Wednesday, July 20, 2016
Sing Street
Síntomas: A mediados de los ochentas, durante una fuerte depresión económica en Dublín, Irlanda, el joven Cosmo Lalor (Ferdia Walsh-Peelo) forma una banda de rock con amigos de su escuela secundaria. Así comienza su arduo camino a la madurez, y al descubrimiento de que la música puede llegar más allá de impresionar chicas.
Diagnóstico: ¿Una banda amateur en Dublín durante una depresión económica? ¿Será acaso un re-make de The Commitments? No, Sing Street no es un re-make, pero se nota la influencia de aquella icónica cinta de Alan Parker en muchos aspectos de este nuevo musical de John Carney... lo cual no tiene nada de malo. Sing Street comparte elementos culturales con The Commitments, pero encuentra de inmediato su propia personalidad, además de adoptar un estilo musical suficientemente distinto para evitar injustas comparaciones con cualquier otro relato sobre "bandas de garage".
Otra gran diferencia es que el aspecto musical de Sing Street pasa gradualmente a segundo plano, dándole mayor importancia a la historia "coming of age" que forma el eje emocional de la película. Y aunque el recorrido del joven Cosmo hacia la madurez vale la pena por sí mismo, yo hubiera preferido mayor equilibrio con la evolución de su grupo musical. En otras palabras, algo similar a Once y Begin Again, donde Carney mostró intensas historias de crecimiento personal sin perder de vista la música como parte esencial de la experiencia. Sing Street fue realizada con la misma intención... pero favoreciendo el melodrama romántico de Cosmo, lo cual reduce el tiempo que pasamos con el resto de la banda (llamada "Sing Street" en honor a la calle Synge, donde está su escuela).
A pesar de eso disfruté las múltiples sub-tramas de la cinta; y aunque no se ajustan específicamente a mi gusto personal, ciertamente aprecié el ingenio y talento detrás de las canciones originales interpretadas por estos jóvenes estudiantes. El período histórico, ubicación geográfica y entorno socio-económico justifican la fuerte influencia de los "new romantics" populares en aquella década, dando como resultado canciones que imitan el estilo de Duran Duran, Joy Division, The Cure y Spandau Ballet, con algunas referencias norteamericanas como Hall & Oates (yo hubiera preferido Garfunkel & Oates); pero, sea cual sea su origen, todas las canciones me parecieron fantásticas (varios días después aún tengo "The Riddle of the Model" dando vueltas en mi cabeza).
Quizás para justificar ese inusitado nivel de talento, el libreto incorpora la clásica figura del mentor en la forma de Brendan (Jack Reynor), el hermano mayor de Cosmo. Brendan es un "dropout" universitario, cínico e inteligente, pero sin ambición para hacer algo con su vida... excepto orientar a su hermano sobre las diferencias entre bandas británicas y americanas, sobre la trampa del comercialismo y, desde luego, sobre el genuino espíritu del rock, que debe trascender las limitaciones mismas de los músicos que se atreven a interpretarlo.
Todos los actores son excelentes, y aún más creíbles por ser rostros desconocidos; los únicos "nombres" son Aidan Gillen (Game of Thrones) y Maria Doyle Kennedy (Orphan Black, The Commitments... ¡qué coincidencia!) como los padres de Cosmo, sumidos en su propio drama marital de infidelidad y crisis económica. La "musa" del grupo es Raphina, interpretada por Lucy Boynton con iguales porciones de dulzura y candor sobre las realidades de la inmisericorde industria musical; y Jack Reynor como Brendan se roba todas las escenas con sus acertados diálogos e irónicos comentarios. Me gustaría ver una secuela sobre su historia personal, quizás cubriendo la música de los noventas...
Cualquiera que sea el siguiente proyecto del director John Carney, quedó demostrada su capacidad para crear historias honestas e interesantes que utilizan la música como genuino complemento de la narrativa, y no como simple adorno o apoyo mercadológico. Quizás Sing Street no fue su mejor película (esa sería Once, en mi humilde opinión), pero aún así merece una efusiva recomendación, sobre todo para quienes algunas vez tocamos (mal) en el garage (o azotea) de alguna casa, haciendo más ruido que "música". Sing Street entiende la magia de aquellos momentos y los acompaña con un sutil eco de comentario social, dando como resultado una memorable experiencia que combina nostalgia con cruda realidad. Y enorme amor por la música.
Calificación: 8.5
IMDb
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Qué tal Pablo, una vez más yo comentando críticas que habías hecho hace tiempo, es que no había tenido oportunidad de ver esta película que me pareció maravillosa.
ReplyDeleteCreo que los realizadores tienen genuino amor por la música de esa época, hasta podría pensar que el guión se escribió a partir de esas canciones, y hablando de realizadores, vi entre los créditos a Jim Parsons como autor, sabes algo de eso? En fin, espero que tengas un lindo fin de semana
Emilio Alejandro: Además de amor por la música de la época, me da la impresión de que los escritores probablemente tuvieron su "banda de garage", y supieron capturar la magia de esos recuerdos con increíble precisión y sinceridad. Qué bueno que lograste verla; tengo entendido que tuvo algunas nominaciones, así que probablemente más gente la descubrirá este año (además de que ya llegó a Netflix). Muchos saludos y gracias por tu comentario!
ReplyDeleteEmilio Alejandro: Perdón! Olvidé responder lo de Jim Parsons. En efecto, hay alguien con ese nombre en los créditos de Sing Street, pero no es el comediante de The Big Bang Theory, sino un artista de efectos especiales que también trabajó en Doctor Strange y Gods of Egypt (no lo culpes por la calidad del libreto ;-). Si te interesa, aquí está su página en el IMDb: https://goo.gl/C5WsyR Saludos y suerte!
ReplyDeleteMuchas gracias Pablo, que tengas un gran fin de semana.
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