Thursday, January 31, 2019

Rust Creek



Síntomas: Sawyer Scott (Hermione Corfield) viaja en automóvil a la ciudad de Washington para una entrevista de trabajo, pero el tráfico la obliga a tomar una desviación por los solitarios caminos del estado de Kentucky... con desafortunadas consecuencias.

Diagnóstico: Rust Creek es un buen ejemplo de un argumento poco original, pero realizado con suficiente destreza y creatividad para olvidar que ya lo vimos antes. Muchas, muchas veces.
La clásica premisa de los individuos que se pierden en el bosque y encuentran hostiles habitantes rurales es casi tan antigua como el cine mismo; y, vale decir, de vez en cuando los roles se invierten, y el "extraño de la ciudad" resulta ser el villano. Pero lo importante es el simbólico choque entre dos culturas con distintos valores e ideologías, lo cual se refleja en su actitud general y en las soluciones que encuentran para problemas inesperados.
En el caso de Rust Creek, el problema de Sawyer es sobrevivir el tiempo suficiente para regresar a la civilización. El problema de sus perseguidores es matarla para garantizar su silencio sobre ciertos negocios secretos. Y el problema de los policías que encuentran el automóvil abandonado de Sawyer es... ¿comer donas, o algo así? Pero no todos los policías del pueblo son ineptos... y no todos son confiables.
Como dije, ya hemos visto esta historia en muchas películas; y, para bien o para mal, Rust Creek no llega tan lejos en el horror como I Spit on Your Grave, ni es tan culturalmente transgresora como la venerable Deliverance. En vez de eso Rust Creek encuentra un cómodo nicho intermedio de thriller "a fuego lento", donde el pensamiento estratégico y el desarrollo interno de Sawyer toman precedencia sobre las confrontaciones físicas. En otras palabras, el punto de la cinta no es reciclar la violencia de, digamos, The Hills Have Eyes, sino acompañar a la protagonista mientras aprende nuevas cosas sobre sí misma y sobre un mundo que hasta el momento desconocía, quizás como resultado de su impaciencia y juventud.
Por el lado negativo, la trama se extiende demasiado, y los villanos son huecas caricaturas con un solo propósito en sus pequeñas mentes, lo cual aprovechan los guionistas (Julie Lipson y Stu Pollard) para resolver escenas que no planearon con suficiente cuidado, o para introducir nuevas variables por medio de forzadas coincidencias que es difícil tomar en serio (por ejemplo, el asunto de la crema batida).
Afortunadamente Rust Creek gana fuerza durante el tercer acto, cuando la persecución se transforma en una especie de "integración cultural" que ofrece nuevos temas y más oportunidades para explorar la vida rural desde otra perspectiva, más abierta y menos amarillista. Y eso es algo que pocas veces (tal vez nunca) había visto en historias de este tipo.
Por lo demás, Rust Creek ofrece competentes valores de producción, sólida dirección de Jen McGowan, y excelente cinematografía para retratar los bosques sureños de tonos rojizos que pueden ser amenazadores o pintorescos según la hora del día. Y también merece mención el trabajo de Hermione Corfield en el papel de Sawyer; Jay Paulson como el ermitaño Lowell; y Sean O'Bryan como el alguacil local, compartiendo la pericia del Jefe Wiggum y la ética del Sheriff Lobo (perdón por esa referencia tan arcaica).
A fin de cuentas Rust Creek no es horror, sino una curiosa sub-especie de thriller combinado con melodrama "indie" que me gustó bastante... una vez que asimilé esta extraña fusión de estilos. Esto significa que no tiene el "gore" de Wrong Turn, ni la tortura psicológica de Eden Lake, y mucho menos el humor de Tucker & Dale Vs. Evil. Rust Creek pertenece a su propio género, y eso fue suficiente innovación para ignorar sus clichés. Y para reforzar mi propósito de jamás internarme en el bosque.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, January 30, 2019

Polar



Síntomas: La empresa criminal Damocles mantiene una política de retiro obligatorio para asesinos mayores de 50 años. Duncan Vizla (Mads Mikkelsen) está punto de cumplirlos, pero su jefe, el Sr. Blut (Matt Lucas), quiere quedarse con su pensión; entonces envía un escuadrón de jóvenes asesinos para "retirar" permanentemente al veterano Vizla.

Diagnóstico: Después de tantas cintas de Marvel y DC Comics, me dio gusto encontrar una película basada en una novela gráfica de Dark Horse Comics (escrita y dibujada por el español Victor Santos). Sin embargo, al principio sentí una leve decepción por los enormes cambios que sufrió Polar: Came From the Cold en su adaptación a la pantalla grande. O, mejor dicho, pantalla chica, ya que se trata de un estreno exclusivo de Netflix.
Creo que yo esperaba un estilizado y monocromático "noir" similar a Sin City, con mínimos diálogos y mucha acción; pero el director Jonas Åkerlund tomó un camino distinto, más similar a la febril visión de cintas como Smokin' Aces y John Wick... lo cual, en retrospectiva, resultó ser una excelente idea.
Sí, tal vez yo hubiera preferido una versión más literal del comic, pero lo que hizo Åkerlund fue tomar esa premisa y añadir su exuberante energía creativa (imaginen Spun, pero con un presupuesto más elevado y todas las técnicas digitales modernas a su disposición), adornando cada escena con fantásticos detalles de diseño, edición, y hasta vestuario, que nos sumergen en este surrealista universo de violencia y humor, donde la típica historia de "asesino perseguido por sus colegas" gana una fresca perspectiva y disimula los inevitables clichés que encontramos en el camino. Por suerte Åkerlund conduce tan rápido que apenas tenemos tiempo de notarlos.
En el papel de Duncan Vizla (alias "Black Kaiser"), Mads Mikkelsen captura la melancólica actitud de un asesino cansado de matar, con la sincera intención de... bueno, no exactamente "redimirse", pero al menos pasar el resto de sus días en serena reflexión. Lo cual, desde luego, nunca es posible en este tipo de historias. Matt Lucas interpreta al antipático Mr. Blut como un niño caprichoso, acostumbrado a abusar impunemente de su posición como líder criminal (creo que hay material para una precuela tan solo en la fugaz mención de su padre, ya que obviamente este inepto "junior" sería incapaz de construir un emporio criminal como Damocles). El personaje está diseñado para atraer el odio del espectador, y Matt Lucas lo consigue sin dificultad alguna.
Para evitar "spoilers" no detallaré los roles del reparto secundario, pero baste decir que Vanessa Hudgens, Fei Ren, Ruby O. Fee, Robert Maillet, Anthony Grant, Lovina Yavari y Josh Cruddas aportan adecuada humanidad a sus respectivos personajes, ya sean extravagantes asesinos con variados fetiches, o damiselas en peligro con un turbio pasado que saldrá a relucir en el momento menos esperado. Mención especial para Katheryn Winnick en el papel de Vivian, intermediaria de Damocles que encuentra excusa para cambiar de peinado (o peluca) en cada escena.
Todo lo cual significa que Polar no es un thriller criminal serio ni "realista", sino un comic viviente cuyo melodrama sirve como excusa para crear confrontaciones violentas y deliciosamente sangrientas, al ritmo de las notas electrónicas de Deadmau5, y con la frenética "edición MTV" que estaba de moda cuando Jonas Åkerlund filmaba videos para bandas como Metallica y The Prodigy (Åkerlund mismo fue baterista de la seminal banda sueca Bathory, así que tiene práctica en estos asuntos).
En resumen: si quieren ver un crudo relato sobre las trágicas vidas de los asesinos a sueldo, vean Galveston. Pero para divertirse con dos horas de delirantes excesos y chorros de sangre, definitivamente recomiendo Polar.
Calificación: 8.5 (pierde medio punto por la escena del perrito)

IMDb

Monday, January 28, 2019

Beyond White Space



Síntomas: A mediados del siglo veintidós, la escasez de alimentos en la Tierra requiere la cacería de bestias extraterrestres en el espacio profundo. La nave Essex se encuentra en una rutinaria misión de "pesca" espacial, pero nadie sabe que el Capitán Bentley (Holt McCallany) está buscando un legendario monstruo llamado Ten Lung para vengar la muerte de su padre. Y la supervisora de la misión, Lynn Navarro (Zulay Henao), tiene razones personales para encontrar una misteriosa región del Universo conocida como "espacio blanco". Entonces, las obsesiones secretas de estos dos individuos pondrán en peligro la nave y las vidas de su tripulación.

Diagnóstico: Sí, Beyond White Space es una transparente versión de Moby Dick ubicada en el espacio (incluso hay un personaje llamado "Ahab"), y su argumento incluye demasiados personajes y sub-tramas, por no mencionar un confuso mundo futurista con organizaciones criminales compitiendo por el control del planeta (o algo así... dije que era confuso). Sin embargo, no puedo dejar de admirar la tremenda ambición del director Ken Locsmandi y los impresionantes aspectos técnicos de esta película, filmada con poco dinero, pero bien invertido para alcanzar el máximo impacto visual y escala dramática... incluso cuando el "world building" empieza a estorbarle a la historia.
O quizás sea al revés. Beyond White Space tiene DEMASIADA historia, lo cual hace que noventa minutos se sientan como dos horas... pero no porque sea aburrida, sino porque constantemente aparecen nuevos personajes, arbitrarios "flashbacks", y conflictos entre los tripulantes de la nave Essex, por no mencionar inesperados peligros que complican su difícil misión, dictada por la obsesión del capitán y las manipulaciones secretas de la supervisora que quiere llegar al "espacio blanco".
Afortunadamente la dirección, las actuaciones, y sobre todo las delirantes imágenes y conceptos de ciencia ficción me mantuvieron cautivo de principio a fin, incluso cuando no sabía exactamente qué estaba pasando. Por ejemplo, tardé casi una hora en descubrir que el Capitán Bentley (Holt McCallany) y el Oficial Owen (James Devoti) son hermanos, y ambos perdieron a su padre cuando la nave donde servía fue destruida por Moby Di... perdón, "Ten Lung". No sé si me distraje en algún momento (les aseguro que hay abundantes distracciones, desde el excelente diseño de producción estilo Aliens/Blade Runner, hasta los ajustados "uniformes" de la piloto Ragsland y la cocinera Batali)(Sí, en serio, la cocinera de la nave se llama "Batali"), o si el director oculta ese tipo de detalles y relaciones para forzar la sensación de suspenso. Como sea, a veces funciona, y a veces confunde. Pero siempre hay una nueva batalla espacial, criatura cósmica, o discusión entre los tripulantes para recobrar nuestra atención y encaminar la historia en el rumbo correcto.
Por otro lado, tantas digresiones tienden a diluir la trama principal: la búsqueda de Ten Lung, una especie de "dragón espacial" que podría haber servido de inspiración para la leyenda china de Tienlong, el "Guardián de los Cielos"... otra sub-trama que no llega a ningún lado, pero enriquece la narrativa y hace que Beyond White Space parezca más profunda de lo que realmente es.
Y así podría describir el resto de la cinta: una "ópera espacial" de bajo presupuesto, con un libreto repleto de ideas, muchas de ellas irrelevantes pero creativas. Afortunadamente ese mismo exceso evita la monotonía y nos mantiene a la expectativa sobre el siguiente obstáculo que encontrará esta tripulación de "pescadores" astronautas.
Entonces, Beyond White Space no es una gran película de ciencia ficción, ni un astuto replanteamiento de Moby Dick (al menos no tanto como supone el director). Pero disfruté mucho su sensibilidad de "B-Movie" con desbordante imaginación, y (cosa rara) genuino talento técnico para hacer realidad la visión de un director que nunca pregunta "¿Por qué?", sino "¿Por qué no?" En general prefiero la ciencia ficción minimalista y cerebral, pero ¿quién puede resistirse a un dragón cósmico y piratas espaciales? Es como si un amarillento ejemplar de Astounding Stories publicado en 1951 hubiera cobrado vida con efectos especiales del siglo veintiuno.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, January 27, 2019

Si la Colonia Hablara (If Beale Street Could Talk)



Síntomas: En el barrio neoyorquino de Harlem, Tisha Rivers (KiKi Layne) y Alonzo "Fonny" Hunt (Stephan James) sufren diversas penurias en su búsqueda de amor y felicidad.

Diagnóstico: Al principio, Si la Colonia Hablara parece una telenovela llena de conflictos familiares, romances prohibidos, y un bebé en camino con un incierto futuro. Sin embargo, el contexto histórico y cultural convierte el melodrama en mero conducto de ideas más profundas y trascendentes, tomando vivencias personales como símbolos de realidades universales (buenas y malas) que siguen vigentes varias décadas después de los eventos retratados en esta película (no se especifica la época, pero parecen los años setentas). Esto incluye una tensa sub-trama que ocupa la segunda mitad de la película, dedicada a exponer las horribles injusticias cometidas todos los días por individuos intolerantes, así como la determinación de personas igualmente empeñadas en evitarlas.
En el 2016, el director Barry Jenkins ganó la atención del público y la crítica con la película Moonlight; y, en retrospectiva, podemos ver lo mucho que tiene en común con Si la Colonia Hablara. Sus respectivos argumentos son completamente distintos, pero comparten el mismo propósito de crear conciencia sobre situaciones que deberían haber cambiado, pero solo parecen empeorar. En resumen: Si la Colonia Hablara dice más de lo que aparenta, y su mensaje es desgarrador.
Por otro lado... como simple experiencia cinematográfica, Si la Colonia Hablara me pareció lenta, ocasionalmente obtusa, y con un frustrante final que ciertamente refleja la vida real, donde rara vez hay finales felices; pero aún así me pareció una conveniente salida para evitar el esfuerzo de llegar a algo más contundente. Aunque podría haber sido simplemente la decisión del autor James Baldwin, en cuya novela se basó esta película. Como sea, el final se siente apropiado, aunque no tan satisfactorio como yo esperaba. Repito: así es la vida.
KiKi Layne y Stephan James crean una pareja al mismo tiempo idealizada y realista, capturando la imaginación del espectador con la intensidad de su romance, para luego descubrir inesperados factores externos que amenazan con destruirlo. Entre esos factores: la familia de Alonzo, quienes rechazan a Tish y no temen expresarlo. En estos papeles, Aunjanue Ellis, Ebony Obsidian y Dominique Thorne tienen escenas breves, pero increíblemente poderosas, no solo en el contexto de la trama, sino en el más amplio mensaje de la película. Sin embargo, la voz más fuerte de la película es Regina King, expresando lo que estamos pensando, lo que deberíamos pensar, y resumiendo eficientemente los complejos temas que Jenkins (y Baldwin, supongo) incorpora en el argumento.
En cuanto a la dirección de Jenkins, me pareció menos vistosa que en Moonlight, con una visión más enfocada en la trama, en vez del estilo visual o florituras narrativas. Aunque eso no le impide contar la historia en forma no lineal, mostrando eventos en desorden para que el espectador acomode en su mente la sucesión de causas y consecuencias, lo cual acentúa el impacto emocional, y hasta introduce un elemento de suspenso cuando se revela lo mucho que está en juego.
Entonces, Si la Colonia Hablara es definitivamente "cine de arte", repleto de interesantes ideas y excepcionales actuaciones... pero su presentación puede parecer inaccesible o pretenciosa, lo cual dependerá de las expectativas de cada espectador y su preferencia sobre el balance entre fondo y forma. Creo que el auténtico triunfo sería una película que combinara estas nobles intenciones con un formato más entretenido y comercial. Pero entonces no recibiría tantas nominaciones al Oscar.
Calificación: 8

IMDb

Saturday, January 26, 2019

La Mula (The Mule)



Síntomas: Earl Stone (Clint Eastwood) perdió su negocio de horticultura, y necesita dinero para evitar que el banco se quede con su propiedad. Entonces le ofrecen trabajo como conductor, bajo la condición de no hacer preguntas sobre la carga que transporta. Al mismo tiempo, dos agentes de la DEA (Bradley Cooper y Michael Peña) se incorporan a la investigación sobre el tráfico de drogas dentro de los Estados Unidos.

Diagnóstico: No hay muchos papeles en Hollywood para actores octogenarios, pero Clint Eastwood encontró el método ideal para encontrarlos: dirigir películas específicamente diseñadas para aprovechar su talento. Y me alegra que así sea, ya que Eastwood sigue teniendo mucho que ofrecer al frente y detrás de la cámara, como hemos visto a lo largo de varias décadas en proyectos de muy diversos géneros, pero siempre con su característica lucidez narrativa y calidez emocional.
Habiendo dicho eso, La Mula no es la mejor película de Clint Eastwood, ni como actor ni como director. Aún así ofrece una fascinante historia inspirada en hechos reales... aunque suficientemente modificados para acomodar los requerimientos del cine comercial. Tal vez Eastwood tenga más integridad y convicción que muchos "directores a sueldo", pero no es inmune a los caprichos económicos que determinan su futuro en una industria ridículamente competitiva.
Lo cual significa que, si bien La Mula incluye incisivos comentarios sobre la economía, la lucha de clases, y muchos otros temas de interés social, también es un previsible melodrama bajo en energía y suspenso, con demasiados clichés para tomarlo en serio como manifiesto ideológico de un actor/director con marcadas opiniones sobre los más divisivos aspectos de la sociedad americana. No diré más al respecto porque, después de todo, Eastwood se ganó el derecho de expresar su visión personal, y siempre lo hace con respeto hacia los demás.
Sin embargo, los hipotéticos problemas del libreto (adaptado por Nick Schenk a partir de un artículo escrito por Sam Dolnick para el New York Times) disminuyen cuando vemos a Clint Eastwood con la misma intensidad de siempre, forjando un personaje a veces trágico, a veces cínico, pero siempre humano en sus miedos y aspiraciones. O tal vez ya estoy suficientemente viejo para apreciar el punto de vista de Eastwood; como sea, el papel de Earl Stone no presenta un gran reto ni extiende su repertorio, pero hasta "Eastwood recalentado" es mejor que casi cualquier cosa en el cine contemporáneo.
Y, hasta cierto punto, lo mismo podríamos decir de Bradley Cooper y Michael Peña. Su trabajo como agentes de la DEA requiere una cierta pasividad que limita su impacto en la historia; pero generalmente rescatan sus escenas a base de carisma e inesperados toques de humor. Completando el elenco tenemos a Alison Eastwood como Iris, la hija de Earl Stone (digamos que nació para interpretar ese papel); Taissa Farmiga como su nieta Ginny; y a la gran Dianne Wiest como la ex-esposa irritada por las constantes ausencias de Stone, quien siempre puso más atención en su trabajo que en su familia. El drama familiar provee un amable contraste con los aspectos policíacos de la trama, aunque todo se queda "a medias"... como si Eastwood quisiera presentar una perspectiva TAN imparcial que termina desinflando la película.
A fin de cuentas creo que La Mula es un cinta recomendable tan solo por el desempeño de su actor/director, y por la ambigüedad moral de esta extraordinaria historia, que probablemente provocará discusiones sobre las acciones de "Earl Stone"/Leo Sharp (el nombre real del individuo que inspiró la película), viviendo en un sistema socioeconómico carente de oportunidades para personas aún productivas que no aceptan las limitaciones de su edad. No esperaba menos de Clint Eastwood, pero me hubiera gustado encontrar un poco más.
Calificación: 8

IMDb

Friday, January 25, 2019

La Sirena: La Leyenda Jamás Contada (The Mermaid: Lake of the Dead - Rusalka: Ozero Myortvykh)



Síntomas: Roman y Marina (Efim Petrunin y Viktoriya Agalakova) están a punto de casarse, pero una sirena (Sofia Shidlovskaya) quiere separarlos y llevarse a Roman a su reino submarino.

Diagnóstico: ...lo cual no es tan romántico como suena. Al parecer la versión rusa de la sirena (llamada "rusalka") es muy distinta a los cuentos de hadas de Disney y Hans Christian Andersen. Para empezar, la sirena de La Sirena: La Leyenda Jamás Contada (¡qué título tan eufónico!) no vive en el mar, sino en un lago, y su origen es más triste que mágico. Y, una vez que se "enamora" de un mortal, intentará separarlo de su familia y su vida normal, manifestándose por medio de cualquier fuente de agua (incluyendo la regadera en el departamento de Roman y Marina) para crear una obsesión que sus víctimas no pueden resistir. Entonces Marina y Olga (Sesil Plezhe), la hermana de Roman, deciden investigar por su cuenta para encontrar la solución del dilema. Ah, y para variar, todo se relaciona con una tragedia del pasado.
A pesar del tema acuático y la innovación de la sirena como villana melancólica, La Sirena: La Leyenda Jamás Contada termina siendo una típica cinta de terror construida sobre una estructura de visiones siniestras, sobresaltos artificiales, y reglas improvisadas que el director Svyatoslav Podgaevskiy (The Bride) ni siquiera se preocupa por seguir, ya que no tienen sentido ni relevancia para la resolución del gran misterio (a veces la  sirena tiene poderes telekinéticos, a veces no, etc.)
Esta arbitraria fusión de ideas no es exactamente mala, pero tampoco memorable. La cinta incluye momentos aislados de horror y suspenso que me gustaron bastante (por ejemplo, la escena en la piscina), pero la trama en general carece de fuerza y convicción. Le pasan cosas a Roman, y los demás reaccionan; visitamos otra locación, y se repite el ciclo sin mucho avance narrativo.
En el papel de Roman, Efim Petrunin no reúne la energía necesaria para incluirnos en la obsesión de la sirena. Por lo tanto, Viktoriya Agalakova (The Bride) se convierte en la heroína por default, luchando por el hombre que ama, y dispuesta a hacer considerables sacrificios para salvar su relación (probablemente los gastos de la boda no eran reembolsables). Y Sesil Plezhe, en el papel de Olga, intenta ser la voz de la razón, pero el material la traiciona varias veces antes de olvidarla.
Finalmente, La Sirena: La Leyenda Jamás Contada luce efectos especiales simples y funcionales. La mayor parte son prácticos (como el maquillaje de la sirena), con ocasionales adornos digitales para mostrar los exóticos poderes de la criatura (o espíritu, o lo que sea). Pero no es una cinta violenta ni bañada en sangre.
En resumen: otra mediocre experiencia de terror con algunos aspectos positivos (cinematografía, un par de escenas tenebrosas) que, sin embargo, no alcanzan a compensar el pobre argumento, la desganada dirección, y las anónimas actuaciones de un reparto atractivo pero totalmente apático. Bajo ese criterio, el horror ruso se está acercando bastante al de Hollywood... lo cual no debería tomarse como un halago.
Calificación: 6.5

IMDb

Thursday, January 24, 2019

The Car: Road to Revenge



Síntomas: En el futuro cercano, el Fiscal James Caddock (Jamie Bamber) trabaja incansablemente para desmantelar una peligrosa organización criminal. Pero cuando se acerca demasiado a su objetivo, es asesinado. Entonces su automóvil cobra vida y recorre la ciudad en busca de venganza.

Diagnóstico: Suena ridículo, y sin duda lo es. Pero creo que es mejor confrontar desde el principio la profunda estupidez de The Car: Road to Revenge para salir del paso y poder disfrutar sus cuestionables virtudes como B-Movie de alto octanaje (ja, ja), dedicada a entretenernos por cualquier medio posible, sin perder tiempo en detalles como "lógica" y "realismo".
Pero antes, un pequeño paseo por el cine de culto setentero. La película The Car (1977) fue un bizarro experimento cinematográfico, probablemente inspirado por la pregunta "¿Cómo podemos hacer Jaws en tierra firme?" Respuesta: un automóvil poseído que aterroriza a los habitantes de un pequeño pueblo norteamericano, atropellando gente inocente sin razón aparente. Entonces el alguacil y algunos pintorescos ciudadanos (en este caso "pintorescos" significa "políticamente incorrectos" porque, bueno, eran los setentas) deben cooperar para salvar su comunidad.
The Car fue un fracaso en taquilla, pero gozó un inesperado renacimiento en los ochentas gracias al incipiente mercado de la televisión por cable, donde se volvió popular por un tiempo, para eventualmente desaparecer de la conciencia popular y quedar como una reliquia cultural con tenue valor irónico.
Y ahora, ¡cuarenta y dos años después!, alguien tuvo la gran idea de hacer una secuela, aprovechando las nuevas tecnologías digitales que permiten filmar con mínimos recursos en países con buenos estímulos fiscales (Bulgaria, en este caso), y sin necesidad de talento o imaginación. Sin embargo, para mi sorpresa, los resultados de esa cínica ecuación pueden ser ocasionalmente divertidos.
Lo cual, después de tantos rodeos, nos lleva a The Car: Road to Revenge. A diferencia de la primera película, esta vez presenciamos la creación del Automóvil viviente: su dueño es brutalmente asesinado, y el coche queda empapado en sangre, lo cual... no sé... ¿provoca una transferencia de almas, o algo así? Creo que no era esencial conocer la "historia de origen" del Automóvil, pero sirve para llenar el tiempo y establecer a los villanos, una enigmática organización conocida como "La Noche", que trafica en múltiples actividades ilegales, incluyendo implantes robóticos y manipulación genética (recuerden que estamos en el "futuro cercano"). Y, además, la obsesión justiciera del Fiscal Caddock lo volvió tan cruel e inestable como los criminales que persigue; lo cual significa que, cuando su espíritu ocupa el coche "Lazarus One" (?), no solo quiere matar a los culpables, sino a cualquier persona que interfiera con su misión. Y el primero que interfiere es el Detective Rainer (Grant Bowler), cuya investigación en las sangrientas muertes de varios criminales lo conduce a Daria Morris (Kathleen Munroe), la ex-novia (o algo así) del fallecido Caddock, convirtiéndola en principal sospechosa de homicidio. Sin embargo ella afirma que nadie está conduciendo el Automóvil asesino...
Y así, The Car: Road to Revenge nos enreda cada vez más en sus desvaríos, pero los acompaña con jugosas escenas de grotesco "gore" (no muy realista, pero suficientemente creativo para complacer a los fans del género, como yo), modestos "stunts" automovilísticos (casi siempre realizados por medios prácticos, con mínima intervención digital), y las obligatorias peleas, persecuciones y balaceras entre policías y criminales, las cuales sirven como relleno hasta llegar a la inevitable confrontación contra el Automóvil poseído.
Creo que el director G.J. Echternkamp (Death Race 2050) resolvió con mediano ingenio los numerosos retos de The Car: Road to Revenge, sin perder el control de la narrativa y conservando el mínimo suspenso necesario para capturar nuestra atención hasta el final, menos espectacular de lo que yo esperaba, pero aún así satisfactorio.
Grant Bowler (Defiance) interpreta al típico "policía rebelde que no obedece las reglas, pero obtiene resultados"; y Jamie Bamber (Battlestar Galactica) es el ambicioso fiscal que promueve pena de muerte instantánea. Sin embargo, la auténtica revelación de la cinta fue Kathleen Munroe (The Void) en el papel de Daria, aún más rebelde, violenta y sarcástica que el idiota Rainer. Esto hace su interacción con el policía más interesante, y demuestra la excelente aptitud física de esta actriz durante violentas peleas que pocas actrices podrían realizar con igual aplomo. Obviamente The Car: Road to Revenge termina con la promesa de una secuela, y me gustaría que contrataran a Munroe para otro enfrentamiento con el Lazarus One. El cual, por cierto, guarda respetuosa similitud con el vehículo de la película original (diseñado por el legendario George Barris), por no mencionar algunas conexiones directas con The Car que deleitarán a los fans (a pesar de que no tienen sentido dentro de la trama; pero, como dije, la coherencia no es el punto fuerte de esta cinta).
En resumen, The Car: Road to Revenge no es una buena película, pero pudo ser mucho, mucho peor. Y, como no es necesario conocer la original para disfrutar las modestas virtudes de esta secuela, podría recomendarla como una simple "B-Movie" que superó expectativas por el simple hecho de que nadie esperaba mucho de ella. Habiendo dicho eso... el Oldsmobile Delta en Ash Vs. Evil Dead es mi automóvil poseído favorito de todos los tiempos, y un elevado estándar que The Car: Road to Revenge jamás podrá alcanzar. Pero al menos tienen motivación para intentarlo en la secuela, allá por el año 2061.
Calificación: 7

IMDb

Wednesday, January 23, 2019

The Quake (Skjelvet)



Síntomas: Tres años después del tsunami que devastó el pueblo de Geiranger en Noruega, el geólogo Kristian Eikjord (Kristoffer Joner) cree haber descubierto evidencia de otro inminente terremoto; pero, para variar, nadie le cree hasta que es demasiado tarde.

Diagnóstico: En el 2015, la producción noruega The Wave me pareció una sólida muestra europea de "cine de desastre", con efectos especiales a la altura de Hollywood, y un libreto generalmente balanceado entre drama humano y espectáculo visual. Y ahora la secuela The Quake (Skjelvet) repite la fórmula con más vidas en peligro, nuevas oportunidades para lucir los avances en técnicas digitales, y los mismos lazos familiares para darle un contexto personal a la devastación urbana.
De hecho, el director John Andreas Andersen (reemplazando a Roar Uthaug) utilizó el mismo repertorio de trucos: un brillante científico con teorías que nadie cree; los negligentes burócratas que ignoran las señales de una catástrofe; y la misma familia en peligro, incluyendo una niña desobediente que se mete en problemas con la única finalidad de crear suspenso (en la cinta anterior fue el hijo, pero da lo mismo). Andersen y sus guionistas no quisieron alejarse de lo que funcionó en la cinta anterior, y simplemente adaptaron las mismas situaciones a un terremoto en la ciudad de Oslo, repleta de grandes edificios en peligro de derrumbarse bajo la fuerza de los efectos especiales del estudio Gimpville AS.
Sin embargo, esto también significa que The Quake heredó los mismos problemas de The Wave. El melodrama doméstico se siente forzado, y la depresión de Kristian no parece justificada. Algunos personajes secundarios son penosamente superficiales (por ejemplo Marit, interpretada por Katherine Thorborg Johansen, una mujer que acaba de conocer a Kristian y se convierte instantáneamente en su asistente/chofer). Y, finalmente, la curiosa miopía de un argumento enfocado en cuatro personajes mientras una ciudad entera se derrumba a su alrededor. Digan lo que digan sobre las películas de Roland Emmerich, sus populosos repartos añaden variedad, diversos niveles de conflicto personal, y múltiples puntos de vista que nos permitan "sentir" con mayor intensidad la inmensa escala de la catástrofe. Por el contrario, el minimalismo de The Quake hace la experiencia un poco monótona y en ocasiones frustrante, por limitarse a un pequeñísimo segmento de los épicos eventos que estamos presenciando. Tal vez hay situaciones donde menos NO es más.
Pero, bueno... por lo demás, The Quake luce buenas actuaciones, sobrecogedoras imágenes de destrucción masiva (no negaré que sentí un poco de ansiedad por los recuerdos del terremoto del 2017 en la Ciudad de México), e ingeniosas secuencias de acción y suspenso que, sin ser completamente originales, están bien filmadas y editadas con máximo impacto emocional.
Los actores transmiten adecuadamente el pánico de sus respectivos personajes, aunque algunos quedan olvidados entre el caos y la confusión (¿alguna vez supimos qué pasó en la Universidad?) Además de Kristoffer Joner en el papel principal, destacan Katherine Thorborg Johansen como la mencionada "chofer improvisada" que soporta los impredecibles caprichos del protagonista; y la niña Edith Haagenrud-Sande, excelente por igual en las escenas dramáticas y en espectaculares "stunts" que inspiran vértigo. Me recordó a Dakota Fanning en War of the Worlds, pero más natural para su edad.
Entonces, The Quake me pareció una recomendable película de desastre, con algunas limitaciones intencionales que reducen su impacto general... aunque también ahorran dinero y protegen la inversión de los productores. Obviamente Noruega es más racional que Hollywood.
Primero marejada, luego terremoto... el siguiente paso lógico es fuego... ¿hay volcanes en Noruega? Según Wikipedia sí, y la última erupción fue en 1985. Quizás en la tercera parte por fin le creerán al atormentado geólogo.
Calificación: 8

IMDb

Monday, January 21, 2019

Reign of the Supermen



Síntomas: Seis meses después de la muerte de Superman (voz de Jerry O'Connell), aparecen cuatro individuos tratando de ocupar su lugar como protectores de Metrópolis.

Diagnóstico: Después de la decepción que me provocó The Death of Superman, tuve varios meses para aceptar que el director Sam Liu no intentó hacer una adaptación literal de aquella clásica historia, sino una amalgama de elementos mejor alineados con la continuidad actual del Universo Animado de DC Comics. Pero incluso con ese reajuste de expectativas, la secuela Reign of the Supermen me decepcionó todavía más con su absoluto desprecio por el canon oficial, manifestado en un libreto incongruente y apresurado que constantemente inventa crisis para llegar al mismo lugar por el peor camino posible. Bueno, no "el peor", porque afortunadamente no incluyeron a Don Gato... pero ciertamente mucho peor que la previa película.
Y, por favor, quiero dejar claro que mi objeción no es estrictamente contra los cambios de la historia, sino contra esa inevitable tendencia de "arreglar" cosas que no estaban descompuestas. En otras palabras, el mismo error que cometieron una y otra vez las películas de acción viva de DC Comics. Lo cual me hizo pensar que quizás Aquaman causó una  oscilación en el balance cósmico, y ahora la cintas del Universo Animado serán malas, y las de acción viva serán buenas... lo opuesto del estándar mantenido durante tantos años.
Pero, bueno... regresando al punto, Reign of the Superman sigue la investigación de Lois Lane (voz de Rebecca Romijn) sobre los cuatro "Supermanes" que pretenden heredar el título del original. ¿O tal vez alguno de ellos será el auténtico Kal-El que regresó a la vida? Cada uno tiene algo a su favor: Superboy (voz de Cameron Monaghan) es un clon creado en los laboratorios de S.T.A.R. Labs con material genético de Superman; El "Erradicador" (voz de Charles Halford) es una versión más violenta y despiadada de Superman; el Cyborg (voz de Jerry O'Connell) conserva algunas memorias de Kal-El, pero gran parte de su cuerpo es robótico para corregir los daños causados durante la pelea contra Doomsday. Y Steel (voz de Cress Williams) es un misterioso científico que construyó un "super-traje" para defender a Metrópolis de los criminales que están aprovechando la ausencia de Superman.
Hasta ahí todo es más o menos como esperábamos, pero entonces ocurre un atentado interdimensional contra la Presidenta de los Estados Unidos (voz de Jennifer Hale), Lex Luthor (voz de Rainn Wilson) trata de controlar la situación (como siempre), y la Liga de la Justicia sufre un contratiempo antes de poder determinar cuál Superman es el "real"... o si alguno podría llegar a formar parte del grupo. Y así, las cosas se complican más y más hasta llegar a un climax absurdo, repetitivo, y repleto de "deus ex-machina" que hubieran sido innecesarios si hubieran seguido la historia original (ejemplo: una gran palanca que dice: "Control del Protector Solar").
Habiendo dicho eso, hubo cambios que no me parecieron malos; por ejemplo, el reemplazo de Mongul por otro icónico villano que se siente más apropiado para la escala de eventos que presenciamos al final (y además me gustó la voz que utilizaron); el concepto de poner en órbita la estación espacial "Watchtower" de la Liga de la Justicia; y la incipiente amistad que surge entre Lois Lane y Diana (voz de Rosario Dawson) cuando descubren lo que tienen en común. Indudablemente Sam Liu y los guionistas Tim Sheridan y James Krieg tienen afinidad por el mundo de los superhéroes, y saben cómo balancear los poderes cósmicos con la vulnerabilidad humana de los personajes que lo habitan. Lo cual solo hace más inexplicable el resultado final de Reign of the Supermen. Y no lo digo como "fanboy" de DC Comics desde hace cuatro décadas, sino como simple espectador que quiere ver una buena película de superhéroes con un grado razonable de emoción y coherencia.
En fin... supongo que en algún momento me iba a decepcionar el Universo Animado, después de tantos aciertos. Lástima que haya sido con una de mis historias favoritas de todos los tiempos. Creo que veré de nuevo All Star Superman para "limpiar el paladar", esperando que la siguiente película animada restaure mi optimismo por este medio.
Calificación: 6

IMDb

Saturday, January 19, 2019

Glass



Síntomas: Con ayuda de su hijo Joseph (Spencer Treat Clark), el ex-guardia de seguridad David Dunn (Bruce Willis) usa anónimamente sus poderes para proteger a los ciudadanos de Filadelfia. Entonces se entera de que alguien llamado "La Horda" (James McAvoy) está secuestrando mujeres, y decide hacer algo al respecto.

Diagnóstico: Si fuera más cínico, diría que el director M. Night Shyamalan vio el éxito de las películas basadas en comics, y decidió buscar la manera de convertir Unbreakable (2000) en su propia franquicia, continuando la misma premisa de superhéroes "realistas" que tan bien utilizó aquella cinta. Dieciséis años después, Split comenzó la astuta implementación de ese Plan Maestro, revelando su auténtico propósito hasta el mismísimo final. Y ahora, Glass representa la unificación de temas y personajes que Shyamalan planeó con tanto cuidado. O quizás no tanto como para disimular algunas problemáticas coincidencias y atajos creativos de último momento. Pero aún así creo que Glass cumple su propósito de forjar un nuevo universo fantástico fundamentado en el carácter de sus personajes, y no en sus cuestionables poderes.
¿Por qué "cuestionables"? Una de las más interesantes adiciones a esta mitología es la Dra. Ellie Staple (Sarah Paulson), psiquiatra especializada en "delirios de grandeza", y concretamente en esta nueva variación que inspira fantasías heroicas en individuos con previos traumas psicológicos... exactamente como ocurrió con David Dunn (Bruce Willis) y Kevin Crumb (James McAvoy). De este modo, Glass evita convertirse en una versión "indie" de The Avengers, dedicada al choque de "super-egos" que culminan en grandes (pequeñas) peleas. En vez de eso, Shyamalan nos ofrece un análisis racional de los supuestos "poderes" que tienen estos perturbados individuos, así como su necesidad subconsciente de resolver tragedias de su pasado con ilusiones de control y habilidades sobrehumanas. En resumen: ¿realmente existen los superhéroes, o son personas enfermas que requieren tratamiento médico?
Es una estrategia audaz e interesante (en mi humilde opinión), pero sabemos que de algún modo todo esto debe llevar al inevitable conflicto que promete la primera mitad de la película. Y ahí es donde el libreto empieza a tambalearse bajo el peso de arbitrarios eventos que Shyamalan debe forzar para reunir a todos los personajes en el momento preciso, y bajo óptimas circunstancias dramáticas (al menos en su opinión) para justificar tanta grandilocuencia y manipulación emocional. Esto significa que el tercer acto incluye los mejores momentos de Glass, así como los principales obstáculos que encontré para quedar completamente satisfecho. Con el fin de evitar spoilers, solo diré que se nota demasiado el "punto de quiebra" entre la integridad narrativa del principio y los caprichos del final, donde surgen inexplicables cambios de conducta y horribles agujeros lógicos que el director trata de ocultar para evitar que hagamos más preguntas de las necesarias. Y, por tratarse de M. Night Shyamalan, no puede evitar un par de "twists" al final que me parecieron parcialmente ingeniosos, pero no tan contundentes como para compensar todas las vueltas que dimos para llegar a ellos.
Sin embargo, como dije al principio, Glass representa el prometedor comienzo de una mitología con enorme potencial para subvertir los clichés del cine de superhéoroes y restaurar los valores que ya se perdieron entre tantas catástrofes y efectos especiales. Por el contrario, Glass se enfoca en las causas en vez de las consecuencias, y el resultado es más significativo... aunque pierde el balance al final, cuando intenta añadir acción y espectáculo. Y esos "twists" que Shayamalan ya debe odiar con toda su alma.
Calificación: 7.5 (por sí misma tal vez sería 8, pero como secuela de Unbreakable se quedó muy corta)

IMDb

Friday, January 18, 2019

No Mires (Look Away)



Síntomas: Maria (India Eisley) es una adolescente insegura y retraída, con una infeliz vida familiar. Entonces su reflejo empieza a hablar.

Diagnóstico: A pesar de mi afición por el cine de terror, ya me cansó la receta de "familia disfuncional experimenta fenómenos sobrenaturales". Lo malo no es la receta misma (algunos ejemplos positivos: Hereditary, The Babadook, y The Conjuring 2), sino la falta de imaginación para cocinar sus rancios ingredientes (algunos ejemplos negativos: The Disappointments Room, Nothing Left to Fear, y Malicious). Por eso vi No Mires con muy bajas expectativas... y recibí la sorpresa de una obra diferente, con algunos problemas técnicos y dramáticos, pero generalmente superior al promedio del género.
Por otro lado, tampoco estoy seguro sobre el género de esta cinta. No Mires contiene elementos de horror, pero sería más correcto describirla como un perturbador thriller psicológico que podría incluir elementos sobrenaturales, según la interpretación del espectador. En mi caso particular preferí tomar los bizarros eventos que sufre Maria como una metáfora del colapso mental provocado por su deprimente situación familiar y el constante "bullying" que recibe de sus compañeros en la escuela... incluso los que parecían ser amigos.
Es verdad que No Mires toma prestados elementos de películas como Carrie, Mirrors y Another Me, pero los combina con suficiente convicción para establecer su propia identidad y sumergirnos en el abismo emocional de la protagonista, exacerbado por eventos del pasado y por el clima invernal que refleja su agobiado estado de ánimo. No Mires es una producción canadiense que hace excelente uso de los gélidos paisajes y cultura insular de la provincia de Manitoba. Punto extra por la cinematografía de Pedro Luque y por la selección de locaciones visualmente impresionantes y narrativamente relevantes para los temas de la película.
En el papel de Maria, India Eisley interpreta una adolescente al mismo tiempo tímida y hostil, peleando constantemente con sus padres y soportando humillaciones en la escuela. Su "evolución" (o como quieran llamarle) es razonablemente creíble, y las escenas duales donde conversa con su reflejo en el baño tienen el grado justo de locura y lucidez para invitarnos a especular sobre la auténtica naturaleza de esa figura detrás del espejo. En los papeles de sus padres, Mira Sorvino expresa justificada preocupación por la introversión cada vez más profunda de su hija; y Jason Isaacs es el padre dominante que pone demasiada atención en la apariencia física (es un exitoso cirujano plastico, después de todo), mientras ignora los sentimientos de su familia.
Y, desde luego, tenemos las víctimas potenciales que admiran o desprecian la transformación de Maria, la cual podría llegar más allá de simple cambio de vestuario y maquillaje. En otras palabras: un "make over" con su propio "body count". No Mires está más enfocada en el suspenso, pero eso no impide tener algunas escenas sangrientas para adornar la espiral psicológica de María y demostrar que las cosas van en serio.
Tratando de ser lo más objetivo posible, diría que No Mires apenas rebasa la manufactura televisiva, y podría confundirse con un episodio inusitadamente psico-sexual de Riverdale o Pretty Little Liars. Sin embargo merece respeto por evitar la ruta del menor esfuerzo, e intentar algo distinto con sus modestos recursos Quizás no justifica la visita al cine, pero podría aligerar una noche de insomnio cuando llegue a Netflix... si no hay nuevos episodios de The Chilling Adventures of Sabrina.
Calificación: 7

IMDb

Wednesday, January 16, 2019

Let the Corpses Tan (Laissez Bronzer les Cadavres)



Síntomas: Después de robar una gran cantidad de oro, varios criminales se refugian en la casa de Madame Luce (Elina Löwensohn). Entonces llegan visitas inesperadas y se complica la situación.

Diagnóstico: En el 2015, The Strange Color of Your Body's Tears estableció a los cineastas  Hélène Cattet y Bruno Forzani como artistas visionarios dedicados crear imágenes hermosas y memorables, aunque fuera a costa de la coherencia narrativa. Y ahora su nueva obra, Let the Corpses Tan, muestra igual esmero en el plano visual, pero con una historia más lúcida y congruente... hasta cierto punto.
Tal vez la razón de esta inesperada claridad reside en el origen literario del argumento, basado en la novela "Laissez Bronzer les Cadavres!" (de Jean-Patrick Manchette y Jean-Pierre Bastid), la cual no he leído. Pero, a diferencia de su cinta anterior, esta vez Cattet y Forzani cuentan con una sólida estructura dramática y un formato más convencional para presentarnos este "psico-noir" (otra vez estoy inventando términos) posiblemente inspirado por los "spaghetti westerns" de Sergio Leone y los thrillers criminales del "new age" europeo, como Alphaville, Breathless (la de Jean-Paul Belmondo), y hasta Danger: Diabolik.
El resultado es una febril experiencia que satura nuestros sentidos con espectacular cinematografía, exóticos ángulos de cámara, y ocasionales desviaciones por las surrealistas pesadillas (o alucinaciones) de individuos atrapados en una desesperada situación de donde pocos saldrán con vida.
Cattet y Forzani establecen la premisa con burdos trazos que medianamente explican las relaciones entre los enigmáticos personajes; y antes de que podamos entender lo que está pasando, presenciamos el robo de un camión blindado y la fuga de los ladrones hacia su incongruente refugio: unas ruinas a orillas del Mediterráneo, donde vive una pareja de artistas que podrían o no ser cómplices del crimen. Entonces llegan dos policías y comienza una tensa confrontación que borrará la línea entre el mundo real y la torcida imaginación de los personajes.
La historia es razonablemente simple, aunque al principio tuve algunas dificultades distinguiendo a "los malos" (los ladrones) de "los buenos" (nadie, realmente); pero eventualmente reconocí que la trama es una simple excusa para crear oníricas secuencias de arte audiovisual que le dan su identidad a la película: siluetas de la playa; una mujer crucificada sobre la arena; varios tipos de fluidos corporales; un hormiguero como alegoría del argumento... y muchas otras bizarras viñetas de ambiguo propósito, pero enorme impacto visceral.
Las actuaciones varían entre crudo realismo y exageración, siempre listas para confundir nuestras expectativas y revelar nuevas facetas de personajes ya de por sí inescrutables. Entonces llegan las traiciones que destruyen frágiles alianzas y cambian el rumbo del relato, una y otra vez, hasta que perdí la cuenta de quién es quién, y qué quieren hacer. Bueno, además de sobrevivir y quedarse con el oro.
A pesar de su breve duración (un poco más de noventa minutos), Let the Corpses Tan se siente larga por la cantidad de digresiones y repeticiones de eventos examinados desde diversos puntos de vista. Pero, como dije, el punto de la película no es aquella primordial pugna entre policías y ladrones, sino la estimulación de nuestra conciencia con imágenes y sonidos que, en el mejor de los casos, podrían simbolizar el carácter y emociones de los personajes enfrascados en una violenta confrontación, cuyo desenlace es secundario a la reacción del espectador. En mi caso particular, terminé un poco confundido pero satisfecho, porque sabía de antemano qué esperar de estos cineastas. Y esa sería la advertencia que debe acompañar mi recomendación de Let the Corspes Tan... solo es para el público que sabe lo que le espera. Y lo que les espera es casi siempre inesperado.
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, January 14, 2019

Godzilla: The Planet Eater



Síntomas: En el futuro distante, el gran plan de Haruo Sakaki (voz de Mamoru Miyano) para destruir a Godzilla fracasó, y solo dejó a la inmensa criatura en estado de hibernación mientras regenera energía para su siguiente ataque. Entonces, los escasos sobrevivientes humanos y sus aliados extraterrestres discuten sobre el siguiente paso a seguir, sin saber que algo más peligroso se aproxima a la Tierra.

Diagnóstico: La trilogía de "anime" inspirada en las películas de Godzilla culmina con Godzilla: The Planet Eater, y me complace decir que fue un final épico y espectacular, que resuelve muchas dudas planteadas en las dos primeras partes (Godzilla: Monster Planet y Godzilla: City On the Edge of Battle), al mismo tiempo que enriquece la mitología de Godzilla con fascinantes especulaciones sobre su origen y posible futuro; y todo eso sin olvidar el impresionante diseño y animación que establece al estudio Toho Animation como digno competidor en el medio del "anime" de alto nivel.
Sí, todavía estoy decepcionado por los problemas de la segunda parte, incluyendo esa ignominiosa reducción de Mecha-Godzilla a un simple "mcguffin" tecnológico. Afortunadamente Godzilla: The Planet Eater justifica algunas de esas cuestionables decisiones y demuestra que todo era parte de un astuto plan para llevar la historia a una auténtica escala cósmica. De este modo las (hipotéticas) secuelas del anime podrán co-existir con la versión de acción viva de Godzilla (por ejemplo, la muy esperada secuela de Shin Gojira) sin estorbarse mutuamente ni contaminar sus respectivas continuidades. Y, claro, el medio animado permite el uso de conceptos y escenarios que serían simplemente imposibles en cualquier producción tradicional... así que todos ganamos. Entre más Gozdilla, mejor. Y entre mejor sea, más Godzilla habrá.
En fin, regresando al punto, Godzilla: The Planet Eater ofrece un buen balance de acción y melodrama. El argumento comienza con mucha palabrería, analizando las consecuencias del ataque fallido, y las fricciones que esto ocasiona entre los sobrevivientes humanos y los tres grupos extraterrestres que contribuyeron al diseño del plan. Los aliens conocidos como Bilusaludo quieren tomar control de los recursos disponibles para el contraataque; la raza Exif aprovecha la depresión de los humanos para propagar sus creencias religiosas, las cuales consideran indispensable para vencer al monstruo; y la tribu Houtua promueve su sencillo estilo de vida como alternativa a la obsesión tecnológica de los demás. Y, atrapado entre todos estos puntos de vista, Haruo Sakaki se siente culpable por el fracaso de la misión, y por la infección de "nanometal" que sufrió Yuko Tani (voz de Kana Hanazawa).
Todo lo cual ofrece la motivación necesaria para entrar de lleno a la acción durante la segunda mitad de la película... aunque en una forma distinta a lo que vimos en las cintas anteriores. Y ahí es donde podemos apreciar la brillante estructura de la trilogía, incrementando el peligro para todos los involucrados, y ofreciendo una catastrófica alternativa que rinde tributo al origen de Godzilla, pero en un nuevo contexto que desafía la imaginación e introduce extraordinarios elementos de ciencia ficción que nunca se habían manejado en la saga (hasta donde recuerdo).
Entonces, Godzilla: The Planet Eater ofrece una resolución inesperada pero perfectamente apropiada para una saga un poco irregular que se redimió al final con enorme profundidad psicológica y emocional, conservando los temas clásicos de Godzilla y extendiéndolos en nuevas direcciones que será muy interesante explorar en el futuro. Habiendo dicho eso, definitivamente es un universo dirigido a "geeks" devotos de Godzilla; las partes individuales de esta trilogía serían incomprensibles por sí mismas (con la posible excepción de la primera). Supongo que por eso se presentó como "Serie Original de Netflix". Pero, cualquiera que sea su forma, lo importante es el contenido... y ciertamente me dejó satisfecho. Y con un nudo en la garganta. Cosa rara en una cinta sobre monstruos gigantes.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, January 13, 2019

Vox Lux: El Precio de la Fama (Vox Lux)



Síntomas: Inspirada por un traumático evento en su juventud, Celeste Montgomery (Natalie Portman) se convirtió en estrella de la música pop, pero su vida amenaza con desmoronarse durante el lanzamiento de su nuevo álbum, Vox Lux.

Diagnóstico: No estoy seguro si Vox Lux: El Precio de la Fama es un serio análisis psicológico sobre los efectos de la celebridad, o una sátira de aquellos documentales amarillistas que se deleitan en recontar el ascenso de una estrella y su inevitable caída (el renacimiento entre las cenizas es opcional, aunque no indispensable para atraer al público hambriento de escándalos y humillación de los famosos).
En ambos casos la película funciona. Ya sea como sátira o como drama Vox Lux: El Precio de la Fama genera intensas emociones (positivas y negativas) sobre su impredecible protagonista; la diferencia reside en determinar si Celeste fue la víctima inocente de una despiadada industria, o cómplice intencional del tóxico narcisismo que afecta a las celebridades en su implacable búsqueda de relevancia cultural.
Como dije, las dos interpretaciones son válidas, y no pretendo afirmar cuál es la "correcta". Por lo tanto, será mejor examinar los valores intrínsecos de la película, y dejar la interpretación a cargo del espectador.
Para empezar, el director Brady Corbet creó una historia sórdida y nihilista; un antídoto contra el idealismo de A Star is Born. La adolescente Celeste Montgomery (Raffey Cassidy) sufre una horrible tragedia que hubiera destruido a cualquier otra persona. Sin embargo la niña usa esa perturbadora experiencia como catalizador de su expresión artística y, con ayuda de su hermana Ellie (Stacy Martin), compone una canción que se vuelve un éxito. Así comienza una carrera musical llena de altibajos, que gradualmente altera la personalidad de Celeste y su relación con la gente que la rodea, incluyendo a Ellie y a su agente (Jude Law). Entonces damos un gran salto en el tiempo, y encontramos a Celeste (ahora interpretada por Natalie Portman) preparándose para el lanzamiento de su nuevo álbum, Vox Lux, mientras intenta evadir un escándalo mediático fuera de su control.
Vox Lux: El Precio de la Fama es como un episodio de Behind the Music dirigido por Werner Herzog (y narrado por Willem Dafoe, nada menos), lleno de melancolía y angustia existencial. La cámara del cinematógrafo Lol Crawley sigue de cerca a los personajes, tratando de capturar cada minúsculo detalle de sus expresiones y manerismos, como un fanático obsesionado con su estrella favorita, o un científico analizando un bicho raro. El guionista y director Brady Corbet no crea escenas propiamente, sino momentos íntimos que nos ilustran sobre la tremenda presión y fugaces triunfos que Celeste puede experimentar en un día "normal"... si es que tal cosa existe para las celebridades que ya trascendieron la mera existencia terrenal. Es una estrategia peligrosa porque vuelve antipática a la protagonista; pero ahí es donde entra en juego el desempeño de Natalie Portman, conservando la humanidad de Celeste por debajo de la máscara literal y figurada del maquillaje y las actitudes prefabricadas por su equipo de relaciones públicas. Es una actuación extraña, aunque se siente natural en el surrealista universo de Vox Lux: El Precio de la Fama, donde las celebridades viven atrapadas en una relación de amor y odio con su público, con los medios de comunicación, e incluso consigo mismas, tratando de conservar su identidad mientras aceptan transformarse en el producto que sus representantes quieren venderle a las masas.
Hablando de lo cual, algunas personas han sugerido que el personaje de Celeste está basado en Madonna, Britney Spears, o Lady Gaga. Pero la verdad es que estas historias tienden a repetirse en cada generación, así que el público está simplemente proyectando situaciones universales en su propio contexto histórico. Lo cual significa que, a pesar de sus excesos y exabruptos creativos, Vox Lux: El Precio de la Fama tiene un mensaje honesto que cualquier persona puede reconocer. Y, si eso falla, siempre están las nuevas canciones de Sia (también co-productora de la película), y las rutinas musicales de Celeste/Natalie Portman, mostrando una nueva y fascinante faceta de su carrera. Aunque sigo prefiriendo su incursión en el rap.
Calificación: 8

IMDb

Saturday, January 12, 2019

Suspiria: El Maligno (Suspiria)



Síntomas: En 1977, la joven Susie Bannion (Dakota Johnson) es aceptada en una prestigiosa academia de danza en Berlín, donde la estricta Madame Blanc (Tilda Swinton) la ayuda a descubrir su potencial como bailarina. Pero el precio podría ser más alto de lo que Susie espera.

Diagnóstico: Después de ganar múltiples premios y nominaciones por la aclamada película Call Me By Your Name, el director Luca Guadagnino podría haber hecho prácticamente cualquier cosa en Hollwyood; estoy seguro de que todos los estudios le ofrecieron proyectos de alto perfil, con grandes estrellas y elevados presupuestos. Sin embargo, Guadagnino decidió hacer un remake de una película de horror setentera, y tan solo por eso merece mi eterno respeto... cualquiera que haya sido el resultado de su descabellado experimento.
Suspiria: El Maligno es ciertamente audaz y de extraordinaria belleza visual. La historia es más coherente que la original Suspiria (1977), y al mismo tiempo más difusa, integrando inesperada alegoría política para complementar la mitología pagana establecida por Dario Argento hace cuarenta años. Y además, en esta ocasión la danza no es una simple decoración de fondo, sino parte integral del suspenso y la pesadillesca atmósfera que nos envuelve desde el principio y nos oprime gradualmente hasta la demencial conclusión. No sé nada de danza moderna, y sin embargo me atraparon las secuencias de baile gracias a su visceral energía, invocando primitivas emociones tribales que jamás se hubieran alcanzado con el ballet de la cinta original. Horror y cultura... una mezcla volátil, pero muy interesante.
Aunque tampoco podría afirmar que Suspiria: El Maligno sea estrictamente horror. El guionista David Kajganich asume que conocemos el gran secreto de la Academia, y no intenta engañarnos con pistas falsas ni sorpresas forzadas. Por el contrario, la insinuación de un subtexto sobrenatural hace más inquietante la introducción de Susie (Dakota Johnson), una humilde bailarina norteamericana que sacrificó todo (incluyendo el contacto con su devota familia) para cumplir su sueño de trabajar con la inescrutable Madame Blanc (Tilda Swinton), coreógrafa de controversiales rutinas de baile que sirvieron como protestas durante un turbulento período en la historia de Alemania. Afortunadamente Madame Blanc reconoce el talento innato de Susie y le da un papel en el recital que están preparando, como reemplazo de otra alumna llamada Patricia (Chloe Grace-Moretz), quien desapareció misteriosamente. Y así, con el paso de los días, vemos cómo Susie desarrolla su talento, mientras un anciano psicólogo investiga la desaparición de Patricia, su paciente, que podría estar involucrada en ciertos grupos revolucionarios.
Las actuaciones me parecieron sobresalientes, destacando Tilda Swinton como Madame Blanc, y Mia Goth como Sara, amiga de Susie con crecientes sospechas sobre el auténtico propósito de la Academia. Dakota Johnson tiene un papel más pasivo como Susie, pero está justificado por su obsesión con la danza y su fascinación por la maestra que le dio su primera gran oportunidad.
La cinematografía de Sayombhu Mukdeeprom (utilizando auténtica película Kodachrome) es al mismo tiempo elegante y natural, con encuadres y movimientos que evocan el período setentero de la película, y al mismo tiempo sugieren una indescriptible amenaza hasta en las más inocentes escenas. Y la música de Thom Yorke es el perfecto acompañamiento de las hipnóticas escenas conjuradas por Guadagnino, a veces sutiles, a veces exageradas, pero siempre fieles a los temas de la película y la despiadada lógica del argumento. Su fina dirección (más similar a Ken Russell que a Dario Argento) desarrolla una insoportable tensión que explota con brutal violencia y grandes cantidades de sangre... la cual obviamente es metáfora de algo más profundo y significativo.
Al menos esa fue mi percepción del alucinante espectáculo que ofrece Suspiria: El Maligno. En vez de hacer un simple remake, Luca Guadagnino tomó la original Suspiria como punto de partida para crear un denso ritual mágico con múltiples niveles e interpretaciones, adornados por hermosas imágenes y momentos de horrible crueldad que serán difíciles de olvidar. Entonces, no sé si fue simple horror, o "cine de arte", o una profana combinación de ambos; pero definitivamente recomendaría Suspiria: El Maligno como una experiencia especial que requiere paciencia y reflexión para asimilar sus mejores atributos. O simplemente podemos disfrutar la danza moderna, la sangre y el cameo que casi me hizo caer de la butaca. Solo queda esperar que Luca Guadagnino siga evadiendo a Hollywood, y nos entregue en el futuro su versión de Inferno.
Calificación: 9

IMDb

Thursday, January 10, 2019

Bad Times at the El Royale



Síntomas: En una fatídica noche de 1970, el hotel El Royale recibe varios huéspedes con secretos muy peligrosos que cambiarán las vidas de todos los involucrados.

Diagnóstico: Bajo la tutela de su mentor Joss Whedon (con quien trabajó en la serie Buffy The Vampire Slayer), Drew Goddard se convirtió en un talentoso director y guionista, cuyo trabajo hemos disfrutado en Cloverfield y The Martian (como escritor) y la genial The Cabin in the Woods (como director). Y ahora, en Bad Times at the El Royale, Goddard se da el lujo de crear su propio universo "neo-noir", fusionando ingredientes antiguos con una moderna sensibilidad que intenta subvertir los clichés de este género para construir algo nuevo y extremadamente ambicioso... quizás más ambicioso de lo que puede soportar la película.
La historia comienza con gran estilo y dinamismo: el viejo Hotel El Royale ha visto mejores épocas, pero aún conserva el esplendor de sus glorias pasadas (al menos en la superficie), así como un curioso "gimmick" que lo hace geográficamente especial, y ocasionalmente atractivo para cierto tipo de clientela. Entonces, durante una tormentosa noche, varios individuos con muy distinto temperamento (y cada uno con sus respectivos secretos) encontrarán en el hotel algo que no esperaban. Para algunos será la muerte; para otros, redención.
Entre esos individuos: Laramie Seymour Sullivan (Jon Hamm), extrovertido vendedor de aspiradoras que sabe más de lo que aparenta; el afable Padre Flynn (Jeff Bridges), tratando de ocultar los efectos de una grave enfermedad; Darlene Sweet (Cynthia Erivo), cantante de estudio con una pragmática actitud sobre su futuro en la industria musical; y Emily Summerspring (Dakota Johnson), rebelde "hippie" con poco respeto por las reglas. Y, como el recepcionista y único empleado del decrépito hotel, Miles Miller (Lewis Pullman) tratará de mantener el orden mientras lo persiguen sus propios vicios y remordimientos.
El libreto de Goddard dibuja personajes con enorme potencial para crear drama y conflicto durante sus impredecibles interacciones. Las historias individuales que los llevaron al Hotel El Royale se exploran gradualmente, revelando jugosos detalles que complican la trama y alteran constantemente la perspectiva de la cinta, hasta que no sabemos a quién creerle, o en quién confiar. Y así, replanteando situaciones y confundiendo nuestras expectativas, Bad Times at the El Royale parece dirigirse a una inevitable colisión de personalidades... pero termina desinflándose a la mitad del camino, pues nunca consigue integrar sus componentes en un relato uniforme.
Claro, eventualmente entra a escena un nuevo factor que intenta unir a los dispares protagonistas, pero se siente como un truco de última hora que no hubiera sido necesario si desde el principio existiera mayor cohesión entre las eclécticas sub-tramas... las cuales son indudablemente entretenidas por derecho propio, aunque debilitadas por la ausencia de ese indispensable elemento unificador.
Por el lado positivo... todo lo demás. Las actuaciones me parecieron excelentes (con una excepción), gracias a un elenco que combina figuras reconocidas (Jon Hamm, Jeff Bridges) con nuevos talentos de sólida presencia (Cynthia Erivo, Cailee Spaeny), así como nuevas facetas de actores (Chris Hemsworth, Dakota Johnson) acostumbrados a interpretar papeles muy diferentes.
Y, finalmente, la dirección de Goddard es tan energética como su libreto. Quizás la historia no "pega" correctamente, pero su manejo de cámara, actores y locaciones denota la seguridad y convicción de un cineasta maduro, con suficiente confianza para divertirse mientras organiza "flashbacks", múltiples puntos de vista, y (no podía faltar), grandes dosis de violencia cuando la trama lo requiere.
Todo lo cual resulta en una experiencia generalmente positiva, aunque empañada por numerosos remiendos para evitar que el proyecto se derrumbe bajo el peso de su auto-indulgencia. Aún así, siento que Drew Goddard se ganó el derecho de un capricho creativo como Bad Times at the El Royale, y me complace que nos haya invitado a la fiesta. Aunque esperaré mayor disciplina en sus siguientes películas; después de todo, ni siquiera un protegido de Joss Whedon puede salirse siempre con la suya.
Calificación: 8

IMDb

Wednesday, January 9, 2019

You Might Be the Killer



Síntomas: Un asesino enmascarado está matando a los jóvenes empleados del campamento de verano Clear Vista. En un desesperado intento por sobrevivir, Sam (Fran Kranz) se refugia en una cabaña y le habla a Chuck (Alyson Hannigan), su mejor amiga, quien es experta en películas de terror, y podría darle algún consejo para escapar con vida del maniático que lo persigue.

Diagnóstico: Le voy a llamar "meta-slasher" a la nueva corriente del horror que satiriza los clichés del cine slasher por medio de astutas referencias a los clásicos del género, ingeniosos replanteamientos de sus fórmulas, y grandes dosis de humor diseñado para los fans que conocen de memoria las rutinas del asesino enmascarado, sus ineptas víctimas, y la obligatoria "chica final" que triunfará sobre la adversidad. Entre las cintas de este irreverente sub-género podría mencionar Tucker & Dale Vs. Evil, Tragedy Girls y The Final Girls.
Sin embargo, además de su función satírica, You Might Be the Killer también nos cuenta una fascinante historia cuyas sorpresas e innovaciones nos ayudan a ignorar algunos típicos problemas del cine independiente de bajo presupuesto.
Entre esos problemas: varias dudosas decisiones del director Brett Simmons (Animal), cuyo manejo de la estructura no lineal de You Might Be the Killer es generalmente claro, aunque de vez en cuando titubea al unir las piezas del complicado rompecabezas, confundiendo al espectador sobre el orden cronológico de los eventos y la geografía del campamento Clear Vista; no sé si habrá sido falta de planeación, o simples omisiones de edición, pero definitivamente se notan "fracturas" en la narrativa que me sacaron de la película en un par de ocasiones. Y este problema se exacerba con la pobre cinematografía nocturna, otro frecuente problema del horror "indie" que rara vez tiene recursos suficientes para rentar suficientes lámparas; o tal vez estos jóvenes cineastas tienen demasiada confianza en la capacidad de las nuevas cámaras digitales para filmar en la oscuridad. Como sea, encuentro frustrantes las escenas donde no se entiende lo que está pasando; o, peor aún, donde no podemos apreciar un jugoso efecto "gore" por falta de iluminación.
Afortunadamente la creatividad de You Might Be the Killer rescata la situación con una brillante reinvención del clásico asesino enmascarado, desafiando nuestras expectativas al mismo tiempo que cumple los requerimientos del sub-género... pero no siempre de la manera que esperamos. La premisa de la víctima pidiendo ayuda telefónica de su amiga "geek" no se siente muy natural al principio, pero la excelente química entre Fran Kranz (The Cabin in the Woods) y Alyson Hannigan (más conocida como Willow en Buffy the Vampire Slayer) nos convence de su larga amistad, creando una simpática dinámica que se incorpora orgánicamente a la historia sin obstruir el horror.
Lo cual nos lleva al abundante "gore" de You Might Be the Killer. A pesar de su sentido del humor, la cinta no escatima en muertes violentas y abundante derramamiento de sangre, demostrando que la sensibilidad post-moderna no es excusa para descuidar uno de los principales atributos del cine slasher. Quizás los efectos no sean muy realistas, pero cumplen su propósito de impactar al espectador y establecer los mortales métodos del villano.
Hablando de eso, You Might Be the Killer también evita el problema de "víctimas anónimas", asignando personalidades bien definidas a los personajes secundarios, con ayuda de títulos en pantalla que evocan la estética el horror setentero, y al mismo tiempo nos ayudan a identificarlos cuando llega su fatídico destino.
Entonces, You Might Be the Killer tiene algunos problemas en su desarrollo y cinematografía, pero todo lo demás funciona tan bien que merece una sincera recomendación como una de las más imaginativas "deconstrucciones" del cine slasher, llena de suspenso, sangre, y agradables personajes que reflejan el afecto del director por esta menospreciada rama del horror contemporáneo. You Might Be the Killer es la recompensa que reciben (recibimos) los fans después de tantas cintas sin ambición ni inteligencia. Ya era hora.
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, January 7, 2019

El Asesinato de la Familia Borden (Lizzie)



Síntomas: A fines del siglo diecinueve, Lizzie Borden (Chloë Sevigny) vive reprimida por sus padres, por la sociedad, y por su posición como heredera de una familia acomodada. Su única amiga es Bridget Sullivan (Kristen Stewart), la nueva mucama de la casa. Entonces sus padres son brutalmente asesinados, y Lizzie se convierte en la principal sospechosa.

Diagnóstico: El caso de Lizzie Borden se volvió famoso por los sórdidos detalles de los asesinatos, y por la influencia de la ideología puritana en el controversial juicio que intentó encontrar la verdad sobre los hechos. Se han realizado muchas películas sobre estos eventos (una de las más recientes fue Lizzie Borden Took an Ax, con Christina Ricci en el papel principal, la cual fue tan exitosa para el canal Lifetime que hasta se convirtió en una breve serie televisiva). Sin embargo la nueva cinta Lizzie se distingue por proponer una audaz teoría que añade nuevos niveles psicológicos al relato comúnmente aceptado (bueno, al parecer esta teoría no es nueva en círculos académicos, pero rara vez se había usado en la cultura popular).
Aclaro desde ahora que no hay elementos sobrenaturales ni una atmósfera particularmente terrorífica en esta sobria interpretación de eventos históricos (excepto los crímenes mismos, desde luego), lo cual significa que Lizzie no es una película de terror, como yo esperaba, sino un meticuloso estudio de carácter que explora la difícil situación familiar de Lizzie Borden, sus posibles problemas mentales, y la motivación que alguien pudo tener para matar a Andrew y Abby Borden (Jamey Sheridan y Fiona Shaw), adinerados comerciantes con excelente reputación en el pueblo de Fall River, Massachusetts.
El libreto de Bryce Kass está bien construido, introduciendo un adecuado número de sospechosos y suficiente intriga para presagiar el fatídico destino de la familia Borden. Y el director Craig William Macneill analiza metódicamente la dinámica familiar para exponer disfunciones que nadie se hubiera atrevido a insinuar en aquella época.
Por otro lado... "metódico" es una manera amable de decir "aburrido". Supongo que el lánguido ritmo de la película intenta reflejar la vida semi-rural durante el siglo diecinueve, y acentuar la creciente tensión que sufren los personajes en un entorno asfixiante, repleto de arbitrarias costumbres y rumores que podían destruir reputaciones hasta de gente inocente. Pero, en un sentido más práctico, la primera mitad de Lizzie me pareció excesivamente lenta y con una cierta afectación que pone a prueba la paciencia del espectador.
Afortunadamente la segunda mitad recupera cierta energía gracias a las actuaciones de Chloë Sevigny y Kristen Stewart, cuya engañosa docilidad oculta turbulentas emociones que ciertamente podrían explotar en forma de violencia. O tal vez fueron víctimas de una conspiración más compleja de lo que las autoridades podían imaginar.
Como sea, Lizzie me pareció interesante, aunque no indispensable para aficionados al drama histórico. Los valores de producción son modestos pero funcionales; las locaciones, decorados y vestuario son tan realistas como permite el reducido presupuesto de la cinta. Y el elenco secundario (incluyendo a Kim Dickens, Denis O'Hare y Tara Ochs) hace su mejor esfuerzo para completar el rompecabezas de este perenne misterio que quizás nunca se resolverá satisfactoriamente... aunque la especulación sigue siendo entretenida. Solo hay que tener un poco de paciencia para apreciar las sorpresas de Lizzie y sus "escandalosas" teorías.
Calificación: 7.5

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Saturday, January 5, 2019

Creed II: Defendiendo el Legado (Creed II)



Síntomas: El boxeador Adonis Creed (Michael B. Jordan) sigue triunfando gracias a las lecciones de su entrenador, Rocky Balboa (Sylvester Stallone). Pero cuando el boxeador ucraniano Viktor Drago (Florian Munteanu) reta a Creed, Rocky le pide que rechace la oferta, pues no quiere que se repita lo que ocurrió tres décadas atrás con Apollo Creed, el padre de Adonis.

Diagnóstico: Primero Aquaman, y ahora Creed II: Defendiendo el Legado... ¡Dolph Lundgren en dos películas "serias"! Y ese es tan solo uno de los atributos que hacen esta secuela recomendable... además de las actuaciones, la historia, y desde luego las peleas, no solo técnicamente espectaculares, sino cargadas de significado. Aunque, para viejos nostálgicos como yo, lo mejor de Creed II: Defendiendo el Legado será ver de nuevo juntos a Ivan Drago (Dolph Lundgren) y Rocky Balboa (Sylvester Stallone) como antagonistas "psicológicos", mientras que sus respectivos protegidos, Viktor Drago (Florian Munteanu) y Adonis Creed (Michael B. Jordan) se encargan de la acción con un enfrentamiento brutal e increíblemente tenso.
Pero, como ocurrió en Creed (2016), antes de llegar a "lo bueno" hay mucho melodrama más o menos desechable, incluyendo la relación de Adonis con su prometida Bianca (Tessa Thompson), y las dificultades de Rocky con su propio hijo, distanciado por ciertos eventos del pasado. El libreto tiene buenos momentos y progresa lógicamente, mostrándonos nuevas facetas de los personajes al mismo tiempo que respeta las dinámicas establecidas en la primera película; pero sabemos que lo importante ocurrirá en el cuadrilátero, y en ocasiones sentí un poco de frustración con tantas escenas familiares que, francamente, no conducen a nada. Con una excepción: el retador Viktor Drago también tiene su propio drama familiar, tratando de ganar el respeto de sus padres; sin embargo el manejo de esta sub-trama es más sutil, con simples miradas y frases aisladas, haciéndola más efectiva e impactante, en mi humilde opinión. Y más eficiente para establecer el carácter de Viktor Drago sin extender innecesariamente la película, que ya de por sí dura dos horas.
Fuera de eso, Creed II: Defendiendo el Legado, sigue la habitual fórmula del cine deportivo, con algunos retos, triunfos y derrotas para elevar nuestra empatía por los personajes y hacer más emocionante la gran pelea final. Stallone hizo lo mismo hace treinta años con la saga de Rocky, y ahora continúa la tradición como mentor de Adonis Creed, manteniendo un buen balance entre lo nuevo y lo viejo, lo "cool" y lo clásico.
En los roles secundarios, Tessa Thompson es una presencia agradable pero en ocasiones irrelevante (¿realmente necesitábamos dos números musicales?); y Phylicia Rashad sigue envejeciendo en reversa (al estilo de Benjamin Button) en el papel de Mary Anne, la madre de Adonis y viuda de Apollo Creed. Dolph Lundgren es tan intenso como siempre, y Florian Munteanu es físicamente imponente en el papel de Viktor Drago. Mi única objeción es que no se parece mucho a sus "padres" (por cierto, esta reunión familiar involucra otro simpático cameo ochentero que no revelaré), lo cual diluye un poco el realismo a la hora de las peleas, ya que Munteanu parece un boxeador genérico, en vez de evocar visualmente aquella épica pelea entre Ivan Drago y Apollo Creed. Pero, bueno, es una queja menor en una película muy entretenida y bien actuada, que yo ubicaría más o menos al mismo nivel que su predecesora. En la original Creed, las emociones provenían de la voluble relación entre boxeador y entrenador; y para la secuela, encontraron una sólida fuente de conflicto revisitando el legado de Rocky y Drago. Fue una buena estrategia, aunque no sé cómo podrían superarla en una hipotética tercera parte. ¿Qué estará haciendo el hijo de Mr. T?
Calificación: 8

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