Síntomas: El asesino "Ladybug" (Brad Pitt) cree que una vida más tranquila alejará la mala suerte que lo persigue; y su primer trabajo no violento consiste en recuperar un maletín del Tren Bala japonés. Desafortunadamente a bordo viajan individuos muy violentos con la misma misión.
Diagnóstico: Recuerdo una época (fines del siglo veinte) cuando los héroes del cine de acción eran policías, detectives, soldados retirados, o similares individuos con sólidas bases morales para justificar la violencia contra los villanos en turno.
Sin embargo, en el siglo veintiuno, los héroes cinematográficos son criminales por derecho propio... ladrones, estafadores, asesinos... aunque, desde luego, todos con un estricto código de conducta para poner al público de su parte (los ladrones sólo roban a otros ladrones, los asesinos protegen inocentes, etc). ¿Qué significa esta transición en el "zeitgeist" cultural? ¿Estamos tan desilusionados con las instituciones oficiales que preferimos a los villanos como héroes populares? ¿O simplemente es la pereza de Hollywood que toma el camino más fácil para "mejorar" las fórmulas de éxitos pasados? Supongo que podría ser una combinación de ambas cosas.
Lo cual nos lleva a Tren Bala, el más reciente ejemplo de "asesino con conciencia" enfrentando enemigos peores que él; aunque al menos el director David Leitch no buscó un ángulo humanitario para la misión de "Ladybug" (Brad Pitt). Por el contrario, la motivación de todos es la codicia o la supervivencia... y, en el caso de Ladybug, también quiere alejar la mala suerte causada (según él) por la violencia de su trabajo.
Por eso su agente Maria Beetle (Sandra Bullock) le asignó una misión que no requiere matar; lo único que tiene que hacer es recuperar un maletín oculto en el famoso Tren Bala. El problema es que hay varios asesinos a bordo del tren con el mismo objetivo... y esa es toda la excusa necesaria para orquestar peleas, persecuciones y tiroteos a lo largo de dos horas que, francamente, no me parecieron tan graciosas ni emocionantes como supone el director.
David Leitch, por cierto, trabajó durante muchos años como "doble" de Brad Pitt; y cuando se convirtió en director utilizó su experiencia para realizar películas visualmente competentes... pero narrativamente pobres. Tren Bala sufre el mismo problema, aunque el guionista Zak Olkewicz (adaptando una novela de Kôtarô Isaka) intentó disimularlo con mucho ruido y palabrería que no dice nada, pero crea la ilusión de complejidad dramática. Es como una versión pirata de Tarantino, con diálogos "cool" que me hastiaron de inmediato; y el estilo visual es una blanda fusión de Zack Snyder y Guy Ritchie, con un falso dinamismo que solo causa confusión. Afortunadamente los actores tienen suficiente humor y carisma para crear momentos divertidos. Entre ellos: Brian Tyree Henry, Aaron Taylor-Johnson, Joey King, Andrew Koji, Hiroyuki Sanada, Benito A. Martínez, y muchos otros que no mencionaré (también hay cameos que me hicieron sonreír con su ridícula incongruencia).
Por su parte, Brad Pitt desarrolla un protagonista en igual medida simpático y neurótico, capaz de sostener la película durante los pasajes más repetitivos. Y, desde luego, la acción es el punto fuerte de Tren Bala, gracias al talento de Leitch para filmar peleas y acrobacias con máximo impacto visceral, incluso si no tienen mucho sentido o relevancia (por ejemplo: el épico final) (hablando de lo cual, no olviden la escena adicional durante los créditos finales). En resumen: Tren Bala es un genérico "blockbuster" marginalmente recomendable que olvidaré al terminar este escrito. Así parecerá una historia nueva cuando la reciclen en unos meses.
Calificación: 7.5
A mi lo que me gusta de las películas de Leitch es la edición, en John Wick, Atomic Blonde y Bullet Train la historia se combina con la acción de manera interesante y vuelve dinámicas tramas que sin la edición serían películas del montón. Tu qué opinas Pablo?
ReplyDeleteArmando: Soy el primero en admirar el trabajo de los editores... los "héroes desconocidos" del cine universal. Sin embargo, por mucho que se esfuercen para hacer una película ágil y entretenida, debe haber una sólida base narrativa, y eso fue lo que me faltó en Bullet Train. Aún así disfruté su abrumadora presentación visual. Saludos, y gracias por compartir tu comentario!
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