra del siglo pasado (como Drugstore Cowboy, To Die For y Finding Forrester), pero No Te Preocupes, No Irá Lejos revela su madurez como cineasta, y ofrece renovado optimismo por sus proyectos futuros, a diferencia de otras "leyendas" que se han apagado con el paso de las décadas.
En lo que respecta a los actores, Joaquin Phoenix es brillante, como siempre, en el papel de John Callahan, un hombre con serios problemas emocionales, pero suficientemente consciente de sus disfunciones para mantener una vida estable... hasta que un accidente lo deja paraplégico y deprimido. Lo acompaña un ecléctico reparto de soporte que incluye a Kim Gordon (de Sonic Youth), Udo Kier, y Rooney Mara. Jack Black tiene un papel breve pero importante; y aunque siempre me ha gustado su instinto humorístico, no lo consideraba un "buen actor"... tan solo un buen comediante que (casi siempre) encuentra roles adecuados para su estilo personal. Sin embargo, bajo la dirección de Van Sant, Black revela capacidad dramática que jamás percibí en sus previas actuaciones; en particular hay una escena que me dejó pasmado, y me hizo pensar que ningún otro director hasta el momento había logrado "escarbar" bajo la superficie de su talento. Veremos si fue una anomalía, o si rinde frutos a futuro.
Y también podría elogiar en términos similares a Jonah Hill, eterno patiño en comedias "stoner" que ahora se reinventa como un excelente actor de carácter en el papel de Donny, el excéntrico patrocinador de John en Alcohólicos Anónimos. La película definitivamente le pertenece a Joaquin Phoenix, pero fue un placer encontrar inesperada genialidad en estos dos actores.
Entonces, No Te Preocupes, No Irá Lejos es una cinta muy recomendable, pero de interés limitado por su estrecho nicho cultural. Además de sus virtudes técnicas y artísticas, su mayor logro es la difusión del trabajo de John Callahan, el cual ciertamente me inspiró a buscar. Supongo que ese es el mejor resultado de una "bio-pic"... no solo explicarnos al hombre, sino perpetuar su legado. Ojalá alguien se anime a hacer lo mismo con biografías de Al Jaffee, Jack Davis o Don Martin.
Calificación: 8.5

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