Wednesday, January 16, 2019

Let the Corpses Tan (Laissez Bronzer les Cadavres)



Síntomas: Después de robar una gran cantidad de oro, varios criminales se refugian en la casa de Madame Luce (Elina Löwensohn). Entonces llegan visitas inesperadas y se complica la situación.

Diagnóstico: En el 2015, The Strange Color of Your Body's Tears estableció a los cineastas  Hélène Cattet y Bruno Forzani como artistas visionarios dedicados crear imágenes hermosas y memorables, aunque fuera a costa de la coherencia narrativa. Y ahora su nueva obra, Let the Corpses Tan, muestra igual esmero en el plano visual, pero con una historia más lúcida y congruente... hasta cierto punto.
Tal vez la razón de esta inesperada claridad reside en el origen literario del argumento, basado en la novela "Laissez Bronzer les Cadavres!" (de Jean-Patrick Manchette y Jean-Pierre Bastid), la cual no he leído. Pero, a diferencia de su cinta anterior, esta vez Cattet y Forzani cuentan con una sólida estructura dramática y un formato más convencional para presentarnos este "psico-noir" (otra vez estoy inventando términos) posiblemente inspirado por los "spaghetti westerns" de Sergio Leone y los thrillers criminales del "new age" europeo, como Alphaville, Breathless (la de Jean-Paul Belmondo), y hasta Danger: Diabolik.
El resultado es una febril experiencia que satura nuestros sentidos con espectacular cinematografía, exóticos ángulos de cámara, y ocasionales desviaciones por las surrealistas pesadillas (o alucinaciones) de individuos atrapados en una desesperada situación de donde pocos saldrán con vida.
Cattet y Forzani establecen la premisa con burdos trazos que medianamente explican las relaciones entre los enigmáticos personajes; y antes de que podamos entender lo que está pasando, presenciamos el robo de un camión blindado y la fuga de los ladrones hacia su incongruente refugio: unas ruinas a orillas del Mediterráneo, donde vive una pareja de artistas que podrían o no ser cómplices del crimen. Entonces llegan dos policías y comienza una tensa confrontación que borrará la línea entre el mundo real y la torcida imaginación de los personajes.
La historia es razonablemente simple, aunque al principio tuve algunas dificultades distinguiendo a "los malos" (los ladrones) de "los buenos" (nadie, realmente); pero eventualmente reconocí que la trama es una simple excusa para crear oníricas secuencias de arte audiovisual que le dan su identidad a la película: siluetas de la playa; una mujer crucificada sobre la arena; varios tipos de fluidos corporales; un hormiguero como alegoría del argumento... y muchas otras bizarras viñetas de ambiguo propósito, pero enorme impacto visceral.
Las actuaciones varían entre crudo realismo y exageración, siempre listas para confundir nuestras expectativas y revelar nuevas facetas de personajes ya de por sí inescrutables. Entonces llegan las traiciones que destruyen frágiles alianzas y cambian el rumbo del relato, una y otra vez, hasta que perdí la cuenta de quién es quién, y qué quieren hacer. Bueno, además de sobrevivir y quedarse con el oro.
A pesar de su breve duración (un poco más de noventa minutos), Let the Corpses Tan se siente larga por la cantidad de digresiones y repeticiones de eventos examinados desde diversos puntos de vista. Pero, como dije, el punto de la película no es aquella primordial pugna entre policías y ladrones, sino la estimulación de nuestra conciencia con imágenes y sonidos que, en el mejor de los casos, podrían simbolizar el carácter y emociones de los personajes enfrascados en una violenta confrontación, cuyo desenlace es secundario a la reacción del espectador. En mi caso particular, terminé un poco confundido pero satisfecho, porque sabía de antemano qué esperar de estos cineastas. Y esa sería la advertencia que debe acompañar mi recomendación de Let the Corspes Tan... solo es para el público que sabe lo que le espera. Y lo que les espera es casi siempre inesperado.
Calificación: 8.5

IMDb

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