Síntomas: El Profesor Robert Langdon (Tom Hanks) despierta con amnesia parcial después de recibir un balazo en la cabeza; no sabe dónde está, ni por qué está experimentando visiones apocalípticas. Entonces, con ayuda de la Dra. Sienna Brooks (Felicity Jones), Langdon tratará de descifrar el misterio que lo llevó a Florencia, Italia... si es que logra mantenerse un paso adelante de los asesinos y policías que lo persiguen.
Diagnóstico: Después de recibir un balazo en la cabeza, el Prof. Langdon permanece seis meses en el hospital, recuperándose y sometiéndose a terapias físicas y psicológicas para restaurar su memoria... si estuviera en el mundo real. Pero Inferno se desarrolla en el delirantemente inverosímil universo del novelista Dan Brown, de modo que en menos de cinco minutos Langdon ya está corriendo por su vida, escalando paredes y descifrando misterios ocultos en las obras maestras de los grandes museos italianos, que desde luego nunca tienen guardias, ni alarmas, y pueden abrirse con un pequeño empujón de la puerta. Y nunca hay turistas, excepto cuando son necesarios para confundir a los malos. O a los buenos. Rara vez sabemos quién es quién. Y, naturalmente, Langdon es auxiliado por una hermosa mujer europea con vastos conocimientos sobre arte y acertijos.
Para ser honestos, algunas de estas incongruencias se justifican eventualmente, cuando se revelan nuevos detalles y nos damos cuenta de que NADA ES LO QUE APARENTA. Incluyendo el rostro de Tom Hanks... ¿cómo puede verse tan joven? Sin embargo nada excusa la irracionalidad general del plan del villano y de las estrategias de los policías, asesinos y académicos que persiguen a Langdon.
Hablando de estrategias, creo que a estas alturas ya quedó bastante clara la metodología de Dan Brown: tomar conceptos "prestados" de múltiples fuentes (Indiana Jones, James Bond y Robert Ludlum, por mencionar unos cuantos), añadir acertijos artísticos, y envolver todo el paquete en una rancia aventura repleta de clichés fáciles de tragar porque ya los conocemos de memoria. Sus libros han obtenido gran éxito y tiene muchos admiradores, pero definitivamente no me cuento entre ellos.
En el caso de la película Inferno (no confundir con la de Dario Argento, que sin duda prefiero), me gustó la premisa inicial y la situación del protagonista, cuya principal arma (su mente) quedó dañada en misteriosas circunstancias. Pero, en vez de continuar esa provocativa idea, el director Ron Howard regresa de inmediato a las rutinas establecidas por The Da Vinci Code y Angels & Demons, acumulando improbables deducciones y planes maquiavélicos que no tienen el menor sentido (¿quién demonios ocultaría información en la máscara mortuoria de Dante?). No puedo revelar demasiado por aquello de los spoilers, pero baste decir que el gran misterio de Inferno me pareció absolutamente ridículo... aunque su origen plantea una interesante disyuntiva moral que no conduce a nada, porque ya sabemos cómo se resolverá.
Mientras tanto... ¡Persecuciones! ¡Museos! ¡Pasadizos secretos! ¡Google Books! Y, ¿mencioné la atractiva acompañante, interpretada por Felicity Jones? Al menos fue un buen preparativo para apreciar su talento antes de Rogue One: A Star Wars Story.
También debo admitir cierta admiración por el director Ron Howard; The Da Vinci Code revitalizó su carrera y, a cambio, Howard se mantuvo fiel a la trilogía, dedicando el mismo empeño artístico y narrativo a las tres películas. Lo cual no significa que su dirección sea particularmente buena; pero sabe manipular al espectador y maneja muy bien el ritmo de la historia para crear suspenso donde solo debería haber incredulidad y risas involuntarias.
A pesar de todo, si el espectador es capaz de aceptar la disparatada realidad del "Brownverse", Inferno ofrece suficiente entretenimiento para ganar una moderada recomendación, apoyada por la actuación del siempre confiable Tom Hanks, y algunas buenas ideas esparcidas entre las más espectaculares ridiculeces del libreto (adaptado por el guionista estrella David Koepp). Quizás Inferno sea buen momento para concluir las aventuras de Robert Langdon (queda un libro pendiente, pero imagino que por algo se lo saltaron); o, en su defecto, Brown necesita encontrarle un nuevo "gimmick"; hay tanto material disponible para
Calificación: 7
IMDb
Robert Langdon puede desenterrar secretos escondidos en Pokemon GO que involucren el secreto de evitar la calvicie prematura y la obesidad infantil.
ReplyDeleteTambien puede sincronizar The Wizard of Oz con el disco Hotel California, lo que dará la localización de la tumba de Cristo.
Saludos!
⬆️ Win!
DeleteY ya que lo sacas a colación, cual tu artista preferido del siglo XX (Pollock, Warhol, Dalí)? Saludos!
ReplyDeleteBlackbird: Mi acertijo religioso favorito es el del episodio "Hollywood A.D.", de The X-Files, donde una antigua vasija capturó en sus estrías el audio análogo (como los viejos discos de acetato) de las palabras que usó Jesús para resucitar a Lázaro, y al reproducirlas empiezan a revivir los muertos. Claro, era un episodio cómico, pero aún así el concepto me pareció fascinante. Muchos saludos y suerte!
ReplyDeleteAnónimo: Los únicos cuadros que tengo en mi casa son de H.R. Giger (impresiones, obviamente... jamás podría pagar por un original). Supongo que esa sería mi respuesta. Ah, y uno o dos que pintó mi abuelita. Esos sí son originales. Gracias por preguntar y muchos saludos!