Tuesday, January 30, 2018

The Stolen



Síntomas: En un pequeño pueblo de Nueva Zelanda, a fines del siglo diecinueve, dos ladrones matan al esposo de Charlotte Lockton (Alice Eve) y secuestran a su bebé. Varios meses después, sin resultados positivos, la Policía le recomienda que olvide el asunto y continúe su vida. Pero Charlotte tiene otros planes.

Diagnóstico: Un western neozelandés... ¿por qué no? El acento es distinto, los caballos son más grandes, y los "nativos" co-existen pacíficamente con los colonizadores (lo cual no siempre es bueno para ellos, aunque sin duda mejor que la situación en los Estados Unidos durante aquel período). Sin embargo los vicios y valores del Viejo Oeste eran iguales al otro lado del mundo, incluyendo la fiebre del oro, la amenaza constante de violencia en todas sus formas, y el espíritu indomable de hombres y mujeres que hacían lo necesario para sobrevivir... o para cumplir la misión que el destino les asignó. En este caso, salvar un bebé y quizás vengar la muerte de un esposo.
En años recientes se han producido varios westerns dedicados a la perspectiva femenina de la "nueva frontera", con todos los problemas y esperanzas que ello implica (algunos ejemplos notables: Jane Got a Gun, The Keeping Room y Sweetwater, por no mencionar The Quick and the Dead, mi western favorito de todos los tiempos). La verdad es que The Stolen no aporta mucho a esta nueva corriente (además de su inusual locación), pero tampoco hace falta que una película sea totalmente innovadora para pasar un buen rato de agreste drama y brutal violencia al estilo del viejo oeste.
Alice Eve nos presenta inicialmente a Charlotte Lockton como una recatada mujer de sociedad inglesa que tiene dificultades para asimilar su nuevo hogar en Nueva Zelanda. La vida es más dura y los retos parecen más grandes, pero su bebé y su comprensivo esposo facilitan la transición. Entonces Charlotte pierde todo lo que amaba, y en vez de desmoronarse toma la decisión de buscar a su hijo por su cuenta... lo cual sería peligroso incluso en una gran ciudad, ya no digamos en una isla lodosa y llena de forajidos que solo quieren a las mujeres para una cosa. Y no es para cocinar.
Y así Charlotte encuentra en su cruzada muchos pintorescos personajes, a veces aliados, a veces antagonistas, pero siempre contribuyendo al inexorable cambio que se manifiesta en la joven mujer, quien se asombra (al igual que nosotros) ante las cosas que es capaz de hacer con tal de conseguir su propósito. Esto incluye viajar con un grupo de prostitutas que esperan encontrar fortuna en un pueblo minero; aprender a usar armas de fuego; y quizás tomar ventaja de su belleza para congraciarse con Joshua McCullen (Jake Davenport), otro expatriado inglés que podría tener valiosa información sobre los hombres que secuestraron al bebé.
Como dije, todo esto suena rutinario, y quizás lo sea; pero el director Niall Johnson encuentra un buen ritmo para la historia, los actores adoptan de manera creíble las costumbres de la época, y los breves momentos de acción son adecuadamente catárticos y un poco metafóricos, para añadir ese sutil aderezo feminista que complementa la experiencia y la separa de la simple explotación (sí, Alice Eve es muy atractiva, y el director de fotografía no nos permite olvidarlo por un segundo).
Para fans del western, The Stolen ofrece un sabor cultural ligeramente distinto que revela fascinantes contrastes con sus contrapartes norteamericanas; y al mismo tiempo nos muestra lo mucho que el mundo tenía en común en aquella cruel época. Pero los fans del cine de acción probablemente quedarán decepcionados por el énfasis en carácter y la relativa escasez de balaceras y peleas. Sin embargo The Stolen cubre las bases del neo-western con suficiente esmero para merecer una recomendación, especialmente para admiradores de Alice Eve decepcionados por su mediocre participación en Star Trek Into Darkness. Y para fans de Rocky Horror que quieran ver en qué anda Richard O'Brien en estos días: menos "time warp" y más can-can.
Calificación: 7.5

IMDb

Monday, January 29, 2018

Thelma



Síntomas: La joven Thelma (Eili Harboe) creció en un hogar estrictamente cristiano; y ahora, cuando entra a la universidad y se siente atraída por su amiga Anja (Kaya Wilkins), Thelma empieza a desarrollar síntomas de algo más peligroso que simple ansiedad.

Diagnóstico: Thelma es como una versión post-moderna de Carrie, combinando melodrama "coming of age" con metáforas de represión psicológica y sexual, cuyas consecuencias son igualmente sorprendentes, aunque menos espectaculares que las de aquel memorable libro (y película) de Stephen King. Sin embargo, esta comparación se limita a la fórmula básica del relato, ya que Thelma examina a su protagonista con mayor sutileza, empleando ese estilo frío y desapegado del cine europeo que, paradójicamente, amplifica el efecto emocional de la cinta, en vez de reducirlo.
Lo que no es muy sutil es el simbolismo manejado por el director Joachim Trier, quien usa aves y serpientes para ilustrar la lucha interna de Thelma, atrapada entre su estricta educación cristiana y los "pecaminosos" impulsos que siente por su amiga Anja. Quizás estos "ángeles" y "demonios" salen sobrando, pero definitivamente añaden un vibrante contrapunto visual para compensar la gris cinematografía y austeros escenarios académicos donde Thelma estudia.
Eili Harboe expresa con absoluto realismo la transformación de Thelma, de adolescente temerosa a joven mujer que descubre la embriagadora libertad de vivir lejos de casa, entre compañeros que ofrecen distintas perspectivas del mundo. Pero, ¿se trata de "tentaciones" que la invitan al pecado, o simplemente etapas normales en el camino a la madurez y la sociedad adulta?
Henrik Rafaelsen y Ellen Dorrit Petersen interpretan a Trond y Unni, los padres sobre-protectores de Thelma, tratando de controlarla a larga distancia, y recordándole las lecciones morales que debe seguir para salvar su alma. Entonces empieza a manifestarse la curiosa "enfermedad" de la joven como respuesta a su conflicto espiritual, y vemos por qué sus padres usaron la religión como herramienta de auto-censura, esperando que facilitaría su integración al mundo real. ¿Tuvieron razón en reprimirla o solo empeoraron la situación? Creo que la respuesta de Trier es bastante obvia, pero aún así propone un interesante debate que cada espectador puede resolver a su gusto.
Finalmente, Kaya Wilkins interpreta a Anja, y aunque su papel es necesariamente pasivo, personifica la calidez y confianza que Thelma nunca tuvo de niña; sus padres la cuidaban mucho, pero más por necesidad que por genuino afecto.
La dirección de Joachim Trier es sobria y concisa, prestando especial atención a la integridad de los personajes y al lenguaje de escenas que esconden gran significado detrás de su aparente simplicidad. Al mismo tiempo, Thelma es el tipo de película que se abstiene de dar explicaciones porque confía en el trabajo de los actores para llenar los huecos de la historia, y el resultado es una deliciosa mezcla de misterio y emoción entretejidos para darnos una experiencia estimulante e inusual... al menos para los estándares del horror contemporáneo. De hecho, no estoy seguro si Thelma encaja por completo en esa clasificación, pero me voy a tomar la libertad de apropiarla, porque necesitamos más obras con este nivel de calidad para compensar las películas más burdas (aunque en ocasiones divertidas) que representan el estándar del género.
Entonces, Thelma podrá tener rasgos de Carrie, pero forja una identidad propia gracias al talento del elenco y la visión de un director que supo utilizar el horror como medio fértil para la propagación de ideas inteligentes, en vez de conformarse con causar una reacción visceral en el público. Ambos enfoques tienen su lugar en el cine de terror, pero su armónica fusión siempre se siente más satisfactoria.
Calificación: 9

IMDb

Sunday, January 28, 2018

Tres Anuncios por un Crimen (Three Billboards Outside Ebbing, Missouri)



Síntomas: Siete meses después de que la hija de Mildred Hayes (Frances McDormand) fue brutalmente violada y asesinada, la Policía local no ha encontrado al culpable, y Mildred decide contratar tres anuncios exteriores para exigir justicia, lo cual no le gusta mucho al Jefe Willoughby (Woody Harrelson).

Diagnóstico: La mayor sorpresa de Tres Anuncios por un Crimen fue descubrir que NO está basada en hechos reales. Bueno, el director/escritor Martin McDonagh (In Bruges) dice que alguna vez vio anuncios similares a los de la película en una carretera de los Estados Unidos, pero ahí termina la "realidad" del asunto; todo lo demás es una invención suya (supongo que por algo está nominada al Óscar como "Mejor Libreto Original", y no "Mejor Libreto Adaptado").
Para algunas personas este artificio no tendrá mucha importancia, ya que Tres Anuncios por un Crimen ciertamente es una interesante película con excelentes actuaciones y un robusto subtexto emocional que, por debajo del amargo argumento, nos ofrece un semi-optimista mensaje de cooperación cuando la gente se enfoca en sus similitudes, y no en las diferencias que los dividen (incluso si dichas similitudes fueran un poco negativas). Sin embargo, la historia está llena de agujeros, personajes unidimensionales, y conductas irracionales que hubiera sido más fácil tragar si estuvieran tomadas de la vida real; pero cuando sabemos que salieron de la imaginación del escritor se transforman en fallas lógicas o, en el mejor de los casos, en trucos diseñados para incrementar el drama entre los protagonistas.
Sin embargo, como dije, lo importante es el impacto de las actuaciones, empezando por la siempre extraordinaria Frances McDormand en un papel perfecto para su estilo personal, en igual medida ácido y natural; y desde luego está rodeada por un capaz reparto que incluye a Woody Harrelson, Sam Rockwell, Peter Dinklage, Caleb Landry Jones, y Samara Weaving (bueno, su papel es muy corto, pero me dio gusto verla en un proyecto "de prestigio").
Y, al igual que vimos en la reciente Stronger (me pregunto si se convertirá en una nueva corriente), los personajes de Tres Anuncios por un Crimen tienden a ser desagradables, ya sea por sus prejuicios o agresividad. Las metas de Mildred Hayes son admirables, pero sus métodos casi siempre resultan contraproducentes. Y en el otro lado del conflicto tenemos al Alguacil Willoughby (Woody Harrelson) y al Oficial Dixon (Sam Rockwell), policías sureños con toda la arrogancia y racismo que les atribuye la prensa norteamericana (al menos ese aspecto fue más cercano a la realidad). El choque de voluntades es contundente y devastador en más de un sentido; todos quieren apoyar la cruzada justiciera de Mildred, pero desaprueban la humillación pública del Jefe Willoughby, un hombre imperfecto (que además atraviesa una tragedia personal), pero estimado por los habitantes de Ebbing, Missouri... y ciertamente más discreto sobre sus prejuicios personales; en resumen, un policía con instintos de político. Por otro lado, el Oficial Dixon es volátil e impulsivo, inmune a la mala fama, y sin escrúpulos para usar su cargo como excusa para abusar de minorías que considera inferiores. ¿Y Mildred espera que estos "representantes de la ley" encuentren al asesino de su hija?
Cualquiera que sea la respuesta, sabemos que la interacción entre estos complejos individuos inspirará momentos provocativos, trágicos, y ocasionalmente humorísticos, gracias al bien modulado sarcasmo de Mildred (por no mencionar el cinismo del director). Y aunque la evolución de sus actitudes incluye los antes mencionados trucos narrativos, a fin de cuentas nos ofrece una resolución honesta y aceptable... no necesariamente porque todos obtendrán lo que buscan, sino porque quizás lograrán ver más allá de sus intereses inmediatos, abriendo la posibilidad de mayor comprensión y tolerancia en el futuro. Bueno, al menos comprensión... es difícil cambiar ideologías en dos horas de película.
De todas las nominaciones que obtuvo Tres Anuncios por un Crimen, creo que las más merecidas son las de Frances McDormand y Sam Rockwell, cuyo trabajo basta para recomendar esta película. Todo los demás elementos me parecieron buenos, aunque habrá que saltar sobre múltiples agujeros de la historia y evitar analizarla demasiado para quedar satisfechos con el resultado final. Claramente esa no fue una prioridad para los miembros de la "Academia".
Calificación: 8.5

IMDb

Saturday, January 27, 2018

El Último Disparo (First Kill)



Síntomas: Will Beeman (Hayden Christensen) lleva a su familia de vacaciones al pueblo donde creció, pero su hijo Danny (Ty Shelton) es secuestrado, y al buscarlo Will se involucra con una pandilla de criminales locales. Entonces el implacable Alguacil Howell (Bruce Willis) sospecha que Will es cómplice de un robo bancario, e inicia una cacería para capturarlo.

Diagnóstico: Según el Maestro Traductor, "first" significa "último", y "kill" es "disparo". Muchas gracias por esa lección de inglés.
No sé si el público clamaba por una nueva película con Hayden Christensen (más conocido como el segundo personaje más odiado de Star Wars), pero alguien decidió que sería buena idea contratarlo como héroe de un barato thriller directo a video (que, naturalmente, se estrena en cines de México), construido con piezas prefabricadas y sustentado por coincidencias, torpes decisiones, y la ineptitud de todos los personajes, tanto héroes como villanos.
En El Último Disparo, Will Beeman es un poderoso ejecutivo de Wall Street que ha descuidado a su familia. Entonces, para reconciliarse con su esposa Laura (Megan Leonard) y su pequeño hijo Danny (Ty Shelton), toma la decisión que le parece más lógica: llevarlos al pueblo rural de su niñez, y enseñar a Danny a cazar venados, porque quizás así se hará más fuerte y dejarán de molestarlo en la escuela. Perfectamente sensato.
Entonces las vacaciones se arruinan cuando Will y Danny presencian un crimen, el niño es secuestrado, y Will tiene que mentirle a la policía para proteger a su hijo y mantenerse un paso adelante del Alguacil Howell (Bruce Willis), quien lo conoce desde chico y era amigo de su padre (obligatoria conexión al pasado para incrementar el inexistente impacto emocional). Y así se desarrolla El Último Disparo, entre monótonas persecuciones por el bosque, peleas con diversos villanos, y la incipiente amistad de Danny con su secuestrador (Gethin Anthony), quien lo deja jugar Killer Instinct, el cual Danny tiene prohibido porque es demasiado violento (pero matar venados es aceptable, supongo). De hecho, si la película se hubiera enfocado en esa relación quizás hubiera resultado más interesante... como una versión "hillbilly" de A Perfect World. Pero no fue así; lo único que tenemos es al padre buscando a su hijo, al policía buscando al papá, y al "villano" transformándose gradualmente en anti-héroe y protector del niño, porque los policías rurales prefieren disparar primero y averiguar después. Y también hay una mujer con diabetes, una bolsa de dinero robado, y un viejo rifle Remington que tiene gran valor sentimental para nuestro héroe.
Nuestro héroe... Hayden Christensen, en otra monótona actuación donde nos deleita con su inexpresivo rostro e insípida presencia. Y como estrella de acción tampoco sirve, gracias a que el director Steven C. Miller (empeñado en arruinar la carrera de Bruce Willis, lo cual está logrando con cintas como Extraction y Marauders) usa los típicos recursos de la "shaky cam" y edición excesiva para hacer las peleas confusas e incomprensibles, y de paso ocultar la incompetencia de Christensen en estos asuntos (como también vimos en Outcast).
En cuanto a la historia, escrita por Nick Gordon (GirlHouse), parece avanzar con pasos torpes e inseguros, como si le estuvieran pagando por cada balacera o persecución, pero sin saber exactamente cómo incorporarlas a la narrativa. Entonces, los eventos ocurren arbitrariamente, limitándose a mover a los personajes de una locación a otra e iniciar conflictos sin consecuencia alguna. No sé cuántas veces el Alguacil Howell arresta a Will, para luego dejarlo libre y repetir la rutina. Y, desde luego, al final llega el gran "twist" que adivinamos desde los primeros quince minutos, extinguiendo cualquier esbozo de suspenso o interés en este flojo "thriller" que falla en todos los niveles, y no podría recomendar excepto para fanáticos apologistas de Bruce Willis que quieran racionalizar su participación en estos terribles bodrios; o para fans de Anakin Skywalker que disfrutan el trabajo de Hayden Christensen. Respeto su gusto, pero sinceramente no lo comprendo.
Calificación: 5

IMDb

Friday, January 26, 2018

Apuesta Maestra (Molly's Game)



Síntomas: Cuando termina su carrera deportiva por culpa de un accidente, la esquiadora Molly Bloom (Jessica Chastain) busca un nuevo estilo de vida... y lo encuentra en el sórdido mundo del juego clandestino.

Diagnóstico: Apuesta Maestra gira alrededor del póquer, pero no hace falta conocer las reglas del juego ni entender su pintoresca terminología para apreciar este excepcional "thriller biográfico" (por llamarlo de algún modo). El director y guionista Aaron Sorkin nos sumerge en el seductor sub-mundo del juego ilegal, donde individuos ricos y/o famosos apuestan enormes cantidades de dinero, no tanto para ganar, sino para experimentar la emoción del peligro y disfrutar la derrota de sus oponentes. Sin embargo el interés de Molly Bloom no consiste en participar, sino en organizar los juegos, buscar "peces gordos", y establecer una atmósfera donde sus "clientes" se sientan a gusto, libres de prejuicios y con la garantía de discreción y honestidad al momento de "hacer cuentas". Pero es un juego peligroso en más de un sentido, y eventualmente la suerte de Molly encuentra su límite.
Y eso es tan solo el preludio de eventos que exploraremos en el presente y el pasado, por medio de flashbacks donde se revelan momentos importantes en la infancia de Molly (manipulada por su estricto padre), su adolescencia (donde se asoman sus primeros rasgos de rebelión), y su trayectoria como esquiadora de nivel olímpico, brutalmente interrumpida por un bizarro accidente. Todo esto, de una manera u otra, la preparó para su casual iniciación en el póquer clandestino, donde alcanzó gran éxito gracias a su inteligencia y sobriedad. Bueno, al menos sobriedad en los negocios.
La historia real que nos presenta Apuesta Maestra no es muy complicada, pero en manos del legendario Aaron Sorkin (haciendo su debut como director de cine) se vuelve dinámica y cautivadora, con esos chispeantes diálogos característicos de su estilo, y un elenco desbordante de energía y delicioso cinismo que nos invita a ponernos del lado de Molly a pesar de su cuestionable oficio. Y ahí es donde reside la profundidad de Apuesta Maestra: en el fino desarrollo de un personaje falible, pero muy humano; y en la fantástica actuación de Jessica Chastain, proyectando su clásica mezcla de determinación y vulnerabilidad para capturar nuestra simpatía y compasión, porque... ¿cuál fue su crimen, exactamente? ¿Ser una mujer exitosa en un entorno tradicionalmente masculino?
Esto nos lleva a otro curioso aspecto de Apuesta Maestra; al parecer gran parte de la carrera "criminal" de Molly Bloom fue perfectamente legal, lo cual sirve como comentario sobre algunas injustas leyes norteamericanas, y la complicidad del gobierno con industrias altamente redituables, y por lo tanto libres de interferencia legislativa, porque hay mucho dinero en juego. Literalmente.
No sé si los fans de Sorkin quedarán decepcionados por la escasez de "walk and talks" (una de sus herramientas narrativas favoritas, que usaba con frecuencia en series televisivas como The West Wing, Sports Night y Studio 60 on the Sunset Strip... por no mencionar su astuto cameo en 30 Rock), pero les aseguro que hay abundantes "sit and talks" que nos mantienen en suspenso durante toda la película, con apoyo de Idris Elba como el abogado de Molly, Michael Cera como el jugador estrella de las partidas secretas, y Kevin Costner como el padre de Molly, demasiado severo pero con genuina preocupación por el futuro de su hija.
Lo cual nos lleva a mis únicas quejas sobre Apuesta Maestra: la película frena su ímpetu durante la parte media, y termina extendiéndose hasta dos horas y veinte minutos que quizás pudieron acortarse sin sacrificar sus considerables virtudes. Y tampoco me gustó una escena cerca del final donde Costner pretende reducir el rico personaje de Molly a una serie de clichés psicológicos, los cuales ciertamente explican varios aspectos de su carácter... pero también se sienten como excusas para validar su comportamiento, las cuales salen sobrando porque no necesitamos "explicaciones" para comprender las decisiones de la mujer. Pero, bueno... supongo que fue un momento irresistible para Sorkin, exponiendo los más profundos secretos de la protagonista con el fin de crear una genuina reacción emocional después de dos horas de pragmático análisis y fría racionalidad.
Como sea, Apuesta Maestra me pareció una obra brillante y entretenida... algo así como la versión "underground" de The Big Short (que en México se llamó "La Gran Apuesta"... ¿coincidencia?), con excelentes actuaciones e interesantes temas que trascienden el feminismo para revelar duras realidades sobre la naturaleza humana. Y para enseñarnos el irresistible poder de la "anti-esposa".
Calificación: 9

IMDb

Wednesday, January 24, 2018

Godzilla: Monster Planet



Síntomas: Con la Tierra devastada por los ataques de Godzilla y otros monstruos gigantes, la humanidad (lo que queda de ella) decide abandonar el planeta y buscar un nuevo mundo para colonizar. Sin embargo, veinte años después, los sobrevivientes siguen vagando por el espacio, desmoralizados y en peligro de extinguirse por la escasez de recursos. Entonces deben tomar una grave decisión... ¿resignarse a morir en el vacío, o regresar a la Tierra y luchar contra los monstruos?

Diagnóstico: Aunque oficialmente es una "Serie Original de Netflix", Godzilla: Monster Planet (también conocida como "Planet of the Monsters") dura hora y media, y funciona por sí misma como una interesante historia de ciencia ficción inspirada por el cine "kaiju", así que voy a considerarla como una película formal. Y me alegra decir que fue una película bastante buena, aunque bastante alejada de la mitología de Godzilla, lo cual podría contrariar a sus más conservadores fans.
Creo que la razón de este distanciamiento fue evitar conflictos con la mediocre franquicia norteamericana de Godzilla, y con la excelente reencarnación japonesa que vimos el año pasado. Lo cual me pareció una excelente decisión, pues de esta manera Monster Planet puede forjar su propio camino y aprovechar al máximo el medio de la animación para ofrecernos situaciones e imágenes que difícilmente hubieran encajado en la fórmula "kaiju". En otras palabras: los directores Hiroyuki Seshita y Kôbun Shizuno (de la reciente Blame!) no hicieron una película animada de Godzilla para ahorrar dinero, sino para contar una historia que no hubiera sido posible realizar de otra manera. Al menos en una escala realista.
Entonces, Godzilla: Monster Planet se siente más como un "anime" tradicional, con espectacular animación (sé que muchos puristas rechazan la combinación de 3D y dibujo tradicional, pero en lo personal me parece un buen balance entre realismo y expresión artística), extraordinario diseño de producción con amplias referencias “geek” (los tanques se parecen a los Logicomas de Ghost in the Shell), y álgido melodrama para añadir contenido emocional a la acción.
Ese es uno de los factores que me han alejado del anime en general... el uso de fórmulas narrativas trilladas y repetitivas para generar conflictos personales que sirvan como interludio entre batallas (o duelos, o tentáculos, o cualquiera otro sub-género popular). Sin embargo, los temas de supervivencia y "depresión cósmica" que maneja Godzilla: Monster Planet funcionan muy bien como motivación de los héroes y justificación de las terribles decisiones que deben tomarse para salvar los escasos remanentes de nuestra civilización... o sacrificarlos en un arriesgado intento por restaurar la dignidad de la humanidad. Sí, suena tan melodramático como el romance de Macross, pero esa lucha por el honor me pareció perfectamente lógica y creíble en el contexto de Godzilla... el dios de la destrucción imposible de vencer, que transformó literalmente el ecosistema de la Tierra y ahora reina como dueño absoluto del planeta... a menos que Haruo Sakaki (voz de Mamoru Miyano) y sus aliados puedan retomar el control de nuestro mundo. Hablando de lo cual, mi única queja sobre el libreto es que no vi mucha utilidad en la raza extraterrestre Exif, con su bizarra espiritualidad y lógica vulcana; imagino que los harán más relevantes en el futuro.
Entonces, con el drama en su lugar, solo resta disfrutar las gloriosas imágenes de destrucción, el diseño de vehículos, armas y monstruos, y el suspenso de la exploración de un planeta al mismo tiempo familiar y totalmente extraño para sus antiguos habitantes. Ya se me están acabando los adjetivos para describir la riqueza visual de Godzilla: Monster Planet, así que solo diré que fue una de las mejores película “kaiju” que he visto... aunque Shin Gojira sigue estando al frente, y probablemente nunca será superada (escribo esto con esperanzas de tragarme mis palabras cuando se estrene la secuela alrededor del 2020)(No confundir con la secuela norteamericana, programada para el 2019).
Y, claro, al final de este primer capítulo queda claro por qué se trata de una "Serie Original de Netflix"... Godzilla: Monster Planet fue tan solo el principio, y espero sinceramente que no tarde mucho la Parte 2 para resolver ese titánico "cliffhanger". Y también quiero ver más monstruos... quizás algunos de manufactura humana. No diré más.
Calificación: 9 (Pierde medio punto por no usar la música de Akira Ifukube; imagino que fue una cuestión de derechos, pero la experiencia se siente incompleta sin esas cataclísmicas notas)(¡Encontré otro adjetivo!)

IMDb

Tuesday, January 23, 2018

The Beyond



Síntomas: Cuando aparece una anomalía espacial en órbita de la Tierra, la Directora de la Agencia Espacial Internacional (Jane Perry) se ve presionada por el gobierno y la comunidad científica sobre el tipo de respuesta que la humanidad debe ofrecer.

Diagnóstico: No, The Beyond no es un remake de la obra maestra de  Lucio Fulci, sino una fascinante película original de ciencia ficción con extraordinarias ideas, sorprendentes efectos especiales (sobre todo para un proyecto "indie" de bajo presupuesto) y, para bien o para mal, muchos conceptos "prestados" de respetadas obras de ciencia ficción, incluyendo 2001: A Space Odyssey (y su secuela), RoboCop, Contact, Arrival y hasta Avatar (supongo que esto la hace un poco menos "original").
Para lograr todo esto, The Beyond utiliza con gran pericia el formato pseudo-documental, pero afortunadamente no es la confusa cámara en mano que hemos visto en incontables películas "found footage" de terror, sino la genuina técnica del "mockumentary", presentando los eventos como si fueran reales, con una mezcla de entrevistas simuladas, fragmentos de noticias reales (como la controversial "Señal Wow!"), y videos capturados por cámaras ficticias a bordo de la Estación Espacial Internacional (entre otras), que fueron las primeras en detectar un extraño fenómeno en el espacio que costó la vida de un astronauta que intentó acercarse. La ilusión de realidad es casi perfecta, como si estuviéramos viendo un programa de The History Channel, o un especial en CNN sobre un acontecimiento que cambió el curso de la historia.
La aparición del fenómeno espacial desata una creíble variedad de reacciones en la Tierra, según las perspectivas de distintos gobiernos; algunos quieren atacar de inmediato, otros prefieren ignorar el fenómeno hasta que desaparezca (aparentemente ocurrió algo similar en los noventas, pero duró poco tiempo y se mantuvo en secreto); pero Gillian Laroux (Jane Perry), directora de la Agencia Espacial Internacional, está convencida de que el siguiente paso debería ser una misión de exploración, para hacer contacto con... lo que sea que está provocando la anomalía. Pero, ¿a quién enviar? ¿Soldados, científicos o diplomáticos?
Ese es tan solo el principio de muchas complicaciones que los protagonistas deberán enfrentar durante lo que podría ser el descubrimiento científico más grande de la historia.
Lamentablemente el libreto se distrae durante el segundo acto con una sub-trama pseudo-científica que parece pertenecer a una película totalmente distinta. Es como si hubieran injertado veinte minutos de RoboCop a la mitad de Contact. El resultado es un poco irregular, pero no alcanza a descarrilar la película (al menos no por completo), sobre todo cuando llegamos al tenso tercer acto, cuando se esbozan algunas explicaciones sobre el gran misterio, al mismo tiempo que se plantean nuevas preguntas que me dejaron con ganas de ver una secuela.
Y todo esto adornado con excelentes actuaciones y efectos especiales de sorprendente calidad. El director y guionista Hasraf Dulull trabajó para algunos de los más grandes estudios digitales de Hollywood, lo cual obviamente le dio la experiencia técnica y contactos profesionales para crear fantásticas imágenes a bajo costo que complementan una historia interesante y bien planteada... con excepción de esa digresión transhumanista (no pregunten). De cualquier modo, The Beyond me pareció una película inteligente e impecablemente realizada que podría ubicar en el raro nicho de "joya oculta" de la ciencia ficción. No es una cinta de acción, y en ocasiones exagera el drama para incrementar su impacto emocional; pero me da mucho gusto que existan obras como ésta, gracias a la creatividad de cineastas independientes, y a los avances tecnológicos en todas las etapas del proceso (filmación, post-producción y distribución digital). Habiendo dicho eso, creo que en vez de secuela funcionaría mejor una serie de televisión. Llamando a HBO...
Calificación: 8.5

IMDb

Monday, January 22, 2018

Las Horas Más Oscuras (Darkest Hour)



Síntomas: En 1940, las tropas de Hitler avanzan inexorablemente por Europa, y el Reino Unido teme ser el siguiente país en caer. Entonces el nuevo Primer Ministro, Winston Churchill (Gary Oldman), deberá decidir entre una solución diplomática o la declaración de guerra.

Diagnóstico: No estoy seguro si Las Horas Más Oscuras es una película que se siente como una clase de historia, o viceversa. Lo que puedo asegurar es que incluye increíbles actuaciones, escenas repletas de tensión, y toda la gravedad que corresponde a uno de los momentos clave no solo de la Segunda Guerra Mundial, sino de la Historia moderna. Al mismo tiempo me pareció una cinta lenta, bastante pesada, y más larga de lo necesario, en su esfuerzo por sumergirnos en la psicología del "Bulldog Británico", y simultáneamente crear drama secundario que sale sobrando una vez que comprendemos la enormidad de las decisiones que enfrentó Churchill.
Esto significa que Las Horas Más Oscuras genera ocasional suspenso, pero también invita abundantes bostezos e impacientes miradas al reloj (no podría asegurar que todo el público hacía lo mismo, porque el cine estaba prácticamente vacío). Sin embargo, para aficionados a la historia, estimo que Las Horas Más Oscuras será una fascinante recreación de eventos pocas veces retratados por el cine de la Segunda Guerra Mundial, el cual está casi siempre enfocado en el lado norteamericano del conflicto, o en los más cinemáticos aspectos del combate.
Por el contrario, Las Horas Más Oscuras transcurre principalmente en habitaciones de todo tipo: el dormitorio de Winston Churchill, el despacho del Rey George VI (Ben Mendelsohn), y los claustrofóbicos cuarteles subterráneos del Comité de Guerra, donde casi podemos oler el aire encerrado y el sofocante humo de cigarrillos... por no mencionar el tradicional puro de Churchill (no es eufemismo).
Estas son las escenas que mejor funcionan, gracias a la dirección de Joe Wright (Atonement, Hanna) y al perfecto diseño de producción que enfatiza el contraste entre la inmensidad de los temas discutidos y la humildad de los cuarteles, muy lejanos al cliché del "war room" espacioso y bien iluminado que vemos en las películas norteamericanas.
Pero, desde luego, la principal atracción de Las Horas Más Oscuras es la actuación de Gary Oldman como Winston Churchill, la cual explora los extremos del célebre dignatario, sencillo en algunas ocasiones, arrogante en otras, pero siempre consciente de la posición que el destino le asignó... y de las catastróficas consecuencias que podría acarrear hasta su más pequeño error. Actuando bajo una densa capa de maquillaje prostético (diseñado por Kazuhiro Tsuji), Oldman tal vez no sea idéntico al genuino Churchill, pero podemos olvidar ese detalle gracias a los modismos y lenguaje corporal que se encargan de completar la mágica transformación.
En papeles secundarios encontramos a Kristin Scott-Thomas como Clemmie, la esposa de Churchill, una de las pocas personas que comprendían su compleja personalidad; Ben Mendelsohn como el Rey George VI (el mismo rey que interpretó Colin Firth en The King's Speech), quien confirmó a Churchill como Primer Ministro a pesar de sus profundas dudas sobre su ideología y desempeño; y Lily James como Elizabeth Layton, secretaria personal de Churchill que debe mantener su profesionalismo a pesar de la desesperanza que cada día ve reflejada en su voluble jefe. Todos estos actores contribuyen en mayor o menor medida al complicado tapiz de intereses políticos y conflictos personales que se examinan en Las Horas Más Oscuras... pero la película le pertenece a Gary Oldman, y merece todos los aplausos que seguramente recibirá por este asombroso trabajo.
Entonces, Las Horas Más Oscuras no es una película "de guerra", ni una experiencia divertida, pero su valioso testimonio es indispensable para complementar nuestro entendimiento de los eventos que forjaron el mundo actual, literalmente. También es un extraordinario muestrario de actuaciones, diseño y decorados; y, en el último de los casos, servirá para enseñarnos de dónde salió aquel famoso discurso con el que Iron Maiden comenzaba sus conciertos.
Calificación: 8

IMDb

Sunday, January 21, 2018

El Pasajero (The Commuter)



Síntomas: Michael MacCauley (Liam Neeson) ha tomado el mismo tren para ir al trabajo durante diez años. Pero un día, justo cuando atraviesa una crisis personal, una misteriosa mujer llamada Joanna (Vera Farmiga) le hace una propuesta que cambiará su vida.

Diagnóstico: El Pasajero es la cuarta colaboración del actor Liam Neeson y el director Jaume Collet-Serra; y, lamentablemente, creo que cada una ha sido peor que las anteriores, lo cual no es buen augurio, ni para ellos, ni para el público.
Sin embargo, me atrevería a decir que esta tendencia descendente no ha sido culpa ni de Neeson ni de Collet-Serra, sino de libretos que se vuelven cada vez más enredados e inverosímiles (bueno, desde luego ambos han aceptado trabajar en estas películas, lo cual los haría indirectamente responsables... pero ya saben lo que quiero decir).
En el caso de El Pasajero, Liam Neeson repite sus rutinas de hombre normal atrapado en circunstancias extraordinarias, luchando contra la adversidad y encontrando la fuerza para seguir peleando cuando todo parece perdido. En esta ocasión no está cazando terroristas europeos, ni buscando a su hija secuestrada (aunque su esposa e hijo sí están en peligro); sin embargo el personaje de Michael MacCauley está cortado de la misma tela que los héroes de Taken, Taken 2, Taken 3, Unknown, Non-Stop, etc. Es una interpretación rutinaria y sin la menor innovación, pero Neeson la hace tan creíble como puede. Francamente, no podría pedirle más dada la situación.
En cuanto a Collet-Serra, se aprecia su ambición por llevar la película más allá de los límites impuestos por el entorno ferroviario, para lo cual echa mano de abundante truquería digital, y el resultado tampoco es malo. Casi toda la historia se desarrolla a bordo de un tren que lleva pasajeros de Nueva York a los suburbios, lo cual podría volverse monótono si Collet-Serra no encontrara la forma de imprimir notable dinamismo en la cinematografía y escenas de acción (el mejor ejemplo es una violenta pelea en un vagón vacío, filmada -supuestamente- sin cortes y en tiempo real). Como dije, el director cumple su trabajo (al menos en el aspecto técnico), y muestra ostensible madurez en su desempeño detrás de la cámara (aunque El Pasajero parece un paso atrás después de la excelente The Shallows).
Sin embargo, el gran saboteador de todos estos esfuerzos es el comité de guionistas que concibieron una historia pobremente planteada, con demasiadas variables, ridículas coincidencias y, desde luego, el obligatorio villano mágico que puede interferir con todo tipo de tecnología (desde teléfonos móviles hasta el funcionamiento del tren mismo). En resumen, la historia no solo es absurda, sino que cada "sorpresa" se siente artificial y forzada, negando cualquier posibilidad de suspenso o interés en su flojísimo misterio. Y cuando parece que por fin llegamos al espectacular final... todavía falta casi media hora de relleno para demostrar que las cosas no son lo que aparentan (¿alguna vez lo son? Bueno, en The Shallows no había dudas sobre las intenciones del tiburón, y tampoco había cameos inútiles de actores famosos que después resultan ser el gran villano que orquestó todo con su brujería tecnológica)(¿Spoiler? Lo dudo).
No quiero perder más tiempo escribiendo sobre El Pasajero. Para fans de Liam Neeson, recomendaría ver alguno de sus mejores thrillers (como The Grey o K-19: The Widowmaker), para recordar su talento antes de que Taken arruinara su carrera (y engordara su cartera). Y para fans de las cintas ferroviarias, hay para todos los gustos, desde la reciente Murder on the Orient Express, hasta la sombría Transsiberian, sin olvidar clásicas como The Narrow Margin (hace poco vi la original de 1952, y me pareció una excepcional B-Movie). Pero no paguen por el "boleto" de este Pasajero (ja... eh, olvídenlo).
Calificación: 5

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Saturday, January 20, 2018

Pequeña Gran Vida (Downsizing)



Síntomas: Gracias a ciertos avances bioquímicos descubiertos en Noruega, es posible miniaturizar humanos y animales, lo cual resuelve prácticamente todas las dificultades económicas de la gente que se ha sometido al proceso, al mismo tiempo que reduce su impacto sobre el medio ambiente. Para Audrey y Paul Safranek (Kristen Wiig y Matt Damon), la miniaturización parece una solución perfecta a sus problemas personales; pero quizás existen retos que no contemplaron.

Diagnóstico: Creo que el principal problema de Pequeña Gran Vida es que comienza con una premisa absolutamente fascinante, pero al poco tiempo pierde el rumbo y termina deambulando entre distintas sub-tramas de variable interés, cada vez más alejadas del concepto original.
Por otro lado, podríamos decir que ese es exactamente el estilo del director Alexander Payne, cuyas obras (como Election, Sideways y The Descendants) tienen en común similares fluctuaciones de tono que ocurren alrededor de protagonistas tan asombrados (o confundidos) como el espectador. La magia consiste en llevar a cabo esa transición de manera orgánica y dramáticamente satisfactoria.
Creo que Pequeña Gran Vida no cumple esa condición, pero ciertamente hay muchos elementos positivos en su manufactura técnica y artística, desde los temas que maneja el libreto de Payne y Jim Taylor, hasta las actuaciones de un elenco perfectamente balanceado, cuya sinceridad casi rescata la película de su desmesurada ambición.
Y no solo me refiero a los papeles principales. Matt Damon y Kristen Wiig desde luego hacen un excelente trabajo como la pareja que planea dar el gran paso que cambiará fundamentalmente sus vidas (aunque me decepcionó que Wiig no tuviera un papel más sustancioso). Y el elenco secundario brilla con luz propia en todos los niveles, ya sea grande o pequeña su participación. Algunos ejemplos: Christoph Waltz y Udo Kier como los vecinos de Paul, ofreciendo cínicos consejos sobre las realidades de la vida (sin importar su escala); Hong Chau como humilde empleada de limpieza con una visión del mundo más práctica y menos idealista que Paul; Neil Patrick Harris y Laura Dern como una exitosa pareja que adora su nueva mini-vida; y Pepe Serna como el Sr. Cárdenas. Todos añaden dimensión y momentos memorables sin obstruir la narrativa.
Habiendo dicho eso... tengo que regresar al asunto de las inconsistencias y bruscos giros de Pequeña Gran Vida. Para empezar, el director espera que aceptemos la premisa sin cuestionar su viabilidad en el mundo real. Y no me refiero a los aspectos "científicos" del proceso reductivo (que el libreto ni siquiera intenta explicar), sino todas las demás consecuencias de achicar humanos para beneficio personal y ecológico. Uno o dos personajes hacen comentarios al respecto, pero no bastan para convencernos de que nadie pensó en los enormes problemas potenciales de miniaturizar a un porcentaje de la población.
Afortunadamente no hay mucho tiempo para pensar en eso, pues para la segunda hora de Pequeña Gran Vida Payne ya cambió de rumbo, y ahora enfrentamos una transparente metáfora de desigualdad económica y conciencia social... o algo así. Y más tarde llega el tercer acto, dedicado a la ecología y las buenas o malas razones para preocuparse por ella. Lo importante es el amor. O el dinero. O las dos cosas. No sé. Cada quién escuchará el mensaje que más se ajuste a su ideología.
Finalmente, una observación "geek": me hubiera gustado ver más evidencias físicas de la miniaturización; por ejemplo, la ropa no debería "colgar" con tanta holgura, los líquidos se comportarían distinto, etc. Es una omisión disculpable, sobre todo porque Pequeña Gran Vida no es una película enfocada en efectos especiales (aunque los pocos que vemos son excelentes), sino una exploración de ideas más grandes (ja, ja)... pero estos pequeños detalles hubieran sido un buen recordatorio visual de la extraña situación de los protagonistas, y los contrastes entre su nuevo entorno y la sociedad normal. Quizás algo tan simple como eso hubiera ayudado a unificar las múltiples tangentes del argumento, en vez de arrojar al olvido la premisa inicial.
Sin embargo, como dije, hay muchos aciertos en Pequeña Gran Vida como para ignorarla tan solo por sus deficiencias estructurales. Y, para ser un drama con opiniones tan solemnes, también es bastante graciosa, con oportunos toques de humor para recordarnos que no debemos tomarla muy en serio. Como todas las películas de Alexander Payne.
Calificación: 7

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Friday, January 19, 2018

The Disaster Artist: Obra Maestra (The Disaster Artist)



Síntomas: Greg Sestero (Dave Franco) quiere ser actor de cine, pero le falta confianza en sí mismo. Entonces conoce a Tommy Wiseau (James Franco), a quien le sobra esa confianza, y juntos deciden filmar una película que los convertirá en estrellas. O algo cercano.

Diagnóstico: Aunque soy aficionado a las películas "tan malas que son buenas" (o en ocasiones simplemente "malas pero divertidas"), nunca he sentido particular afecto por The Room. Sin duda respeto su posición en el cine de culto pero, en mi humilde opinión, creo que comete el pecado capital de cualquier obra que aspira a ese nicho: es terriblemente aburrida. Podría pensar en muchos otros bodrios más merecedores de un “docudrama” de alto perfil que explore sus misteriosos orígenes y aún más bizarros resultados (algunos ejemplos: Birdemic: Shock and Terror, Troll 2 y Miami Connection).
Sin embargo ahora, después de ver The Disaster Artist, me doy cuenta de que el objetivo de Franco nunca fue The Room específicamente, sino la carismática y excéntrica figura detrás de su creación. Y fue una decisión perfecta (como quieran definir esa palabra).
The Disaster Artist me pareció una experiencia al mismo tiempo graciosa, trágica e inspiradora, borrando constantemente la línea entre homenaje y parodia al retratar el inmenso ego de Tommy Wiseau, y la "tormenta perfecta" de ambición, oportunidad y entusiasmo que dieron como resultado una cinta tan... peculiar como The Room.
Usar a Greg Sestero (Dave Franco) como protagonista permite conservar intacto el enigma de Tommy Wiseau, sin revelar sus secretos ni arruinar el delicioso misterio de su origen, sus arcanos motivos, y la fuente de su fortuna. Creo que el mejor análisis de The Room aparece en una conversación casual entre "Michelle" (June Diane Raphael) y varios miembros del equipo de producción; su teoría humaniza a Wiseau, explica algunas de sus decisiones creativas, y es todo lo que necesitamos saber sobre su pasado. A diferencia de otras "biopics", es mejor quedarnos sin explicaciones, pues no solo funciona mejor el humor, sino que se respeta la leyenda y garantiza su existencia durante muchos años más.
El astuto libreto de The Disaster Artist (inspirado en el epónimo libro de Greg Sestero y Tom Bissell) nos permite descubrir gradualmente la compleja psicología de Tommy Wiseau, y entender la motivación de Sestero para "seguirle la corriente" a un individuo narcisista y probablemente ajeno a la realidad, pero con suficiente persuasión, iniciativa y (sobre todo) dinero para cumplir los sueños de ambos. Y si el resultado fuera un fracaso, ¿qué importa? La amistad sería suficiente recompensa. O tal vez no.
La actuación de James Franco como Tommy Wiseau es brillante, trascendiendo la simple mímica para absorber por completo la esencia de un hombre imposible de definir... una celebridad perfecta para nuestro tiempo, cosechando fama a base de ineptitud absoluta (aunque al menos Wiseau hizo ALGO, a diferencia de tantas celebridades contemporáneas). Y las minuciosas recreaciones de escenas enteras de The Room complementan la ilusión, hasta el punto en que se vuelve difícil distinguir la realidad de la ficción. O, mejor dicho, la ficción de la meta-ficción (al final de la película hay muchas muestras de esa asombrosa dualidad... quédense a ver los créditos, por favor).
Lo cual nos lleva a un factor determinante para disfrutar The Disaster Artist: creo que quienes no conozcan The Room estarán en clara desventaja. Aún así encontrarán risas en el humor del elenco secundario (que incluye comediantes como Seth Rogen, Ari Graynor, Paul Scheer, Megan Mullaly, Jason Mantzoukas y Judd Apatow), y en la inherente ridiculez del "bromance" entre Greg y Tommy. Pero sólo quienes hayan visto sufrido The Room podrán apreciar la atención al detalle y la milagrosa transformación de James Franco en Tommy Wiseau. Entonces, para disfrutar al máximo The Disaster Artist, les recomiendo hacer su tarea. Lo cual no será particularmente grato ni divertido... pero la cinta lo vale. Más allá del chiste fácil, es una celebración del espíritu emprendedor y la certeza del triunfo seguro, incluso sin poseer el talento necesario para alcanzarlo. ¡Igual que este blog! ¿Cómo puedo resistirme a eso?
Calificación: 9

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Thursday, January 18, 2018

The Polka King



Síntomas: El inmigrante polaco Jan Lewan (Jack Black) se esfuerza por convertirse en el rey de la polka en Pennsylvania, pero su orquesta no está ganando suficiente dinero. Entonces Lewan desarrolla un nuevo plan, que rápidamente se sale de control.

Diagnóstico: Es natural que The Polka King me haya recordado la cinta Bernie, otra "historia real" con Jack Black en modalidad de “actor serio”... pero no muy serio. En ambas se muestran las desventuras de individuos con buenas intenciones que terminan tomando malas decisiones por su deseo de complacer a los demás. Y ambas terminan en tragedia, pero con la posibilidad de redención... en mayor o menor medida.
Ignoro hasta qué punto son "reales" los hechos que inspiró The Polka King, y prefiero quedarme con la duda pues, a pesar de sus defectos, el personaje de Jan Lewan está construido con tal inocencia y optimismo que es fácil dejarse llevar por sus descabellados planes, de modo que terminamos deseándole un final feliz, al menos hasta donde la evidencia lo permita.
Sobra decir que Jack Black es el mayor acierto de la película. Quizás su actuación no sea realmente buena, pues se limita a usar un acento polaco mientras recicla sus rutinas habituales (incluyendo números musicales muy distintos a los de su banda, Tenacious D, y sin embargo muy similares en humor y energía), pero al mismo tiempo posee la personalidad perfecta para convencernos del buen corazón de Jan Lewan, y sus honestos motivos para... bueno, para actuar de manera deshonesta, solo para quedar bien con todos sin importar lo que dicte la ley.
Rodeando esta carismática figura tenemos un grupo de excelentes actores en papeles secundarios, pero igualmente entusiastas, incluyendo a Jenny Slate como la esposa de Lewan, apoyándolo al principio, para luego resentir su irrefrenable popularidad; Jason Schwartzman como "sidekick" y auténtico genio musical de la banda de polka; Jacki Weaver como la suegra que sospecha desde el principio que está ocurriendo algo extraño... después de todo, a nadie le puede gustar tanto la polka; y, finalmente, J.B. Smoove como el agente gubernamental que investiga el caso. Todos contribuyen a establecer una atmósfera de cuento de hadas que contrasta con los problemas legales de Lewan, transformando en una cálida comedia musical lo que podría haber sido un drama financiero al estilo de Arbitrage o Boiler Room... pero con polka en vez de cocaína.
Para bien o para mal, The Polka King no es una comedia fundamentada en chistes, sino en la excéntrica personalidad de los protagonistas, cuya candidez contradice la gravedad de sus acciones. Y aunque no genera grandes carcajadas, nos deja (al menos a mi) con esa satisfacción interna de que vimos algo divertido, con el aderezo justo de tragedia para hacer la experiencia más real... dentro de ese estilo de "realidad" que solo funciona por ser más extraña que la ficción. Solo me faltó un cameo de Kyle Gass, y un papel más sustancioso para el oso bailarín. En verdad aporta mucho a las presentaciones.
Calificación: 7.5

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Tuesday, January 16, 2018

Scooby Doo & Batman: the Brave and the Bold



Síntomas: Mientras investigan una serie de robos cometidos por un fantasma, los jóvenes de Mystery, Inc. se encuentran a Batman (voz de Diedrich Bader), y así comienza una colaboración que podría ayudar a resolver uno de los casos más extraños en la historia del detective.

Diagnóstico: Tal vez Scooby Doo & Batman: the Brave and the Bold no es un "crossover" tan extremo como lo fue Scooby Doo! and Kiss: Rock and Roll Mystery, pero aún así me pareció divertido, respetuoso de sus respectivas franquicias, y clara muestra del potencial que estos "team-ups" ofrecen para el futuro... ¿Scooby Doo en el universo de Marvel? ¿En el de Star Wars? ¿En Fifty Shades of Grey? La imaginación es el único límite.
Claro, para garantizar la compatibilidad de personajes tan diferentes como Batman y Scooby Doo, es necesario "doblar" un poco sus respectivos parámetros operativos. Por ejemplo, "nuestro" Batman nunca aceptaría tan rápidamente la ayuda de cuatro aficionados y su perro parlante; sin embargo, las razones para que esto ocurra en la película me parecieron ingeniosas (gracias al libreto de Paul Giacoppo y James Tucker), y además recurren a personajes de DC Comics que nunca imaginé ver en una película animada, como el recientemente resucitado Detective Chimp (voz de Kevin Michael Richardson). No mencionaré más "invitados" para conservar las divertidas sorpresas de Scooby Doo & Batman: the Brave and the Bold. Baste decir que los productores escarbaron bastante profundo en el archivo de DC Comics.
En lo que respecta al argumento, las mismas trampas del principio tienen que repetirse al final, cuando el director Jake Castorena se ve en la necesidad de satisfacer los requerimientos de duales mitologías... por un lado, el tradicional "desenmascaramiento" del villano que siempre hacen los jóvenes de Mystery, Inc., y por otro lado las peleas y consecuente victoria de Batman. Esa sería mi única queja sobre la película... el final da muchas vueltas para dejar satisfechos a todos, con lo cual pierde un poco de integridad y suspenso. Habiendo dicho eso, me gustó cómo manejaron las peleas entre Batman y los villanos, conservando su impacto visceral sin cruzar la línea de violencia que le hubiera costado a la película su clasificación "para niños" (G: General Audiences).
¿Estoy sobreanalizando una simple caricatura "para niños"? Probablemente. Pero los productores tomaron en serio su trabajo, y merecen el mismo tratamiento. Aunque noté que en Scooby Doo & Batman: the Brave and the Bold no hay mención de su primer encuentro, allá por 1972. ¿Por qué Batman y Scooby actúan en esta nueva película como si apenas se estuvieran conociendo? ¿Qué están ocultando?
Fuera de esa violación a la sagrada continuidad, Scooby Doo & Batman: the Brave and the Bold se desarrolla con buen humor, un adecuado "misterio" para capturar la atención del espectador, y con referencias constantes que me hicieron sonreír hasta el final de la película. Las voces me parecieron excelentes, destacando a Kate Micucci en el papel de Velma Dinkley (sí, yo era uno de esos niños que preferían a Velma en vez de Daphne... ¿baja autoestima, o fetiche nerd? Ustedes decidan), Jeffrey Combs (Re-Animator) como el enigmático The Question; y John DiMaggio (más conocido como Bender B. Rodríguez) interpretando a cierto personaje que funciona muy bien como "comic relief".
La animación está realizada con gran fluidez y detalle. Quizás no fue tan espectacular como las delirantes visiones kirbyanas de Scooby Doo! And Kiss: Rock and Roll Mystery, pero definitivamente exhibe mejor calidad que el promedio del universo animado de DC Comics. La Baticueva es un placer para la vista, y las persecuciones con el Batimóvil y la icónica camioneta verde "The Mystery Machine" son casi tan dinámicas como las de Batman: Return of the Caped Crusaders.
Entonces, Scooby Doo & Batman: the Brave and the Bold cumple cabalmente su misión de entretener al espectador y encontrar los puntos en común entre Batman y la pandilla de Scooby Doo para hacer "creíble" su alianza, al mismo tiempo que explota sus diferencias para crear humor y situaciones surrealistas que enriquecen la experiencia. Recomendada para fans con buen sentido del humor, y para devotos de Ace the Bat-Hound... no te hemos olvidado, fiel amigo.
Calificación: 8

IMDb

Monday, January 15, 2018

Abril y el Mundo Extraordinario (Avril et le Monde Truqué)



Síntomas: Debido a un accidente que alteró el curso de la historia, la sociedad del siglo veinte se mueve con la fuerza del vapor, lo cual no solo ha arruinado el medio ambiente, sino que además provocó guerras por el control de las zonas madereras. Y ahora, en este extraño mundo "steampunk", la joven Abril Franklin (voz de Marion Cotillard) y su gato Darwin (voz de Philippe Katerine) hacen un descubrimiento que podría cambiar el futuro del planeta.

Diagnóstico: Abril y el Mundo Extraordinario es una película animada apropiada para niños, pero de ninguna manera es una cinta "infantil". Por el contrario, se trata de un complejo relato de ciencia ficción adornado por un fantástico diseño de producción; y, como corresponde al género, la trama examina oblicuamente temas que siempre han preocupado a la humanidad, desde la ética de la ciencia fuera de control, hasta la corrupción del poder. Como dije: no es exactamente "para niños"... a pesar de que incluye un gato parlante.
Abril y el Mundo Extraordinario es una co-producción franco-belga-canadiense, y se nota. El libreto tiene ese desenfadado humor "canuck", y el punto de vista narrativo es definitivamente europeo, pues si bien emplea algunas ideas comunes en la ciencia ficción norteamericana (la niña abandonada que creció buscando a sus padres... ahem), termina llevándolas en direcciones inesperadas y siempre satisfactorias.
De igual modo, la ambición dramática de Abril y el Mundo Extraordinario desafía nuestras expectativas, pero sin sacrificar aquellos elementos que mantienen un contexto humano para conectarnos con los personajes. Por ejemplo: el inevitable romance entre Abril y el pícaro ladrón con corazón de oro que la ayuda de salir de varios aprietos. Los ingredientes resultan familiares, pero la magia está en la receta que les da un sabor distinto (¿mencioné al gato parlante?)
Otro acierto son las maravillosas imágenes que dan vida a este "pasado alterno". La película se desarrolla en los años treintas... pero no los que conocemos, sino los de alguna dimensión paralela donde la ciencia siguió un camino distinto, lo cual no solo sirve como excusa para crear alucinantes paisajes y una vistosa infraestructura de vapor, sino para explicar vastos cambios en el balance de poder mundial.
Los directores Christian Desmares y Franck Ekinci, inspirados en una novela gráfica de Jacques Tardi (alias "Tardi"), mantienen un ritmo ágil combinando ocasionales escenas de acción con el minucioso estudio de carácter de la protagonista, cuya motivación progresa según descubre nuevos secretos sobre el mundo que creía conocer. Marion Cotillard hace un buen trabajo transmitiendo las emociones de Abril, lo cual es muy importante en vista del austero arte y limitada animación de los personajes. Es un estilo muy distinto al popular "anime", pero funciona como sobrio balance de los efectos digitales y bizarros escenarios de esta Historia alternativa (con "H" mayúscula).
Si tuviera alguna queja sobre Abril y el Mundo Extraordinario es que el final se apoya demasiado en comedia para resolver algunos problemas del argumento y justificar la incongruencia de ciertos personajes que podrían o no ser los villanos del relato. Durante toda la película se cultiva un interesante misterio sobre las fuerzas que se oponen a la investigación de Abril... y cuando por fin se revelan dichas fuerzas, me parecieron fascinantes; desafortunadamente pierden un poco de fuerza por el tono humorístico que traiciona hasta cierto punto la madurez de la narrativa.
Por lo demás, Abril y el Mundo Extraordinario me pareció una sólida película de ciencia ficción que aprovecha perfectamente el medio animado, sin perder el "realismo" de los personajes y su carácter inquisitivo. Y, desde luego, para fans del movimiento "steampunk" será un placer ver un mundo dedicado a esta contradictoria estética, con todo su ingenio visual y potencial pseudo-científico. Espero que inspire muchas horas de "cosplay".
Calificación: 8.5

IMDb

Sunday, January 14, 2018

La Rueda de la Maravilla (Wonder Wheel)



Síntomas: Varios dramas y romances se desarrollan entre los empleados de una feria en Coney Island durante los años cincuentas.

Diagnóstico: El renacimiento creativo de Woody Allen ha producido algunas sobresalientes películas, como Irrational Man y Midnight in Paris, junto con algunos terribles fiascos, como Whatever Works y You Will Meet a Tall Dark Stranger. Y, entre ambos extremos, podemos encontrar películas medianas, con discretos elementos sobresalientes que compensan sus ocasionales problemas. Esta "área gris" incluye, en mi humilde opinión, películas como Café Society, To Rome With Love, y ahora, desafortunadamente, La Rueda de la Maravilla.
El elemento sobresaliente en esta ocasión fue la hipnótica actuación de Kate Winslet en el papel de Ginny, la amargada esposa del vulgar Humpty (Jim Belushi, quien aparentemente se está transformando en John Goodman), atrapada en una sofocante rutina donde su único respiro es un romance ilícito con el salvavidas Mickey (Justin Timberlake... entre menos se diga, mejor). Pero sus esperanzas de felicidad y una nueva vida amenazan con esfumarse con la llegada de la más joven y atractiva Carolina (Juno Temple, desperdiciada), quien trae consigo un secreto que podría poner a todos en peligro.
En cierto modo, La Rueda de la Maravilla me pareció una mezcla de Radio Days (pintoresca familia en la post-guerra) y Blue Jasmine (mujer atormentada por traumas externos e internos), pero sin el humor de la primera ni el incisivo estudio de carácter de la segunda. En resumen: un insulso homenaje a una idealizada década, con personajes poco interesantes y situaciones repetitivas cuyos pesados diálogos no despiertan emoción alguna... excepto curiosidad: ¿quién habrá aprobado el financiamiento de esta película?
Claro, por tratarse de Woody Allen, supongo que mucha gente aclamará La Rueda de la Maravilla por su etérea atmósfera y complejos simbolismos (¿qué demonios representa el niño pirómano? ¿Será una confesión auto-biográfica?) Y desde luego la cinta no está exenta de virtudes técnicas, incluyendo la increíble cinematografía de Vittorio Storaro, los efectos digitales que dan vida a la feria en los muelles de Coney Island, y muchos preciosos detalles nostálgicos que evocan la inocencia de los años cincuentas, contrastando con los sórdidos melodramas de los protagonistas. Pero casi dos horas de "boardwalk" y jazz no bastan para hacer una buena película, sobre todo con un libreto tan afectado y teatral, sin la habitual "chispa" de Allen ni su talento para crear personajes complejos y entrañables.
Nota: Quizás sea buen momento para señalar que estoy ignorando intencionalmente la controversia sobre el comportamiento inapropiado de Woody Allen en su vida personal. En primer lugar, no quiero complicar este escrito con juicios morales (ya son suficientes mis dudosas opiniones "críticas"); y, en segundo lugar, prefiero centrarme en las películas, y no en los artistas. De otro modo, tal vez solo podría escribir sobre las películas de Tom Hanks (¡espero!). Fin del comentario editorial.
Regresando al punto, no estoy seguro si esa virtuosa actuación de Kate Winslet basta para recomendar La Rueda de la Maravilla. Para el caso, hay mejores películas donde podemos apreciar su talento (como The Reader, Revolutionary Road y Divergent)(¡Ja, ja! Es broma esta última). Y para espectadores casuales con curiosidad sobre el trabajo de Woody Allen, sería mejor dirigirlos a las mejores obras del "segundo acto" del cineasta o, mejor aún, a las películas clásicas que lo consagraron como genio en el siglo pasado (entre mis favoritas: Zelig, Crimes and Misdemeanors y Small Time Crooks). De paso, podrán recordar una época más simple, cuando era posible ver la nueva película de un icono de Hollywood sin remordimientos, y sin preguntarnos si estamos financiando con nuestro boleto la impunidad de un depredador sexual.
Definitivamente voy a ver Radio Days para distraerme de esos asuntos.
Calificación: 6.5

IMDb

Saturday, January 13, 2018

Terror en la Oscuridad (Inside)



Síntomas: La joven Sarah Clark (Rachel Nichols) se ve insistentemente acosada en su hogar por una agresiva mujer (Laura Harring) empeñada en quitarle a su hijo... el cual Sarah aún lleva en su vientre.

Diagnóstico: Algunos lectores reconocerán esa sinopsis con buena razón: Terror en la Oscuridad es el remake de la brutal cinta francesa A l'interieur, la cual se volvió famosa hace diez años por su virtuoso manejo del suspenso y su copioso uso de sangre para contar una historia tremendamente cruda e impactante. Sin embargo en esta ocasión no puedo culpar a Hollywood por su falta de imaginación, ya que Terror en la Oscuridad es una producción española, realizada en inglés para incrementar su potencial comercial en el resto del mundo.
Suena como una pésima idea, y hasta cierto punto así fue. Sin embargo, examinando Terror en la Oscuridad estrictamente por sus propios méritos, no resultó tan mala como esperaba. Sin duda es un refrito innecesario, y definitivamente recomendaría buscar la muy superior cinta francesa original; pero para pasar un rato de genérica tensión con un poco de sangre y decentes actuaciones, Terror en la Oscuridad cumple su mediocre objetivo. Más o menos la ubicaría al mismo nivel de Martyrs, aquel reciente remake de otro clásico francés.
Entonces, olvidando por un momento la existencia de A l'interieur y evitando más comparaciones, diré que Terror en la Oscuridad funciona gracias a sus dos actrices principales. Rachel Nichols tiene amplia experiencia como "mujer aterrada" (en cintas como P2 y el remake de The Amytiville Horror), y de nuevo aprovecha su capacidad para mostrar simultáneamente vulnerabilidad y considerable fuerza interna. Las malas decisiones del personaje son por culpa del libreto (adaptado por Jaume Balagueró y Manu Díez, también veteranos del horror), y no por el sólido desempeño de esta actriz. Y, en el papel antagónico, Laura Harring transmite adecuada manía e inflexible convicción en su sangrienta cruzada, evitando así convertirse en la burda caricatura de cualquier típica "mujer psicótica" que mata sin escrúpulo a todos los que se atraviesan en su camino (entre ellos: el clásico perro-víctima que muere primero para demostrar que las cosas van en serio... ese fue el nivel de "innovación" que introdujeron los productores para distinguir este remake de la brillante original)(Perdón, no más comparaciones).
También me gustó la cinematografía de Josu Inchaustegui y el diseño de Dídac Bono (¿o es mi excusa para escribir esos inusuales nombres españoles?), quienes realmente nos convencen de que la historia se desarrolla en Chicago, en vez de algún suburbio de Barcelona (o donde la hayan filmado... no estoy seguro de la locación exacta). En otras palabras, mis respetos por evitar el temido "Síndrome Filmax".
Todo eso está muy bien, pero no estoy escribiendo una tesis de arquitectura, sino la "crítica" (ja, ja) de una película de terror. ¿Cómo queda Terror en la Oscuridad en ese aspecto? Meh. No muy bien, pero tampoco fue terrible. La lucha física y mental entre Sara y la Mujer logra escalar con adecuada intensidad y bastante sangre, gracias a la intrusión de muchos personajes secundarios que se involucran accidentalmente en la cruenta pelea doméstica. Sarah generalmente se comporta como una persona racional (con marcadas excepciones), y la Mujer mantiene sus ataques consistentes con la realidad durante la mayor parte del tiempo, salvo al final, cuando incursiona en terreno de "asesino invencible" estilo Jason Voorhees.
A decir verdad, tuve dos razones para ver Terror en la Oscuridad: me gusta Rachel Nichols (obviamente), y sentí curiosidad sobre el nivel de sangre que alcanzaría este remake (Perdón, Parte 2: Regresamos a las Comparaciones). El resultado fue, desde luego, inferior en todos los aspectos a A l'interieur, con menos sangre, cambios inútiles, y un final distinto que quizás representará la mayor ofensa para fans de la original. Por otro lado, he visto peores remakes y, para el caso, peores películas de terror, así que Terror en la Oscuridad merece la más floja recomendación por sus escasas virtudes intrínsecas, así como por su audacia de intentar "reemplazar" una de las más controversiales películas de este siglo. A fin de cuentas, creo que admiro más el valor de este remake que sus resultados prácticos.
Calificación: 6

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Friday, January 12, 2018

La Forma del Agua (The Shape of Water)



Síntomas: Mientras realiza labores de limpieza en un laboratorio secreto, Elisa Esposito (Sally Hawkins) descubre una extraña criatura acuática con la que desarrolla una inesperada conexión.

Diagnóstico: Creo que La Forma del Agua es mi película favorita de Guillermo del Toro... lo cual no es decir mucho pues, aunque reconozco la enorme creatividad y desbordante imaginación de este cineasta, sus historias rara vez me han dejado satisfecho en el nivel narrativo. Creo que Del Toro es un excepcional artista visual, pero tiende a descuidar el balance de sus películas, con elementos pre-fabricados que no siempre encajan en su exuberante visión (Pacific Rim fue un buen ejemplo de ello... espectaculares imágenes alrededor de caracteres pobremente desarrollados).
Sin embargo, La Forma del Agua encontró la pieza perfecta para completar el rompecabezas: Sally Hawkins. La presencia de esta actriz amplifica las emociones de la película al mismo tiempo que las mantiene sinceras y accesibles, permitiendo que Del Toro enfoque su atención en el ambicioso "world building" (apoyado por el espectacular diseño de producción de Paul D. Austerberry), y nos traslade a un fascinante universo que resuena por igual en la mente y en el corazón.
El libreto de La Forma del Agua no innova en su estructura, pero sí en su ejecución, combinando ingredientes de múltiples géneros para enriquecer un cálido romance mezclado con un thriller de espionaje, envuelto en una "heist movie" repleta de suspenso. La mezcla suena caótica, pero la elegante dirección de Del Toro mantiene las cosas claras y concisas... con excepción de un par de digresiones fantásticas (por ejemplo, el número musical) que sin duda complementan los temas de la cinta, aunque no sé si fueron absolutamente necesarias. Como sea, siempre preferiré una película que se arriesga a llegar lejos, en vez de permanecer en terreno seguro y convencional.
Hablando de lo cual, Sally Hawkins ofrece una de las más emotivas actuaciones que he visto en meses recientes, y es doblemente impresionante cuando descubrimos que su personaje es mudo. Su trabajo no solo consiste en transmitir las más íntimas emociones de Elisa, sino en definir a los demás personajes, cuyas reacciones y carácter se filtran inevitablemente por la percepción de esta singular protagonista.
Entre ellos: Octavia Spencer como amiga y confidente de Elisa, además de fungir como "voz de la razón" cuando las cosas se complican. El gran Michael Shannon interpreta al Agente Strickland, responsable por esas "complicaciones" que no solo señalan la corrupción del poder, sino los contradictorios valores de la Guerra Fría (la cinta se desarrolla a principios de los años sesentas, cuando el miedo al comunismo justificaba toda clase de atrocidades para proteger el "American Dream"). Richard Jenkins es el vecino de Elisa, con sus propios problemas e inseguridades; y Michael Stuhlbarg interpreta al Dr. Hoffstetler, atrapado entre su fascinación por la criatura marina y su deber patriótico. Lo cual nos lleva al genial Doug Jones en el papel del Anfibio. Como siempre, el talento histriónico de Jones trasciende los notables efectos prácticos (de Legacy Effects) y digitales (del estudio Mr. X) que dan vida al "monstruo"... y, como se trata de una película de Guillermo del Toro, sabemos que el "monstruo" no será necesariamente el villano de la película. La actuación de Jones es tan elocuente como la de Sally Hawkins... dos criaturas mudas, pero tremendamente expresivas que reconocen sus similitudes internas a pesar de sus diferencias externas. Resultado: romance seguro. ¿Pero, será seguro este romance?
Mis únicas quejas sobre La Forma del Agua incluirían algunos atajos que toma el libreto para facilitar el flujo de la trama (como la ridículamente floja seguridad en un laboratorio ultra-secreto), además de algunos detalles al final que no sé si debería interpretar como metáforas o como "deus ex machina" para resolver una situación imposible. Pero no hay que preocuparse... como en los mejores cuentos de hadas, lo importante en La Forma del Agua no es el destino final, sino compartir la magia que experimentaron los personajes durante el recorrido, y aprender las lecciones que imparten. Por ejemplo: el verde azulado es el color del futuro.
Calificación: 9

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Wednesday, January 10, 2018

Day of the Dead: Bloodlines



Síntomas: Cinco años después del apocalipsis zombie que prácticamente extinguió la civilización, la base militar High Rock sirve como refugio para los escasos sobrevivientes humanos, y como laboratorio donde la Dra. Zoe Parker (Sophie Skelton) busca una vacuna contra el contagio. Sin embargo, sus continuos conflictos con el estricto Teniente Salazar (Jeff Gum) podrían ser tan peligrosos como las criaturas que acechan en el perímetro de la base.

Diagnóstico: Creo que Day of the Dead (1985) es mi película favorita de la venerable saga dirigida por George A. Romero, debido a su tensa atmósfera, absolutamente grotescos efectos especiales (cortesía del maestro Tom Savini), y el brillante ensamble de actores que dio elocuente voz al insistente mensaje de Romero: ¿quién será el auténtico monstruo cuando llegue el fin del mundo?
A pesar de tener más de treinta años, Day of the Dead sigue siendo una obra relevante y muy entretenida, con un fascinante contraste entre su tono fatalista y un sutil optimismo sobre la inherente bondad del espíritu humano.
Entonces, la nueva película Day of the Dead: Bloodline puede verse de dos maneras: como re-make "oficial" de la ilustre original (aparentemente la versión del 2008 ya no cuenta), o como una genérica película de zombies de bajo presupuesto que sigue el modesto estándar del cine directo a video.
En el primer caso (no recomendado), Day of the Dead: Bloodline es un rotundo fracaso artístico que ni siquiera se aproxima a la visión de George A. Romero, pues a pesar de copiar el argumento general y muchas escenas específicas, casi siempre toma malas decisiones narrativas, disminuyendo la fuerza del libreto y saboteando el potencial de un elenco adecuado, aunque demasiado ligero para la gravedad que el director Héctor Hernández Vicens aspira alcanzar. En otras palabras, tenemos otra repetición del "apocalipsis zombie" (en la cinta les llaman "rotters", seguramente para sentir que añadieron algo nuevo al universo de Romero) que se desarrolla como una puesta en escena infantil, con actores jugando a ser soldados ("Go, go, go!", "Move, move, move!"), y "científicos" carentes de sentido común... aunque, eso sí, con buenos cuerpos para lucir mientras huyen de las hambrientas criaturas. Un ejemplo de mala decisión narrativa: el memorable zombie "Bub" de la original Day of the Dead (interpretado en aquel entonces por Howard Sherman) tiene un equivalente en Day of the Dead: Bloodline (ahora llamado "Max", e interpretado por Jonathon Schaech), pero en vez de representar la "evolución" de los zombies (perdón, "rotters"), es simplemente un previsible "mcguffin" con una cuenta pendiente con uno de los personajes, porque ya sabemos que salvar la raza humana no sirve de nada, a menos que exista una razón personal como motivación.
En el segundo caso (más recomendable), podríamos ver Day of the Dead: Bloodline como una genérica película de zombies, ignorando su conexión con el distinguido legado de Romero. Si adoptamos esa actitud, la cinta resulta marginalmente entretenida, con adecuada dirección, abundante sangre, y horribles agujeros lógicos que no impiden disfrutar los "headshots" y competentes efectos prácticos utilizados en desmembramientos, destripamientos, y general "gore" derramado por los "rotters". Además, si somos indulgentes, podremos apreciar el blando drama generado por la inclusión de niños y familias entre los sobrevivientes, haciendo ligeramente más impactantes algunas muertes porque no se trata solo de soldados y científicos, sino de ciudadanos normales tratando de forjar una nueva vida en circunstancias catastróficas.
La selección de una u otra perspectiva para ver Day of the Dead: Bloodline será fácil para quien no conozca la versión original, lo cual no tiene nada de malo. Pero como fan de George A. Romero y su obra, me costó trabajo aceptar la validez de este "re-make", a pesar de que no fue demasiado malo. Entonces, probablemente no la incluiría en la reciente racha de buenas películas de zombies (como It Stains the Sands Red, I Am a Hero y The Girl With All the Gifts), pero aún así Day of the Dead: Bloodline merece una recomendación por sus propios méritos como B-Movie de horror que cumplió sus elementales metas, sin aspirar a reemplazar uno de los hitos del género. De hecho, sería un buen complemento de la "otra" Day of the Dead del 2008, una vez que aceptamos sus limitaciones y separación de la obra de Romero. Dos de tantas cintas de zombies que divierten un rato, y nada más.
Calificación: 7.5

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Tuesday, January 9, 2018

The Light of the Moon



Síntomas: Una noche, saliendo de un bar, Bonnie González (Stephanie Beatriz) es violada por un desconocido, lo cual cambiará no solo su vida, sino su perspectiva del mundo entero.

Diagnóstico: Sería más fácil escribir sobre The Light of the Moon si fuera una típica película de venganza femenina, como la clásica de explotación I Spit on Your Grave; o si fuera un solemne "procedural" legal como The Accused; o incluso un perverso thriller psicológico como Elle. Sin embargo la realidad de The Light of the Moon es mucho más complicada, aunque podría resumirse como un potente (pero accesible) drama que examina con brutal claridad los efectos físicos y psicológicos de una violación en una mujer normal en la ciudad de Nueva York.
Sobra decir que la película es al mismo tiempo deprimente, hipnótica e inspiradora. La actuación de Stephanie Beatriz (la principal razón por la que vi esta película, ya que me gusta su trabajo en el sitcom Brooklyn Nine Nine) me pareció extraordinaria, alejándose de cualquier cliché que hayamos visto en películas similares, para encontrar la más cruda honestidad en sus reacciones, a veces racionales, y a veces impredecibles... pero siempre realistas e intensamente personales. Y, bajo la sobria dirección de Jessica Thompson (quien también escribió el libreto), el comportamiento de Bonnie nunca parece una exageración dramática, sino una consecuencia de su personalidad y fuerza interna... así como de las inseguridades que la violación plantó irrevocablemente en su mente.
En otras palabras: The Light of the Moon no pretende ofrecer respuestas fáciles ni convertirse en un manual en doce pasos para superar los efectos del ataque sexual. Por el contrario, creo que su mensaje incluye la validación de todo tipo de reacciones, buenas y malas (como quieran interpretarlas), pues cada persona es distinta, y el trauma puede manifestarse en diferentes (y a veces sorpresivas) maneras según el temperamento individual.
Claro, el sistema legal y médico (al menos en los Estados Unidos) ha establecido procedimientos prácticos y específicos para ayudar a las víctimas; desafortunadamente estos métodos casi siempre implican humillación adicional, obligando a la víctima a describir los detalles más perturbadores de la experiencia, y confrontar las sutiles acusaciones de profesionales que supuestamente intentan ayudarla ("¿Cuántas copas tomaste esa noche?"). Por buenas que sean sus intenciones, casi nadie puede evitar la tendencia de "culpar a la víctima". Todo lo cual, desde luego, solo empeora la crisis psicológica de Bonnie, afectando su noviazgo con Matt (Michael Stahl-David), su trabajo, y la ya de por sí tensa relación con su familia hispana.
Mi única queja (si puede llamársele así) es que la naturaleza "indie" de The Light of the Moon implica una manufactura poco pulida, empezando por la incierta edición de ciertas escenas (sobre todo al principio) que se prolongan más de lo necesario y corren el riesgo de diluir la intensidad emocional. Y el final, demasiado abrupto, ciertamente refleja uno de los temas antes mencionados: no hay soluciones simples para la situación de Bonnie; sin embargo (en mi humilde opinión) hizo falta un cierre más elocuente para reforzar la intención general de la película.
Afortunadamente son quejas menores que de ninguna manera empañan los notables logros de The Light of the Moon. A diferencia de otras películas sobre violencia sexual, esta cinta no explota la situación para hacernos llorar, ni apela al morbo del público; simplemente explora algunas verdades que nunca se habían mostrado en la pantalla (hasta donde sé). Y eso basta para convertirla en una obra importante y muy recomendable, que abrirá los ojos de algunos, y quizás transformará la percepción de las víctimas de este crimen. A fin de cuentas, mi esperanza es que The Light of the Moon ayudará en algo a alguien, en algún lado.
Calificación: 9

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