Wednesday, November 23, 2016

Dirty 30



Síntomas: Kate Fields (Mamrie Hart) está deprimida porque llegó a los treinta años sin cumplir las metas que imaginó en su adolescencia. Entonces sus amigas Evie (Grace Helbig) y Charlie (Hannah Hart) deciden animarla con una gran fiesta que, obviamente, se sale de control y amenaza con arruinar sus vidas.

Diagnóstico: Decidí ver Dirty 30 porque me gustó Electra Woman and Dyna Girl, el previo proyecto de Grace Helbig y Hannah Hart, donde sus chispeantes personalidades se complementaron exitosamente para extender el rango cómico de una surrealista sátira de super-héroes. Y por supuesto esperé encontrar el mismo resultado en Dirty 30, una inocua "chick flick" acerca de sueños perdidos y fantasías realizadas... ¿qué podría salir mal?
Afortunadamente, muy poco. A pesar de la reducida ambición de Dirty 30 y su temática más "realista", el humor de Helbig y Hart conserva su espontaneidad e ingenio, y hasta se enriquece con la adición de Mamrie Hart, otra célebre "youtubera" cuyo estilo casual y absurdista oculta algunas acertadas observaciones sobre las tribulaciones del "adulto joven" en la sociedad moderna. En otras palabras, Dirty 30 es la versión "lite" de Sisters... menos graciosa, con menos "estrellas", y con una trillada premisa que sirve como excusa para ofrecer sólidos momentos cómicos, además de la simpática interacción entre tres actrices con gran potencial (aunque nadie las confundirá con Tina Fey, Amy Poehler y Maya Rudolph).
En este punto conviene señalar que Dirty 30 está dirigida a los fans de Hart, Hart y Helbig, lo cual limita su potencial económico y aceptación entre el público general. Aún así la cinta ofrece una diversidad de estilos cómicos para apoyar las vertientes melodramáticas dedicadas a cada protagonista: Kate (Mamrie Hart) es la voz de la razón que apenas logra mantener centradas a sus neuróticas amigas; Charlie (Hannah Hart) es tan impulsiva que tiende a caer en situaciones absurdas que avergüenzan a su novia Claire (Kelen Coleman); mientras que la sumisa Evie (Grace Helbig) quedó atrapada en un matrimonio infeliz por preocuparse demasiado por el "qué dirán". La resolución de estas sub-tramas requiere clichés bien conocidos en las comedias románticas: Kate necesita romper la rutina y reconocer su propio potencial; Evie debe reunir el valor necesario para admitir sus problemas maritales; y Charlie necesita madurar para enfrentar las responsabilidades de la vida adulta. Desde luego la fiesta servirá como conveniente conducto de experiencias y revelaciones que ayudarán a re-plantear la vida de las tres amigas. Como dije: nada original, pero hábilmente implementado por el director Andrew Bush, cuya larga experiencia haciendo cortometrajes para Funny or Die le permitió combinar múltiples elementos de manera clara y eficiente, con alto nivel de energía y un dinámico ritmo que nunca pierde el foco de la narrativa ni nos abruma con relleno innecesario.
Bueno... quizás hay algo de relleno. La dentista que encuentra inesperado romance, y el adolescente nerd que se infiltra a la fiesta no parecen esenciales para la trama, pero añaden variedad y un poco de surrealismo sin comprometer la integridad de la historia principal.
Entonces, no podría decir que Dirty 30 sea una gran comedia, ni una joya oculta del humor "indie". Y, a pesar de su título, no recurre a la vulgaridad que esperaríamos en un producto inspirado por la cultura de YouTube. Sin embargo la simpatía de las actrices, la calidez del libreto y la sinceridad de sus emociones lograron que Dirty 30 fuera una recomendable experiencia con el balance justo de risas y drama para validar su inclusión en la rara categoría de "chick flicks" que pueden disfrutarse sin culpa ni vergüenza. O al menos no tanta como para impedirme publicar esta crítica.
Calificación: 7.5

IMDb

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