Wednesday, August 12, 2015
Mythica: The Darkspore
Síntomas: Después de sufrir una tragedia que casi los separó, la hechicera Marek (Melaine Stone) se reúne con su equipo de mercenarios para evitar que un peligroso nigromante se apodere de una reliquia que le dará el poder de un dios. Pero, además de los peligros normales que acechan a cualquier héroe medieval (orcos, monstruos del pantano, etc.) el grupo enfrentará fricciones personales, dudas internas, y hasta la traición de alguien muy cercano a ellos...
Diagnóstico: A pesar de su irregular libreto y minúsculo presupuesto, la película Mythica: A Quest for Heroes me pareció una agradable sorpresa por su diestro manejo de los clichés de la fantasía heroica, y por los agradables personajes que dieron vida a los tradicionales arquetipos de los juegos de rol: la inteligente hechicera, la mística sacerdotisa, el rudo guerrero y el astuto ladrón (con corazón de oro, naturalmente). En pocas palabras, era como un videojuego de acción viva que tomó prestados elementos de Dungeons & Dragons, Diablo, Dragon Age (y cualquier otro RPG que quieran mencionar), para aplicarlos a un ameno relato con chispazos de genuina creatividad... y con un cameo de Kevin Sorbo, para completar la experiencia.
Alentado por ese buen comienzo decidí contribuir a la campaña en Kickstarter de la secuela, Mythica: The Darkspore; y para mi sorpresa, su estreno llegó en la fecha prometida (primera vez que me ocurre con un proyecto "crowdfunded"). Sin embargo la puntualidad no impidió que esta segunda parte me pareciera menos satisfactoria que la original.
El principal problema, desde luego, es el enorme abismo existente entre la admirable ambición de la directora Anne K. Black y los limitados recursos que le impidieron realizar el potencial de muchas imaginativas escenas. Los efectos especiales son ciertamente modestos y en general complementan la narrativa; sin embargo su inconsistencia visual sugiere cierto caos creativo durante el proceso de post-producción, y nos distrae en puntos clave del relato, donde deberíamos estar enfocados en el drama de los protagonistas, y no (por ejemplo) en el dudoso realismo de un dragón digital. Claro, la presión de filmar tres películas al mismo tiempo (así es... Mythica está planeada como trilogía) obligó a los cineastas a buscar atajos y sacrificar resultados a cambio de velocidad y eficiencia. Imagino las duras decisiones que deben haber enfrentado, pero no disculpa el efecto negativo que tuvo sobre el producto final.
Dejando a un lado las imágenes (incluyendo las extraordinarias locaciones... no le piden mucho a The Lord of the Rings), el argumento continúa la evolución de Marek y sus amigos, preparando el terreno para una interesante conclusión (al menos eso espero). Por otro lado, la estructura de Mythica: The Darkspore sufre los defectos característicos de cualquier segunda parte en una trilogía... el comienzo es un poco confuso (sobre todo si no recordamos cada minúsculo detalle de la primera parte), y el final se siente abrupto y apresurado, con algunos elementos añadidos a la fuerza para simular resolución, y al mismo tiempo establecer la premisa de la siguiente película.
En lo que respecta al elenco, Melanie Stone mejoró considerablemente su interpretación de la ex-esclava Marek; Adam Johnson, Jake Stormoen y Nicola Posener se sienten más confortables en sus respectivos papeles del guerrero Thane, el ladrón Dagen, y la sacerdotisa Teela, mostrando una fuerte conexión emocional y la confianza de amigos que se respetan, aunque aún guardan secretos que podrían sorprenderlos. Y, de nuevo, Kevin Sorbo tiene dos cortas escenas que apenas justifican su presencia en los créditos iniciales. Esperemos que para la tercera parte le asignen un papel más sustancioso y lucidor, en vez de ser el esquivo mentor que solo aparece unos segundos para proclamar alguna misteriosa profecía.
Entonces, Mythica: The Darkspore salió triunfante (aunque algo maltratada) de su batalla contra la adversidad económica, y logró expandir su agradable mitología, al mismo tiempo familiar y novedosa, introduciendo nuevas intrigas, personajes y situaciones que deberán resolverse en el tercer capítulo. Por sí misma se tambalea un poco, pero me dejó con suficiente entusiasmo para seguir apoyando la trilogía. Habiendo dicho eso, convendría ampararse menos en efectos digitales para centrarse en el carácter de los personajes y sus retos individuales. Eso fue lo que capturó la imaginación de los fans (incluyéndome), y no los dudosos dragones 3D ni los "lens flares" de After Effects.
Calificación: 6.5
IMDb
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