Sunday, November 27, 2016
Presencia Siniestra (Shut In)
Síntomas: La psicóloga Mary Portman (Naomi Watts) perdió a su esposo en un accidente automovilístico, y su hijo adolescente Stephen (Charlie Heaton) quedó en estado vegetativo. Y ahora, seis meses después, Mary enfrenta la difícil decisión de trasladar a Stephen a una institución de cuidado permanente. Entonces empieza a experimentar extraños fenómenos durante la noche, que podrían ser síntomas de estrés... o mensajes de un paciente desaparecido.
Diagnóstico: Durante la primera mitad de Presencia Siniestra, el excelente desempeño de Naomi Watts y la mesurada dirección de Farren Blackburn (algunos la llamarían "aburrida", pero me gustó que tome las cosas con calma) conjuran una inquietante atmósfera que realmente nos mantiene a la expectativa sobre el origen de los fenómenos que atormentan a la protagonista. Entonces llega un "twist" shymalanesco y perturbador que replantea la película entera... y desafortunadamente rompe el aura de misterio para ubicarnos en un contexto más prosaico y previsible.
Es una lástima, pues Presencia Siniestra cuenta con muchos elementos a su favor; además de Watts, tenemos al confiable Oliver Platt como psiquiatra que (obviamente) descarta toda influencia sobrenatural, y asegura a Mary que las visiones y ruidos nocturnos son manifestaciones del estrés y sentimientos de culpa por su hijo inválido. Las intervenciones de Platt son casi siempre por Skype o por teléfono, pero tiene suficiente experiencia para transmitir la calidez y serenidad de un doctor genuinamente preocupado por su paciente. También participa el niño Jacob Tremblay, aunque su relativamente corto papel (como paciente sordomudo de Mary) no explota el gran talento que lució en cintas como Room y Somnia; y, finalmente, Charlie Heaton (más conocido por Stranger Things) interpreta a Stephen, el hijo catatónico de Mary; claro, debe permanecer inmóvil durante casi toda la película, pero al menos le dan un buen prólogo donde vemos la relación que tenía con sus padres antes del accidente.
Los escenarios nevados de "Maine" (en realidad Canadá, lo cual es lógico, pues se trata de una producción de ese país) evocan geográfica y metafóricamente el aislamiento de Mary; de hecho, parece un poco inverosímil que una inteligente psicóloga viva tan lejos de la civilización, sin al menos un perro para advertirle sobre peligros potenciales, ya sean de índole sobrenatural o humana (y, de paso, debe ser una psicóloga infantil realmente brillante, para lograr que sus pacientes acepten conducir en la nieve hasta la mitad del bosque). Pero, bueno... podemos aceptar su situación en aras del suspenso.
Lo que me costó más trabajo aceptar fue el mencionado "twist", junto con las consecuencias narrativas de su revelación. Siento que la película perdió gran parte de su atractivo, y aunque mantuvo mi interés hasta el final, no fue tan satisfactorio como prometían los eventos iniciales.
Aún así Presencia Siniestra merece una escueta recomendación tan solo por el trabajo de Naomi Watts y los atributos técnicos de la cinta. Ojalá el libreto hubiera sido más consistente (o quizás menos "creativo"), y también hubiera ayudado un poco más de energía en la dirección, así como menos abuso de pesadillas y sobresaltos gratuitos que abaratan el interesante conflicto entre ciencia y espiritualidad que prometía la cinta... al menos al principio. En resumen: Presencia Siniestra puede verse, pero no es indispensable para fans del horror ni de los thrillers psicológicos. Sugiero esperar su estreno en Netflix o similar servicio casero; cuando las ideas son pequeñas, no importa mucho el tamaño de la pantalla.
Calificación: 6.5
IMDb
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