Miss Peregrine y los Niños Peculiares (Miss Peregrine's Home for Peculiar Children)

Síntomas: Después de recibir un enigmático mensaje de su abuelo moribundo, el joven Jake (Asa Butterfield) descubre que las historias acerca de los "peculiares" habitantes de un remoto orfanato galés no son tan imaginarias como suponía. Lo cual, desde luego, pondrá a Jake en peligro mortal.

Diagnóstico: En cierto modo Miss Peregrine y los Niños Peculiares representa un regreso al Tim Burton juguetón y macabro que conquistó nuestra imaginación hace treinta años. Sin embargo, desde otro punto de vista, esta nueva película continúa su descenso en la esterilidad emocional ejemplificada por algunas de sus recientes obras (Alice in Wonderland, Dark Shadows y Big Eyes). Afortunadamente Burton conserva la exuberante imaginación y talento visual que lo hicieron famoso; gracias a ello Miss Peregrine y los Niños Peculiares está repleta de extraordinarias imágenes y conceptos creativos que la convierten en un deleite para los sentidos... incluso si la lógica y coherencia brillan por su ausencia durante gran parte del relato.
Entre los aciertos de Burton está el "casting", empezando por Asa Butterfield (Hugo) como el ingenuo Jake, cuya precisa mezcla de rebeldía adolescente y sinceridad infantil nos permite compartir sus reacciones a los secretos que desafían la realidad misma. Y lo mismo puede decirse de los "niños peculiares" que Jake conoce durante su aventura, destacando Ella Purnell como Emma, la niña flotante; Lauren McCrostie como Olive, quien debe usar guantes para no incendiar todo lo que toca, y Finlay MacMillan como Enoch, el arrogante "mod" británico con inusual afinidad por las marionetas. Por el lado de los adultos tenemos a la siempre fascinante Eva Green como la epónima Miss Peregrine, simultáneamente cordial con los niños que protege, y mortal para sus posibles enemigos; Terence Stamp en el demasiado breve papel del abuelo; y Allison Janney como la Dra. Golan, psicóloga de Jake que le está ayudando a superar una tragedia familiar. El impecable desempeño de estos actores ayuda a centrar la película durante el excelente comienzo, antes de que la historia salga de control y degenere en la más frustrante anarquía narrativa.
Antes de pasar a lo malo, señalaré también el virtuoso diseño de producción de Gavin Bocquet y Rod McLean, cuyos escenarios y criaturas armonizan perfectamente con el "estilo burtoniano", creando un mundo mágico que existe en la periferia de la trivialidad cotidiana. Mis ejemplos favoritos: los monstruos "huecos", el elefante de colores, y esa impresionante visita al barco... todos ellos momentos de genuina magia cinematográfica que justifican la fama de Tim Burton como "genio torcido" (o al menos como astuto maestro de ceremonias que sabe contratar artistas talentosos).
Hablando de lo cual, vale la pena mencionar que Miss Peregrine y los Niños Peculiares incluye escenas violentas y perturbadoras que quizás no sean aptas para niños muy pequeños; este no es el Tim Burton inocuo de Corpse Bride, sino el subversivo maniático de Beetlejuice y Sleepy Hollow, cuando no temía mostrar violencia casual e imágenes grotescas, apenas suavizadas por la atmósfera etérea y benevolente que las rodeaba. Algunas escenas de Miss Peregrine y los Niños Peculiares se sienten como Clive Barker adaptado por Miyazaki, o si H.P. Lovecraft hubiera escrito un cuento infantil. Fin de la advertencia.
Y ahora, pasemos a lo malo... aunque ni siquiera puedo culpar a Burton. Es posible que las fallas de Miss Peregrine y los Niños Peculiares se hayan gestado de la novela original de Ransom Riggs, aparentemente repleta de clichés comunes en la moderna "literatura juvenil", como el protagonista tímido y reprimido que resulta ser "especial"; figuras paternas indiferentes; revelaciones inesperadas que no tienen sentido; y, desde luego, soluciones arbitrarias y lagunas lógicas que hasta J.K. Rowling hubiera rechazado por parecer demasiado inverosímiles. O tal vez la guionista Jane Goldman (Kick-Ass, X-Men: First Class) omitió elementos del libro que explicarían las continuas inconsistencias de los incompetentes villanos (¡pobre Samuel L. Jackson!), incapaces de generar cualquier sensación de suspenso o temor por la seguridad de los niños.
No sé qué habrá pasado; lo importante es que, después de un prometedor comienzo, Miss Peregrine y los Niños Peculiares pierde cohesión al obedecer un confuso libreto que va inventando las reglas según caprichos momentáneos, en vez de establecer una base firme de causas y consecuencias. Ya saben... como una buena novela. Aún así la película sobrevive gracias a la "magia" visual conjurada por Burton y sus brillantes colaboradores, quienes adornan cada escena con detalles e ideas que nos mantienen distraídos de la tambaleante historia. Dependerá de cada espectador si eso basta para rescatar la experiencia. En mi caso fue mitad y mitad... disfruté muchos aspectos de Miss Peregrine y los Niños Peculiares, pero la trama me dejó frustrado. Tal vez esa es la "peculiaridad" de Burton: transmutar malas historias en fantásticas imágenes que trascienden su dudoso origen. En un medio visual como el cine, es un súper-poder indiscutiblemente útil.
Calificación: 7

IMDb