Thursday, March 2, 2023

Tár



Síntomas: La aclamada directora de orquesta Lydia Tár (Cate Blanchette) enfrenta situaciones que podrían salvar o destruir su carrera.

Diagnóstico: De niño tuve un breve interés en la música clásica porque leí un libro sobre Beethoven que encontré en la casa de mis abuelos. Pero después encontré los discos de "rocanrol" de la hermana menor de mi abuelita, y bueno... mis gustos cambiaron para siempre.
Afortunadamente no fue necesario conocer (o siquiera apreciar) la música clásica para disfrutar la tremenda actuación de Cate Blanchett en Tár, otro "drama de prestigio" demasiado largo (casi tres horas), pero a fin de cuentas recomendable como fábula moral contemporánea de inusual elegancia e impacto emocional.
La siempre brillante Cate Blanchett toma posesión de un papel con múltiples niveles que cuestionan el valor del genio detrás de la persona, y ponen a prueba nuestra tolerancia por la "excentricidad" de artistas indudablemente talentosos, pero con imperfecciones naturales de la condición humana. No quiero decir que Tár es una película sobre "cancel culture" porque eso alejaría a muchas personas, pero definitivamente aborda el escabroso tema de las consecuencias provocadas por las acciones de individuos que, ya sea por ego, accidente o ignorancia, se consideran por encima de las reglas.
Además, ese aspecto de Tár es secundario respecto a su propósito principal (o al menos eso quiero pensar): analizar la función del director de orquesta, su relación con los músicos que dirige, y su influencia en la interpretación de obras maestras cuyas arcaicas notaciones no siempre transmiten la intención de sus autores.
Por eso mis escenas favoritas de Tár fueron los apasionados monólogos y discusiones que Lydia Tár (Cate Blanchett) tiene con sus colegas y estudiantes, desafiando sus expectativas sobre alguna pieza musical (Lydia se especializa en la obra de Gustav Mahler), o debatiendo la relevancia de los compositores euro-céntricos que ya no "conectan" con las nuevas generaciones habituadas a una mayor diversidad cultural. Son debates interesantes que cada espectador interpretará según su preferencia personal; pero, cualquiera que sea nuestra postura en la discusión, Tár merece aplauso por extender nuestros horizontes (al menos los míos) sobre la música en todas sus formas. Hablando de lo cual, Tár probablemente es la primera película que incluye en sus diálogos a la persona que compuso la música de la película (Hildur Guðnadóttir). Es como si Ian Malcolm y el Dr. Alan Grant hubieran tenido una conversación sobre John Williams en Jurassic Park.
Menos entretenido fue el drama que inevitablemente interfiere con las reflexiones musicales de Tár. La genialidad de Lydia se ve empañada por su egoísmo y desconsideración hacia las personas que la apoyan en sus labores diarias, como su sufrida asistente Francesca (Noémie Merlant), su sufrida esposa Sharon (Nina Hoss), y su sufrido patrocinador Eliot (Mark Strong). Sí, todos sufren por la arrogancia de Lydia, la cual puede llegar a extremos peligrosos para su carrera.
En resumen, Tár ofrece eruditas conversaciones sobre música clásica, soberbias actuaciones, y un intrincado argumento que exige nuestra atención absoluta para conectar sus causas y consecuencias... algo que me pareció más difícil con cada minuto que Todd Fields extiende la cinta innecesariamente con repeticiones de las mismas ideas que ya habíamos entendido desde el principio. En la música se le llama "variaciones de un tema"; pero en el cine es auto-indulgencia del director.
Calificación: 7

IMDb

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