Síntomas: La enemistad entre Pádraic Súilleabháin (Colin Farrell) y Colm Doherty (Brendan Gleeson) afecta a muchos habitantes en la pequeña isla irlandesa de Inisherin.
Diagnóstico: Creo sinceramente que Los Espíritus de la Isla (mis respetos para el Maestro Traductor por ese título simple y accesible que preserva la esencia de la película) (no es sarcasmo) es una excepcional obra cinematográfica con impresionantes valores artísticos, desde las actuaciones del reparto entero (incluyendo actores cuadrúpedos), hasta los maravillosos paisajes rurales capturados por el director de fotografía Ben Davis, y sin olvidar la música de Carter Burwell que evoca la magia mística de la "Isla Esmeralda".
Al mismo tiempo, Los Espíritus de la Isla funciona como alegoría de la guerra civil irlandesa que comenzó en los años veintes (la película se desarrolla en 1923), y cuyas consecuencias resonarían en el Reino Unido durante el resto del siglo veinte. La súbita ruptura de dos individuos aparentemente inseparables podría representar la división de una nación por causas ideológicas difíciles de comprender para observadores casuales que no conocen los detalles de la situación.
Finalmente, Los Espíritus de la Isla también es un estudio de las dinámicas humanas en una comunidad insular (literalmente), donde vicios y emociones reprimidas se fermentan hasta explotar en violencia a veces visible, y a veces oculta por la monotonía de la convivencia cotidiana.
En resumen: una experiencia audiovisual con ambiciosas ideas y atractiva apariencia.
Habiendo dicho todo eso, Los Espíritus de la Isla no me gustó, y además me dejó emocionalmente insatisfecho.
Los Espíritus de la Isla promete mucho al principio, pero nunca profundiza en su mensaje, ni justifica los extremos a los que llegan los personajes para manifestar su descontento. El resultado es una fábula ciertamente impactante, pero hueca y manipuladora (en mi humilde opinión), con excelentes actuaciones para distraer nuestra atención, y una variedad de sub-tramas más interesantes que el conflicto principal. Entre ellas: la disyuntiva laboral de Siobhán (Kerry Condon), la hermana de Pádraic; la corrupción de Peadar (Gary Lydon), el policía local; y hasta las aventuras de Jenny, la simpática burrita que quiere vivir en casa, pero no la dejan porque "los animales van afuera". Cualquiera de esas historias hubiera sido preferible a la amarga discusión sin propósito entre Colm y Pádraic.
Pero, bueno... obviamente estoy en la minoría, en vista de la aclamación que ha recibido Los Espíritus de la Isla. Y desde luego la merece por el gran trabajo realizado por el director Martin McDonagh (In Bruges, Three Billboards Outside Ebbing, Missouri) al frente y detrás de las cámaras. Pero sentí la premisa como un berrinche creativo similar al de los protagonistas: demasiado orgullo y poca reflexión.
Calificación: 7.5
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