Síntomas: Una serie de violaciones en una remota comunidad provoca una discusión entre las mujeres sobre el siguiente paso a seguir: abandonar el pueblo, quedarse a pelear, o aceptar la situación.
Diagnóstico: Partiendo de esas tres alternativas (escapar, pelear o aceptar), la directora Sarah Polley (basada en una novela de Miriam Toews) explora múltiples puntos de vista sobre la opresión femenina en la historia moderna, demostrando que no hay una causa única ni una solución mágica para eliminar (o al menos reducir) las injusticias cometidas en todos los niveles de la sociedad. Y aunque esa descripción puede sonar como una pesadilla para el público cansado del "cine feminista" (como quieran definirlo), la verdad es que Ellas Hablan no es una estridente repetición de las mismas acusaciones de siempre, sino un análisis metódico y racional de los factores involucrados en un círculo vicioso donde ambos sexos son víctimas y culpables.
La trama de Ellas Hablan parece simple, pero se vuelve infinitamente compleja cuando profundizamos en los detalles de la situación. Todo empieza con una serie de violaciones en una comunidad religiosa separada de la civilización; pero cuando capturan a uno de los culpables, nadie sabe exactamente cómo proceder. Entonces las mujeres del pueblo se reúnen en el granero local para discutir sus opciones, con la esperanza de crear un futuro más seguro para las siguientes generaciones. Sin embargo sus opiniones son tan distintas que será muy difícil encontrar un consenso.
El excepcional reparto de Ellas Hablan (Judith Ivey, Sheila McCarthy, Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Kate Hallett y Liv McNeil) interpreta personajes a veces lógicos, a veces impulsivos, y no siempre consistentes con el objetivo que persiguen. Pero todas comparten las mismas buenas intenciones a pesar de sus diversas personalidades y contradictorias experiencias... ¿quién tiene la opinión correcta? ¿Quién está equivocada? Y, sobre todo, ¿quién puede decidir algo tan personal?
Habiendo dicho eso, lo que más me impresionó de Ellas Hablan es lo que NO se dice. Polley deja que la causa más obvia del problema (en mi humilde opinión) flote invisible sobre cada escena, influyendo en la conversación y en las decisiones de los personajes, pero en un nivel tan profundo que tal vez ni ellas se dan cuenta. O tal vez la directora dejó huecos en la historia para que cada espectador los llene según su contexto cultural, alterando el significado de la película y obligándonos a reflexionar sobre nuestros prejuicios y actitudes. No esperaría menos de Sarah Polley, una directora audaz y creativa que no teme romper las reglas del "cine feminista" accesible y comercial (algunos de mis ejemplos favoritos: Battle of the Sexes, Moxie y Misbehaviour), pero menos memorable porque ya nos habituamos a su inocua narrativa.
Finalmente, por el lado negativo, Ellas Hablan se siente lenta y excesivamente "teatral", aunque la cinematografía de Luc Montpellier y la música de Hildur Guðnadóttir (¡dos películas en la misma semana!) se esfuerzan por añadir variedad estética y emocional a las incontables escenas de mujeres hablando. Y hablando, y hablando. Solo resta esperar que la sociedad escuche.
Calificación: 8
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