Friday, October 21, 2016
Ouija: El Origen del Mal (Ouija: Origin of Evil)
Síntomas: En 1967, Alice Zander (Elizabeth Reaser) trabaja como médium, organizando lecturas psíquicas para sus clientes. Pero sus "poderes" son en realidad trucos mecánicos que realiza con ayuda de sus hijas Lina (Annalise Basso) y Doris (Lulu Wilson). Un día Lina asiste a una fiesta donde juegan con una ouija, y le sugiere a su madre incorporarla a las sesiones espiritistas. Entonces Alice compra una ouija, sin saber que el mundo de los espíritus puede ser más real de lo que creía.
Diagnóstico: Creo que Ouija: El Origen del Mal es mejor que su predecesora, Ouija, pero por un margen relativamente pequeño. Y desde luego voy a atribuir esa mejoría al director Mike Flanagan, cuya filmografía quizás no sea perfecta (de hecho siento que la calidad de sus obras ha disminuido con el paso del tiempo; por si a alguien le interesa, aquí están mis críticas de sus anteriores películas: Absentia, Oculus, Hush y Somnia), aunque ciertamente muestra imaginación y talento superiores al promedio del cine de terror que llega a cines de México.
Lo que más me duele es que Ouija: El Origen del Mal empieza muy bien y gradualmente degenera en caos y confusión que demeritan sus considerables virtudes. Para apreciarlas, podemos comparar la premisa de esta precuela con la de la original Ouija: en la primera cinta un grupo de amigos juega con una ouija y desatan la ira de un fantasma vengativo. Se nota claramente la falta de esfuerzo y creatividad; lo primero que llegó a la mente del guionista fue aprobado, porque no había ambición de intentar algo más novedoso. Por el contrario, Ouija: El Origen del Mal nos presenta una situación mucho más interesante: una "psíquica" fraudulenta, pero no maliciosa, tiene sinceras intenciones de aliviar el pesar de sus clientes con las "lecturas" falsas que organiza con ayuda de sus hijas, empleando trucos clásicos del espiritismo que ya se usaban en el siglo diecinueve. Tanto Alice como su hija Lina son escépticas de cualquier asunto sobrenatural, y su introducción a la ouija es tan solo con fines "teatrales", para hacer más convincente la experiencia de los clientes. Entonces empiezan a ocurrir cosas extrañas y ambas mujeres deben reconocer que, en efecto, existe algo más allá de nuestra prosaica existencia. Aquí podemos ver el talento de Flanagan para crear personajes muy humanos enfrentando circunstancias extraordinarias, donde el drama personal conduce la narrativa, en vez de servir como relleno entre los obligatorios "sustos".
Desafortunadamente, como dije antes, la segunda mitad de Ouija: El Origen del Mal pierde cohesión al mismo tiempo que introduce arbitrarias manifestaciones que se sienten forzadas y excesivas, casi hasta el punto de sacrificar el fascinante estudio de carácter que dominó su primera mitad. Sin fundamento alguno voy a especular que el productor Michael Bay le dijo a Flangan: "¡Necesitamos más sustos al final! ¡Más horror! ¡Más efectos! ¡Más! ¡Máaaas!". O algo similar. No sé; no soy psíquico. Y el resultado fue un final pesado y confuso que difícilmente aprovecha el potencial de la historia.
Aún así hay muchas cosas rescatables, como las actuaciones de Elizabeth Reaser, Annalise Basso (algunos la recordarán por su impresionante desempeño en Oculus), y Lulu Wilson, todas ellas expresando de manera creíble las presiones del inusual trabajo de Alice, los obligatorios problemas económicos que atraviesa la familia y, para colmo, las consecuencias de jugar con una ouija (las reglas son muy simples... ¿por qué nadie puede seguirlas?)
También merece mención Henry Thomas (sí, el niño de E.T.) como el sacerdote cálido y tolerante que se interesa en el caso de la familia Zander... y quizás en Alice misma. No lo culpo.
Entonces, después de un comienzo muy prometedor, Ouija: El Origen del Mal termina decepcionando por no mantener la misma disciplina narrativa a lo largo de su irregular desarrollo. Aún así logró entretenerme, y aunque algunos "sustos" se sienten fuera de lugar, creo que funcionan dentro de su modesto propósito. Ah, y no olviden quedarse hasta el final de los créditos para ver una breve escena que prepara otra secuela; además de sugerir una conexión (intencional o accidental) con otra popular franquicia de terror. En resumen: Ouija: El Origen del Mal me pareció una tolerable dosis de terror para ocupar hora y media de nuestro tiempo, pero indudablemente inferior a muchas películas más aptas para disfrutar en Halloween o Día de los Muertos. Y, personalmente, voy a abandonar mis altas expectativas cuando vea en el futuro el nombre de Mike Flanagan; quizás Absentia fue su mejor idea, y de ahí todo irá hacia abajo.
Calificación: 7
IMDb
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