Wednesday, January 3, 2018

Battle of the Sexes



Síntomas: Furiosa por la disparidad económica entre los torneos de tenis masculinos y femeninos, la tenista Billie Jean King (Emma Stone) decide organizar su propia liga femenil en 1973, al mismo tiempo que explora ciertas realidades personales que podrían cambiar su vida.

Diagnóstico: Los directores de Little Miss Sunshine y Ruby Sparks regresan con otra historia "feel good" repleta de drama, comedia e inspiración, esta vez basada en hechos reales que ocurrieron a principios de los años setentas, aunque desafortunadamente persiste su relevancia hasta nuestros días. Otro caso de "entre más cambian las cosas, más se quedan igual".
Es mejor reconocer desde el principio la postura semi-neutral de Battle of the Sexes para no decepcionarse ante su ambigüedad temática e ideológica. Para empezar, no es una biografía de Billie Jean King, y tampoco es una "película de tenis" diseñada para satisfacer a los fans de este deporte (para eso quizás funcionará mejor Borg McEnroe, la cual no vi, aunque tengo entendido que fue bien recibida por los que saben del tema). Y tampoco es el estridente manifiesto feminista que sugiere el título, el cual hace referencia al encuentro amistoso entre Billie Jean King, estrella del tenis femenil, y Bobby Riggs, leyenda del deporte con múltiples triunfos en Wimbledon... y declarado "cerdo chauvinista" que no perdía oportunidad para proclamar la superioridad de los hombres y la inferioridad de las mujeres, lo cual justificaba (en opinión de los patrocinadores) la enorme disparidad entre los premios asignados a cada género en los principales torneos de tenis.
Tal vez la mejor manera de describir el mensaje de Battle of the Sexes es que intenta mostrarnos la diferencia entre “igualdad” y “superioridad”. Tal como lo hizo Cannibal Women in the Avocado Jungle of Death en 1989, pero esta vez con mejores actores (¡mucho mejor pagados!), y todos los recursos técnicos de Hollywood. El resultado me pareció muy interesante y entretenido, aunque no fue necesariamente lo que yo esperaba.
Parte de esa sorpresa fue el tiempo que los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris dedican a un triángulo romántico que explora una faceta distinta de las políticas sexuales de los años setentas, cuando aún reinaba la intolerancia de décadas pasadas, a pesar de la supuesta "revolución sexual" promovida por el movimiento "hippie". Esa fase de la película me pareció muy bien manejada, con suficiente realismo emocional para asimilar los retos de los personajes, pero sin llegar a convertirse en un obstáculo del argumento principal (¿o quizás ESE fue el argumento principal, y el tenis era la trama secundaria?)
Emma Stone presenta una versión muy "Hollywood" de Billie Jean King, socialmente inepta pero adorable en su torpeza, la cual se evapora cuando compite con gran ferocidad en la cancha de tenis. Por su parte, Steve Carell realiza un excelente trabajo en el papel de Bobby Riggs, añadiendo considerable humanidad a su bufonesca imagen pública. De hecho, el libreto de Simon Beaufoy añade arteras escenas sobre la vida personal de Riggs para sembrar la duda sobre su actitud chauvinista. Esto forma parte de la ambigüedad antes mencionada... ¿realmente cree Bobby su postura anti-feminista? ¿O simplemente aprovechó la controversia para revivir sus glorias pasadas? Igualmente los directores añadieron pequeños detalles que insinúan la influencia de factores ajenos a la habilidad deportiva durante el gran encuentro entre King y Riggs. Cada quien sacará sus propias conclusiones.
El reparto secundario incluye sólidas intervenciones de Andrea Riseborough (como la estilista "oficial" del equipo), Natalie Morales (como la tenista Rosie Casals), Sarah Silverman (como manager del equipo femenino), Bill Pullman, Alan Cumming, Martha MacIsaac, Fred Armisen, Elisabeth Shue, Jesica McNamee, y muchos otros que hacen su pequeña o grande contribución para llenar Battle of the Sexes con momentos graciosos, dramáticos, o simples toques de carácter que enriquecen la película.
Entonces, Battle of the Sexes es varias cosas al mismo tiempo, pero se abstiene de tomar posturas firmes sobre la amplia gama de temas que maneja. Claro que también habrá puntos de vista opuestos, sugiriendo que la película entera es un panfleto político a favor de ciertas ideas liberales. Tampoco puedo disputar esa opinión. Pero, en lo personal, me pareció una obra inteligente y bien realizada, con excelentes actuaciones que justifican una entusiasta recomendación. Y para Valerie Faris y Jonathan Dayton, creo que representa su ingreso oficial a "las grandes ligas", después de establecer su reputación en el cine "indie". Me gusta la visión de este dueto creativo, y espero que continúen en la misma línea, sin perder ese enfoque peculiar que siempre encuentra el lado positivo del conflicto. Necesitamos más cine de ese en estos días.
Calificación: 9

IMDb

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